EL ESTRÉS GENERADO POR EL COVID-19 EN LOS AGENTES DE LA SALUD

El estrés en los agentes de salud ha existido desde hace varia años, al igual que las crisis de salud

pasadas, este grupo de agentes de todo el mundo han dado un paso al frente para combatir la

propagación del COVID-19, desde brindar atención directa a pacientes hospitalizados / UCI

hasta participar formalmente en otras intervenciones a gran escala, están siempre a la vanguardia

las 24 horas del día para proteger y mantener la salud de los pacientes y de toda la sociedad.

Debido a la carga que la sociedad a puesto en su labor, el hecho de creer que son los que matan a

los pacientes, generalizar que todo el grupo de salud es malo por errores de unos pocos, en el

ahora hablando sobre la nueva normalidad este grupo ha sido uno de los más relevantes,

criticados y maltratados, como se ha podido ver en los canales de comunicación a lo largo de este

año.

En muchos lugares del mundo han sido víctimas, debido a que son los mas cercanos a la

enfermedad temida por algunos Covid-19, muchos tuvieron que cambiar de casa por el maltrato

originado desde sus vecinos, también al momento de hacer las compras en los supermercados u

otros sitios similares les restringían el ingreso, así mismo no lograban sentirse libres o seguros a

la hora de estar en las calles, no poder ver a sus familiares, cumplir con jornadas muy largas de

trabajo, con la carga de los pacientes y sus familias o sentirse mal por aquellos pacientes que no

tenían acompañantes que estaban desprotegidos, el hecho de sentirse tan estresados y alterados

llevo a muchos al suicidio, otros a presentar dificultades de sueño, incrementando la carga

alostática y el equilibrio mental.

Como resultado a los hechos que vivían día a día el grupo de salud se incrementó la perdida del

logro profesional; como deterioro de calidad del trato a los pacientes( en ocasiones cuando no
nos sentimos bien con nosotros mismo, el trato con los demás cambia ya no damos un100% si no

tal vez un50%), sentimiento de fracaso profesional ( día a día se esfuerza por una superación

personal, pero al ver tantas muertes por esta enfermedad, se logra tener una desconfianza en la

labor y no saber ni que hacer a la hora de atender a pacientes muy graves), la falta de

reconocimiento ( como se dijo anterior mente, no eran tratados como lo merecían), falta de

gratificación económica ( aunque las obligaciones eran más, su sueldo era el mismo).

La resiliencia en un centro de salud es de gran importancia, debido a que logra una comunicación

y unión con cada persona o compañero del lugar donde se encuentra, beneficia al momento de

ayudar un paciente tal vez la enfermera noto algo que el Doctor no vio a la hora de revisar el

paciente, una persona resiliente es la que tiene la capacidad para adaptarse y afrontar el estrés y

la adversidad, tiene factores de crecimiento, son aquellos que trabajan en la mente, las creencias,

la conducta, y sin dejar a un lado las emociones, es un desafío lograr un mayor nivel de

resiliencia de las personas, los grupos y las instituciones, incluidos todos los miembros de los

trabajadores de la salud y las instituciones que les brindan refugio. Esto mejorará la calidad de la

atención y reducirá los errores médicos.

Es de reflexionar que esta nueva enfermedad (COVID-19) se ha descubierto con rudeza en las

condiciones reales de salud: viejos hospitales, falta de insumos, laboratorios especializados,

camas de hospital, ventiladores, médicos especialistas y población anciana abandonada, los

médicos no son culpables, no estaban entrenados para algo así, pero aun sin saber muchos que

hacer asumieron el reto por los paciente, sintiendo remordimiento por lo que fallecieron, sin

saber si hicieron algo más o pudieron hacer algo mejor, adicionando el maltrato o sentir miedo

por contagiarse o contagiar a alguien, separados de todos sus familiares, seamos personas de
empatía, para nadie ha sido fácil, pero resaltando que ellos no son culpables, la sociedad que no

se cuida o ve todo como un juego ese es el verdadero descontrol.