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3.

2 FUNCION SOCIAL DE LAS EMPRESAS

Las empresas lo son de muchas clases. Grandes, pequeñas, familiares,


multinacionales, sociedades anónimas, cooperativas, personales, etc. La
tipología de las mismas varía según el número de personas que se asocian a
ellas, el sector en el que trabajan, la forma jurídica que toman, etc. Esta
realidad compleja nos lleva a que cuando hablemos de empresa, las
afirmaciones que realicemos no sean aplicables a la totalidad de las existentes,
sino que sean más ajustadas para unas empresas que para otras. Sin
embargo, esta limitación no va a impedir profundizar en la idea principal de
estas líneas: cuál es la función social que tiene la empresa en nuestra
sociedad.

Durante los últimos años del pasado siglo, tomó fuerza la hipótesis de que el
principal objetivo de una empresa es la creación de valor para el accionista. Es
decir, la empresa está creada única y exclusivamente para que el propietario
de la misma (es decir el o los dueños de las acciones) consigan extraer
beneficios al dinero invertido. Este enfoque de la empresa, además, no busca
unos rendimientos reducidos pero sostenibles a lo largo del tiempo, sino que
quiere que estos sean los máximos posibles en el corto plazo. El razonamiento
que existe detrás de esta opción es que los inversores financieros buscan
siempre aquellos proyectos que les ofrecen mayores rendimientos, por lo que si
una empresa no los logra a corto plazo, sus accionistas e inversores huirán
hacia otros proyectos más rentables.

Esta concepción de la empresa es claramente reduccionista y olvida


muchos de sus aspectos importantes. Por un lado parece obviar que la función
de la empresa no es solamente la consecución de unos beneficios para quien
ha puesto su dinero en ella. Las empresas tienen otras funciones tan o más
importantes, si cabe, que está. En primer lugar permiten que podamos acceder
de una manera fácil y cómoda a bienes y servicios que necesitamos o que
deseamos. En segundo permiten organizar la producción de una manera
eficiente, de manera que consigamos producir utilizando el menor número de
recursos posible, dicho de otra manera, nos permite tener más con menos. En
tercer lugar permite que distintas personas pongan su trabajo en común y
puedan ganarse la vida gracias a este.

De ello se deduce la importancia de la empresa en nuestro sistema


económico como facilitadora de los intercambios y como medio a través del
cual se produce todo lo que necesitamos o deseamos.
Es necesario, pues, replantear la visión que tenemos de la empresa para
que esta atienda mejor al conjunto de funciones sociales que tiene. Debemos
atender a todos los colectivos que están implicados en su día a día para poder
realizar una gestión más equilibrada de la misma, que intente responder a las
aspiraciones de cada uno de ellos y mejorar la sociedad en la que vivimos.

Entre las primeras empresas de carácter artesanal surgidas en la Edad


Media y las de hoy en día, en plena transformación tecnológica, hay muchas
diferencias fruto de una evolución de cinco siglos. Hoy nadie duda de que las
empresas son el pilar de la economía y de que, aparte de producir bienes y
servicios para la sociedad que aporten rendimientos a sus propietarios y
accionistas, tienen una responsabilidad para con el entorno social en el que
desarrollan su actividad. Esta visión no ha sido así a lo largo de la historia, ni
mucho menos. Su cada vez mayor relevancia es uno de los principales valores
diferenciales de las compañías del siglo XXI respecto a las de épocas
anteriores.

En las empresas modernas, especialmente en las grandes y


medianas, cada vez cobra más importancia la actividad de responsabilidad
social e, incluso, se crean departamentos que dedican exclusivamente a ella.
Por poner un ejemplo, según el 'VI Informe del impacto social de las empresas',
realizado por la Fundación Seres y Deloitte, estas invirtieron 1.246 millones de
euros en RSE (Responsabilidad Social Empresarial) en 2018, unos 200
millones más que el año anterior. También refleja que el 74% de las empresas
realiza actividades de Responsabilidad Social Corporativa a nivel internacional.
Probablemente, estos datos se vieron incrementados considerablemente
cuando se publicó el estudio de 2020, dado el esfuerzo realizado en la lucha
contra el COVID-19.

Pero, ¿qué es realmente y cómo se ejecuta la responsabilidad social?


Básicamente, se puede decir que es la concienciación de las empresas para
realizar sus actividades de una forma ética y sostenible, el asumir el impacto
que generan en su entorno no solo a nivel económico, sino también en el
ámbito social y medioambiental. Esta concienciación tiene dos vertientes de
actuación. Por una parte, a nivel interno, las organizaciones buscan el
bienestar de sus propios empleados, y, por otra, a nivel externo, ayudan
directamente a la sociedad, pero también intentan expandir su forma de actuar
y fomentar los hábitos socialmente responsables en sus proveedores y clientes.

La RSE es definida por el Banco Mundial como “el compromiso de las


corporaciones de contribuir con el desarrollo sustentable, trabajando con sus
empleados, los familiares de éstos, la comunidad local y la sociedad en general
para mejorar la calidad de vida, en formas que son positivas tanto para las
empresas como para el desarrollo”. El significado de la RSE ha evolucionado
constantemente en el tiempo; mientras que en un principio las empresas
realizaban donaciones a las comunidades o poblaciones objetivo, ahora las
empresas buscan invertir sus recursos en estas poblaciones, para que éstas
también generen valor y puedan desarrollarse sosteniblemente en el tiempo.

El bienestar de los empleados se consigue, evidentemente, procurándoles


unas buenas condiciones económicas, pero también ofreciéndoles la
oportunidad de disfrutar de programas de salud, de conciliación, de igualdad,
de flexibilidad horaria y, cada vez más, fomentando la diversidad, la inclusión y
la preocupación por el medio ambiente. Este tipo de acciones son
fundamentales, en muchas ocasiones, para atraer y retener al mejor talento,
para que una persona opte por trabajar en una compañía o en otra. Además,
son fuente de motivación y de orgullo de pertenencia a la empresa. Y son
especialmente sensibles a ellas las generaciones más jóvenes, muy
concienciadas con todo lo que tenga que ver con el reciclado, el cuidado del
medio ambiente o el buen uso del tiempo libre. Los empleados necesitan
disponer de un entorno en el que puedan desarrollar sus inquietudes extra
laborales y participar en este tipo de iniciativas, y cada vez son más las
compañías que permiten hacer voluntariado corporativo en diferentes ONG,s,
por ejemplo, o que tienen sus propias fundaciones para hacerlo.

Y qué decir de la percepción que se tiene de las empresas desde el exterior.


Son cada vez más los consumidores que tienen muy en cuenta las
aportaciones y el nivel de participación de las compañías en la resolución de
problemas que afectan a toda la sociedad. Las políticas de RSC suman valor a
la propia marca, aportan prestigio, buena reputación y ayudan a fidelizar a los
clientes. La realidad es que las empresas son las primeras que están ahí y
adaptan sus políticas de responsabilidad social cuando surgen necesidades
repentinas. Solo hay que echar un somero vistazo a las noticias publicadas por
los medios de comunicación en los últimos meses para comprobar la multitud
de aportaciones que estas han realizado para ayudar a las diferentes
administraciones y a la sociedad a luchar contra el COVID-19 y sus
consecuencias.

Muchas han realizado donaciones económicas, otras han aportado la


experiencia de sus empleados, investigando, fabricando material de protección,
acompañando a los más desfavorecidos, etc. Y cada una lo ha hecho en la
medida de sus posibilidades, porque en momentos tan críticos toda ayuda es
importante y necesaria. Eso sí, en estos casos hay que resaltar la importancia
de no tomar decisiones de forma impulsiva y de una buena colaboración
público-privada. Lo ideal es ponerse a disposición de las administraciones
públicas o de las entidades del tercer sector, que son quienes conocen de
primera mano las necesidades de la sociedad. Es la mejor forma de aumentar
la eficacia de las aportaciones empresariales. Una eficacia que es necesario
exigir a la estrategia del departamento de RSC en la misma medida que al
resto de divisiones. Si las cosas se hacen bien, una buena política de
responsabilidad social afectará, en última instancia, positivamente al negocio.

Como lo ha dicho Luis Carlos Villegas: “La nueva visión de la


responsabilidad social ya no se refiere a la filantropía o al asistencialismo. El
concepto ha evolucionado porque es dinámico y responde a las
transformaciones del mundo. Por ello, ahora es parte integral de las estrategias
corporativas y surge de la compresión integral del significado de los derechos.
Es fundamental entender que las personas tienen derecho a la educación, a la
salud, a una vida digna. Las empresas tienen la responsabilidad de actuar en
forma consecuente, tienen que ayudar a la construcción de un entorno que
cree capital social y les haga posible cumplir con su principal misión, que es la
de crear riqueza. Deben aportar al reconocimiento del país frente a la
comunidad internacional y a legitimar la función del sector empresarial. Deben
contribuir a que quienes tienen mayores dificultades para insertarse en la
economía de mercado puedan hacerlo y a que los beneficios que se logren de
la nueva dinámica mundial se democraticen. A manera de motivación del
enfoque que debe tener la idea, es del caso anotar que, sin perder de vista el
carácter integral de la política social misma, ni las dimensiones patrimoniales,
demográficas, étnicas y de género que tiene la desigualdad, en las actuales
condiciones del país los retos que plantea el desarrollo integral deben tener dos
puntales fundamentales, dos ‘llaves maestras’: educación y empleo.

La educación permite incidir simultáneamente en la equidad, el desarrollo y


la ciudadanía. Exige, por tanto, la máxima prioridad en la política social y en la
asignación de recursos, orientados hacia una mayor continuidad dentro del
sistema educativo y hacia mejoras sustanciales en la calidad de la oferta
educativa. Hay que partir de la base que la adopción de medidas que permitan
mejorar los logros educativos de los sectores pobres es prioritario. Desde el
punto de vista de la equidad social, los resultados se miden, especialmente, en
términos de continuidad educativa de aquellos grupos que muestren una mayor
tendencia a tener rendimiento más bajo. Dicha continuidad se expresa en tres
aspectos: la asistencia efectiva a clases, la progresión efectiva a lo largo del
proceso (minimización de la repetición) y la permanencia en el sistema
(minimización de la deserción). Dada la importancia que tienen las zonas
rurales, es preciso recordar que las estadísticas son concluyentes en el país y
muestran las diferencias importantes entre logros educativos por corte rural-
urbano, que revelan la desfavorable situación de las zonas rurales. Por eso
vale la pena apuntarle a una estrategia que le dé prioridad a este tipo de zonas.
Los retos que plantea el desarrollo integral deben tener dos puntales
fundamentales, dos ‘llaves maestras’: educación y empleo ”.

Venezuela es uno de los países Latinoamericanos pioneros en el tema de


Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y con mayor desarrollo e
implicaciones al interior de la economía. La economía socialista del vecino país
ha obligado a que las empresas privadas que deseen operar, diseñen e
implementen programas sociales que beneficien no solo a los empleados sino
a la sociedad en general. A través de diferentes leyes, se ha obligado que no
solo el Gobierno, sino las empresas y las personas en general, estén obligadas
a desarrollar proyectos sociales que beneficien a las poblaciones o a las
comunidades menos beneficiadas.

Legislación Venezolana en la RSE

Existen dos leyes que consagran valores y principios orientadores de la


RSE en Venezuela: En la constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y en Tratados internacionales. En el primer caso,

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se reseñan


diferentes artículos que consideran los factores de responsabilidad social.

En su artículo 19 reseña en relación con el respeto a los derechos Humanos lo


siguiente: “ El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de
progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable,
indivisible e interdependiente de los derechos humanos ”.

El artículo 83 referente al tema de la salud, parte de los Derechos Humanos


que debe gozar el trabajador. La salud es un derecho social fundamental,
obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El
Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de
vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios.

En el artículo 90 habla de los derechos del trabajador a una jornada justa: La


jornada de trabajo diurna no excederá de ocho horas diarias ni de cuarenta y
cuatro horas semanales. En los casos en que la ley lo permita, la jornada de
trabajo nocturna no excederá de siete horas diarias ni de treinta y cinco
semanales. Ningún patrono o patrona podrá obligar a los trabajadores o
trabajadoras a laborar horas extraordinarias.

En el artículo 91 trata de los derechos del trabajador a un salario justo: Todo


trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita
vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas
materiales, sociales e intelectuales. Se garantizará el pago de igual salario por
igual trabajo y se fijará la participación que debe corresponder a los
trabajadores y trabajadoras en el beneficio de la empresa.

En el artículo 95 se refiere a la libertad a organizarse sindicalmente: Los


trabajadores y las trabajadoras, sin distinción alguna y sin necesidad de
autorización previa, tienen derecho a constituir libremente las organizaciones
sindicales que estimen convenientes para la mejor defensa de sus derechos e
intereses, así como a afiliarse o no a ellas, de conformidad con la Ley.

Art. 135 . Las obligaciones que correspondan al Estado, conforme a esta Constitución y
a la ley, en cumplimiento de los fines del bienestar social general, no excluyen las que,
en virtud de la solidaridad y responsabilidad social y asistencia humanitaria,
correspondan a los o a las particulares según su capacidad. La ley proveerá lo
conducente para imponer el cumplimiento de estas obligaciones en los casos en que
fuere necesario. Quienes aspiren al ejercicio de cualquier profesión, tienen el deber de
prestar servicio a la comunidad durante el tiempo, lugar y condiciones que determine la
ley

el artículo 135 publicado en la Gaceta Oficial 5.453 del 24 de marzo de 2000,


establece que "las obligaciones que corresponden al Estado, conforme a esta
Constitución y a la ley, en cumplimiento de los fines del bienestar social
general, no excluyen las que, en virtud de la solidaridad y responsabilidad
social y asistencia humanitaria, correspondan a los o a las particulares según
su capacidad. La ley proveerá lo conducente para imponer el cumplimiento de
estas obligaciones, en los casos en que fuere necesario. Quienes aspiren al
ejercicio de cualquier profesión, tienen el deber de prestar servicio a la
comunidad durante el tiempo, lugar y condiciones que determine la ley". Por lo
tanto, esta Ley transfiere obligaciones a la empresa privada para desarrollar
programas de RSE.

Adicionalmente, existen seis leyes que establecen obligaciones a cargo de


los particulares, cuyo objetivo es fomentar la RSE:
 Ley de Servicios Sociales

 Ley de las Personas con Discapacidad

 Lay Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación

 Ley Orgánica contra el Tráfico Ilícito de Sustancias Estupefacientes y


Psicotrópicas

 Ley de Impuestos sobre la renta

 Ley Orgánica de Ambiente

Las leyes venezolanas contemplan en algunos artículos, lo relacionado con los


factores que conforman la RSE, pero relacionado con el gobierno nacional, de
lo que es su responsabilidad, a continuación se presentan algunos artículos.

Ley Orgánica del Trabajo

En el artículo 2 de la Ley Orgánica del Trabajo [5] trata sobre el respeto a los
derechos humanos del trabajador: El Estado protegerá y enaltecerá el trabajo,
amparará la dignidad de la persona humana del trabajador y dictará normas
para el mejor cumplimiento de su función como factor de desarrollo, bajo la
inspiración de la justicia social y de la equidad. En el artículo 26 de la Ley
Orgánica del Trabajo, el Estado rechaza totalmente la discriminación: Se
prohíbe toda discriminación en las condiciones de trabajo basada en edad,
sexo, raza, estado civil, credo religioso, filiación política o condición social. Los
infractores serán penados de conformidad con las leyes. No se considerarán
discriminatorias las disposiciones especiales dictadas para proteger la
maternidad y la familia, ni las encaminadas a la protección de menores,
ancianos y minusválidos.

El artículo 185 de la Ley Orgánica del Trabajo habla de las condiciones que
debe poseer el trabajo: El trabajo deberá prestarse en condiciones que:
Permitan a los trabajadores su desarrollo físico y psíquico normal; les dejen
tiempo libre suficiente para el descanso y cultivo intelectual y para la recreación
y expansión lícita; presten suficiente protección a la salud y a la vida contra
enfermedades y accidentes y Mantengan el ambiente en condiciones
satisfactorias.

Ley Orgánica del Ambiente

En el artículo 1 de la Ley Orgánica del Ambiente reseña sobre la protección del


medio ambiente: Esta Ley tiene por objeto establecer las disposiciones y los
principios rectores para la gestión del ambiente, en el marco del desarrollo
sustentable como derecho y deber fundamental del Estado y de la sociedad,
para contribuir a la seguridad y al logro del máximo bienestar de la población y
al sostenimiento del planeta, en interés de la humanidad. De igual forma,
establece las normas que desarrollan las garantías y derechos constitucionales
a un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. [6]

Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo

En el artículo 1 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio


Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT) presenta los objetivos de esta Ley como
son: Establecer las instituciones, normas y lineamientos de las políticas, y los
órganos y entes que permitan garantizar a los trabajadores y trabajadoras,
condiciones de seguridad, salud y bienestar en un ambiente de trabajo
adecuado y propicio para el ejercicio pleno de sus facultades físicas y
mentales, mediante la promoción del trabajo seguro y saludable, la prevención
de los accidentes de trabajo y las enfermedades ocupacionales, la reparación
integral del daño sufrido y la promoción e incentivo al desarrollo de programas
para la recreación, utilización del tiempo libre, descanso y turismo social. Y
regular los derechos y deberes de los trabajadores y trabajadoras, y de los
empleadores y empleadoras, en relación con la seguridad, salud y ambiente de
trabajo; así como lo relativo a la recreación, utilización del tiempo libre,
descanso y turismo social.

Norma SA-8000

SA8000 es una norma internacional para evaluar la responsabilidad social de


proveedores y vendedores. La norma SA8000 provee los requisitos y la
metodología para evaluar las condiciones en los lugares de trabajo incluyendo
el trabajo infantil, la fuerza de trabajo, la seguridad y salud ocupacional, la
libertad de asociación, la discriminación, las prácticas disciplinarias, el horario
de trabajo, las remuneraciones y la responsabilidad de la gerencia de mantener
y mejorar las condiciones de trabajo.
La norma SA8000 fue creada en 1998 por un grupo internacional encabezado
por el Consejo de Prioridades Económicas (CEP) y acreditada por la Agencia
de Acreditación del Consejo de Prioridades Económicas (CEPAA). La SA8000
es vista como la norma referente a lugares de trabajo más aplicable y auditable
globalmente y puede ser auditada en instalaciones de cualquier tamaño, en
cualquier ubicación geográfica y sector industrial. La CEPAA ha creado
requisitos muy rigurosos para la certificación de terceros, a fin de asegurar que
los auditores estén perfectamente calificados y que se implementen y estén en
vigencia los procedimientos de certificación, manteniéndose la confianza
pública.

La norma fue creada por Responsabilidad Social Internacional (Social


Accountability International - SAI). SAI es una organización sin fines de lucro
dedicada al desarrollo, la implementación y el control de normas de
responsabilidad social verificables y voluntarias.

El sistema de la norma SA 8000 ha sido diseñado según el modelo de las


normas ya establecidas ISO 9001 e ISO 14001 aplicables a Sistemas de
Gestión de Calidad y de Gestión Ambiental. La norma fue desarrollada y
probada en campo por el Consejo de Prioridades Económicas (Council on
Economic Priorities - CEP), entidad sin fines de lucro, con la ayuda de un
Consejo Asesor internacional entre cuyos miembros se cuentan representantes
de importantes corporaciones, organizaciones de derechos humanos,
profesionales de certificación, académicos y del trabajo.

Por lo tanto, las empresas deben buscar o inclinarse hacia proyectos que sean
sostenibles y generen beneficios para todos los actores involucrados. En el
mundo se están destacando ciertos temas para el desarrollo de RSE, entre los
cuales encontramos:

En el segundo caso,

Desde hace tiempo, algunas grandes empresas, principalmente multinacionales, están


dedicando recursos en áreas de gestión y tareas que tradicionalmente eran asumidas por
los Estados, caso de la educación, salud pública, protección de los Derechos Humanos,
conservación del medio ambiente, ayuda al desarrollo,

ODS AGENDA 2030 Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también conocidos


como Objetivos Mundiales, tienen como finalidad para poner fin a la pobreza, proteger
el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.

Modelo ONU y Modelo OIT de Responsabilidad Social Empresarial l Modelo de Gestión de los
Principios Laborales del Pacto Mundial de la ONU la no discriminación equivale a que se
selecciona a los empleados sobre la base de su idoneidad para realizar un trabajo, y que no hay
distinciones, exclusiones o preferencias por otras razones

en Venezuela fueron firmados y ratificados tratados internacionales


relacionados con la RSE. Entre ellos se encuentra los 10 Principios del pacto
Mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), vigente desde el
año 2000. En este pacto se estableció la obligación de las empresas de apoyar
y ejecutar valores fundamentales en materia de derechos humanos, medio
ambiente, normal laborales y prevención de la corrupción.

 Alianzas Multisectoriales a gran escala: Si por ejemplo se desea impactar


positivamente el sector educativo, no se debe trabajar únicamente con la
escuela o colegio que se encuentra ubicada a los alrededores de la empresa,
sino que se debe hacer con el sistema general de educación, para buscar
impactar y beneficiar a una mayor cantidad de personas.

 Medio ambiente: Muchas empresas generan impactos negativos sobre el


medio ambiente, por lo cual están estableciendo o adoptando medidas que
disminuyan esta externalidad negativa, a través de la inversión en nueva
tecnología más limpia y eficiente, o nuevos programas de manejo de agua
residuales. También a través de proyectos de siembra de árboles, programas
de cuidado ambiental, etc.

 Capacitación y desarrollo profesional: El balance vida - trabajo es


fundamental para la productividad de los trabajadores de una empresa. Entre
mayor calidad de vida se les ofrezca a los trabajadores, mayor será su
productividad y mejores serán los resultados.

 Código, ética y gobernabilidad: ¿Las empresas son conscientes de los


impactos que pueden producir sus decisiones en el mundo? La crisis mundial y
los escándalos corporativos son un ejemplo de como una mala decisión puede
afectar al mundo.

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