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net/publication/321170505
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Jorge L. Tizón
Universitat Ramon Llull
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All content following this page was uploaded by Jorge L. Tizón on 20 November 2017.
Puntos clave
● No existe ningún psicofármaco para el tratamiento ● En cuyo caso, la APS tendría un gran papel a desempeñar
etiológico del trastorno límite de personalidad o trastorno en su atención, fundamentalmente a nivel de prevención
por inestabilidad emocional. primaria y terciaria y como apoyo a la terapia.
● La base actualizada para un tratamiento eficaz y eficiente ● Pero la pobreza actual de los dispositivos de salud mental
de ese trastorno son diversos tipos de psicoterapias públicos (realmente una especie de “psiquiatría pública
especializadas. para pobres”) y la falta de dotación y apoyo a la APS, hacen
que el tratamiento habitual de la mayoría de los pacientes
● A ser posible, integradas dentro de un tratamiento integral con ese diagnóstico sea enormemente pobre, empobrecido
adaptado a las necesidades del paciente y su familia en la y facilitador de la “cronificación medicalizada”.
comunidad, como en todos los trastornos mentales graves.
● A menudo, se trata de situaciones interpersonales
● Se trata de un trastorno con amplia prevalencia y e intrapersonales tan complejas y cronificadas que el
frecuentación en atención primaria de salud (APS). tratamiento es, asimismo, largo y complejo: están alterados
procesos neurobiológicos tan básicos como la regulación
● Con presentaciones a menudo graves y, casi siempre, emocional, los vínculos de apego y la mentalización.
complejas de tratar: depresión, adicciones, impulsividad,
fobias complejas, manifestaciones histriónicas y ● De ahí la importancia relevante de la prevención en este
disociativas, reacciones paranoides, dependencia, campo, otra vez la “pariente pobre” dentro de una APS
“derrota social”, ideación y actos suicidas... y unos dispositivos de salud mental “pobres y
empobrecidos”.
● Su tratamiento integral debe correr a cargo,
fundamentalmente, de servicios de salud mental
adecuadamente formados, organizados y apoyados.
Existe un amplio consenso en cuanto a sus características el término “borderline”: ni neuróticos ni psicóticos. Llegó
clínicas, mucho menor con respeto a su nomenclatura, etio- incluso al léxico popular y periodístico.
patogenia y tratamiento11. El cuadro clínico se refiere a per- Probablemente fue en el año 1938 cuando se utilizó por
sonas que a) padecen una desregulación emocional11,12; primera vez el término “borderline” dentro del ámbito tera-
b) altos niveles de impulsividad, que pueden llegar a las au- péutico13. Adolf Stern describió un tipo de pacientes ambu-
tolesiones y las tendencias suicidas2,5,9,10,13; c) manifiestan latorios que no obtenían provecho del psicoanálisis clásico y
graves trastornos en las relaciones interpersonales2,5,14; d) a que no encajaban en las categorías estándar de “neurótico” o
las cuales hoy caracterizamos como formas de apego o vin- “psicótico”. Durante algunos años el término fue usado de
culación ansiosas o desorganizadas, con gran intolerancia a forma coloquial por los psicoanalistas para describir pacien-
la soledad e hipersensibilidad a las relaciones sociales9,14. tes que, aun teniendo serios problemas de funcionamiento
El hoy desafortunado término con el que se designan po- relacional, no entraban dentro de las categorías diagnósticas
see un origen histórico11. En realidad, se trata de un tipo de y eran difíciles de tratar con los métodos psicoterapéuticos
trastornos mentales que han sido descritos desde los inicios convencionales. Entre otras razones, porque dentro de la psi-
de la psicopatología y la psiquiatría. Parece ser que el primer coterapia o el psicoanálisis podían mostrar características
autor que percibió la relación entre los estados de ánimo “psicóticas” que aparentemente no mostraban en su vida co-
inestables y la impulsividad fue Bonet, en 1684, proponien- tidiana.
do el termino de folie maniaco-mélancolique. Más tarde, la Más tarde, Grinker, Werble y Drye18, mediante estudios
psiquiatría francesa le aplicó los términos de folie circulare estadísticos y factoriales, demostraron de forma definitiva su
y otros similares ya a partir de Baillerger y Falret (1854). vigencia clínica y profundizaron y delimitaron su estructura
Desde entonces, la historia de la psiquiatría coincide con la psicopatológica. Según estos autores, fue Glover en 1932 el
historia del estudio de este tipo de síndromes. En una tem- que inició en nuestra época el interés por las “neurosis bor-
prana revisión, ya en 197315, pudimos encontrar hasta 40 tér- derline” considerando incorrecta esta denominación: él pre-
minos que intentaban designar el síndrome psicopatológico fería denominarlas “psicosis potenciales”.
confuso, profuso y abigarrado del que hablamos. En los trabajos previos a su inclusión por primera vez en
En efecto: este tipo de pacientes, en los que se entremez- la clasificación americana del DSM-III (1980) el consenso al
clan características patológicas que muchas veces se creían respecto del cuadro clínico era grande, aunque el mismo ten-
privativas de las psicosis (se les ha diagnosticado de “esqui- día a entenderse como un nivel de organización de la perso-
zofrenia seudoneurótica”, “esquizofrenia límite”, “psicosis nalidad global19 o un nivel de gravedad11. Con ello comenzó
latente”), con otras propias de las neurosis y de las “psicopa- a perderse el valor de uno de los significados fundamentales
tías”, “sociopatías” o “neurosis de carácter”, ha recibido las del concepto: la oscilación entre diversas formas y momen-
más variadas denominaciones. Términos tales como “neuro- tos de la relación, cotidiana o terapéutica, su psicodinamia.
sis límite” o “liminares”, “cuadros liminares”, “neurosis bor- Actualmente, el uso profuso, difuso y confuso del acróni-
derline”, etcétera, están a mi entender en íntima relación con mo TLP (en inglés, BDP) y sus supuestos “sinónimos” lo ha
otros que parten de una postura previa o una intención expli- convertido en uno de los “cajones de sastre” más socorridos
cativa o psicogenética: “síndromes de disformación de las de la psicopatología y la psiquiatría actuales. Entre otras ra-
estructuras mentales básicas”, “síndromes de disgenesia del zones porque el síndrome se basa en seudoconceptos con
yo personal” determinadas acepciones del término “prepsi- poca intensión nuclear y con gran extensión nuclear20. De
cosis”15, las “distrofias mentales” de otros autores, los cua- ahí que, como veremos a continuación, su denominación es
dros “psicoticoides” de Schelling, los “síndromes de identi- diferente en la clasificación internacional de las enfermeda-
dad difusa”16, etcétera. des4,5 y en la clasificación americana (desde el DSM-III has-
Pero hay algo que está claro: estos pacientes, bajo un tér- ta el DSM5): Trastorno de inestabilidad emocional de la
mino u otro, sin un concepto diagnóstico preciso, han sido personalidad tipo límite (en la CIE-10) o trastorno límite de
conocidos “desde siempre” por los médicos generales, inter- personalidad (en el DSM)1,2 cuando, en realidad, en ambos
nistas, neurólogos y psiquiatras, desde al menos la época de casos lo que se enfatiza es el desequilibrio emocional, al
las primeras revoluciones burguesas hasta nuestros días. que, por esas causas históricas, se sigue llamando “límite”.
Si bien la descripción del síndrome es anterior, la historia
del término “borderline” puede remontarse hasta el año
1884. En aquel momento, el psiquiatra británico C H. Hug- Cuadro clínico
hes hablaba de un “campo fronterizo” en las “enfermedades
psicológicas”. Hugues (citado en17) hablaba de “una locura” Todos los estudiosos iniciales del “síndrome” lo describen
que afecta a muchas personas que “pasan la vida cerca y basándose en esa imbricación de síntomas “neuróticos”, psi-
continuamente oscilando en esa línea que bordea y separa cóticos, caracteriales y de comportamiento, por la frecuencia
locura de cordura”. La idea se popularizó rápidamente con de los trastornos encéfalo-viscerales y de las desviaciones
TABLA 1. Trastorno de inestabilidad emocional 9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés
de la personalidad (F60.3) según la CIE-10 o síntomas disociativos graves.
TABLA 5. La matriz o estructura fundamental del “trastorno límite de personalidad”, de la “inestabilidad emocional límite”
o del “desequilibrio límite o borderline”
1. Formas u Pueden presentarse temporalmente con el predominio de las organizaciones melancólico-maníaca, paranoide,
organizaciones dramatizadora y actuadora o incontinente.
EFMBSFMBDJØORVF 4POMBTGPSNBTNÈTUÓQJDBTEFQSFTFOUBSTFFOMBBUFODJØOQSJNBSJBEFTBMVE
muestran en la 1FSPFTUPTDPOTVMUBOUFTQVFEFOPTDJMBSFOUSFVOBZPUSBTQSFTFOUBDJPOFTZQBVUBTEFSFMBDJØO
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interacción momentos de su vida.
:
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FMBEJDUJWPPFMOBSDJTJTUBQFSWFSTP
2. En cuanto a B-BJOFTUBCJMJEBESFMBDJPOBM3FMBDJPOFTIBCJUVBMNFOUFNBMNPEVMBEBTFJOFTUBCMFT
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características EFEFTFRVJMJCSJPFNPDJPOBM
estructurales
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MPRVF
de recordar: EBMVHBSBMPTEFTFRVJMJCSJPTborderline o límites.
c. SelfPJEFOUJEBEOPTVGJDJFOUFNFOUFJOUFHSBEP
DPOBCVOEBOUFTNPNFOUPTEFiEJGVTJØOEFMBJEFOUJEBEw
o fragmentación de la misma.
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2. Dificultades en el control de los impulsos.
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GPSNBTQSJNJUJWBTEF
mentalización.
e. Juicio de realidad alterado en situaciones de emociones intensas (situaciones relacionales afectivas, situaciones
BTJTUFODJBMFT
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UFTUQSPZFDUJWPT
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o vitales agudas o graves...).
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3. A nivel clínico, a. El suicidio.
MPTQFMJHSPTNÈT
graves son: C-BTDSJTJTFNPDJPOBMFTJODPFSDJCMFT
RVFUJFOEFOBUSBUBSTFDPOBVNFOUPTQTJDPGBSNBDPMØHJDPTPDPOJOHSFTPT
no siempre adecuadamente cuidados desde el punto de vista relacional, al menos en nuestro país.
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PFOUSFMPTiEFMJSFNBTwZFMEFMJSJP
4VCUJQPT Personalidades infantiles, narcisistas, antisociales, “como si”, incontinentes, esquizoides...
4FHÞO.JMMPOZ%BWJT, el límite desanimado, el límite impulsivo, el límite petulante y el límite autodestructivo11.
diversas organizaciones psicopatológicas de la relación, tal al “self” como objeto interno (y, por tanto, al mundo de la
como hemos expuesto en otros momentos51-55. Así, tenderán empatía, la simpatía y la metacomunicación)10. De ahí las
a funcionar predominantemente con relaciones melancólico- metáforas que los describen: entre “el prisionero que ansía
maníacas, adictivo-dependientes, relaciones paranoides y/o el amor” y el “puercoespín con frío que no puede acercarse
con relaciones dramatizadoras (histriónicas) (tabla 5). a nadie” de Schopenhauer: ansían el amor, pero se defien-
En la visión que poseen de los otros, de los demás, las den de él, porque temen la fuerza destructiva del amor, se-
oscilaciones tienden ser asimismo profundas: buscan deses- gún su propia experiencia. De ahí el masoquismo, la depen-
peradamente al otro (idealizado), pero con exigencias tales dencia ávida y las manipulaciones frecuentes. Si se alejan,
que no lo encuentran o lo acaban viviendo como desvalori- sienten frío y desamor; si se acercan demasiado, dolor, su-
zado o persecutorio. Experimentan grandes temores a las frimiento34-44. De ahí también su enorme dificultad para
pérdidas relacionales, a las separaciones, con una necesidad elaborar las pérdidas y los procesos de duelo55. Probable-
desesperada de relaciones sociales, siempre vigilando no mente se pasarán toda la vida buscando a otro de quien de-
perderlas. Pero contribuyen decididamente a su pérdida a pender, con quien adherirse, que les lleve... Una tendencia
través de sus alteraciones emocionales, cambios de humor, que he resumido con la metáfora de “a la búsqueda del ob-
irritabilidad.... Naturalmente, todo ello afecta a la identidad, jeto portante”51,52.
Roberto es conocido por el equipo de APS desde hace al turas teóricas tales como el biologismo, el psicologismo o
menos 15 años. Entre otras cosas, porque, que se sepa, ha los sociologismos unilaterales y, mucho más, la inutilidad e
hecho dos intentos de suicidio de los que han tenido noticia ineficiencia de la psicopatología dominante (la psiquiatría
en el centro de salud. biocomercial)20,53. Entre otras razones, porque hoy ya po-
Entre los antecedentes familiares, en la historia aparece seemos suficientes pruebas de cómo coexisten e interaccio-
el dato de que madre e hijo fueron abandonados por el pa- nan en estas condiciones personales los componentes psico-
dre cuando Roberto contaba dos años... La madre pasó en- lógicos, psicosociales y biológicos, y cómo su interacción
tonces una grave depresión, por la que recibió variados y y retroalimentación tienden a hacer tan graves, persistentes y
potentes tratamientos farmacológicos unidimensionales (so- resistentes al tratamiento los sufrimientos de estas personas.
lo con psicofármacos), sin ayuda psicoterapéutica ni psico-
social que se sepa. A partir de entonces, figuran varias visi- Perspectiva psicológica
tas al pediatra por trastornos de sueño, de la alimentación y Por eso, unos autores hacen hincapié en los factores consti-
trastornos oposicionistas de Roberto. A los 14 años, la ma- tucionales: ciertos fallos en estructuras psico-neuro-endocri-
dre consulta por la “rebeldía” del hijo y por el uso por parte no-inmunitarias básicas llevarían a una particular desregula-
de Roberto de marihuana y, sospecha, de otras drogas psi- ción de los sistemas emocionales (en especial de la
coactivas. indagación, el miedo, la ira y el sistema de apego-cuidados),
El médico de cabecera conoce bien a Roberto. No es para con resultados de intolerancia a la frustración, dependencias
menos, pues ha tenido en la consulta todo tipo de presenta- patológicas, incapacidad de adquirir autonomía, etc.1-6,14.
ciones: desde la amenazante, porque se sentía postergado o Otros insisten en los factores psicogenéticos: traumatismos
mal tratado ante determinadas listas de espera o tratamien- afectivos precoces consecutivos a frustraciones maternas o a
tos, hasta la reparadora, en la que acude al profesional pi- privación de cuidados maternos, insuficiencia de gratifica-
diendo disculpas, perdón y, a menudo, portando algún rega- ciones primarias, factores de riesgo precoces, insuficiencia
lo (casi siempre inadecuado: Ha llegado a regalarle al de factores protectores56-74,47,48,55. Otros por fin invocan
Dr. Cesio un juego de mudas interiores). Al Dr. Cesio le pro- factores ecológicos, condiciones socioculturales ligadas a la
duce una mezcla de temor y conmiseración. Sobre todo, por estructura de nuestras formaciones económico-sociales68.
sus arrebatos emocionales, que le perturban gravemente en Cada uno de esos factores, interactuando, puede llevar a
la vida, y, también, más matizadamente, en la consulta: “A una detención en el psicodesarrollo, a una regresión o a una
veces viene un Roberto, pero a veces otro que no se le pare- distorsión o fragmentación en la constitución del yo y la
ce en nada”. Con frecuencia, se presenta insistente, impa- identidad (“self”). Es a lo que aluden términos como los de
ciente, desconfiado, magnificando sus dolencias y urgencias. “síndrome de disformación de las estructuras mentales bási-
En otras ocasiones, puede disculparse por la visita ante- cas”, “distrofia del yo”, “síndromes de identidad difusa”, e
rior... para volver a ponerse desconfiado ante otra espera o incluso el más moderno de “desregulación emocional”.
ante el especialista de turno (padece una dermatosis facial y En resumen: en los antecedentes de estos cuadros clínicos
del cuero cabelludo, y se queja de “palpitaciones y arrit- solemos encontrar largos períodos de negligencia en los cui-
mias” frecuentemente). dados, en particular en los cuidados emocionales, o bien
Su vida personal está en crisis: ha perdido varios traba- abusos físicos, sexuales o psicológicos por parte de familia-
jos en los que estaba mejor que en el actual, pero, sobre to- res o cuidadores. Ello ha impedido una adecuada regulación
do, ha perdido a la familia: ante sus violentas crisis de ira, o modulación emocional (RE)47-49: nadie ha ayudado eficaz
la mujer ha decidido pedir el divorcio, se ha ido con el hijo y continuamente, de forma suficientemente próxima y sufi-
de ambos y le plantean problemas con las visitas y las vaca- cientemente estable a ese niño a modular sus emociones pri-
ciones. Llevan años en litigios tras la separación y Roberto, mitivas. En consecuencia, el apego, la vinculación con la
con ira evidente en sus palabras, le ha dicho al médico “no madre y con los cuidadores más próximos ha sido grave-
voy a ceder. Me ha abandonado y va a ver...”. mente deficitaria. Y las crisis emocionales aumentan esas di-
ficultades de vinculación, produciendo grandes alteraciones
en el apego que luego van a reproducirse en la adolescencia
Etiopatogenia y factores y en la edad adulta55.
de riesgo Fonagy y otros10,14,38,69-72 ya hace años que vienen insis-
tiendo en que la base de los trastornos borderline son las al-
La actualización de nuestros conocimientos con respecto a teraciones graves en la constitución del “self”, del sí mismo
la etiopatogenia del TLP nos está proporcionando numero- (entre el año y medio y los 5 años), con las dificultades con-
sas ideas nuevas para una aproximación integradora a la sa- siguientes en la mentalización, el acceso al mundo de las
lud mental. En la comprensión y los intentos de terapia de metacogniciones. Se entiende por mentalización la posibili-
estas personas se muestra claramente lo trasnochado de pos- dad de representarse a uno mismo como sujeto de cognicio-
nes, sentimientos, actitudes, y de representarse al otro como humano está desarrollando de forma exponencial. Entre
un sujeto con similares mentalizaciones (meta-meta-repre- otras cosas, porque la mentalización es un importante com-
sentación). De ahí la tendencia a la que antes aludíamos del ponente de la RE y de las relaciones interpersonales.
sujeto con DBL (desequilibrio borderline) como un prisio- Como han demostrado además numerosos estudios (cfr.
nero: ansía el amor, pero se defiende del amor porque teme, revisiones de diversas épocas 13,14,47,48,65-72), los niños mal
por su experiencia, el dolor que le producirá. De ahí que atendidos en las necesidades afectivas de su crianza tendrán
sean visibles los rasgos dependientes, masoquistas y las con- más problemas en la regulación y modulación emocional,
tinuas manipulaciones para evitar el desamor. con la consecuencia de alteraciones consecutivas en sus po-
El concepto de mentalización, si bien proviene del psicoa- sibilidades de mentalizar y de establecer apegos o vincula-
nálisis, ha sido incorporado hoy en las ciencias cognitivas y ciones seguras. Son candidatos a desarrollar graves trastor-
las neurociencias. Se trata de un concepto próximo al de nos mentales y de personalidad y, entre ellos, los TLP. Ello
contención emocional, tan básico para la práctica de la se ha estudiado en una y otra ocasión entre los niños que son
APS43. Mentalización, contención y simbolización son con- criados en familias gravemente disfuncionales, en niños que
ceptos inicialmente psicoanalíticos que, en ocasiones, pro- se ven obligados a cambiar de cuidadores, con niños que vi-
vienen del mismo Freud o de Klein24-26. El abandono actual ven en orfanatos, centros residenciales o instituciones de tu-
en la investigación de las posturas conductistas extremas y tela cuidados, en niños negligidos o abusados75-79: tienen
su sustitución por perspectivas más integradoras ha hecho una probabilidad mayor de desarrollar diversos trastornos
que se volvieran a tener en cuenta los procesos mentales, el mentales graves (TMG) y, entre ellos, el TLP o TIEL (tras-
“mundo interno” de los niños y sus padres, así como las in- torno por inestabilidad, desequilibrio o desregulación emo-
teracciones emocional-cognitivas entre ellos. Por eso tales cional). Precisamente, por su desregulación emocional: de
conceptos se han incorporado a la investigación y estudios ahí que, para entender el funcionamiento llamado TLP, lo
sobre el desarrollo desde al menos 198056-61. más adecuado sea pensar en términos de la CIE-10, en tér-
Mentalización a menudo es otra forma de hablar de la minos de TIEL64-78.
“Teoría de la mente” (TofM), una perspectiva básica en los El resultado común de esas adversidades en la crianza es
estudios del psicodesarrollo, tanto humanos como de la bio- una alteración en la regulación o modulación emocional
logía comparada actual, al menos desde Premack y Woo- (RE: fig. 1), con un umbral bajo para la activación del “siste-
druff74. Estos autores, desde la primatología, suelen citarse ma emocional del apego”47-50, 69-72 (tabla 6 y figs. 2 a 4).
como antecesores de la recuperación de la “teoría de la men- Pero ese apego o vinculación posee características de hipe-
te” en los seres humanos. La TofM significa la capacidad de ransioso o desorganizado, lo cual desactiva al menos parcial-
interpretar la conducta de los demás con una perspectiva mente las capacidades de la mentalización, de diferenciar los
mentalística, con el objetivo de entender cómo uno mismo y propios estados mentales de los de los demás, algo clara-
los demás pensamos, sentimos, percibimos, imaginamos, re- mente afectado en los pacientes con TLP71,79. Eso conlleva
accionamos, atribuimos, inferimos, etcétera. Es a través de alteraciones consecutivas en la consolidación del apego, una
esa capacidad como somos capaces de involucrarnos en las hipersensitividad y una susceptibilidad aumentada al “conta-
actividades más valoradas por los seres humanos, tales como gio” entre los propios estados mentales y los de los demás,
la familia, la amistad, el amor, la cooperación, el juego y la una pobre integración de los aspectos cognitivos y afectivos,
comunidad10,14,70,71, y, quizás, como tomamos ventaja en así como disfunciones en los sistemas de modulación del es-
la competición evolucionista tanto interespecífica como in- trés, en particular social (fig. 3).
traespecífica71. Se trata, por tanto, de un gran avance evolu- Por otra parte, existen pruebas de que en los pacientes con
tivo, solo al alcance de los animales superiores, y que el ser TIEL la disfunción en la mentalización tiene que ver más
Vulnerabilidad: .FDBOJTNPTEFTPDJBMJ[BDJÓOGBNJMJBSFT
Linehan et al. r4FOTJCJMJEBE
JSSJUBCJMJEBEZ JOBEFDVBEPTA
5%& 5-1
Heredabilidad: &YQFSJFODJBTEFBQFHPUFNQSBOBT
Fonagy et al. r"MUFSBDJPOFTJOOBUBTEFMB5PG. r%FTBSSPMMPEFMBTDPHOJDJPOFTTPDJBMFT 5%& 5-1
TABLA 6. Mecanismos de la consolidación del trastorno límite de personalidad. Inestabilidad emocional límite o desequilibrio borderline71,111,153
Genética Relaciones
t )FSFEBCJMJEBEEFMFOBEVMUPT Factores clave asociados con el TIEL-TLP: abuso y abandono, entorno familiar problemático
t /PTFIBBTPDJBEPOJOHÞOHFOFTQFDÓGJDP y SES (estatus económico-social) bajo.
al TLP t &MNBMUSBUPBVNFOUBMBQSPCBCJMJEBEEF5*&- odds ratio: 7,7)
t -PTBEPMFTDFOUFT B×PT
RVFMMFWBO t &M4&4CBKPFTVOQSFEJDUPSUPUBMNFOUFJOEFQFOEJFOUFEF5*&-
FMBMFMPTEFM)55-13UJFOFOOJWFMFT t -PTQBÓTFTDPONBZPSEFTJHVBMEBEEFJOHSFTPTUJFOFONBZPSQSFWBMFODJBEF5*&-
NÈTBMUPTEF5-1 ZQSPCMFNBTBTPDJBEPT
t 6OBIJTUPSJBEFNBMPTUSBUPTQSFEJDFSBTHPT t -PTQSPCMFNBTFOFMBQFHPTPOQPUFOUFTQSFEJDUPSFT
EF5-1BMPTB×PTQBSBMPTDIJDPTDPO t -BQSJWBDJØOPFMSFUSBJNJFOUPEFMBNBESFBMPTNFTFTQSFEJDFFM5*&-FOMB
antecedentes de psicopatología familiar adolescencia tardía
t -BBEWFSTJEBEUFNQSBOB
FMBQFHPEFTPSHBOJ[BEPZMBIPTUJMJEBEEFMPTQBESFTQSFEJDFO
MBTDBSBDUFSÓTUJDBTEFM5*&-FOMBOJ×F[
MBBEPMFTDFODJBZMBBEVMUF[
t $ØNPDPSSFMBDJPOBDPOFMBCVTPFOUSFDPNQB×FSPT JOUJNJEBDJØO
e-bullying
SFDIB[P
de pares, violencia en las citas de adolescentes, exclusión crónica)...
EL TIEL en la adolescencia se halla estrechamente vinculado con un factor jerárquico supraordinado inespecífico, el llamado “factor P”
(de psicopatología).
%#-EFTFRVJMJCSJPFNPDJPOBMMÓNJUF4&4FTUBUVTFDPOØNJDPTPDJBM5*&-USBTUPSOPQSPJOFTUBCJMJEBEFNPDJPOBMMÓNJUF5-1USBTUPSOPMÓNJUFEFQFSTPOBMJEBE
$BSBDUFSÓTUJDBT
Factores distales 'BDUPSFTQSPYJNBMFT
DMÓOJDBTCÈTJDBT
Procesos de mentalización
Factores Vulnerabilidad a la
Negligencias neuroinflamación
connatales
y traumas
en la crianza Alteraciones
Disfunción en la regulación
del eje HPA emocional Graves
alteraciones Alteraciones
Desregu- en los en la integración
Estrés procesamientos del sí-mismo (self)
crónico/ lación
dopami- emocionales
disfunción Alteraciones en los
Disposiciones nérgica
del eje HPA procesamientos
genéticas
Tipo de sensoriales
apego y cognitivos
Reducción
Daños de la
por estrés oxitocina
oxidativo
tar nuevas informaciones relevantes procedentes de otros embargo, al mismo tiempo, sabemos que hay niños que na-
contextos sociales (generalización cognitiva) y, por lo tanto, cen con tendencias predeterminadas hacia a una reactividad
las claves de la comunicación relacional y social les resultan emocional muy masiva (figs. 3 y 4), lo que les conduce pos-
progresivamente inaccesibles81-83. teriormente bien a altos niveles sostenidos de reactividad
A menudo, estas circunstancias son difícilmente diferen- emocional e hiperresponsividad, bien a la inhibición progre-
ciables de los resultados de un TPET (trastorno por estrés siva de la expresión emocional. Estas disposiciones “tempe-
postraumático) grave y/o crónico81. Es otro apoyo más a la ramentales” probablemente tienen que ver con determinadas
perspectiva que vincula el TIEL con la traumatización en concentraciones de conexiones neurales y neurotransmisores
la infancia, una de las vías de producción del mismo. Y, sin en zonas determinadas del sistema límbico y el córtex pre-
crónicas no van a “curarse” con ningún maravilloso fármaco sonality Disorder Examination) y la versión de infancia del
existente en el mercado ni con no menos altisonantes psico- TLP del DSM-IV (CI-BPD).
terapias “ultrabreves” de las que cada día se proponen para Existen también autoinformes suficientemente discrimi-
“tratarlo”. nativos tales como los ítems del TLP del SCID-II Personali-
4. Lo cual pone el énfasis en la prevención, tanto primaria ty Questionnaire (SCID-II-PQ) (Area Under Curve: 0,84), el
como terciaria. Y en ella, la APS podría desempeñar un pa- Borderline Personality Questionnaire (BPQ) (especificidad:
pel determinante, como luego veremos. Al menos, contribu- 0,90; sensitividad: 0,68), el McLean Screening Instrument
yendo a aplicar estrategias de “reducción del daño”, tanto for BPD (MSI-BPD) (especificidad: 0,66; sensitividad:
psicológico como sanitario. 0,69), las escalas para niños y para padres Borderline Perso-
nality Features (BPFS-C y BPFS-P) (especificidad: 0,84;
sensitividad: 0,85). Pueden ayudar en el diagnóstico escalas
Diagnóstico menos específicas, tales como el YSR (The Youth Self-Re-
port) y la escala DERS (Difficulties in Emotion Regulation
El diagnóstico se realiza, fundamentalmente, a través de la Strategies Scale) o, entre nosotros, la entrevista semiestruc-
clínica, mediante los elementos que aparecen en las tablas 1 turada de factores de riesgo en salud mental LISMEN115.
a 31-12, 21,35. Pero, como puede imaginarse a partir de ellas, Se están desarrollando métodos más avanzados de diag-
el diagnóstico se basa en una perspectiva diacrónica, y ahí es nóstico basados, precisamente, en la mentalización: desde
donde una APS suficientemente apoyada y valorada podría filmes como la MASC (Movie for the Assessment of Social
tener un gran papel: la inestabilidad emocional, los momen- Cognition92), a los que debe responder el sujeto, hasta diver-
tos de irritabilidad y los problemas relacionales aparecen sos procedimientos de imágenes cerebrales funcionales, así
también en la APS. Las manifestaciones más graves del des- como procesamientos computarizados de gestos y reaccio-
equilibrio emocional, tales como la depresión, las crisis de nes faciales71,92 (tabla 7).
ansiedad, los problemas adictivos o el suicidio tienden a Sin embargo, como ya hemos dicho, aunque se recomien-
aparecer en la APS. De hecho, los pacientes con TIEL-TLP da usar varias fuentes para el diagnóstico, este no debe reali-
son uno de los grupos de pacientes que más ideas de y/o ten- zarse nunca sin el diagnóstico clínico ni sin tener en cuenta
tativas de suicidio comunican en la APS8,13,102,105. la evolución diacrónica. Y este es un campo en el que la APS
En comparación con una atención clínica cuidadosa y dia- debería ser de máxima ayuda, a pesar de tratarse de un cua-
crónica, los cuestionarios y entrevistas semiestructuradas dro necesitado de enfoque y tratamiento específicos de salud
poseen un valor muy relativo11,17,70,71,92. Tanto para adultos mental y de múltiples replanteamientos, incluso diagnósti-
como para adolescentes pueden utilizarse las entrevistas del cos116-124.
SCID-II (Structured Clinical Interview for DSM-IV Axis II En cuanto al diagnóstico diferencial, el principal motivo
Personality Disorders), el IPDE (ICD-10 International Per- de confusión es el TEPT120,121,72. Otra vez la evolución y la
TABLA 7. Cognición social en los trastornos límite de personalidad (TIEL) y nuevas orientaciones para el diagnóstico71,91,129
Alta sensibilidad a la
Reconocimiento de emociones faciales Empatía cognitiva Empatía afectiva
confianza y al rechazo
Reconocimiento de la emoción facial t -BTDBSBTOFVUSBMFTTPO t Deterioro de la TofM (teoría t *NJUBDJØOBVUPNÈUJDB
NFOPTDPOGJBCMFT de la mente) (inconsciente) de
t )JQFSTFOTJCJMJEBEBTF×BMFTGBDJBMFTTVUJMFT t :FTUBSFBDDJØO/0 t Mejor rendimiento en RME expresiones negativas
de emociones negativas se reduce mediante test (Reading the Mind in t "VNFOUPEFMBBDUJWJEBE
t "VNFOUPEFMBFYDJUBDJØORVFJNQJEFFM la administración the Eyes) de la ínsula medial
reconocimiento de las emociones manifiestas de oxitocina t /PSFRVJFSF EFSFDIB BVUPPSJHFOEF
t .PWJNJFOUPTPDVMBSFTNÈTSÈQJEPTBOUF metarrepresentación explícita las emociones)
la visión de los ojos de las caras con de la mente del otro t 3FEVDDJØOEFMUBNB×P
emociones negativas t .FOPSBDUJWBDJØOEFMDJSDVJUP de la ínsula anterior (otro
t "VNFOUPEFBDUJWBDJØOEFMBBNÓHEBMB DFSFCSBMEFMB5PG. origen de las emociones)
t 3FEVDJEPQPSMBBENJOJTUSBDJØOEFPYJUPDJOB t Incluso durante la mejora
del RME test
Con nuevas metodologías, tales como:
t &OUSFWJTUBTFTUSVDUVSBEBTWJEFPGJMNBEBT
t 3FDPOPDJNJFOUPDPNQVUBSJ[BEPEF
expresiones faciales
t 3FTPOBODJBFODFGÈMJDBGVODJPOBM
t 1SVFCBTWJEFPGJMNBEBTZDPNQVUBSJ[BEBT
UBMFT
como la MASC (Movie for the Assessment of
Social Cognition)92,111
repetición de cuadros psicopatológicos diversos a lo largo Ello es aún más visible en el campo de los “rasgos” o “vul-
del tiempo será la clave de tal diagnóstico diferencial. Igual nerabilidad al TLP” en la adolescencia: el joven puede haber
ocurre con el diagnóstico diferencial con respecto a otras manifestado trastornos oposicionistas, trastornos por uso de
formas de presentarse en sujetos con DEL-TLP. Recordemos sustancias, trastorno por déficit de atención (TDAH), trastor-
que puede pasar períodos depresivos, períodos o momentos nos del estado de ánimo, TEPT, “ansiedades ante la separa-
fóbico-evitativos, presentaciones histriónicas, mostrarse in- ción”, fobia social, etc. Hasta al 60% de los adolescentes
cluso como un perverso narcisista53... Los cambios entre una “diagnosticados” como TIEL-TLP puede “caerles encima” el
y otras manifestaciones, entre una y otra forma de relacio- seudodiagnóstico de alguna de esas “comorbilidades”125-128.
narse, nos darán la pista en la APS. Además, otro problema del diagnóstico de TLP (BPD) es
El profesional ha de procurar diferenciar los TIEL-TLP, su excesiva tendencia “categorial” y la dificultad de las cla-
además, de determinados duelos complicados que cursan sificaciones biocomerciales de tener en cuenta perspectivas
con expresiones de TEPT, de los desequilibrios emocionales dimensionales y polidimensionales de los trastornos menta-
propios de la adolescencia y de los trastornos narcisista y di- les (tener en cuenta rasgos combinados idiosincráticamente,
social de la personalidad (aunque manifestaciones disociales más que categorías seudocientíficas). Ello complica las co-
son frecuentes en las personas con TIEL pertenecientes a las sas en el ámbito de la adolescencia, tanto a nivel de diagnós-
clases sociales oprimidas). Nuevamente, tres criterios bási- tico como a nivel de prevención primaria y secundaria del
cos: la clínica tomada como conjunto, la predominancia de TIEL119,122-127.
las alteraciones emocionales y relacionales, y la variabilidad En efecto, si bien la prevención primaria en la infancia es,
de las manifestaciones a lo largo del tiempo. sobre todo, inespecífica, y de poblaciones indicadas (familias
con determinados factores de riesgo), en la pubertad y adoles-
cencia es muy discutido si pueden diferenciarse indicadores
Evolución de TLP o de “vulnerabilidad al TLP” suficientemente discri-
minativos: desde luego, la coincidencia de varios tipos de tras-
La evolución de este trastorno, si es acusado, suele ser grave torno a lo largo de la infancia unida a un funcionamiento psi-
y crónica, con tendencia a la tríada de la marginalidad, la cosocial deficitario es uno de ellos. Otros muchos, aportados
marginación y la derrota social, mayor aún en las personas por la investigación, vienen resumidos en la tabla 8: la coexis-
de las clases bajas68,99-107. Como ya hemos dicho, adoles- tencia de trastornos del humor con trastornos impulsivos, de
centes y adultos graves con este diagnóstico, si pertenecen a trastornos internalizantes y externalizantes, de los trastornos
las clases oprimidas de nuestra sociedad, acaban a menudo disociales con síntomas depresivos en la infancia71-92,127-128.
en procesos penales, instituciones penitenciarias, centros so- Pero, como decíamos, la estabilidad categorial del diagnós-
ciosanitarios, centros de acogida para adolescentes sujetos a tico de TIEL-TLP es modesta, tanto en adolescentes como en
medidas judiciales, etc.102-114. adultos, como lo es su estabilidad dimensional79,71,92,124.
El error epistemológico de la psiquiatría y la psicopatolo- En general, los síntomas de TLP usualmente aparecen en
gía dominante, una psicopatología más biocomercial que la adolescencia, aumentan en la edad adulta y declinan des-
científica, se muestra en estos casos en toda su torpeza. Por pués, aunque hay individuos que no sufren ese declive de los
ejemplo, cuando se habla de comorbilidad del TLP. Recor- síntomas. Además, los síntomas de impulsividad pueden dis-
demos que comorbilidad significa la coexistencia de dos o minuir con el tiempo, pero los relacionados con la inestabili-
más “entidades morbosas”: eso supone que cada “enferme- dad afectiva pueden persistir y, desde luego, agravarse con el
dad psiquiátrica” es una “entidad morbosa”. Por eso, si el envejecimiento si no ha habido una estabilización anterior.
sujeto con un TIEL se entristece o deprime, es que tiene otra En toda la evolución, pero particularmente en la adolescen-
“entidad morbosa”: la depresión. Si tiene miedo, está angus- cia, será necesario diferenciar entre estados mentales agudos o
tiado o muy evitativo, puede tener otras dos: trastorno por pasajeros de inestabilidad emocional “normal”, fisiológica,
ansiedad o trastorno fóbico. Si tiende a dramatizar es que con respecto a rasgos (“síntomas”) que indican un patrón más
puede padecer “otra enfermedad” del rango de la disocia- general, disfuncional y mal adaptativo de relacionarse116-123.
ción o una personalidad histriónica...6,15,20,52,121,124. Y así
podríamos repasar todo el DSM o la CIE-SM.
En realidad, por su labilidad emocional, lo que ocurre es Actualizaciones sobre la
que, en sus manifestaciones clínicas, el sujeto con DEL pue- terapia de las personas
de aparecer con cualquiera de esas formas de relacionarse y diagnosticadas con TIEL-TLP
comunicarse (que no son “enfermedades”). La visión cosifi-
cada y seudocientífica de la psicopatología biocomercial lo Dada la complejidad del cuadro, y su tendencia a la cronici-
que hace es impedir que veamos a la persona, al sujeto en dad, en APS hemos de partir de las premisas que resumimos
sus diversas manifestaciones relacionales. en la tabla 970,71,91,129,130,.
Criterio A Criterio B
Gravedad de los problemas en: Cuatro o más ítems de los siguientes:
t Identidad t Labilidad emocional
t Autocontrol t Ansiedad
t Empatía t Inseguridad en la separación
t Intimidad t Depresividad
t Impulsividad
t Asunción de riesgos excesivos
t Hostilidad
Continuidad heterotópica: VOQSPDFTPEFDPOUJOVPZNBSDBEPEFUFSJPSPDPONBOJGFTUBDJPOFTDBNCJBOUFT
TABLA 10. Componentes de un TIANC (tratamiento integral adaptado a las necesidades del paciente y su familia en la comunidad)
en los casos de TIEL-TLP
Componentes del tratamiento integral (TIANC) de las personas diagnosticadas de TIEL-TLP (TIANC) Base para su realización (si se
contara con una APS
t Combinación definida de una parte o conjunto de los siguientes elementos (teniendo en cuenta la edad, suficientemente dotada,
las manifestaciones clínicas, las capacidades del equipo y las características del paciente y la familia): apoyada, integrada y ayudada
a nivel psicosocial)
1 1TJDPUFSBQJBJOEJWJEVBM
BTFSQPTJCMF
FTQFDÓGJDBQBSBFM%&-DPHOJUJWPDPOEVDUVBM
DPHOJUJWPEJBMÏDUJDB
SM
QTJDPBOBMÓUJDB
iDFOUSBEBFOMBUSBOTGFSFODJBw
CBTBEBFOMBNFOUBMJ[BDJØO
1 &OUSFWJTUBTGBNJMJBSFT BQFUJDJØOEFMBGBNJMJBZPEFMFRVJQP
ZiBZVEBGBNJMJBSQFSJØEJDBw 4.Z"14
1 1TJDPGBSNBDPMPHÓBJOUFHSBEBFOMBiUFSBQJBDPNCJOBEBw
DVJEBOEPMBTUFOEFODJBTBEJDUJWBT
MBUFOEFODJB 4.Z"14
BMBCVTPZMBJEFBDJØOTVJDJEB
1 1SPUPDPMPEFTFHVJNJFOUPTPDJBMZQTJDPTPDJBMZPSJFOUBDJØOTPDJPMBCPSBM SM
1 "QPZPTFNJQSPGFTJPOBMBDBSHPEFVOiDMÓOJDPSFGFSFOUFwPiBDPNQB×BOUFUFSBQÏVUJDPwFTUBCMF "14Z4.
e integrador de las diversas terapias (puede ser el médico de familia).
1 (SVQPTiQTJDPFEVDBUJWPTw SM
1 (SVQPTNVMUJGBNJMJBSFTPiQBSBMFMPTw HSVQPTEFQBDJFOUFTZHSVQPTEFGBNJMJBT
SM
18. Psicoterapia de grupo con los pacientes. SM
1 5FSBQJBEFSFTPMVDJØOEFQSPCMFNBTZUFSBQJBTEFIBCJMJEBEFTTPDJBMFT
UFSBQJBTEFIBCJMJEBEFT SM (APS)
emocionales...
%JTQPTJUJWPEFiBUFODJØOBCJFSUBwQBSBRVFMBQFSTPOBDPOTJUVBDJPOFTBHVEBTPTVCBHVEBTPTVT "144.IPTQJUBMEFEÓB
GBNJMJBSFTQVFEBODPOTVMUBSFODVBMRVJFSNPNFOUP
3FTJEFODJBTQBSBDSJTJTTFHÞOMPTNPEFMPTFTDBOEJOBWPT IPZ
FOUSFOPTPUSPT
DBTJTPMPFYJTUFOMPT SM
IPTQJUBMFTEFEÓB
(SVQPTEFBZVEBNVUVB 4.Z"14
13. Acompañante terapéutico, si es preciso. "14Z4.
1SPHSBNBi)JKPTEFw
QBSBMBQSFWFODJØOQSJNBSJBZTFDVOEBSJBEFMBTBMVENFOUBMEFMPTEFTDFOEJFOUFT "14Z4.
ZNFOPSFTDVJEBEPTQPSFTUFUJQPEFQBDJFOUFT
1VFTUBFONBSDIBPBQPZPEFMBTDBQBDJEBEFTDVJEBOUFTEFMPTPUSPTiTFJTOJWFMFTQBSBMBDPOUFODJØOw SM (APS)
no profesionalizados114: 1) mundo interno, 2) capacidades yoicas, 3) cuerpo y psicomotricidad,
4) familia, 5) red profana, 6) inserción sociolaboral y de los servicios sociales de base.
16. Conexión directa con un dispositivo de ingreso SM (APS)
APS: atención primaria de salud; SM: salud mental.
TABLA 11. Los cuidados técnicos necesarios para una intervención basada en la afectividad y la mentalización a las personas
con TIEL-TLP19,70,71,92,142
TABLA 13. Los programas del PAPPS-SM como apoyos para la prevención primaria del TIEL (y de otros trastornos mentales graves)163-165
TABLA 14. Otros programas preventivos basados en la infancia que pueden suponer una prevención primaria inespecífica del TIEL-TLP
desde la atención primaria de salud
RED EUROPEA DE PROMOCIÓN EN SALUD MENTAL: Promoción 12 Programas preventivos prioritarios definidos en el Plan Director
en Salud Mental de niños menores de 6 años de Salud Mental y Adicciones de la Generalitat de Cataluña
Recomendaciones: “la salud mental de los niños es lo primero” (2006-2010)*
y “prestar particular atención a”
t Niños vulnerables, tales como: 1 (SBOQSFNBUVSJEBEZDPNQMJDBDJPOFTPCTUÏUSJDBT
– niños en riesgo psicosocial; 12. Padres o madres con trastornos mentales graves
oPDPOTBMVEWVMOFSBCMF 13. Madres en situación de riesgo psicosocial
– prematuros; 1 .BMPTUSBUPTZBCVTPTFOMBJOGBODJB
– discapacitados o niños con enfermedades crónicas; 1 'SBDBTPFTDPMBSSFDJFOUFPBCBOEPOPEFMBFTDPMBSJEBE
oOJ×PTDPOQSPCMFNBTQSFDPDFTEFEFTBSSPMMPZEFDPOEVDUB 1 "EJDDJPOFTFOMBJOGBODJBZPMBQVCFSUBE
17. Trastornos generalizados del desarrollo
t niños con un entorno familiar vulnerable 18. Trastorno disocial
oOJ×PTWÓDUJNBTEFBCVTPTPOFHMJHFODJBT 19. Retraso mental
oIJKPTEFGBNJMJBTNPOPQBSFOUBMFTPEFQBESFTBEPMFTDFOUFT 10. Trastorno por déficit de atención
– niños adoptados o en acogimiento; %FQSFTJØOPUSBTUPSOPPCTFTJWPDPNQVMTJWPFOMBJOGBODJB
– familias conflictivas; 12. Programa Formativo para la Promoción de la Salud Mental Infanto-
oIJKPTEFQBESFTDPOUSBTUPSOPTEFTBMVENFOUBMPUPYJDØNBOPT
Juvenil desde Pediatría (PF-PSMIP)
relación con ellas150,153,13, algo que ya habíamos intentado pueden orientar al médico de cabecera y al pediatra de aten-
hace años para los trastornos de personalidad en gene- ción primaria en su difícil y prolongado trabajo con los pa-
ral150,151 (tabla 12). Gran parte de esos cuidados y actitudes cientes con este tipo de problemas65,71,149, 153.
2. Los tratamientos, si se quiere que sean eficaces, han de 9. Bateman A, Fonagy P. Randomized controlled trial of outpatient menta-
lization-based treatment versus structured clinical management for bor-
ser integrales, tipo TIANC114, y suficientemente sostenidos derline personality disorder. Am J Psychiatry. 2009;166:1355-64.
a lo largo del tiempo (meses o años)149, 153,71,114. 10. Fonagy P, Higgitt A. A developmental perspective on borderline perso-
nality disorder. Revue Int Psychopathologie. 1990;1:125-59.
Prevención 11. Millon T, Davis R. Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-
IV. Barcelona: Masson; 1998.
Una APS adecuadamente formada, apoyada y supervisada es 12. Linehan M. Cognitive-behavioral treatment of borderline personality
indispensable en la prevención, tanto primaria como tercia- disorder. London: Guilford Press; 1993.
ria del TIEL-TLP. El médico de familia y el pediatra de AP 13. Tizón JL. Aspectos clínicos del paciente con riesgo de suicidio: ¿Aten-
der como “enfermedad” o atender como comunicación? FMC.
podrían ser puntales básicos en las ayudas preventivas, fun- 2016;23:61-76.
damentalmente inespecíficas, y en que estas fueran solicita- 14. Fonagy P, Luyten P. A developmental, mentalization-based approach to
das, coordinadas y monitorizadas desde el equipo de APS. the understanding and treatment of borderline personality disorder. Dev
Psychopathol. 2009;21:1355-81.
Para ello, el “Programa del niño sano”, en su apartado de sa- 15. Tizón JL. Los pacientes “liminares” y algunos aspectos de la problemá-
lud mental154,155 proporciona indicaciones para la detección tica epistemológica de la psiquiatría. Actas Luso-esp. neurol. psiquiatr.
cienc. afines. 1973;1:751-66.
precoz y la orientación de los niños y familias en situaciones
16. Erikson EH. Infancia y sociedad. Buenos Aires: Paidós; 1970.
que comprometen su salud mental. Por otra parte, cualquiera
17. Rodríguez-Melón V. Personalidad fronteriza, límite o “borderline”: ca-
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proporciona ideas básicas para la labor de prevención prima-
18. Grinker RR, Werble B, Drye RC. The borderline syndrome: A behavio-
ria que forma parte de la actividad cotidiana de la ral study of egofunctions. New York: Basic Books; 1968.
APS154,160-163,65. Incluso los programas preventivos en salud 19. Kernberg O. Severe personality disorders. Yale: Yale Universitiy Press;
mental del PAPPS pueden entenderse como programas diri- 1984. (versión castellana: Paidós; 1979).
gidos a intervenciones preventivas primarias163-165. Bien 20. Tizón JL. Introducción a la epistemología de la psicopatología y la psi-
quiatría. Barcelona: Ariel; 1978.
aplicados, parece claro que tendrían repercusiones en la pre- 21. Bergeret J. La depressionet lees états limites. Paris: Payot; 1984.
vención del TIEL-TLP (tablas 13 y 14). 22. Clarkin JF, Marziali E, Munroe-Blum H. Borderline personality disor-
Lo anterior reivindica una vez más el indispensable papel der. Guilford Press; New York: 1992.
de una APS bien formada, dotada y supervisada, capaz de 23. Freixas J. Psicopatología Psicoanalítica. Barcelona: Columna; 1997.
hacer enfoques integrales y contextualizados, no solo para la 24. Freud S. (1914). Recordar, repetir e elaborar. En: Obras completas, 12,
149. Buenos Aires: Amorrortu; 1978.
prevención y asistencia de los TLP-TIEL, sino para casi to- 25. Freud S. (1926). Inhibición, síntoma y angustia. En: Obras completas,
dos los trastornos mentales. Y, nos atreveríamos a decir que vol. 20. Buenos Aires: Amorrortu; 1978.
incluso para toda asistencia de orientación comunitaria, aun- 26. Klein M. (1946). Notas sobre algunos mecanismos esquizoides. En:
Obras completas, vol. 3 (pp. 10-33). Buenos Aires: Paidós; 1976.
que en gran parte de los países supuestamente “desarrolla-
27. Rosenfeld H, Ditisheim A. Estados psicóticos. Buenos Aires: Hormé;
dos” hoy predomine una orientación neoliberal de los planes 1978.
y presupuestos, una orientación por tanto anticomunitaria. 28. Rosenfeld H. Impasse e interpretation. Londres: Tavistock; 1987.
Algo que va directamente en contra del desarrollo de la 29. Guntrip H. Schizoid Phenomena, object-relation and the self. London:
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