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REPÚBLICA BOIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE SALUD Y DESARROLLO HUMANO
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CATEDRA – TEORIA DE LOS TRATAMIENTOS II

Principales modelos de abordaje


terapéutico

Facilitadora:

San Joaquín de Turmero, 17 de octubre del 2020


Modelo Cognitivo-Conductual

Como hacen mención Marta Díaz y Ruiz Ángeles (2012) la Terapia


Cognitivo-Conductual (TCC) puede ser definida como “un ámbito de
intervención en salud que trabaja con respuestas físicas, emocionales,
cognitivas y conductuales desadaptadas, de carácter aprendido”. De igual
forma indican que en este modelo se considera en gran medida la
responsabilidad de los individuos sobre los procesos que le afectan,
pudiendo ejercer de tal forma control sobre ellos, asimismo exponen que en
la TCC se encuentran diversas técnicas y programas específicos para
diferentes problemas y trastornos con un tiempo de aplicación menor en
comparación a otras psicoterapias que son a largo plazo.

Por otra parte Ingram y Scott (1990), exponen que todas las TCC se
basan en siete supuestos que son: 1- Las personas responden a las
representaciones cognitivas de los eventos ambientales más que a los
eventos en sí mismos; 2- El aprendizaje se encuentra mediado
cognitivamente; 3- La cognición es la encargada de mediar la disfunción
emocional y conductual (debe tomarse en cuenta que este supuesto hace
alusión a que las variables cognitivas están interrelacionadas con variables
afectivas y conductuales, por lo que afecta de forma directa estas variables y
viceversa); 4- Algunas formas de cognición pueden ser monitorizadas; 5-
Algunas formas de cognición pueden ser alteradas; 6- Al alterar la cognición
pueden ser modificados los patrones disfuncionales emocionales y
conductuales; 7- Ambos métodos de cambio terapéutico, cognitivo y
conductual, son deseables y deben ser integrados en la intervención.

En síntesis se podría decir entonces que este modelo se enfoca en


facilitar o mediar los  procesos de aprendizaje que permitan modificar o
cambiar el repertorio de conductas que el paciente presenta. En algunos
casos su trabajo se enfoca en fortalecer y mantener aquellas conductas  ya
existentes que le permiten afrontar una situación específica y en otros busca
implantar o facilitar la aparición de nuevas conductas o inclusive reducir o
extinguir otras no deseadas o no aceptadas socialmente.

Es primordial entender que para la TCC se debe conocer y evaluar


primeramente los pensamientos y los tipos de procesos cognitivos que la
persona emplea. Éstos, y su modificación cuando son disfuncionales, van a
constituir el objetivo de la terapia, pretendiendo entonces que se den tanto
cambios cognitivos como conductuales en el funcionamiento cotidiano del
paciente. Es válido mencionar que tanto el auge como la efectividad de estas
terapias podrían estar relacionados con el reconocimiento de la posibilidad
de emplear tanto la conducta manifiesta como la encubierta ponderando la
importancia y utilidad de los pensamientos, sentimientos y creencias como
causales de la conducta.

Entre las técnicas pertenecientes al modelo cognitivo-conductual se


encuentra:

Entrenamiento en inoculación de estrés (EIE): Este programa fue


desarrollado en 1985 por Meichenbaum y tiene como objetivo el avance con
los pacientes sobre la comprensión de sus vivencias y reconocimiento de
situaciones o factores estresores para que posteriormente adquieran
habilidades que le permitan afrontar y reaccionar de una manera idónea ante
la presencia de algún conflicto o evento estresante. Por otra parte se busca
que el paciente logre adquirir el conocimiento y a su vez entendimiento de la
sintomatología y los esquemas mentales y emocionales que pueden
presentarse en dichas situaciones.

Como indicador de logro se podría mencionar el que la persona,


posterior a la aplicación del EIE, logre exponerse de manera eficaz ante
circunstancias que le generen ansiedad y miedo y haga uso de las
estrategias y habilidades psicológicas adquiridas para modificar las
cogniciones negativas que puedan presentarse y así reducir paralelamente
los niveles de activación fisiológica. Para la obtención de estos objetivos se
tiene una secuencia de tres fases, denominadas: Fase educativa o de
conceptualización, fase de adquisición y ensayo de habilidades y por último
la fase de aplicación y seguimiento.

Fase educativa o de conceptualización: En esta fase se le otorga al sujeto


una instrucción acerca del problema existente relacionado a la presencia de
niveles elevados de estrés, buscando completar de manera adecuada el
proceso de reconceptualización. Para esto se le explica, de una forma que
sea sencilla de entender, cuál es la naturaleza y origen de las reacciones al
estrés y al igual que sus respuestas a nivel fisiológico, cognitivo y conductual.
En esta fase pueden utilizarse distintas técnicas y medios tales como el
autoregistro, la entrevista, las evaluaciones conductuales entre otros,
teniendo como objetivo principal el preparar el escenario para las
intervenciones posteriores de las otras fases.

Fase de adquisición y ensayo de habilidades: Las sesiones pertinentes a


esta fase se encuentran enfocadas en la adquisición y el entrenamiento en
habilidades de afrontamiento y herramientas para el manejo adecuado en
situaciones ansiogenas o estresantes. Pueden utilizarse técnicas de
respiración y relajación, reestructuración cognitiva, visualización guiada,
entre otras para que el paciente pueda modificar los pensamientos
automáticos negativos que surgen en las situaciones conflictivas o
estresantes. El principal objetivo en esta fase se centra en guiar a los
pacientes para que desarrollen y consoliden diversas habilidades de
afrontamiento, tanto intrapersonales como interpersonales.
Fase de aplicación y seguimiento: Siendo esta la última fase del programa
se busca que a través de la exposición gradual ante situaciones ansiogenas
o factores estresores, ya sean reales o imaginarios, que el individuo ponga
en práctica todo lo aprendido en las sesiones previas, valorando así la
eficiencia de las técnicas y resolviendo las dudas o deficiencias existentes.
En esta fase pueden hacerse uso de técnicas como el ensayo imaginativo,
role play y técnicas de moldeamiento, como el encubierto. Por otra parte es
importante implementar el concepto de prevención de recaídas para que la
persona pueda aumentar sus sentimientos de eficacia y resistencia.

Modelo Psicodinámico

Vizcarret Garro (2007) expone que el modelo psicodinámico valora al


cliente directamente como un individuo que padece una enfermedad, es
decir, lo toma en consideración en primera instancia como un paciente, razón
por la cual el terapeuta toma el papel de experto encargado en llevar el
proceso de manera adecuada, entendiendo de tal forma la naturaleza del
problema y proponiendo los tratamientos que sean más idóneos según sea el
caso. De igual forma este autor plantea que en este modelo es fundamental
el concepto de la transferencia, indicando que este es producido cuando los
conflictos desarrollados por dificultades en antiguas relaciones están
causando trastornos de conducta que aflorar en el presente, teniendo así que
el terapeuta es el receptor de la trasferencia del cliente cuando este traspasa
sus fobias en la terapia.

Por otra parte Alvarez (2015) indica que el termino psicodinámico hace
referencia a “un conflicto dentro de la misma persona que adquiere
inmediatamente un papel principal dentro del proceso de análisis” por otra
parte expone que con este modelo “se intenta llegar y revelar la fuente
misma del problema, para así determinar posibles repercusiones en el
paciente, que se demuestran en su realidad actual”. Asimismo Jacques y
Solomonov (2016) expresan que el pensamiento psicodinámico se ha visto
modificado significativamente en lo que concierne a la teoría. Aun cuando
parte de los constructos teóricos de Freud recibieron un soporte experimental
notable, fueron abandonados y en otros casos actualizados ciertos
componentes de la teoría psicoanalítica y psicodinámica en base a la
considerable aglomeración de conocimientos y evidencias empíricas.

Entre los objetivos principales del modelo psicodinámico se encuentra


la búsqueda de simplificar y favorecer el proceso de autoexploración y
autodescubrimiento a través del incremento de la reflexión, al igual que llevar
a cabo un proceso de insight, es decir que el paciente logre ser consciente y
comprenda sus comportamientos, abarcando tanto las emociones como las
cogniciones, al igual que explorar e identificar como estos comportamientos
interfieren en las necesidades del sujeto. De igual forma se destaca que en
gran parte de los casos los conflictos internos se encuentran asociados a
algunos de los contenidos que se precisan entender dentro de la terapia.

Debido a lo extenso de los tratamientos psicoanalíticos un grupo de


teóricos desarrollaron la psicoterapia dinámica a corto plazo sosteniendo que
el analista en cuestión debería tomar una postura activa y directiva que
permitiera la exploración del contenido inconsciente del paciente de una
forma más asequible. Esta psicoterapia se caracteriza por mantener muchos
de los supuestos psicoanalíticos al igual que las técnicas terapéuticas tales
como las clarificaciones, la transferencia y contratransferencia, exploración
de patrones de conductas desadaptativas, entre otras, con la diferencia de
que el terapeuta en este caso define en conjunto con el paciente las metas y
objetivos específicos que son posibles de alcanzar en un periodo de tiempo
relativamente corto y que mayormente se encuentran relacionados con los
problemas actuales de la persona.
Modelo humanista

Según expone García y Moya (1993) el modelo humanista sugiere en


primera instancia la importancia de implementar métodos ajenos a los
utilizados por los conductistas y psicoanalistas, al igual que plantean la
necesidad de una visión holística con un método ideográfico que permita
estudiar a las personas en su totalidad, considerándolas como individuos
únicos que presentan características propias que solo pueden ser estudiadas
de manera individual. Por otra parte Martorell y Prieto (2008) indican que el
humanismo se caracteriza por el fuerte rechazo del absolutismo y por la
preferencia de la flexibilidad frente a la exactitud racionalista, además de su
creencia de que los conocimientos de mayor relevancia en relación al ser
humano se obtienen a través de la focalización en los fenómenos puramente
humanos tales como lo son el amor, la creatividad o la angustia.

En consecuencia de la búsqueda de reunir tanto autores como ideas


que facilitaran deslindarse de la concepción determinista, mecanicista y
causalista que se tenía del hombre, fue desarrollada, en 1962, la Asociación
Americana de Psicología Humanista, la cual tenía como principal propósito
liberar la potencialidad de las personas y alcanzar la cúspide de la
autorrealización a través de la apertura de la vida interior del hombre. Se
buscaba con este enfoque la ocupación de la subjetividad y de la experiencia
Interna, al igual que la consideración de la persona como un todo, sin
fragmentaciones, tales como lo eran la conducta, el inconsciente, la
percepción o del lenguaje. En contraste se trataba de contemplar a los
individuos como objetos luminosos de estudio, desarrollando una disciplina
que investigara los fenómenos más positivos y sanos del ser humano

En síntesis se podría decir entonces que el enfoque humanista se


centra en la persona, tomando en consideración sus experiencias internas y
el significado que este le da ellas así como la auto presencia que esto le
supone. De igual forma está enfocada en como la persona se va
descubriendo a sí misma y como es la relación con los demás individuos y
los grupos sociales. En este mismo orden de ideas este modelo otorga
mayor importancia al sentido y a la significación que a los procedimientos
metodológicos, es decir, hace uso de métodos estadísticos y de
convalidación tradicionales pero los subordina al criterio de la experiencia
subjetiva. Del mismo modo este enfoque indica que todo conocimiento es
relativo, razón por la cual se busca en la medida de lo posible vivenciar
experiencias que permitan aprovechar las múltiples posibilidades humanas
de representación mental y creatividad que faciliten el aumento del
conocimiento.

Modelo Gestalt

El enfoque Gestáltico, tal y como explica Oblitas (2004), es un modelo


de psicoterapia que “percibe los conflictos y la conducta social inadecuada
como señales dolorosas creadas por polaridades”, estos conflictos a los que
hace referencia el autor pueden ser tanto de una naturaleza interna al
individuo, es decir intra-psíquico, como ser causado por la relación
interpersonal entre dos individuos, es decir de forma inter-psíquico. Asimismo
este autor expone que la Gestalt considera que “la conducta tiene lugar en
un medio ambiente que consiste en un sistema organizado de tensiones y
fuerzas, análogas a las que se dan en un campo gravitacional o magnético”.

Se podría decir que este modelo se enfoca en la conducta presente,


ocupándose tanto del síntoma como de la existencia total del individuo dentro
de un concepto holístico. En este tipo de terapia se indica que la persona no
puede ser entendida o estudiada sin antes tomar en consideración su
entorno, valorando como es la relación con este y de que forma el individuo
se ve afectado por esta interacción. Por otra parte se hace énfasis en la
importancia del proceso en el que la persona logra tomar consciencia de lo
que ocurre en el momento inmediato.

Es importante mencionar que la Gestalt no considera que el estar


“psicológicamente sano” significa únicamente la ausencia de una
enfermedad o síntomas, sino más bien un conjunto de características propias
que deben conformar al individuo, tales como la creatividad, la
espontaneidad, el ajuste al entorno, la flexibilidad y la capacidad de
transformación, es por esto que las terapias dentro de este enfoque tienen
como finalidad el que la persona logre, a través de una experiencia
transformadora, recuperar o desarrollar las características antes
mencionadas para que pueda de tal forma aplicarlas en su relación con el
entorno.

En relación a lo antes mencionado Vila (2014) expone que la terapia


Gestalt concibe la sesión de terapia como un marco en el que se da una
experiencia real, por lo que en ese contexto el terapeuta debe tomar en
consideración de que él pasa a ser el entorno para el paciente, lo que
sugiere que el paciente podrá transferir a su vida cotidiana las experiencias
relacionales y los aprendizajes que se dan en la sesión. De igual forma es
fundamental que para este tipo de terapias el profesional logre hacer uso de
la empatía y sus habilidades para imaginarse las vivencias de la otra
persona, sin abandonar la propia identidad y aceptando la experiencia del
paciente tal y como ésta es, evitando en la medida de lo posible juzgarla en
base a las propias creencias.

El modelo gestáltico se encuentra conformado por una amplia


variedad de técnicas también consideradas por algunos como juegos que
permiten que la persona logre hacer consciencia de sus sentimientos y
conductas. Entre estas técnicas se encuentran:

La silla vacía o silla caliente: Esta técnica fue tomada y adaptada del
psicodrama y fue considerada como una técnica que fomenta el encuentro y
la integración intrapersonal, razón por la cual en la actualidad es altamente
utilizada para la resolución de conflictos tanto intrapersonales como
interpersonales, abordando situaciones o acontecimientos de naturaleza
traumática como violaciones, abusos o agresiones físicas, al igual que para
manejar asuntos inconclusos con personas que no se encuentran disponibles
ya sea porque fallecieron o se encuentra distanciadas o para trabajar con
aspectos de la propia personalidad del individuo, ayudándole a manejar y a
su vez comprender una dimensión más subjetiva de sí mismo.

Tal y como explica Ángeles Martin en su libro Manual Práctico de


Psicoterapia Gestalt (2011) esta técnica consiste principalmente en “hacer
dialogar a las distintas partes que se oponen en el individuo, y en poner en
contacto aquéllas otras que negamos o rechazamos”. Con la silla vacía el
individuo va desarrollando diálogos entre las dos partes hasta que logre
conseguir que estas se integran y pueda hacerlas propias, para
posteriormente reintegrarlas a su personalidad, haciendo énfasis en aquellas
partes de sí mismo que habían sido alienadas y proyectadas. Con esta
técnica no solo se reincorporan partes propias, sino también se desarrolla la
capacidad de tener una nueva perspectiva y percepción de la otra persona al
ponerse en su lugar.

Me hago responsable: Otra de las técnicas utilizadas dentro del enfoque


gestáltico es la técnica de “Me hago responsable” la cual busca que el
paciente logre responsabilizarse tanto de sus percepciones como de sus
actos, consiguiendo de tal forma la oportunidad para hacer algo por sí mismo
que le permita modificar o mermar las consecuencias de sus actos además
de percatarse que no debe culpar a terceros o a su entorno en si del estado
en el que él se encuentra. Para llevar a cabo esta técnica se le pide al
paciente que luego de expresar algo que le está sucediendo y que le
provoque cierto malestar añada la percepción de “y me hago responsable de
ello”.

En este mismo sentido Gonzales (2011) explica que esta técnica


también favorece el darse cuenta de cuáles son las necesidades propias del
sujeto al igual que identificar cual es la forma de satisfacerlas. Por otra parte
en el caso de no alcanzar satisfacerlas aprende a responsabilizarse de ello
sin la necesidad de culpar a otros de su inconformidad y haciendo conciencia
de que lo que le ocurre es porque hace o deja de hacer algo, entendiendo de
tal forma que el resultado es el producto de sus acciones u omisiones.
Asimismo este autor expresa que este “juego” le facilita a la persona el ser
más activo y participe en la modificación de su conducta, asumiendo el poder
que esto le proporciona.

Modelo existencialista

Para Van Deurzen y Adams (2011) la terapia existencial puede ser


descrita como “la aplicación práctica de la filosofía a la vida cotidiana. Trata
de comprender y por tanto vivir productiva y creativamente dentro de las
limitaciones y posibilidades de la vida.” En base a que este modelo tiene sus
orígenes en los sistemas de la filosofía existencial europea y en la
metodología fenomenológica, los presupuestos filosóficos son similares a los
postulados empíricos propuestos por el enfoque centrado en la persona,
además este modelo se ve altamente influenciado por la premisa propuesta
por la fenomenología que hace referencia al estudio de los fenómenos tal
como son experimentados por el individuo, centrándose en el objeto tal como
aparece en la conciencia, por lo que el existencialismo construye una
filosofía basada en la existencia.

Tal como explica Oblitas (2004) en los sistemas psicoterapéuticos


existenciales se tiende a “considerar la experiencia subjetiva del individuo,
continuamente cambiante, como la realidad; y la percepción de esta realidad
influyendo en la organización e integración de la experiencia interna”. En este
modelo se señala que en base a si la percepción de la propia experiencia o
mejor dicho de la realidad interna es agradable y/o positiva o en contraste
esta percepción genera disgusto, ansiedad o alguna otra reacción negativa la
experiencia interna podrá, dependiendo del caso, tanto enriquecerse e
integrarse como empobrecerse y hacerse rígida. Se puede decir entonces
que este enfoque tiene como meta el modificar, a través de la experiencia
"aquí y ahora" de la relación terapéutica, la percepción que el cliente tiene de
sí mismo.

En este mismo orden de ideas May (1963) propone que la terapia


existencial se encuentra caracterizada por diversos postulados donde se
destaca el objetivo de la terapia el cual podría describirse como la búsqueda
de alcanzar un aumento de la conciencia del cliente respecto de su propia
existencia para que de esta forma logre experimentar su existencia como real
y positiva. Por otra parte resalta el manejo de técnicas que sean flexibles y
puedan adaptarse a las necesidades de cada cliente, además de la relación
existente entre el terapeuta y el cliente, donde el terapeuta debe evitar
interpretar los hechos, enfocándose más bien en ponerlos de manifiesto
dentro de su relación con el cliente. Por último sobresale la importancia que
le brinda este enfoque al compromiso, debido a que considera que el
compromiso es el auténtico modo de estar vivo.
Modelo integrativo

Fernandez Alvares (1992) expone que el modelo integrativo de la


psicoterapia fue desarrollado en base a la necesidad primordial de la
psicoterapia de alcanzar principios genéricos que sean lo suficientemente
amplios, competentes y capaces de operar en todas las intervenciones que
se llevan a cabo para la obtención de cambios que favorezcan las
condiciones de vida de los pacientes. Por otra parte se busca que con este
modelo sean desarrollados principios que logren ser una guía para los
terapeutas y que a su vez permitan a la sociedad tener una referencia sólida
para evaluar la consistencia de la disciplina. Por otra parte este autor indica
que el terapeuta que desee desempeñarse con un modelo de terapia que
sea integrativo deberá abstenerse de tener una aproximación liviana y
superficial acerca de los alcances de esa propuesta.

Dentro de este modelo se tiene en consideración diversos puntos de


vista acerca del funcionamiento del ser humano, contemplando enfoques
como el Psicodinámico, el Conductual, el Cognitivo, el Gestalt, el Análisis
transaccional, entre otros, los cuales proporcionan de manera individual una
explicación parcial de la conducta, la cual se va enriqueciendo al momento
de ser integrada de manera selectiva con otros aspectos del enfoque del
terapeuta. En base a que en este modelo no se maneja el concepto de “alta”
debido a que se piensa que el presentar una forma de salud mental perfecta
es algo complicado de demostrar se tiene como sinónimo de logro y
finalización de la terapia cuando tanto el terapeuta como el paciente
consideran que los objetivos planteados han sido obtenidos de manera
satisfactoria.

En este mismo sentido resalta el hecho de que el modelo de


psicoterapia integrativa responde a los niveles y sistemas de funcionamiento
afectivos, conductuales, cognitivos y fisiológicos de la persona, tomando de
igual forma en consideración la dimensión espiritual de la vida, así como los
aspectos sociales y transpersonales que se encuentran relacionados con el
individuo, afirmando asimismo el valor adjunto de este. Por otra parte, en el
caso de las intervenciones, estas se encuentran fundamentadas en
investigaciones del desarrollo al igual que en teorías relacionadas a la
descripción de las defensas auto-protectoras, las cuales son manejas al
momento de existir una interrupción en el desarrollo normal.

Enfoque tanatológico

Domínguez (2009) expone que la tanatología puede ser descrita como


una disciplina relacionada al desarrollo de la muerte y a la búsqueda del
sentido que se le da a este proceso. Uno de sus propósitos principales es el
lograr otorgarle a los enfermos terminales calidad de vida en sus últimas
etapas, tratando de que estos días transcurran en la medida de lo posible de
la mejor forma, promoviendo un equilibrio de y entre los familiares o
personas cercanas y evitando tanto la prolongación innecesaria de la vida
como su acortamiento deliberado. De igual forma tal y como explica Kübler
(1991) es fundamental hacer sentir a los moribundos como miembros
funcionales y valiosos dentro de la sociedad, para facilitar así el proceso de
que las personas que se encuentren en fase terminal logren vivir gratamente,
sin sentir dolor y logrando que se respeten sus exigencias éticas.

Por otra parte además de brindarle apoyo a los enfermos terminales y


personas de la tercera edad para disminuir el sufrimiento tanto fisco como
psicológico, este enfoque se ocupa de los duelos derivados de perdidas
relevantes que son ajenas a la muerte y a los enfermos moribundos, tales
como las amputaciones, los trasplantes, cambios de rol, infidelidades,
perdida de trabajo, entre otras. De igual forma en la tanatología se toma en
consideración a la familia del paciente debido a que este, además de poder
presentar sentimientos de angustia, estrés, dolor y/o ansiedad, cumplen con
un papel fundamental en el impacto que podrá tener el apoyo que es
brindado al paciente, influyendo en gran medida en las formas en las cuales
el enfermo va a afrontar el proceso de la muerte.
Glosario

Análisis transaccional: Es una teoría de la comunicación que permite


comprender y mejorar la calidad de las relaciones interpersonales. Del
mismo modo, facilita entender las influencias del entorno, esto es, de las
personas e instituciones sociales que participan en el proceso de
socialización, en la conformación de la estructura y el funcionamiento de la
personalidad. Esta teoría explica cómo a partir de los tipos de mensajes,
caricias, mandatos, prohibiciones y permisos que la persona recibe desde
etapas muy tempranas de su vida, ella toma decisiones sobre quién es y
cómo debe ser, adoptando determinadas posiciones existenciales o
percepciones sobre sí misma, las otras personas y la vida. Pereira, N. (2011)
“Una revisión de la teoría de Análisis Transaccional y posibles aplicaciones
en la educación desde Orientación”. (p.2)

Contratransferencia: Es la totalidad de sentimientos que se despiertan en el


analista hacia su paciente, propone que muchos podrán considerarla
simplemente como transferencia de parte del analista, pero que el prefijo
“contra” tiene que ver con otros factores. Es una de las primeras en otorgarle
un lugar primordial en el proceso analítico, ya que no la ve como un
obstáculo a ser eliminado sino como un instrumento valioso. Ferrando, R.
(2015) “Contratransferencia ¿Obstáculo o instrumento?” (p.7)

Fenomenología: Es un método que consiste en la captación por la


conciencia no solo de cualidades sensibles al contacto con el exterior, sino
también de la aprensión intuitiva de esencias intangibles. Implica el estudio
en profundizar de cómo aparecen las cosas en la experiencia. La
fenomenología es la actitud que pretende aclarar las formas de existencia
humana, partiendo del ser del hombre en el mundo. Lo que pretende la
fenomenología es proporcionar un cuadro en que poder situar los hechos
que se van constatando. Herrera, J. (2008). “Investigación cualitativa: una
metodología en marcha sobre el hecho social”. (p.27) 

Insight: Adquisición de un conocimiento nuevo de una visión interna (“hacia


adentro”) más profunda respecto de algo que era antes inaccesible, y que se
vive con novedad por quien la experimenta. Distintos autores se refieren a
este término como un “momento de experiencia excepcional”, “de vivencia de
entendimiento única y sobresaliente en la que las dos piezas del puzzle
comienzan tomar su lugar” y como “momento en el que un problema hasta
ahora no resuelto, encuentra finalmente salida”. Palma, B. (2008) “Aportes de
la Psicología y las Neurociencias al concepto del "Insight": la necesidad de
un marco integrativo de estudio y desarrollo”. (P.16)

Transferencia: Repetición de prototipos infantiles donde los deseos


inconscientes se actualizan sobre ciertas relaciones objétales. Así desde la
perspectiva clásica hay una transferencia positiva débil donde se movilizan
sentimientos amistosos y afectuosos del paciente hacia el terapeuta y una
transferencia positiva erotizada que en la práctica se muestra como negativa,
ya que es sinónimo de resistencia, en cuanto detiene el trabajo asociativo del
analizado. Ruiz, J. (2013) “Transferencia y contratransferencia. Del
Psicoanálisis a la Psicoterapia Analítica Funcional”. (p.53)
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