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C

Digitalización del
Sistema Financiero

I.I Introducció n a los cambios digitales en


el Sistema Financiero
El avance vertiginoso de las tecnologías ha hecho posible la expansión
económica y la inclusión financiera sistemática y generacional a través de la
implementación de mecanismos que permiten realizar transacciones de dinero de
forma, rápida, segura, sin necesidad de estar en una sucursal bancaria o de
intermediarios, sin importar la distancias entre remitentes y destinatarios, las
fronteras o los husos horarios, todo al alcance de la palma de la mano, siempre y
cuando se cuente con conexión a internet.
Las Tecnologías Adaptadas a las Finanzas (Finance Technology -  FinTech), son
un espejo del desarrollo tecnológico en el mundo y son resultado de la
competencia en el marco de la innovación de distintas compañías distribuidas en
todo el planeta; la innovación ha sido siempre el lenguaje del desarrollo, la
interminable búsqueda por parte de financieras y bancos ha entrado en un
sendero en el cual la única dirección es encontrar nuevos productos, formas de
pago y otras novedades derivadas del avance tecnológico.
Entre las principales innovaciones que han ganado terreno a medida que han
llegado a más países y han acumulado un mayor número de usuarios, el uso
de “wereables”, que pueden tener la forma de una pulsera o cualquier accesorio
de vestir que funciona como un dispositivo de pago, eliminando así la necesidad
de llevar consigo una cartera o dinero en efectivo de tal forma que previene
olvidos, pérdidas y robos de objetos de valor.
Por otro lado, los pagos automáticos se han convertido en una herramienta cada
vez más popular, aquellos Usuarios que se encuentren familiarizados con las
nuevas aplicaciones de transporte de pasajeros, saben que no es necesario hacer
uso de una tarjeta o efectivo, simplemente se les aplica el cargo y posteriormente
a la contratación del servicio, se refleja con algún tipo de notificación.
Próximamente, este sistema podría emigrar a todo tipo de establecimientos como
restaurantes, cafeterías o cualquier establecimiento, de tal forma que la gente ya
no requerirá realizar pagos, podrá levantarse e irse del local y posteriormente
recibir la notificación del cargo por el consumo realizado en su dispositivo móvil.
La tendencia del uso del efectivo en el mundo se mantiene a la baja, tras la
masificación del uso de dispositivos conectados a redes móviles o incluso fijas ha
sido un punto de quiebre en la forma de comprender los sistemas de pago y
representan también una oportunidad para elevar los indicadores de inclusión
financiera.
 
En México el Sistema de PagosElectrónicos Interbancarios (SPEI), desde su
presentación ha tenido una gran aceptación entre el público en general, año con
año ha incrementado el número de transacciones, pues el sistema ha logrado
superar la barrera a de la desconfianza al brindar un sistema capaz de procesar
transferencias de forma inmediata, 24 horas al día, 365 días al año, sin necesidad
de efectivo o tarjeta bancaria, de forma confiable.
Más recientemente surgió el CoDi como una extensión del SPEI, añadiendo la
lectura de códigos QR (Quickly Response) y la tecnología NFC (Near-
field Communication), que permite que las transacciones se realicen con la
aproximación física del dispositivo móvil al Punto de Venta, igualmente
prescindiendo del efectivo o tarjeta.

La competencia entre las compañías en torno a la innovación ha creado un


escenario en el que los usuarios del sistema financiero serán beneficiados, en
pocos años estarán disponibles nuevas formas de pago, encaminados a
proveer comodidad y seguridad.

La circunstancia de México respecto al mundo en cuanto a los avances en la


digitalización de los medios de pago, de la operación bancaria y financiera en
general, así como del desarrollo y aplicación de los términos regulatorios, es de
rezago, lo cual es también resultado de predisposiciones históricas por lo menos
derivado de tres factores fundamentales:
●      El primero es un historial de bajos porcentajes de inclusión financiera y por
supuesto de resistencia o recelo sistémico al uso de nuevos
mecanismos y herramientas digitales para gestionar los recursos por medio
de herramientas tecnológicas.
●       El segundo punto corresponde a procesos regulatorios deficientes y
●       El tercero a la falta de incentivos para la adopción, por parte de los
Usuarios, para realizar o recibir transacciones, lo cual también, en parte, es
un efecto colateral de los bajos índices que se reportan en el ámbito de la
Educación Financiera
I.II       Panorama actual del Sistema
Financiero digital
En los últimos años el fenómeno de la globalización e interdependencia
económica ha sido catalizado por la revolución en las comunicaciones y en la
forma en la que estas han modificado las interacciones entre individuos y las
instituciones o incluso las interacciones de estos dentro de la aldea global.
 
Las nuevas dinámicas sociales han provocado la adopción de nuevas tendencias
en los flujos económicos, cambiando el consumo y los métodos de producción. El
viraje a las tecnologías y a la digitalización en los servicios financieros ha sido
un fenómeno de doble filo, por un lado, representa una ventana de
oportunidad para consolidar programas de inclusión financiera y bancarización de
la población; por otro lado, sugiere la aparición de nuevos riesgos. 

Estos riesgos pueden provenir principalmente de dos frentes, el primero se


relaciona a la exposición de una mayoría poblacional carente de nociones
financieras, con fuente en el desconocimiento de elementos básicos del sistema,
que permitirían elaborar comparaciones en la oferta bancaria, conocer
las conveniencias de la inclusión financiera o simplemente tomar mejores
decisiones en relación al gasto realizado o en el ahorro; el segundo, es la
aparición de nuevos delitos en un contexto en el que la población es altamente
vulnerable por la misma desinformación, circunstancia que puede prestarse para
la aparición de abusos del propio sistema financiero.
 
No basta con ofrecer los contenidos educativos y actualizados sobre el sistema
financiero al alcance de la población, las políticas públicas que se tracen deben
estar orientadas a superar las brechas del aprendizaje que puedan existir en cada
segmento de la población; en el caso de las clases medias pueden enfocarse a
mejorar el manejo de las finanzas personales; en las personas de bajos ingresos
en que participen en el sistema financiero. El conocimiento empodera a las
sociedades en una economía nacional necesitada de generar capacidades que
aporten a la estabilidad económica nacional, lo cual obtiene mayor relevancia
cuando el contexto económico y político internacional se encuentra poblado de
incertidumbres.

La bancarización es una preocupación que involucra a todos los actores


implicados en el ecosistema económico, por lo que se deben estudiar y desarrollar
soluciones realistas en ejecución, orientadas a corresponder necesidades de la
población, relacionadas al desarrollo económico y social, así como garantizar que
éstas se ciñan a la normatividad vigente.

La Educación Financiera debe crecer y diversificarse con la misma velocidad con


la que las tecnologías han sido adoptadas como vehículos de los servicios
financieros, la transformación productiva demanda una mayor participación de la
población, el sanear las finanzas individuales con capacidades y
conocimientos que brinden mejores oportunidades individualmente, es un objetivo
cuya consecución sumará a la salud macroeconómica, lo cual es un reto
observable a nivel global.

Las dificultades económicas son una realidad constante en el sistema financiero,


las incertidumbres de orden global se reflejan en las actividades económicas en
todos los sectores productivos, en las fluctuaciones cambiarias, en la inflación,
entre otros elementos que afectan positiva o negativamente la vida de las
personas. A veces las afectaciones pasan desapercibidas como es el caso de las
variables económicas estacionales y en otras ocasiones son bastante
perceptibles, el mejor referente de ello es la crisis inmobiliaria y financiera de 2008
y las recesiones que derivó, hechos que han demostrado la importancia de la
conciencia sobre las finanzas personales, que hacen que nos replanteemos ¿qué
pudo ser distinto? ¿La conciencia colectiva del sistema financiero pudo prevenir o
aminorar los efectos nocivos de la recesión?

¿En dónde estamos?


 
La actualidad se vincula a un momento de cambio respecto de las naturalidades y
los vicios capitalistas que se consolidaron globalmente al final de la Guerra Fría,
en gran medida propiciado por el rechazo social y político de las ciudadanías del
mundo a las malas prácticas que aumentaron la desigualdad y determinaron a
grandes sectores poblacionales, distanciarse de las posibilidades de contar con
condiciones para mejorar su nivel de vida, siendo estas situaciones especialmente
graves en países en vías de desarrollo, como el caso de México y de
Latinoamérica.
 
Algunos datos de la CONDUSEF reportados en enero de 2019 y de la Oficina
de  Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión en julio de
2018 son útiles para plantear un análisis general de la situación en México:

▪                     Únicamente el 32% de los adultos tiene cultura básica en materia


financiera.
▪                     16.4% de los mexicanos maneja un crédito formal.
▪                     52.4% de los mexicanos no tenía cuenta de ahorro para el retiro AFORE.
▪                     50% de los mexicanos no sabe a qué instancia acudir para presentar
quejas con relación a productos financieros.
▪                     90.4% de los casos, los padres fueron quienes enseñaron el ahorro,
contra 7.8% de las escuelas o los profesores.
▪                     Sólo el 44.4% de los mexicanos puede afrontar imprevistos con
sus ahorros.
▪                     9 de cada 10 mexicanos utilizan el efectivo para efectuar pagos, aun
cuando tengan tarjeta de nómina.
▪                     El 16.2% de los cuentahabientes tiene contratados servicios de banca por
internet.
▪                     1 de cada 10 mexicanos cuenta con el servicio de banca por celular.

Para mejorar estos indicadores, la estrategia de bancarización debe tener tres


focos de atención:

 
●       El primero de ellos reside en aumentar la inclusión al sistema financiero a
fin de incrementar la proporción de la población con acceso a los servicios
financieros, promoviendo en este segmento poblacional la generación de
mejores hábitos
 
●       El segundo refiere a incrementar los conocimientos de quienes ya cuentan
con estos servicios, de manera que sea posible aprovechar de mejor forma
los servicios disponibles, generando en ambos casos cultura de planeación
y administración de recursos,
●       El tercero representa el aprovechamiento de la infraestructura así como de
las tecnologías disponibles, proveyendo también a esta vertiente de
regulaciones pero también de incentivos.

Problemáticas

La principal razón para delimitar las políticas públicas en materia de educación


financiera, parte de focalizarse en una implementación prevista para el corto plazo
y la obtención de resultados en largo plazo; para este cometido, no existen atajos
cuando el objetivo es lograr la estabilidad financiera y una mayor inclusión.

Los nuevos esfuerzos para fomentar la bancarización deben tener como columna


vertebral la difusión de información, ya sea a través de talleres en segmentos
poblacionales más vulnerables, en campañas publicitarias y la invitación a la oferta
bancaria para que estudie sus modelos de operación a fin de que esté en
posibilidades de ofrecer servicios y productos más accesibles.

Evitándose en todos los casos las políticas que promuevan o generen la


obligatoriedad de contratación de algún servicio, la libre voluntad y el
acercamiento de la población debe prevalecer como el motor de la bancarización;
de lo contrario la brecha de la desconfianza en los servicios financieros y más aún
en los mecanismos digitales como las bancas por internet, será más grande.

Se debe tomar en cuenta que muchas de las fórmulas encontradas en las buenas
prácticas internacionales relacionadas a la bancarización son importantes, pues
reflejan la realidad de un contexto más amplio, las características
socioeconómicas de la población mexicana impiden que sea posible igualar esas
prácticas.
La diversidad del país sugiere la implementación de políticas públicas locales para
incrementar los efectos positivos, por lo cual es imprescindible contar con la
cooperación de gobiernos y autoridades locales, los cuales desempeñan un papel
importante en la fase de estudios y de análisis de las necesidades de una
población específica, que cuenta con una oferta bancaria y acceso a
infraestructura o servicios relacionados con características particulares y
probablemente irrepetibles.

I.III Buenas prá cticas para la inclusió n


digital
La telefonía resultó ser un catalizador y una puerta sencilla a los servicios
bancarios que hizo accesible la inserción al sistema financiero a un sector
poblacional con potencial económico a futuro y que motivó la generación de
fluctuaciones económicas facilitando también las compras, a su vez fomentando el
crecimiento de las empresas, muchas de ellas consideradas pequeñas y
medianas.

A pesar de que en México en las zonas urbanas los teléfonos móviles han tenido
una rápida aceptación, son pocas las personas que manejan estas herramientas
digitales para hacer uso de plataformas y aplicaciones financieras, en gran medida
por la desconfianza o la desinformación que existe en torno a ellas.

Por el lado de las IFNB existen dos objetivos claves, el de conducir las políticas a
fin de informar a las poblaciones los beneficios y actualizaciones del sistema
financiero, así como el de regular a los agentes bancarios en defensa de los
acreedores, para ambos objetivos, la digitalización juega un papel trascendental,
puesto que disminuye costos y facilita la operación.
Es imprescindible atender ambos aspectos al mismo tiempo; el desbalance en el
crecimiento de ambos puede traer efectos adversos, por ejemplo, si un amplio
porcentaje de la población con desconocimiento sobre el sistema financiero se
precipita a una bancarización acelerada, provocaría que esa población quede
expuesta a acciones predatorias relacionadas a la falta de ética por parte de las
instituciones bancarias, o bien, a provocar un endeudamiento excesivo debido a la
carencia de conocimientos sobre el manejo del crédito, convirtiéndose la esperada
bancarización en una problemática posiblemente mayor que la derivada de la no
inclusión.

El gobierno no puede deslindarse, si bien la experiencia internacional en


Latinoamérica y en Asia coincide en que la inversión privada es el actor que
asumirá el mayor esfuerzo para proveer los servicios financieros digitales, los
agentes regulatorios deben actuar para compensar los efectos negativos que
pudieran ocasionar las acciones bancarias en la sociedad, instrumentando
programas de fomento a la cultura financiera, a fin de que los usuarios o sujetos
susceptibles a la bancarización tengan nociones que les permitan mejorar la toma
de decisiones. Otra acción relevante es, sin duda, la escolarización de la
Educación Financiera; su posible alcance puede representar un cambio estructural
de largo aliento y de efectos multiplicadores positivos, la posibilidad de lograrla en
México abre grandes expectativas de desarrollo para el sector financiero en su
conjunto.

En otro sentido, ofrecer incentivos fiscales con miras a fomentar el uso de medios
bancarios electrónicos –por ejemplo disminuir el costo del IVA en ciertas
operaciones llevadas a cabo por banca por internet- así como implementar
cuentas de afiliación automática y de bajo costo, son usos que pueden motivar a
los usuarios para acercarse a los productos financieros, los beneficios fáciles de
asimilar y de observar en el corto plazo son incentivos suficientes para crear
posibilidades de bancarización.

Es importante tomar en cuenta que no es posible delimitar una política a nivel


país, cada región presenta características que imposibilitan ese tipo de trazo, por
lo que deben evaluarse las necesidades por región, comenzando con aquellas que
cuenten con los mayores niveles de rezago económico, por ejemplo, en los
Estados del sudeste de la República. El mayor acceso a los servicios financieros
permitirá mayor información para que los hogares y pequeñas empresas, la
cual  se potencializa con el acceso al crédito.

Para ambos objetivos, tanto para la regulación de los servicios como para la
bancarización, es deseable aumentar las vías digitales como medio para el
desarrollo de las políticas que se implementen, si bien las telecomunicaciones y
los niveles socioeconómicos juegan un papel en contra en muchas poblaciones
que no cuentan con acceso a redes de telecomunicaciones, son la vía plausible en
zonas urbanas, la bancarización española demostró el potencial para conllevar un
aumento de competencia en el sector financiero a través del desarrollo de redes
de distribución o de aceptación de medios de pago electrónicos, lo cual motivó la
aparición de nuevos productos y que estos pudieran encontrarse en la palma de
los usuarios.

Independientemente de las prácticas que se pongan en marcha después del


proceso de diseño e implementación de políticas públicas, continúa la labor del
gobierno a través de sus instancias para medir y evaluar los resultados de las
mismas y realizar las correcciones necesarias, ya sea para proteger a los usuarios
en el camino a la inclusión financiera, fomentar la competencia entre las
instituciones bancarias y evitar que existan prácticas relacionadas al
asistencialismo, las cuales desencadenarían problemáticas relacionadas con la
sostenibilidad del proyecto.

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