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En la Edad Media se llamaron capitastra los registros públicos en que constaban las declaraciones de los
propietarios, de donde, por corrupción, se formó la voz catastra, que se conserva casi sin alteración (esp. é
ital. catastro, fr. cadastre) en las lenguas neolatinas.
Según Heródoto, Alejandro mandó a su hermano Artafernes a que midiese las tierras conquistadas en el
Asia Menor y consignase los resultados en unos registros, para determinar la contribución que debían pagar
los habitantes proporcionalmente al valor de las tierras; y después de su expedición encargó a los geómetras
Betón y Dionetos que midiesen las nuevas tierras conquistadas.
Los griegos conocieron una especie de catastros (apografaz, diagrammata), consignando en ellos el estado
de las tierras, con fines puramente fiscales, estando en Atenas encargados de tenerlos al corriente los
demarcas, jefes de los distritos del Ática.
En Roma, Servio Tulio estableció una especie de catastro (no geométrico) que debía renovarse cada cinco
años y que formaba parte del censo;
Julio Cesar se hizo acompañar a las Galias por tres geómetras griegos para que formaran el catastro del
país; en tiempo de Augusto se hizo un catastro del Imperio, que sirvió de base para los reglamentos
agrarios: consistía en una medición de las tierras, clasificadas según su fertilidad en diversas categorías,
añadiéndose para valuarlas el número de esclavos que en ellas estaban a los productos de las mismas.
Dioclesiano adoptó una parcela tipo, que era una unidad fiscal y no geométrica, la cual estaba gravada con
una contribución fija, y comprendía mayor o menor extensión de terreno según que éste fuese menos o más
fértil; cada circunscripción financiera comprendía un cierto número de parcelas tipo, y este número servía
para determinar la cantidad que debía satisfacer toda la circunscripción.
Durante la Edad Media se conservó el precedente romano. Chilperico I y Chilperico II hicieron rectificar el
catastro de sus Estados; pero la palabra no tenía la compleja significación que hoy, sino que se trataba de
un simple registro de las tierras. Carlomagno intentó lo mismo, pero obtuvo resultados imperfectos.
Guillermo el Normando redactó el catastro (Dom's day book) de Inglaterra después de la conquista de ésta.
Las iglesias y abadías y los señores feudales tuvieron polypticos, es decir, estados en que se describían las
tierras de sus dominios, entre los cuales merece citarse el de San Germán de los prados, redactado en el
siglo IX. En Borgoña, Guyena, Alsacia, Flandes, Artois, Bretaña y el Delfinado, al objeto de repartir
proporcionalmente las tallas; en Castilla, con igual o parecido objeto, y en Lombardia para la justa repartición
de las aguas de riego, existió el catastro.
En Bélgica, desde el principio de la Edad Moderna, en Francia, Alemania, etc., se adoptó la institución con
carácter general para todo el territorio, y con la exactitud geométrica.
3. CONCEPTOS DE CATASTRO.
Generalidades sobre Catastro 09/97. 2
Manual de Consulta sobre Temas Catastrales
Casi todas las definiciones del catastro se refieren exclusivamente a un sólo punto de vista (el fiscal), siendo
así que tiene varios objetos; todas ellas convienen en que consiste fundamentalmente en: "la delimitación
exacta de la propiedad inmueble, privada o pública".
CATASTRO:
“Es el conjunto de operaciones y trabajos científicos (y también el documento, libro
o registro en que constan sus resultados) para describir exactamente las
propiedades inmuebles de un país, y determinar la capacidad contributiva de cada
inmueble, atribuyendo á éste personalidad jurídica independiente de la de su
propietario.”
El catastro, una vez terminado, es necesario conservarlo, revisarlo para hacer constar las alteraciones que
ocurran en la propiedad, desmembraciones, cambios de cultivo, transmisiones de dominio, etc., problema
que no está resuelto todavía de un modo satisfactorio.
1) Identificación de los bienes inmuebles y de sus propietarios y provisión y mantenimiento de los datos
básicos para propósitos impositivos.
Una distribución equitativa de los impuestos a los bienes inmuebles depende del valor de las
propiedades; por lo tanto, el catastro debe contener al menos los datos básicos esenciales para la
recaudación del los impuestos a los bienes inmuebles.
Esta función esta desplazándose rápidamente hacia el punto central de las operaciones catastrales
y como resultado de ello el catastro esta adquiriendo una característica de propósitos múltiples.
Los mapas suministran información gráfica sobre linderos, ubicaciones y superficies de los predios
construcciones permanentes, geología, hidrología, suelos, uso actual y potencial de la tierra.
Los registros catastrales contienen las descripciones sinópticas de los predios y las parcelas que los forman.