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Tema 5 Musica Del Romanticismo
Tema 5 Musica Del Romanticismo
Las raíces sociales y culturales de la música romántica aparecen a mediados del XVIII, con
cambios significativos en la concepción de la vida y la sociedad europea. A veces, estos cambios
serán mínimos, pero en otros casos supondrán graves trastornos en la sensibilidad, mentalidad y
formas de gobierno.
Políticamente, en las cuatro últimas décadas del XVIII, La Edad de la Revolución democrática se
van a conseguir frutos, llegando a la Revolución Francesa. En 1830 y en 1848 habrá otras
revoluciones sociales.
La sociedad del siglo XIX es ante todo, burguesa y es cada vez más científica y racionalista. La
riqueza de la burguesía irá unida a la idea de poder y prestigio. Sigue vigente el pensamiento
ilustrado, que muestra un profundo escepticismo hacia cualquier tipo de autoridad impuesta. La
religión y el clero, poco sensibles a los problemas del pueblo, serán motivo de descontento.
En cuanto a los acontecimientos que destacan en lo científico tenemos las leyes de la herencia
de Mendel; las investigaciones con ondas electromagnéticas de Hertz y el darwinismo con sus
hipótesis sobre el origen del hombre.
En el terreno literario, que tanto influirá sobre la música romántica, destaca la búsqueda de lo
exótico, ya que se pone de moda el tema de lo español y las leyendas nórdicas y gaélicas.
Etapas:
Romanticismo temprano. 1800‐1830. Paulatina maduración del espíritu revolucionario del siglo
XVIII. Destacan: Beethoven, Schubert, Weber y Rossini.
Romanticismo revolucionario. 1830‐1860. Introducido política y socialmente por la Revolución
de julio de 1830. Destacan: Chopin, Listz, Schumann, Berlioz y Mendelssohn.
Romanticismo burgués. 1860‐1890. Surge una doble estética musical: la renovadora, con autores
como Listz, Wagner y Brucker y la tradicional, con autores como Brahms y Saint‐Säens. En la ópera
destacan Wagner, Verdi y Bizet.
Posromanticismo. 1890‐1910. Con signos evidentes de decadencia romántica. Destacan Mahler,
Debussy, R. Strauss, Puccini, etc.
El final el Romanticismo como etapa, se puede asociar con la adopción de Schönberg del
atonalismo y con el estallido de la Primera Guerra Mundial.
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2. Música y sociedad en el Romanticismo.
El Romanticismo representa, ante todo, el objetivo de la expresión subjetiva por medio del
sonido: a la claridad de la música clásica se opone la oscuridad que supone representar los
sentimientos personales. La exaltación de la sensibilidad no es algo nuevo. Todos los músicos han
reivindicado un arte expresivo, incluso pasional pero la novedad romántica reside en los medios a
través de los cuales se expresa la revelación: armonía, timbre, melodía... El músico romántico,
partiendo de los elementos musicales tradicionales, busca procedimientos de expresión personales
en constante evolución. La originalidad se convierte en un criterio esencial del nuevo estilo.
En cuanto a las fuentes del movimiento romántico, tenemos las siguientes.
• Literatura: aparece una revalorización de la sensibilidad que se apoya en la lírica popular.
• Misticismo religioso, manifestado a través de numerosas sectas y sociedades secretas. El artista
encontrará en sí mismo la clave para entender su posición y función en la sociedad.
La Revolución Francesa, enseñó a los hombres el sentido de la palabra libertad y dio lugar a
una nueva clase burguesa en la cual, y contra la cual, va a desarrollarse el movimiento romántico.
Mecenazgo. Las alteraciones que se produjeron en la sociedad europea a finales del siglo XVIII
alentaron a los músicos a deshacerse de los lazos que les unían a sus patronos eclesiásticos y
cortesanos. Ahora, por vez primera, se hacía posible vivir del ejercicio de la profesión de músico.
El artista, a partir de ahora, tendrá que buscar el éxito ante el público y no ante un mecenas.
Conciertos y su público. El siglo XIX conoció una amplia variedad de sesiones musicales
públicas que fueron multiplicándose con el paso de las décadas. Los conciertos tuvieron dificultad
para ganarse el favor del público. En la mayoría de las ocasiones, la organización de un concierto
es siempre una carga muy costosa para un compositor. En los primeros decenios del siglo XIX, los
músicos tocaban de pie, mientras que el público debía conformarse con unos bancos duros, desde
los que se manifestaba ruidosamente su entusiasmo o su decepción. Estas costumbres se
mantuvieron en todas las salas hasta la época de los conciertos populares, que empezaron a
proliferar a partir de 1860.
Dominación burguesa en la música de salón y el piano. El salón se abre paulatinamente al arte
y a la música. El piano de cola se convierte rápidamente en el instrumento obligado de los salones,
ornamento indispensable y símbolo del arte y del poder del dinero. El piano se impuso en toda
Europa como uno de los propagadores esenciales de la música romántica y se convierte también en
el mejor de los acompañantes para voz y otros instrumentos.
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• Enorme crecimiento de la orquesta, sobre todo el viento.
• Riqueza y variedad de formas y tipos de obras, sobre todo de pequeña dimensión, que huyen
de la perfección clásica.
• Interrelación con todas las artes. Así se produce la música programática.
• Búsqueda de unidad en la obra con técnicas compositivas como idea fija o leitmotiv, consistente
en una idea musical que se repite exactamente igual o levemente alterada.
• Virtuosismo en todos los instrumentos, pero especialmente en el violín (Paganini y Sarasate) y
en el piano (Chopin y Listz).
• Nacimiento de los nacionalismos.
RELACIÓN ENTRE MÚSICA Y TEXTO. Aunque la música es la forma ideal de comunicar el
sentimiento de los románticos, es frecuente observar en la inmensa mayoría de los compositores su
deseo de asociar el poder expresivo de la música unida al de la palabra, especialmente la poesía.
Este deseo se manifiesta mediante la música programática y el lied.
En cuanto a la música programática, consiste en música instrumental asociada a un tema
poético, descriptivo o incluso narrativo, mediante la sugerencia imaginativa. Esta música se va a
manifestar de forma clara en el nuevo género del poema sinfónico. Existen dos tipos de programa
para el poema sinfónico, uno filosófico, donde se ven las ideas y emociones generales del
compositor y el descriptivo, donde el compositor intenta seguir un relato literario existente con
anterioridad.
Por otro lado, tenemos el lied, que es la unión más efectiva entre la música y palabras. Se trata
de una forma poético‐musical cantada, con textos de poetas a menudo contemporáneos y con
acompañamiento de piano. Los autores más destacados son Schubert, Schumann, Brahms y H.
Wolf.
SURGIMIENTO DE LOS NACIONALISMOS. A partir de la Revolución Francesa, cada
nación necesitaba afirmarse como tal, echando mano de las artes. En un principio, el nacionalismo
musical se traduce en la utilización exótica de algunos elementos folklóricos. Pero el nacionalismo
de la segunda mitad del siglo XIX tiene raíces políticas y también musicales. Este nuevo
nacionalismo aparece a partir de 1850 en distintos países europeos: Rusia, Italia, Checoslovaquia,
Hungría, Escandinavia, España…
4. El pensamiento romántico.
El Romanticismo filosófico surge gracias a la caída del Antiguo Régimen (sistema político del
Barroco y Clasicismo, donde el rey y el señor tienen el mayor poder), tras la Revolución Francesa,
con el consiguiente aumento de influencia de la burguesía y gracias también al cambio de la
función social de la música.
Revalorización de la música absoluta. La música asciende desde el último lugar hasta alcanzar
el rango de lenguaje privilegiado y absoluto. Esto se produce gracias a que la música es asemántica.
Por tanto, la música instrumental será la más valorada, tanto por pensadores como por los propios
músicos.
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El concepto de evasión: una nueva visión de la realidad. Este concepto es de vital importancia.
El artista romántico es un ser insatisfecho: desea la infinitud, que choca con la realidad limitada. El
idealismo se hace romántico a partir de esta oposición entre realidad y mundo ideal irrealizable. La
música es, para el hombre romántico, el mejor medio de disolver lo real y lo humano en lo
imaginario y cósmico, mediante un lenguaje indescriptible.
Uno de los tipos más interesantes de evasión es el individualismo, volverse hacia adentro. El
Romanticismo se interesa por el individuo en su intimidad. En relación con esto hay que hablar del
fenómeno del intérprete virtuoso, que llegó a cobrar más celebridad que los cantantes del siglo
anterior. Ejemplos de virtuosos de esta época son Liszt, Paganini, Sarasate...
Pero existe un tipo de evasión más radical, el suicidio. Schopenhauer decía que había que
anular la voluntad de vivir, pues así se puede conseguir un poco de paz en esta vida de conflicto,
pero el precio a pagar era muy elevado. Los argumentos de las óperas del siglo XIX están llenos de
dramas, donde el tema de la muerte es patente.
Otro tipo de evasión radical es la locura, como la esquizofrenia que sufrió Schumann.
Sentimiento de la naturaleza. Para el romántico, la naturaleza es un reflejo del interior, del
estado de ánimo del individuo. Las pasiones del individuo se reflejaban en una naturaleza que
tomaba el aspecto conveniente a su estado psicológico. Algunos temas que tratan de expresar la
naturaleza en música son la caza, bosque, estaciones, tempestad, agua, pájaros, noche. Por otro
lado, los lugares abandonados, grutas y ruinas hacen rechazar el día y la luz, siendo la noche el
momento adecuado para los sentimientos íntimos. También hay una atracción hacia la sombra, el
lado tenebroso de los seres y las cosas. Lo nocturno angustioso puede desembocar en el mundo del
sabath o de las tumbas, conduciendo a lo macabro y lo fantástico.
5. La música orquestal.
El Romanticismo comenzará con un respeto a las formas que se crean en el Clasicismo, pero
llegará un momento en que algunos músicos tratan de liberarse de ese corsé que supone una forma
fija como la Sinfonía, pues resultaba insuficiente para la expresión de muchos músicos románticos
y no podían dar rienda suelta a su fantasía.
De esta manera surge la música programática, un tipo de música sinfónica que sigue un tema o
programa literario o artístico en general que conduce la obra. La música programática es
consecuencia de la inclinación literaria de los músicos y fruto de la necesidad de no seguir una
forma fija, sino hacerlas más libres. Fruto de la música programática es el poema sinfónico,
composición para orquesta, generalmente en un solo movimiento (parte) que se inspira en
elementos poéticos y descriptivos.
A pesar de esto se siguen creando sinfonías. El compositor de partida será Beethoven, al que
todos los sinfonistas posteriores tratarán de emular e incluso superar. Aparece un “mito” sobre el
número de sinfonías: todos los compositores que comenzaban sus 10ª sinfonía, fallecían. Sólo
Mahler logró componer 10 sinfonías pero no completas, pues falleció cuando la tenía “a medias”.
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Los sinfonistas más importantes son (entre paréntesis sus obras más importantes):
• Ludwing van Beethoven (compone 9 sinfonías).
• Franz Schubert (Sinfonía incompleta y Sinfonía nº 9 o Sinfonía Grande).
• Héctor Berlioz (Sinfonía fantástica, Sinfonía fúnebre y Harold en Italia)
• Félix Mendelssohn (Sinfonía italiana y El sueño de una noche de Verano).
• Robert Schumann (Compone cuatro sinfonías, de las que destaca su Sinfonía renana).
• Johannes Brahms (Cuatro sinfonías. La más importante es la Sinfonía nº 2).
• Anton Bruckner (9 sinfonías)
• Franz Liszt (creador, sobre todo, de poemas sinfónicos. Los preludios)
• Gustav Mahler (compuso 10 sinfonías. Destaca Sinfonía nº 1 Titán).
6. El piano y su música.
El piano será el instrumento más importante para expresar los sentimientos típicos del
Romanticismo y la gran mayoría de músicos de esta época escribirá música para este instrumento,
aunque habrá algunos que se dedicarán únicamente al piano, como Chopin.
En el siglo XIX el piano crece en tamaño respecto al piano clásico, aumentando en registro y en
poder y peso del mecanismo.
En cuanto a las formas musicales pianísticas una gran cantidad de música para piano
romántica fue escrita en forma de danzas o pequeñas piezas líricas. Estas breves piezas tienen en
común la evocación de alguna escena romántica. Las más destacadas son:
• Nocturno. Obra de carácter íntimo y sentimental.
• Impromptu. Obra de carácter improvisatorio, muy ligera y rítmica.
• Polonesa. Danza de origen polaco de ritmo majestuoso, a veces guerrero.
• Polca. Danza checa muy viva.
• Balada. Composición lírica y melancólica, muy utilizada.
Pero también se componen obras de grandes dimensiones:
• Sonata. Generalmente compuesta por 3‐4 movimientos de diferentes características y muy
libres. La forma sonata conocida comenzará a variar su estructura, siendo cada vez más libre.
• Variación. Consiste en un tema, generalmente simple, que es expuesto de forma original y
luego se varía rítmica, melódica o armónicamente.
• Concierto. Composición en la que el solista desempeña un papel preponderante. Suele tener
forma sonata. Será muy cultivado por la importancia que se da a los virtuosos y concertistas.
En cuanto a compositores de música pianística, destacan:
• Ludwing van Beethoven. Destacó como improvisador. Su obra para piano trazó las líneas a
seguir en la música del Romanticismo y será tomado como punto de partida. De sus obras
destacan: Sonata nº 8 “Patética”; Sonata “Waldstein” “Apassionata” y Sonata “Claro de Luna”.
Al final de su vida descubre la música de Bach y su estilo pianístico se vuelve más complejo,
utilizando cada vez más el contrapunto. De esta época destacan las “Variaciones Diabelli”,
donde consigue realizar 33 variaciones de un mismo tema.
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• Fréderic Chopin. Polaco. Considerado como uno de los símbolos del Romanticismo. Sus obras
tienen un carácter muy libre, saliéndose de los esquemas clásicos. Generalmente compone
pequeñas obras (nocturnos, polonesas…). Sus obras se definen por cualidades románticas
como lo sentimental, lo íntimo, lo guerrero… Fue el creador de una nueva corriente de
estudios de técnica de piano.
• Robert Schumann. Trató de ser un gran pianista, pero un accidente en la mano se lo impidió,
por lo que se dedicó a la crítica y a la composición. Su música pianística es libre, con un ritmo
muy marcado e impulsivo, aunque la característica más destacada es su cuidado por la
melodía. Destacan sus sonatas, aunque encontramos pequeñas obras como “Carnaval”,
“Escenas de niños” y “Álbum de la juventud” que serán muy importantes.
• Franz Liszt. Húngaro. Uno de los pianistas más destacados y que llegará a ser un mito
viviente. Tratará de llevar al piano a su máxima expresión y con él, el virtuosismo pianístico
llegará a su cumbre. Destacan sus obras: “Estudios de ejecución trascendental”, “Años de
peregrinaje” y “Sonata en Si menor”, su obra cumbre.
7. El lied.
La palabra lied significa (en alemán) canción. Se trata de una composición breve en la que se
pone música a un poema, logrando una unión muy íntima entre ellos. El lied surgió como forma
musical expresamente romántica, pues una de las tendencias de esta época fue la mezcla de artes y
llegar a la unión entre ellas (así lo veremos en la ópera). Por tanto, el lied será una forma musical
donde tendremos a una voz (soprano, contralto, tenor o bajo) acompañada de piano.
En cuanto al esquema formal de un lied, existen diferentes formas, pero la más común es el que
tiene tres estrofas y en el que la primera y la última estrofa tienen la misma música, quedando el
esquema de esta manera: A B A.
En cuanto a los compositores principales, destacan:
• Franz Schubert. En sus lieder encontramos una perfecta unión de música y letra. Compuso
más de 600 lieder, agrupados en colecciones, de las que destacan: “La bella molinera” o “Viaje
de invierno”. En sus lieder, la voz dibuja las imágenes y el piano contribuye a producir el
clima afectivo de la idea que se canta.
• Robert Schumann. Muy importante, pero a diferencia de Schubert, sus lieder se preocupan
más por expresar el sentimiento y de intensificar los afectos. Destacan sus colecciones de lieder
“Amor y vida de una mujer” y “amor de poeta”.
• Johannes Brahms. Muy similar a Schubert, pero acude más a temas populares, lo que hace
que muchos de sus lieder sean pintorescos. Destaca su colección de lieder “Romanzas de
Magelone”.
8. La ópera.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, la ópera era considerada como el entretenimiento
musical de carácter público más popular. La ópera italiana dominaba todos los escenarios
europeos, excepto en Francia.
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Ya en el siglo XIX, la ópera será un espectáculo de primer orden. La vida urbana posibilitó el
sostenimiento de los grandes espectáculos y la clase burguesa dominante expresó su refinamiento
y poder en los magníficos teatros que fueron construidos en toda Europa en estas fechas. La ópera
se revalorizó durante el Romanticismo hasta el punto de que hubiera compositores especializados
en este género, cosa que nunca antes había sucedido.
ALEMANIA.
En Alemania no se desarrollaría una tradición operística de carácter nacional comparable a la
italiana o a la francesa antes del siglo XIX, pero hasta este siglo no encontrará un camino
independiente de la influencia italiana.
La nueva ópera alemana nace (como no podía ser de otra manera) con Fidelio, ópera de
Beethoven, pero será Carl María von Weber el que desarrolle plenamente este género. Sus óperas
presentarán elementos nuevos, como el tema de lo sobrenatural y lo maravilloso. Tras su muerte,
la ópera alemana decae totalmente.
Será Richard Wagner quien cree un nuevo sistema operístico de gran trascendencia. Su ideal
era hacer una ópera alemana y unir en ella todas las artes, dando lugar a la obra de arte total, en la
que se unen poesía, música, decoración, drama... Otras características de su música están en sus
temas, que se basarán en la mitología alemana; exalta la lengua alemana; hace de la orquesta el
punto crucial y crea el leitmotiv, con el que da unidad a toda la ópera.
En cuanto a las obras más importantes de Wagner tenemos: “Rienzi”; “Tannhäuser”, “El
holandés errante” “El anillo de los nibelungos” y “Tristán e Isolda”.
La importancia de Wagner es tal, que será el nuevo punto de partida para la música creada a
partir de 1900.
FRANCIA.
La ópera francesa hundía sus raíces en la ópera italiana del siglo XVIII, pero se desarrollaría de
forma totalmente independiente. Tras los movimientos revolucionarios de 1820, la vieja nobleza
dio paso a la burguesía en las instituciones artísticas, teatros y casas de ópera. La ópera francesa de
esta época se puede dividir en tres tipos: Grand Opera, Opera Lyrique y Opera Comique.
• Grand Opera. Destaca Giacomo Meyerbeer, quien crea una ópera para seducir al público. Se
trata de una especie de función de variedades para impresionar al público. Destaca su obra
“Los hugonotes”.
• Opera Lyrique. situada en un punto intermedio entre la ópera comique y la grand opera. Su
tema es el drama o la fantasía romántica y sus dimensiones son mayores que la opera
comique. En cuanto al libreto, comenzó utilizando temas de la historia, leyendas y cuentos de
hadas, acabando con la novela y el realismo.
• Opera comique. Es una ópera donde se mezclan elementos románticos y humorísticos con
una música pegadiza. Este tipo de ópera dará lugar a la Opereta, que es una forma
esencialmente popular de entretenimiento integrada por diálogos hablados, canciones y
danzas. Jacques Offenbach fue su principal maestro con “Orfeo en los infiernos”.
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ITALIA.
La ópera italiana en el siglo XIX hay que entenderla como la evolución de una tradición
establecida en la vida de esta nación. Italia fue menos susceptible a las seducciones del
romanticismo, por lo que sus compositores no hicieron nuevos experimentos. La ópera en el
Romanticismo será la única música importante en Italia.
El primer compositor de renombre es Giaocchino Rossini quien comienza a establecer un
nuevo estilo. De él destaca que las oberturas de sus óperas son animadas y vibrantes, con ritmos
muy impulsivos. Entre sus obras destacamos “Guillermo Tell” y “El barbero de Sevilla”. Otro
compositor importante será Vincenzo Bellini, considerado como el mejor melodista italiano del
siglo XIX. Sus obras más conocidas son “Norma” y “Los puritanos”.
A finales del siglo XIX aparece un nuevo estilo operista en Italia: el Verismo, estilo con el que se
pretende pintar la realidad tal cual es: describe momentos reales de la vida y las emociones
primarias de los protagonistas. Giacomo Puccini es el último italiano importante dentro del
mundo operístico. De él destaca que los protagonistas son gente humilde y sus melodías muy
bellas y con gran fuerza expresiva. Destacan sus óperas “Turandot”, “Tosca”, “La Bohême” y
“Madame Butterfly”.
ESPAÑA.
La influencia de la ópera italiana es enorme. Los músicos españoles tratarán de crear una ópera
nacional siguiendo dicha influencia, hasta el punto de escribirla en italiano, pero el fracaso será
total. Esto hace que los compositores rescaten el género típico español: la Zarzuela. En este siglo se
crean todas las grandes zarzuelas que hoy se conocen. Destacan:
• Francisco Asenjo Barbieri: “El barberillo de Lavapiés” y “Pan y toros”.
• Tomás Bretón: “La Verbena de la Paloma”.
• Ruperto Chapí: “La revoltosa”.
• Federico Chueca: “La gran vía” y “Agua, azucarillos y aguardiente”.
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