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Informe de lectura # 2

Caminos Herrados de la Ética Filosófica – capitulo 8 Egoísmo y Altruismo.

Hartmann, N. (2013) “Si el interés por el Yo es supremo y el único, entonces solo


puede haber una ética egoísta y el auténtico sentido de cada requerimiento moral
tiene que discurrir sobre la máxima de ser egoísta reflexivo y previsor, de percibir
el verdadero beneficio propio y evitar el meramente aparente”, Ética. Ediciones
Encuentro, S.A.(p112).

Podemos identificar que la ética esencialmente practica tiene cierta impregnación


de egoísmo, estando aun enfocada como principio de satisfacción plena el
bienestar del prójimo, sobreponiéndose al motivo universal de la esencia del Yo
que es la autoconservación o “autopreservación”; a cierto modo una fácil forma de
interpretar las cosas moralmente positivas y el deseo egoísta arraigado en el
altruismo y de las orientaciones primarias como lo es la justicia y el amor al
prójimo; es al mismo tiempo un motivo de plenitud personal e innata el poder
ejercer la capacidad de contribuir en el bienestar de otro, dicha capacidad es
inherente aunque el objetivo no radique en el propio ser sino el ajeno, esta
capacidad (Ethos) aunque está establecida inherentemente en la interioridad del
hombre; necesita manifestarse como una característica de un ser sin perder su
distinción o carácter individual.

En vista de que metafísicamente la perspectiva nos manifiesta partir de la posición


de ver al otro a partir de la imagen que tengo de mí, es por eso que se hace
elemental la empatía ya que en realidad ponerse en la posición del otro puede de
que no haya sido un factor determinante en el pasado, pero si condicionara
positivamente el instante interpretador captando la realidad ajena en relación a la
experiencia propia humanizando la interpretación de un ethos ajeno, aunque
manifiesta debilidad al ser incapaz de explicar un saber heterogéneo o no que no
tenga similitud.

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