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Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento cultural que se originó en Alemania y en Reino


Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra
la Ilustración y el Neoclasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos.1 Es
considerado como el primer movimiento de cultura que cubrió el mapa completo de
Europa. En la mayoría de las áreas estuvo en su apogeo en el período aproximado de
1800 a 1850.2 Luego de este periodo cedió su lugar al positivismo, que fomenta el
pensamiento crítico y el empirismo como bases del conocimiento y la sociedad.
El Romanticismo es un movimiento cultural crucial para poder comprender la
cultura occidental moderna. La filosofía, el arte, la literatura, la música y la política
fueron influenciados por este movimiento, durante el turbulento periodo que se
extendió entre el periodo que se conoce como revoluciones burguesas, que en su
definición política se conocen como revoluciones liberales. El romanticismo pasó a
significar esta nueva experiencia de mundo.3
Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un
conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante,
por eso su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el Romanticismo es
una manera de sentir y concebir la naturaleza, así como a la vida y al ser humano
mismo, es que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se
desarrolla, e incluso dentro de una misma nación, se manifiestan distintas
tendencias, proyectándose ello también en todas las artes.
Se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose
desde Inglaterra y Alemania hasta llegar a otros países europeos.

Literatura romántica
En la prosa, incluso el género didáctico pareció renovarse con la aparición del
cuadro o artículo de costumbres. La prevalencia del individuo hace que empiecen a
ponerse de moda las autobiografías, como las Memorias de ultratumba de François
René de Chateaubriand. También surgió el género de la novela histórica y la novela
gótica o de terror, así como la leyenda, y se prestó atención a géneros medievales
como la balada y el romance. Empiezan a escribirse novelas de aventuras y
folletines o novelas por entregas.
El teatro fue el gran vehículo de comunicación de la expresión romántica, era el
género más popular y a través de él se canalizaron sus anhelos de libertad y de
sentimiento nacional.
La poesía trató de liberarse de las preceptivas neoclásicas, y prefirió cantar los
aspectos marginados de las convenciones sociales.
De forma diferente a la Ilustración dieciochesca, que había destacado en los géneros
didácticos, el Romanticismo sobresalió sobre todo en los géneros lírico y dramático;
en este se crearon géneros nuevos como el melólogo o el drama romántico que
mezcla prosa y verso y no respeta las unidades aristotélicas.

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