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Igualdad
Diferentes disciplinas como la Filosofía, la Sociología, la Antropología y la
Política analizan el concepto de la igualdad entre los miembros de una
sociedad. De una forma genérica se entiende que la igualdad social es un
concepto relacionado con la justicia social. La Declaración Universal de los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, por ejemplo, afirma que 'todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos'. La
igualdad social es también uno de los objetivos de algunos partidos
políticos, organizaciones y asociaciones.
A nivel político, existen diferentes modelos organizativos que buscan
promover la igualdad social. A lo largo de la Historia, cuando se producen
situaciones de desigualdad entre personas o grupos de la sociedad, se
producen enfrentamientos o conflictos sociales que buscan poner fin o
contrarrestar este tipo de situaciones. La igualdad social es un término
amplio y puede aplicarse a diferentes ámbitos de la sociedad como la
educación, el trabajo o la sanidad y que incluye otros conceptos como la
igualdad de género y la igualdad de oportunidades.
Libertad
La libertad es un derecho humano fundamental e inalienable, es decir, es la
capacidad que poseen los individuos para tomar decisiones, actuar y asumir sus
responsabilidades. La libertad de una persona no limita la libertad de los demás.
Sin embargo, en muchos casos la libertad se encuentra limitada a fin de cuidar y
proteger el bienestar general y, evitar el abuso de poder y de autoridad.
Un ejemplo de libertad puede ser: respetar y dejar vivir en libertad a los animales
en su estado natural. Raptar animales salvajes y mantenerlos en cautiverio es un
acto deplorable que viola la libertad de un ser vivo.
Respeto
El respeto es un valor y una cualidad positiva que se refiere a la acción de
respetar; es equivalente a tener veneración, aprecio y reconocimiento por una
persona o cosa.
La palabra proviene del latín respectus, que traduce ‘atención’, ‘consideración’, y
originalmente significaba ‘mirar de nuevo’, de allí que algo que merezca una
segunda mirada sea algo digno de respeto.
El respeto es uno de los valores morales más importantes del ser humano, pues
es fundamental para lograr una armoniosa interacción social. El respeto debe ser
mutuo y nacer de un sentimiento de reciprocidad.
Una de las premisas más importantes sobre el respeto es que para ser respetado
es necesario saber o aprender a respetar, a comprender al otro, a valorar sus
intereses y necesidades.
El respeto también debe aprenderse. Respetar no significa estar de acuerdo en
todos los ámbitos con otra persona, sino que se trata de no discriminar ni ofender
a esa persona por su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando dichas
decisiones no causen ningún daño, ni afecten o irrespeten a los demás.
Respetar es también ser tolerante con quien no piensa igual que tú, con quien no
comparte tus mismos gustos o intereses, con quien es diferente o ha decidido
diferenciarse. El respeto a la diversidad de ideas, opiniones y maneras de ser es
un valor supremo en las sociedades modernas que aspiran a ser justas y a
garantizar una sana convivencia.
Muchas religiones abordan la cuestión del respeto hacia los demás, porque es una
de las reglas esenciales para tener una relación sana con el prójimo.
Dialogo
Dialogar es conversar con otras personas sobre nuestras ideas, pensamientos,
sentimientos. Nos permite crear y avanzar en las buenas, correctas y fructíferas
relaciones, sean personales, sociales o profesionales.
El diálogo es un valor fundamental para la convivencia. A pesar de que el refrán
dice que “hablando se entiende la gente”, lo importante del diálogo no es hablar,
sino el entendimiento.
La vida y las necesidades cambian, incluso la forma de comunicarnos. Pero lo que
nunca cambiará es la necesidad del ser humano por dialogar y relacionarse con
otras personas y conseguir así estar en equilibrio con todos los que le rodean en
los diferentes ámbitos de la vida.
Y, sobre todo, sin rencores, sin malas caras, sin venganzas y sin malos
entendidos, que lo único que promueven es el distanciamiento físico y emocional
con las personas.
Donde hay diálogo es más fácil que haya entendimiento, que se puedan producir
acuerdos y que ello facilite el desarrollo de un proyecto, de una actividad, de una
amistad o de una relación.
Una mirada, un gesto, un tono, un momento o un lugar pueden abrir o cerrar las
puertas a la comunicación.
Aprender a comunicar facilitará el diálogo. El comportamiento no verbal acompaña
y enfatiza el comportamiento verbal, pero cuando no son congruentes tendemos a
dar valor y prioridad a la expresión facial, a la postura, la mirada o el gesto.
Damos más credibilidad a lo que vemos que a lo que oímos. El 60% de nuestra
atención va hacia lo que percibimos a través de la expresión facial y los gestos;
alrededor de un 30% viaja hacia el tono de voz (lo que se denomina
“comunicación paralingüística”) y en torno al 10% corresponde al contenido del
mensaje.
Es decir, es importante cuidar las formas con las que transmitimos porque supone
implicar o no a las personas que nos escuchan. Nuestro cuerpo y cara están en
constante comunicación; no se silencian, como sí puede ocurrir con la palabra.
Solidaridad
La solidaridad es el apoyo o la adhesión circunstancial a una causa o al interés de
otros, por ejemplo, en situaciones difíciles. La palabra solidaridad es de origen
latín“solidus” que significa “solidario”.
Cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente para conseguir un
fin común, se habla de solidaridad. La solidaridad es compartir con otros tanto lo
material como lo sentimental, es ofrecer ayuda a los demás y una colaboración
mutua entre las personas.
En este sentido, se puede citar como ejemplo a La Cruz Roja como símbolo de
solidaridad, ya que es una organización imparcial con una misión humanitaria
basada en el principio de solidaridad que consiste en proteger la vida y dignidad
de las víctimas de guerra y de violencia, así como prestarle asistencia.
La solidaridad es sinónimo de apoyo, respaldo, ayuda, protección, que cuando
persigue una causa justa cambia el mundo, lo hace mejor, más habitable y más
digno.
Solidaridad como valor
La solidaridad es un valor por excelencia que se caracteriza por la colaboración
mutua que existe entre los individuos, lo que sin duda permite lograr la superación
de los más terribles desastres, como guerras, pestes, enfermedades, entre otros,
aplicarlo también con nuestros familiares, amigos y/o conocidos que se
encuentren en situaciones difíciles y con la ayuda recibida permita salir adelante y
mejorar en cierto modo la situación.
La solidaridad entre los seres vivos permite resistir las adversidades que se
presenta a lo largo de la vida. La persona solidaria no duda en colaborar y apoyar
a todos aquellos individuos que se encuentran en situaciones desfavorecidas, lo
que permite distinguirse de las personas indiferentes, egoístas ante sus
compañeros.
Es importante fomentar la solidaridad desde la infancia ya que puede ser vista
como la base de otros valores humanos que logra desarrollar valiosas relaciones
de amistad, familiares y/o sociales basadas en la ayuda,
apoyo, respeto y tolerancia.