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Un sedante eficaz (ansiolítico) debe aminorar la ansiedad y ejercer un efecto calmante. El grado de
depresión del SNC causado por un sedante debe ser mínimo, en concordancia con su eficacia terapéutica.
Un fármaco hipnótico debe producir somnolencia y alentar el inicio y mantenimiento de un estado de
sueño. Los efectos hipnóticos involucran una depresión más pronunciada del SNC que la sedación. La
depresión de la función del SNC dependiente de las dosis graduales es una característica de casi todos los
sedantes-hipnóticos. Sin embargo, los fármacos individuales difieren en la relación entre dosis y grado de
depresión del SNC.
Clasificación química
Las benzodiazepinas son sedantes-hipnóticos ampliamente utilizados. Todas
las estructuras que se muestran en la figura 22-2 corresponden a las 1,4-
benzodiazepinas y casi todas contienen un grupocarboxamida en la posición
7 de la estructura anular heterocíclica. Se requiere un radical en la posición
7, como un halógeno o un grupo nitro, para la actividad sedante-hipnótica.
Farmacocinética
Absorción y distribución. Las velocidades de absorción oral difieren en base a la liposolubilidad. Gran
parte de los barbitúricos, los sedantes-hipnóticos (S-H) más antiguos y los hipnóticos más recientes se
absorben con rapidez hacia la sangre después de su administración oral. Todos los S-H cruzan la barrera
placentaria durante el embarazo. Si se administran antes del parto, esto puede contribuir a la depresión
de las funciones vitales del recién nacido. También son detectables en la leche materna.
Benzodiazepinas: casi todas las benzodiazepinas presentan oxidación microsómica (reacciones de fase I)
que incluyen la N-desalquilación y la hidroxilación alifática catalizada por isoenzimas del citocromo P450,
en especial CYP3A4. Los metabolitos se conjugan después (reacciones de fase II) para formar glucurónidos
que se excretan en la orina. Sin embargo, muchos metabolitos de fase I de las benzodiazepinas tienen
actividad farmacológica, algunos con semivida prolongada. La formación de metabolitos activos ha
complicado los estudios de farmacocinética de las
benzodiazepinas en humanos porque la semivida de
eliminación del fármaco original puede tener poca relación
con los efectos farmacológicos en cuanto al tiempo. Las
benzodiazepinas, cuyo fármaco original o metabolito activo
tiene semivida prolongada, son las que con toda
probabilidad causarán efectos acumulativos con múltiples
dosis. Estos efectos acumulativos son menos
problemáticos con fármacos que tienen semivida
relativamente breve y se degradan directamente a
glucurónidos inactivos.
Barbitúricos: Con excepción del fenobarbital, sólo se excretan cantidades insignificantes de barbitúricos
sin cambios. Las principales vías metabólicas implican oxidación por enzimas hepáticas para formar
alcoholes, ácidos y cetonas, que aparecen en la orina como glucurónidos conjugados. La tasa global del
metabolismo hepático en humanos depende del fármaco individual, pero (con excepción de los
tiobarbitúricos) suele ser lenta. La semivida de eliminación del secobarbital y pentobarbital es de 18 a 48
horas en diferentes individuos. La semivida de eliminación del fenobarbital es de 4-5 días.
Hipnóticos nuevos: El zolpidem se metaboliza con rapidez a sus metabolitos inactivos a través de la
oxidación e hidroxilación por la CYP3A4 hepática. La semivida de eliminación de los fármacos es mayor en
mujeres y se incrementa significativamente en individuos de edad avanzada. El zaleplon es degradado a
metabolitos inactivos principalmente por la aldehído oxidasa hepática y en parte por la isoforma CYP3A4.
En pacientes con afectación hepática y en aquellos de edad avanzada se debe disminuir la dosis. La
cimetidina, que inhibe a la aldehído deshidrogenasa y a la CYP3A4, aumenta en forma notable la
concentración plasmática máxima de zaleplon. La eszopidona es degradada por las CYP3A4 para formar
el derivado N-óxido inactivo y la desmetileszopidona, con actividad débil. La semivida de la eszopidona se
prolonga en individuos de edad avanzada en presencia de inhibidores de la CYP3A4 (p. ej., ketoconazol),
mientras que los inductores de la CYP3A4 (p. ej., rifampicina) aumentan su metabolismo hepático.
Excreción
Los metabolitos solubles en agua de los sedantes-hipnóticos se excretan principalmente a través del riñón.
En la mayoría de los casos, los cambios en la función renal no tienen un efecto marcado en la eliminación
de estos medicamentos. El fenobarbital se excreta inalterado en la orina en un 20-30%, y su fracción de
eliminación puede aumentar de forma significativa mediante la alcalinización de la orina, debido a que el
fenobarbital es un ácido débil con un pKa de 7.4.
Factores que afectan la biodisponibilidad: la biodisponibilidad de los S-H puede estar influenciada por las
alteraciones en la función hepática, o por aumentos o disminuciones inducidas por fármacos en las
actividades enzimáticas microsomales. En pacientes muy ancianos o con enfermedad hepática grave, la
semivida de eliminación de estos fármacos aumenta.
La actividad de las enzimas microsomales hepáticas que metabolizan fármacos puede aumentar en
pacientes expuestos a ciertos sedantes-hipnóticos más antiguos en una base a largo plazo (inducción
enzimática). Los barbitúricos (en especial el fenobarbital) y el meprobamato tienen más probabilidad de
causar este efecto, lo que puede provocar un aumento en su metabolismo hepático y así como en los de
otros medicamentos. Las benzodiacepinas y los hipnóticos más recientes no cambian la actividad de la
enzima hepática metabolizadora con el uso continuado.
Las benzodiacepinas, los barbitúricos, el zolpidem, el zaleplon, la eszopiclona, y muchos otros fármacos,
se unen a los componentes moleculares del receptor GABAA en las membranas neuronales del SNC. Este
receptor, que funciona como un canal de iones de cloruro, es activado por el neurotransmisor inhibitorio
GABA. El receptor GABAA tiene una estructura pentamérica, ensamblada a partir de cinco subunidades
(cada una con cuatro dominios que abarcan la membrana).
Una de las principales isoformas del receptor GABAA que se encuentra en muchas regiones del cerebro
consiste en dos subunidades α1, dos subunidades β2 y una subunidad γ2. En esta isoforma, la bolsa de
unión para las benzodiacepinas (el sitio BZ del receptor GABAA) está entre una subunidad α1 y la
subunidad γ2. Los barbitúricos también se unen a múltiples isoformas del receptor GABAA, pero en sitios
diferentes. Las benzodiacepinas y otros sedantes-hipnóticos tienen una baja afinidad por los receptores
GABAB.
B. Neurofarmacología
Los barbitúricos también facilitan las acciones del GABA en múltiples sitios del SNC pero, a diferencia de
las benzodiacepinas, parecen aumentar la duración de las aperturas de los canales de cloruro controlados
por el GABA. A altas concentraciones los barbitúricos también pueden ser GABA-miméticos, activando de
forma directa los canales de cloruro. Los barbitúricos son menos selectivos en sus acciones que las
benzodiacepinas, porque también deprimen las acciones del neurotransmisor excitador ácido glutámico,
mediante la unión al receptor AMPA.
Los componentes de la macromolécula de los canales iónicos del receptor GABAA que funcionan como
sitios de unión para las benzodiacepinas muestran heterogeneidad. Se han reportado tres tipos de
interacciones ligando-receptor de benzodiacepina: 1) Los agonistas facilitan las acciones de GABA, y esto
ocurre en múltiples sitios de unión de BZ en el caso de las benzodiacepinas. Como se señaló con
anterioridad, las no benzodiacepinas el zolpidem, el zaleplon y la eszopiclona son agonistas selectivos en
los sitios BZ que contienen una subunidad α1. Se han propuesto ligandos agonistas endógenos para los
sitios de unión de BZ, porque se han aislado productos químicos similares a las benzodiacepinas del tejido
cerebral de animales que nunca han estado expuestos a estos fármacos. Moléculas no-benzodiacepinas
que tienen afinidad por los sitios BZ en el receptor GABAA también se han detectado en el cerebro
humano. 2) Los antagonistas están tipificados por el derivado sintético de la benzodiacepina, el flumazenil,
que bloquea las acciones de las benzodiacepinas, la eszopiclona, el zaleplon y el zolpidem, pero no
antagoniza las acciones de los barbitúricos, el meprobamato o el etanol. Ciertos neuropéptidos
endógenos también son capaces de bloquear la interacción de las benzodiacepinas con los sitios de unión
BZ. 3) Los agonistas inversos actúan como moduladores alostéricos negativos de la función del receptor
GABA (véase capítulo 1). Su interacción con los sitios BZ en el receptor GABAA puede producir ansiedad y
convulsiones, una acción que se ha demostrado para varios compuestos, en especial las β-carbolinas, p.
ej., n-butil-β-carbolina-3-carboxilata (β-CCB, β-carboline-3-carboxylate). Además de sus acciones directas,
estas moléculas pueden bloquear los efectos de las benzodiacepinas.
La importancia fisiológica de los moduladores endógenos de las funciones de GABA en el SNC sigue sin
estar clara. Hasta la fecha, no se ha establecido que los ligandos endógenos que se cree existen en los
sitios de unión de BZ desempeñen un papel en el control de estados de ansiedad, patrones de sueño o
cualquier otra expresión conductual característica de la función del SNC.
1. Sedación: en la mayoría de los casos las acciones ansiolíticas de los sedantes-hipnóticos van
acompañadas de algunos efectos depresores sobre las funciones psicomotoras y cognitivas.
2. Hipnosis: todos los sedantes-hipnóticos inducen el sueño si se administran dosis bastante altas. Sus
efectos en las etapas del sueño dependen del fármaco específico, la dosis y la frecuencia de su
administración. Los efectos generales en los patrones de sueño normal son los siguientes: 1) la latencia
del inicio del sueño disminuye (tiempo para conciliar el sueño); 2) la duración de la etapa 2 del sueño
movimiento ocular no rápido aumenta; 3) la duración del sueño movimiento ocular rápido disminuye, y
4) la duración de la etapa 4 del sueño de onda lenta NREM disminuye.
PLUS: Los hipnóticos más recientes disminuyen la latencia al sueño persistente. El zolpidem disminuye el sueño REM,
pero tiene un efecto mínimo en el sueño de onda lenta. El zaleplon disminuye la latencia del inicio del sueño con
poco efecto sobre el tiempo total de sueño NREM, o sueño REM. La eszopiclona aumenta el tiempo total de sueño,
principalmente a través de aumentos en el sueño NREM en la etapa 2, y en dosis bajas tiene poco efecto en los
patrones de sueño. En la dosis más alta recomendada, la eszopiclona disminuye el sueño REM. El suvorexant
disminuye el tiempo de sueño persistente y aumenta el tiempo total de sueño. El uso de sedantes-hipnóticos por
más de 1 a 2 semanas conduce a cierta tolerancia a sus efectos sobre los patrones de sueño.
3. Anestesia: altas dosis de ciertos sedantes-hipnóticos deprimen el SNC hasta el punto conocido como
estadio III de anestesia general. Entre los barbitúricos, el tiopental y el metohexital son muy solubles en
lípidos, penetrando muy rápido a los tejidos cerebrales tras la administración intravenosa, una
característica que favorece su uso para la inducción de la anestesia. La redistribución rápida en los tejidos
(no la rápida eliminación) explica la corta duración de la acción de estos fármacos. Las benzodiacepinas
(diazepam, lorazepam y midazolam) se usan IV en anestesia, en combinación con otros agentes.
5. Relajación muscular: los grupos carbamato (p. ej., el meprobamato) y benzodiacepina ejercen efectos
inhibitorios sobre los reflejos polisinápticos y la transmisión internuncial, y en dosis altas también pueden
deprimir la transmisión en la unión neuromuscular esquelética. Estas acciones conducen a la relajación
muscular. La relajación muscular no es una acción característica del zolpidem, el zaleplon y la eszopiclona.
6. Efectos sobre la respiración y la función cardiovascular: Con dosis hipnóticas en pacientes sanos, los
efectos de los sedantes-hipnóticos sobre la respiración son comparables a los cambios durante el sueño
natural. Sin embargo, incluso a dosis terapéuticas, los sedantes-hipnóticos pueden producir depresión
respiratoria significativa en pacientes con enfermedad pulmonar. Los efectos sobre la respiración están
relacionados con la dosis, y la depresión del centro respiratorio medular es la causa habitual de muerte
debido a una sobredosis de sedantes-hipnóticos. En dosis superiores, hasta las que causan hipnosis, no se
observan efectos significativos sobre el sistema cardiovascular en pacientes sanos. Sin embargo, en
estados hipovolémicos, insuficiencia cardiaca y otras enfermedades que alteran la función cardiovascular,
las dosis normales de sedantes-hipnóticos pueden causar depresión cardiovascular, probablemente como
resultado de acciones en los centros vasomotores medulares. En dosis tóxicas, la contractilidad del
miocardio y el tono vascular se pueden deprimir a través de la facilitación de las acciones de la adenosina,
lo que lleva al colapso circulatorio. Los efectos respiratorios y cardiovasculares son más marcados cuando
los sedantes-hipnóticos se administran por vía intravenosa.
Un aumento en la velocidad de metabolismo del fármaco (tolerancia metabólica) puede ser parcialmente
responsable en el caso de la administración crónica de barbitúricos, pero los cambios en la capacidad de
respuesta del SNC (tolerancia farmacodinámica) son de mayor importancia para la mayoría de los
sedantes hipnóticos. En el caso de las benzodiacepinas, el desarrollo de la tolerancia en animales se ha
asociado con la baja regulación de los receptores de benzodiacepina del cerebro.
El alivio percibido de la ansiedad, la euforia, la desinhibición y la promoción del sueño, han llevado al uso
indebido compulsivo de los sedantes-hipnóticos. Por esta razón, la mayoría de estos fármacos se clasifican
como medicamentos de la Lista III o la Lista IV con fines de prescripción.
Las consecuencias del abuso de estos agentes se pueden definir en términos psicológicos y fisiológicos. El
componente psicológico puede al principio ser paralelo a patrones de comportamiento neuróticos
simples, pero cuando el patrón de uso se vuelve compulsivo, se desarrollan complicaciones más serias,
que incluyen dependencia fisiológica y tolerancia. La dependencia fisiológica se puede describir como un
estado fisiológico alterado que requiere la administración continua de medicamentos para prevenir la
abstinencia o el síndrome de abstinencia.
El flumazenil es uno de varios derivados de la 1,4-benzodiacepina, con una alta afinidad por el sitio de
unión de benzodiacepinas en el receptor GABAA, que actúan como antagonistas competitivos. Bloquea
muchas de las acciones de las benzodiacepinas, el zolpidem, el zaleplon y la eszopiclona, pero no
antagoniza los efectos en el SNC de otros hipnóticos sedantes como el etanol, los opioides, o anestésicos
generales. El flumazenil está aprobado para su uso en la reversión de los efectos depresores del SNC de
la sobredosis de benzodiacepinas, y para acelerar la recuperación después del uso de estos fármacos en
procedimientos anestésicos y de diagnóstico. El antagonismo por parte del flumazenil de la depresión
respiratoria inducida por las benzodiacepinas es poco predecible.
Cuando se administra por vía intravenosa, el flumazenil actúa de manera acelerada, pero tiene una
semivida corta (0.7-1.3 horas), debido a la rápida depuración hepática. Como todas las benzodiacepinas
tienen una duración de acción más larga que el flumazenil, es común que la sedación recurra,
requiriéndose la administración repetida del antagonista. Los efectos adversos de flumazenil incluyen
agitación, confusión, mareos y náuseas. El flumazenil puede causar un síndrome de abstinencia grave en
pacientes que han desarrollado dependencia fisiológica a las benzodiacepinas.
Aunque la ansiedad situacional tiende a ser autolimitante, el uso de sedantes-hipnóticos a corto plazo
puede ser apropiado para su tratamiento, y el de ciertos estados de ansiedad asociados a la enfermedad.
De manera similar, el uso de un sedante-hipnótico como premedicación antes de la cirugía, o algún
procedimiento médico desagradable, es racional y adecuado. La ansiedad excesiva o irrazonable también
es susceptible de terapia farmacológica, a veces junto con la psicoterapia.
Las benzodiacepinas son utilizadas para el manejo de estados de ansiedad aguda, y para el control rápido
de ataques de pánico. También se usan, aunque con menos frecuencia, en el tratamiento a largo plazo de
los GAD (trastorno de ansiedad generalizada) y los trastornos de pánico. El alprazolam se utiliza en
trastornos de pánico y agorafobia, por ser más selectivo en estas afecciones que otras benzodiacepinas.
Los sedantes-hipnóticos se deben prescribir en una dosis que no perjudique la función mental, o las
funciones motoras durante las horas de vigilia. Algunos pacientes pueden tolerar mejor el medicamento
si la mayor parte de la dosis diaria se administra a la hora de acostarse, con dosis más pequeñas durante
el día. Las prescripciones deben ser por periodos cortos, ya que hay poca justificación para la terapia a
largo plazo (definida como el uso de dosis terapéuticas durante 2 meses o más). Se deben evitar las
combinaciones de agentes ansiolíticos. Se debe advertir sobre el consumo de alcohol y el uso concurrente
de medicamentos de venta libre que contienen medicamentos antihistamínicos o anticolinérgicos.
Los problemas del sueño en algunos casos necesitan ser tratados con un sedante-hipnótico por un periodo
limitado. La interrupción abrupta de estos medicamentos puede conducir al insomnio de rebote. Los
criterios clínicos de eficacia son: el fármaco seleccionado debe proporcionar un sueño de inicio bastante
rápido (disminución de la latencia del sueño) y duración suficiente, con efectos mínimos de “resaca” como
somnolencia, disforia y depresión mental o motora al día siguiente.
Las benzodiacepinas pueden causar una disminución dosis dependiente tanto en el sueño REM como en
el de onda lenta, aunque en menor medida que los barbitúricos. Los hipnóticos más nuevos, el zolpidem,
el zaleplon y la eszopiclona, tienen menos probabilidades que las benzodiacepinas de cambiar los
patrones de sueño. La sedación diurna es más común con las benzodiacepinas, que tienen velocidades de
eliminación lentas (p. ej., el lorazepam) y aquellas que se biotransforman en metabolitos activos (p. ej., el
flurazepam, el quazepam). Si las benzodiacepinas se usan todas las noches, se puede producir tolerancia,
lo que puede provocar aumentos de la dosis por parte del paciente para producir el efecto deseado. En
cierto grado, la amnesia anterógrada ocurre con todas las benzodiacepinas utilizadas para hipnosis.
Las características clínicas favorables del zolpidem y los otros hipnóticos más nuevos incluyen el inicio
rápido de la actividad, y una depresión psicomotriz moderada con pocos efectos amnésicos al día
siguiente.
El zolpidem está disponible en una formulación de liberación bifásica que proporciona niveles sostenidos
de medicamentos para el mantenimiento del sueño. El zaleplon actúa rápidamente, y debido a su corta
semivida, el fármaco parece tener valor en el tratamiento de pacientes que se despiertan temprano en el
ciclo del sueño. En las dosis recomendadas, el zaleplon y la eszopiclona (a pesar de una semivida
relativamente larga) parecen causar menos amnesia o somnolencia al día siguiente que el zolpidem o las
benzodiacepinas. El suvorexant está aprobado por la FDA para el tratamiento del insomnio, tanto al inicio
como en el mantenimiento del sueño. El efecto adverso más común del suvorexant es la somnolencia al
día siguiente.
La falla del insomnio para remitir después de 7-10 días de tratamiento puede indicar la presencia de una
enfermedad psiquiátrica o médica primaria que se debe evaluar. E
Muchos de los efectos adversos comunes de los sedantes-hipnóticos son el resultado de la depresión del
SNC relacionada con la dosificación.
Las benzodiacepinas pueden causar una amnesia anterógrada significativa relacionada con la dosis;
pueden afectar la capacidad de aprender nueva información, en particular la que involucra procesos
cognitivos exigentes, mientras que la recuperación de la información previamente aprendida se mantiene
intacta. Este efecto se utiliza para procedimientos clínicos incómodos, por ejemplo, endoscopia, porque
el paciente puede cooperar durante el procedimiento, pero a la vez es amnésico al respecto.
Dosis relativamente bajas pueden provocar somnolencia, raciocinio alterado y disminución de las
habilidades motoras, a veces con un impacto significativo en la capacidad para conducir, el desempeño
laboral y las relaciones personales. Los efectos de resaca son frecuentes después del uso de fármacos
hipnóticos con semividas de eliminación largas.
En dosis mayores, puede causar letargo, un estado de agotamiento o síntomas equivalentes a los de la
intoxicación por etanol. En caso de sobredosis, el alprazolam se supone más tóxico que otras
benzodiacepinas.
La dosis letal de cualquier sedante-hipnótico varía con el paciente y las circunstancias Una mayor
sensibilidad a los sedantes-hipnóticos es más común en pacientes con enfermedad cardiovascular,
enfermedad respiratoria o insuficiencia hepática, y en los pacientes de mayor edad. Los sedantes-
hipnóticos pueden exacerbar los problemas respiratorios en pacientes con enfermedad pulmonar crónica
o con apnea del sueño sintomático. Si el descubrimiento de la ingestión se hace temprano y se inicia un
régimen de tratamiento conservador, el resultado raramente es fatal, incluso después de dosis muy altas.
El flumazenil revierte las acciones sedantes de las benzodiacepinas y las de la eszopiclona, el zaleplon y el
zolpidem, aunque la experiencia con el uso de sobredosis en los hipnóticos más recientes es limitada. Sin
embargo, su duración de acción es corta, su antagonismo de la depresión respiratoria es impredecible.
Las reacciones de hipersensibilidad, incluidas las erupciones cutáneas, ocurren en ocasiones con la
mayoría de los medicamentos de esta clase. Los informes de teratogenicidad que conducen a la
deformación fetal después del uso de ciertas benzodiacepinas, han resultado en la asignación por la FDA
de benzodiacepinas individuales a la categoría D o X en términos del riesgo de embarazo. La mayoría de
los barbitúricos están clasificados por la FDA como categoría D del embarazo. La eszopiclona, el
ramelteon, el suvorexant, el zaleplon y el zolpidem son de categoría C, mientras que la buspirona es un
medicamento de categoría B en términos de uso durante el embarazo.
En dependencia de la dosis y la duración del uso, la tolerancia se produce en grados variables con respecto
a muchos de los efectos farmacológicos de los sedantes-hipnóticos. Con el uso prolongado de los
sedantes-hipnóticos, en especial si se aumentan las dosis, puede ocurrir un estado de dependencia
fisiológica.
Interacciones de medicamentos
Las interacciones medicamentosas más comunes son con depresores del sistema nervioso central, lo que
genera efectos aditivos. Estas interacciones tienen cierta utilidad terapéutica, cuando estos
medicamentos se usan como adyuvantes en la práctica de la anestesia. Sin embargo, si no se prevé,
pueden llevar a graves consecuencias. Los efectos aditivos se pueden predecir con el uso concomitante
de bebidas alcohólicas, analgésicos opioides, anticonvulsivos y fenotiazinas. También hay depresión del
SNC con una variedad de antihistamínicos, antihipertensivos y antidepresivos tricíclicos.
Los alcoholes
En la sociedad occidental la cerveza y el vino fueron una parte principal de la dieta
básica en la vida cotidiana hasta el siglo XIX. Estas bebidas alcohólicas relativamente
diluidas se preferían por encima del agua, la cual se conocía —mucho antes del
descubrimiento de los microbios— estaba asociada con enfermedades agudas y
crónicas.Hoy en día, el alcohol es consumido de manera amplia. Al igual que otras drogas
sedantes e hipnóticas, el alcohol en cantidades bajas a moderadas alivia la ansiedad y
fomenta una sensación de bienestar o incluso euforia.
Entre 8-10% de la población general en Estados Unidos tiene un trastorno por consumo
de alcohol. Las personas que consumen alcohol en situaciones peligrosas (p. ej., beben
mientras conducen o combinan alcohol con otros medicamentos) o continúan bebiendo
alcohol a pesar de las consecuencias adversas relacionadas de forma directa con dicho
consumo sufren de abuso del alcohol (véase también capítulo 32). Las personas con
dependencia del alcohol tienen características de abuso del alcohol y adicionalmente
exhiben dependencia física del alcohol (tolerancia al alcohol y signos y síntomas en el
momento de abstinencia). También demuestran incapacidad para controlar su consumo
de alcohol, y dedican mucho tiempo a obtenerlo e ingerirlo, o a recuperarse de sus
efectos.
Además, decenas de miles de niños nacen cada año con defectos morfológicos y
funcionales resultantes de la exposición prenatal al etanol. A pesar de la inversión de
muchos recursos y de abundante investigación básica, el alcoholismo sigue siendo una
enfermedad crónica común que es difícil de tratar. El etanol y muchos otros alcoholes
con efectos tóxicos potenciales se usan como combustibles y en la industria, algunos en
cantidades enormes.
FARMACOLOGÍA BÁSICA DEL ETANOL
Farmacocinética
El etanol es una pequeña molécula soluble en agua, que se absorbe rápido del tracto
gastrointestinal. Después de la ingestión de alcohol en ayunas, las concentraciones
máximas de alcohol en sangre se alcanzan en 30 minutos. La presencia de comida en el
estómago retrasa la absorción al desacelerar el vaciado gástrico. La distribución es
rápida, con niveles en los tejidos que se aproximan a la concentración en sangre. El
volumen de distribución de etanol se aproxima al agua corporal total (0.5-0.7 L/kg).
Después de una dosis oral equivalente de alcohol, las mujeres tienen una concentración
máxima más alta que los hombres, en parte porque las mujeres tienen un contenido de
agua corporal total más bajo, y en parte debido a las diferencias en el metabolismo de
primer paso. En el sistema nervioso central (SNC, central nervous system), la
concentración de etanol aumenta de manera rápida, ya que el cerebro recibe una gran
proporción del flujo sanguíneo total y el etanol cruza con facilidad las membranas
biológicas.
Más de 90% del alcohol consumido se oxida en el hígado; gran parte del resto se
excreta a través de los pulmones y en la orina. . En niveles de etanol por lo general
alcanzados en sangre, la tasa de oxidación sigue una cinética de orden cero; es decir, es
independiente del tiempo y la concentración de la droga. Se han identificado dos vías
principales para el metabolismo de alcohol a acetaldehído (figura 23-1). El acetaldehído
se oxida a acetato por un tercer proceso metabólico.
A. Vía de la alcohol
deshidrogenasa
La vía primaria para el
metabolismo del alcohol
implica la alcohol
deshidrogenasa una familia de
enzimas citosólicas que
catalizan la conversión de
alcohol en acetaldehído. Estas
enzimas se localizan
principalmente en el hígado,
pero pequeñas cantidades se
encuentran en otros órganos
como el cerebro y el
estómago. Parte del metabolismo del etanol por ADH ocurre en el estómago en los
hombres, pero una cantidad menor se produce en las mujeres, que parecen tener niveles
más bajos de la enzima gástrica. Esta diferencia en el metabolismo gástrico del alcohol
en las mujeres tal vez contribuye a las diferencias relacionadas con el sexo en las
concentraciones de alcohol en la sangre indicadas con anterioridad. Durante la
conversión de etanol en acetaldehído por ADH, el ion hidrógeno se transfiere desde el
etanol al cofactor dinucleótido nicotinamida adenina (NAD+ ) para formar NADH. Como
resultado neto, la oxidación del alcohol genera un exceso de equivalentes reductores en
el hígado, principalmente como NADH. El exceso de producción de NADH parece
contribuir a los trastornos metabólicos que acompañan al alcoholismo crónico, y tanto a
la acidosis láctica como a la hipoglucemia que con frecuencia acompañan la intoxicación
alcohólica aguda.
B. Sistema microsomal de oxidación del etanol (MEOS)
Este sistema enzimático, también conocido como sistema de función mixta oxidasa, usa
NADPH como cofactor en el metabolismo del etanol, y consiste principalmente en el
citocromo P450 2E1, 1A2 y 3A4. Durante el consumo crónico de alcohol se induce la
actividad MEOS. Como resultado, el consumo crónico de alcohol produce un aumento
significativo no sólo en el metabolismo del etanol sino también en la eliminación de otros
fármacos eliminados por el citocromo P450 que constituye el sistema MEOS y producen
sustancias toxicas
C. Metabolismo de acetaldehído
Gran parte del acetaldehído formado a partir del alcohol se oxida en el hígado en una
reacción catalizada por la aldehído deshidrogenasa (ALDH, aldehyde dehydrogenase)
mitocondrial dependiente de NAD. El producto de esta reacción es el acetato, que
puede metabolizarse luego en CO2 y agua, o utilizarse para formar acetil-CoA. La
oxidación del acetaldehído es inhibida por el disulfiram, un fármaco que se ha
utilizado para impedir el consumo de alcohol en pacientes con dependencia. Cuando se
consume etanol en presencia de disulfiram, el acetaldehído se acumula y provoca una
reacción desagradable de enrojecimiento facial, náuseas, vómitos, mareos y dolor de
cabeza. Varias otras drogas (p. ej., el metronidazol, el cefotetan, el trimetoprim)
inhiben la ALDH.
Farmacodinámica del consumo agudo de etanol
A. Sistema nervioso central se ve muy afectado por el consumo agudo de alcohol. El
alcohol causa sedación, alivio de la ansiedad y, en concentraciones más altas, dificultad
para hablar, ataxia, problemas de juicio y comportamiento desinhibido, una condición que
por lo general se llama intoxicación o embriaguez. Estos efectos en el SNC son más
marcados a medida que aumenta el nivel de sangre, porque la tolerancia aguda a los
efectos del alcohol se produce algunas unas horas después de beber. Para los bebedores
crónicos que son tolerantes a los efectos del alcohol, se necesitan concentraciones más
altas para provocar dichos efectos en el SNC. La propensión a dosis moderadas de
alcohol tiene profundos efectos para inhibir la atención y las habilidades de
procesamiento de la información, así como las habilidades motoras requeridas para el
manejo de los vehículos de motor. Al igual que otras drogas sedantes e hipnóticas, el
alcohol es un depresor del SNC. En concentraciones sanguíneas altas, induce coma,
depresión respiratoria y muerte.
El etanol afecta un gran número de proteínas de membrana que participan en las vías de
señalización, incluidos los receptores de neurotransmisores para aminas, aminoácidos,
opioides y neuropéptidos; enzimas como Na+ /K+ -ATPasa, adenilil ciclasa, fosfolipasa C
específica fosfoinositida; un transportador de nucleósidos y canales iónicos. La
exposición aguda al etanol potencia la acción de GABA en los receptores GABAA, lo que
es consistente con la capacidad de los miméticos de GABA para intensificar muchos de
los efectos agudos del alcohol y de los antagonistas de GABAA para atenuar algunas de
las acciones del etanol. El etanol inhibe la capacidad del glutamato para abrir el canal de
cationes asociado con el subtipo N-metil-D-aspartato (NMDA, N-methyl-Daspartate) de
los receptores de glutamato. El receptor NMDA está implicado en muchos aspectos de
la función cognitiva, incluidos el aprendizaje y la memoria. Los “apagones” —periodos de
pérdida de memoria que ocurren con altos niveles de alcohol— pueden ser el resultado
de la inhibición de la activación del receptor NMDA.
B. Corazón Se ha observado una depresión significativa de la contractilidad del
miocardio en individuos que consumen cantidades moderadas de alcohol, o sea, a una
concentración en sangre superior a 100 mg/dL.
C. Músculo liso El etanol es un
vasodilatador, con una
probabilidad de resultado tanto de
los efectos sobre el SNC
(depresión del centro vasomotor)
como de la relajación directa del
músculo liso causada por su
metabolito, el acetaldehído. En
casos de sobredosis grave, la
hipotermia causada por
vasodilatación puede estar
marcada en ambientes fríos. La
evidencia preliminar indica que la flibanserina aumenta los efectos hipotensores del
etanol y puede causar hipotensión ortostática grave y síncope. El etanol también relaja
el útero y antes de la introducción de relajantes uterinos más efectivos y seguros (p.
ej., antagonistas del canal de calcio) se usó por vía intravenosa para la supresión del
trabajo de parto prematuro.
Consecuencias del consumo crónico de alcohol
El consumo crónico de alcohol afecta de forma profunda la función de varios órganos
vitales, en particular el hígado y los sistemas nervioso, gastrointestinal, cardiovascular e
inmunológico. Como el etanol tiene baja potencia, requiere concentraciones miles de
veces más altas que otras drogas mal empleadas (p. ej., la cocaína, los opiáceos, las
anfetaminas) para producir sus efectos tóxicos. El daño tisular causado por la ingestión
crónica de alcohol resulta de una combinación de los efectos directos del etanol y el
acetaldehído, y las consecuencias metabólicas del procesamiento de una carga pesada de
una sustancia metabólicamente activa. Los mecanismos específicos implicados en el daño
tisular incluyen el aumento del estrés oxidativo, acompañado por agotamiento del
glutatión, daño a las mitocondrias, desregulación del factor de crecimiento y
potenciación de lesión inducida por citocinas.
El consumo crónico de grandes cantidades de alcohol se asocia con un mayor riesgo de
muerte. Las muertes relacionadas con el consumo de alcohol son causadas por
enfermedad hepática, cáncer, accidentes y suicidio.
A. Hígado y tracto gastrointestinal La enfermedad hepática es la complicación médica
más común derivada del abuso del alcohol; se estima que entre 15-30% de los grandes
bebedores crónicos eventualmente desarrollan enfermedad hepática grave. El hígado
graso alcohólico, una condición reversible, puede progresar a hepatitis alcohólica y
finalmente a cirrosis e insuficiencia hepática. El riesgo de desarrollar enfermedad
hepática está relacionado tanto con la cantidad promedio de consumo diario como con la
duración del abuso del alcohol. Las mujeres parecen ser más susceptibles a la
hepatotoxicidad del alcohol que los hombres. La infección concurrente con el virus de
la hepatitis B o C aumenta el riesgo de enfermedad hepática grave.
La patogénesis de la enfermedad hepática alcohólica es un proceso multifactorial que
implica repercusiones metabólicas de la oxidación del etanol en el hígado, la
desregulación de la oxidación y síntesis de ácidos grasos, y la activación del sistema
inmune innato por una combinación de efectos directos del etanol y sus metabolitos y
por endotoxinas bacterianas que acceden al hígado como resultado de cambios inducidos
por el etanol en el tracto intestinal. El factor de necrosis tumoral α parece desempeñar
un papel fundamental en la progresión de la enfermedad hepática alcohólica y puede ser
un objetivo terapéutico fructífero. Otras porciones del tracto gastrointestinal también
pueden lesionarse. La ingestión crónica de alcohol es, con mucho, la causa más común de
pancreatitis crónica en el mundo occidental. Además de su efecto tóxico directo sobre
las células acinares pancreáticas, el alcohol altera la permeabilidad epitelial pancreática
y promueve la formación de tapones de proteínas y cálculos que contienen carbonato de
calcio. Las personas con alcoholismo crónico son propensas a la gastritis y tienen una
mayor susceptibilidad a la pérdida de proteínas en sangre y plasma durante el consumo,
lo que puede contribuir a la anemia y la malnutrición proteica. El alcohol también lesiona
el intestino delgado, lo que provoca diarrea, pérdida de peso y múltiples deficiencias
vitamínicas.
B. Sistema nervioso
1. Tolerancia y dependencia: El consumo de alcohol en altas dosis durante un periodo
prolongado trae como resultado tolerancia, y dependencia física y psicológica. La
tolerancia a los efectos tóxicos del alcohol es un proceso complejo que involucra
cambios poco entendidos en el sistema nervioso, así como los cambios farmacocinéticos
descritos con anterioridad. Al igual que con otros fármacos sedantes-hipnóticos, existe
un límite para la tolerancia, por lo que sólo se produce un aumento relativamente
pequeño de la dosis letal con el aumento del consumo de alcohol. Los síntomas de la
abstinencia del alcohol por lo general consisten en hiperexcitabilidad en casos leves, y
convulsiones, psicosis tóxica y delirium tremens en casos graves. La dosis, la frecuencia
y la duración del consumo de alcohol determinan la intensidad del síndrome de
abstinencia.
La exposición crónica de animales o células cultivadas al alcohol provoca una multitud de
respuestas adaptativas que implica neurotransmisores y sus receptores, canales iónicos
y enzimas que participan en las vías de transducción de señales. La regulación
ascendente del subtipo NMDA de los receptores de glutamato y de los canales de Ca2+
dependientes de voltaje puede ser la base de las convulsiones que acompañan al
síndrome de abstinencia de alcohol. Se cree que la neurotransmisión GABA desempeña
un papel importante en la tolerancia y la abstinencia porque 1) los fármacos hipnóticos
sedantes que mejoran la neurotransmisión GABAérgica pueden sustituir al alcohol
durante la abstinencia alcohólica, y 2) hay evidencia de una regulación negativa de las
respuestas mediadas por GABAA ante exposición crónica al alcohol. Al igual que otras
drogas de abuso, el etanol modula la actividad neuronal de la dopamina en el circuito
mesolímbica de recompensa en el cerebro y aumenta la liberación de dopamina en el
núcleo accumbens. El alcohol afecta las concentraciones locales de serotonina, opioides
y dopamina-neurotransmisores, involucrados en el sistema de recompensa del cerebro.
El descubrimiento de que la naltrexona, un antagonista del receptor opioide no
selectivo, ayuda a los pacientes que se recuperan del alcoholismo a abstenerse de beber,
respalda la idea de que un sistema de recompensa neuroquímico común es compartido
por fármacos muy diferentes asociados con la dependencia física y psicológica.
2. Neurotoxicidad: El consumo de grandes cantidades de alcohol durante periodos
prolongados (por lo general años) a menudo conduce a déficits neurológicos. La
anormalidad neurológica más común en el alcoholismo crónico es la lesión simétrica
generalizada del nervio periférico, que comienza con parestesias distales de las manos y
los pies. Los cambios degenerativos también pueden provocar alteraciones en la
locomoción y ataxia. Otras alteraciones neurológicas asociadas con el alcoholismo
incluyen la demencia y, de forma rara, la enfermedad desmielinizante.
El síndrome de Wernicke-Korsakoff es una entidad relativamente poco común pero
importante, que se caracteriza por la parálisis de los músculos externos del ojo, ataxia y
un estado confuso que puede progresar a coma y muerte. Se asocia con la deficiencia
de la tiamina, pero rara vez se ve en ausencia de alcoholismo. Con frecuencia, los
signos oculares, la ataxia y la confusión mejoran de inmediato con la administración de la
tiamina. Sin embargo, la mayoría de los pacientes se quedan con un trastorno crónico e
incapacitante de la memoria conocido como psicosis de Korsakoff. El alcohol también
puede afectar la agudeza visual, con un desenfoque indoloro que ocurre durante varias
semanas de consumo excesivo de alcohol. Los cambios suelen ser bilaterales y
simétricos, y pueden ser seguidos por la degeneración del nervio óptico.
C. Sistema cardiovascular
1. Cardiomiopatía e insuficiencia cardiaca: El alcohol ejerce efectos complejos sobre
el sistema cardiovascular. El consumo excesivo de alcohol de larga duración se asocia
con una miocardiopatía dilatada con hipertrofia ventricular y fibrosis. Existe evidencia
de que los pacientes con miocardiopatía dilatada inducida por el alcohol sufren de
manera significativa más que los pacientes con miocardiopatía dilatada idiopática, a
pesar de que el cese del consumo de alcohol se asocia con una reducción del tamaño
cardiaco y una mejor función.
2. Arritmias: El consumo frecuente de alcohol —y en especial el consumo excesivo— se
asocian con arritmias tanto auriculares como ventriculares. Los pacientes que sufren el
síndrome de abstinencia alcohólica pueden desarrollar arritmias graves capaces de
reflejar anomalías del metabolismo de potasio o magnesio, así como una mayor liberación
de catecolaminas. Las convulsiones, el síncope y la muerte súbita durante la abstinencia
de alcohol pueden deberse a estas arritmias.
3. Hipertensión: Se estima que el alcohol es responsable de un aproximado de 5% de
los casos de hipertensión, independientemente de la obesidad, del consumo de sal, café
y del tabaquismo. Una reducción en el consumo de alcohol parece ser efectiva para
disminuir la presión arterial en personas hipertensas que también beben mucho; la
hipertensión observada en esta población responde a los medicamentos estándar para la
presión arterial.
4. Enfermedad coronaria: el consumo moderado de alcohol en realidad previene la
enfermedad coronaria (CDH, coronary heart disease), el accidente cerebrovascular
isquémico y la enfermedad de la arteria periférica. Los resultados de estos estudios
clínicos están respaldados por la capacidad del etanol para elevar los niveles séricos de
colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL, high-density lipoprotein) (la forma de
colesterol que parece proteger contra la aterosclerosis, véase capítulo 35), por su
capacidad de inhibir algunos de los procesos inflamatorios que subyacen a la
aterosclerosis, al tiempo que también aumentan la producción del anticoagulante
endógeno, activador del plasminógeno tisular (t-PA, tissue plasminogen activator, véase
capítulo 34), además de la presencia en bebidas alcohólicas (en especial en el vino tinto)
de antioxidantes y otras sustancias que pueden proteger contra la aterosclerosis.
D. Sangre El alcohol afecta de forma indirecta la hematopoyesis a través de efectos
metabólicos y nutricionales, y también puede inhibir directamente la proliferación de
todos los elementos celulares en la médula ósea. El trastorno hematológico más común
que se observa en los bebedores crónicos es la anemia leve resultante de la deficiencia
de ácido fólico relacionada con el alcohol.
E. Sistema endocrino y equilibrio electrolítico Los informes clínicos de ginecomastia y
atrofia testicular en alcohólicos con o sin cirrosis sugieren una alteración en el balance
hormonal esteroideo. Los trastornos metabólicos causados por el metabolismo de
grandes cantidades de etanol pueden provocar hipoglucemia, como resultado de
alteración de la gluconeogénesis hepática, y cetosis, causada por factores lipolíticos
excesivos, en especial el cortisol aumentado y la hormona de crecimiento.
F. Síndrome de alcoholismo fetal El consumo crónico de alcohol por parte de la madre
durante el embarazo se asocia con efectos teratogénicos, y es la principal causa de
retraso mental y malformación congénita. Las anomalías que se han caracterizado
como síndrome de alcoholismo fetal incluyen 1) retraso del crecimiento intrauterino,
2) microcefalia, 3) mala coordinación, 4) subdesarrollo de la región medio-facial
(apariencia de cara aplanada) y 5) anomalías menores en las articulaciones Los casos más
graves pueden incluir defectos cardiacos congénitos y retraso mental.
Aunque el nivel requerido de ingesta de alcohol para causar déficits neurológicos graves
parece bastante alto, el umbral para déficits neurológicos más sutiles es incierto. El
etanol cruza de manera rápida la placenta y alcanza concentraciones en el feto que son
similares a las de la sangre materna. El hígado fetal tiene poca o ninguna actividad de
alcohol deshidrogenasa, por lo que el feto depende de las enzimas maternales y
placentarias para la eliminación del alcohol.
G. Sistema inmune Los efectos del alcohol sobre el sistema inmune son complejos; la
función inmune en algunos tejidos se inhibe (p. ej., en el pulmón), mientras que la función
inmune patológica e hiperactiva en otros tejidos se desencadena (p. ej., en el hígado, en
el páncreas). Además, la exposición aguda y crónica al alcohol tiene efectos muy
diferentes sobre la función inmune.
H. Mayor riesgo de cáncer El consumo crónico de alcohol aumenta el riesgo de cáncer
de boca, faringe, laringe, esófago e hígado. La evidencia también apunta a un pequeño
aumento en el riesgo de cáncer de mama en las mujeres. No se ha determinado un nivel
umbral para el consumo de alcohol en relación con el cáncer.
Interacciones entre el alcohol y los medicamentos
Las interacciones entre el etanol y otros fármacos pueden tener efectos clínicos
importantes como resultado de alteraciones en la farmacocinética o farmacodinámica
del segundo medicamento. Por tanto, la ingesta prolongada de alcohol sin dañar el hígado
puede mejorar la biotransformación metabólica de otros medicamentos. La inducción
mediada por etanol de las enzimas hepáticas del citocromo P450 es en particular
importante con respecto al acetaminofén. El consumo crónico de tres o más bebidas
diarias aumenta el riesgo de toxicidad hepática debido a niveles tóxicos, o incluso altos,
de acetaminofeno como resultado de una mayor conversión de acetaminofeno mediada
por P450 a metabolitos hepatotóxicos reactivos.
Por el contrario, el consumo agudo de alcohol puede inhibir el metabolismo de otros
fármacos debido a la disminución de la actividad enzimática o la disminución del flujo
sanguíneo hepático. Las fenotiazinas, los antidepresivos tricíclicos y los sedantes
hipnóticos son los medicamentos más importantes que interactúan con el alcohol a
través de este mecanismo farmacocinético.
Las interacciones farmacodinámicas también son de gran importancia clínica. La
depresión aditiva del SNC que se produce cuando el alcohol se combina con otros
depresores del SNC, en particular los sedantes-hipnóticos, es la más importante. El
alcohol también potencia los efectos farmacológicos de muchos fármacos no sedantes,
incluidos los vasodilatadores y los hipoglucemiantes orales.
◼ FARMACOLOGÍA CLÍNICA DEL ETANOL
El alcohol es la causa más prevenible de morbilidad y mortalidad que todas las otras
drogas combinadas a excepción del tabaco. El tipo de personalidad, las tensiones graves
de la vida, los trastornos psiquiátricos y los modelos de conducta de los padres no son
predictores confiables para el abuso del alcohol. Aunque los factores ambientales
claramente desempeñan un papel, la evidencia sugiere que hay una gran contribución
genética al desarrollo del alcoholismo.
. No es de extrañar que los polimorfismos en la alcohol deshidrogenasa y la aldehído
deshidrogenasa que conducen a una mayor acumulación de aldehído y al rubor facial
asociado, a náuseas y a hipotensión, parecen proteger contra el alcoholismo. Los
polimorfismos asociados con una insensibilidad relativa al alcohol y, presumiblemente, un
mayor riesgo de abuso del alcohol, se han identificado en genes que codifican una
subunidad α del receptor GABAA, un receptor muscarínico M2, un transportador de la
serotonina, la adenilil ciclasa, y un canal de potasio.
MANEJO DE LA INTOXICACIÓN AGUDA CON ALCOHOL
Las personas no tolerantes que consumen alcohol en grandes cantidades desarrollan los
efectos típicos de una sobredosis aguda sedante-hipnótica, junto con los efectos
cardiovasculares descritos previamente (vasodilatación, taquicardia) y la irritación
gastrointestinal.
Los objetivos más importantes en el tratamiento de la intoxicación alcohólica aguda son
prevenir la depresión respiratoria grave y la aspiración de vómitos. La concentración
promedio de alcohol en sangre en casos fatales es superior a 400 mg/dL; sin embargo, la
dosis letal de alcohol varía debido a los diversos grados de tolerancia. Los desequilibrios
electrolíticos a menudo necesitan ser corregidos, y las alteraciones metabólicas pueden
requerir el tratamiento de la hipoglucemia y la cetoacidosis mediante la administración
de glucosa. La tiamina se administra para proteger contra el síndrome de
Wernicke-Korsakoff. Los pacientes que están deshidratados y que vomitan también
deben recibir soluciones electrolíticas. Si el vómito es severo, se pueden requerir
grandes cantidades de potasio siempre que la función renal sea normal.
MANEJO DEL SÍNDROME DE ABSTINENCIA DEL ALCOHOL
La interrupción abrupta del consumo de alcohol en un individuo con dependencia conduce
a un síndrome característico de agitación motora, ansiedad, insomnio y reducción del
umbral convulsivo. La gravedad del síndrome suele ser proporcional al grado y duración
del abuso de alcohol. En su forma más leve, el síndrome de abstinencia alcohólica
produce aumento del pulso y la presión arterial, temblor, ansiedad e insomnio apenas 6-8
horas después de que se interrumpe el consumo de alcohol. Estos efectos por lo general
disminuyen en 1-2 días, aunque algunos, como la ansiedad y los trastornos del sueño, se
pueden ver a niveles decrecientes durante varios meses. En algunos pacientes se
producen reacciones agudas más graves, con crisis de abstinencia o alucinaciones
alcohólicas durante los primeros 1-5 días.
La abstinencia de alcohol es una de las causas más comunes de convulsiones en adultos.
Varios días después, los individuos pueden desarrollar el síndrome de delirium tremens,
que se caracteriza por delirio, agitación, inestabilidad del sistema nervioso autónomo,
fiebre baja y diaforesis. El principal objetivo de la terapia farmacológica en el periodo
de abstinencia del alcohol es la prevención de las convulsiones, el delirio y las arritmias.
El tratamiento farmacológico específico para la desintoxicación en casos más graves
implica dos principios básicos: sustituir el alcohol por un sedante hipnótico de acción
prolongada, y luego reducir de manera gradual (“disminuir”) la dosis del fármaco de
acción prolongada. Debido a su amplio margen de seguridad, se prefieren las
benzodiacepinas. Las benzodiacepinas de acción prolongada, que incluyen el
clordiazepóxido y el diazepam, tienen la ventaja de requerir una dosificación menos
frecuente. Las drogas de acción más corta, como el lorazepam y el oxazepam, se
convierten muy rápido en metabolitos inactivos solubles en agua que no se acumulan, y
por esta razón los fármacos de acción corta son especialmente útiles en pacientes
alcohólicos con enfermedad hepática. Después de que el síndrome de abstinencia del
alcohol ha sido tratado de forma aguda, los medicamentos hipnóticos sedantes deben
reducirse lentamente durante varias semanas. La desintoxicación completa no se logra
con sólo unos días de abstinencia de alcohol. Se pueden necesitar varios meses para
restaurar la función normal del sistema nervioso, en especial el sueño.
TRATAMIENTO DEL ALCOHOLISMO
Tres fármacos —el disulfiram, la naltrexona y el acamprosato— cuentan con la
aprobación de la FDA para el tratamiento coadyuvante contra la dependencia del
alcohol.
Naltrexona La naltrexona, un antagonista opioide de acción relativamente prolongada,
bloquea los receptores μ-opioides. Solo y en combinación con asesoramiento conductual,
la naltrexona ha demostrado en varios ensayos a corto plazo (de 12 a 16 semanas)
controlados con placebo, reducir la tasa de recaídas a la dependencia al alcohol o a
beber, y reducir el ansia por el alcohol, en especial en pacientes con altas tasas de
adherencia a la naltrexona. Este fármaco está aprobado por la FDA para el tratamiento
de la dependencia del alcohol. La naltrexona por lo general se toma una vez al día, en una
dosis oral de 50 mg, para el tratamiento del alcoholismo. Una formulación de liberación
prolongada administrada como inyección intramuscular una vez cada 4 semanas también
es efectiva. El fármaco puede causar toxicidad hepática dependiendo de la dosis, y debe
usarse con precaución en pacientes con evidencia de anormalidades en la actividad de la
aminotransferasa sérica. La combinación de la naltrexona y disulfiram debe evitarse, ya
que ambas drogas son hepatotoxinas potenciales.
Acamprosato El acamprosato se ha utilizado en Europa durante varios años para tratar
la dependencia del alcohol y está aprobado para este uso por la FDA. Al igual que el
etanol, el acamprosato tiene muchos efectos moleculares, incluidas las acciones sobre
receptores GABA, el glutamato, los serotoninérgicos, los noradrenérgicos y los
dopaminérgicos. Tal vez sus acciones mejor caracterizadas sean como un antagonista
débil del receptor NMDA y un activador del receptor GABAA. En ensayos clínicos
europeos, el acamprosato redujo las tasas de recaída a corto y largo plazos (más de 6
meses) cuando se combinó con psicoterapia. se elimina por vía renal. No parece
participar en las interacciones medicamentosas. Los efectos adversos más comunes son
gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea) y erupción cutánea. No debe usarse en
pacientes con insuficiencia renal grave.
Disulfiram El disulfiram actúa inhibiendo la aldehído deshidrogenasa. El alcohol se
metaboliza como de costumbre, pero el acetaldehído se acumula. Por tanto, el disulfiram
causa incomodidad extrema en pacientes que ingieren bebidas alcohólicas. El disulfiram
solo tiene poco efecto; sin embargo, si algunos minutos después de que una persona
tome disulfiram bebe también alcohol, se produce enrojecimiento, dolor de cabeza
punzante, náuseas, vómitos, sudoración, hipotensión y confusión. Los efectos pueden
durar 30 minutos en casos leves o varias horas en casos severos. Debido a que la
adherencia al tratamiento con disulfiram es baja, y debido a que la evidencia de los
ensayos clínicos para su efectividad es débil, este fármaco ya no se usa comúnmente.
Otros medicamentos Varios otros fármacos han demostrado eficacia para mantener la
abstinencia y reducir las ansias en el alcoholismo crónico, aunque ninguno cuenta todavía
con la aprobación de la FDA para este uso. Dichos medicamentos incluyen agentes
anticonvulsivos (el topiramato, la gabapentina y el valproato); y el baclofeno, un
antagonista del receptor GABA utilizado como espasmolítico. Los estudios sobre la
vareniclina indican que este fármaco agonista nicotínico puede reducir el consumo
excesivo de alcohol en ratones. Con base en la evidencia de los sistemas modelo, se
están realizando esfuerzos para explorar agentes que modulen los receptores CB1 de
cannabinoides, los receptores de factores liberadores de la corticotropina, y los
sistemas receptores de GABA, así como otros posibles blancos.
FARMACOLOGÍA DE OTROS ALCOHOLES
Otros alcoholes relacionados con el etanol tienen amplias aplicaciones como disolventes
industriales y en ocasiones causan envenenamiento grave. De estos, el metanol y el
etilenglicol son dos delas causas más comunes de intoxicación. El alcohol isopropílico (el
isopropanol, el alcohol de fricción) es otro alcohol que a veces se ingiere cuando no hay
etanol disponible. Produce coma e irritación gastrointestinal, náuseas y vómitos, pero
por lo general no se asocia con lesión retiniana o renal.
METANOL El metanol (el alcohol metílico, el alcohol de madera) se usa ampliamente en
la producción industrial de compuestos orgánicos sintéticos y como componente de
muchos solventes comerciales. En el hogar, el metanol se encuentra con mayor
frecuencia en forma de “combustible enlatado” o en productos para el lavado de
parabrisas. Los envenenamientos ocurren por ingestión accidental de productos que
contienen metanol, o cuando se ingiere erróneamente como un sustituto del etanol. El
metanol puede ser absorbido a través de la piel o del tracto respiratorio o
gastrointestinal, y luego se distribuye en el agua del cuerpo. El principal mecanismo de
eliminación de metanol en humanos es por oxidación a formaldehído, ácido fórmico y
CO2. Dado que la conversión de metanol a sus metabolitos tóxicos es relativamente
lenta, a menudo hay un retraso de 6-30 horas antes de la aparición de una toxicidad
grave.
Los hallazgos físicos en el envenenamiento
temprano por metanol son por lo general
inespecíficos, como embriaguez y
gastritis, y posiblemente una brecha
osmolar elevada. En casos graves, el olor
del formaldehído puede estar presente en
la respiración o en la orina.
Después de un retraso, el síntoma más
característico en el envenenamiento por
metanol —la alteración visual— ocurre
junto con la acidosis metabólica con anión
gap elevado. La alteración visual
frecuentemente se describe semejante a “como estar en una tormenta de nieve”, y
puede progresar a ceguera. El desarrollo de bradicardia, coma prolongado, convulsiones
y acidosis resistente, implica un mal pronóstico. La causa de muerte en casos fatales es
el cese repentino de la respiración.
El primer tratamiento para la intoxicación por metanol, como en todas las situaciones
críticas de envenenamiento, es el apoyo a la respiración. La enzima principalmente
responsable de la oxidación del metanol en el hígado es la alcohol deshidrogenasa (figura
23-3). El fomepizol, un inhibidor de la alcohol deshidrogenasa, está aprobado para el
tratamiento del envenenamiento por metanol y etilenglicol.
ETILENGLICOL Los alcoholes polihídricos, como etilenglicol (CH2OHCH2OH), se usan
como intercambiadores de calor, en formulaciones anticongelantes y como disolventes
industriales. Los niños pequeños y los animales a veces se sienten atraídos por el sabor
dulce del etilenglicol y, en raras ocasiones, se ingiere intencionalmente como un sus
tituto del etanol o en intentos de suicidio. Aunque el etilenglicol en sí mismo es
relativamente inocuo y es eliminado por el riñón, se metaboliza a aldehídos y oxalato
tóxicos. Se producen tres etapas en la sobredosis de etilenglicol. Dentro de las
primeras horas después de la ingestión hay una excitación transitoria seguida de
depresión del SNC. Después de un retraso de 4 a 12 horas, se desarrolla una acidosis
metabólica severa a partir de la acumulación de metabolitos ácidos y lactato.
Finalmente, se produce la deposición de cristales de oxalato en los túbulos renales,
seguido de insuficiencia renal tardía. La clave para el diagnóstico del envenenamiento
por etilenglicol es el reconocimiento de la acidosis metabólica con anión gap elevado,
osmolar gap, y los cristales de oxalato en la orina de pacientes sin síntomas visuales. Al
igual que con el envenenamiento por el metanol, el fomepizol temprano es el tratamiento
estándar para el envenenamiento con el etilenglicol.
Angel Mercado – Julia Gómez – Luz Luna
Los anestésicos inhalados que son relativamente insolubles en la sangre (es decir, que poseen bajos
coeficientes de partición sangre:gas) y el cerebro, se eliminan a velocidades más rápidas que los anestésicos
más solubles.
La depuración de óxido nitroso, desflurano y sevoflurano ocurre a una velocidad rápida, lo cual da por
resultado un restablecimiento más rápido de sus efectos anestésicos en comparación con el halotano y
el isoflurano. El halotano, a diferencia del óxido nitroso y del desflurano, tiene una solubilidad del doble
en el tejido cerebral y del quíntuplo en la sangre; por tanto, su eliminación es más lenta y el
restablecimiento tras la anestesia con halotano e isoflurano es naturalmente menos rápido.
La acumulación de anestésicos en músculo, piel y tejido adiposo aumenta con la exposición prolongada
(sobre todo en pacientes obesos), y la presión sanguínea disminuye con lentitud durante el restablecimiento,
ya que el anestésico se elimina lentamente de estos tejidos.
Ventilación: Dos variables que puede controlar el anestesiólogo son útiles para determinar la rapidez
de la inducción y el restablecimiento tras la anestesia inhalada:
1. La concentración del anestésico en el gas inspirado.
2. La ventilación alveolar.
Debido a que la concentración del anestésico en el gas inspirado no se puede reducir por debajo de cero,
la hiperventilación es la única manera de acelerar el restablecimiento.
Metabolismo: Los anestésicos inhalados modernos son eliminados principalmente por ventilación y son
mínimamente metabolizados. El metabolismo hepático también contribuye a la eliminación y al
restablecimiento posanestésico con algunos de los anestésicos volátiles más antiguos.
El halotano se elimina con mayor rapidez (30% más metabolizado) durante el restablecimiento que el
enflurano, lo cual no se prevería si se toma en cuenta su solubilidad respectiva en los tejidos.
En lo que respecta al grado de metabolismo hepático, el orden jerárquico de los anestésicos inhalados
es halotano > enflurano > sevoflurano > isoflurano > desflurano > óxido nitroso. Este último no se
metaboliza por los tejidos humanos. Sin embargo, las bacterias en el tubo digestivo pueden degradar la
molécula de óxido nitroso.
EFECTOS DE ANESTESICOS INHALADOS EN ORGANOS Y SISTEMAD
Efectos cerebrales
Los anestésicos inhalados (como los anestésicos intravenosos, descritos más adelante) disminuyen la
actividad metabólica del cerebro. La disminución de la tasa metabólica del cerebro (CMR, cerebral
metabolic rate) por lo general reduce el flujo sanguíneo dentro de este órgano.
Sin embargo, los anestésicos volátiles también producen vasodilatación cerebral, que puede
incrementar el flujo sanguíneo cerebral. El efecto neto sobre el flujo sanguíneo cerebral (incremento,
disminución o ningún cambio) depende de la concentración del anestésico que se administre.
A una MAC de 0.5, la reducción de la CMR es mayor que la vasodilatación causada por el anestésico, de
manera que disminuye el flujo sanguíneo cerebral. Por el contrario, a una MAC de 1.5, la vasodilatación
producida por el anestésico es mayor que la reducción de la tasa metabólica del cerebro, de manera que
aumenta el flujo sanguíneo cerebral.
En valores intermedios a una MAC de 1.0, los efectos se equilibran y no se modifica el flujo sanguíneo
cerebral. Un aumento de este último es clínicamente in - conveniente en los pacientes que tienen
hipertensión intracraneal a causa de un tumor cerebral, una hemorragia intracraneal o una lesión
craneal. Por tanto, no es conveniente la administración de altas concentraciones de anestésicos
volátiles en pacientes con hipertensión intracraneal.
Se puede utilizar la hiperventilación para atenuar esta respuesta; la disminución de la Paco2 (la
presión parcial de dióxido de carbono en sangre arterial) a través de la hiperventilación produce
vasoconstricción cerebral.
El óxido nitroso puede aumentar el flujo sanguíneo cerebral y causar incremento de la presión
intracraneal. Este efecto con mayor probabilidad es causado por la activación del sistema nervioso
simpático.
Por tanto, el óxido nitroso puede combinarse con otros compuestos (anestésicos intravenosos) o técnicas
(hiperventilación) que reducen el flujo sanguíneo cerebral en pacientes con aumento de la presión
intracraneal. Los anestésicos inhalados potentes producen un patrón básico del cambio en la
actividad eléctrica cerebral según se registra en la electroencefalografía normal (EEG).
Se clasifican los efectos anestésicos producidos sobre el cerebro en cuatro etapas o niveles de profundidad
creciente de depresión del SNC (signos de Guedel, derivados de la observación de los efectos del dietiléter
inhalado):
• Etapa I —analgesia: el paciente al principio experimenta analgesia sin amnesia. Más adelante en
la etapa I, se produce tanto analgesia como amnesia.
• Etapa II —excitación: durante esta etapa, el paciente tiene aspecto delirante, puede vocalizar pero
presenta amnesia completa. La respiración es rápida y aumentan la frecuencia cardiaca y la presión
arterial. La duración e intensidad de esta etapa de anestesia leve se abrevian mediante el incremento
rápido de la concentración del fármaco.
• Etapa III —anestesia quirúrgica: esta etapa inicia con la ralentización de la respiración y la
frecuencia cardiaca y se extiende hasta el cese completo de la respiración espontánea (apnea). Se
describen cuatro planos de la etapa III basados en los cambios de los movimientos oculares, los
reflejos oculares y el tamaño de la pupila, lo que indica una profundidad creciente de la anestesia.
• Etapa IV —depresión medular: esta etapa profunda de la anestesia representa una depresión
grave del SNC, lo que comprende el centro vasomotor del bulbo raquídeo y el centro respiratorio
en el tallo cerebral. Sin el apoyo circulatorio y respiratorio, rápidamente sobrevendría la muerte.
Efectos cardiovasculares
El óxido nitroso también deprime la función del miocardio de una manera dependiente de la concentración.
Esta depresión puede compensarse en grado significativo por una activación concomitante del sistema
nervioso simpático que da por resultado la conservación del gasto cardiaco. Por tanto, la administración
de óxido nitroso junto con los anestésicos volátiles más potentes puede disminuir los efectos de depresión
de la circulación por las acciones de ahorro de anestésico y de activación simpática.
Como todos los anestésicos inhalados producen disminución de la presión arterial que depende de la dosis,
los reflejos del sistema nervioso autónomo pueden desencadenar taquicardia. Sin embargo, el halotano,
enflurano y sevoflurano tienen escaso efecto sobre la frecuencia cardiaca, tal vez porque atenúan los
impulsos del barorreceptor hacia el sistema nervioso autónomo. El desflurano e isoflurano aumentan en
grado importante la frecuencia cardiaca porque producen menos depresión del reflejo barorreceptor.
Los anestésicos inhalados tienden a reducir el consumo de oxígeno por el miocardio, lo que se refleja en
depresión de la contractilidad cardiaca normal y una disminución de la presión arterial. Además, los
anestésicos producen vasodilatación coronaria.
Las arritmias ventriculares se presentan cuando los pacientes anestesiados con halotano reciben fármacos
simpaticomiméticos o tienen altas concentraciones circulantes de catecolaminas endógenas (p. ej.,
individuos ansiosos, administración de anestésicos locales que contienen adrenalina, anestesia o analgesia
transoperatorias inadecuadas o pacientes con feocromocitoma).
Efectos respiratorios
Todos los anestésicos volátiles poseen grados variables de propiedades broncodilatadoras, un efecto de
utilidad en pacientes con sibilancias activas y estado asmático. Sin embargo, la irritación de las vías
respiratorias, que puede desencadenar accesos de tos y apnea, es provocada por la irritación de algunos
anestésicos volátiles.
Estas reacciones raras veces ocurren con el halotano y el sevoflurano, los cuales se consideran no irritantes.
Por tanto, dada la acción broncodilatadora del halotano y el sevoflurano, éstos constituyen los anestésicos
preferidos en pacientes con problemas respiratorios subyacentes.
El óxido nitroso también es un compuesto no irritante y facilita la inducción de la anestesia por inhalación
en el paciente con broncoespasmo.
El control de la respiración se afecta en grado importante por los anestésicos inhalados. Con excepción
del óxido nitroso, todos los anestésicos inhalados que se utilizan en la actualidad producen
disminución dependiente de la dosis en el volumen corriente y aumento de la frecuencia respiratoria
(patrón de respiración artificial rápida). Además, todos los anestésicos volátiles producen depresión
respiratoria, según se define por una reducción de la respuesta ventilatoria a las concentraciones crecientes
de dióxido de carbono en la sangre.
Los anestésicos volátiles también incrementan el umbral apneico (concentración de Paco2 por
debajo de la cual ocurre apnea a causa de la falta de estímulo respiratorio por el CO2) y disminución
de la respuesta ventilatoria a la hipoxia. En la práctica, los efectos de depresión respiratoria de los
anestésicos son superados mediante la ventilación mecánica asistida (controladora).
Los anestésicos inhalados también deprimen la función mucociliar en las vías respiratorias. Durante la
exposición prolongada a los anestésicos inhalados, el tratamiento y el taponamiento por moco dan por
resultado atelectasias y la aparición de complicaciones respiratorias posoperatorias, como hipoxemia e
infecciones respiratorias.
Efectos renales
Los anestésicos inhalados tienden a disminuir la tasa de filtración glomerular (GFR, glomerular filtration
rate) y el flujo urinario. El flujo sanguíneo renal también disminuye con algunos anestésicos pero aumenta
la fracción de filtración, lo que significa que el control autoregulador del tono de la arteriola eferente
ayuda a compensar y limita la reducción de la GFR.
En general, estos efectos anestésicos son leves en comparación con la lesión inherente al procedimiento
quirúrgico y, por lo general, son reversibles después de suspender el anestésico.
Efectos hepáticos
Los anestésicos volátiles producen disminución del flujo sanguíneo en la vena porta que es dependiente
de la concentración y es paralela a la disminución del gasto cardiaco causada por estos compuestos. in
embargo, el flujo sanguíneo hepático total puede conservarse relativamente a medida que el flujo
sanguíneo de la arteria hepática al hígado aumenta o permanece igual. Aunque los cambios transitorios de
las pruebas de función hepática pueden ocurrir tras la administración de anestésicos volátiles, el
incremento persistente de las enzimas hepáticas es poco común, excepto tras la exposición repetida al
halotano.
El óxido nitroso al parecer tiene escaso efecto sobre la musculatura uterina. Sin embargo, los anestésicos
halogenados son potentes relajantes del músculo uterino y producen este efecto en una forma dependiente
de la concentración. Dicho efecto farmacológico es útil cuando es necesaria la relajación uterina intensa
para la manipulación fetal intrauterina o la extracción manual de una placenta retenida durante el parto.
Sin embargo, puede dar por resultado aumento de la hemorragia uterina.
Toxicidad aguda
1. Nefrotoxicidad.
El metabolismo del enflurano y el sevoflurano puede generar compuestos que son potencialmente
nefrotóxicos. Aunque su metabolismo puede liberar iones de fluoruro nefrotóxicos, se ha reportado
lesión renal importante sólo para el enflurano con la exposición prolongada. La insolubilidad y la
eliminación rápida del sevoflurano pueden evitar la toxicidad. No obstante, no se han informado casos
de lesión renal en seres humanos que reciben anestesia con sevoflurano. Por lo demás, la exposición
al sevoflurano no produce ningún cambio en los indicadores habituales de la función renal.
Toxicidad crónica
La acción anestésica tiene tres componentes principales: inmovilidad, amnesia y pérdida del estado de
alerta.
Inmovilidad: La inmovilidad es el criterio de valoración del anestésico más fácil de medir. . Edmond
Eger et al., introdujeron el concepto de concentración alveolar mínima (MAC) para cuantificar la potencia
de un anestésico por inhalación. Definieron 1.0 MAC como la presión parcial de un anestésico por
inhalación en los alvéolos de los pulmones a la cual 50% de una población de pacientes no relajados se
mantenía inmóvil al efectuarles una incisión en la piel. La inmovilidad por el anestésico es mediada
principalmente por inhibición neural en la médula espinal.
Anestésicos intravenosos
Los anestésicos intravenosos no opioides tienen una participación importante en el ejercicio de la anestesia
moderna. Se utilizan ampliamente para facilitar la inducción rápida de la anestesia y han
remplazado a la inhalación como el método preferido de inducción de la anestesia en casi todos los
contextos, excepto para la anestesia pediátrica. Suelen utilizarse para proporcionar sedación durante la
asistencia anestésica con vigilancia y en pacientes internados en unidades de cuidados intensivos (ICU).
Con el advenimiento del propofol, la anestesia intravenosa también se convirtió en una opción para el
mantenimiento de la anestesia.
Sin embargo, de un modo similar a los anestésicos inhalados, los anestésicos intravenosos actualmente
disponibles no son los anestésicos ideales en el sentido de que produzcan todos y sólo los cinco efectos
convenientes (inconsciencia, amnesia, analgesia, inhibición de los reflejos autonómicos y relajación
del músculo liso).
Así, por lo general se utiliza la anestesia equilibrada mediante múltiples fármacos (anestésicos inhalados,
sedantes-hipnóticos, opioides, bloqueadores neuromusculares) para disminuir los efectos adverso.
Los anestésicos intravenosos que se utilizan para la inducción de la anestesia general son lipófilos y se
distribuyen de manera preferente en tejidos lipofílicos con un considerable flujo sanguíneo (cerebro,
médula espinal), lo cual contribuye a su rápido inicio de acción. Todos los fármacos que se utilicen para
la inducción de la anestesia tienen una duración de acción similar cuando se administran en una sola dosis
de carga pese a diferencias importantes en su metabolismo.
PROPOFOL
El propofol es el fármaco que se administra con más frecuencia para la inducción de la anestesia y
ha remplazado en gran parte a los barbitúricos para esta indicación.
El propofol también se utiliza durante el mantenimiento de la anestesia y es una opción frecuente para la
sedación en situaciones de atención anestésica vigilada; se utiliza cada vez más para la sedación en la ICU,
para la sedación sin pérdida de la conciencia y para la anestesia general de duración breve en lugares
diferentes al quirófano (p. ej., salas de radiología intervencionista, servicios de urgencias; véase antes el
recuadro Sedación y atención anestésica vigilada).
Al igual que con otros anestésicos intravenosos, el despertar La mayor parte de los estudios
después de una dosis de inducción de propofol por lo general ocurre respaldan un efecto
en los primeros 8 a 10 min. La cinética del propofol (y otros anticonvulsivo del propofol y el
anestésicos intravenosos) después de una sola dosis de carga o una fármaco se puede administrar sin
infusión intravenosa continua se describen mejor por medio de un riesgo a pacientes con trastornos
modelo de tres compartimientos. epilépticos.
La taquicardia inesperada que ocurre durante la anestesia con propofol es motivo para la valoración de
laboratorio de una posible acidosis metabólica (síndrome de infusión de propofol). Un efecto secundario
interesante y conveniente de propofol es su actividad antiemética.
El dolor en la zona de inyección es una molestia frecuente y se puede reducir mediante la medicación
preliminar con un opioide o la administración concomitante de lidocaína.
La dilución de propofol y el empleo de venas de mayor calibre para la inducción también reducen la
frecuencia y la intensidad del dolor por la inyección.
La aplicación más frecuente del propofol es facilitar la inducción de la anestesia general mediante la inyección
en bolo de 1 a 2.5 mg/kg por vía intravenosa. El incremento de la edad, la reducción de la reserva cardiovascular
o la premedicación con benzodiazepinas u opioides disminuyen la dosis de inducción necesaria.
Suele utilizarse el propofol para el mantenimiento de la anestesia como parte de un esquema de anestesia
equilibrada en combinación con anestésicos volátiles, óxido nitroso, sedantes hipnóticos y opioides o como
parte de una técnica de anestesia intravenosa total, por lo general en combinación con opioides.
FOSPROPOFOL
Como ya se señaló, el dolor por la inyección durante la administración de propofol suele percibirse como intenso,
y la emulsión lípida tiene varias desventajas. El fospropofol es un pro-fármaco hidrosoluble del propofol; se
metaboliza rápidamente por la fosfatasa alcalina y genera propofol, fosfato y formaldehído. Este último es
metabolizado por la aldehído deshidrogenasa presente en el hígado y en los eritrocitos.
Farmacocinética y efectos Aplicaciones clínicas y dosis
en órganos y sistemas
Como el compuesto activo es propofol, y el fospropofol es un pro- El fospropofol está autorizado para
fármaco que precisa metabolismo para formar el primero, la farma- la sedación durante la asistencia
cocinética es más completa que para el propio propofol. anestésica vigilada. Se debe
Los efectos son similares a los del propofol, pero el inicio y el administrar oxígeno
restablecimiento posanestésico son prolongados en comparación con el complementario a todos los
propofol, pues el profármaco primero debe convertirse en una forma pacientes que reciben el fármaco.
activa. Aunque los pacientes que reciben fospropofol no pare- cen Al igual que con el pro-pofol, un
presentar el dolor por la inyección que es característico del propofol, un problema importante es la
efecto adverso frecuente es la presentación de parestesias, a menudo afectación de la vía respiratoria. La
en la región perianal, que ocurren hasta en 74% de los pacientes. dosis se debe reducir 25% en
personas mayores de 65 años.
BARBITÚRICOS
Generalidades Farmacocinética Usos clínicos y dosificación
Estos hipnóticos El tiopental y el metohexital experimentan metabolismo El uso clínico principal del
barbitúricos en hepático, principalmente por oxidación pero también por N- tiopental (3 a 5 mg/kg por vía IV)
gran parte se han desalquilación, de- sulfuración y destrucción de la estructura o metohexital (1 a 1.5 mg/kg por
reemplazado como del anillo de ácido bar- bitúrico. Los barbitúricos no se deben vía IV) es para la inducción de la
fármacos de administrar a pacientes con porfiria aguda intermitente anestesia (inconsciencia), lo que
inducción por el porque aumentan la producción de porfirinas a través de la por lo general ocurre en menos de
propofol. estimulación de la ácido aminolevulínico sintetasa. El 30 segundos. Los pacientes
El efecto anestésico metohexital tiene una semivida de eliminación más breve que pueden experimentar un sabor a
de los barbitúricos al el tiopental debido a su depuración plasmática más cebolla o a ajo después de la
parecer conlleva una considerable, lo que da por resultado un restablecimiento administración. Las soluciones de
combinación de posanestésico más rápido y más completo después de la tiopental sódico para inyección
intensificación de la inyección de una carga. Si bien el tiopental se metaboliza con intravenosa tienen un pH que va
neurotransmisión más lentitud y tiene una semivida de eliminación prolongada, de 1O a 11 para conservar la
inhibidora y de la el restablecimiento tras la inyección en bolo es comparable al estabilidad.
inhibición de la observado tras metohexital y propofol porque depende de la
neurotransmisión redistribución en lugares de tejido inactivos más que del
excitadora. metabolismo.
Efectos en órganos y sistemas
Efectos sobre el SNC Efectos cardiovasculares Efectos respiratorios Otros efectos
Depresión del SNC La disminución de la presión Producen depresión La inyección intraarterial
dependiente de la dosis que arterial sistémica relacionada respiratoria. accidental de barbitúricos
fluctúa desde la sedación con la administración de causa dolor y va-
hasta la anestesia general. barbitúricos para la inducción Una dosis de inducción soconstricción intensos, lo
de la anestesia se debe habitual de tiopental o que a menudo ocasiona
Algunos datos indican que principalmente a metohexital suele lesión grave de los tejidos
pueden reducir el umbral al vasodilatación periférica y por producir apnea. que se acompaña de
dolor y causar hiperalgesia. lo general es de menor grado gangrena. Los métodos de
que la reducción de la presión Los barbitúricos tratamiento comprenden el
Son vasoconstrictores arterial que conlleva el pro- producen disminución bloqueo del sistema nervioso
cerebrales potentes y pofol. de la ventilación minuto simpático (p. ej., bloqueo del
producen disminuciones al reducir los volúmenes ganglio estrellado) en la
previsibles del flujo Se producen efectos corriente y la frecuencia extremidad afectada. Si
sanguíneo cerebral, el inotrópicos negativos sobre el respiratoria y también ocurre extravasación,
volumen sanguíneo cerebral corazón. reducen las respuestas algunos expertos
y la ICP. ventilatorias a la recomiendan la inyección
Los efectos depresores sobre hipercapnia y la hipoxia. local de la zona con lidocaína
Utiles en el tratamiento de la presión arterial sistémica a 0.5% (5 a 10 mL) para
pacientes con lesiones aumentan en los pacientes con La estimulación de las tratar de diluir la con-
intracraneales expansivas. hipovolemia, taponamiento vías respiratorias altas o centración del barbitúrico.
cardiaco, miocardiopatía, de la tráquea (p. ej., por Las reacciones alérgicas
Neuroprotección contra la arteriopatía coronaria o secreciones, cánula- potencialmente letales a los
isquemia cerebral focal, valvulopatía cardiaca en mascarilla laríngea, barbitúricos son infrecuentes.
pero probablemente no virtud de que éstos tienen laringoscopia directa, Sin embargo, la liberación de
contra la isquemia cerebral menor capacidad para intubación traqueal) du- histamina desencadenada por
global (p. ej., por paro compensar los efectos de la rante la depresión los barbitúricos se presenta
cardiaco). vasodilatación periférica. inadecuada de los de manera esporádica.
reflejos respiratorios
Con excepción del Los efectos hemodinámicos puede dar por resultado
rnetohexital, los barbitúricos también son más acentuados laringoespasmo o
disminuyen la actividad con dosis más altas y con la broncoespasmo.
eléctrica sobre el EEG y se inyección rápida.
pueden utilizar como
anticonvulsivos.
BENZODIAZEPINAS
Generalidades Farmacocinetica En El Contexto De La Anestesia
Las benzodiazepinas que se suelen utilizar Las benzodiazepinas muy liposolubles entran con rapidez en el siste-
en el periodo perioperatorio son ma nervioso central, lo que explica su rápido inicio de acción, que se
midazolam, lorazepam y, con menos continúa por su redistribución hacia los tejidos inactivos y la termi-
frecuencia, diazepam. Las benzodiazepinas nación subsiguiente del efecto del fármaco. Pese a su rápido transporte
tienen la singularidad, entre el grupo de los hacia el cerebro, se considera que el midazolam tiene un tiempo de
anestésicos intravenosos, de que su acción equilibrio en el lugar de su efecto más lento que el propofol y el
puede terminarse rápidamente mediante tiopental. En este sentido, las dosis intravenosas de midazolam deben
la administración de su antagonista espaciarse lo suficiente para permitir el reconocimiento del efecto clínico
selectivo flu- mazenilo. Sus efectos más máximo antes de valorar una dosis repetida. El midazolam tiene la
convenientes son ansiólisis y amnesia semivida más breve sensible al contexto, lo cual lo convierte en la única
anterógrada, que son en extremo útiles para de las tres benzodiazepinas adecuadas para infusión intravenosa
la medicación preliminar. continua.
El midazolam (1 a 2 mg IV) es eficaz para la premedicación, la sedación durante la anestesia regional y los
procedimientos terapéuticos breves. El midazolam tiene un inicio de acción más rápido y produce más amnesia y
menos sedación posoperatoria que el diazepam. El midazolam también es la premedicación oral que más se
suele utilizar en los niños: 0.5 mg/kg administrados por vía oral 30 minutos antes de la inducción de la anestesia
proporcionan sedación fiable y ansiólisis en los niños sin producir un retardo del despertar.
Los efectos sinérgicos entre las benzodiazepinas y otros fármacos, sobre todo opioides y propofol, se pueden
aprovechar para lograr una mejor sedación y analgesia pero también intensifican de manera considerable su
depresión respiratoria combinada y pueden desencadenar obstrucción de las vías respiratorias o apnea. Puesto que
los efectos de las benzodiazepinas son más intensos conforme aumenta la edad de los pacientes, puede ser
necesario reducir la dosis y ajustarla muy bien en los ancianos.
El retardo del despertar es una des- ventaja potencial que limita la utilidad de las benzodiazepinas para la
inducción de la anestesia general pese a su ventaja de efectos menos potentes sobre la circulación.
ETOMIDATO
Generalidades Farmacocinética Aplicaciones clínicas y dosis
El etomidato es un anestésico Una dosis de inducción de El etomidato es una alternativa al
intravenoso con efectos hip- etomidato produce el inicio propofol y los barbitúricos para la
nóticos pero no analgésicos y a rápido de la anestesia, y el inducción intravenosa rápida de la
menudo se selecciona por sus restablecimiento posanestésico anestesia, sobre todo en pacientes con
efectos hemodinámicos depende de la redistribución en alteraciones de la contractilidad
mínimos. Aunque su los tejidos inactivos, de una miocárdica. Durante la inyección
farmacocinética es favorable, los manera equivalente al tiopen- tal intravenosa del etomidato ocurre dolor
efectos secundarios endocrinos y al propofol. El metabolismo con gran frecuencia, de forma similar
limitan su empleo para las ocurre principalmente por al propofol, que puede ir seguido de
infu- siones intravenosas hidrólisis de ésteres para irritación venosa. Los movimientos
continuas. El etomidato es un formar metabolitos inactivos, mioclónicos involuntarios también son
derivado de imidazol los cuales más tarde se secretan comunes pero pueden estar encubiertos
carboxilado no bien soluble en en la orina (78%) y la bilis por la administración concomitante de
agua y por tanto se formula en (22%). La depuración del bloqueadores neuromusculares. El
una solución de 2 mg/mL en etomidato es casi cinco veces despertar después de una sola dosis
propilenglicol a 35%. mayor que la del tiopental, intravenosa de etomidato es rápido y hay
El etomidato al parecer tiene según se refleja en una semivida escasos indicios de algún efecto
efectos similares al GABA y de eliminación más breve. depresor residual. El etomidato no
parece tener una acción produce analgesia, y la náusea y el
principal a través de la vómito posoperatorios pueden ser más
potenciación de las corrientes de frecuentes que después de la
cloruro mediadas por GABAA, administración de tiopental o de
al igual que la mayor parte de propofol.
otros anestésicos intravenosos.
KETAMINA
La ketamina es un derivado de la fenciclidina parcialmente hidrosoluble y muy liposoluble que difiere de la
mayor parte de los demás anestésicos intravenosos por la analgesia importante que produce. El estado
característico observado tras una dosis de inducción de ketamina se conoce como "anestesia disociativa'', en la
que los ojos del paciente permanecen abiertos con una mirada niscágmca lenta (estado cataléptico).
El mecanismo de acción de la ketamina es complejo, pero el principal efecto probablemente se produce a
través de la inhibición del complejo de receptor de NMDA.
Farmacocinética
La gran liposolubilidad de la kecamina garantiza un Efectos en órganos y sistemas
inicio rápido de su efecto. Al igual que con otros Si se administra la ketamina como el único
fármacos para la inducción intravenosa, el efecto de anestésico, la amnesia no es tan completa como con
una sola inyección en bolo se termina cuando se las benzodiazepinas. A menudo se conservan los
redistribuye a los lugares de tejidos inactivos. El reflejos, pero no se puede presuponer que los
metabolismo ocurre principalmente en el hígado y pacientes puedan proteger las vías respiratorias altas.
conlleva a la N-desmetilación por el sistema del Los ojos se mantienen abiertos y las pupilas
citocromo P450. La keTAM ina es el único moderadamente dilatadas con una mirada
anestésico intravenoso que tiene una escasa unión a nistágmica. A menudo aumenta el lagrimeo y la
proteína. salivación y puede ser necesaria la premedicación
con un anticolinérgico para limitar este efecto.
Efectos en el SNC Efectos cardiovasculares Efectos respiratorios
Se considera un vasodilatador cerebral que La ketamina puede producir Se considera que la ketamina no
aumenta el flujo sanguíneo cerebral, lo incrementos transitorios pero produce depresión respiratoria im-
mismo que la CMR02. No se ha importantes de la presión arterial portante. Cuando se utiliza como
recomendado habitualmente para sistémica, de la frecuencia fármaco individual, la respuesta
pacientes con procesos patológicos cardiaca y del gasto cardiaco, al respiratoria a la hipercapnia se
intracraneales, sobre todo hipertensión parecer mediante una conserva si los gases en sangre se man-
intracraneal. estimulación simpática mediada tienen estables.
La ketamina se considera un por impulsos centrales. No se puede presuponer la capacidad
anticonvulsivante y puede recomendarse de protección de la vía respiratoria alta
para el tratamiento del estado epiléptico Aunque el efecto es más que cuando se ha administrado ketamina
cuando resultan ineficaces fármacos más debatido, se considera que la pese a que los reflejos respiratorios
usuales. ketamina es también un depresor estén activos. En los niños, sobre
Las reacciones de urgencia desagradables miocárdico directo. Esta todo, se debe valorar el riesgo de
tras la administración constituyen el principal propiedad suele encubrirse por su laringoespasmo por el incremento de
factor que limita el empleo de dicho fármaco. estimulación del sistema nervioso la salivación; este riesgo puede
Tales reacciones pueden consistir en sueños simpático, pero puede resultar reducirse mediante la premedicación
coloridos y vivaces, alucinaciones, evidente en pacientes graves con con un fármaco anticolinérgico. La
experiencias extracorporales e capacidad limitada para aumentar ketamina relaja el músculo liso
intensificación y distor- sión de la su actividad del sistema nerVioso bronquial y es útil en pacientes con
sensibilidad visual, táctil y auditiva. La simpático. hiperreactividad de las vías
combinación con una benzodiazepina es respiratorias y en el tratamiento de
necesaria para limitar las reacciones quienes presentan broncocons-
desagradables durante el despertar y también tricción.
aumenta la amnesia.
Aplicaciones clínicas y dosis
Sus propiedades singulares, incluidas la analgesia profunda, la estimulación del sistema nervioso simpático, la
broncodilatación y la depresión respiratoria mínima, hacen de la ketamina una alternativa importante a los
demás anestésicos intravenosos y un complemento conveniente en muchos casos pese a los efectos
psicotomiméticos desagradables. Asimismo, se puede administrar ketamina por múltiples vías (intravenosa,
intramuscular, oral, rectal, epidural), por lo que es una opción útil para la premedicación en pacientes con pro-
blemas mentales y en pacientes pediátricos que no cooperan.
DEXMEDETOMIDINA
La dexmedetomidina es un agonista adrenérgico a2 muy selectivo. El reconocimiento de la utilidad de los
agonistas a2 se basa en observaciones de menores necesidades de anestésicos en pacientes que reciben tratamiento
crónico con clonidina. Los efectos de la dexmedetomidina se pueden antagonizar con fármacos antagonistas a2.
Es hidrosoluble y se comercializa en una formulación parenteral.
Farmacocinética
Experimenta metabolismo hepático rápido que conlleva conjugación, N-metilación e hidroxilación, seguidas de
conjugación. Los metabolitos se excretan en la orina y en la bilis. La depuración es alta y la semivida de
eliminación es breve. Sin embargo, hay un incremento importante de la semivida sensible al contexto de 4 min
después de una infusión intravenosa de 1O minutos hasta 250 minutos tras una infusión de ocho horas.
ANALGÉSICOS OPIOIDES
Los opioides son analgésicos diferentes a los anestésicos generales y los hipnóticos. Aun cuando se administren
dosis altas de analgésicos opioides, no se puede evitar de manera fiable el recuerdo de los sucesos a menos que
también se utilicen hipnóticos como las benzodiazepinas. Los analgésicos opioides se utilizan de forma
sistemática para lograr la analgesia posoperatoria y durante el periodo operatorio como parte de un esquema de
anestesia equilibrada.
Además de su uso como parte de un esquema de anestesia equilibrada, los opioides en dosis altas se han
utilizado en combinación con grandes dosis de benzodiazepinas para alcanzar un estado anestésico general,
sobre todo en pacientes con una reserva circulatoria limitada que se someten a operaciones cardiacas. Cuando se
administran en dosis altas, los opioides potentes como el fentanilo pueden desencadenar rigidez de la pared
torácica (y de la laringe), alterando así de manera aguda la ventilación mecánica. Por otra parte, dosis altas de
opioides potentes pueden acelerar la aparición de tolerancia y complicar el tratamiento del dolor posoperatorio.
6. Hiperalgesia inducida por opioides. Además del desarrollo de tolerancia, la
administración persistente de analgésicos opioides puede incrementar la sensación de
dolor, lo que ocasiona un estado de hiperalgesia.
Las acciones descritas a continuación de la morfina, el agonista prototipo de opioides,
también pueden observarse con otros agonistas de opioides, agonistas parciales y
aquellos con efectos de receptores mixtos.
1. Efectos en el sistema nervioso central (SNC). Los principales efectos de los
analgésicos opioides con afinidad por receptores µ ocurren en el SNC; los más
importantes incluyen analgesia, euforia, sedación y depresión respiratoria.
a) Analgesia. El dolor tiene componentes sensorial y afectivo (emocional). Los
analgésicos opioides son únicos porque pueden disminuir ambos aspectos de la
experiencia dolorosa.
c) Sedación. La somnolencia y la confusión mental son efectos comunes de los
opioides. Hay poca o ninguna amnesia. Por lo general, el paciente puede ser despertado
de su sueño con facilidad. Sin embargo, la combinación de morfina y otros fármacos
depresores centrales, como los sedantes-hipnóticos, pueden causar un sueño muy
profundo.
f) Miosis. Se observa constricción de las pupilas con casi todos los agonistas de opioides.
La miosis es una acción farmacológica ante la que aparece poca o ninguna tolerancia,
incluso en adictos altamente tolerantes; así, es útil para el diagnóstico de sobredosis de
opioides. Esta acción, que puede bloquearse por antagonistas de opioides, es mediada
por vías parasimpáticas, que a su vez pueden ser bloqueadas por la atropina.
g) Rigidez troncal. Se ha observado una intensificación del tono en los músculos grandes
del tronco con varios opioids.
h) Náusea y vómito. Los analgésicos opioides pueden activar la zona desencadenadora
de quimiorreceptores del tallo cerebral para producir náusea y vómito.
i) Temperatura. La regulación horneostárica de la temperatura corporal es mediada en
parte por la acción de péptidos opioides endógenos en el cerebro.
j) Estructura del sueño. Pese a que no están claros los mecanismos por los cuales los
opioides interactúan con el ritmo circadiano, existe una disminución en el porcentaje de
etapas del sueño 3 y 4, lo cual puede ocasionar fatiga y otros trastornos del sueño,
incluidos trastornos de la respiración inducidos por el sueño y apnea central.
2. Efectos periféricos
a) Aparato cardiovascular. La mayor parte de los opioides no tiene efectos directos
significativos sobre el corazón y, a diferencia de la bradicardia, ningún efecto
importante sobre el ritmo cardiaco. La meperidina es una excepción a esa
generalización, porque su acción antimuscarínica puede causar taquicardia. La presión
arterial suele mantenerse bien en sujetos que reciben opioides, a menos que exista
sobrecarga del sistema cardiovascular, en cuyo caso tal vez se presente hipotensión.
Este efecto hipotensor probablemente se debe a la dilatación arterial y venosa
periférica que se ha atribuido a varios factores que incluyen depresión central de los
mecanismos de estabilización vasomotora y secreción de histamina, No se observa
efecto consistente sobre el gasto cardiaco y el electrocardiograma no se altera de
manera significative.
b) Tubo digestivo. Durante mucho tiempo se ha observado que el estreñimiento es un
efecto de los opioides, que no disminuye con el uso continuo; es decir, no ocurre
tolerancia al estreñimiento inducido por opioids
c) Vías biliares. Los opioides producen contracción del músculo liso biliar, lo que puede
causar cólico biliar. El esfínter de Oddi tal vez se contraiga, produciendo así reflujo de
secreciones biliares y pancreáticas y aumento de la concentración de amilasa y lipasa
plasmáticas.
d) Renal. La función de los riñones es deprimida por los opioides. Se cree que en los
seres humanos esto se debe principalmente a un menor riego sanguíneo renal. Además,
los receptores µ de opioides tienen efectos antidiuréticos en los seres humanos. Los
mecanismos pueden involucrar tanto sitios del SNC como periféricos. Los opioides
también aumentan la resorción tubular renal de sodio. Es controvertida la participación
de los cambios inducidos por opioides en la secreción de la hormona antidiurética (ADH).
e) Útero. Los analgésicos opioides pueden prolongar el trabajo de parto. Aunque el
mecanismo de acción es poco claro, el músculo uterino del humano expresa receptores
opioides µ y K. El fentanilo y la meperidina (petidina) inhiben la contractilidad uterina,
pero sólo a concentraciones supraclínicas; la morfina no tiene efectos reportados.
f) Endocrino. Los opioides estimulan la liberación de ADH, prolactina y somatotropina,
pero inhiben la liberación de hormona luteinizante. Estos efectos sugieren que el
hipotálamo modula estos sistemas. Los pacientes que reciben tratamiento crónico con
opioides pueden tener bajas concentraciones de testosterona que ocasionan disminución
de la libido, de la energía y el estado de ánimo. Las mujeres pueden padecer
dismenorrea o amenorrea.
g) Prurito. Los opioides como la morfina y codeína producen rubor y sensación de calor
cutáneo acompañado en ocasiones de diaforesis, urticaria y prurito. Aunque un factor
que contribuye de manera importante es la liberación de histamina periférica, todos los
opioides causan prurito por una acción central (médula espinal y al nivel del bulbo
raquídeo) en los circuitos neurales pruritoceptivos.
h) Inmunes. Los opioides regulan al sistema inmunitario por sus efectos sobre la
proliferación de linfocitos, la producción de anticuerpos y la quimiotaxia. Además, los
leucocitos migran al sitio de lesión hística y liberan péptidos opioides que a su vez
ayudan a contrarrestar el dolor inflamatorio.
Para un paciente con dolor intenso, la administración de un analgésico opioide suele
considerarse parte primaria del plan terapéutico global. En el establecimiento de la vía
de administración (oral, parenteral, neuraxial), también deberían abordarse la duración
de acción del fármaco, efecto máximo (actividad intrínseca máxima), tiempo del
tratamiento, potencial de efectos adversos y experiencia previa del paciente con los
opioides.
A. Analgesia El dolor intenso constante suele aliviarse con analgésicos opioides de
actividad intrínseca elevadaen tanto el dolor agudo intermitente no parece controlarse
en forma tan eficaz.
Los analgésicos opioides a menudo se administran durante el trabajo de parto en
obstetricia. Puesto que los opioides atraviesan la barrera placentaria y llegan al feto,
debe tenerse cuidado de disminuir al mínimo la depresión neonatal. Si se presenta, la
inyección inmediata del antagonista, naloxona, la revierte.
B. Edema pulmonar agudo. El alivio producido por la morfina intravenosa en
pacientes con disnea del edema pulmonar vinculado con insuficiencia cardiaca ventricular
izquierda es notable. Los mecanismos propuestos incluyen disminución de la ansiedad
(percepción de disnea), y de la precarga cardiaca (disminución del tono venoso) y la
poscarga (disminución de la resistencia periférica). Sin embargo, cuando la depresión
respiratoria es un problema, tal vez se prefiera la furosemida para el tratamiento del
edema pulmonar.
C. Tos. Se puede obtener supresión de la tos a dosis menores que las necesarias
para la analgesia.
D. Diarrea. La diarrea de casi cualquier causa se puede controlar con analgésicos
opioides, pero si ésta tiene vínculo.
E. Aunque los agonistas de opioides tienen alguna propensión a disminuir los
escalofríos, se informa que la meperidina tiene las propiedades más pronunciadas contra
el síntoma. Aparentemente bloquea esa manifestación por su acción sobre
adrenorreceptores alfa2.
F. Aplicaciones en la anestesia. Los opioides se usan con frecuencia como
fármacos para la medicación previa a la anestesia y la cirugía por sus propiedades
sedantes, ansiolíticas y analgésicas. También se administran en el transoperatorio como
adyuvantes de otros anestésicos, y a dosis alta como componentes primarios de un
esquema anestésico. Tales fármacos se utilizan más a menudo en la cirugía
cardiovascular y otros tipos de operaciones de alto riesgo, donde su propósito primario
es disminuir al mínimo la depresión cardiovascular. En tales circunstancias, debe
proveerse asistencia respiratoria mecánica.
G. Vías de administración alternativas. La analgesia controlada por el paciente
(PCA) se utiliza ampliamente para el tratamiento del dolor continuo. Con la PCA, el
paciente controla un dispositivo de administración parenteral (por lo general
intravenoso) al presionar un botón para suministrar una dosis programada del analgésico
opioide deseado. Un bloqueo programable evita la administración de otra dosis por un
periodo preestablecido.
Se usan supositorios rectales de morfina e hidromorfona cuando las vías parenteral u
oral no son deseables. El parche transdérmico de fentanilo provee concentraciones
sanguíneas estables y mejor control del dolor, en tanto evita la necesidad de inyecciones
parenterales repetidas. La vía intranasal evita inyecciones parenterales repetidas del
fármaco y el metabolismo del primer paso de los administrados por vía oral. Otra
alternativa de la administración parenteral es la bucal transmucosa, donde se usa un
trocisco de citrato de fentanilo o un caramelo montado en un palito.
Los efectos tóxicos directos de los analgésicos opioides que son extensión de sus
acciones farmacológicas agudas incluyen depresión respiratoria, náuseas, vómito y
estreñimiento (cuadro 31-4). Deben considerarse tolerancia y dependencia, el
diagnóstico y tratamiento de las sobredosis y las contraindicaciones.
La dependencia farmacológica de un tipo de opioide es marcada por un síndrome
de abstinencia o privación relativamente específico. Así como hay diferencias
farmacológicas entre los diversos opioides, también las hay en la dependencia
psicológica y la intensidad de los efectos de la abstinencia.
1. Tolerancia a los opioides. Es el fenómeno en el cual la administración de dosis
repetidas de opioides ocasiona disminución del efecto analgésico. Desde el punto
de vista clínico, se ha descrito como incremento en los requerimientos de dosis
de opioides para lograr la analgesia observada al inicio de la administración de
opioides. Aunque el desarrollo de la tolerancia se inicia con la primera dosis de
opioides, la tolerancia podría no hacerse manifiesta en la clínica hasta después de
dos a tres semanas de exposición frecuente a dosis terapéuticas ordinarias.
Se desarrolla tolerancia con mayor facilidad cuando se administran dosis elevadas en
intervalos cortos y se reduce al administrar cantidades pequeñas del fármaco con
interval~s más prolongados entre las dosis. Puede desarrollarse un alto grado de
tolerancia a los efectos sedantes y de depresión respiratoria de los agonistas opioides.
La tolerancia cruzada es una característica en extremo importante de los opioides, por
ejemplo, los pacientes con tolerancia a la morfina a menudo muestran disminución de su
respuesta analgésica ante otros opioides agonistas. Esto es en particular válido para
aquellos fármacos con actividad agonista, sobre todo en los receptores µ. La morfina y
sus congéneres presentan tolerancia cruzada no sólo con respecto a sus acciones
analgésicas, sino también a sus efectos de euforia, sedantes y respiratorios.
En un sujeto con dependencia física a los opioides puede inducirse un síndrome de
abstinencia transitorio explosivo -privación precipitada por antagonistas- por la
administración de naloxona u otro antagonista. En los eres minutos que le siguen a la
inyección del antagonista aparecen signos y síntomas similares a los observados
después de la interrupción súbita del fármaco, con un máximo en 1 O a 20 minutos y
que ceden en gran parte en la hora siguiente.
3. Adicción.
Es una enfermedad primaria crónica de los mecanismos de recompensa cerebral,
motivación, memoria y circuitos relacionados. La disfunción en estos circuitos ocasiona
las manifestaciones biológicas, psicológicas y sociales características.
El riesgo de inducir dependencia y, potencialmente, adicción es una consideración
claramente importante en el uso terapéutico de los fármacos opioides. A pesar de ese
riesgo, bajo ninguna circunstancia debe evitarse el alivio adecuado del dolor sólo porque
un opioide tiene potencial de abuso o porque los controles legislativos complican el
proceso de prescripción de narcóticos
La inyección intravenosa de naloxona revierte de manera notoria el coma por
sobredosis de opioides, pero no el causado por otros depresores del SNC. El
uso de los antagonistas no debe, por supuesto, retrasar la institución de esas
medidas terapéuticas, en especial el apoyo respiratorio