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Conversión fonética

Este sistema, presentado en Alemania por Stanislaus Mink von


Wessenheim y divulgado por el filósofo Leibniz, fue adaptado
posteriormente a los sonidos franceses por Aimé Paris y modificado a
principios del siglo XVIII por el inglés Richard Grey.
Con el transcurso de los años se ha pasado de conversiones literales
consonánticas a asociaciones fonéticas, pero el sistema de conversión
más eficaz, sin duda alguna, es el indicado en el cuadro de
conversión fonética reproducido más abajo. En este sistema, la
asociación se lleva a cabo con los sonidos gramaticales y no con las
letras, ya sean vocales o consonantes.
Un solo sonido puede representarse con diferentes grafías en los
distintos idiomas, pero siempre corresponderá al mismo número.
Convendría ofrecer algunos ejemplos. En esta fase aprenderás las
relaciones correctas entre sonidos y números, y en las siguientes
lecciones comprobaremos juntos la utilidad de la conversión.
Tratemos ahora de aprender las relaciones de los números con los
sonidos, empleando un sencillo sistema asociativo.

El número 1 corresponde a los sonidos dentales, representados por


las letras t y d, como en té, dado y todo. Podemos recordar el
número 1 con la representación visual de la última columna del
cuadro y pensando además que la t tiene un solo trazo vertical.
El número 2 está asociado con los sonidos nasales, representados por
las letras n y ñ, como en año, Noé o moño. Para la memorización,
bastará visualizar un 2 tumbado, para ver su parecido con la
letra n. Además, la n tiene dos trazos verticales.
El número 3 corresponde al mugido de la letra m, sonido que
encontramos en las palabras amo, miau y mío. Para recordar la
asociación, podemos realizar una operación semejante a la anterior.
Tumbado de lado, el 3 se parece mucho a una m. Siguiendo con el
símil adoptado para los números 1 y 2, notaremos además que
la m tiene tres trazos verticales, lo cual justifica la asociación.
En el número 4 encontramos los sonidos vibrantes de la r, como
en rey, hora y reo. Para la representación, imaginaremos ahora un
4 vuelto del revés, como si se mirara al espejo, con una patita nueva
para que no pierda el equilibrio. Además, observando la parte inferior
del cuatro, descubrimos la semejanza con una cruz, que tiene cuatro
puntas. Adviértase que la r puede ser simple o doble. Sin embargo, a
los efectos de nuestra conversión, la trataremos como el mismo
sonido, asociado con el mismo número.
El número 5 corresponde a los sonidos líquidos, como la / y la //, que
encontramos por ejemplo en ola, ella y Lola. Visualmente, el propio
número 5 es una / mayúscula vuelta del revés, y además, la letra L
correspondía al número 50 en la numeración romana.
Para el número 6, tenemos los sonidos palatales que representamos
con la letra ch, como en ocho ohacha. También asociamos este
número con ciertos sonidos de la g en italiano o francés, como
en oggi o fromage. Para la memorización visual, vemos que el 6 se
parece a una g mayúscula.
El número 7 se asocia con los sonidos guturales de las letras g y
c, como en oca, agua o eco. Para memorizar visualmente esta
asociación, podemos imaginar un 7 reflejado en el espejo y vuelto del
revés para obtener una K.
Para el número 8, tenemos el sonido labiodental de la letra f como
en fe, fofo o fui. Para la memorización visual, vemos que la /cursiva
se parece al número 8.
El número 9 corresponde a los sonidos labiales p y b, por ejemplo en
las palabras boa, Pepe ohaba. También corresponde a la
pronunciación de la v española, por ejemplo en la palabraave. Para
recordar la asociación, tenemos varias posibilidades: volver
simplemente del revés el número 9 para obtener unap, o bien verlo
reflejado en un espejo, después de volverlo del revés, para observar
su similitud con una b.
El 0 se asocia a los sonidos sibilantes de la j, la z y al sonido suave de
la c, como en sol, peces o zulú. Para recordar la asociación,
pensaremos en la palabra cero exagerando el sonido: “zzzzzero”.

Otros ejemplos
Para evitar errores en esta primera fase del aprendizaje, resultará útil
detenernos en algunas consideraciones que encontrarás también en
la casete. Los sonidos fuertes de la g y de la j, por ser guturales, se
asocian con el número 7. Sin embargo, en otros idiomas estas letras
se pronuncian en algunos casos de forma diferente, como en los
nombres John oJean. Como lo importante es el sonido de la letra, la
J de Juan corresponde al 7, pero la J de John o Jean se asocia con
el 6:
La grafía de la palabra inglesa telephone podría hacer pensar en el
número 9, que corresponde a la p, pero desde el momento en que la
conversión se basa en la pronunciación de las diversas grafías,
tendremos que pensar en el número 8, asociado a la/, para
representar el grupo ph.
Otras muchas palabras extranjeras podrían inducirnos a error; pero si
pensamos en la pronunciación, nos resultará sencillo convertirlas en
números. Bastará un ejemplo: en la palabra
inglesa Christchurch, aparece tres veces el grupo ch. Como a este
grupo corresponden en este caso dos pronunciaciones diferentes, la
conversión numérica será la siguiente:

Para mayor claridad, repasaremos brevemente las reglas de la


conversión fonética:

 se basa en la pronunciación de las palabras, no en su grafía;


 no establece ninguna diferencia entre sonidos simples y
dobles (CaRRo = 74 y no 744);
 distingue entre sonidos palatales (o suaves, correspondientes al
número 6) y sonidos guturales (o fuertes, asociados con el
número 7) de las mismas consonantes;
 no siempre dos sonidos están separados por una vocal; así
pues, el número 41 puede representar RaTa, RaDio, RueDa o
también aRTe o haRTo.

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