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Análisis de fondo

1. Respecto al Estado de Comala, en cuanto a que no ha vulnerado el derecho


a la vida de Pedro Arguedas, Florentino García, Cesar Arguedas, y su
reconocimiento parcial de la responsabilidad internacional en lo suscitado
con Alfonsina Vallejo; al margen de lo consagrado en el art. 4 de la
Convención Americana de Derechos Humanos.
a. Conceptos generales acerca del derecho a la vida, en referencia a la
jurisprudencia esgrimida por académicos expertos en derechos humanos.

Se debe partir de un concepto general, redactado y ejemplificado en reiteradas veces por


ciertas autoras, respecto a este derecho humano fundamental. Existe un carácter
primordial de este derecho, en donde se define un antecedente básico que, según Renata
Cenedesi en su texto1, en un primer momento este bien exigible universal, es un derecho
a la propia y única existencia de cada individuo en su calidad de ser humano; es decir,
este primer acercamiento es únicamente derivado a su naturaleza, en donde se concluye
que la vida es equiparable a la existencia física de un ser humano.

b. Estándares internacionales acerca del alcance del derecho a la vida, su


aplicabilidad y respeto, al margen de la CADH y la Corte IDH.

Clarificada y profundizada la primera arista, se debe entender en base a la propia


jurisprudencia de la Corte IDH, los cuales esgrimen precedentes trascendentales que, en
su totalidad, son garantizadas y efectivizadas por el Estado de Comala. El goce del
derecho a la vida es ejemplificado como un prerrequisito para el ejercicio y regocijo de
todos los consiguientes derechos establecidos en la Convención2. En caso de que se lo
violente y vulnere, el proyecto de vida del individuo se ve soslayado; en el margen del
goce y disfrute de los demás derechos humanos.

Bajo el artículo 4 de la CADH, la Corte ha esgrimido en reiteradas ocasiones que no son


susceptibles enfoques restrictivos del mismo derecho a la vida 3; este derecho universal
forma parte del conocido ‘núcleo duro de los derechos humanos’; esto define,
explícitamente, que no es admisible una suspensión de este derecho en casos

1
Cenedesi Born, El nuevo concepto del derecho a la vida en la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, Universidad de Valladolid, 2005, pág. 82.
2
Corte IDH. Caso Niños de la calle (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 19
de noviembre de 1999.
3
Corte IDH. Caso Montero Aranguren y otros (Retén de Catia) Vs. Venezuela. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de julio de 2006.
excepcionales en donde, de una u otra manera se encuentre en peligro la seguridad del
Estado, entre otras situaciones de emergencia extrema4.

Tanto la Convención, como la Corte IDH le otorgan un rol esencial al derecho a la vida.
En este punto, como Estado; se debe establecer que la única alegación supuestamente
violentada es el 4.1 de la CADH. Respecto a este numeral, cierta jurisprudencia delimita
que, no cualquier privación de este derecho se la puede considerar como inversa a la
CADH, en si esta tuvo que haberse producido de manera arbitraria, y por el uso de
fuerza desproporcionada de parte de miembros del orden y autoridad pública5.

c. Análisis del fondo respecto a lo ocurrido con Pedro Arguedas y Florentino


García, con relación al derecho a la vida.

Se alega que, el Estado de Comala vulneró el derecho a la vida de Pedro Arguedas y


Florentino García; debido a su privación de la vida dentro de los hechos suscitados. No
obstante, los sucesos con relación a sus muertes derivan a una falta clara y evidente de
comprobación, respecto a que, si fueron agentes, o miembros de orden publico
pertenecientes a Comala. No existe un nexo causal que conlleven, por tanto, a una
responsabilidad internacional de parte del Estado, ya que textualmente se alega que
[“Un grupo de personas armadas invadieron el territorio de la Comunidad Rumi y
mataron a los líderes indígenas P. Arguedas y F. García6”].

No se exime responsabilidad internacional del Estado, en el momento en que existió


violencia entre particulares7, en este caso un acto entre privados que soslayó la vida de
estas dos personas; no se reputa hacia el Estado en la medida en que no se fundamenta,
ni tampoco se profundiza que fueron agentes estatales los que perpetuaron tales ilícitos.
Por tanto, y mediante todo lo ejemplificado anteriormente, Comala no vulnero el 4.1
consagrado en la Convención.

d. Análisis del fondo respecto a lo ocurrido con César Arguedas y Alfonsina


Vallejo, respecto al derecho a la vida.

A medida de exponer un breve preámbulo, es oportuno nuevamente cimentar los


precedentes actuales; en base a la jurisprudencia del derecho internacional. La Corte ha
4
Artículo 27, numeral 1 y 2. Convención Americana sobre Derechos Humanos.
5
Corte IDH. Caso Cruz Sánchez y otros Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 17 de abril de 2015.
6
Caso Cesar Arguedas, Alfonsina Vallejo y Miembros de la Comunidad Rumi vs. Comala. Párrafo 17.
7
Corte IDH. Caso González y otras (Campo Algodonero) vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009.
esgrimido ocasionalmente que, no puede recaer responsabilidad hacia determinado
Estado por cualquier vulneración de un derecho humano en específico ocasionada entre
particulares dentro de su territorio 8. Las acciones u omisiones entre personas ajenas al
orden público; que ejercen determinado acto, y que conlleven a violentar algún derecho
humano, no es instintivamente imputable al Estado9.

Los hechos del caso exponen que, César Arguedas no fue privado de su derecho a la
vida; en sí, recibió un atentado en donde nuevamente, no se remite en el escrito, y no se
comprueba, que el perpetrador que causó tal ilícito haya sido un miembro de la fuerza
pública del Estado. Miembros del cuerpo de la salud lograron salvaguardarlo de este
infortunio suceso entre particulares, por tanto, no se vulneró el mencionado derecho a la
vida.

Respecto a Alfonsina Vallejo, el Estado de Comala ha formulado un reconocimiento


parcial de responsabilidad internacional, en la medida en que; Comala siempre ha
ejemplificado virtuosamente las consideraciones realizadas en el presente caso, es
evidente que; dadas las circunstancias en donde efectivamente se dio un episodio de
artillería violenta, se ha comprobado que la balística utilizada (ametralladoras) era de
uso distintivo de miembros de la fuerza pública, en este caso de la policía10.

Una de las finalidades de Comala es participar activamente en la estructuración eficaz y


benéfica en procesos interamericanos como el presente, es una aportación auténtica a la
naturaleza de la CADH, que se inspira en sus principios, que se encuentran latentes en
su escrito11. Es idóneo establecer la transcendencia de nuestro reconocimiento, pues al
ser parcial no recoge totalmente lo formulado anteriormente respecto a una vulneración
del artículo 4 de la Convención.

Este último punto debido a que, dentro del escrito en el presente caso, nuevamente no se
hace alusión a que los ejecutores hayan pertenecido o a la Policía Nacional o a las
Fuerzas Armadas del Estado de Comala, únicamente, se los denomina como [grupo
armado], sin sustento alguno de que hayan pertenecido a los anteriormente

8
Corte IDH. Caso Defensor de Derechos Humanos y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto de 2014.
9
Corte IDH. Caso Comunidad Garífuna de Punta Piedra y sus miembros Vs. Honduras. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de octubre de 2015.
10
Caso Cesar Arguedas, Alfonsina Vallejo y Miembros de la Comunidad Rumi vs. Comala. Párrafo 32.
11
Observaciones al reconocimiento de responsabilidad internacional y a la excepción preliminar
presentadas por Colombia dentro de Vereda La Esperanza vs. Colombia, Sentencia de 31 de agosto de
2017, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
mencionados. Es por tanto que, debido a estas inconsistencias expuestas en el informe,
se reconoce parcialmente una responsabilidad internacional respecto al derecho a la
vida, específicamente en su artículo 4, numeral 1 de la Convención.

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