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Fuente: https://concepto.de/politica/#ixzz5vl8OYDTr
Como exprese anteriormente, no por definición todos los políticos son corruptos
y la política es, sin duda alguna, una obligación ciudadana esencial, es una
responsabilidad ética y democrática.
La indignación ciudadana está más que justificada y es legítima, pero hay que
saber valorar, diferenciar y no dejarse llevar de la virulencia anónima y
destructora de las redes sociales, que manipulan y promueven, todos los días,
la anti política. No podemos caer en el negativismo destructivo.
Mas sin embargo, hay que separar y diferenciar la esencia de los hechos y
situaciones, donde se ha mal empleado el termino antipolitica a conveniencia
como un recurso de algunos políticos para tildarse de víctima, defenderse de
los señalamientos y críticas que hacemos los ciudadanos al verse cuestionados
por la corrupción, ineptitud e incapacidad.
En la historia ha sido tanto político Mandela, como lo fue Hitler y Stalin, como
Pericles y Attila, lo que los diferenció fue la forma.
Diré algo crudo, pero es una realidad, merece toda atención y hacer las
rectificaciones necesarias, actualmente para muchos ciudadanos, la mayoría
de los que hacen política han perdido su sentido ético y no tienen como
objetivo obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para
lograr objetivos provechosos para los ciudadanos. Las estadísticas del estudio
de la encuestadora Pronostico en el 2do trimestre lo demuestran, no necesitan
más explicación para quien las observó. Esto no implica que los ciudadanos
deseen cambiar el sistema político y que desaparezcan los partidos como
mecanismos de representación democrática. Quien piense así, evidentemente
está en un craso error y es una señal clara de ignorancia, pues tanto los
partidos políticos como los ciudadanos conformados en sociedad civil, son más
que necesarios para que exista la democracia, de hecho, los partidos políticos
forman parte de la sociedad civil, pero con un rol claramente diferenciado. La
Sociedad Civil lucha por reivindicaciones sociales, los partidos políticos luchan
por acceder al poder, pero a través del voto del ciudadano, por lo tanto, nos
necesitan, ambos nos necesitamos, no somos competencia y mucho menos
rivales, lo que pasa es que el desconocimiento, las inseguridades y los falsos
liderazgos hacen ver fantasmas donde no los hay, unos ciudadanos
empoderados ejerciendo la participación ciudadana y la contraloría social es la
representación de una sociedad civil fortalecida, y esta a su vez fortalece a los
partidos políticos, de su interacción nace la gobernanza. Si esto hubiese
existido en el 88 jamás se hubiese instaurado la peste del socialismo del Siglo
XXI en Venezuela.
No tengo nada que agregar respecto a sus vivencias, creo que es algo muy
personal, solo agradecer por compartirlas con nosotros y reitero que respeto su
opinión y óptica desde su perspectiva que la entiendo, pero difiero de ella, de
eso de trata la democracia de respetar las diversas formas de pensar y el
respeto a la libertad de expresión. Es precisamente por lo que estamos
luchando en contra de este desgobierno actualmente.
Yo tengo otro pensar en lo que respecta a las actuaciones de cualquier político
en general que incurra en colaboracionismo, sin caer en el papel de Juez y
mucho menos de un tribunal inquisidor. Ese no es el rol que le corresponde a
los ciudadanos, eso es exclusivo del poder judicial, quien si debe exigir
evidencias. Nosotros los ciudadanos simplemente exigimos rectificaciones,
ejercemos nuestros derechos y argumentamos las exigencias sobre lo que es
evidente y sobre hechos concretos y de información de dominio público. No se
puede defender lo indefendible, eso en sí, es verdaderamente incoherente e
irresponsable. Todo político que con sus acciones se convierta en
colaboracionista del régimen por acción u omisión, debe ser denunciado, eso
en parte también es contraloría social.