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TEXTO HUMANÍSTICO: QUÉ ES, CARACTERÍSTICAS Y CÓMO SE ESCRIBE

El texto humanístico trata los temas que tengan que ver con la cultura y el humano en
general. Estos tipos de texto se clasifican por la temática que abarcan tanto disciplinas
pertenecientes a las Ciencias Humanas como disciplinas correspondientes a las Ciencias
Sociales.
Además el texto humanístico se caracteriza por su finalidad y por la forma en que expresa
esos contenidos. Por un lado constituye un conjunto de conocimientos sobre el ser humano
que no persiguen una finalidad práctica inmediata, pero sí una importante función
formativa.
Por otro lado es teórico y especulativo, y la reflexión y el razonamiento tienen una fuerte
carga argumentativa que se refleja en el carácter expositivo y argumentativo de este tipo de
textos.
Para realizar un texto humanístico se recurre al ensayo. Esto no es lo mismo que un texto
literario o un texto expositivo. Cumple ciertas normas como ser un género reflexivo y
literario. Se trata de un género ligado a la reflexión, a la transmisión de ideas; pero también
es, por sus rasgos formales, un género literario.
El ensayo posee un carácter abierto y puede tratar cualquier tema que se relacione con el
hombre y su cultura, sin someterse a ningún tipo de reglas o normas institucionales. El
autor escribe en forma de notas, de apuntes personales y de divagaciones. De este modo
muestra su postura personal y subjetiva sobre el tema.
¿QUÉ ES UN ENSAYO?

El ensayo es un texto argumentativo, en el cual el autor expone sus ideas acerca de un tema
en particular. El lenguaje utilizado debe ser directo aunque sin perder delicadeza; sencillo
aunque con cuidado de la rigurosidad; su contenido exige información precisa, pero rechaza
el detallismo superficial.
En el mismo, se presenta una propuesta o especie de tesis - sin llegar a serlo - y se defiende
con todos los argumentos posibles, los cuales deben estar bien fundamentados con
opiniones personales, exposiciones teóricas, ejemplos de la vida real conocidos o no; puede
citarse las palabras de otro autor indicando de dónde las extrajo.
La elaboración de un ensayo requiere investigar los contenidos que se desean desarrollar. El
objetivo es ampliar criterio, contrastar con posiciones ajenas, conocer los antecedentes de la
discusión al respecto. Las ideas derivadas de la bibliografía pueden ser muy importantes
pero es necesario que lo sean aún más las del propio ensayista. Por tanto, la revisión que se
haga debe realizarse en función de un planteamiento base e ir incorporando, para ilustrar,
contrastar o comparar, las ideas de otros autores. La exposición debe ser convincente,
redactada de acuerdo a todas las reglas establecidas, con el vocabulario propio de la materia
a exponer y, si es necesario, con vocablos técnicos.

INSINUACION MARGINAL
(Gabriel Arturo Castro)
“si yo estuviera seguro no ensayaría”
Montaigne

El ensayo no es solamente un género literario o una forma literaria adecuada a la expresión


de las preocupaciones intelectuales y artísticas, sino que es el estado adulto de la palabra, la
madurez del pensamiento. De constitución esencialmente libre, el ensayo despliega el
espíritu crítico y subjetivo del autor, de una manera ágil, fluyente, espontánea y abierta,
contraponiéndose a las posiciones rígidas, inequívocas y absolutas del tratado científico,
del estudio y la disertación académica.
El ensayo no pretende descubrir nada, ni sustentar una tesis; solo busca probar, sondear,
pulsar la capacidad de una expresión, por lo que no procura detallar minuciosamente las
pruebas que fundamentan las afirmaciones críticas, el tema únicamente sirve de disculpa
para extraviarse en otros necesarios a la voz del creador. Su libertad de desarrollo y tono
permite que el ensayista tenga una precisión estética.
Aunque la tarea del ensayista es eminentemente escéptica, al poner en duda toda, el
dogmático (indiscutible-principios de una doctrina) que en últimas es un ingenuo
incondicional a ciertas doctrinas no ensaya, ya que su adhesión (devoción) acrítica le
impide sobre pasar la autoridad y la creencia, tal como lo afirma FERNANDO SAVATER:

“el ensayo es un género particularmente apto para la divagación y la crítica, es decir,


para perderse en los temas y para denunciar que otros se han perdido, creyendo
mantenerse en el camino conveniente”

Adorno, por su parte, señala que el que ensaya en vez de producir algo científico, su
esfuerzo queda reflejado en lo lúdico, alrededor del juego transformador, el rito, la creación
subjetiva, la experiencia sentida.
Ya lo recordó Richard Schechner al afirmar que tanto la reflexividad como el fluir
caracterizan el juego, junto a las funciones del aprendizaje, la indagación, la creatividad y
la comunicación. Es así que hay en el ensayo un ánimo de juego pero no del juego en su
acepción popular, algo despreocupado, simulado o poco serio. Todo lo contario, el juego no
es desinterés ni éste coloca al arte por encima o más allá de todo compromiso con respecto
al mundo y al ser. El juego puede apartarse de lo inmediato, la gratuidad y el facilismo.
Parodiando a Schutz, el ensayo es un comportamiento infinito de significados, cuya
cualidad es su poder de transformación y de conmoción de la experiencia hacedora
(creadora) del escritor y del lector., Labor del ensayista es hacer un mundo, crear un
universo extraído del caos. Ahí radica su poder artístico: “crear algo que no existía antes; y
posteriormente, transformar algo que existía en otra cosa que en realidad no existía”.
Ensayar es crear continuamente desde la estética y el movimiento, una dinámica donde se
reconoce que todo es provisional, nada se da por seguro ni por verdadero.
El ensayo es indagación de relaciones, transformación de elementos; flexibilidad, riesgo,
provisionalidad, temeridad, entre otras palabras, es creación que nunca termina y que se
realiza a través de una actividad permanente e incesante.
A diferencia de la elaboración científica-del tratado o de la tesis-, el ensayo es menos
rígido, menos domesticado, “el ensayo científico” es un contrasentido y un despropósito.
El ensayo hace predominar la subjetividad del autor, creando sus propias fronteras y
terrenos permeables de realidades múltiples.
Lo importante es lograr nuevas aperturas, flexibilidad, plasticidad, desvíos con respecto al
camino recto, nuevas configuraciones y ordenamientos de las ideas y experiencias.
El ensayo no posee punto final (es una obra abierta e inconclusa), por lo que se constituye
tan sólo en un punto de partida, tras su continuo peregrinar y dar vueltas alrededor de sus
preocupaciones fundamentales.
Por lo tanto, su fuerza es el desequilibrio y la alteración que produce, pues se construye y
reconstruye dentro de un sistema dinámico que carece del centro fijo, de punto estático o
referente absoluto.
El ensayo se rebela contra toda restricción y subordinación de la imaginación y el
conocimiento, convirtiéndose, entonces, en una síntesis de realidades esenciales que
responde a una demanda honda e intensa. Escapa el ensayo a la mentalidad planificadora, a
la fría racionalidad y al concepto caduco (corto, fugaz, temporal).
El ensayo seria ese espacio abierto al ejercicio de lo imaginario. Su flujo no deja intacto al
mundo, al cual reinterpreta y transgrede como insinuación marginal, divergencia y
enrancia, porque el hombre mismo es, según Paul Valery, intento, jugada tentativa,
posibilidad, es decir, ENSAYO.

EL ENSAYO: PISTAS PARA SU COMPOSICION

Orden
El orden es el criterio con que se clasifica la información en un texto. Los órdenes más
corrientes en el ensayo son tres: cronológico, causa-efecto, comparativo.
Orden cronológico: permite distribuir la información según el criterio del tiempo. Esta
forma de organizar la información domina la referencia de hechos históricos, los procesos
de elaboración o transformación de productos, etc. Puede recurrirse con frecuencia a una
serie de nexos que ayudan a reforzarlo, tales como: inicialmente, posteriormente, luego,
finalmente, de inmediato, después, con posterioridad, con anterioridad, al principio,
seguidamente, al final, etc.
Orden comparativo: permite relacionar la información según semejanzas y diferencias.
Utiliza el contraste, las similitudes. Es ayudado manejando un fuerte intertexto. El orden
comparativo se refuerza en el texto por medio de enlaces como los siguientes: por otra
parte, más bien, contrariamente, a diferencia de, no obstante, sin embargo, en
contraposición de, en cambio, etc.
Orden causa-efecto: es una manera de ordenar un texto en el que se mencionan las razones
y las consecuencias de una situación. Aquí se puede recurrir, entre otros, a los siguientes
enlaces: por tanto, en consecuencia, debido a ello, por esto, como resultado de ello, etc.

Figuras retóricas
Al escribir, uno puede apelar también a recursos retóricos, sin embargo no se debe abusar
de ellos.
Algunas de las figuras retóricas que sugerimos pueden utilizar son:
Sentencia: Es la exposición breve y enérgica de una enseñanza profunda.
Paradoja: Reúne ideas al parecer contradictorias para poner más de relieve la profundidad
del pensamiento.
Antítesis: Contrapone unos pensamientos a otros, unas palabras a otras para que resalte más
la idea principal.
Interrogación: Expresa el efecto en forma de una pregunta cuya respuesta no se ignora. Esto
sería una pregunta retórica.
Hipérbole: Exagera una verdad para inculcarla con más fuerza.

 Un ensayo es una mezcla entre el arte y la ciencia (es decir, tiene un elemento
creativo-literario y otro lógico de manejo de ideas) en esa doble esencia del ensayo
(algunos hablaran de un género hibrido) donde radica su potencia y su dificultad.
Por ser un centauro mitad de una cosa y mitad de otra). El ensayo puede cobijar
todas las áreas del conocimiento, todos los temas, sin embargo, sea el motivo que
fuere, el ensayo necesita de una fineza de escritura que lo haga altamente literario.
 Un ensayo no es un comentario (la escritura propia de la opinión) sino una
reflexión, casi siempre a partir de la reflexión de otros (esos otros no
necesariamente tienen que estar explícitos, aunque, por lo general, se menciona a
pie de página o en las notas o referencias). Por eso el ensayo se mueve más en los
juicios y en el poder de los argumentos. En el ensayo se debe sustentar las ideas, Por
la manera como las expone, la confronta, las pone en consideración. Si no hay
argumentos de peso, si no se han trabajado de antemano, el ensayo cae en el mero
parecer, en la mera suposición.
 Un ensayo discurre. Es discurso pleno. Los buenos ensayos se encadenan, se
engarzan de manera coherente. No es poniendo una idea tras otra, no es sumando
ideas como se compone un buen ensayo. Es tejiéndolas de manera organizada,
jerarquizando las ideas. Si en un ensayo no hay una lógica de composición, así
como en la música, difícilmente los resultados serán aceptables. De allí también la
importancia de un plan, de un esbozo, de un mapa-guía para la elaboración del
ensayo.
 El ensayo requiere del buen uso de los conectores. Los conectores son los engarces
necesarios para que el ensayo no parezca desvertebrado. Hay conectores de
relación, de consecuencia, de causalidad, las hay también para resumir o para
enfatizar. Y, a la par de los conectores, es indispensable en excelente manejo de los
signos de puntuación gracias a la coma, al punto y coma, al punto seguido…, es
como uno respira, tiene un ritmo, una transpiración. Es el conocimiento inapropiado
o preciso de los signos de puntuación lo que convierte a nuestros ensayos en
monótonos o livianos, interesantes o densos.
 El ensayo es subjetivo, profundo, cotidiano, sorprendente. Se aventuran por exponer
su pensamiento
 Resaltar: cuál es la idea o ideas que articulan el texto. En otros términos, cuales son
los argumentos fuertes que se desean exponer o la idea que quiere debatirse o
ponerse en cuestionamiento. Esta idea (la tesis) tiene que ser suficientemente
sustentada en el desarrollo del mismo ensayo
 Con qué fuentes o en qué autores se sustenta nuestro argumento; a partir de qué o
quienes, con qué material del contexto se cuenta; en síntesis, cuales son nuestros
puntos de referencia. Este es el lugar apropiado para la bibliografía, para la citación.
 Qué se va a decir en el primer párrafo, en el segundo, en el último (la forma del
ensayo es fundamental; antes de elaborar un ensayo hay que elaborar un esbozo, un
mapa de composición). Cómo vamos a seducir al lector el último párrafo debe tener
igual fuerza porque nos importa dejar en la memoria de nuestro posible receptor.
(aunque no siempre el último párrafo es una conclusión, si debe el ensayo tener un
momento de cierre- de síntesis-, desde el cual puedan abrirse nuevas ventanas, otras
escrituras. El último párrafo es una invitación a un nuevo ensayo, los ensayos se
alimentan de otros ensayos, un nuevo ensayo abre el camino a otros que aún no han
escrito.
 Qué extensión aproximada va a tener. El ensayo no debe ser tan corto que parezca
una meditación, ni tan largo que se asemeje a un tratado. (entre tres y diez páginas).
Pero, sea cual sea la extensión en cada ensayo debe haber una tesis (con sus pros y
sus contras), y la síntesis necesaria.
 Cuando el ensayo oscila entre las dos y las tres páginas, sobran los subtítulos.
Cuando tienen un número de páginas mayor, pueden recurrirse a varios sistemas:
uno, subtitulando; otro, separando las partes significativas del ensayo con numerales
sin olvidar que cada una de las partes del ensayo están interrelacionadas.
 El papel fundamental del género es el ensayo para el desarrollo del pensamiento.
Por medio del ensayo es que “nos vamos ordenando la cabeza”, comprobamos
nuestra “lucidez” o nuestra “torpeza mental”. El ensayo como forma señala el papel
crítico de una escritura es el motor de la reflexión. “el ensayo pone en cuestión”,
diluye las verdades, se esfuerza por mirar los grises de la vida y de la acción
humana, es una búsqueda no hace más sino “hurgar” o remover en esas grietas de
las escrituras.

Digamos que el ensayo es puro ejercicio del pensar, es el espejo propio del pensamiento

Enlaces para visitar:


https://www.aboutespanol.com/ejemplos-de-ensayos-cortos-2879489

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