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INFORME SOCIO-PASTORAL

ESCRITO REFLEXIVO
Sagradas escrituras
La interpretación de las Sagradas Escrituras, en un contexto cultural occidental y
eurocentrista, que no le es propio a todas las comunidades, en especial a un marco
latinoamericano como el nuestro, ha sido uno de los quehaceres de la labor teológica en la
actualidad, la idea de hacer una relectura de los textos bíblicos que permita contextualizar el
mensaje de la revelación, sin alterar su intencionalidad, más aún, cuando los textos bíblicos
fueron escritos bajo un pensamiento oriental, en pro de ofrecerles a los fieles el acercamiento
a una palabra viva que ofrece vida.

La fe está depositada en el pueblo de Dios, que bautizado, proclama al Señor de la Palabra,


pero con un profundo desconocimiento de datos históricos que le permitan acercase a su
contexto, permitiéndose permear por la superstición a la cual, el nuevo mundo ha sometido
la Sagrada Escritura con la idea de una “Verdad” entendida pero descontextualizada.

Los presupuestos tradicionales, por llamarlos de alguna manera, tienden a elevar nuestra
curiosidad bíblica a una cerrazón incuestionable que impide un cuestionamiento que dé
apertura a una comprensión real, de un Dios real, que se reverla en una historia real “La
revelación es sobre todo un hecho histórico.”(303)

Cuestionar la escritura y aprovechar esencialmente su riqueza trasformadora implica que


comprendamos como lo enseña Boscolo, que “la Sagrada escritura es Palabra de Dios, pero
únicamente en cuanto que contiene Palabra de Dios” es decir, que aunque nuestra discusión
busque razones histórico-criticas, si no se trasciende a una realidad espiritual, pierde su
riqueza en cuanto a su capacidad de transformar e iluminar la vida del hombre.

Pero en la búsqueda de un mensaje espiritual en la Palabra de Dios, es necesario afianzar


nuestras claridades para no caer en la presunción de asumir posturas absurdas y de atribuirle
a la fuerza del Espíritu lo que no le es propio; como por ejemplo, referir que lo primero que
me encuentro al abrir la Sagrada Escritura es aquello que Dios me quiere decir; pues se corre
el peligro de hacerle decir al texto aquello que, de hecho, no dice, porque no es su
intencionalidad.(303)
También es necesario liberarnos del miedo heredado de someter la Sagrada Escritura a un
análisis científico, es la primera condición para acercarnos a la palabra con la confianza de
que fue escrita por hombres reales, con un contexto real y con toda la carga psicosocial
completamente humana de un ser persona; esto para no caer en utopías en las que parece que
Dios escogió de manera exclusiva a ciertas personas dentro de la historia y les concedió el
don de escuchar su voz encargándoles y dictándoles transcribir las palabras que Él mismo
pretende que sean leídas por las generaciones futuras. Esto tan absurdo desacreditaría en su
totalidad la inspiración, pues muchos de los textos que hoy conocemos se escribieron sin
pretensión de ser leídos por los siglos futuros, sino más bien con el fin de establecer o
restablecer el orden dentro de las comunidades.

Todo lo anterior es una presentación generalizada de algunos aspectos que afectan la


interpretación bíblica. Por esta razón se intentará aclarar algunos conceptos que buscan
generar una conciencia crítica para acércanos a la Sagrada Escritura. Pues si bien, la Biblia
es definida como palabra de Dios, no es la única manera en la que Dios ha hablado al hombre,
pues mucho tiempo antes que su palabra fuera escrita, él mismo era consciente de sus
manifestaciones.

Para esto, con premisas claras intentaremos exponer certezas que debemos tener antes de
acercarnos a la Palabra en base a la descripción de tres conceptos fundamentales: Inspiración,
Veracidad y Canonicidad. Lo anterior, teniendo como base textual el libro, LA BIBLIA EN
LA HISTORIA, de Gastone de Boscolo. A partir del capítulo X.

Planteamientos de concientización:

1) La revelación es sobre todo un hecho Histórico, Dios se revela en la historia.


2) Dios no ha consignado a nadie la lista de los libros que se consideran sagrados (279).
Ni Cristo, ni los Apóstoles han dado un canon vinculante determinado.
3) Sobre los escritos Neo-testamentarios, sus autores no pensaban en los seres humanos
de los siglos siguientes, son escritos dirigidos, en buena parte, a restablecer el orden
en las comunidades.
4) Existen libros que no hacen parte del Canon establecido llamados apócrifos, pero no
quiere decir esto que algunos no contengan inspiración; ya que puede que el escrito
en su comienzo haya sido inspirado y después se perdiera su real intención.
5) La iglesia considera libros inspirados a los escritos que contengan: tradición segura,
indicaciones creíbles y que hayan generado conversión tras su comprensión.
6) La comunidad vivía de la predicación oral del apóstol por quien había sido fundada.
7) Los cuatro Evangelios no son los escritos más antiguos del Testamento Cristiano, ya
que el primer escrito neo-testamentario, fue la primera carta de Pablo a los
Tesalonicenses.
8) Los libros no son otra cosa que la fijación por escrito de la tradición sagrada del
Pueblo de Dios.
9) Los criterios que guiaron a la iglesia en el reconocimiento de los escritos inspirados
son tres:
 Apostolicidad: que llegan al círculo de los apóstoles y sus más cercanos
seguidores.
 Ortodoxia: que traían la auténtica predicación apostólica sobre Cristo.
 Catolicidad: eran considerados inspirados por todas la iglesias.
10) Normalmente la Biblia es definida como Palabra de Dios. No es un error, pero
tampoco es del todo exacto, porque Dios le ha hablado al hombre mucho tiempo antes
que sus palabras fueran escritas.
11) A una expresión bíblica se debe tratar de identificar la intención del autor sin
proyectar la opción personal sobre el texto.

Es de tener claro que “el canon bíblico es la lista oficial de los libros que la iglesia reconoce
como normativos para la vida Cristiana”1 Estos libros se constituyen; en reglas de fe que
trasmiten verdes reveladas y estructuran la vida cristiana.

Hablando concretamente del pueblo de Israel de donde proviene originalmente nuestra


construcción religiosa, es importante tener claro que: Israel no comenzó su historia
escribiendo libros, sino que vio la necesidad de plasmar en historias, a veces claras, a veces

1
GASTONE BOSCOLO, LA BIBLIA EN LA HISTORIA, introducción general a la sagrada escritura. PUJ, Bogotá.
Edt: SAN PABLO.
complejas o bien que compactan en sí todo un hecho histórico narrado como un solo
momento. “Las enseñanzas contenidas en los libros constituyen para Israel la norma de la
sabiduría y la regla de vida.”2

Se debe decir con toda tranquilidad que las escrituras de Israel son para la Iglesia apostólica
escrituras “cristianas” ya que el mismo Jesús afirma que no pueden ser anuladas ya que el
Testamento Cristiano pone a la luz la gran consideración en la cual eran tenidas las escrituras
de Israel.

Es de saber que los apóstoles jamás citan explícitamente pasajes de los libros
deuterocanonicos pero sus autores han aprobado y reconocido mediante el uso del canon tal
como era el de la versión de los LXX. Y para la iglesia apostólica el texto oficial del
Testamento Judío fue el de los LXX.

Con la aparición de las herejías la Iglesia Apostólica se vio en la necesidad de fijar la


extensión del Testamento Cristiano. Y desde el siglo V hasta el concilio de Trento hubo
unanimidad moral de los escritores cristianos a favor de los libros deuterocanonicos y en cada
una de las iglesias se pasaba de una colección incompleta a una colección más completa
hasta llegar a las decisiones del magisterio de los siglos IV y V. “El canon no es más que la
fijación de una tradición secular de una lista vinculante de libros sagrados.”

Nuevos retos para la Pastoral Bíblica.

Para dar sentido a todo lo anterior, consientes de la importancia y la responsabilidad de la


trasmisión del mensaje Evangélico y la correcta interpretación de la Sagrada Escritura.
Teniendo en cuenta el desconocimiento de conceptos fundamentales como son: Inspiración,
Veracidad y Canonicidad. Se proponen algunas alternativas de trabajo en la Pastoral Bíblica.

1) Hacer de la Escritura un patrón rector. O si se puede decir, la columna vertebrar de la


pastoral con el fin de iluminar la acción apostólica de la Iglesia.
2) Superar la inspiración como dictado mecánico, fruto del éxtasis que un autor sagrado
recibió como por revelación de parte de Dios.

2
Ibíd.
3) Fomentar la Lectio Divina o lectura popular de la Biblia como un espacio adecuado
para generar una oración consiente de la historia de la Salvación.
4) Crear la experiencia de Dios que llega al corazón de los hombres a través de la
comunidad, para fundamentar la acción fraterna en la sagrada escritura,
permitiéndose tener un encuentro con la Palabra del Señor y a su vez con el Señor de
la Palabra que es Jesús de Nazaret.
5) La idea de una pastoral bíblica no es solo tener un a acompañamiento académico que
nos permita escudriñar con asiduidad la Escritura sino que nos transmita y se traduzca
su sentido de vida abundante en humanización.

Conclusiones:

1. La Sagrada Escritura, como posibilidad de encuentro con el Señor, sin dejar de ser
una realidad espiritual, pero siendo interdisciplinar, permitiéndose fundar bases
solidad para su mejor comprensión y extracción de la verdad de fe allí revelada.
2. La necesidad de fomentar en el Pueblo de Dios, la conciencia de que cada uno de los
textos de las Sagradas Escrituras son experiencias vividas por una comunidad que
pone su historia en relación a la revelación de Dios, sin olvidar que fueron escritas
por autores sagrados completamente humanos, que leían en la historia el actuar de
Dios, y así fueron inspirados.
3. Tener conciencia de los retos pastorales en la formación bíblica de comunidades, sin
perder el objetivo de transmitir el mensaje de vida que poseen las Sagradas Escrituras,
siendo fieles a los conceptos de inspiración, veracidad y canonicidad en base a una
contextualización necesaria para su comprensión y aplicación.

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