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8 Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no
procede de ustedes, sino que es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
El día de hoy Dios nos invita a compartir con otros ese maravilloso regalo de la
salvación.
En este hermoso dia quiero compartir con ustedes, porque es importante que usted
comparta con otros las Buenas noticias de Salvación en Cristo.
Necesitamos como iglesia recordar que somos llamados por Dios como esos
mensajeros de amor, como mensajeros de Paz y embajadores de Cristo en esta
ciudad, barrio o donde Dios lo quiera llevarle,
(Isaías 55:3). dice que oír la Palabra de Dios, es el primer acto necesario para recibir
el mensaje del Altísimo, por lo que se convierte en una actitud indispensable del ser
humano para recibir la gracia y las bendiciones que la palabra de Dios provee a
quienes la reciben, "Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra
alma……."
El profeta pone de relieve que para que viva nuestra alma y para que se establezca
un pacto, una relación duradera, un compromiso con Dios, es necesario inclinar
nuestro oído, es decir se hace imperioso oír a Dios, en este caso mediante la
predicación de su palabra.
2) Oír la palabra de Dios trae paz, tranquilidad y lo más importante te libera de todo
temor: "Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del
mal." (Proverbios 1:33).
3. Oír la palabra de Dios atrae bendiciones sobre las visitas y asistentes: "Y vendrán
sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu
Dios." (Deuteronomio 28:2).
Grande beneficio recibe quien oye la palabra de Dios, así que hermanos no te dirijas
al culto sin llevar una visita, no solo salvaras un alma, sino que llenaras de refrigerio,
gozo, paz, amor, salvación, vida eterna o corregir el mal camino de muchas
personas:
1. Oír la palabra de Dios aleja la ira de Dios sobre nosotros: "Quizá oigan, y se
vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles
por la maldad de sus obras." (Jeremías 26:3)
2. Oír la palabra de Dios es el principio para obtener la vida eterna: "De cierto, de
cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. " (San Juan 5:24)
• "Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su
gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego." (Deuteronomio 4:36).
4. Oír la palabra de Dios nos da la oportunidad de corregir nuestro mal camino, es
algo que todos queremos y deseamos, pero será que estás haciendo el trabajo de
hacerle la invitación a la iglesia: "Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían
hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de
la maldad de sus obras." (Jeremías 23:22)
Para que una persona tenga una relación con otra, tiene que haber una
comunicación en ambas direcciones.
Muchos leen la Biblia para escuchar a Dios, pero desconocen el aspecto personal
divino de Dios hablándoles a través de Las Escrituras. Esto da lugar a que
“seleccionen y escojan” de la palabra escrita de Dios lo que es conveniente para su
propia situación, e ignoran otras partes, viéndolas como “escritas para otros.”
Jesucristo prometió que no nos dejaría huérfanos, sino que vendría a nosotros:
• "Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que
sus obras no sean reprendidas." (Juan 3:20).
Hay serias advertencias para las personas que no quieren oír la palabra de Dios, son
muchas las personas que dicen y prometen que van a ir a nuestros cultos, pero solo
son palabras que se lleva el viento, para estas personas les quiero decir mediante
las escrituras:
• "Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo
soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio
a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz." (San Juan 18:37).
• "Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para
no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que
Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros;
vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos. Y aconteció que así
como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice
Jehová de los ejércitos" (Zacarías 7:11-13).
• "El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable "
(Proverbios 28:9).
Por último la Palabra de Dios nos enseña que cuando vengamos a la casa de Dios
debemos poner empeño en acercarnos para oír: "Cuando fueres a la casa de Dios,
guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios;
porque no saben que hacen mal." (Eclesiastés 5:1).
Creer la Palabra de Dios es un acto necesario para todo aquel que quiere seguir el
camino del Señor JESUCRISTO, ya que poner nuestra confianza en la enseñanza
divina es uno de los elementos fundamentales de la vida cristiana.
En ese sentido Creer la Palabra de Dios lo podemos definir como la actitud del ser
humano consistente en confiar ciega y profundamente en la veracidad e
incuestionabilidad de la Enseñanza Divina: "Toda la Escritura es inspirada por Dios,
y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que
el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."
(2da. Timoteo 3:16,17).
• "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios" (2da.
Corintios 1:21).
3. Porque es necesario creer la Palabra de Dios para que ella sea de provecho para
nosotros: "Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a
ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que
la oyeron. " (Hebreos 4:2).
En la casa de Naamán trabajaba una jovencita que conocía a Dios y estaba
consciente de la condición de su jefe y se aventuró a decirle donde tenia que ir para
que su problema fuera resuelto. Naamán aceptó la invitación, fue librado de su lepra,
conoció el poder de Dios en su vida y declaró: No ofreceré holocausto ni sacrificios a
otros dioses, sino al Señor Jehová.
Con ese simple acto de valor, no solamente la vida de Naamán, sino la de su esposa
e hijos, fue completamente transformada, todo porque una jovencita, una humilde
trabajadora, lo invitó a ir y ver. (2 Reyes 5:1,13).
Felipe, uno de los discípulos de Jesucristo, es reconocido por este sencillo acto de
invitar a un amigo a conocer a Jesús. El va con su amigo Natanael y le dice que ha
encontrado al Mesías, pero éste se muestra incrédulo. En vez de tratar de
argumentar con él, sencillamente le dice: Ven y ve. (Juan 1:44,46).
Hagamos el compromiso de orar por alguien e invitarlo a la iglesia ,,, traer una visita
al templo en cada servicio alegrara el corazón de Dios.