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D.N.I. 32182508
Contenidos de la clase
Relación entre la evaluación formativa y la evaluación sumativa.
Evaluación y aprendizaje
Características de la evaluación para el aprendizaje
Introducción
Bienvenidos a la primera clase del curso “Los desafíos de la evaluación Formativa”. En esta clase
acordaremos los distintos sentidos de la actividad de evaluar. Presentaremos algunas
conceptualizaciones que constituirán el paradigma en el que nos ubicaremos en el marco de la
evaluación.
Foro 1- Clase 1:
Se encuentra disponible un Tutorial sobre uso de Padlet para ayudarlos durante esta actividad.
¡Los esperamos!
Se espera que intervengan en el foro por lo menos una vez a lo largo de esta semana para
favorecer el intercambio.
Clase 1b. ¿Qué es evaluar en el marco de la evaluación formativa?
El proceso de evaluación
Tanto en el ámbito académico, como en la literatura específica sobre el tema, encontramos
preocupaciones sobre los desempeños que muestran los estudiantes en relación con el
aprendizaje de los contenidos que se enseñan en la escuela. Los alumnos no recuerdan ni
comprenden gran parte de lo que se les enseña. Es en este marco de inquietudes que se
analizan las prácticas docentes, las tareas de aprendizaje de los alumnos, así como también se
interroga acerca de la evaluación, sus funciones, los instrumentos que se ponen en juego, los
tipos de informaciones que se obtienen y los usos que se hacen de las mismas. Estos problemas
nos convocan a pensar que el proceso de evaluación está implicado en la tensión producida entre
las metas relativas al dominio de contenidos disciplinares que los docentes proponen y el proceso
de aprendizaje de los estudiantes: ¿Qué evaluar? ¿Cómo saben los docentes que han alcanzado
los propósitos de enseñanza y cómo acceden los estudiantes a conocer qué y cómo han
aprendido?
Nos parece importante analizar el papel destacado que la evaluación cumple en el escenario
educativo, y al mismo tiempo observar que es el componente de los sistemas de educación
menos permeable a los cambios. Otros aspectos de los procesos de enseñanza en los distintos
niveles educativos -como por ejemplo los objetivos, las actividades, las estrategias de enseñanza,
los recursos que se ponen en juego y los que se omiten, etc.-, han sido objeto de críticas y han
incorporado transformaciones y mejoras en las prácticas escolares. Sin embargo, la evaluación,
cuestionada en su concepción, se resiste a encontrar nuevos y significativos formatos.
Sin dudas, se evalúa para tomar decisiones pedagógicas. Está claro que la evaluación es parte
de la enseñanza y, por lo tanto, también debe estar presente en la planificación. En el momento
de planificar una secuencia de clases, un proyecto, una unidad, es necesario considerar también
la evaluación estableciendo: a) en qué momentos se recogerá información; b) qué aprendizajes
debe lograr el estudiante en relación con los propósitos que el profesor se ha propuesto; c) la
selección y elaboración de instrumentos de evaluación, además de anticipar modos de realizar
devoluciones a los estudiantes que contribuyan al logro de los aprendizajes.
Les proponemos ver y escuchar el testimonio de Sofia Camussi sobre su vivencia al ser evaluada
en la escuela:
https://www.youtube.com/watch?v=H-yXOlzZ-eo
https://www.youtube.com/watch?v=nnyne-KGP0I&feature=youtu.be
Es importante tener presente que en la última década se asiste a una suerte de desplazamiento
del concepto de evaluación formativa hacia el de evaluación para el aprendizaje (Wiliam: 2011)
que complejiza y amplía el concepto, ya que se orienta a pensar en la evaluación como un
proceso que tiende a ser continuo, que destaca el efecto retroalimentador de la información para
los docentes y en especial para los estudiantes. El aspecto más importante de esta nueva
perspectiva es el lugar destacado que ocupa la idea de avance, y esta es la idea más
provocadora. A la hora de valorar los resultados de la acción educativa se requiere un énfasis
manifiesto en el reconocimiento de los avances individuales y colectivos respecto de un punto de
partida reconocido, y no solo de la comparación respecto de criterios únicos y estandarizados. El
adecuado balance entre ambos componentes permite orientar procesos de evaluación más
provechosos e incrementar la capacidad de reflexión.
Ejemplo: si enseñamos por proyectos, varias de las actividades que
los alumnos desarrollen pueden ser tomadas como evidencias de
Una práctica habitual es el diálogo con los estudiantes, que crea
oportunidades para que los alumnos expresen sus ideas, visibilicen
sus concepciones erróneas, que permitan al docente identificar mejor
en qué parte del recorrido de aprendizaje están los alumnos. De este
modo, debe contribuir a la práctica metacognitiva que les permite
Diálogo y formulación de
reconocer a los estudiantes en qué lugar se encuentran del proceso,
preguntas
qué se logró y qué es lo que falta.
Ejemplo: “Te propongo que leas lo que Juan escribió y busques alguna idea que
encuentres parecida o muy diferente a las ideas de tu trabajo”.
Se trata de que la evidencia acerca de los logros de los estudiantes sea utilizada
para informar las decisiones acerca de la enseñanza y aprendizaje. La
información obtenida debe crear condiciones para trabajar en la mejora de
ambos procesos. Santos Guerra (1993) planteaba que la evaluación tiene que ser
Utilización de los datos comprendida como un proceso de diálogo y de mejora. Eso implica comprender
proporcionados por la los objetivos del proceso para saber qué sucede y qué pasos hay que hacer para
evaluación mejorar.
Ejemplo: ¿qué puedo aprender de las respuestas de mis alumnos en este trabajo?
Me di cuenta de que las consignas que les planteé son muy amplias, tendré que
revisarlas para los próximos trabajos.
Cuadro 1. Elaboración propia a partir de los aportes de Stobart (2010).
Existe una compleja relación entre las funciones formativas y sumativas de la evaluación. La
dificultad se expresa en que frecuentemente los procesos y prácticas de evaluación formativa se
suspenden cuando se le impone la presión del examen: la creencia es que “la evaluación
formativa es buena, pero enfrentarnos a los exámenes es lo real”. Autores como Wiliam y otros
(2004) mencionan que si bien hay pruebas de que los estudiantes autorregulados rinden mejor,
se siguen realizando evaluaciones sumativas frecuentes y se llevan adelante procesos de
enseñanza directa para los exámenes. Cuanto mayor sea la presión y el predominio de culturas
de la rendición de cuentas, más difícil hacer progresos en el paradigma de la evaluación
formativa.
Foro 2 - Clase 1
Una vez que hayan leído los textos, los invitamos a que compartan en el foro:
Una vez que hayan realizado esto tendrán acceso al resto de las intervenciones de
sus compañeros. A continuación:
Retomen una pregunta o duda planteada por algún colega e intenten responder
volviendo sobre elementos presentados en la clase y la bibliografía de referencia.
Ir al foro
Se espera que intervengan en el foro por lo menos una vez a lo largo de esta
semana para favorecer el intercambio con el grupo
El objetivo de las autobiografías es recuperar hechos del pasado y traerlos al presente de tal modo
de reconstruir, comprender, interpretar la vida individual del narrador y el contexto desde el que la
relata. Esta selección de hechos del pasado está influenciada por las inquietudes del aquí y ahora
del narrador (de Miguel, J. 1996: 15).
Las historias que oímos y las que le contamos a otros o a nosotros mismos, dan un sentido singular
a la experiencia y contribuyen a organizar la memoria. De ahí que las “historias vividas” y
contadas por los docentes no son sólo un modo de pensar acerca de su identidad sino también, un
modo de reorganizar sus conocimientos que posibilita cambios en la práctica profesional y en las
valoraciones personales. (Clandinin, y Connelly (1990), Pinar (1988)).
Por eso escribir y contar historias profesionales y personales se convierte en una herramienta
poderosa en la formación de profesores. Se trata de provocar la reflexión no solamente sobre el
conocimiento práctico, sino también sobre la comprensión e interpretación del contexto de la
propia vida, a través de las narrativas. De este modo, se intenta conectar el desarrollo del saber
pedagógico de los docentes con el desarrollo de sus vidas personales a través de los procesos de
auto - narración que profundizan el conocimiento sobre sí mismo, conjuntamente con la
construcción de la identidad profesional.
2) Un momento narrativo en el que la descripción adopta la forma del relato, donde aparecen los
conflictos, se usan metáforas, cronologías, surge una suerte de diálogo desde el interior de la
narración con voces del exterior. Se incluyen también aquí conceptualizaciones para dar un
encuadre al relato.
Consigna de trabajo:
Este trabajo de evocación es siempre una reconstrucción hecha en el momento actual. No se trata
de buscar la “verdad” sino lo que pueden reconstruir en el aquí y ahora. Pueden si quieren,
como ejercicio de inspiración previo a la escritura, observar el video de Oscar Ghillione
"Profesores que dejan marca" en TEDxRiodelaPlataED (desde el inicio hasta el minuto
03.04) para ir entrando en clima :
https://www.youtube.com/watch?v=WVEnhecsj3Y
“...La señora Theresa Henzi fue mi profesora de álgebra del primer año del colegio
secundario en Vineland, New Jersey, en 1942. Era una mujer corpulenta, más baja que
el promedio, de apariencia casi regordete y de vestir poco distinguido -vestidos
inclasificables con el dobladillo a media pierna, alfiler de camafeo en el cuello y zapatos
«discretos» de tacón bajo y cordones-. Tenía tobillos gruesos y llevaba unos anteojos
octogonales sin marco cuyos cristales reflejaban la luz la mayor parte del tiempo, lo cual
hacía difícil leer la expresión de su mirada. Tenía una cara redonda y agradable
enmarcada por un pelo castaño ondulado, veteado de más. Supongo que aquel año en
que fue mi profesora tendría unos cincuenta y cinco años o quizás algo más. Lo que
recuerdo más vívidamente de las tempranas clases matutinas de la señora Henzi es el
modo que tenía de revisar las tareas para el hogar, que nos había asignado. Hacía
pasar a la pizarra, situada al frente del aula, a tres o cuatro alumnos para que estos
resolvieran los problemas que nos había encargado el día anterior. Normalmente se
trataba de ejercicios de ecuaciones extraídos del libro de texto en los que se pedía
simplificar las operaciones y despejar el valor de x. La señora Henzi, de pie junto a la
pared opuesta a las ventanas, con sus anteojos resplandeciendo por el reflejo de la luz,
leía el problema en voz alta para que los estudiantes que estaban junto a la pizarra lo
copiaran y resolvieran mientras el resto de la clase observaba. A medida que cada
alumno terminaba sus cálculos se volvía hacia la clase y se corría un poco para permitir
que los demás vieran su trabajo. La señora Henzi revisaba cuidadosamente cada
solución (como hacíamos todos los demás que nos hallábamos sentados), y prestaba
atención no sólo al resultado sino también a cada paso dado para llegar a él. (Todos los
cálculos debían exponerse en detalle sobre la pizarra.) Si todo estaba bien, la profesora
enviaba al alumno de regreso a su banco con una palabra de elogio y asintiendo
brevemente con la cabeza. Si el alumno había cometido un error, lo instaba a revisar su
trabajo para ver si él mismo podía descubrirlo. Allí hay algo que está mal, Robert»,
decía. «Hazlo de nuevo.» Si después de unos pocos segundos de escrutinio, Robert no
podía detectar su error, la señora Henzi pedía un voluntario (normalmente se ofrecían
muchos voluntarios) para que señalara dónde se había equivocado su desventurado
compañero. La parte más memorable de esta rutina diaria habitualmente ocurría en
medio de cada una de esas rondas de cálculos en la pizarra antes de que ni siquiera el
más veloz de los alumnos hubiera terminado su trabajo. En algún momento, la
señora Henzi ladraba una orden que ya se había convertido en hábito. Sin embargo, el
instante preciso en que la daba siempre era inesperado, además el volumen de esa
exclamación hacía que toda la clase reaccionara con un sobresalto. «¡MUCHO OJO!»,
tronaba. Al principio, rara vez estaba uno seguro de a quién se dirigían esas palabras, si
es que se dirigían a alguien en particular. A menudo sonaban como si estuvieran
destinadas a todos nosotros. Pero otras veces la dirección de la mirada de la
señora Henzi hacía evidente que ella había detectado un error en el desarrollo del
ejercicio y advertía al perpetrador que estaba por descarriarse y que marchaba hacia un
Waterloo algebraico. Como no siempre estaba claro cuál de los alumnos era el que
había cometido la falta, el efecto de cada una de esas exclamaciones, además de
sobresaltar a todos, era impulsar a quienes permanecíamos sentados a examinar con
renovado fervor la pizarra en busca del error que la señora Henzi con su mirada de rayos
X parecía haber captado casi antes de que se cometiera.
Material de lectura
Bibliografía de referencia
Black y Wiliam. (1998). Assessment and classroom learning. Assessment & Education 5 (1) 7-74.
Brookhart. (2013). How to create and us rubrics for formative assessment and grading. Alexandria,
VA: association for Supervision and curriculum development.
Clarke, S. (2001). Unlocking Formative Assessment. London: Hodder and Stoughton.
Litwin, E. (2008). El oficio de enseñar. Buenos Aires: Paidós.
McDonald y Boud. (2003)
Stobart, G. (2010). Tiempos de pruebas: los usos y abusos de la evaluación. Madrid: Morata.
Wiggins. (2012). Seven Keys to effective feedback. Feedback for Learning 70 (1:10-16).
Wiliam y otros. (2004). Teachers developing assessment for learning: impact on students
achievement. Assessment in Education: Principles Policy and Practice. 11 (1)
Contenidos de la clase
Los criterios e indicadores de evaluación.
Características de los criterios: Transparentes, compartidos y públicos
Indicadores: ideas para su construcción
Palabras clave: Criterios, indicadores, transparentar.
Introducción
A modo de síntesis, les proponemos ver este video donde Rebeca Anijovich menciona algunos
aspectos vinculados con la evaluación formativa
https://youtu.be/rK-cjxHnKN8
Recordemos que es importante que los estudiantes sean conscientes de lo que se espera de
ellos durante una situación de evaluación y participen de la misma sabiendo qué es lo que
aprenderán y serán capaces de hacer.
En esta clase retomamos una de las características de lo que definimos como evaluar para
aprender:
Intenciones explicitadas
Se trata de explicitar adónde se quiere llegar, qué se pretende que se
para el aprendizaje y la
estudie y qué se requiere para una actuación satisfactoria.
formulación de criterios
Foro 1 - Clase 2:
Para iniciar esta clase los invitamos a leer esta tira cómica y comentar en el foro:
¿Qué le sucede Rabanitos cuando recibe la calificación de su trabajo?
Ir al foro
Se espera que intervengan en el foro por lo menos una vez a lo largo de esta semana para
favorecer el intercambio con el grupo.
Si sabemos qué y para qué estamos evaluando, podremos establecer con claridad y coherencia
los criterios que se usarán a la hora de otorgar un valor a los desempeños y producciones de los
y las estudiantes. También es importante focalizar en lo sustantivo de la enseñanza. Encontramos
ejemplos en la práctica en que se evalúan aspectos que no son los más relevantes, significativos
y representativos. Por ejemplo, se evalúa la evocación de datos que hoy están disponibles en
internet en lugar de evaluar la capacidad para analizar un hecho histórico desde diferentes
perspectivas.
Por ejemplo: ¿Cuáles son las características de una buena escritura, de un buen razonamiento
científico o de un buen trabajo grupal?
El Diccionario de la Real Academia define indicar como: “Mostrar o significar algo con
indicios y señales”. Una vez que definimos los criterios de evaluación necesitamos
indicadores que nos permitan identificar los niveles de calidad de los saberes a ser
acreditados, así como el proceso y el recorrido de cada uno de los alumnos.
Un ejemplo
Los alumnos y alumnas están trabajando sobre los medios de comunicación y van a producir un
noticiero como parte de un proyecto.
Para ello, están analizando algunos criterios para definir la calidad del noticiero que van a
producir. Uno de los criterios que acordaron se centra en la calidad de la información que van a
ofrecer a la audiencia de su noticiero. Algunos de los indicadores que han acordado en clase -al
debatir sobre la calidad de noticiero- se refieren a la precisión de los datos, así como a la
veracidad de las fuentes de información.
De este modo, nos proponemos develar lo que tradicionalmente suele estar oculto y compartirlo
con los alumnos, pero no sólo enunciándolo, sino acompañando el proceso para que los alumnos
se apropien de los criterios.
Para finalizar la clase les proponemos mirar el siguiente video que resume lo trabajado en el
guión: https://www.youtube.com/watch?v=MFrHe3aJqJk
Actividad
Para la resolución de la siguiente actividad de carácter obligatorio se ofrece la posibilidad a los
cursantes de realizarla en forma individual o en grupos de hasta 3 integrantes. En caso que
deseen hacerlo en forma grupal tienen tiempo para informar al tutor hasta el sábado 28 de
septiembre de modo de que podamos asignarles un equipo de trabajo para tal fin y un espacio
colaborativo en línea particular para su organización.
Parte A
2. Propongan 4 criterios con sus indicadores para que el jurado sea justo en la elección de los ganadores.
Preséntenlos en forma de cuadro/grilla con dos columnas.
Parte B
3. Observen el siguiente video desde el min. 16 hasta el min. 34 del Programa 3 de MasterChef Junior.
https://www.youtube.com/watch?v=3iDRn-cNe9o
¿En qué se basó el jurado para evaluar las producciones de los 6 participantes que eligieron?
¿todos miran/evalúan lo mismo?
¿Podemos decir que las devoluciones que hacen los miembros del jurado son formativas en algún
caso? ¿cuál? ¿por qué?
Importante: Recuerden citar la bibliografía de referencia empleada en la justificación de su
respuesta.
5. Entregar, en forma individual, en el buzón un documento que contenga todo lo elaborado por
ustedes en los puntos 2 y 4 aclarando la co-autoría para los casos que corresponda.
Queda habilitado el foro de consultas para evacuar cualquier duda que pueda surgir.
Material de lectura
Bibliografía de referencia
Wiggins, G. (2012). Seven Keys to Effective Feedback. Feedback for Learning 70 (1): 10–16
Contenidos de la clase
Retroalimentación
Diálogos reflexivos
Devolución
Protocolos
Foro 1 - Clase 3:
Antes de iniciar con la lectura, los invitamos a participar del FORO de esta clase donde
les proponemos analizar cuál es el propósito de cada una de estas retroalimentaciones:
Supongamos que unos alumnos están sentados en el césped haciendo bocetos de la
escena que tienen delante para pintar un cuadro cuando vuelvan a clase. El docente se
pasea entre los estudiantes mirando lo que dibujan y observa que algunos bocetos carecen
de sombras. Para comunicar esta importante evaluación formativa puede emplear muchos
tipos de lenguaje, desde la brusquedad hasta el puro desinterés.
Esto está mal, a ver si te fijas un poco. Aquí no hay profundidad. Es totalmente plano”.
“Observa con más cuidado lo que estas dibujando. No lo estás mirando bien”.
“¿De dónde viene la luz? ... Exacto, de arriba a la derecha. Pues mira ese árbol. ¿Ves que
el lado de la derecha es más claro que el otro? Intentá representar ese contraste en el
dibujo con un poco de sombreado en el lado izquierdo”.
“Debes poner más sombras. Te voy a enseñar lo que quiero decir. Mira el boceto que
acabo de hacer del mismo árbol”.
¿Qué intentas conseguir con el dibujo? ¿Qué podrías hacer para acercarte un poco más
a lo que quieres conseguir?”.
“Está muy bien. Seguí así”.
Tomado de Wragg (2001).
En este foro se espera que hagan dos intervenciones:
1. Donde retomen por lo menos dos de las retroalimentaciones anteriores y las
analicen: ¿Estas devoluciones permiten a los estudiantes mejorar sus aprendizajes? ¿Los
ayudan a identificar y reducir el espacio entre “lo que saben hoy” y el saber que
esperamos que construyan? ¿En qué casos sí, en cuáles no? Justifiquen.
Se espera que intervengan en el foro por lo menos una vez a lo largo de esta semana
para favorecer el intercambio con el grupo.
Clase 3b. La retroalimentación. Diálogos reflexivos
Retroalimentación, segunda parte
https://www.las400clases.org/formacion/videos/valor-formativo-retroalimentacion
Ofrecer retroalimentación apropiada a los estudiantes es una de las tareas complejas que tiene
que atender hoy un docente. Reconocemos, cada vez con más claridad, que nuestros estudiantes
son diversos y que necesitamos utilizar distintas estrategias para favorecer sus aprendizajes. Al
referirnos a la diversidad de nuestros estudiantes, reconocemos la variedad de intereses, de
experiencias previas, de estilos de aprendizaje, de tipos de inteligencia, de entornos sociales y
culturales que nos llevan a encarar la enseñanza y la evaluación considerando al aula como
heterogénea.
En ocasiones encontramos otras prácticas que se acercan más a la evaluación formativa. A modo
de ejemplo, los profesores:
En una versión aún más en sintonía con la evaluación formativa, nos encontramos con ejemplos
como los siguientes: los profesores…
En lo que respecta al rol de los docentes, encontramos a quienes asumen lo que se denomina
“retroalimentación de discrepancia” e intentan acortar la brecha entre lo que el estudiante
comprende y lo que se supone o se espera que comprenda, y a quienes suman una
“retroalimentación progresiva” que se basa en la mejora del aprendizaje en relación con el
aprendizaje anterior.
Entendiendo el sentido que hoy tiene el campo de la evaluación formativa y siguiendo las ideas
de Black (2013), incluimos el concepto de interacciones dialogadas formativas (IDF), ya sea en
forma presencial o escrita.
Cuando se generan interacciones dialogadas formativas, se espera que los estudiantes tengan
oportunidad de actuar y planear los próximos pasos para profundizar su propio aprendizaje y
recorrer un camino hacia la autonomía. Se trata de orientar y de promover reflexiones sobre los
desempeños y las producciones de los estudiantes.
Para llevar adelante estas buenas prácticas necesitamos identificar los obstáculos que, de alguna
manera, ofrecen resistencia. Por ejemplo:
1. Utilizar un lenguaje poco familiar, un vocabulario que los estudiantes no comprenden al momento
de efectuar devoluciones sobre las producciones y desempeños. Por ejemplo: “la justificación que
presentás es muy básica”.
2. Ofrecer devoluciones a los estudiantes que están más orientadas a lo que ocurrió en el pasado que
a cómo mejorar en el futuro. Esto refuerza los reclamos de los maestros cuando plantean que los
estudiantes no utilizan nada de lo que reciben, para sus producciones futuras. Por ejemplo: “tu
trabajo es flojo, no lograste identificar las ideas relevantes”.
3. Devolver trabajos con comentarios varias semanas después de la producción. En muchas
ocasiones las interacciones dialogadas formativas se llevan a cabo demasiado tarde, lejos del
momento de la producción y requieren del estudiante un esfuerzo de conexión y reconstrucción de
lo sucedido que difícilmente ocurre.
Tal vez la cuestión más relevante del bajo impacto que estas interacciones dialogadas tienen en
los aprendizajes de los estudiantes se puede explicar porque -como plantea Sadler- traslada el
modelo de transmisión de la enseñanza y, en lugar de producirse conversaciones acerca del
trabajo o del desempeño de los estudiantes, se les ofrecen sólo informaciones o juicios de valor.
Los estudiantes no son impulsados a involucrarse, a ser parte activa, a tomar decisiones acerca
de sus futuras tareas y desempeños.
Los docentes de distintos niveles de escolaridad valoran las interacciones dialogadas formativas
entre pares, aunque reconocen que es necesario formar a los estudiantes para que aprendan a
hacerlo y que este tipo de prácticas requieren ser sostenidas en el tiempo.
Las interacciones dialogadas formativas pueden contribuir a la comprensión por parte de los
estudiantes, quienes pueden mejorar su trabajo, encarar tareas desafiantes y lograr aprendizajes
significativos para su trayectoria escolar.
Entendemos a los protocolos como instrumentos que nos ayudan a organizar las conversaciones,
los intercambios, los diálogos.
Tienen una estructura que, atendiendo al frecuente reclamo de falta de tiempo, permiten su
utilización, focalizando aspectos de los desempeños o producciones optimizando el tiempo.
Tienen una estructura pautada tanto en los tiempos como en las consignas, contribuyen al
cuidado en las formas, los modos y los contenidos de las interacciones dialogadas formativas. No
tienen intención de emitir juicios de valor, de sancionar, de incomodar a quienes muestran sus
trabajos.
Los protocolos se utilizan de manera oral o escrita. Si es oral, puede ser un grupo de alumnos
que muestre una producción y reciba retroalimentación de sus compañeros y compañeras a
través del uso de un protocolo.
Encontramos hoy en las aulas muchos docentes utilizando protocolos, definidos como
conversaciones organizadas. A modo de ejemplo compartimos algunos:
a. El recorrido
En este protocolo se trata de ofrecer preguntas a los estudiantes que les permitan analizar el
recorrido de una secuencia de aprendizaje, de un desempeño, de un producto.
- ¿Cuál es su propósito?
b. S.E.R
Seguir haciendo…
Empezar a hacer…
Reformular….
Este protocolo se utiliza para el desarrollo de un trabajo colaborativo, se propone para realizar
luego de una tarea en parejas. Es posible proponerlo también para un trabajo grupal.
El uso de protocolos contribuye a organizar la conversación y a focalizar en los aspectos que las
preguntas plantean. Por supuesto, el protocolo puede ser adaptado o creado completamente por
los docentes, o de manera conjunta con los estudiantes. La actividad de elaborar protocolos en
conjunto contribuye no solo con el monitoreo de lo realizado, sino que, además, promueve la
comprensión de los temas trabajados, y pone en juego estrategias metacognitivas.
Este protocolo generalmente se emplea para guiar conversaciones con los estudiantes, al
principio es el docente quien modeliza frente a la clase retroalimentando producciones grupales o
individuales de los estudiantes y luego pueden promover su empleo para que los estudiantes se
den retroalimentación entre ellos.
1. Clarificación
Cuando los estudiantes comparten su trabajo no siempre las ideas se entienden claramente y en
algunos casos parece faltar información. El clarificar a través de preguntas que permitan entender
mejor algunos puntos o que dan a conocer ideas que no se han expresado, es algo importante
antes de poder ofrecer retroalimentación.
2. Valoramos
El valorar contribuye a la construcción de una cultura que apoya la comprensión. Hacer énfasis en
los puntos positivos, en las fortalezas y aspectos interesantes del trabajo de otro, ofrece un clima
de confianza necesario para que se desarrolle una buena sesión de retroalimentación. La acción de
valorar muestra respeto hacia los estudiantes y sus ideas.
3. Expresar inquietudes
Este es el momento para expresar aquellas preocupaciones, dificultades o desacuerdos con
algunas de las ideas en cuestión, no como acusaciones o críticas negativas, si no, como preguntas
auténticas. Por ejemplo, “¿me pregunto si lo que quieres decir es…”, “Tal vez ya pensaste acerca
de esto pero ¿has considerado…”, En fin siempre debemos presentar nuestras inquietudes de
manera que no sean una amenaza.
4. Sugerimos
Ofrecer sugerencias para resolver los problemas que hemos identificado es el último escalón para
andamiar a los estudiantes en el desarrollo de su comprensión y ayudarlos a emplear la
retroalimentación para mejorar sus trabajos. Aunque no hay garantías de que esas sugerencias
sean utilizadas… las sugerencias son sólo eso, sugerencias, no mandatos.
Los invitamos a volver sobre sus relatos de la primera entrada del portafolio para realizar un
análisis de la situación. Reflexionen sobre las huellas que esta situación y sus profesores-
maestros/as dejaron en sus prácticas como docente
Los invitamos a volver sobre sus relatos para realizar un análisis de la situación.
Reflexionen sobre las huellas que esta situación y sus profesores-maestros/as dejaron en
sus prácticas como docente.
¿Cómo influyen estos recuerdos en tus ideas acerca de la evaluación? ¿tenés otros
recuerdos en relación con otros métodos de evaluación que empleaban tus docentes?
Contenidos de la clase
Introducción
En la clase 2 trabajamos sobre los criterios e indicadores de evaluación. Si bien existen varios
instrumentos útiles para volcar los criterios en una hoja y hacerlos más claros, en esta clase
queremos profundizar en uno de éstos: las listas de cotejo.
Listas de cotejo
La mejor lista de cotejo se elabora a partir de ejemplos concretos. En este sentido, los criterios o
ítems se elaboran a partir de descripciones de las conductas, actitudes, desempeños y
producciones “esperables” y los “errores más frecuentes”.
Cuando el criterio o ítem es muy específico o restringido, se pierde el sentido de lo que se quiere
observar y suele suceder que la información resulta insuficiente. Por ejemplo: Identificar. Para que
tenga sentido el uso de las listas de cotejo es necesario saber cuáles son las expectativas de
logro. Por ejemplo: Identificar diversidad de causas.
SI NO
Este es el modelo clásico de una lista de cotejo que, básicamente, permite señalar la presencia o
ausencia del desempeño de un alumno. Muchas veces no nos alcanza la información que
recogemos a través de una lista de control, es por eso que proponemos dos ejemplos alternativos
de listas que denominaremos “de seguimiento” porque su función básica está centrada más en el
monitoreo y la mejora que en el control o verificación.
Los ejemplos que proponemos están redactados para ser utilizados por los docentes, pero del
mismo modo podrían ser utilizados por los alumnos, quienes deberían redactar los criterios en
primera persona. De este modo, se contribuye al desarrollo de su autonomía. Como señalamos
en clases anteriores, docentes y alumnos pueden utilizar la misma lista y conversar acerca de las
miradas de cada uno sobre las producciones y los desempeños.
SI NO Evidencias
Explico correctamente el procedimiento que utilizo
Utilizo gráficos para explicar el procedimiento
Reconozco pasos correctos
Reconozco pasos incorrectos
Elijo entre dos procedimientos alternativos
Tengo dificultades para explicar el procedimiento que utilizó.
En este ejemplo, sumamos una columna para que el alumno agregue alguna evidencia de lo que
afirma. También la hemos construido en primera persona para que pueda ser utilizado
directamente.
Si agregamos una columna más, podemos avanzar hacia otro nivel de análisis. En el ejemplo 3
añadimos el campo “Acciones para mejorar” con el objetivo de identificar las mismas y pensar los
modos para llevarlas a cabo.
1. numéricas: (0 a 10).
2. conceptuales o descriptivas: siempre, generalmente, a veces, nunca; sobresaliente,
distinguido, bueno, aprobado, insuficiente, reprobado.
3. gráficas.
Las listas de cotejo nos permiten conocer cómo avanzan nuestros alumnos, pero estas
conclusiones son provisorias y es necesario continuar el proceso de evaluación, indagar aspectos
que no resultan claros y, después, tomar decisiones acerca de cómo continuar.
Para finalizar les ofrecemos un ejemplo que mantiene la idea de la lista de control, pero con la
diferencia de que ésta propone a los alumnos utilizar los colores verde, amarillo o rojo para indicar
aquello que reconocen como un logro, aquello que está en desarrollo y lo que no está logrado.
Rojo Amarillo Verde
Con el mismo instrumento los docentes podemos utilizar para monitorear a todo el grupo.
Foro - Clase 4
Luego de leer los ejemplos de listas de cortejo y los tipos de escala. Los invitamos a elegir según
corresponda la opción A o B.
Opción A: Para quienes ya se encuentran familiarizados con dicho instrumento les pedimos que
compartan alguna lista de cotejo utilizada en sus clases. Y que comenten en el foro:
- ¿Cómo la construyeron?
Opción B: Para quienes nunca utilizaron dicho instrumento los invitamos a responder las siguientes
preguntas en el foro:
- ¿Se imaginan utilizándolas? ¿En qué caso o para evaluar qué actividad?
Ir al Foro
Los foros permanecerán abiertos durante tres semanas para sus intervenciones. Alentamos a que
puedan intervenir durante los primeros 10 días de su apertura. Los invitamos a participar
activamente!
Material de lectura y Bibliografía de referencia
Material de lectura
Anijovich, R y González, C. (2010). Evaluar para aprender. Buenos Aires: Aique. Cap 2.
Bibliografía de referencia
Contenidos de la clase
Criterios
Niveles de calidad
Descriptores
Introducción
En la clase anterior identificamos algunos instrumentos que nos ayudan a la hora de volcar los
criterios de valoración en una hoja: las listas de cotejo y las matrices de valoración o rúbricas. En
esta clase abordaremos las matrices de valoración en relación con el concepto de
retroalimentación que compartimos en la clase 3.
Matrices de valoración
Las matrices de valoración son documentos que articulan las expectativas de los docentes ante
una tarea o un desempeño a través de una lista de criterios y la descripción de sus niveles de
calidad. De este modo, podemos considerarlas “asistentes” de la evaluación.
Encontramos una cantidad de estudios que muestran el valor del uso de las matrices de
valoración cuando hay una intervención adecuada de los docentes y cuando su utilización se
encuentra enmarcada en la evaluación formativa.
Desde esta perspectiva, retomamos la idea que trabajamos en la clase 3 acerca de cuándo una
retroalimentación es formativa: "Cuando la información que se ofrece contribuye a reducir la
discrepancia entre el estado inicial y las expectativas de logro y/o estándares, al mismo tiempo
que colabora en ese recorrido (Sadler, 2009; Hattie y Timperley, 2007). Se trata de un proceso
que articula las evidencias de aprendizaje y los criterios con los objetivos, expectativas de logro.
Para que esto se logre, utilizamos las matrices de valoración.
Sostenemos que las matrices de valoración tienen que ser compartidas y/o diseñadas en conjunto
entre estudiantes y docentes. Es también necesario señalar que esta práctica requiere un
aprendizaje sistemático en los distintos niveles de escolaridad. Muchas veces, los docentes
trabajan con matrices de valoración y las utilizan para evaluar a sus estudiantes, pero no las
comparten. De este modo se sigue manteniendo el secreto acerca de lo que se evalúa y se
desaprovecha la potencia del instrumento.
Es importante acompañar la matriz de valoración con ejemplos que muestren buenos trabajos
realizados por estudiantes de años anteriores. Por ejemplo, si la matriz de valoración evalúa la
capacidad de argumentar, se pueden mostrar textos argumentativos muy bien redactados y textos
con argumentos débiles para sostener la idea central.
Siguiendo con este ejemplo, al recurrir a trabajos de alumnos y alumnas de cursos anteriores se
pueden proponer los siguientes ejercicios:
1. Pedirles a los estudiantes que los ordenen de mayor a menor nivel de calidad.
2. Ofrecerles un trabajo de muy buen nivel de calidad y solicitar a los alumnos que expliquen
qué lo caracteriza como tal.
Diseño de matrices
A continuación, les proponemos ver esta animación que presenta las rúbricas, sus usos y
recomendaciones para construirla.
https://www.youtube.com/watch?v=rxJvoxhgSes
El diseño de matrices de valoración requiere una clarificación previa ya que se trata de, a través
de las mismas, ofrecer o construir junto con los alumnos y alumnas, un documento que describa
con claridad los objetivos que tienen que alcanzar, las expectativas y los niveles de logro.
En la primera fase es necesario realizar una reflexión sobre la actividad que estamos por solicitar a los
estudiantes. Algunas de las preguntas que pueden orientar esta reflexión son: ¿por qué estoy solicitando
esta tarea? ¿cómo la resolvieron otros alumnos anteriormente? ¿fue simple? ¿fue demasiado difícil? ¿fue
clara o no? ¿cuáles son mis expectativas?
La segunda fase propone analizar la coherencia entre la tarea y los objetivos de aprendizaje. La pregunta
aquí sería ¿qué habilidades y qué conocimientos quiero que mis alumnos posean? ¿qué quiero que
puedan hacer? y ¿cómo esta tarea les permitirá lograrlo o me permitirá saber si lo logran? Sobre estos
aspectos estuvimos trabajando en las clases anteriores, de manera particular en la ficha sobre consignas
auténticas.
La siguiente fase consiste en el ordenamiento de las distintas dimensiones que conlleva la resolución de la
tarea y si deseamos en la asignación de un porcentaje que expresa la importancia relativa de cada una de
las dimensiones.
Finalmente, en la última fase, desarrollaremos los criterios que explicitan cada uno de los niveles de
desempeño posibles. Una estrategia para construir estos niveles puede ser comenzar por los extremos,
pero sin duda este es un trabajo artesanal que se va resolviendo con mayor fluidez en la medida en que se
ejercita. Y también es posible que al momento de la corrección de los trabajos encontremos nuevas
características o aspectos para incluir en los niveles que antes no habíamos pensado.
A partir de tener la matriz de valoración siempre a la vista, los alumnos y alumnas pueden, por
ejemplo, planificar sus próximos pasos en un aprendizaje específico, anticipar y administrar los
recursos que van a necesitar y organizar sus tiempos de estudio y de producción.
Para diseñar una matriz de valoración es necesario considerar las siguientes cuestiones:
1. Identificar el objeto o proceso que se va a evaluar. Se propone recoger evidencias de
habilidades de pensamiento, contenidos conceptuales, procedimientos y actitudes.
2. Definir si la matriz de valoración que se va a utilizar será general o específica. Por ejemplo, si
vamos a evaluar los modos de organización y presentación de la información en distintas tareas o
en una en particular, en el proyecto en que están trabajando los estudiantes actualmente.
3. Determinar con qué actores se diseñará la matriz de valoración y con quiénes se compartirá.
Es posible involucrar a los estudiantes en el diseño y compartir resultados con la institución,
padres, otros docentes del mismo curso, de la misma disciplina, etc. La decisión de compartir
conlleva la idea de aunar diversas interpretaciones a las que están expuestas las matrices de
valoración.
4. Determinar las dimensiones y los criterios que refieren a los objetivos de aprendizaje
planteados en el programa y que muestran qué es lo que los estudiantes tienen que
lograr. Por ejemplo, en el aprendizaje de las Matemáticas definimos las dimensiones de
conocimiento de hechos y procedimientos, uso de conceptos, resolución de problemas rutinarios.
De cada una de estas dimensiones se definen los criterios.
5. Establecer la cantidad y niveles de calidad. Para denominar los niveles de calidad se recurre a
diferentes taxonomías o aportes de la psicología cognitiva como, por ejemplo: aprendiz, novato,
competente y experto. Tomando ejemplos de alumnos nos encontramos con la siguiente propuesta
que muestra su grado de comprensión acerca del nivel de calidad de los trabajos: listo, todavía le
falta un poco, le falta bastante, volver a empezar.
6. Construir los descriptores: se trata de describir de la manera más detallada posible cada nivel de
calidad que refiere a cada uno de los criterios. Las palabras que se utilizan en los descriptores
refieren a habilidades de pensamiento, acciones, actitudes, procedimientos. Por ejemplo: identifica
todos los elementos importantes del problema, incluye ejemplos y contraejemplos.
7. Decidir los puntajes: en el caso que se quiera utilizar la matriz de valoración para calificar, se trata
de definir un porcentaje para cada criterio que se utiliza ponderando los que son más importantes
con un puntaje mayor, ya que en cualquier tarea siempre habrá aspectos más importantes o que
demandan mayor trabajo que otros, y estos deben pesar más al momento de asignar una nota.
Esto permite generar una calificación numérica.
8. Poner a prueba el borrador y ajustar la matriz de valoración a partir de los comentarios recibidos.
Para validar una matriz de valoración se puede apelar a que varios evaluadores la utilicen para ver
si llegan a las mismas marcaciones, consultar matrices de valoración existentes, consultar
pedagogos y expertos disciplinares. También se puede utilizar matrices de valoración que se
encuentran en distintos sitios en internet y que se pueden adaptar a las necesidades de evaluación
de cada docente[1].
Veamos un ejemplo:
DIMENSIÓN CRITERIO
Un uso interesante de las matrices de valoración es el mapeo de una disciplina a lo largo de toda
la escolaridad, o por ciclos o niveles, tanto en sus contenidos como en sus habilidades de
pensamiento. Este mapeo permite a su vez analizar las trayectorias de los estudiantes.
Para concluir esta clase queremos poner en el centro de la cuestión la competencia de aprender
a aprender, que se logra cuando el aprendizaje es objeto de reflexión. Algunos estudiantes saben
cuándo están aprendiendo algo y cómo lo están haciendo, pero otros sólo repasan y repiten lo
que estudian. Los profesores tenemos una responsabilidad en ayudar a los estudiantes a
desarrollar conciencia acerca de cómo están aprendiendo y cómo pueden hacerlo mejor. La
autoevaluación y la evaluación entre pares forman parte de este desarrollo y el uso de las
matrices de valoración colabora con este propósito.
Para seguir profundizando en el tema de rúbricas los invitamos a mirar el siguiente video
de Felipe Martínez Rizo.
https://www.las400clases.com.ar/formacion/videos/matrices-valoracion-o-rubricas
[1] www.rubistar.org; http://7-12educators.about.com;
www.4teachers.org; http://evalcomix.uca.es/index.php/espanol.html ; https://www.additioapp.com/
es
Luego de haber leído la clase y la bibliografía de referencia les proponemos que busquen en
internet
(http://evalcomix.uca.es/index.php/espanol.html, https://www.additioapp.com/es; www.rubista
r.org; http://7-12educators.about.com; www.4teachers.org) una rúbrica que les parezca
interesante y posible de ser aplicada en sus clases. Citen la misma (peguen el link) y
compartan en el foro:
2. Alguna sugerencia de mejora, si la hubiera (estas pueden estar vinculadas con la formulación
de los criterios, las escalas, los descriptores, etc.)
3. Un nuevo criterio que ustedes le agregarían a la rúbrica encontrada. Escriban también los
descriptores para cada nivel de desempeño de ese criterio.
Los foros permanecerán abiertos durante tres semanas para sus intervenciones. Alentamos a
que puedan intervenir durante los primeros 10 días de su apertura. Los invitamos a participar
activamente!
Para esta actividad proponemos organizar el debate en dos espacios. En un foro compartirán
sus respuestas los docentes que enseñan en el nivel primario y en el otro los docentes de nivel
secundario.
Actividad
Actividad obligatoria
Elijan entre el protocolo “S.E.R” o “la escalera de la retroalimentación” abordados en la clase 3.
Elijan dos producciones de sus alumnos: una considerada como muy buena y otra regular y realicen una
devolución a cada trabajo haciendo uso del protocolo elegido.
La devolución debe estar dirigida al alumno. No se trata de relatar cómo harían la devolución sino
efectivamente hacerla, de modo que el alumno pueda leerla y comprenderla. Si alguno prefiere realizar la
devolución utilizando el protocolo en forma oral, puede enviar el audio de la misma.
Recuerden adjuntar las fotos de los trabajos elegidos para hacer esta actividad.
¿Cómo te gustaría ser recordada/o por tus alumnos en relación a las situaciones de evaluación y
devolución que proponés en tus clases? Desarrolla brevemente uno o dos ejemplos que sirvan para
dar cuenta del tipo de consignas y diálogos estableces con tus estudiantes en torno a las situaciones
de tus clases que te parecen valiosas para su experiencia de formación.
Clase 5. Las matrices de valoración o rúbricas
Foro de despedida
Les proponemos volver al padlet donde subieron las imágenes que representaban lo que
era para ustedes la evaluación. Una vez recuperada la imagen y su justificación inicial,
los invitamos a ingresar en este foro y completar la siguiente rutina de pensamiento:
Ir al foro
Material de lectura
Anijovich, R. y Cappelletti. (2017). Transparentar y compartir: las rúbricas. El valor de los criterios e
indicadores para la evaluación. Extractos de La evaluación como oportunidad. Capítulo 5. Buenos
Aires: Paidós.
Casanova, A. (1995), Un modelo evaluador y su metodología en Manual de Evaluación Educativa.
Rúbrica para elaborar rúbricas. Autor: Bonnie B. Mullinix & Buck Institute for Education. Disponible
en: http://eduteka.icesi.edu.co/pdfdir/elaborarrubricas.pdf
Bibliografía de referencia
Sadler, D.R. (1989). Formative assessment and the design of instructional systems. En Instructional
Science 18: 119-44.
Hattie, J. y Timperley, H. (2007). The Power of Feedback. Review of Educational Research 77: 81–
112.