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Quisiera comenzar este dialogo haciendo una pregunta que ha estado presente
en la reflexión lingüística por siglos ¿Existe una lengua mejor que otra? Para
responder a esta pregunta deberíamos hacernos otra que es aún más profunda.
¿Qué es un idioma o lengua? Podríamos definirlo como un sistema de
comunicación verbal o gestual propia de una sociedad. Es decir, el ámbito en el
que se mueve la reflexión sobre el idioma o la lengua es el ámbito de la
intersubjetividad que es propia de la naturaleza relacional del hombre. Los
idiomas son convenciones o acuerdos a los que los seres humanos han llegado
de forma consciente o inconsciente, intentos de aplicar a las realidades
materiales o inmateriales signos para identificarlas y distinguirlas. Ciertamente
el desarrollo del idioma de un grupo de personas dependerá necesariamente de
la realidad geográfica y cultural en la que el idioma se desarrolla.
1
Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su
voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tiene
acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina. En
consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos,
movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo
y recibirlos en compañía (DV 2)
Pero cuando vino el cumplimiento de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de una
mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de
que recibiésemos la adopción de hijos y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama ¡Abbà, Padre! Así que ya no eres
esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. (Gal 4, 4)
Pablo afirma que el Hijo asume todo lo que el hombre es: naturaleza y cultura.
con la finalidad de que el hombre pueda ser elevado a la condición de hijos en
el Hijo. Pablo también hablará de la Kenosis del Verbo, que no debe de ser
entendida únicamente en la muerte en cruz sino en la Encarnación misma.
Intentemos entrar en la mentalidad de religiosa tanto judía como greco-romana,
la divinidad vista como totalmente trascendente se “ensucia” de la bajeza de
nuestra humanidad. Por esto Pablo dirá que la cruz como resumen de la vida de
Cristo es escandalo y es necedad (Cfr. 1 Cor 1, 23), es decir es indigno de Dios.
Los padres de la Iglesia dirán que Dios en la Escritura balbucea es decir
infantiliza su lenguaje para que nosotros infantes podamos entenderlo.
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decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro” (SC 7). El
principio de la Encarnación será fundamento de toda la acción litúrgica, ya que
es el Hijo humanado y total, usando aquella expresión de Agustín1, que realiza
el culto en espíritu y en verdad.
1
Cfr. Augustinus, Sermo 72, 7; Sermo 341, 11.
2
Cfr. Pablo VI, Discurso de clausura del CVII.
3
Cfr. Pablo VI, Discurso de apertura de la II sesión del Concilio.
4
Pablo VI, Discurso de clausura del CVII.
3
Biblia de los LXX, un esfuerzo de traducir del original hebreo al griego para
los judíos nacidos en la diaspora y que no tenían la oportunidad de leer los
textos sagrados en la lengua hebrea. Recordemos que esta versión griega no
será la única que circulará. Ante esta tendecia se opondrá departe de Jerusalén
una visión del hebreo como lengua sagrada, tendencia que no será seguida por
los cristianos. Ya que los cristianos adoptan la Biblia de los LXX como la
propia, traducen los textos apostólicos de los originales hebreos al griego con
la finalidad de que el mensaje llegue a todos, poseemos versiones muy antiguas
de la Biblia en latín ya desde finales del siglo I, las llamadas vetus latina, con
la finalidad de que la gente que no conoce el griego entre en contacto con el
texto bíblico, que se convierte en Palabra de Dios cuando entra en contacto
personal con nosotros.
Esto con respecto al texto sagrado, con respecto al texto litúrgico pareciera que
el criterio es el mismo. La liturgía es acción del pueblo santo que asociado a
Cristo invoca al Señor y por él tributa culto al Padre Eterno6. El Vaticano II
recuerda que la participación de todo el pueblo significa máximamente la
realidad del Cuerpo unido a Cristo. El clero por si sólo no basta para significar
lo que la Iglesia, la asamblea que celebra su fe de manera consciente representa
sacramentalmente al Cristo Total. Me permito dar algunos ejemplos de la
preocupación de la Iglesia primitiva en la participación consciente y
plurilingüistica de la asamblea en la liturgia y también exponer las razones que
5
Acta de los mártires de Scillum, 12.
6
Sacrosantum Concilium, 7.
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llevaron a imponer el latín como lengua oficial y única para la Iglesia de
Occidente por cinco siglos.
7
ltinerarium Aetheriae, 47; ed. H. Pétré, 1943, págs. 281-262.
8
Cfr. Agustín, Epistula 84.
9
Agustín, In Psalmos 138, 20. Este mismo principio lo encontramos en Gregorio, Ep. in libr. B. Job, PL 75,
516; asi como en Cesáreo de Arles, Sermone op omn pars prima ed. Germ Morln, Maretioli, 1937, pág. 333.
5
Hagamos un salto a Trento y la crisis a la cual responde. Nos situamos en el
movimiento de Reforma que vino a poner en duda el dogma tanto de la
Eucaristía como del sacramento del Orden. En cuanto a la Eucaristía se puso a
discusión la tesis de Calvino que en su obra De Coena Domini decía, cito: “debe
condenarse el rito de la Iglesia romana, según el cual se pronuncian en secreto
y en voz baja las palabras de la consagración; la misa sólo puede celebrarse en
lengua vulgar de manera que sea entendida por todos”10. En la discusión se
tocará tangencialmente el tema de la lengua, de hecho Juan de Arce
argumentará que el uso del latín en la liturgia respondió al hecho de ser la
lengua del vulgo11, hecho que precedentemente ya hemos analizado.
Esta claro que la mayor novedad es la del idioma. No será utilizado mas el latín como
el idioma principal de la misa, sino la lengua hablada. Para aquellos que saben la
belleza, el poder y la sacralidad expresiva del latín, ciertamente esta sustitución es un
gran sacrificio: perdimos el modo centenario de hablar de los cristianos, nos
convertimos casi en intrusos y profanos del recinto literario de la expresión sagrada y
asi perdimos gran parte del estupendo e incomparable hecho artístico y espiritual del
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canto gregoriano. Tenemos razón en lamentarnos y casi de sentirnos perdidos: ¿Con
qué podremos sustituir esta lengua angélical? Es un sacrificio de precio inestimable
¿Por cuál razón lo hacemos? ¿Qué cosa vale más que estos altisimos valores de nuestra
Iglesia? La respuesta parece banal y prosaica; dado que es humana, dado que es
apostólica. Vale más la comprensión de la oración que las vestiduras antiguas y de
seda en las que a la manera de un rey sea revestida; vale más la participación del
pueblo, si de este pueblo necesitado de una palabra clara, inteligible y traducible a una
conversación profana12.
Analizando los datos expuestos, queda claro que la introducción de las lenguas
vernaculas como lenguas litúrgicas no es un capricho de los padres conciliares
o un compromiso de los valores perennes del evangelio con el mundo que esta
en constante cambio, sino que ellos se hacen portavoces de un movimiento que
los supera, son navegantes del río de gracia que llamamos Tradición, que nace
del proyecto de salvación de Jesús que mandó a sus apostoles “Vayan por todo
el mundo y hagan discipulos a toda creatura.” (Mt 16, 15-18).
Muchas gracias.
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Diócesis de Culiacán