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EL ENSAYO.

Es un escrito en prosa, generalmente breve, ágil y profundo, que expone una interpretación
personal sobre un tema específico. Es una mezcla entre el arte y la ciencia (es decir, tiene un
elemento creativo –literario- y otro lógico –de manejo de ideas-). En esa doble esencia del
ensayo es donde radica su potencia y su dificultad. El ensayo puede cobijar todas las áreas del
conocimiento.

El ensayo además es una reflexión, casi siempre a partir de la reflexión de otros que se citan de
alguna manera en el escrito. Por eso el ensayo se mueve más en los juicios y en el poder de los
argumentos (no son opiniones gratuitas); en el ensayo se deben sustentar las ideas. Mejor aún,
la calidad de un ensayo se mide por la calidad de las ideas, por la manera como las expone, las
confronta, las pone en consideración. Si no hay argumentos de peso, si no se han trabajado de
antemano, el ensayo cae en el mero parecer, en la mera suposición.

Los buenos ensayos se encadenan de manera coherente. No es sumando ideas como se hace
un buen ensayo, es tejiéndolas organizadamente. Si en un ensayo no hay una lógica de
composición, así como en la música, difícilmente los resultados serán aceptables. De allí
también la importancia de un plan, para su elaboración.

Para escribir un ensayo se deben tener en cuenta algunos elementos como:

- Determinar la idea o ideas base que articularán el texto, o sea los argumentos fuertes
que se desean exponer o debatir. Esta idea debe ser suficientemente sustentada en el
desarrollo del mismo ensayo.

- Identificar las fuentes o autores que sustentan el argumento.

- Redactar el ensayo teniendo en cuenta que en el primer párrafo debe ir la introducción


donde se plantea la problemática que se quiere abordar, luego se va desarrollando el tema
aludiendo a cada una de las fuentes consultadas y finalmente se dan las conclusiones y
apreciaciones personales. La bibliografía va involucrada dentro del mismo texto.

- En cuanto a extensión no hay un límete exacto. Sin embargo, no debe ser tan corto
que parezca una meditación, ni tan largo que se asemeje a un tratado. Pero sea cual sea la
extensión, en cada ensayo debe haber una tesis (con sus pros y sus contras), y la síntesis
necesaria.

Las anteriores puntualizaciones no son excluyentes con otros estilos o con otras maneras de
elaboración del ensayo, ni pueden leerse como una camisa de fuerza; son tan sólo
recomendaciones.

Finalmente, es importante decir que este género cumple un papel fundamental para el
ejercicio y el desarrollo del pensamiento, pues por medio del ensayo es que “vamos
ordenando la cabeza”; es escribiendo ensayos como comprobamos nuestra “lucidez” o
“torpeza mental”. Digamos que el ensayo –puro ejercicio del pensar- es el espejo del propio
pensamiento.

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