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TRASTORNOS DE LA

PERSONALIDAD
ANDREA MICHELLE PORTILLO REYNOSO

20 DE MARZO DE 2023
PSICOPATOLOGIA DE LOS ADULTOS II
PROFESOR: Víctor Gutiérrez Espericueta
Los trastornos de personalidad son un grupo de afecciones mentales que implican que el
comportamiento, los pensamientos y las emociones que conforman la forma de ser de
una persona presenten una desviación prolongada en el tiempo respecto a los patrones
de personalidad considerados “sanos” dentro de su cultura.

Los pacientes con trastornos de la personalidad presentan problemas que son de los más
complejos y desafiantes que los clínicos encuentran. Algunos pacientes pueden desear
intensamente relacionarse con otras personas, pero su temor anticipado a ser rechazados
les conduce a evitarlas; otros buscan incesantemente admiración y son acaparadores de
grandiosas fantasías de poder ilimitado, de brillantez, o de amor idealizado. Otros tienen
un autoconcepto tan distorsionado que creen que personifican el mal o que no existen.
Todos los clínicos encuentran pacientes con trastornos de la personalidad. En general,
estos pacientes son vistos en una gran variedad de situaciones terapéuticas, tanto
hospitalarias como ambulatorias. Los estudios indican que entre el 30% y el 50% de los
pacientes ambulatorios presentan un trastorno de la personalidad.

Según el DSM-IV (American Psychiatric Association, 1994), los trastornos de la


personalidad son agrupaciones de rasgos inflexibles y desadaptativos que causan
molestias subjetivas, deterioro significativo del funcionamiento social o laboral, o ambas
cosas.

Los trastornos y tipos de la personalidad han sido descritos desde hace miles de años,
como se ejemplifica en los cuatro temperamentos hipocráticos: el pesimista, melancólico;
el abiertamente optimista, sanguíneo; el irritable, colérico; y el apático, flemático. Es
interesante observar que cuando los primeros griegos teorizaban que dichos
temperamentos estaban determinados por la proporción relativa de los cuatro humores
corporales. Los trastornos de la personalidad han sido incluidos en cada versión del DSM,
pero sólo los trastornos paranoides, obsesivo-compulsivo, y antisocial han sido miembros
estables del DSM.

A pesar de que la mayoría de investigadores sugieren que los criterios de trastorno de la


personalidad están relativamente libres de sesgo sexual, los entrevistadores pueden sin
saberlo permitir que este sesgo afecte sus evaluaciones.

Debido a que los trastornos de la personalidad consisten en actitudes profundamente


arraigadas y patrones de comportamiento que se consolidan durante el desarrollo y que
han perdurado durante la edad adulta, no pueden ser cambiados fácilmente. Como se ha
mencionado antes, los esfuerzos en el tratamiento se hallan adicionalmente dificultados
por el grado en que los pacientes consideran sus rasgos de personalidad como
constituyentes de lo que son y no de lo que tienen.

El desarrollo de estrategias de tratamiento para los trastornos de la personalidad ha


implicado un movimiento alejado del nihilismo terapéutico hasta llegar a la actualidad al
uso extenso pero contradictorio de un amplio espectro de modalidades de tratamiento.
El trastorno esquizoide de la personalidad fue originariamente conceptualizado como el
tipo de personalidad asociado a esquizofrenia -un rol ahora extensamente asumido por el
trastorno esquizotípico de la personalidad.

Las personas con trastorno esquizotípico de la personalidad experimentan distorsiones


cognitivas o perceptivas, se comportan de una manera excéntrica, y son socialmente
ineptas y ansiosas. La amplia literatura existente sobre el tratamiento del trastorno límite
de la personalidad muestra universalmente las extremas dificultades con que los clínicos
se enfrentan con estos pacientes. Estos problemas derivan de la solicitud del paciente de
las capacidades protectoras de su terapeuta y de sus violentas acusaciones en respuesta
a los descuidos percibidos por parte de éste. Con frecuencia, los terapeutas desarrollan
unas intensas reacciones de contratransferencia que les conducen a intentar adoptar el
rol de padres o a rechazar a los pacientes límite. Como consecuencia,
independientemente de la aproximación del tratamiento utilizado, la madurez personal y
una considerable experiencia clínica son los aspectos más importantes.

El rasgo central del trastorno histriónico de la personalidad es una excesiva preocupación


por la atención y la apariencia. Los individuos con este trastorno pasan la mayor parte del
tiempo reclamando atención y mostrándose atractivos. Sus deseos por parecer atractivos
pueden conducirles a mostrarse inapropiadamente seductores o a vestirse de forma
provocativa y a presentar una conducta de coqueteo, mientras que sus deseos de
atención pueden conducirles a actos llamativos o a exhibir una conducta dramática de sí
mismos. Todas estas características reflejan la inseguridad subyacente que estas
personas tienen respecto a su valía en otro rol que no sea el de compañero atractivo. Los
individuos con trastorno histriónico de la personalidad también exhiben un efusivo pero
lábil y desconfiadamente superficial repertorio de sentimientos.

La psicoterapia psicodinámica individual, incluyendo el psicoanálisis, permanece como la


piedra angular de la mayor parte del tratamiento de las personas con trastorno histriónico
de la personalidad. Este tratamiento se dirige a incrementar la consciencia del paciente de
1) cómo su autoestima está ligada de forma desadaptada a su habilidad para llamar la
atención a expensas del desarrollo de otras habilidades, y 2) cómo la superficialidad en
sus relaciones y la experiencia emocional reflejan temores inconscientes de compromisos
reales.

En 1898 para identificar un tipo de perversión sexual que implica tratarse a sí mismo
como un objeto sexual. Freud más tarde adoptó el término narcisismo para describir una
actitud más general de auto ensimismamiento y de auto amor. Más tarde, los analistas
modificaron el concepto implicando excesivo auto amor y grandiosidad que se desarrolla
en respuesta a una autoestima dañada.

Debido a que las personas con trastorno narcisista de la personalidad tienen una enorme
autoestima, son vulnerables a manifestar intensas reacciones cuando su autoimagen se
ve dañada. normalmente se toman muchas molestias para evitar estar expuestas a estas
experiencias, y cuando esto falla, reaccionan convirtiéndose en acomplejadas y furiosas.
Puede sobrevenir una depresión importante, la cual a su vez es el desencadenante
normal para la búsqueda de ayuda clínica.
Los individuos con trastorno de la personalidad por evitación experimentan una ansiedad
excesiva y generalizada y un malestar en situaciones sociales y en las relaciones íntimas.

Los ansiolíticos, en algunas ocasiones, ayudan a estos pacientes a manejar mejor la


ansiedad provocada al enfrentarse a situaciones que evitaron anteriormente o al intentar
nuevas conductas. Está todavía por determinar si la creciente literatura sobre el
tratamiento farmacológico de la fobia social generalizada.

Los factores culturales y sociales también pueden tener un papel importante en el


desarrollo del trastorno de la personalidad por dependencia. La dependencia es
considerada no sólo normal sino también deseable en ciertas culturas. Los pacientes con
trastorno de la personalidad por dependencia a menudo llegan a la terapia con quejas de
depresión o ansiedad que puede ser precipitada por la amenaza o pérdida real de una
relación dependiente. A menudo responden bien a los distintos tipos de psicoterapia
individual.

La terapia de grupo y la terapia cognitivo-conductual dirigida a incrementar el


funcionamiento independiente, incluyendo el entrenamiento asertivo y el entrenamiento en
habilidades sociales, puede ser útil para algunos pacientes. Si el paciente sostiene una
relación que mantiene y refuerza su excesiva dependencia, la terapia de pareja o familiar
puede ser eficaz.

El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad difiere del trastorno obsesivo-


compulsivo del Eje I en que este último consiste en pensamientos repetitivos específicos y
rituales de conducta más que en unos rasgos de personalidad.

Los individuos con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad pueden parecer


difíciles de tratar a causa de su excesiva intelectualización y dificultad de expresión
emocional. Sin embargo, estos pacientes a menudo responden bien a la psicoterapia
psicoanalítica o al psicoanálisis. Los terapeutas normalmente necesitan ser relativamente
activos en el tratamiento.

El trastorno de la personalidad autodestructiva ha estado sujeto a mucha controversia.


Este tipo de personalidad presenta una tradición clínica y una importancia histórica que
empezó con KraftEbbing en el siglo XIX con la descripción del masoquismo sexual (que
está clasificado como una parafilia en el DSM) y con las posteriores descripciones
freudianas sobre el masoquismo moral, un patrón de conducta no sexual sumisivo que
conduce al dolor y maltrato psicológico.

El trastorno de la personalidad autodestructiva se aplica a personas que exhiben una


pauta generalizada de conducta autodestructiva que no ocurre sólo en respuesta, a la
agresión física, sexual o psicológica, sino también anticipándose a ella.

El tratamiento de este trastorno es complicado por las tendencias autodestructivas del


paciente; sin saberlo, los pacientes pueden socavar el tratamiento y sus progresos porque
se sienten indignos de mejora o felicidad. Explorando la necesidad victimista del paciente
invistiéndole de un sufrimiento egodistónico, se puede conseguir un buen resultado con
psicoterapia dirigida hacia su introspección o psicoanális.
El trastorno esquizoide de la personalidad comparte el aislamiento social y la expresión
emocional limitada con el trastorno esquizotípico de la personalidad, pero carece de las
distorsiones cognitivas y perceptivas de este último trastorno. Las personas con trastorno
esquizotípico de la personalidad están también aisladas e inadaptadas socialmente, y
tienen pocos amigos. Dicho aislamiento es a menudo debido tanto a sus pensamientos y
conducta excéntrica como a su escaso interés por relacionarse, lo que proviene en parte
de su desconfianza en los demás. En el caso de desarrollar una relación tienden a
permanecer distantes o pueden rechazarla debido a su persistente ansiedad social y
paranoia.

Si el paciente está dispuesto a participar, la terapia cognitivo-conductual y los grupos


educativos altamente estructurados dirigidos a la instauración de habilidades sociales
pueden ser también de utilidad. Varios estudios apoyan la eficacia de dosis bajas de
fármacos antipsicóticos en el tratamiento del trastorno esquizotípico de la personalidad
(Goldberg y col., 1986; Serban y Siegel, 1984). Estos fármacos pueden mejorar la
ansiedad y las características de tipo psicótico asociadas con este trastorno, y están
particularmente indicados en el tratamiento de las descompensaciones psicóticas que
estos pacientes pueden experimentar.

A finales del siglo XIX el término personalidad psicopática se convirtió en una categoría
amplia aplicable a los individuos con rasgos de carácter socialmente indeseable. La
definición que estableció Hervey Cleckley en 1941 de psicópata

Muchas personas con este trastorno toman parte en repetidos actos ilegales. Las
características de la personalidad más relevantes incluyen una falta de interés o
preocupación por los sentimientos de los demás y, más notablemente, una falta de
remordimiento sobre el daño que ellos puedan causar a los demás.

Los factores culturales y sociales también pueden tener un papel importante en el


desarrollo del trastorno de la personalidad por dependencia. La dependencia es
considerada no sólo normal sino también deseable en ciertas culturas; de hecho, Gilligan
(1982) ha argumentado que esto se incentiva en las mujeres de nuestra propia cultura.

CONCLUSION PERSONAL:

Antes de esta lectura si considero haber tenido ya un conocimiento previo de los


trastornos de la personalidad, conozco las diferentes clasificaciones que se mencionan
aquí agregando el de la personalidad dependiente, de las personas con falta de
autoestima e indecisas, al igual que en su momento me sumergí mucho en el tema de la
personalidad narcisista abarcando un poco más este en especial.

En esta lectura lo que mas me llevo es los tratamientos para cada una de estos trastornos
ya que siento es algo que me falta en mi conocimiento además de la importancia clínica
en estos, así como desconocía que los individuos con trastorno esquizotípico de la
personalidad habitualmente evitan el tratamiento psiquiátrico.

En lo personal he tenido que aprender a convivir con una mama narcisista, en mi niñez
por obvias razones no conocía estos temas pero sabia que no era normal el hecho de una
mama compitiendo con su hija por las cosas que tenia o no, o por si tenía más atención
que la misma, los arranques de enojo, el hecho de avergonzarme frente a otros o no
respetar mis limites por lo cual yo misma empecé a ir a terapia y poco a poco fui sabiendo
el porque de todo eso, y entendiendo secuelas que dejo en mi a raíz de ello. Mi mama no
esta diagnosticada porque nunca ha ido a terapia, pero por diferentes aspectos notados.

Con el conocimiento adquirido y por adquirir espero poder ayudar las personas con estos
trastornos o poder ayudar a las secuelas que vayan dejando porque no esta de mas de
decir que al igual la personas que estaba su alrededor son afectadas porque nadie está
preparado para vivir con alguien así y aprende a conocer y vivir sin afectar su convivencia
o así mismos.

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