El documento discute cómo los recuerdos placenteros del pasado pueden mitigar el dolor y el sufrimiento. Explica que las personas que encuentran un sentido y propósito en la vida toleran mejor el sufrimiento, según las observaciones de Viktor Frankl en Auschwitz. También describe cómo recordar momentos felices activa las mismas zonas cerebrales que cuando ocurrieron originalmente los eventos, y que esto puede liberar sustancias que producen bienestar. Además, señala que técnicas como la relajación a menudo usan
El documento discute cómo los recuerdos placenteros del pasado pueden mitigar el dolor y el sufrimiento. Explica que las personas que encuentran un sentido y propósito en la vida toleran mejor el sufrimiento, según las observaciones de Viktor Frankl en Auschwitz. También describe cómo recordar momentos felices activa las mismas zonas cerebrales que cuando ocurrieron originalmente los eventos, y que esto puede liberar sustancias que producen bienestar. Además, señala que técnicas como la relajación a menudo usan
El documento discute cómo los recuerdos placenteros del pasado pueden mitigar el dolor y el sufrimiento. Explica que las personas que encuentran un sentido y propósito en la vida toleran mejor el sufrimiento, según las observaciones de Viktor Frankl en Auschwitz. También describe cómo recordar momentos felices activa las mismas zonas cerebrales que cuando ocurrieron originalmente los eventos, y que esto puede liberar sustancias que producen bienestar. Además, señala que técnicas como la relajación a menudo usan
es suficiente para borrar años de sufrimiento. VOLTAIRE ¿Te sorprende que el amor a un recuerdo pueda mitigar el dolor? Continuando con Viktor Frankl, él observó que en Auschwitz había personas que fallecían pocos días después de llegar, independientemente de su estado físico, y otras que aguantaban largos periodos de tiempo pese a no ser aparentemente más fuertes que los que caían antes. Su propia experiencia en el campo de exterminio le confirmó su nueva de teoría de la logoterapia, que llevaba estudiando desde antes de la guerra. Las personas cuyas vidas tienen un sentido toleraron mejor el sufrimiento de Auschwitz. ¿Cómo lo podemos interpretar adaptándolo a la vida moderna? Las personas que encuentran una finalidad, un objetivo, un sentido a su vida, tienen más razones para ser felices. ¡Cuánta gente no encuentra motivos para levantarse cada mañana! Si uno tiene pensamientos y recuerdos constantes relacionados con gente a la que quiere, momentos especiales, o ilusiones por las que vivir será más alegre y feliz. ¡Cuidado, eso no siempre nos sale natural y hay que pelearlo! Hemos de ser capaces de reflexionar, de pensar en nuestras vidas y encontrar esas personas, momentos o esperanzas para que se conviertan en nuestras fuerzas motrices. Hay mucha gente que se abandona, que no busca en su interior, que cada día de su vida simplemente se deja llevar. Nos adentramos en un tema importante. Recordar escenas placenteras tiene un fuerte impacto en el cerebro: el hecho de recordar momentos especiales de nuestro pasado tiene la capacidad de producir las mismas sustancias y activar las mismas zonas cerebrales que se activaron cuando eso pasó en realidad. Esto constituye, en mi opinión, el principio de una auténtica revolución en el mundo de la neurociencia. El doctor Herbert Benson, médico y cardiólogo, profesor de la Universidad de Harvard, ha sido uno de los primeros científicos en ahondar en la relajación y meditación inspirándose en la filosofía oriental. Es pionero en estudios de mente y cuerpo, lo que él denomina «medicina del comportamiento». Su objetivo es demostrar la bondad de la meditación y determinadas actitudes mentales frente a los efectos nocivos de la ansiedad y el estrés. Sus ideas han significado un puente entre la religión y la medicina, fe y ciencia, aunando Oriente y Occidente, mente y cuerpo. El doctor Hebert Benson aplica 45 un nombre a este concepto: el bienestar recordado. Recordar eventos gratificantes, emotivos o alegres del pasado permite a nuestro organismo liberar sustancias bioquímicas antidepresivas. Cuando percibo que hay tensión en alguna pareja, suelo preguntar: —¿Cómo os conocisteis, cómo te conquistó tu marido? A pesar del malhumor y de la tensión acumulada, el hecho de recordar eventos alegres del pasado consigue cambiar, al menos momentáneamente, el tono emocional de quien habla. Por eso muchas técnicas de relajación o de curación de estrés o traumas tienen lo que llamamos un «lugar seguro» en la mente. Una sensación, recuerdo o imagen que nos produce paz, solo con evocarla en nuestra mente. El doctor Benson sostiene que una persona con dolor de cabeza o dolor de espalda puede mejorar con placebo. ¿La razón? Recuerda la sensación de bienestar que experimentaba tras ingerir la medicación. Por eso el efecto placebo tiene ese efecto casi mágico por todos conocido.
JEEVES Malcom - BROWN Warren, Neurociencia, Psicología y Religión. Ilusiones, Espejismos y Realidades Acera de La Naturaleza Humana, EVD, Navarra, 2010, 117-136.