1. Desigualdades persistentes.

Una injusta distribución de los ingresos del estado entre lima y provincias refleja un
crecimiento centralista entre las diferentes regiones; étnica cultural y racionales; esto
ocasionó un conflicto armado interno al haber un descontento por algunos partidos
políticos de los 80 y 90.

Esta injusta distribución de los recursos del estado generó retraso al país; así mismo
ocasionó un 75% de víctimas mortales, dato referido por la CVR; en los diferentes
conflictos que se tuvo durante la existencia del CPC-SL.

Los pueblos en los que tuvo su crecimiento CPC-SL es el departamento de Ayacucho

en la comunidad indígena de Putis.

Los pobladores de Ayacucho fueron considerados peruanos en el año de 1979 junto

con la aprobación de la constitución política del perú, tado referido por la CVR.

3. El conflicto armado interno y la construcción del Estado nacional.

Para poder dar solución a lo que se venía dando en el contexto de nuestro país el estado
quiso ampliar algunas estrategias como son la reforma agraria, ingresos en masas a las
escuelas, el voto a la mujer, y los dos más importantes el servicio militar y la educación con
la metáfora de “CIVILIZAR AL INDIO”. Sin embargo, cuando parecía que con las estrategias
aplicadas se terminaría el ciclo de la república dividida, el estado seguía con dificultades en
sus procesos es así que surgen nuevos partidos políticos que pretendían dar una solución
a la exclusión y discriminacion a partir de un sistema democratico basado en ciudadanos
libres e iguales.

Sin embargo este sistema volvía a caer un un bucle donde se vislumbran luces y sombras
entre la democracia y la reforma, es así que el país volvió a caer en anarquía
produciéndose una gran violacion de los derechos humanos por mencionar algunos la
expropiación y la destrucción masiva de documentos de identidad. De esta manera se
marcó la ruptura literal y simbólica de lo que se venía trabajando para superar la división
interna en las dos décadas previas.
4. Pacto fundacional, democracia, ciudadanía plena y construcción de un país

pluricultural.

Quisiera sacar varias conclusiones desde constatar la naturaleza desgarradora

del problema armado interno. Antes que nada, que si pensamos en la
refundación del Estado y del acuerdo social, habría que ver al Estado como
organización que tiene el monopolio del trabajo legítimo de la violencia, como
composición burocrática y como sociedad nacional, sin embargo asimismo como
iniciativa.

Es eficaz al respecto la definición del estado como aparato cultural, que realizan
diferentes historiadores, como Joseph y Nugent, por ejemplo 22, y pensar la
obra del Estado como una revolución cultural.

Observando al Estado a partir de este ángulo, me parece fundamental retomar

una iniciativa de Guillermo Nugent 23: ¿cuál es la iniciativa del Perú que
poseemos los peruanos?, ¿con qué asociamos el 28 de Julio? Ya que concebir
al Estado como aparato cultural involucra darle trascendencia a ceremonias y
mitos fundacionales. De esta forma, el ritual de conmemoración del 28 de julio
nos regresa todos los años a nuestro instante fundacional, asociado a la libertad,
a la sentencia de San Martín : “el Perú es independiente e independiente”.

No está asociado en absoluto a la democracia. Al conmemorar lo cual podría ser

nuestro “pacto fundacional”, a nadie se le pasa dicha agrupación 24. Las Fiestas
Patrias conmemoran la división de la urbe, un sentimiento nacionalista en el
cual, además, los militares y las guerras de la libertad poseen el papel central:
San Martín, Bolívar, Junín, Ayacucho. Observando al Estado a partir de este
ángulo, me parece fundamental retomar una iniciativa de Guillermo Nugent 23:
¿cuál es la iniciativa del Perú que poseemos los peruanos?, ¿con qué
asociamos el 28 de Julio? Pues concebir al Estado como aparato cultural
involucra darle trascendencia a ceremonias y mitos fundacionales.

El reconocimiento es una labor de extensa duración, puesto que incluye

profundas reformas institucionales y legales, no obstante además cambios en los

2
 hábitos y sentidos comunes. Atañe, por consiguiente, al Estado y los partidos
políticos, sin embargo además a los medios de comunicación y el grupo de la
sociedad: gremios, sociedades, asociaciones, escuelas, iglesias, familias.

Quisiera referirme a uno de dichos planos, el de las reformas institucionales, que

conforme con la CVR deberían darse en los campos de la democracia y la
ciudadanía; la estabilidad y el orden interno; la justicia; y la enseñanza. A ellas
tendríamos que aumentar además la economía, puesto que si no se consigue
combatir la extrema pobreza y acortar las brechas entre ricos y pobres, el
sistema económico no va a poder –usando términos de Sinesio López- alimentar
al sistema político para que cumpla mínimamente con sus labores de
representación e intermediación.

Me detengo en las reformas institucionales ya que lo cual hemos observado

hasta entonces en el territorio no son sólo instituciones frágiles o corruptas. En el
Perú, las instituciones que fueron punta de lanza o instituciones de bandera para
utilizar términos en boga, en la obra de un estado nacional nuevo dentro del viejo
paradigma homogeneizador e integrador, el colegio y el servicio militar forzoso,
fueron en diferentes grados y instantes secuestradas a partir de adentro y
enfiladas contra el propio Estado, o corren riesgo de serlo.

El flanco débil de las dos instituciones, escuela, fuerzas armadas, aparte del
desamparo en que tienen la posibilidad de hallarse por parte del Estado, es que
las dos eran y siguen siendo en lo importante instituciones constructoras de
territorio, no obstante en marcos autoritarios y proyectos homogenizadores,
ciegos al reconocimiento y al respeto de las diferencias. Por esa razón,
proyectos autoritarios tienen la posibilidad de anidar en aquellos espacios y
usarlos para sus fines.

Por esa razón, el esfuerzo concertado y sostenido que involucra edificar un

territorio de habitantes libres y equivalentes frente a la ley, no obstante