Está en la página 1de 3

La Tierra como una máquina térmica:

Una máquina térmica, por definición, es un sistema capaz de convertir calor en


trabajo.
Cumplen las siguientes características:
-Realizan procesos cíclicos.
-Contienen una sustancia de trabajo.
-Reciben calor, QH, de una fuente a temperatura alta, TH.
-Convierten parte del calor que se les suministra en trabajo.
-Ceden calor, QC, hacia un sumidero de calor a baja temperatura, TC.
Podemos asignar TH a nuestro núcleo interno, que emite constantemente energía
en forma de calor. TC puede ser el resto de las capas internas de la Tierra, que están a
una menor temperatura que el núcleo. Y la sustancia de trabajo sería el magma.
Las fuentes y sumideros de calor son sustancias con capacidad calorífica alta, que
pueden suministrar o absorber gran cantidad de calor sin que se modifique
apreciablemente su temperatura. Un ejemplo puede ser el agua.
Un sistema que sufre un proceso cíclico cumple la siguiente afirmación: el calor
neto que fluye hacia la máquina en un proceso cíclico es igual al trabajo realizado por la
máquina. Al analizar máquinas de calor, resulta útil considerar dos depósitos con los
que la sustancia de trabajo puede interactuar. Depósito caliente, representa la fuente de
calor, puede dar a las sustancias grandes cantidades de calor a temperatura constante TH
sin cambiar su propia temperatura. Depósito frío puede absorber grandes cantidades de
calor desechado por la máquina a una temperatura constante menor, TC. Denotamos a
las cantidades de calor transferido de los depósitos caliente y frío como QH y QC
respectivamente. En una máquina de calor QH>0 (calor absorbido) y QC<0 (calor
cedido).
Vamos a tener en cuenta el criterio de signos de la termodinámica, dónde el calor
absorbido por un sistema es positivo, el calor cedido por el mismo es negativo; y el
trabajo realizado por el sistema es positivo, mientras que el trabajo aplicado sobre el
sistema es negativo. Tal y cómo se expresa en la siguiente imagen:

Entonces, un sistema cíclico cumple:


𝑈1 = 𝑈2

∆𝑈 = 0

∆𝑈 = 𝑄 − 𝑊

0=𝑄−𝑊

𝑄=𝑊
Siendo ∆𝑈 el calor interno, 𝑄 el calor total del sistema y 𝑊 el trabajo realizado por
el sistema.
Si una máquina repite el mismo ciclo una y otra vez, QC y QF representan el calor
absorbido y cedido por la máquina en cada ciclo. El calor neto absorbido por ciclo es:
(+) (−)
𝑄 = 𝑄𝐻 + 𝑄𝐶
Si aplicamos la 1ª Ley de la termodinámica para un proceso cíclico (ΔU=0; W=Q)
tenemos:
(+) (−)
𝑊 (+) = 𝑄𝐻 + 𝑄𝐶
W, el trabajo, en nuestro geosistema sería el movimiento de placas, la formación y
destrucción de litosfera (oceánica y continental Todos los procesos naturales son
irreversibles, pues nunca van a darse en el sentido contrario de forma espontánea.
Vamos a explicar con la siguiente imagen el proceso de una máquina térmica:

Imagen 1, Esquema de una máquina térmica.

Cómo ya dijimos nuestro foco caliente sería el núcleo, capa que emite
constantemente energía en forma de calor por la cristalización de átomos de hierro que
provocan corrientes de convección dentro del núcleo externo (fase líquida) junto con el
calor del núcleo interno (calor transferido por conducción). Nuestra sustancia de trabajo
será el magma (roca fundida) que compone el manto (inferior y superior), esta sustancia
cambiará de fase en la corteza (oceánica y continental) cuando las condiciones de
presión y temperatura cambien. Nuestro foco frío será las mimas capas de la Tierra que
están a una menor temperatura que el núcleo (gradiente geotérmico). El calor se
transfiere gracias a nuestra sustancia de trabajo que es el magma mediante corrientes de
convección que mueven masas de magma por densidad y temperatura (hacia el interior
el nuevo magma, frío y más denso y hacia el exterior el magma más caliente). Este
movimiento de convección (forma de transferir el calor de un foco caliente hacia un
foco frío) genera un trabajo, que es la destrucción-formación de litosfera y, por
consiguiente, el movimiento en las placas tectónicas. Y el calor de nuestro foco caliente
llega a la superficie terrestre (parte de nuestro foco frío) en forma de vulcanismo.
El enunciado de Kevin-Plank nos explica, haciendo uso de la segunda ley de la
termodinámica, que no existe una máquina térmica que efectúe un ciclo con un
rendimiento (𝜂) del 100%, es decir, que transfiera todo el calor del foco caliente al foco
frío sin perder algún porcentaje de la energía en forma de calor o trabajo. Ni que todo el
calor del foco caliente se convierta en trabajo. Nuestra máquina térmica precisa de un
foco frío para poder producir un trabajo, en cambio, no tiene por qué efectuar un trabajo
para poder transferir el calor del foco caliente al frío:

Imagen 2, Enunciados de Clausius y Plank.

También podría gustarte