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PRÓLOGO
Ese tiempo que voy a necesitar para intentar volver a ser quien era, y
digo bien, intentar, aunque desde lo más profundo de mí, sé que eso ya no va a
ser posible.
Por ella he llegado a lo que jamás habría pensado que podría llegar a
Recostada sobre mi pecho, cierro sus ojos ya sin vida, que miran sin ver
su verdad, el amor que sentía por ella ha desaparecido y la ira y el odio se han
de ella, sé que nos van a separar para siempre. Por primera y última vez beso
doble asesinato.
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Al salir, ya esposado, en el quicio de la puerta la veo a ella, la mujer de
la que estoy completamente enamorado, lo que hace que una leve mueca de
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CAPÍTULO I
dentista a primera hora de la tarde, junta vecinal a la que por cierto he llegado
tarde y para rematar el día, reunión familiar para ultimar los detalles de la boda
de Víctor y Julia.
Está comprobado que como bien dice el refrán; «Nadie escarmienta por
conmigo.
sus dos hijos, y por parte de Julia sin padres con sus respectivas parejas. Es
más guapa y encantadora que jamás había visto. Hacía unos meses que había
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roto con Antigua, una chica vecina de la casa de mis padres en el pueblo. Era
allí sus estudios de imagen y sonido que no podía cursar en nuestra localidad.
Fue una etapa bonita de mi vida. La recuerdo con mucho cariño. Continuamos
de aquellos tiempos.
Lola era y es, muy distinta a mí. Ella es charlatana, vivaracha, activa, allí
donde hay movimiento está metida de lleno. Y por el contrario yo soy tímido, de
pocas palabras, prefiero quedarme en casa a salir cada noche que si a cenar ,
fuera de casa, cuestiones que ella anhelaba, motivo por el que hace cinco
años, cuando nuestras hijas Laura y Alba tenían diez y doce años
hacer nada. No se puede obligar a nadie a que te quiera y esté a tu lado. Ella
se había enamorado de otro y debía aceptarlo. Rompió con todo y con todos.
Se fue durante dos años como cooperante a Somalia, la misma ong en la que
Mis tres hijos, porque desde que conocí a Víctor cuando tenía ocho
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años, siempre lo he considerado como a un hijo, se quedaron conmigo.
que mi madre viuda, mayor y vivía sola, le propuse que se mudase a vivir con
Lola y por otro lado, esta, no permitía que nadie la controlase ni que le dijesen
lo que tenía o debía hacer. De modo que en las ocasiones que se han visto,
que han sido pocas, las dos han hecho un esfuerzo y durante unas horas se
tarde, no tengo que madrugar y tampoco tengo sueño. Estoy solo. Solo se oye
Es mi momento de relax. Es cuando puedo hacer aquello que quiero sin tener
que dar explicaciones, ni tener a nadie preguntándome por qué hago esto o
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terminado y puedo desconectar de todo y de todos.
alguna que otra página donde pasar el rato charlando con mujeres e incluso en
algunas web de sexo donde me llevó hace un tiempo la curiosidad y que por
supuesto por nada del mundo reconocería nunca ante mi familia, o amigos, o
caballerosa. Siempre he pensado que se puede hablar de sexo sin tener que
«Chat amistad» .
Nick:
«Maduro-56».
Una lista inmensa de apodos se abre ante mí. Los leo. Descarto los que
dan a entender que hay un hombre tras el nombre. La mayoría son bastantes
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«Folladordelapradera-72», «Casado-cachondo», «Abuelito-aburrido».
realidad en este mundo virtual que nos hemos creado cualquier coincidencia
lleva a otra pantalla donde me permite hablar de forma más privada con ella.
La saludo;
>56 —contesto.
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>Cómo de sumisa eres? —le pregunto por el nombre que se ha puesto.
me pican los ojos por culpa del sueño y de la luz de la pantalla, desconecto el
suerte».
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CAPÍTULO II
reunida Celia junto a su grupo de compañeros con los que lleva trabajando
Después de pasar los peores años de su vida, se siente feliz. ¡Por fin lo
—Tenemos que dar la enhorabuena a nuestra amiga Celia. Aunque hoy nos
todo un ejemplo de superación para todos vosotros —se dirige a los demás
miembros del grupo una de las psicólogas del centro—, para que veáis que de
la adicción al juego se puede salir y volver a ser una persona feliz e integrarse
completamente en la sociedad.
pensado participar en los talleres del centro y echar una mano a quien lo
inmensa labor con todos los que como última alternativa llegamos al centro. No
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me gustaría olvidarme de nadie, le agradezco a Sergio su paciencia conmigo y
Teresa, la mejor terapeuta, por todo el apoyo que he sentido todo este tiempo,
ya lo había intentado en otra ocasión y a los pocos meses volví a recaer, por lo
que estaba llena de dudas y miedos. Sin embargo ahora me siento fuerte y con
realidad es un arma de doble filo, que puede hacer mucho daño y llegar a
destruir a una persona y a todos los que le rodean, como me ocurrió a mí.
Ahora me siento preparada para recuperar mi vida y volver a ser la mujer feliz
que una vez fui, antes de meterme en este infierno del juego. Muchas gracias a
aplauso.
queremos».
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pellizco en el corazón de Celia debido a la emoción del momento.
—¡Ya! Ya lo sé, cielo. Pero por muchos años que tengas siempre serás mi
pequeña. Te quiero.
—Y yo a ti, mamá.
—Bueno, no nos pongamos tristes que hoy es un día para estar felices y
contentos. ¿Qué os parece si nos vamos los tres a almorzar a algún sitio
bonito? Por ejemplo ese que tanto te gusta —le propone a su hija.
ventanilla del coche. Se siente como si fuese una forastera en la ciudad que la
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Lo que si reconoce es la fachada de la sala de juego donde pasó tantas
todo va a salir bien» —consuela—. Celia contesta con una leve sonrisa.
una fiesta sorpresa. Celia no puede contener las lágrimas al volver a ver a toda
preparada por Daniel y Carla para que todo saliese bien, pero ella también
Tras unos minutos al salir ella del aseo, Daniel no puedo dejar de mirarla
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Un mechón rebelde le cae por la frente haciendo más interesante su mirada.
Ambos saben lo que en esos momentos uno quiere del otro y los dos desean lo
mismo ardientemente.
movimiento de hombros, hace que los finos tirantes de raso bajen y el camisón
pasión.
apasionado beso. Sus cuerpos se pegan aún más, se funden llegando a ser
una sola persona, sus piernas se entrelazan, son un solo cuerpo del que mana
pasión y deseo.
Daniel mientras besa sus labios, su mano derecha recorre una y otra vez
el cuerpo desnudo de Celia. Aprieta sus nalgas contra él queriendo sentir sus
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pezón, que debido a la excitación está firme y duro. Lo pinza y pasa rozando
las yemas de los dedos por él, provocando en ella un gemido de placer lo que
notar la mano sobre su monte de venus, separa las piernas para facilitarle el
camino.
placer de ella.
agarra con fuerza las sábanas para no enloquecer de gusto. Su sexo se inunda
de flujo y deseo.
lengua la que juguetea con su clítoris. Llevada por el goce, ella agarra la
ahoga. Su espalda se arquea dominada por el deseo. Sabe que está a punto
de explotar cuando empieza a sentir ese calor sobre su sexo, pero no quiere,
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Ahora es ella la que quiere cambiar. Ahora quiere ser ella la que domine
con firmeza. Mueve la mano haciendo que su pene suba y baje. Dibuja su
arriba abajo haciendo más fácil el que entre en su boca. La abraza con sus
labios haciendo que se mueva dentro de su boca lo mismo que dentro de unos
ambiente.
con un suave movimiento que el pene duro y erecto de él entre sin dificultad en
movimientos son lentos, haciendo que su pene entre y salga una y otra vez de
ella. El acaricia sus pechos. El movimiento comienza a ser más rápido. Ambos
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le pide—. No puede más y su cuerpo recibe una descarga de gozo que le
Unos minutos después Celia se deja caer sobre él. Se coloca a su lado.
normalidad.
y sexo.
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CAPÍTULO III
Querida Magdy;
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mi torpeza.
perdonaría nunca.
fijarte en mí.
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involucrarte o por miedo a que se descubriese
necesito.
problema, LA LUDOPATÍA.
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actúe de este modo. Ellos no saben nada de mi
los míos.
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cobarde y lo peor es que estoy convencido de
nunca.
Lucas
cerebro está intentando procesar toda la información que acaba de recibir, pero
—Magdy, ¿se puede saber qué estás haciendo? —riñe la profesora—. Saca
hablando!
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Como movida por un impulso ajeno a su raciocinio, Magdy se levanta de
allí.
universidad.
No sabe donde puede estar Lucas, no tiene nada claro donde ir, ni a
quien acudir, solo sabe que tiene que actuar, que tiene que hacer algo para
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CAPÍTULO IV
Sin aliento, exhausta por la carrera, Magdy llega a casa de Lucas. No sabe si
¿Quieres algo?
—Sí. Sí. Está en su habitación. Ha llegado hace un rato. Decía que iba a ir
—¡Lucas! ¡Lucas, abre! Soy Magdy. Abre que tengo que hablar contigo.
¡Abre!
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—¡Lucas, ábreme! ¡Ábreme, por favor! —le pide Magdy.
Los golpes en la puerta según pasan los segundos son cada vez más fuertes y
de Lucas.
—Es Magdy, que ha entrado como una loca y no consigo que me diga que
es lo que sucede.
puerta.
baño.
—¡Al baño! ¡Lucas, abre la puerta! —grita ahora ante la puerta de servicio.
No obtienen respuesta.
—¡Lucas, por favor! ¡Abre la puerta! Soy Magdy. Sé lo que vas a hacer, por
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—¡Qué dices! —exclama Caridad.
temerosos sin entender por qué Lucas no contesta. Solo Magdy sabe toda la
verdad, por lo que exige a gritos que le ayuden a derribar la puerta del cuarto
de baño.
todo el peso de su cuerpo. Necesita repetir la operación varias veces para que
la puerta ceda lo suficiente como para poder meter la mano por la ranura y
trasladarle al hospital.
bajo control, los tres esperan, impacientes por tener noticias del joven
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nerviosos y angustiados, el diagnostico del médico de urgencias que le está
atendiendo.
atiende.
—¿Se va a recuperar?
habrían sido decisivos para no poder hacer nada por él. Está muy débil,
pensaba que era por los estudios. Nunca pensé que fuese tan serio como para
padre.
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dentro de mi carpeta. Cuando la he leído, no sabía a donde ir ni a quien acudir
y por eso he ido a su casa. Gracias a Dios lo hice bien y llegamos a tiempo —
cuenta la joven.
—¿Qué sucede? —quiere saber Caridad quitándole los folios de las manos.
mañana pasará a planta, allí podrán verle. Les aconsejo que se vayan a casa y
—¿Qué pasa? ¿Qué pone esa maldita carta? —quiere saber Ernesto.
—¡No lo sé! ¡No lo sé! Pero lo que está claro es que tenemos que hacer
algo.
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El matrimonio se abraza apesadumbrados por lo sucedido.
—Muy bien.
a salir adelante.
—Mañana cuando salga de clase me paso por el hospital para hacerle una
visita.
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CAPÍTULO V
Hace unos días que salió del centro y ya se siente totalmente capacitada
personas que, como ella hace un año, intentan salir de ese infierno llamado
«Lo perdí todo por intentar ganar un dinero que no necesitaba. Ese sería un
quince. Vi que se podía ganar y sentí que yo también podía. Mis apuestas
comenzaron a superar los mil euros. Yo había tonteado con el juego desde
joven pero siempre sin pasar de los veinte euros. Cuando nos reuníamos el
bingo a echar unos cartones y unas risas. Nos parecía más divertido que estar
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en el cine o en alguna disco perforándonos los oídos con esas músicas
estridentes e infernales sobre todo para a quien no le gusta bailar como a mí.
convencí para ir al menos una vez al mes y luego cada semana. Les
argumentaba que nos lo pasábamos bien, que era divertido y además de vez
mismo sitio por lo que terminé yendo yo sola y pasé de ir cada semana a ir
diariamente.
comercial, donde el premio era una cesta navideña, para mí, la ganancia era lo
dentro de estas salas más de veinticuatro horas seguidas. Crees que te puede
tocar, pierdes el control. Todo está perfectamente diseñado para que nadie se
trabajo, en las facturas, en que tu pareja se parte el lomo por sacar todo
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con la esperanza de que la cerveza les salga gratis. Por lo visto, muchas
En total me habré gastado unos ciento treinta y cinco mil euros. Con esa
contaba que había necesitado dinero para una reforma en casa que luego
mentiroso. Que la persona a la que mientes para conseguir dinero, que luego
vas a gastar, se fíe de ti, no quiere decir que sea tonto, solo que según va
pasando el tiempo ata cabos y acaba dándose cuenta de todo. Por mucho que
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ese infierno, que se puede volver a ser feliz y aunque las experiencias vividas
un granito de arena para ayudar a quien está envuelto en el remolino del juego
cebo envenenado del juego. Por ello el próximo día mundial sin juegos de azar,
tipo de establecimientos.
vivencias. Vamos a continuar luchando contra el juego, contra todo lo que nos
haga dejar de ser las personas que eramos e intentar erradicar esa lacra de la
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CAPÍTULO VI
Son más de las doce de la noche y estoy chateando con Rosalinda. Aunque
para ser más exacto debería decir intento hablar con Rosalinda. Después de
Pasan más de diez minutos entre frase y frase. Seguro que es por qué
tontamente —escribo.
sentido indispuesto.
«Mentirosa» —pienso.
>Cincuenta y seis.
>Uf!
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>Te parecen muchos?
>Tienes hijos?
>Eres un estúpido.
necesitas.
>Muy bien, y qué mas quieres conocer. Antes solo pretendía hacer una
broma.
>Dónde vives?
>En Madrid.
>Es mía.
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Contesto viendo sus intenciones.
>No, no es necesario.
>A Madrid.
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que dejar mi apartamento y necesito un lugar a donde ir.
>Hombre, tú dirás! Sino para que voy a estar hablando con un viejo como
tú.
>Digo la verdad.
>Yo también.
Oigo «Cling».
teníamos.
—Absurda?
—Ya te digo.
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—Es absurdo hablar conmigo?
—Por supuesto que no. Lo que considero absurdas son tus intenciones
que...
mañana?
—¡Y dale!
—Viejo estúpido.
Madre mía —comento como si alguien pudiese oírme-, está visto que
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CAPÍTULO VII
minutos tiene que enfrentarse a las decenas de personas que abarrotan la sede
«Ante todo quiero dar las gracias a la asociación del barrio por cedernos su
ayudado y me han permitido que hoy estemos aquí y por supuesto a todos
Quiero deciros que una vez terminada esta charla, recorreremos el barrio
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alarmante. Según datos de la Federación Española de Jugadores de Azar
de la Salud.
cada vez más jóvenes, caen en las redes de esta enfermedad que muchos
consideran provocada.
barrios más vulnerables, los más golpeados por la crisis. En toda España, este
tipo de locales se han disparado en los últimos diez años. Según datos
anuales han aumentado un ciento cuarenta y uno por ciento en los últimos tres
años.
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Soy consciente de que vuestra asociación vecinal insiste en que se
hecho pero en otras muchas no existe planificación que limite su número por
tres o cuatro en apenas cincuenta metros. De ello se deriva otro problema que
bar, pero ahora las apuestas deportivas lideran el ranking. La percepción social
que se tiene sobre las apuestas deportivas complica el problema. Están mejor
asociada al deporte.
Juego, solo el sector del juego on-line movió el año pasado, en términos de
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Históricamente, una de las recomendaciones que los especialistas
hacían a los jóvenes para alejarlos de las drogas es que hicieran deporte. Sin
embargo, ahora vemos a los mejores futbolista del mundo diciéndoles que
él, lo que provoca más indignación entre quienes ayudamos a los ludópatas,
Ante tanto dato negativo que os estoy dando quiero dar una bocanada
pregunta; ¿la ludopatía se puede curar? Los psicólogos utilizan términos como
familiares y profesionales.
del precipicio. Piensan que todo el mundo te va a juzgar por ser un adicto, pero
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cuando escuchas al resto te das cuenta de que es un proceso compartido y
sientes una alivio tremendo. Descargar “la mochila” —hace el típico gesto de
entrecomillado con los dedos índice y corazón de ambas manos—, hace que
madres que ven a sus hijos enganchados al móvil vaciar sus cuentas y volverse
adicción del juego para que no lo haga y el que está dentro darle fuerza y
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CAPÍTULO VIII
organizadores del acto por las calles del barrio concienciando del peligro que
supone el juego.
dar. Ella acudirá con él a las sesiones de grupo, no porque no confíe en él sino
porque como bien ha dicho Celia durante su charla, las personas enfermas
—Dime.
—Mi novio hace una semana intentó suicidarse cortándose las venas. Es
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adicción, como ha hecho usted.
—La asociación no es mía. Yo solo soy una pieza más en este inmenso
—Veinticinco.
—¿Y se llama?
—Lucas.
—Pues Lucas puede, mejor dicho debe, acudir a nuestro centro donde será
—Ese es el problema
—¿Cuál?
—¡Ya! Lo típico. Está convencido de que él solo puede salir de toda esta
mierda, ¿verdad?
—Eso es.
—Se me ocurre una idea. ¿Por qué no vamos a verle? Puede que hablando
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—Lo primero es que lo hago por él y por ti. Lo segundo que no me llames de
usted, ¿de acuerdo? —la joven asiente con una ligera sonrisa—. Déjame
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CAPÍTULO IX
—¡Y dale!
obligaciones.
enseñarme su móvil.
—Esteban, ya están listas las viandas para la merienda —me informa Berta,
sirva en el comedor?
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—No gracias. Cuando llegue mi hermano ya los ponemos nosotros. Muchas
—¡Ah! Pues sí, porque ha venido mi marido de un viaje, así podemos pasar
la tarde juntos.
—Hasta mañana.
gusta.
—Te lo digo desde el cariño, pero tío, eres patético —le recrimino.
—A las mujeres le gusta que se les mire así. Yo que tú ya le habría tirado
los trastos.
—¿No puedes mirar a una mujer, sin ver una vagina con piernas?
—Tú tan mojigato como siempre. Lo único que quiero es vivir, disfrutar de la
—¡Ja, ja! Muy gracioso —soy sarcástico—. ¡Ah! Mira, ahí está ya mi
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—Menos mal porque el fútbol está a punto de empezar. Vamos a verlo, que
cuando termine tengo preparada una película de esas que nos gustan.
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CAPÍTULO X
Lucas siente una mezcla de sentimientos y son los culpables de que lleve
La primera vez que tuvo a sus padres frente a él después del intento de
suicidio, fue uno de los momentos más duros de su vida. Se siente culpable de
su dolor. Un error más que debe añadir a su ya larga lista de delitos, según su
conciencia.
la confianza de Magdy. Se concienció muchos más del paso que va a dar, tras
de todo, el juego.
psicóloga, Ana Valladares y acompañado por Celia. Cuando ella fue a su casa
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a todos por qué está aquí.
bueno...
—Lo comprendo, pero hazme caso. Puede que aún no comprendas por qué
presencia en este grupo. Es importante que esa palabra a la que tanto miedo
tienes que temer nada. Nadie te va a juzgar ni a reírse de ti, estamos aquí para
cuéntanos por qué estás aquí —insiste tras unos segundos en silencio.
manos.
—Gracias. Has conseguido dar un paso muy importante. Lo has dicho. Has
esa mochila tan pesada que llevas a la espalda y deja que salga todo lo que te
Luego empecé a apostar a cosas de las que no tenía ni idea; tenis, balonmano,
Ese dinero te hace sentir poderoso. Tuve rachas buenas. Esa fue mi desgracia.
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Llegué a ganar diecisiete mil euros en un partido de Champions. Me compré un
reloj carísimo. Pero daba igual lo que ganara porque siempre me lo volvía a
piensas en las pérdidas. Luego ya solo apuestas para intentar recuperar lo que
has perdido y al final lo terminas perdiendo todo. Fui aislándome poco a poco.
apostar. Solo vivía para jugar. Antes de engancharme hacía deporte, entrenaba
juego arrasó con todo. El día 3 de cada mes ya me había fundido toda la
hasta la noche. Lo primero y lo único que hacía durante todo el día era apostar
dio me hizo prometerle que ese dinero lo utilizaría para mis estudios y no fue
saber como acabar con todo, la única salida que vi a mi vida, fue cortarla. Morir
era mi única escapatoria. Así que me corté las venas en la bañera de casa. El
problema es que dejé una nota de despedida a Magdy, tenía que decirle que le
capaz de salir de este mundo, pero quiero intentarlo. No puedo continuar con
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esa vida. Me voy a volver loco de estar continuamente pensando en lo mismo,
así que con la ayuda de mi familia, de Magdy y Celia que me convenció para
—Muy bien Lucas. Ves, no ha sido tan difícil. Ya has dado un paso muy
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CAPÍTULO XI
Para Celia los últimos días han sido agotadores, pero a la vez reconfortantes .
Se siente satisfecha.
La charla y el posterior recorrido por las calles del barrio han hecho
familia.
próxima charla.
alegre;
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—No. Mañana no vengo. Me voy con la familia a pasar el fin de semana a
la sierra.
—Adiós.
lleva como si buscase en una urna la papeleta elegida al azar de una rifa.
con ellas, las saca y levanta la cabeza. Ve a alguien que le deja paralizada. El
poder controlar su cuerpo, las manos le tiemblan lo que hace que se le caigan
las llaves. No sabe como actuar. Necesita llegar al coche para irse a casa, pero
allí cuanto antes, pero sus piernas no obedecen. Es algo más fuerte que su
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—¡Vaya! ¡Vaya! Parece que no te alegras mucho de ver a los viejos amigos
estar tú.
—Sí. La otra vida ha quedado atrás. Está olvidada y tú con ella. No quiero
volver a verte.
me pediste ayuda?
—Eso ya ha pasado.
—Sí, sí, ha pasado. Y también veo que has olvidado la deuda que
contrajiste conmigo.
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maridito como me conociste y de donde sacaste el dinero con el que me
—¡Oh, qué pena me da! —contesta con sorna—. Ya tendrás noticias mías,
guapa. Te doy unos días para conseguir el dinero, con intereses, por supuesto.
—¡Asqueroso!
Comida por los nervios y muerta de miedo llega al coche y entra en él,
ahí se siente más segura. El corazón se le quiere salir por la boca. Necesita
Con el estado de nervios que tiene no puede pensar con claridad, tiene
que tranquilizarse y decidir lo que va a hacer, sabe que Tony no se anda con
tonterías por lo que tiene que actuar con calma. Necesita descansar, dormir
pasado que tanto temía que apareciese. Al llegar a casa intentando aparcar
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Supone que Daniel duerme, suele irse pronto a la cama. Solo espera no
haberle despertado con el golpe. Prefiere estar un rato sola. Si le viese llegar
marido prende la luz al haber oído el golpe. Nada se mueve. Todo está
hija.
menor ruido posible. Llena de agua su taza preferida. Se la regaló ella misma.
el mensaje que tenía grabado «Si puedes soñarlo, puedes hacerlo». La compró
con la intención de convertir esa frase en el eslogan de su vida. Cada vez que
caliente.
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Tiene que contárselo a Dani. Sabe que la quiere y lo comprenderá. No puede
microondas. 0:03, 0:02, 0:01, Pi, pi, pi. Lo abre para que no suene más el
Está la taza tan caliente que tiene que usar la manopla del horno para
del dinero.
vitrocerámica. Bote de tapa color azul, azúcar, bote de tapa color verde, sal. Es
Vuelve a su infusión, que aún no puede tomarse por lo caliente que está,
y a su problema.
Los nervios le hacen querer tener algo en las manos. Agarra la tarjeta,
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abstraída en sus pensamientos. No siente curiosidad por lo que pone. Su
—¡Dame eso! —le arranca la tarjeta de un tirón y con mal gesto. ¿Se puede
—He llegado del Centro hace poco y me apetecía una infusión caliente.
—Enseguida voy.
suerte. No puede evitar preguntarse, ¿De quién será? ¿Qué pondrá la tarjeta?
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arriba, va al cubo de la basura, recoge los pedazos de cartulina y los coloca
con cuidado sobre la mesa. Los recompone como si fuese un puzzle, mientras
Lee;
Directivo
Eso ya lo sé —masculla.
Lee;
Te espero mañana
Hab. 409
TK.
«¿Mi marido tiene un lío? Un lío que piensa ver mañana. ¿Mañana? ¿En
la sierra? ¡No puede ser! Él me quiere. Todo esto tiene que tener una
explicación. Puede ser que sea una nota de Borja, su socio —se argumenta
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intentando darle una explicación—, claro que Borja no va a rematar la nota
cabeza—, la verdad es que huele a cuernos que apesta» —se contesta ella
sola.
taza en el fregadero. Se sirve una copa, necesita algo más fuerte que un té.
cabeza.
Oye;
PokerStar. ¿Te atreves tú? Juega y tu vida cambiará para siempre. Sin
gratis y gana. El juego te hace feliz. Haz tus sueños realidad. ¡PokerStar! » .
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CAPÍTULO XII
Son las siete y media de la mañana cuando Celia se despierta. Lleva un tiempo
sido real.
despierta, busca con los ojos a Dani en el cuarto. La puerta del baño está
entreabierta y la luz encendida. Se oye a Daniel hablar dentro. Está claro que
está hablando por teléfono, «¿será con la de la tarjeta?» —se pregunta Celia
afinando el oído—. La puerta se abre. Daniel sale del baño. Celia se hace la
«—Sí. Yo también, pero este fin de semana no puede ser... No, no te enfades,
«—Tengo que colgar —cuenta bajando aún más la voz—. Sí, yo te llamo. Y yo
y yo...»
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—¿Qué pasa? —se extraña.
has preparado tu maleta. Voy a ver a Carla que ya se oye ruido en la cocina.
actitudes y dar por hecho cosas que no son, pero esto no es solo producto de
mi imaginación, esto es real como la vida misma. Tengo que saber quien es. No
puedo vivir con esa duda porque está claro que alguien hay en la vida de mi
marido».
Que distinto iba a ser el fin de semana a como ella lo había imaginado.
Para Celia esos días de descanso iban a ser una vuelta al pasado, iban a
Habían pasado un tiempo duro y difícil, ahora era el momento de volver a ser
una familia y sin embargo Daniel, su marido, en el que había depositado toda
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De vez en cuando observa de reojo a Daniel que conduce escondido en
habitación 409».
Dentro del coche la única que se ve feliz es a Carla. Está ilusionada con
pasar el fin de semana esquiando y por ella lo hace Celia, porque si por ella
—¡Genial!
comportamiento.
voy enseguida.
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—¿Me podría decir quién ha anulado la habitación? —le pregunta al chico.
—Sí.
Compréndalo.
—Lo siento.
—Cuarenta.
—Cincuenta.
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—¡Eh, mamá! —le llama Carla a lo lejos.
—Tenemos los forfait. Nos vamos para las pistas, ¿por qué no te vienes?
alejan.
marido, al menos como ella pensaba. Necesita pensar para poner en orden su
prestamista. ¡uf! Son demasiadas cosas para poder cargar ella sola con todo.
El día es agradable, corre una brisa fría que incluso agradece, le sirve
Después del primer martini, vino un segundo y tras ese, un tercero. Los
problemas con una copa de más se ven desde otro punto de vista, es como si
La terraza está repleta de visitantes que como ellos han pensado pasar
utiliza un estúpido juego pero que le da resultado. Elige una persona al azar,
hombre, mujer, niño, da igual, e imagina como puede ser su vida, como sería
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físicamente cuando niño o como será si llega a cumplir ochenta años, que es lo
que le puede gustar o como será en la cama. Es una bobada pero le hace
reservado una mesa para los tres a las tres. «Como no lleguen pronto vamos a
tener que almorzar unos sándwich, porque la cocina va a estar cerrada» —se
—¡Mama! ¡Mamá! ¡Ha sido genial! Lo que te has perdido por no venir —le
—Es que papá, que ya está mayor —se burla—, se ha caído y un señor
esposa.
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—¡Eh! Sí, sí. Ha sido usted muy amable —agradece a Tony sin siquiera
mirarle a la cara.
—¡¡No!! —contesta Celia tajante—. He reservado una mesa solo para tres.
Tony.
en esos momentos le observa con una sonrisa soberbia y altiva, lo que exalta
marido y su hija. Mesa que era fácil distinguir porque sobre ella había un
pequeño soporte con una tarjeta dorada donde se puede leer; «409».
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—Mamá, ¿estás bien?
—¿Yo?
—Sí, loca. Loca es como me quieres volver. Yo no aguanto más, ¡no puedo
carrera del restaurante bajo la extraña mirada de las personas que llenan el
comedor.
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CAPÍTULO XIII
se habría ido a que le diese un poco el aire por los alrededores, pero ya es
demasiado tarde, no ya por la hora que marca el reloj, 20:52 , sino por ser ya
noche cerrada y si ha salido del recinto donde están los hoteles, la zona de
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—Papá, sabes que puedes contarme lo que sucede.
—Lo sé. Pero es que no pasa nada. Al menos nada que yo sepa. Te lo
aseguro.
—Por ahí.
—Yo me voy a la cafetería del hotel. Así os dejo solo para que habléis —
se ofrece Carla.
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—¡Ah, no! No sabes nada de lo de «Te espero mañana. Habitación 409.
—¡NO!
—Yo pensaba que me querías y que íbamos a empezar una nueva vida
juntos...
Echa en cara gesticulando de manera exagerada por los nervios del momento.
—¿Esto que es? —la interrumpe Daniel viendo lo que se ha salido del
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—No. No. De verdad que no.
—Entonces, que hace esta ficha en tu abrigo. Ha llegado sola. Ella solita
—No. Sí. Vale, la compré, pero te juro que no he jugado. Tenía muchas
me lo pagas? Eres una egoísta que no piensa más que en ti. Tú me culpas de
burlado de mí.
portazo.
no había jugado aunque lo había deseado con todas sus fuerzas, pero ya había
tantas mentiras entre los dos que la confianza se había esfumado para
siempre.
noche es fría. Una nube blanca de vaho le sale por la boca en cada exhalación.
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CAPÍTULO XIV
buscado.
que es capaz de lo que sea por tal de conseguir lo único que le interesa en la
vida, dinero.
quizás estaba en lo cierto, pero solo a medias. Puede que fuese el camino mas
En cuanto el primer cliente intentó con ella, lo que se supone que una
76
tranquilizó. Por supuesto no lo hizo por compasión, ni afinidad o humanidad,
sino porque su radar para oler dinero se había activado nada más verla.
Se había dado cuenta que Celia no era una puta más en aquel antro. Su
instinto le decía que aquella mujer iba a ser un buen negocio y no se equivocó.
Él prestó el dinero que ella necesitaba con un veinticinco por ciento de interés,
por supuesto.
El negocio que tiene ahora entre manos es uno de los mejores que ha
rosca y...listo.
planes se iri...
—¡Óyeme gilipollas! -le corta agarrándole por los testículos con fuerza. Yo
77
conmigo porque sino va a ser la última vez que lo hagas en tu puta vida. ¿Te
queda claro? Así que no me jodas. Haz lo que te ordeno, por eso te pago y
pudendas.
—Así me gusta. Que seas un buen chico -se despide del prestamista con
78
CAPÍTULO XV
Tengo que llamar al trabajo para decir que me tomo el día libre pero el
móvil se me ha quedado sin batería por lo que tengo que levantarme para usar
el fijo que está en el salón y ya que bajo a la planta de abajo aprovecho para
precisamente por eso. Tengo turno de tarde, pero tengo una jaqueca de las que
hacen historia, así que te quería pedir si puedes cambiarme el turno, y así
79
tomarme el día libre...No, que va, llevo así desde el viernes, y como ya sé por
experiencia son tres días malos, así que mañana ya voy a trabajar... ¿Mañana?
Mañana, tengo mañana...Sí, sí, tranquilo, gracias pero seguro que mañana ya
—Hola Berta. Buenos días. Aunque muy buenos no son, al menos para mí.
80
CAPÍTULO XVI
Hoy lunes, Dani se ha ido a trabajar antes que cualquier otro día y Carla
enfadada por la vuelta tan precipitada lleva encerrada en su cuarto desde que
llegaron a casa.
Celia intenta, una vez más, hablar con Carla sin ningún éxito.
Hoy debe cerrar lugar, fecha y hora para la próxima charla sobre los
peligros del juego. Eso es en realidad lo que debe o debería hacer, pero tiene
Celia pasa al despacho del director que le espera en pie tras su mesa.
81
—¿Le sucede algo a Dani? -se interesa señalando su silla para que tome
asiento.
—Tú dirás.
nuestra liquidez.
—¡Ya!
Tras un tiempo, que Celia sería incapaz de calcular cuanto, pero si bastante
la situación de su cuenta;
tres euros.
—¿Cómo cuatro mil ochoci...? ¡No puede ser! ¿Qué cuenta es esa?
82
—¿Qué dices? ¿Te has vuelto loco?
cuentas.
decidió unir todas las cuentas en una, era la mejor solución por cuestiones
—Así es.
—No comprendo.
—Viendo lo que a ti te había sucedido decidió dar ese paso, tanto para
—¿Y qué pasa conmigo? ¿No confía en mí? ¿De qué vivo yo?
aseguraros el futuro.
entiendes?
83
—¿Y qué pretendes que haga con eso?
—No lo sé Celia, pero no puedo hacer otra cosa. Si quieres podemos llamar
justificar su comportamiento.
—Lo comprendo.
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Ese dinero es mío. De mi familia. ¿Por qué tiene que manejar él lo que es mío?
—Tú lo has dicho; no estaba, pero ya lo estoy. Quiero anular ese seguro.
—Eso no es posible.
—¿Quién es el beneficiario?
beneficiaria es tu hija.
dinero que mi padre me dejó en herencia, ¿lo entiendes? ¡Je! ¡Tú que vas a
—¡Déjame en paz!
Celia sale como alma que lleva el diablo de la sucursal. Todo lo tiene en
85
Se sube en su coche. Tiene que ir al «Centro Hope» para ultimar las
charlas, pero su cabeza le grita que vaya a otro lugar. Un lugar peligroso para
ella.
86
CAPÍTULO XVII
jaqueca, pero no el mal cuerpo. Pedí libre la tarde de ayer, pero hoy ya he ido a
dolorido.
he advertido que si por lo que sea cambia de opinión y se quiere venir a casa
me llame y yo voy a por ella en el coche, sea la hora que sea, prefiero gastar
no te preocupes!
«Maduro-56» vuelvo a utilizar como nick. El apodo «Mujer rubia» elijo para
hablar.
87
>Hola. ¿Qué tal? —saludo.
>55.
«Siempre lo mismo. Me van a crear un trauma con la edad» —me quejo como
88
si alguien pudiese oírme.
tímido».
>Hola —saludo.
>Bien. Y tú?
>Y eso?
>Cómo te llamas?
>Esteban. Y tú?
89
>Exacto. Cuantos años tienes?
«Tardo unos segundos en contestar. ¿Qué hago?» —me pregunto—. «Le digo
la verdad para que haga como todas y no me vuelva a hablar, o me quito unos
>Yo 18.
Chat amistad.
>Es cierto. Pienso lo mismo que tú. Tampoco me gustan esas mujeres que
>Tienes hijos?
90
>Ah! Ahora lo entiendo todo.
conmigo.
>Es difícil pero de vez en cuando te encuentras con gente normal por estos
sitios.
>Sí. Bueno. Me refiero gente con la que se puede hablar de todo sin ningún
>Uf! Dímelo a mí. No hace mucho conocí a una que quería venir a vivir a
>Ya te digo.
91
Me intereso.
>La verdad es que no. Lo hice hace un tiempo y lo deje porque me aburría,
>Y yo trabajo.
>Je, je!
>Es broma!
92
>Bien. Entonces hasta mañana.
>Chao!
«Que chica más maja» —me digo mientras desconecto el portátil. Mañana me
conectaré otra vez. ¡Ah! ¡Qué tonto! Tenía que haberle pedido su messenger
para hablar por privado, porque mañana como no utilice el mismo nick no podré
dar con ella. ¡Aajj, seré imbécil!! -me critico. En fin, a ver que pasa mañana».
con la chica. Mañana haré lo posible por encontrarla y hablar con ella.
93
CAPÍTULO XVIII
con la difusión de la próxima charla, fijada para el viernes a las seis y media de
escueto y alarmante.
Sin conocer el motivo, pero preocupada porque parece que lo que ocurre
Lucas está sentado en uno de los sillones frente a la mesa de Jaime que
¿Qué sucede? —pregunta Celia, sin conseguir que nadie le conteste. ¿Te
encuentras bien? —se interesa por Lucas que como única respuesta agacha la
cabeza.
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Los dos psicológicos más que trabajan en el centro, Ginés el tesorero, la
—Eusebio, ¿nos vas a decir que ocurre? —quieren saber todos, pero la que
pregunta es Ana.
—¿Cómo es posible?
contar el director—. Ese dinero era para pagar a los obreros que están
arreglando la bajante del baño. No me lo quise llevar a mi casa por temor a que
me lo robasen por la calle. Esta tarde tenía que hacerle el pago y cuando he
trabajando.
—¿A dónde quieres llegar? —pregunta Celia ofendida dándose por aludida.
—Está claro. Nos está diciendo que somos unos ladrones -espeta Magdy
enfadada.
95
—¿Eso piensas de nosotros? —exclama Celia sin dar crédito.
—Lo que no entiendo es que hace aquí Lucas —quiere saber Ana.
director al guarda.
—Al saber lo del robo he visionado los vídeos de las cámaras de ayer y a
director.
—No me gustaría tener que meter a la policía en esto. Así que quien haya
indignada.
Salen del despacho conmocionados por la noticias. Celia camina por el largo
—¿Cómo puede dejar que Lucas cargue con la culpa cuando sabes que él
96
no ha robado nada?
—Yo no lo sé.
—Tú le pediste a Lucas que fuese al despacho del director, sabiendo que
está prohibido.
97
CAPÍTULO XIX
—¡Estás preciosa!
tanto Daniel como su socio Borja, llevan preparando meses. Pretender cerrar
hecho que tiene que acompañar a su marido a la pesadez (para ella), de fiesta.
Está de mal humor por ello y por todo lo que está viviendo en los últimos días,
dinero que no tiene y para colmo hay un robo en el centro y Magdy le acusa de
perfecto, que se aman con locura. Está ya bastante harta de tanta mentira y de
98
Han decidido dejar el coche en casa e ir a la fiesta en taxi, de ese modo
podrán tomarse alguna que otra copa. Tanto su socio como él creen que los
acercamiento con su esposa agarrando su mano, gesto que esta rechaza con
99
Los tres guardan silencio. La tensión en el interior del coche se puede
cortar.
ti -señala a Daniel.
—¡Ya te digo! Como para no estarlo. Nos estamos jugando mucho dinero.
Celia se queda con Diego que coge dos copas de vino blanco de la bandeja
que el camarero pasea por la sala para que los invitados se sirvan.
ellos.
100
—Perdona. No sé si os conocéis. Él es Antonio, Antonio Martín. Ella es
—Sí. Nos conocimos en la sierra -cuenta Celia sin dar crédito al ver quien
es.
—Sí.
Diego los deja solos. Los ojos de Celia radian rencor y odio. No puede
—¡Sshh! Una señora como tú no puede decir esas groserías -se burla Tony
juntos.
Salen a un pequeño hall que da acceso al baño. Hablar con Tony nunca
101
es apropiado para Celia, pero siempre será mejor ahí que ante la mirada
—¿Qué dices?
—Sí. Sí. Imbécil. Pero voy a estar muy muy cerca de ti. Así que vete
—Buena chica.
102
—No tengo todo el dinero. Solo te puedo dar ocho mil euros. Con eso tienes
más que suficiente. Pero no te quiero volver a ver. ¿Te queda claro?
—¿Qué hacíais?
—Yo no puedo irme. Tengo que cerrar el trato con el señor Okay.
—Procuraré tardar lo menos posible para estar contigo -se despide de ella
—Allí te espero.
—Perdónala —la disculpa Daniel con Tony—. Lleva unos días complicados.
—No tengo nada que perdonar. Hay veces que las cosas no salen como
103
nosotros queremos. ¿Nos tomamos una copa?
104
CAPÍTULO XX
Sus cuerpos, uno al lado del otro, descansan sobre la cama. Acaban de hacer
el amor. En esa cama solo están sus cuerpos, porque sus mentes, las de
altibajos. Cualquier cuestión que para otros sería una nimiedad para ellos
vuelta a empezar. Pero con cada pelea, con cada insulto, con cada discusión,
que solo hacen el amor dos cuerpos donde la pasión, el deseo y el amor se
Le pide permiso Magdy, tumbada sobre su lado derecho mirando a Lucas que
tumbado boca arriba con las manos colocadas tras la cabeza y los pies
fuiste tú.
—Te conozco y sé que no eres capaz de llegar a eso. Además creo que sé
105
quien fue.
—El otro día me pareció ver a Celia entrar en una sala de juego.
—Estoy prácticamente segura de que era ella. Perdería todo lo que llevaba
—No. Es más lista que todo eso. Te pidió que fueses al despacho del
director a dejar los formularios sabiendo que las cámaras te iban a grabar. Ahí
casa para que me convenciese de ir al club y ahora sales con esto. No hay
quien te entienda, de verdad. La estás acusando de algo muy gordo y solo son
sospechas.
106
—Claro que te conozco, aunque últimamente actúas de manera tan extraña.
mierda.
—No pretendo remover nada. Solo quiero saber que es lo qué sucede. Hay
—¿Yo?
—Sí, tú, tú. ¡Doña Perfecta! La que todo lo hace bien, a la que nunca hay
que reprochar nada porque es intocable, pero que bien le gusta tocar los
—Sí, vete antes de que lleguen mis padres. No quiero que te vean, que
siempre me están dando la barrila, que sí Magdy esto, que sí Magdy aquello.
107
de Lucas al que cada vez ve más distante y seco con ella. Sentimientos y
108
CAPÍTULO XXI
prepararse una copa. Está sola en casa. Carla ha salido al cine y a cenar con
que apareció Tony. No sabe qué hacer. No tiene nada claro como actuar.
riesgo de perderle al tener que contarle el modo en que conoció a Tony. Al día
siguiente ha quedado para darle su dinero. Solo ha podido reunir ocho mil
que es cierto que ha recaído en el juego. Siente que todo está en su contra. La
¡Biiip! ¡Biiip! —suena su whastapp. Con más pereza que curiosidad abre
109
emisor.
rato.
110
CAPÍTULO XXII
diario digital y consulto la lista de nombres del chat, repitiéndome una vez más
whatsapp, lo que sea para poder localizarla» -me quejo llamándome tonto.
Pastelito-dulce —leo. «¿Será ella?» -me pregunto. «Puede que haya cambiado
el nick porque no recuerde el que usó hace unos días» —me digo—. «Me contó
que mantiene mi cabeza ella sola. «Pastelito puede ser ella o quizás no. O ser
ella y que haya cambiado el nick para que no la reconozca porque no quiere
volver a hablar conmigo, o como digo porque no recuerde el que usó, no sé,
reprocho. «Solo has hablado una vez con ella, no hay nada más, recuerda que
entras en el chat solo con la intención de pasar el rato -me aclaro-, nada más.
Háblale y si es ella perfecto y no es así, pues será otra persona con la que
puedes congeniar también» -me aconsejo sin llegar a comprender mis dudas.
111
«Guing» —alguien me escribe. Es Pastelito-dulce.
>Si guapa. Soy yo. Como me gusta encontrarte. Pensaba que te había
skyp, así no hay peligro de perdernos. Además, también podremos hablar más
porque me he encontrado con cada una, que madre mía. En fin, dejemos eso.
>A mí?
112
>Ah! Sí, bueno. Mi novio, que ya no lo aguanto.
>Tienes novio?
>Sería más real hablar en pasado. Está ya todo tan ajado que la relación se
ha roto.
>Lo de siempre.
interesan.
>Je, je.
>El qué?
>Hablar.
>Ah!
113
>Ja, ja.
>Dime.
>Sí. Creo que todos las tenemos. Cada uno fantasea con el modo de hacer
>Un trío? Dos mujeres para mí a la vez no van a querer ellas y con otro
>Je, je. Hombre, visto así. Por qué dices que prefieres no cumplirlas?
quietos”
114
>Tú solo lee. No me contestes. Imagina la situación que te voy a plantear.
Avanzo hacía ti. Me sigues con la mirada. Agarro el pañuelo de seda que hay
domina. Quiero que seas mío y que disfrutes solo con la mirada. Acerco mis
labios a los tuyos, los rozo ligeramente, noto que quieres más, pero considero
que para empezar con ese roce es suficiente. Quiero excitarte y que el deseo
vaya en aumento. Me contoneo para que puedas sentir como rozan mis
Noto la dureza de tu pene a través del slip. Muerdo el elástico bajando un poco
aprovecho para agarrar tus fuertes glúteos. Durante unos segundos mi lengua
115
juega con tu erecto miembro. Sé que te gusta, puedo verlo en tu cara. Salgo de
mi cuerpo. Separo las piernas. Te brindo mi sexo que cada vez noto más
húmedo. Lo palpo por encima del tanga que se moja con mi flujo. Levanto la
goma y meto mi mano separando aún más las piernas y recostándome sobre la
está aún más duro. Sé que te gusta lo que estás viendo. Domino la situación y
es eso me excita aún más si cabe. Aparto el tanga dejando a la vista mi sexo.
Ahora si puedes ver como mi mano, mis dedos lo recorren de arriba abajo
mientras con la otra mano masajeo mis pezones firmes por el frenesí. Me
chorreante y separo los labios para que puedas verlo mejor. Mis dedos se
explotar en unos instantes. Mis dedos entran y salen de mi vagina cada vez
más rápido y más y más rápido. No puedo aguantar más y un flujo caliente y
116
ligero sale de mí. Puedes verlo. Puedes ver como mi sexo se contrae por el
gozo y el placer. Mi mano está empapada de mí. Lamo mis dedos, haciéndote
que entre en mí. La vibración es extrema. Solo necesito unos segundos para
sentir como tu pene lanza tu semen caliente dentro de mí. Me gusta notarlo.
Me gusta tu cara de gusto. Me gusta cabalgar sobre tus caderas una vez que
hasta que la erección haya bajado por completo. Es un ritual que nos gusta a
los dos. Hemos jugado a algo diferente. Hemos actuado como nunca lo
>Ya con esto me has enganchado para siempre. Ahora si es verdad que me
117
tienes que dar tu messenger o skype. Ya que te he encontrado no quiero
perderte.
el teléfono.
>No es que suela dar mi teléfono al primero que me lo pide, pero bueno, tú
eres diferente.
>62918032874.
>Gracias guapa.
>Sería bueno que nos fuésemos a dormir. Mira la hora que es.
>Trabajas en un hospital?
>Sí. Hay tres turnos y esta semana estoy de mañana. De siete a tres. Me
recoge un compañero a las seis. Cada semana conduce uno. Nos vamos
118
>Pero dónde tienes que ir?
>Así es.
>Qué paliza!
>Más o menos.
>Mañana?
>Un beso.
119
que explote de placer. He tenido que ir al baño a lavarme. Hacía tiempo que
120
CAPÍTULO XXIII
Vaqueros, jersey de punto y cuello alto, parka negra y bufanda de lana liada al
Hace frío, pero ese no es el único motivo por el que van tan tapada. No
había pedido, aunque sería más explicito decir que le ha exigido, verse en una
hora en su apartamento.
nada más empezar la fiesta, les he dejado el campo libre» —se dice con gesto
ciudad.
ya que en ese barrio, es mejor no salir de casa a partir de las diez de la noche
121
y oigas lo que oigas, si no quieres que tu integridad peligre, hacer oídos sordos,
de una de las alcantarillas para ser lo más parecido a una película de gánster
Celia sale del coche. El aire mueve las copas de los árboles, todo parece
molestaba.
esconder su botín.
ellos hay que subir trece peldaños, mala comparación con el patíbulo, aunque
descolorida debía de haber sido bonita. De las aldabas que en su mejor época
la adornaban y servían para llamar, ahora solo queda el cerco más claro de no
haber sido barnizado las pocas veces que lo fue la puerta. Ahora mismo los
únicos adornos que tiene la puerta son unos orificios bastante sospechosos y
122
únicas señales que quedan de él son unos cables colgando de un hueco en la
que a voces y por supuesto esa opción la descarta al instante. «Tiene que
¡Eureka! —se alegra de haberlo conseguido sin esfuerzo alguno a la vez que
recela.
encender.
Avanza por el portal, para llegar a las escaleras, porque por supuesto no
visión. Mira a todos lados. Lo quiere ver todo, pero en realidad no hay nada que
con el mas mínimo crujido o el más leve sonido. Tiene los nervios a flor de piel
Sube las escaleras con tanto cuidado como si se fuesen a derretir bajo
ella.
Mirando a todos lados, sin querer perderse nada llega al primer rellano.
Primero izquierda, derecha, lee las indicaciones. Le queda un piso más para su
123
destino. Continua subiendo las escaleras como si al pisarlas les hiciese daño.
que algo va mal. Empuja la puerta. Las bisagras chirrían. Un largo pasillo se
abre ante ella. Parece que no hay nadie. «¿Si pensaba salir por qué me ha
puerta abierta? Hay algo raro en todo eso, algo que no encaja.
Avanza por el pasillo con cautela. La luz de la habitación del fondo está
puerta y lo que ve la deja helada. Tiene que taparse la boca para ahogar el
el suelo rodeado por un gran charco de sangre. Aún le queda un hilo de vida. Al
verla le pide ayuda extendiéndole el brazo. Celia nos se inmuta. ¡Tú...! ¡Tú...!
-Tony parece querer decirle algo pero se desploma antes de poder hacerlo.
nadie sabe que ella ha estado allí, así que sin pensárselo huye del
apartamento.
124
CAPÍTULO XXIV
Lucas camina a paso ligero por una de las calles del centro de la ciudad. Tiene
Baja al garaje por la zona de peatones y una vez dentro, una ráfaga de
luz con los faros es la señal para saber donde está estacionado el coche donde
le espera su amor.
—Según lo previsto.
—Se lo tiene merecido. Así aprenderá que nadie se ríe de mí. ¿Cómo te
conseguirlo. Seremos ricos y podremos irnos lejos, donde nadie nos conozca,
125
ni conozcamos a nadie y empezar de cero una nueva vida. ¡Por fin, juntos!
126
CAPÍTULO XXV
—¿Se puede saber a qué viene tanta prisa? -pregunto a Fermín cuando
—¿Qué quieres?
—Nada. Que nos tomemos algo aquí en mi casa. Que hace siglos que no
—Esta la tienes que ves. Hay una escena de una tía con un berenjena que
—¡Ten! Pon las patatas en ese bol. Haz algo y deja ya el teléfono tranquilo.
127
—¡Qué sí! Es una chica estupenda.
—¡Ja! ¿Una chica? ¿Tú? El rey del celibato. ¿Cuándo? Si no has salido de
casa.
la pantalla del móvil-. ¿Sí! Hola Magdy...No, no estoy en casa. Estoy con
mirando intrigado porque no se cree que hable contigo... Sí, vale, vale, se lo
diré.
—¿Qué dice?
alargándole el teléfono.
—Pon el altavoz y ya está —propone—. Eres antiguo hasta para hablar por
bien! Pues lo dejamos para otro día. ¡Vale, maja! Que me ha encantado hablar
128
gustado hablar esta mañana...Bien, hasta luego...Sí, otro para ti...Hasta luego.
—¿El qué?
—La edad.
—La de los dos. Le he dicho que tengo menos edad de la que tengo.
—¿Por qué?
—¿Dieciocho? Por la voz no me ha parecido que esa chica sea tan joven.
—No sé. Me parece una chica sensata y con la que me siento muy cómodo.
—¿Y me lo dices tú, que te vas de crucero a ligar a destajo? Qué solo
129
buscas en una mujer sexo.
—Precisamente por eso. Hay que tener claro lo que uno quiere y lo que la
buena espina. Lo único que me preocupa es el día cuando le tenga que contar
cual es mi edad real. Pero será mejor preocuparme cuando llegue el momento,
estos momentos.
130
CAPÍTULO XVI
segundos antes de morir. Lleva todo el día pensando en eso. Pudo más el
imposible no sentir alivio con su muerte. Su secreto ha muerto con él, ya nadie
todo el día con el portátil. ¿Qué es eso tan importante que estás haciendo?
—¡No digas tonterías! Habrá sido casualidad. No tengo nada que ocultar.
—¿Seguro?
—¡Qué insinúas!
131
—Celia, me tienes preocupado.
—¡Ya estamos!
—Es cierto. Llevas un tiempo que no hay quien te reconozca. Estás siempre
así. No sé para que necesitas más de cuatro mil euros, pero me inquieta. Me
a ti. Y ahora no hay quien te separe del ordenador, dime la verdad, ¿has vuelto
—¡¡No!! Te lo juro.
—Ya te lo dije. Estaba mal. Estaba enfadada contigo y tenía unas ganas
enorme de jugar, por eso compre las fichas, pero te juro que no lo hice.
Créeme.
—¿El qué?
—El motivo por el que me acuesto tarde cada noche no es porque esté
132
—¿Cómo escribiendo?
situación.
—Me parece genial. Es una estupenda idea. ¿Por qué no me lo has dicho
antes?
—¿De qué?
—No soy una profesional de las letras y puede que no lo haga tan bien
como debiera.
—Si lo haces con el corazón estoy convencido que llegará a la gente y será
—No tiene importancia. Comprendo que las circunstancias hayan dado pie
a ello.
—Descuida.
133
CAPÍTULO XXVII
Magdy.
contestó deseándome un buen día y el emoticono sonriente seguido del que los
(como dicen los jóvenes) de esa manera por una chica solo por chatear con
ella por las noches o escuchar su voz de vez en cuando al teléfono. Pensaba
que todo eso ya había pasado para mí. Que ya había pasado el tiempo en que
una mujer se podía sentir cómoda conmigo y eso ha hecho que me ilusione y
su serie favorita. Estoy deseando que acabe el capítulo para que se vaya a la
interesante.
134
—¿Me vas a llevar a casa de la abuela en el puente?
lo mismo.
—¡Qué no! Me ha dicho esta tarde que le han adelantado el examen, así
que también se apunta al viaje. Hace ya tiempo que no vamos y tengo gana de
Aún tengo que esperar veinte minutos para que termine la serie y mi hija
se vaya a la cama.
—No hagas ruido que no se despierte la abuela -le pido cuando sale del
135
>Hola.
Saludo.
>Dime.
>El próximo fin de semana hay puente y me voy a ir con unas amigas a una
dicho.
>Por?
136
>Así luego nos cogemos con más gana.
>No sé si habrá cobertura. Si tú vas con tus hijas tampoco podrás hablar.
>Quién?
>La señora.
>Es bastante guapa. Qué pasa? No me irás a decir que estás celosa.
>Pues sí.
>No esperaba yo eso. Tranquila, no tienes nada que temer. El tiempo que
mis hijas me dejen libre te llamaré por teléfono o mandaré algún que otro
>Y sino?
>Vale.
137
>Dime.
podré verte.
>Bien.
>No digas tonterías. Así yo también podré verte durante esos días.
138
problema.
encuentro es una que me hizo Lola en un viaje que hicimos a Toledo cuando
pregunta quien es no le puedo decir la verdad porque descubriría que esa foto
>Ya te la he mandado.
Le cuento.
>Voy a verla.
>Quien es la niña?
>Ah, vale!
139
>Mañana te mando yo la mía.
>Tienes ya sueño?
volvamos a hablar.
>Hasta mañana.
140
CAPÍTULO XXVIII
Desde que ocurrió el altercado del robo del dinero en el despacho del director
que personas en las que ella ha confiado y que en su tiempo le ayudaron tanto
y que entre todos habían conseguido que saliese del juego, ahora le acusen de
robo por haber recaído. Es cierto que en ese momento necesitaba dinero, pero
con Magdy, pero aún así a la hora acordada entra en el lugar de encuentro.
Magdy está sentada en una de las mesas del fondo frente a la puerta. Ve como
Celia la busca con la mirada y sin embargo no hace ademán alguno para ser
vista. Tras unos segundos Celia la ve y se dirige con gesto serio hacía ella.
mesa.
141
—Un café por favor. ¿Quieres tú algo más? —pregunta a Magdy.
agradece con una sonrisa, tiempo en que entre Magdy y Celia no ha habido el
desagradable.
—¿Cómo dices?
—¿Qué Lucas?
—Con mi novio.
—¡Cómo sigas por ese camino la que va a salir mal parada eres tú!
142
—¿Ahora me amenazas?
hija.
—Ni mi hija ni yo sabemos nada de eso, ni tenemos que ver con ese
hombre. Si estás celosa, háblalo con tu chico y no vayas por ahí dando palos
—¿Yo? ¡Yo, tampoco! Y si para lo único que me querías era para ofenderme
volver a saber nada de ti. ¿Te queda claro? —acentúa lanzando un billete
143
ha preguntado Magdy sobre Tony? Sabe que está muerto, quizás le vio entrar o
complicaría. Pero, ¿de qué conoce Magdy a Tony? ¿Y por qué mete a su hija?
No comprende nada. Y otra cosa, ¿cómo es posible que asegure que su hija
está con Lucas? Que ella sepa solo se han visto un par de veces en el centro
dicho que en caso de ser así se lo habría contado pero sabe que no es cierto.
que fuese más cercana y cómplice con ella. De pequeña si la recuerda más
formación y desarrollo. Pensaban que era lo mejor para ella en aquel momento.
Carla siempre había sido una niña alegre, divertida y sociable, pero cuando
volvió del internado era otra, su carácter había cambiado. Estaba en plena
culpable no era la edad sino otra cuestión mucho más relevante en la vida de
Carla, algo que Celia desconoce y que a decir verdad es un tema del que
traumático para la joven Carla. Había vuelto a perder a su madre una vez más.
A salir Celia del centro Hope, pensaba que su había reconducido, que
144
todo el dolor y el sufrimiento y las mentiras habían acabado pero no ha sido
así. Todo se ha complicado, los fantasmas del pasado han vuelto para
su instinto le grita que tiene que dar respuesta a todas esas preguntas. No
puede quedarse quieta mientras una niñata acusa a su hija de ser quien no es,
lo mismo que saber que pinta Tony en medio de su hija y Magdy. Tiene que
objetivo se le escape.
145
CAPÍTULO XXIX
Estoy agotado.
comprarme un esmoquin para la boda, yo digo que para que voy a gastarme un
dineral en algo que solo me voy a poner durante un rato. Pero nada, ella erre
que erre y luego está mi madre que ha tenido un pequeño incidente, aunque a
dormido.
146
—¡Hola! ¡Hola Magdy! ¡Qué sorpresa! -exclamo despertándome al instante
al oír su voz.
—No tengo nada que perdonar. Estoy solo en el salón, aunque no en casa.
—Mal empezamos.
—Venga dispara.
—¡Anda! ¿Y eso?
—¿Cómo que tienes...? ¿Qué tipo de cosas que te impiden que hablemos
147
—No te enfades. Tengo que preparar lo del puente y unos trabajos de la
facultad.
—Que remedio.
—Si me lo dieses de verdad puede ser, pero a través del artilugio este está
148
—No importa. También ya es hora de funcionar.
—¡Ains, mi niño!
—¡Ja, ja!
me regodeo. Sé que estas despierto aunque continuas con los ojos cerrados,
una sonrisa que no puedes ocultar te delata. Me siento en tus rodillas. Tus
149
abajo. La piel se me eriza al sentir tu mano en mi glúteo que aprietas a la vez
me gustan. Por encima de la tela, palpo tu pene que responde poniéndose aún
entrepierna. Bajo el slip para poder deleitarme ante tu miembro viril. Mientras
mientras te hago sentir. Es parte del juego. Hago que tu pene entre en mi boca.
placer extremo. Dudo entre sentarme a horcajadas para que tu sexo entre en el
punto de explotar. Solo necesito hacer que entre una vez más en mi boca
Sigues observándome. Me gusta saborearlo y que veas como hago que rebose
de mi boca y caiga sobre mis pechos llenándome por completo. Es algo que
nos da morbo a los os. Sé que te gusta. Ahora, algo debilitado, más calmado y
150
relajado te dejo vuelvas a echar una cabezada y descanses un poco más.
—¡Ja, ja!
—Si es que me das unos meneos que me dejas tonto. ¡Oh!, oigo a mi hija
bajar al salón.
el corazón un metro del pecho, ¿te acuerdas? Pues yo estoy igual. Cariño, voy
—Adiós.
151
—Con...Antigua.
—¿Por qué?
—¡Eh!
—¡Claro! ¡Cómo no! Lo que la señora quiera. ¿Qué le apetece más señora
marquesa? -ironizo.
visto la foto de Magdy. «Esta noche cuando esté solo y más tranquilo la miraré»
-me digo.
152
sorpresa e ilusión se dibujan en mi rostro con una enorme sonrisa.
153
CAPÍTULO XXX
Celia lleva toda la mañana fuera de casa. Desde que decidió averiguar que era
sus amigos y los lugares que frecuenta. Hoy no ha tenido suerte. No sabe por
qué, pero hoy no ha ido a clase. Llega a casa a la hora del almuerzo, para
antes que Daniel o Carla pero hoy no es así, al abrir la puerta oye a su marido
reunión.
—¿Qué sucede?
154
—¿Conoce a Antonio Martín Menduiña?
—¿A quién?
—Sí también.
155
Celia mira a su hija sorprendida por su contestación. Tiene una mirada
—Por favor, deje que sea su esposa la que conteste -le pide secamente el
inspector.
—Mama, ¿Y ese hombre con el que hablaste en el parking el día que fui a
—No. Ese era un compañero. Carla, por qué no vas a preparar un café
situación.
—No, gracias. Ahora tengo que marcharme. Les pido que no abandonen
España en los próximos días, lees llamaremos para que presten declaración en
dependencias policiales.
—¡Declarar! ¿El qué? ¿Por haber visto a ese hombre un par de veces
156
—Si no tiene nada que ocultar, no tiene porque temer.
al caso.
—Señora tranquilícese.
—Buenos días.
—¿Se puede saber que coño te pasa? -espeta a su hija que la observa con
157
—¿Pero no la has visto? Me ha acusado. ¿Y qué es eso de que soy
—¿Cómo que qué hay de malo? Que soy tu madre. A ver si le voy a tener
—Una chica que asegura que nuestra hija no es quien dice ser. Y viendo su
158
CAPÍTULO XXXI
llegar a la ciudad extremeña sino que una vez en allí aún queda prácticamente
Estoy deseando llegar. Cada vez me gusta menos tener que conducir de
noche, por eso mi propuesta era salir la mañana del sábado, pero para ellas
era desperdiciar el tiempo tontamente, así que nada, aquí estoy deseoso de
Por fin llegamos a la puerta de la casa de mi ex. Mis hijas bajan sus
equipajes del coche, que llevan maletas que parece se van a quedar a vivir allí
159
—Hola Esteban. Me alegro de verte. Pasa. Pasa.
ropa en el armario y el neceser en el aseo. Tardo poco, en eso mis hijas no han
salido a mí. «Me ha dicho Barbara que me esperan para la cena -pienso-, lo ha
entrado. Tiene puertas a un y otro lado. Supongo que en alguna de ellas hay
160
el paso ante la puerta. Se ve todo ordenado. Solo hay una cosa que llama en
cama.
seguir mi camino. Me sofoco solo con la idea de que alguien me haya visto ver
lo que he visto. Ese hallazgo corrobora mi idea de que Barbara tenga una
pareja.
justificarse.
—He preparado para comer ensalada, pollo asado con patatas y de postre
de su huésped.
161
—Pensaba que iba a tener acompañante para la cena.
—Lo digo porque como me has dicho que me esperabais para cenar,
—Si tienes más hambre, no tienes más que servirte, con toda confianza -le
ofrece dejando la bandeja de las viandas sobre una de las mesas auxiliares.
—Gracias, pero con esto estoy más que servido. ¿Tú no cenas?
—Gracias, Igualmente.
Me quedo cenando solo. «¡Ah! Pues tiene una hija» -me digo-. «Y ahora
se relajará con el arsenal que tiene sobre la cama» -pienso riendo para mí.
162
Terminada la cena. Retiro los platos y me voy a mi cuarto. Después de
que fuese por poder hablar con ella. Con el tiempo que estamos hablando me
sexual que me encanta. No la conozco más que por la foto que me mandó, que
Va a tener razón Fermín, con eso de que hablo como lo hacen los enamorados.
cabecero.
163
CAPÍTULO XXXII
a la zona del lago. Se sienta en uno de los bancos. Está claro que se ha citado
con alguien.
que luego no la tachen de loca, como llevan haciendo su familia en los últimos
Magdy, es Lucas.
da crédito a lo que está viendo agazapada tras los arbustos. «¿No decía que
Lucas va acompañado por Daniel y por Carla, que saludan a Magdy con
efusividad.
164
Pero...¿esto qué es? No comprendo nada -masculla Celia.
y que le aclaren toda la verdad. Pueden más sus ganas de saber en lo que va a
Lucas. Daniel intenta tranquilizarla abrazándola. Foto. Carla les observa sin
marcha a toda prisa. Lucas y Dani siguen hablando, Carla les mira. Daniel deja
el grupo y corre tras Magdy. Carla y Lucas sin inmutarse, deciden ir a tomarse
situación. Va a tener razón Magdy con que Carla oculta algo importante. Celia
165
CAPÍTULO XXXIII
Hemos llegado a casa hace poco más de una hora y estoy deseando que tanto
vayan a la cama y me dejen solo para que pueda hablar con Magdy.
Los días han pasado sin pena ni gloria. Ocupaba mi tiempo leyendo, o
dando algún que otro paseo por el pueblo. Ni un segundo he podido apartar de
casa rural. No puedo evitar imaginarla con sus amigas y preguntarme que
166
—Vámonos -ordena a su hermana-, que va a hablar con su amorcito -se
burla.
—Mira que rojo se ha puesto -señala Alba riéndose mientras sale del salón
acatando mi orden.
quiero que vuelvan al salón o a la cocina a por alguna cosa y me pillen con las
manos en la masa.
Escribo;
tercero me encelo, ¿estará hablando con otro qué quizás haya conocido este
Releo una y otra vez el escrito. Estoy impaciente porque escriba. Pero
167
no lo hace. Lo intento una vez más.
por favor.
>Hola.
>Llevo cuatro días intentando contactar contigo y no hay manera, más los
>Ya te he dicho. Aburrido. Solo. Mis hijas llegan al pueblo y parece que se
desintegran.
>Estás celosa?
>Cuéntame.
168
como ya te dije no tienes que pensar nada raro. Barbara es una señora
>Claro.
iba a cenar, caminando por el pasillo, pase ante la puerta de su habitación que
estaba entreabierta...
>Y?
>No.
169
>Ja! pues ya sabes para los que los quería.
>Ya te he dicho que han sido unos días estupendos. El sábado y el domingo
>Te noto extraña. Estás más cortada que de costumbre y en este ratito ya te
Mañana hablamos.
170
>Como quieras.
>No te enfades.
>Hasta mañana.
>Adiós.
Siempre espero que ella cierre primero la sesión, hoy no. Estoy
enfadado. Bastante enfadado. Llevo muchos días esperando llegar para poder
hablar con ella y ahora es ella la que me corta en seco. Puede ser cierto que
esté cansada y le apetezca dormir, pero ha habido muchas noches en que nos
«Mañana dice que tiene que madrugar. Tendrá clase a primera hora. Y
yo mañana estoy de tarde. Se me está ocurriendo algo. Sí, lo voy a hacer» -me
he atrevido a decirle nada, pero alguna vez tenía que ser y ahora es la
ocasión».
171
CAPÍTULO XXXIV
No tiene nada claro como actuar cuando tenga frente a ella a Daniel y a
necesita saber.
Daniel aseguró no saber quien era Magdy y está claro que mintió» -se dice
conocía, la cuestión es de qué». «Puede que fuese por haber prestado dinero a
Lucas por su adicción al juego o que fuese a través de Daniel» -se pregunta
liando la situación aún más. «Carla se quedó con Lucas en el parque, ¿será
verdad que están liados como asegura Magdy?» Le gustaría llegar a casa y
poder hablar con ellos con sinceridad frente a frente, pero sabe que le van a
ser esquivos como lo llevan siendo desde que salió del centro de rehabilitación.
casa. Todo está en silencio. Está claro que aún no han llegado. Decide darse
un baño, necesita relajarse para pensar mejor. Será uno de esos baños como
hace tiempo que no se da. Llena la bañera, le pone sales al agua, velas
172
aromáticas son la única luz del aseo. La sensación es placentera y relajante. Lo
necesita.
piernas, una y luego la otra, después sus partes intimas. Terminada la acción
paquete está vacío. Solo le quedan tampones, pero no le gusta usarlos, por
eso le quedan. «Quizás Carla tenga» -piensa-, así que envuelta en la toalla va
noche, en los del sifonier. Parece que ella tampoco tiene. Solo le queda por
mirar en los cajones de la mesa de escritorio, «pero...no creo que guarde ahí
comprar, abre cada uno de los tres cajones. Lo que haya en el último le deja sin
palabras.
«¿Para qué quiere mi hija esto?» -se pregunta sacando del cajón una
que hubiese armas, así que no comprende cómo, ni por qué su hija esconde
173
una en su habitación.
para guardarlas.
encontrado.
—Toma -le alarga Carla un paquete que ha sacado del fondo del armario. Y
—Gracias. Perdona.
hija y sin pronunciar palabra, Carla camina lentamente hacía su madre y con
174
decirle a su hija que quiere hablar con ella, y es lo que realmente desea y
necesita.
el llanto. Sentirse intimidada por su propia hija ha sido demasiado duro para
ella.
175
CAPÍTULO XXXV
Fermín acaba de llegar a casa del despacho de notaría donde lleva trabajando
una cena ligera viendo algo trivial en la tele e irse a la cama a recargar las
pilas.
—¿Puedo pasar?
pensado en ti.
—Que me ha negado.
—¿Quién? No te entiendo.
—¿Quién?
176
—Vamos a ver Fermín, que no te enteras.
—Si es que vienes por sorpresa, con aspecto de estar medio muerto y lo
cuéntamelo todo.
—Magdy es la chica con la que hablo cada noche desde hace tiempo. La
los dos...
hace eterna y la llamo o mando mensajes se puede decir que durante todo el
—¡A ver! ¡A ver! No comprendo como has podido llegar a ese punto.
177
—Precisamente por eso. Eres un tipo responsable, sereno y con suficiente
una letras que aparecen en una pantalla, o como mucho de una voz. No la
—No me entiendes.
—Sí, una persona que no conoces y que no sabes quién es. No sabes si te
—Pero puede que no sea verdad. Es muy fácil mentir cuando no se tiene
una vida fastuosa, porque en realidad no sabes quien hay detrás de la pantalla.
178
—¿Qué puente?
—Sí. Y ella a una casa rural con unas amigas. Por eso no hemos podido
—¿Te estás escuchando? Por el simple hecho de que no has podido hablar
—¡A ver!
—A la vuelta, hablamos...
—¿Y?
como otras noches, que nos pasábamos horas y horas hablando, enseguida
que no, pero yo creo que sí. Estos días ha conocido a alguien y me ha
179
—¡Estás celoso!
—Sí. Lo sé. Yo le mandé una foto de cuando era joven. Y esa mentira es la
que me está matando. Por eso pensé que era el momento de ponerle fin y
importaría.
haber dado el paso, así que me quedé hasta que la vi salir. Armándome de
valor, me planté ante ella; —Hola Magdy le dije. ¿Sabes quién soy?—. Me mira
180
sorprendida y me suelta un NO rotundo. —Verás, soy Esteban, empiezo a
contarle. Comprendo tu sorpresa. Pero soy yo. Tengo que explicarte el por qué
te mandé aquella foto, te juro que me arrepiento de corazón, pero lo hice por
—Me mira fijamente a los ojos y me asegura que no me conoce. Que nunca
tiempo?
—No entiendo.
contándomelo.
—¿Y decide decir qué no te conoce antes que decirte que no quiere hablar
más contigo?
181
esta noche cuando hablemos me da una explicación sobre lo ocurrido.
contestas, si ves tan claro el motivo de su negación, ¿por qué estás tan mal,
por qué necesitabas desahogarte, por qué actúas de ese modo? La parte más
Ya está, punto. Olvídala. Es solo alguien que pretendía pasar el rato, nada
puede ser que no quiera volver a hablar conmigo, después de todo lo que
hemos compartido. Tengo que hablar con ella y que me dé una explicación.
de irme.
casa.
182
CAPÍTULO XXXVI
has contado el por qué sientes tanta animadversión hacía tus padres. ¿Qué te
ha sucedido?
—Ya te digo yo que estuvo. Sé de buena tinta que Lucas tuvo que
esconderse bajo la cama de aquel tipo para no ser descubierto por ella. Llega a
aparecer tu madre unos minutos antes y le pilla con el bate en plena faena con
183
—Tu madre no creo yo que aguante mucho más.
—¡Cómo! No entiendo.
—¿Y tú padre?
—Mi padre vive obsesionado por las dos cosas que más ama en este
mundo.
—¡Qué son!
—Como la mayoría de los tíos. ¡Eh! ¿Qué te pasa? Carla, ¿por qué lloras?
184
CAPÍTULO XXXVII
Celia lleva toda la tarde metida en la cama. Últimamente prefiere no tener más
Continua en la cama, sin inmutarse y con los ojos cerrados. Deja que pase el
tiempo. Un tiempo que necesita para saber exactamente como actuar y poder
Del más mínimo crujido o ruido que oye se sobresalta. Tiene los nervios
de punta.
Para sentirse acompañada por alguien que no sea una persona física,
enciende la televisión.
185
La noticia no le interesa y continúa escondida en sus pensamientos
presidente del gobierno. Ambos posan para la foto bajo la lluvia de flash de las
—¿Qué haces?
—¡Daniel, por Dios! ¡Qué susto! Que manía la tuya de aparecer por
Constantemente tengo que decirte donde estoy y con quien, ¿no es eso?
continuamente.
186
—Tú solo ves tu verdad. No eres capaz de ver un palmo más allá.
—No estás bien, Celia. No estás bien. Necesitas ayuda. Me acerco a ti con
escucha ni atiende. Para ella en estos momentos, está dando una noticia sin
ninguna importancia, pero una foto que aparece en el borde superior derecho
de la pantalla le hace que su interés cambie. Es tal la sorpresa al ver esa foto
joven Lucas Torres Hurtado. Según fuentes policiales el joven acudía cada
levantamiento del cadáver hemos podido hablar con Magdalena Muño Carrión
estaba pasando por una mala racha pero estaba luchando para salir del
187
infierno del juego y gracias a su esfuerzo lo estaba consiguiendo. No
romance con mi hija y con ella fue con la última persona con que le vi con vida,
inevitable pensar—. «Tengo que acudir a la policía» —se dice—, y contar todo
188
CAPÍTULO XXXVIII
vaya a la cama para poder contactar con Magdy y que me dé la explicación que
creo merezco.
—Es que te veo acongojado, como intranquilo, además saltas por lo más
mínimo.
—Me voy.
Acata mi propuesta sabiendo que escondo algo. Algo importante, lo que hace
que salten las alarmas que todas las madres tienen cuando se trata de su
prole.
189
>Hola Magdy. Necesito hablar contigo. Si en cinco minutos no me contestas
te llamaré por teléfono, aunque me tengas prohibido hacerlo a partir de las diez
estoy hablando.
190
>Por qué no me dijiste que ibas a ir a verme?
la tarde para poder ir cada mañana a verte. Te veo llegar y espero a que salgas
atrevido a decirte nada, pero la última vez que hablamos, después del puente,
te noté tan fría y distante conmigo que quería aclarar el por qué frente a frente
y decirte todo lo que siento cara a cara, que te quiero, que estoy enamorado de
ti, que no puedo vivir sin tenerte, esa era mi intención pero lo que he recibido
que no tenías ni idea de quien era, que nunca habías hablado conmigo. Me
>A ver, tienes que comprenderme. Para mí ha sido una sorpresa. Pero no
una sorpresa buena. Hubiese preferido que me lo hubieses dicho que ibas a ir,
>Tú me dirás. Me espías, porque lo que has hecho todo este tiempo es
>Qué dices?
>Sí. Acuérdate que te dije la otra noche que una cosa es cariño y otra
191
obsesión. Y tú estás obsesionado. Hemos hablado, hemos intimado, no ha
>Eres una niñata que ha jugado con mis sentimientos. Por qué me haces
esto?
>No te creo.
>Quién es?
>Qué dices? No, Magdy, por favor. No me hagas esto. Yo te quiero. Nadie te
iré a verte si no quieres, esperaré a que seas tú quien me llame. Lo que sea
192
>Conocerás a otra persona. Estoy segura. Tú mereces lo mejor y te
abandones.
beso.
por otro. Los celos me matan. No puede ser, quiero a Magdy, ¿por qué esta
mujer también me rechaza? Soy un desgraciado que jamás voy a tener ese
amor que tanto anhelo. Pensaba que lo había encontrado, pero a la primera de
cambio me ha cambiado por otro. Estoy muerto. Estoy muerto en vida. ¡Muerto!
Puede que esa sea la solución. Estoy dispuesto a todo para no perder a
193
CAPÍTULO XXXIX
Para Celia la noche pasada ha sido una de las peores noches de su vida. Le ha
sale del dormitorio sin dirigirse la palabra. A ninguno de los dos le apetece que
el otro le moleste, ni que le diga nada. Sabiendose sola, por unos segundos
Siente que hay alguien observándola de pie cerca de ella, supone que será
Daniel y continua con los ojos cerrados hasta que oye cerrarse la puerta.
despacho. Está tan familiarizada con los ruidos de su casa que es capaz de
Baja las escaleras expectante. Estaba en lo cierto al ver que era Carla la
194
que estaba en la cocina preparándose unas tostadas. Celia se extraña al entrar
En la cocina las dos van de acá para allá sin decirse nada. Cuando Celia
hablar». Carla continua con su tarea sin hacer ningún caso a su madre.
en las noticias.
—¿Y qué?
—¡Qué dices! ¡Ahora sales con eso! De verdad mamá, vas dando tumbos
sin sentido.
—Explícamelo tú.
—Eso ya pasó.
195
perfecta!, ya pasó. Celia Cambil, no puede tener una hija bollera, ¿verdad? Es
una vergüenza. Soy un monstruo al que hay que ocultar. ¡Ah no!, ¡Algo mejor!
Permitir que tu marido abuse de ella para hacerle ver que lo que le tiene gustar
—¡Déjame!
—Tú siempre igual, ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! ¡Y mi ombligo! Nunca me has hecho caso,
ni siquiera cuando te pedí por favor que me ayudases con lo que me estaba
sucediendo.
—Fue mucho más cómodo para ti hacer oídos sordos e irte a jugar. ¡Mamá!,
tenía catorce años, estaba perdida, sentía que algo me estaba sucediendo, que
no era como las demás chicas del internado. Necesitaba a una madre que me
196
sociedad, que me formase en sexo y en hacerme sentir como persona. Ser
algo que hay que esconder, pero para ti no había nada más que el juego,
pero con la suficiente fuerza como para poder continuar con su monólogo—. El
modo de demostrarme, que lo que yo necesitaba era sexo con un hombre para
las mujeres y por supuesto quien mejor para hacerlo que un padre, ¿verdad,
—Yo no sabí...
—¡Tú lo sabías todo! —la calla gritando fuera de sí—. Lo sabías y no hiciste
pequeña como tanto repites. Una niña que necesitaba tu apoyo y protección y
no la tuve. No me escuchaste. Decías que eran cosas mías. Que eso era
imposible. ¡No me creíste! ¡Os odio a los dos! Os odio desde lo más profundo
de mi corazón.
197
Carla sale de la cocina llorando. Va directa a su habitación.
198
CAPÍTULO XL
su facultad. Hoy más que nunca tengo que hablar con ella y aclararlo todo. Lo
—¿Otra vez usted? Le he dicho que me deje en paz —me pide apretando el
paso.
En una media hora vuelve a salir. Le sigo. Camina calle arriba. Aprieto el
199
contra la pared. Necesito que me escuche y que me cuente. Es el único modo
—Estoy dispuesto a hacer lo que sea para que me escuches. ¿Qué nos
está pasando? ¿Por qué me tratas de este modo? Yo estoy enamorado de ti.
teléfono.
—¿Dónde vas?
—Vas a verle a él, ¿no es eso? Me has cambiado por alguien más joven,
—¡Está loco!
200
—¿Por qué tiene usted esa foto mía? ¿De dónde la ha sacado?
Estoy convencido que va a verse con su novio. Tengo que ver quien es.
Ver como es. Tengo que seguirla. Estoy dispuesto a todo. Los celos me ciegan
arrebatado.
201
CAPÍTULO XLI
puerta.
—¿Cómo?
—Te estoy diciendo que ahora no es posible. ¡Vete! —le empuja fuera de su
202
casa.
Magdy y Daniel forcejean intentando cada uno conseguir lo que quiere. Magdy
203
CAPÍTULO XLII
Sin aliento voy tras Magdy. Las llevo siguiendo desde nuestro encuentro en las
puertas de la facultad. Tengo que saber donde va y sobre todo con quien.
«¿Me ha cambiado por ese?» —me pregunto— Imaginaba que iba a ser
un chaval de su edad con el que haría buena pareja, pero el hombre está más
estando él, no existiendo, Magdy será mía para siempre. Lo tengo muy claro, y
llego a ellos. El hombre me mira perplejo. Magdy continua gritando que quiere
entrar.
204
—¿Me ha seguido? Daniel llama a la policía. Este tío está loco.
del hombre que más odio en estos momentos y disparo sin pensármelo. Una
De la habitación que hay al lado de donde estoy, sale a una mujer, alta,
de pelo castaño hasta los hombros, que se queda petrificada al ver al hombre
muerto en el suelo.
—¡Daniel! ¡Dani!
205
misma persona. Es la voz de Magdy, pero...¡no es Magdy!
la calle.
—Me hiciste creer que era el nuevo amante de mi amor y cegado por los
quién es.
—Es mi marido. Y todo estaba planeado —declara Celia sin poder soportar
más la presión.
206
—¿Cómo qué estaba todo planeado? ¿Qué significa eso?
encontré con una familia a la que no reconocía. Me encontré con una hija que
ocupada por una cosa, el juego. Entonces no comprendía por qué mi hija me
embargo resultó que me engañaba, me era infiel, imagino que desde que yo
jugar, he vuelto a recaer en las redes del maldito juego. Me odio por ello, pero
dinero, dinero que no tenía. Para que no contase mi secreto, accedí en pagarle
207
lo que me pedía, fui a su apartamento y me lo encontré agonizando en el suelo
que le dejé morir sin pedir auxilio. Al morir ya no tenía que pagarle nada pero
Solo tendría el dinero si Daniel moría y ahí empezó mi plan. Pensé buscar a
alguien por internet y que fuese él quien hiciese el trabajo sucio. Mi plan
amistad y sexo por las muchas páginas de la red, algo bastante fácil, le
engancharía con mis ganas perpetuas de sexo, cumpliría todas sus fantasías y
daría celos diciéndole que había conocido a otra persona, e iba a dejar de
hablar con él. Sería ya tan fuerte lo que el sentiría por mí, que sería capaz de lo
quedaría impune y así tendría acceso al dinero. La chica que elegí fue Magdy,
novio Lucas, ludópata como yo, pero me habría servido cualquiera. Cuando me
pediste una foto mentí una vez más, y cuando me la crucé en el centro le conté
que necesitaba una foto suya para la ficha, o el día que me citó en la cafetería
mandé. Pensé que todo se había ido al traste cuando me dijiste que habías ido
208
a verla, evidentemente ella te diría que no te conocía ni que jamás había
luchar por tu amor, por ello adelanté el último tramo del plan al decirte que te
cambiaba por Daniel. No tenía nada claro que todo fuese a salir como estaba
planeado, pero ya veo que sí. Eso es todo. Esa es toda la verdad. Por una vez
nadie podrá llegar a quererte, he llegado a matar por tu amor, pero...pero ahora
vida, que miran sin ver, el cadáver del hombre que acabo de matar. El cadáver
de Daniel.
de ella, sé que nos van a separar para siempre. Por primera y última vez beso
209
sus labios, los mismos que tanto y tantas veces he deseado.
tenerla, lo que hace que una leve mueca de ilusión se plasme en mi rostro.
210
CAPÍTULO XLIII
a su amor.
—Si cariño. Por fin tenemos libertad para poder vivir nuestro amor. Ha sido
hacerte una pregunta, ¿por qué elegiste a Lucas como conejillo de indias?
—A Lucas le conocí un día que fui a por mi madre al salón de juego que hay
cerca de casa. Él trabajaba allí y me ayudó aquel día con mi madre que no
chaval fácil de manejar como bien tú sabes, así que por eso lo elegí para que
211
tú, con tu indiscutible encanto, te lo ligases,para después convertirme en su
—Fui yo. Aproveché el día que fui a recoger a mi madre y lo robé yo. El
amenazó con ir a la policía y contarlo todo. Así que no tuve más remedio. Un
gilipollas como ese no iba a echar por tierra todo nuestro esfuerzo.
—Para nada. Odio a mis padres y estaba segura que urdiendo ese plan
necesitar dinero y cuando supiese que no podía hacerse con él, hasta que mi
la tarjeta donde una supuesta amante se citaba con mi padre la había escrito
212
yo. No sé como no reconoció mi letra. Supongo que la noticia le nubló el
intelecto. Fui yo la que anuló la habitación. También contacté con Tony para
que le chantajease y hacer que necesitase aún más el dinero. Ese tipo era
capaz de cualquier cosa con tal de sacar pasta. Supe lo que mi madre estaba
planeando al verla cada noche chatear. Ella decía que estaba escribiendo su
biografía, pero a escondidas miraba el historial del portátil y veía en las páginas
pedirme explicaciones de por qué quería dejarlo por poco he pilla por el golpe
la que quiero y me he quitado de encima las personas que tanto daño me han
hecho.
—Tus padres.
—Sí, mis padres. Es muy duro lo que estoy diciendo, pero unos padres que
se enorgullezcan de serlo no actúan como han hecho los míos. Unos padres no
Magdy besa a Carla, transmitiéndole todo el amor que siente por ella e
213
intentando que deje atrás los malos momentos vividos y que tanto dolor le
producen.
maletero del coche, cuando alguien conocido por Carla, el detective Gonzalo
214