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Facultad de Psicología

“Intervención Comunitaria”

“Resumen”
La participación y el compromiso en el trabajo comunitario

Integrante(s):
Florencia Aravena G.
Carolina Araya C.
Maria Fernanda Catalan B.
Veronica Osorio
María Carolina Rodríguez B.
Profesor:
Yonatan Encina A.
Sección:
B

8 de septiembre de 2017, Talca


¿Qué es la participación?
La participación es un concepto clave para la Psicología Comunitaria. Montero encontró 3
connotaciones de carácter general, usadas tanto en el sentido común como en la investigación social
para la noción de Participación. Ellas son: Ejecutar o estar involucrado en algún fenómeno social en el
cual otras personas están presentes de la misma manera; hacer partícipes a terceros de en alguna forma
de conocimiento o de acción que emana de la fuente informadora; compartir con otras personas ciertas
circunstancias y emociones. Desde la perspectiva comunitaria, por participación se entiende: La
acción conjunta y libre de un grupo que comparte intereses y objetivos, contextualización y relación
con la historia de la comunidad y el momento o la coyuntura en que se realiza, como también es un
proceso que implica la producción y el intercambio de conocimiento, ya que se intercambian
consejos, recursos y servicios; además es una acción socializadora y concientizadora que transmite,
comparte y modifica patrones de conducta, que organiza, dirigir, toma decisiones, efectúa acciones a
fin de alcanzar las metas establecidas conjuntamente, con la existencia de patrones democráticos de
comunicación entre los participantes reflexivos, solidarios y comprometidos con los proyectos
comunitarios y sus objetivos. Existen otras características de la participación comunitaria tales como
el carácter inclusivo de la participación; el estar dirigida hacia la consecución de una meta; el estar
integrada por una multiplicidad de tareas o acciones orientadas hacia ese propósito común; la
necesidad de unión y organización para que sea efectiva; el ser "un espacio dinámico que evoluciona
y el ser "una construcción social múltiple, sujeta a valores y circunstancias contextúales que surgen en
un determinado momento". La participación comunitaria puede ser definida como: un proceso
organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual hay una variedad de actores, de actividades y de
grados de compromiso, que está orientado por valores y objetivos compartidos, en cuya consecución
se producen transformaciones comunitarias e individuales.

Alcances y beneficios de la participación comunitaria


La participación comunitaria es beneficiosa para los individuos participantes, cuyo
crecimiento personal se desarrolla positivamente, los alcances más importantes son: es un proceso que
reúne simultáneamente enseñanza y aprendizaje ( todos aportan y reciben); tiene efectos socializantes
y concientizadores; desarrolla la colaboración y la solidaridad; moviliza, facilita y estimula recursos;
puede generar formas de comunicación horizontal, intercambio y generación de conocimientos;
permite el desarrollo de la capacidad reflexiva, crítica y desarrolla y fortalece el compromiso, como
también a la comunidad; introduce diversidad fomentando el surgimiento de nuevas ideas permitiendo
si es necesario cambiar la dirección y el control de las tareas que se ejecutan.

Dificultades de la participación comunitaria


Los psicólogos comunitarios están conscientes de que no son ellos los únicos actores en la
investigación y la acción comunitaria, también se deriva que en el trabajo comunitario simpatizan
diversos saberes, todos deben ser tomados en cuenta. Esta relación entre agentes externos e internos
no está libre de conflictos. Algunas de esas dificultades corresponden al compromiso y al
conocimiento dentro de la comunidad. Los miembros de la comunidad tienen conocimientos propios
de su cultura que podrían ser contradictorios con los cambios necesarios para la comunidad, definidos
en pautas socialmente establecidas (externas a ella). Por otra parte la participación se puede ver
influida desde tendencias políticas o religiosas (entre otras), las cuales arrastran ciertos
intereses/necesidades que pueden desviar el trabajo psicosocial comunitario. Se suma además la
diversidad de afiliaciones políticas de los miembros de la comunidad o investigadores. Para evitar las
posibles polarizaciones de los miembros de la comunidad, es necesario que, sin desprenderse de las
ideas políticas que individualmente se tenga, la participación comunitaria esté orientada por el
compromiso con la comunidad y sus intereses. Y que la afiliación política personal se mantenga
separada del trabajo comunitario. La participación y el compromiso en el trabajo comunitario pueden
considerarse como participación comunitaria.

La definición de compromiso
Las palabras compromiso y comunidad casi siempre van unidas, sobre todo cuando se habla
del trabajo comunitario. Tanto en la literatura psicológica como en la sociológica, el concepto de
compromiso es polisémico. La palabra castellana "compromiso" corresponden tres palabras inglesas:
commitment, engagement e involvement. Al término “commitment” se le asigna la significancia de
la decisión momentánea de alcanzar alguna meta en particular. A “engagement”, se suele traducir
como compromiso. Y en el caso del término “involvement”, su definición se centra principalmente en
lo que podríamos llamar participación comprometida de los ciudadanos en el espacio público, a través
del voluntariado o de su incorporación no oficial al servicio público. Sin embargo, cabe hacer una
distinción con el término voluntariado, ya mencionado, ya que su origen y acción parecen restringirse
al ámbito individual, en tanto que el compromiso que aquí tratamos se forma y expresa en las
relaciones comunitarias. Así, el autor entiende por "compromiso": la conciencia y el sentimiento de
responsabilidad y obligación respecto del trabajo y los objetivos de un grupo, comunidad, proyecto o
causa, que conduce a la persona a acompañar, actuar y responder ante ellos por las acciones llevadas a
cabo.

El carácter motivador del compromiso


Es esencial destacar el término carácter motivador, ya sea de forma momentánea o de
condición duradera identificatoria de un sujeto. Motivación es la decisión de realizar acciones en pos
de un objetivo. El concepto de compromiso, por su parte, no está tan claro, si bien nos
comprometemos con ciertas ideas, movimientos, cosas, no lo hacemos con todas ellas, lo que quiere
decir que la fuerza y motivación no se dan en todas las situaciones, pues hace falta que sea digno,
valioso, necesario y hasta conveniente de realizar.
El carácter crítico del compromiso
La psicología social comunitaria latinoamericana ha percibido los aspectos críticos sobre el
concepto de compromiso. Las autoras Lane y Sawaia (1991) iniciaron la discusión desde una
perspectiva gramsciana, donde critican y explican el rol de los psicólogos comunitarios. Anterior a
ello, Perdomo (1988) había advertido la posibilidad de que el trabajo comunitario se convirtiese en
activismo, carente de teoría y rigor metodológico. Cuando se actúa como pueblo no se considera que
el sentido común está lleno de ideologías como en cualquier otra área de la sociedad. Por su parte
desde nivel experto existe un supuesto de superioridad que otorga a uno la decisión de qué hacer. En
el modo concientizador se toma un rol de salvador, quien iluminará con su bondad y saber, mientras
controla y dirige.
Molano en 1978 notaba el erróneo postulado acerca de que la investigación en contacto con el
pueblo conducía a la acción política, y al mismo tiempo esta lo hacía con el compromiso hacia el
objeto de estudio. Lane y Sawaia (1991) recalcan que el compromiso no es la anulación de uno en
otro, si no que es una acción crítica constante de encuentro y superación. El que algunos agentes
externos se fundan con la comunidad hace que dejen de prestar su saber, dejan de estar disponibles, lo
cual puede llevar a dos situaciones de error, el saber cristalizado y el empirismo sin principios.

El carácter valorativo del compromiso


El estudio del compromiso desde la psicología comunitaria se realiza desde valores de justicia e
igualdad social, derechos humanos, intereses de la comunidad, necesidades y principalmente ante el
respeto por el otro. El compromiso puede variar de intensidad y dirección a lo largo de la vida,
llegando a acompañarnos algunos durante toda la vida. En paralelo, el compromiso está también
ligado a aspectos éticos y políticos, los cuales guían, dan consistencia y apoyo al concepto. La
ausencia o presencia del compromiso se ve mediante la acción y reflexión, de nada sirve una
declaración verbal acerca de su existencia.

Ejes del compromiso


La comprensión y aplicación del compromiso gira en función de tres ejes, por lo que no es un
fenómeno uniforme: primero, desde el interés individual al bienestar colectivo, segundo, desde la
selectividad grupal a la consideración de que cualquier grupo lo puede producir, y tercero desde
agentes externos a internos, dependiendo donde se asienta el compromiso.

¿De quién es el compromiso?


Para Fals Borda (1970) su definición hace alusión al científico social que es sensible a los problemas
de la sociedad en que vive y que quiere responder a ellos, produciendo conocimiento, este
conocimiento conduce a "la acumulación del conocimiento científico" y "a su enriquecimiento, su
renovación, su revitalización". Esto supone la coexistencia de dos ámbitos en la práctica del
compromiso de los investigadores: 1.Problemas sociales en los que se trabaja. 2. Ciencia desde la cual
se trabaja. En ambos casos, acción y compromiso se dirigen a la transformación social enriquecedora
de los miembros de la sociedad en la cual se produce.
Otros sinónimos naturalizados, dentro de este mismo concepto, alude a actitud, disposición o
condición deseable en quienes trabajan con comunidades. También se le relaciona con “vocación de
servicio”. En mucha literatura del campo, se sobreentiende por compromiso como un impulso
unilateral; una disposición benevolente de los agentes externos, deseable y correcta. Ubicar
externamente el compromiso, lleva a una interpretación a la ligera del concepto: basta
autoproclamarse como identificado "con el grupo", para satisfacer la necesidad del compromiso.
Revisión crítica de tal concepción: la posición unilateral adoptada por muchos profesionales respecto
del compromiso, supone una exclusión de los miembros de las comunidades e implica una posición de
superioridad (ven a las comunidades como débiles, frágiles y pasivas); por lo tanto retorna a las
visiones paternalistas y populistas tradicionales.
Así, se ha cobrado conciencia de que no es sólo el agente externo quien necesita el
compromiso, sino que también los agentes internos (Goncalves de Freitas, 1995, 1997).
Sin la participación de la comunidad, la acción de los agentes externos no tiene efectos
duraderos. "el compromiso debe estar presente en ambos tipos de agentes de transformación, se tiene
en consideración sus diferencias y se reconoce que la motivación y los valores pueden y deben estar
presentes (o ausentes) en ambos" (Montero, 2002b).
Goncalves de Freitas advierte que el establecer los códigos de intercambio y compromiso de
las personas inmersas en la investigación disminuye los riesgos de que alguna de las partes abuse de la
información sin retribuir a la otra, por su aporte.

La relación entre participación y compromiso


Hay una relación directa entre compromiso y participación. Ni la participación ni el
compromiso son fenómenos monolíticos, de todo o nada (Montero, 1998a). Hay diferentes grados de
participación y de compromiso dentro de una misma comunidad e incluso a lo largo de la vida de las
personas. Los agentes externos deben estar atentos a las manifestaciones de compromiso y de
participación de los miembros de la comunidad, deben tener en cuenta las variaciones en ambos
fenómenos y no rechazar las formas de participación menos comprometidas. Participación y
compromiso son fenómenos complejos. Como dicen Martín González y López (1998: 200), al
introducir el carácter legitimador del compromiso: "la participación auténtica es una participación
comprometida". Participación y compromiso se refuerzan mutuamente; por lo tanto, no hay
participación pequeña. Toda participación es necesaria. La relación entre participación y compromiso
puede expresarse gráficamente:
Es importante promover el movimiento centrípeto de los miembros de la comunidad hacia el
núcleo de mayor participación. Es necesaria la rotación de aquellas personas que están en el primero y
el segundo círculo, ya que la fatiga y el esfuerzo, así como la habituación, pueden disminuir su
capacidad de trabajo y, a veces, degenerar en formas de autoritarismo (Montero, 2002b). Esa rotación
debería mantener a esas personas en los tres círculos inmediatamente contiguos.

Efectos del compromiso sobre el trabajo comunitario


Los efectos del compromiso sobre el trabajo comunitario ha sido analizado desde la
perspectiva de agentes internos como externos en la práctica comunitaria. Desde el punto de vista de
los agentes externos, Fals Borda (1970/1980) el compromiso se manifiesta principalmente en que un
agente que esté comprometido con el trabajo es capaz de identificar con mayor facilidad los grupos
claves que posteriormente son los grupos de referencia del investigador. Desde la perspectiva
psicosocial comunitaria los temas y prioridades se deciden por y en conjunto con la comunidad, si
bien la acción de los agentes externos facilita, ya que el compromiso hace que sean más receptivos a
nuevas ideas y perspectivas, es necesario que esto ocurra también con los agentes internos, en los que,
de igual manera, la creatividad y originalidad se verá facilitada por el compromiso. El efecto más
importante del compromiso es la producción de análisis serios y profundos a través del esfuerzo que
ambos tipos de agentes han puesto en su realización, a su vez permite ejercer acciones más
productivas y adecuadas a las situaciones en donde se actúa.
Stukas y Dunlap (2002) estiman que el compromiso ayuda a establecer fuertes lazos entre las
comunidades, al generar ayuda y respaldo para la satisfacción de necesidades y facilitar la interacción
entre los miembros de la comunidad. De esas interrelaciones es posible que surja una comprensión
mutua entre los niveles interinstitucional, intergrupal y personal.

¿Por qué participar comprometidamente?


En el año 2002 los autores Batson, Ahmad y Tsang consideraron cuatro motivos para que se
realice una participación comunitaria comprometida: el primero es de carácter egoísta, ya que la
persona participa en la comunidad para así obtener beneficios para uno mismo. El siguiente motivo
son las razones altruista destinadas a beneficiar a uno o más individuos, estas razones se encontraban
unidas a la empatía, la que pueden ser complementadas por otras emociones de carácter positivo. Un
tercer motivo se relaciona con el colectivismo en donde se pretende servir a la comunidad para que
esta sea beneficiada, el colectivismo se entiende como una motivación para lograr un aumento en el
bienestar de un grupo o colectivo. El cuarto motivo alude a los principios, desde el cual, el trabajo por
la comunidad es en función de principios éticos y morales (justicia, equidad, derechos humanos).

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