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Esta guía contiene el proceso paso a paso para crear y liderar equipos de alto rendimiento.
Encontrarás las mejores prácticas para transformar a tu equipo y podrás revisarlas cada vez
que las necesites durante el proceso.
Una vez hayas leído está guía, contarás con herramientas y técnicas que puedes empezar a
implementar desde ya en en tu trabajo para consolidar equipos de alto desempeño, lo cual te
permitirá producir mejores resultados, al liberarte de tareas operativas y dedicar tu tiempo al
alcance de los objetivos estratégicos de la organización.
Una vez clara la diferencia entre un equipo y un grupo de trabajo, el primer paso es determinar
cuál es la situación actual de tu equipo.
Si quieres crear y liderar un equipo de alto rendimiento, lo primero que debes comprender es
cómo funciona un equipo y qué lo diferencia de un grupo de trabajo.
Los equipos, a diferencia de los grupos, se caracterizan porque la totalidad de sus miembros
comparten un enfoque de trabajo y un fuerte compromiso. El enfoque compartido está
relacionado con metodologías comunes para la coordinación y ejecución del trabajo; por su
parte, el compromiso está relacionado con un propósito común, que se traduce en la
responsabilidad que sienten todos los miembros del equipo por alcanzar un objetivo colectivo,
más allá del cumplimiento de metas individuales.
Según HAYES Nicky en su libro Dirección de Equipos de Trabajo, un equipo se define como
“un grupo de personas que persiguen un objetivo, que trabajan coordinadas y que contribuyen
con su talento, sus aptitudes y sus energías al trabajo”.
Una vez clara la diferencia entre un equipo y un grupo de trabajo, el primer paso es determinar
cuál es la situación actual de tu equipo.
1. Identifica en qué etapa está tu equipo.
Grupo de trabajo: es un grupo para el cual no hay necesidad ni razón significativa de
rendimiento incremental que requiera su transformación en equipo. Los miembros interactúan,
principalmente, para compartir información, las mejores prácticas o ideas, y para tomar
decisiones que ayuden a los individuos a trabajar dentro de su área de responsabilidad. Más
allá de esto, no existe un propósito común auténtico o verdaderamente deseado –o metas de
rendimiento incremental o frutos del trabajo conjunto– que exijan un enfoque de equipo o una
mutua responsabilidad.
Pseudo equipo: es un grupo para el cual podría existir una necesidad o razón significativa de
rendimiento incremental, pero no está enfocado al rendimiento colectivo, ni tiene como objetivo
conseguirlo. No tiene interés en conformar un propósito o conjunto común de metas de rendimiento,
aunque puede llamarse a sí mismo un equipo. Los pseudo equipos son los más débiles de todos en
términos de impacto de rendimiento.
Casi siempre contribuyen menos que los grupos de trabajo a las necesidades de rendimiento de la
compañía, porque sus interacciones restan rendimiento individual a cada uno de sus miembros, sin
aportar ningún beneficio conjunto. En los pseudo equipos, la suma de la globalidad es menor que el
potencial de las partes individuales.
Equipo potencial: es un grupo para el cual hay una significativa necesidad
de rendimiento incremental y que realmente trata de mejorar su impacto de
rendimiento. Sin embargo, típicamente, necesita más claridad acerca de su
propósito, metas o resultados de trabajo y más disciplina para elaborar un
enfoque de trabajo común. No tiene todavía establecida una responsabilidad
colectiva. Los equipos potenciales abundan en las organizaciones.
Equipo verdadero: es un número pequeño de personas con capacidades
complementarias, que están comprometidas por igual con un propósito
común, unas metas comunes y un enfoque común de trabajo, del cual se
sienten mutuamente responsables. Los equipos verdaderos son una unidad
fundamental de rendimiento.
Equipo de alto rendimiento: es un grupo que reúne todas las condiciones
de los equipos verdaderos. Sus miembros están profunda y recíprocamente
comprometidos para conseguir el desarrollo y éxito personal de cada uno de
ellos. Por lo general este compromiso sobrepasa al equipo. De forma
significativa, el equipo de alto rendimiento excede a todos los equipos
similares y a todas las expectativas, dado su “espíritu de miembro”.
Una vez hayas leído esta clasificación, por favor toma lápiz y papel y
responde a las siguientes preguntas que plantean Katzenbach y Smith y que
te ayudarán a identificar en qué fase está tu equipo:
¿Existe una responsabilidad mutuamente compartida sobre los resultados
del grupo?
¿Se entiende el enfoque de trabajo y tiene el acuerdo unánime?
¿Existe un conjunto específico de objetivos de rendimiento con el acuerdo
de todos?
¿Tiene el grupo un propósito amplio y con significado al que todos los
miembros aspiran?
¿Tiene el grupo niveles adecuados de habilidades complementarias?
¿Tiene el grupo un tamaño suficientemente reducido? (Típicamente menos
de veinte personas).
Supongo que si estás leyendo este artículo te interesa liderar un equipo de alto desempeño.
Por lo tanto, es importante tener una visión clara del tipo de equipo que quieres desarrollar,
empezando por definir lo que es un equipo de alto desempeño:
Es importante resaltar, que la palabra compromiso se repite una y otra vez, ya que en este tipo
de equipos los miembros se ayudan entre sí a alcanzar metas no sólo grupales sino
también individuales, y a crecer no solo en el ámbito laboral, sino también en el personal.
3. Identifica las dinámicas de relacionamiento en tu equipo
Ahora bien, existen dinámicas de relacionamiento entre los miembros de cualquier tipo de
organización y procesos de coordinación del trabajo, que posibilitan o impiden el desarrollo de
equipos de alto desempeño. Es posible deducir que estos patrones de interacción están
determinados por “las normas del equipo, la relación con la tarea, las creencias y actitudes
sobre la colaboración y la heterogeneidad, la comprensión sobre cómo contribuyen los
esfuerzos individuales al propósito común, la comunicación, los roles y los estilos de liderazgo ”
HAYES Nicky en Dirección de Equipos de Trabajo.
Suponiendo que las dinámicas de trabajo se desarrollan de acuerdo a variables que posibilitan
el trabajo en equipo, el rendimiento del equipo será mayor que el de los individuos actuando
solos. Por lo tanto, el desempeño individual y los productos colectivos del trabajo serán
mayores cuando existen dinámicas de relacionamiento que posibilitan el trabajo en equipo.
Existen ciertas dinámicas de trabajo en equipo, patrones de comportamiento o formas de
comunicación e interacción, que son necesarias en y entre los miembros de un grupo, para que
estos puedan considerarse como un equipo de alto rendimiento. Todo equipo de trabajo es un
grupo que gracias a cierto tipo de dinámicas de relacionamiento se constituye como un equipo
de alto rendimiento. Sin embargo, no todo grupo trabaja en equipo, ni todo equipo logra altos
niveles de desempeño. La diferencia radica en la manera en que se relacionan sus
miembros. Es decir, su constitución como equipo de alto desempeño depende de las dinámicas
de trabajo, que no son otra cosa que sus formas de relacionamiento.
Un modelo que nos permite identificar la presencia o ausencia de algunas de estas variables
es la teoría de Las Cinco Disfunciones de un Equipo de Patrick Lencioni, en la cual se muestra
la relación entre cinco dinámicas disfuncionales que impiden el desarrollo de equipos de alto
rendimiento. Patrick LENCIONI señala que los 5 obstáculos o disfunciones a los que se
enfrentan los directores y sus equipos son:
La ausencia de confianza entre los miembros del equipo: esto surge esencialmente de su falta
de disposición para ser vulnerables en el grupo. Los miembros del equipo que no están
dispuestos a abrirse ante los otros para aceptar errores y debilidades, imposibilitan la
construcción de los cimientos de confianza.
Teniendo en cuenta este modelo, para formar un equipo de alto desempeño son
indispensables las siguientes dinámicas entre los integrantes del equipo:
Presencia de confianza: confían los unos en los otros, permitiéndose ser auténticos.
El siguiente cuestionario, tomado del libro Las cinco disfunciones de un equipo de Patrick
Lencioni, es una herramienta sencilla de diagnóstico, que te ayudará a evaluar la situación
actual de tu equipo y, de esta forma, saber en qué aspectos debes enfocar tu gestión como
líder. Lo ideal es que todos los miembros del equipo completen el cuestionario individualmente
y discutan los resultados de manera conjunta:
Después de responder el cuestionario, cada miembro del equipo deberá consolidar
individualmente los puntajes de las 15 afirmaciones como se indica en la siguiente tabla, y
sumar los puntajes de cada una de las columnas por aparte. Cada una de las columnas
representa una de las 5 disfunciones.
Posteriormente, el equipo de manera conjunta deberá obtener el promedio de cada una de las
disfunciones en su equipo, obteniendo el promedio de cada una de las columnas. Para esto
deben sumar los totales que cada miembro obtuvo en cada columna y dividirlos entre el
número de miembros de su equipo, obteniendo así los promedios de cada una de las 5
columnas, como aparece en el siguiente ejemplo:
Una vez obtengan el promedio de cada columna, la manera de interpretar los resultados para
cada uno de los 5 obstáculos o disfunciones arriba identificados es la siguiente:
Existen diferentes caminos a través de los cuales puedes trabajar en estas variables y
consolidar tu equipo de alto rendimiento:
Internamente:
Para trabajar en el desarrollo de estas variables puedes contar con el apoyo del departamento
de Recursos Humanos de tu empresa, y de manera conjunta diseñar y facilitar sesiones de
trabajo periódicas con tu equipo. En cada una de estas sesiones puedes trabajar en alguna de
las 11 variables. Para el desarrollo de estas sesiones, lo ideal es utilizar ejercicios dinámicos
que propician la reflexión, participación y generación de nuevas estrategias. Es importante que
durante estas sesiones el líder del equipo o la persona de recursos humanos, tome el rol de
un coach, creando un espacio seguro que facilite el diálogo entre los miembros del equipo.
Adicionalmente, es necesario que el trabajo realizado durante estas sesiones se traduzca en
compromisos y acciones concretas transferibles al puesto de trabajo, para de esta manera
gestionar el cambio y crecimiento del equipo.
Externamente:
Adicionalmente, el compartir espacios en los cuales los miembros del equipo puedan
conocerse más allá de lo laboral es muy poderoso. Existen diferentes actividades que ayudan a
construir confianza, aclarando que esto es un proceso que toma tiempo y compromiso y que no
puede depender únicamente de este tipo de ejercicios. Recuerdo un proceso de coaching que
realicé con un equipo en Colombia, donde invité a los participantes a realizar una actividad, en
la que cada persona debía traer a la sesión un objeto valioso, no en términos monetarios sino
emocionales, y cada miembro del equipo debía compartir la historia del objeto y explicar por
qué era especial para él o ella. Este ejercicio permitió a los participantes conocer más sobre
sus compañeros de equipo y, aún más importante, saber qué valoran, qué los mueve y qué los
apasiona; en últimas, saber más sobre quiénes son sus compañeros en esencia. Este
ejercicio que parece tan sencillo incrementó la cercanía entre los miembros del equipo, y
permitió que los participantes reconocieran fortalezas en sus compañeros que antes no
habían visto.
Si quieres saber más sobre como el líder genera confianza y se relaciona y comunica
efectivamente, puedes escuchar el episodio 5 de nuestro podcast donde hablamos sobre las
habilidades de coaching para un liderazgo exitoso: link al episodio
Tuve la oportunidad de trabajar con un equipo en Australia, que todos los viernes al final de la
jornada laboral realizaba una reunión de equipo destinada a reconocer los logros, actitudes e
iniciativas que habían llevado a cabo sus integrantes durante la semana. Cada persona tenía la
oportunidad de felicitar a alguno de sus compañeros por algún objetivo alcanzado, o por un
comportamiento que había impactado positivamente a otros. Considero muy útiles este tipo de
ejercicios, en los que los miembros del equipo tienen oportunidad de darse retroalimentación
tanto sobre sus fortalezas y logros, como sobre sus oportunidades de mejora. Lo importante es
crear un espacio seguro y con reglas de juego claras que permitan una retroalimentación
constructiva. Igualmente, también se puede optar por implementar evaluaciones de 360
grados y otro tipo de mediciones.
Si este es tu caso, es útil trabajar de la mano de un coach ejecutivo, para determinar cuál es tu
estilo de liderazgo, identificar las fortalezas en las cuales apalancarte, trabajar en aquellos
aspectos que te están limitando y desarrollar competencias para potencializar tu labor. Si es de
tu interés, en el siguiente link puedes leer más sobre el viaje a un liderazgo
grandioso: amayaco.com/blog/liderazgo-transformacional-con-ale-y-mafe
Hasta que el equipo no vea que el conflicto puede abordarse productivamente, continuará con
miedo a expresar sus ideas e ignoraran temas difíciles y a la vez cruciales para el éxito del
equipo. Si es de tu interés, puedes escuchar los episodios 1 y 2 de nuestro podcast donde
brindamos herramientas de coaching y mindfulness para líderes y personas que buscan ser
emocionalmente efectivos: https://amayaco.com/blog/herramientas-de-coaching .
Claridad en las metas: El sistema de comunicación de metas y gestión del desempeño debe
posibilitar el conocimiento tanto de las metas individuales, como de las metas colectivas de
cada uno de los equipos, incluyendo los indicadores de desempeño que medirán el alcance de
las mismas. Por lo tanto, es importante que el líder del equipo genere espacios de
comunicación destinados a este fin. Así mismo, al momento de bajar metas, los objetivos del
equipo deben estar alineados con las metas del área y de la organización. Recuerda que
en la medida en que exista claridad sobre cómo el alcance de las metas del equipo, contribuye
al alcance de las metas del negocio; esto genera sentido en los miembros del equipo, al ser
conscientes de cómo su trabajo tiene un impacto sobre un propósito mayor.
En tu rol como líder, asegúrate de generar procesos que permitan que el equipo se identifique
con un propósito común.
Recuerda que los miembros del equipo se sentirán más comprometidos con este propósito, en
la medida en que éste se encuentre alineado con sus valores y cuando el alcance de objetivos
de equipo contribuya al alcance de objetivos laborales y personales, bien sea directa o
indirectamente.
Adicionalmente, la decisión será vista como una decisión que fue pensada, donde el proceso
de toma de decisiones posibilitó aclarar dudas y donde se evaluaron diversos escenarios.
Estas decisiones por lo general se traducen en cursos de acción que el equipo se está
comprometiendo a tomar. No quiere decir que todas las decisiones sean llevadas a discusión,
ya que en muchos casos son directrices y bajadas de línea que no son discutibles; sin
embargo, en aquellas oportunidades en que en tu rol como líder veas que es posible incluir a tu
equipo en la toma de una decisión, considera hacerlo.
Una herramienta que ayuda a elevar el nivel de compromiso, es traducir estas decisiones en
acciones concretas, comportamientos observables y medibles, con fechas límites para su
cumplimiento.
Por esta razón es importante establecer y comunicar claramente cuáles son las metas del
equipo y las responsabilidades de cada integrante para el cumplimiento de estas. Una vez
establecidas, se pueden establecer reuniones para medir el avance en el alcance de los
resultados, donde no es solo el líder quien monitorea, sino donde cada miembro debe rendir
cuentas a todo el equipo.
Por esta razón es importante establecer y comunicar claramente cuáles son las metas del
equipo y las responsabilidades de cada integrante para el cumplimiento de estas. Una vez
establecidas, se pueden establecer reuniones para medir el avance en el alcance de los
resultados, donde no es solo el líder quien monitorea, sino donde cada miembro debe rendir
cuentas a todo el equipo.
Claridad respecto a la participación y el aporte de cada miembro del equipo: En muchas
organizaciones es común observar que los individuos tienen claridad sobre el rol que
desempeñan y sobre sus responsabilidades. Sin embargo, esta claridad empieza a verse
disminuida cuando no está claro quiénes son los responsables de determinados entregables o
funciones, que parecen quedar en el aire y que nadie asume, especialmente cuando se trata
de nuevos proyectos, (tal vez porque no hacen parte de la descripción de funciones de ningún
cargo en específico).
Esta situación lleva a algunas personas a realizar funciones que no les corresponden, pero que
de no hacerlo se vería afectado su propio desempeño. Las preguntas que surgen son:
¿quiénes son las personas que por la naturaleza de su posición deberían estar a cargo de
estas tareas? ¿Por qué la persona o equipo responsable de una tarea o proceso no está
llevando a cabo determinada labor? ¿Tendrá que ver únicamente con una falta de claridad
sobre los límites de roles?, o ¿tendrá que ver también con los procesos, la comunicación, la
carga laboral, el liderazgo, el compromiso, la responsabilidad, la motivación u otros factores?
Atención a los resultados: Al hablar de un equipo de alto rendimiento, es importante que los
esfuerzos de sus miembros incluyan alcanzar los resultados colectivos a los cuales se han
comprometido. Patrick Lencioni propone dos estrategias para que el equipo centre su atención
en los resultados: por un lado, declarando y comprometiéndose públicamente a generar
resultados específicos y medibles, y por otro lado recompensando únicamente las conductas y
acciones que contribuyen al logro de estos resultados concretos.