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ESCUELAS FILOSÓFICAS (EDAD ANTIGUA)

ESCUELA DE MILETO: Se denomina escuela de Mileto o Jónica, ésta fue fundada en el siglo VI
(antes de Cristo) en la colonia de griega de Mileto, en la costa egea de Jonia, los miembros de esta
escuela fueron Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes.

Revuelta Jónica: En 546 a. C. el rey Creso de Lidia fue derrotado por el rey persa Ciro, pasando
desde entonces su reino y las ciudades griegas a formar parte del Imperio persa. Darío I, sucesor
de Ciro, gobernó las ciudades griegas con tacto pero apoyó el desarrollo comercial de los fenicios,
que formaban parte de su imperio desde antes, y que eran rivales tradicionales de los griegos.
Además, los jonios sufrieron duros golpes, como la conquista de su floreciente suburbio de
Naucratis, en Egipto, la conquista de Bizancio, llave del Mar Negro, y la caída de Sibaris, uno de sus
mayores mercados de tejidos y un punto de apoyo vital para el comercio.

De estas acciones se derivó un resentimiento contra el opresor persa. El ambicioso tirano de


Mileto, Aristágoras, aprovechó este sentimiento para movilizar a las ciudades jónicas contra el
Imperio persa, en el año 499 a. C. Aristágoras pidió ayuda a las metrópolis de la Hélade, pero sólo
Atenas, que envió 20 barcos y Eretria con cinco naves, acudieron en su ayuda. El ejército griego se
dirigió a Sardes, capital de la satrapía persa de Lidia, y la redujo a cenizas, mientras que la flota
recuperaba Bizancio.

Obras: Sobre Tales de Mileto no se tienen referencias escritas de su obra y sobre los otros
miembros de Mileto, de Anaxímenes se ha perdido todo y de Anaximandro sólo se conserva un
pequeño fragmento. Principalmente se ocuparon de temas relacionados con la naturaleza. Tales
admitía que el comienzo de todo era el agua, para Anaxímenes era el aire y para Anaximandro el
fin o arché era infinito. Miembros:

Tales de Mileto: Fue el iniciador de la indagación racional sobre el universo. Se le considera el


primer filósofo de la historia, y el fundador de la escuela jonia de filosofía, según el testimonio de
Aristóteles. Fue el primero y más famoso de los Siete Sabios de la Antigüedad (el sabio astrónomo)
y tuvo como discípulo y protegido a Pitágoras. Es aparte uno de los más grandes astrónomos y
matemáticos de su época, hasta tal punto que era una lectura obligatoria para cualquier
matemático en la Edad Media y contemporánea. Sus estudios abarcaron profusamente el área de
la geometría, álgebra lineal, geometría del espacio y algunas ramas de la física, tales como la
estática, dinámica y óptica.

Anaximandro: Nació en el años 610 a. C. en la ciudad jonia de Mileto, Asia Menor, y murió
aproximadamente en 546 a. C. Discípulo y continuador de Tales, se le atribuye un libro sobre la
naturaleza, pero su pensamiento llegó a la actualidad mediante comentarios doxográficos de otros
autores. Se le atribuye un mapa terrestre, la medición de los solsticios y equinoccios por medio de
un gnomon, trabajos para determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que
la Tierra es cilíndrica y ocupa el centro del universo. La respuesta dada por Anaximandro a la
cuestión del arjé puede considerarse un paso adelante respecto a Tales. Lo que es principio de
determinación de toda realidad ha de ser indeterminado, y precisamente "ápeiron" designa de
manera abstracta esta cualidad. Lo ápeiron es eterno, siempre activo y semoviente. Esta sustancia,
que Anaximandro concibe como algo material, es "lo divino" que da origen a todo.
Anaxímenes: Fue discípulo y compañero de Anaximandro, coincidiendo con él en que el principio
de todas las cosas (y también el substrato que permanece invariable ante todos lo cambios y el fin,
o "telos" al que todo vuelve) — arkhé/arjhé/arjé/arché— es infinito; aunque, a diferencia del
ápeiron de su mentor, nos habla de un elemento concreto: el aire. Esta sustancia, afirmaba, se
transforma en las demás cosas a través de la rarefacción y la condensación. La rarefacción genera
el fuego, mientras que la condensación el viento, las nubes, el agua, la tierra y las piedras; a partir
de estas sustancias se crea el resto de las cosas. Podría explicarse el cambio de estado del aire
mediante el flujo entre dos polos, lo frío y lo caliente; pero varios fragmentos nos muestran que
Anaxímenes pensaba inversamente, y creía que lo caliente y lo frío eran consecuencia y no causa
de la condensación respectivamente

Escuela Peripatética: La escuela peripatética fue un círculo filosófico de la Grecia antigua.


Básicamente, seguía las enseñanzas de Aristóteles, su fundador, y peripatético es el nombre dado
a sus seguidores.

Aristóteles fundó la Escuela peripatética en 335 AEC cuando abrió su primera escuela filosófica en
el Liceo, también fundado por él, en Atenas. El nombre de la escuela procede de la palabra griega
'ambulante' o 'itinerante'. Esto puede proceder, o bien por los portales cubiertos del Liceo
conocidos como perípatoi, o bien por los enramados elevados bajo los que caminaba Aristóteles
mientras leía.

Los más afamados miembros de la Escuela peripatética después de Aristóteles fueron Teofrasto,
famoso por sus Caracteres retratos de tipos morales muy admirados y sus trabajos sobre botánica,
y Estratón de Lampsaco, quien incrementó los elementos naturales de la filosofía de Aristóteles y
abrazó una forma de ateísmo.

Miembros: Teosfreto, Aristóxeno, Sátiro, Eudemo de Rodas, Andrónico de Rodas

LA ESCUELA JÓNICA El primer pensador considerado un filósofo fue Tales de Mileto, originario de
esta ciudad, en la costa jónica de Asia Menor, que vivió a finales del siglo VII a.C. y principios del
siglo VI a.C. Alabado por las generaciones posteriores como uno de los Siete Sabios de Grecia, se
interesó por los fenómenos astronómicos, físicos y meteorológicos, y sus investigaciones
científicas le llevaron a pensar que todos los fenómenos naturales son formas diferentes de una
sustancia fundamental (una primera idea sobre el monismo) que él creía era el agua, pues
pensaba que la evaporación y condensación eran procesos universales. Anaximandro, discípulo de
Tales, mantenía que el primer principio a partir del cual surgen todas las cosas es una sustancia
intangible, invisible e infinita que llamó apeiron (`lo ilimitado'). Comprendió, sin embargo, que en
todas las cosas se podía encontrar una sustancia no observable, por lo que su noción de lo
ilimitado anticipó la noción moderna de un Universo sin límite. Esta sustancia, afirmaba, es eterna
e indestructible. Debido a su movimiento continuo, las sustancias conocidas —como calor, frío,
tierra, aire y fuego— evolucionan de una forma ininterrumpida generando a su vez los distintos
objetos y organismos que configuran el mundo que conocemos por los sentidos.
El tercer gran filósofo jónico, Anaxímenes, volvió a la suposición de Tales de que la sustancia
primera es algo conocido y material, pero mantuvo que ésta es el aire en vez del agua. Creía que
los cambios que experimentan los objetos se pueden explicar en términos de rarefacción y
condensación del aire.

LA ESCUELA PITAGÓRICA Hacia el año 530 a.C., el filósofo Pitágoras de Samos fundó una escuela
de filosofía en Crotona, en la Magna Grecia, al sur de Italia, que fue más religiosa y mística que la
escuela jónica. Pretendía conciliar la antigua visión mítica del mundo con el creciente interés por la
explicación científica. El sistema de filosofía resultante —que se conoció como pitagorismo— aunó
las creencias éticas, sobrenaturales y matemáticas en una visión espiritual de la vida. Los
pitagóricos enseñaron y practicaron un sistema de vida basado en la creencia de que el alma es
prisionera del cuerpo, del cual se libera al morir y se reencarna en una forma de existencia, más
elevada o no, en relación con el grado de virtud alcanzado. El principal propósito de los seres
humanos tendría que ser la purificación de sus almas mediante el cultivo de virtudes intelectuales,
la abstención de los placeres de los sentidos y la práctica de diversos rituales religiosos. Los
pitagóricos —que descubrieron las leyes matemáticas del tono musical— dedujeron que el
movimiento planetario produce una “música de las esferas” y desarrollaron una “terapia a través
de la música” para lograr que la humanidad encontrara su armonía con las esferas celestes.
Identificaron la ciencia con las matemáticas y mantuvieron que todas las cosas son reductibles a
números y figuras geométricas. Realizaron grandes contribuciones a las matemáticas, la teoría
musical y la astronomía.

LA ESCUELA DE HERÁCLITO Heráclito de Éfeso (Jonia), continuando la búsqueda de la sustancia


primigenia que iniciaron los jonios, afirmó que ésta es el fuego. Observó que el fuego produce
cambios en la materia y anticipó la teoría moderna de la energía. También afirmó que todas las
cosas se encuentran en un estado de flujo continuo (panta rei), que la estabilidad es una ilusión y
que sólo el cambio y la ley del cambio (o logos) son reales. La doctrina del logos de Heráclito, que
identificaba las leyes de la naturaleza con una mente divina, evolucionó hacia la teología panteísta
del estoicismo.

LA ESCUELA ELEÁTICA En el siglo V a.C., Parménides fundó una escuela de filosofía en Elea,
colonia griega situada en la Magna Grecia. En su única obra conocida, Sobre la naturaleza, adoptó
una actitud opuesta a la de Heráclito en la relación entre estabilidad y cambio, y mantuvo que el
Universo o lo que es, es decir, el ente, se puede describir como una esfera indivisible e inmutable y
que toda referencia a cambio o diversidad es por sí misma contradictoria. Mantenía que nada
puede ser realmente afirmado excepto “lo que es” (el ente). Zenón de Elea, discípulo suyo, intentó
probar la unidad del ser afirmando que la creencia en la realidad de cambio, la diversidad y el
movimiento lleva a paradojas lógicas. Las aporías de Zenón llegaron a ser enigmas intelectuales
que filósofos y lógicos de todas las épocas posteriores han intentado resolver. El interés de los
eleáticos por el problema de la consistencia racional propició el desarrollo de la ciencia de la
lógica.

LA ESCUELA PLURALISTA La especulación en torno al mundo físico iniciada por los jonios fue
continuada en el siglo V a.C. por Empédocles y Anaxágoras, que desarrollaron filosofías que
sustituían la descripción jónica de una sustancia primera única por la suposición de una pluralidad
de sustancias. Empédocles mantenía que todas las cosas están compuestas por cuatro elementos
irreductibles: aire, agua, tierra y fuego, combinados o separados por dos fuerzas opuestas según
un proceso de alternancia: el amor y el odio. Mediante este proceso, el mundo evoluciona desde
el caos hasta la forma y vuelve al caos otra vez, en un ciclo reiterado. Empédocles consideró el
ciclo eterno como el objeto verdadero del culto religioso y criticó la creencia popular en
divinidades personales, pero no consiguió explicar cómo los objetos conocidos por la experiencia
pueden desarrollarse al margen de factores que son por completo distintos a ellos. Por
consiguiente, Anaxágoras sugirió que todas las cosas están compuestas por partículas muy
pequeñas o “semillas”, que existen en una variedad infinita.

LA ESCUELA ATOMISTA Fue un paso natural el que condujo desde el pluralismo hasta el
atomismo, interpretación según la cual toda materia está compuesta por partículas diminutas e
indivisibles que se diferencian sólo en simples propiedades físicas como el peso, el tamaño y la
forma. Este paso se dio en el siglo IV a.C. con Leucipo y su colaborador más conocido, Demócrito
de Abdera, a quien se le atribuye la primera formulación sistemática de una teoría atómica de la
materia. Su concepción de la naturaleza fue materialista de un modo absoluto, y explicó todos los
fenómenos naturales en términos de número, forma y tamaño de los átomos. Redujo las
cualidades sensoriales de las cosas (como calor, frío, gusto y olor) a las diferencias cuantitativas de
los átomos. Las formas más elevadas de existencia, como la vida de las plantas y animales e incluso
la humana, fueron explicadas por Demócrito en términos físicos en sentido estricto. Aplicó su
teoría a la psicología, la fisiología, la teoría del conocimiento (epistemología), la ética y la política, y
presentó así el primer planteamiento amplio del materialismo determinista que afirma que todos
los aspectos de la existencia están determinados de forma rígida por leyes físicas.

LOS SOFISTAS Hacia finales del siglo V a.C., un grupo de maestros itinerantes llamados sofistas
alcanzó un gran renombre en toda Grecia. Los sofistas tuvieron un papel importante en la
evolución de las ciudades-estado griegas desde unas monarquías agrarias hasta su consolidación
como democracias comerciales. Conforme crecieron la industria y el comercio helénicos, una
nueva clase de ricos comerciantes, poderosos en el ámbito económico, empezó a controlar el
poder político. Careciendo de la educación de los aristócratas, quisieron prepararse para la política
y el comercio pagando a los sofistas a cambio de enseñanzas en el arte de hablar en público, el
razonamiento legal y la cultura general. A pesar de que lo mejor de los sofistas contribuyó
enormemente al pensamiento griego, el grupo en su conjunto adquirió una reputación de falaz,
hipócrita y demagogo.

FILOSOFÍA SOCRÁTICA

Tal vez la mayor personalidad filosófica en la historia haya sido Sócrates. Nacido alrededor del año
470 a.C., practicó un diálogo continuo con sus alumnos hasta que fue sentenciado a muerte,
condena que cumplió bebiendo cicuta en el 399 a.C. A diferencia de los sofistas, Sócrates se negó a
aceptar dinero por sus enseñanzas, afirmando que no tenía ninguna certidumbre que ofrecer
excepto la conciencia de la necesidad de más conocimiento. Sócrates no dejó ningún escrito, pero
sus enseñanzas fueron preservadas para las generaciones posteriores en los diálogos de uno de
sus más famosos discípulos, Platón, y también aparecen en los escritos de Jenofonte. Sócrates
enseñó que cada persona tiene pleno conocimiento de la verdad última dentro de su alma y que
sólo necesita llevarlo a la reflexión consciente para darse cuenta. Por ejemplo, en Menón (un
diálogo platónico) Sócrates plantea a través de una ficción la forma en que un esclavo ignorante
puede llegar a la formulación del teorema de Pitágoras, demostrando así que el conocimiento está
innato en el alma, en vez de ser implícito o indisociable de la experiencia. Sócrates creía que el
deber del filósofo era provocar que la gente pensara por sí misma, en vez de enseñarle algo que
no supiera. Por eso se decía partero o alumbrador de ideas.

FILOSOFÍA PLATÓNICA

Platón fue un pensador más sistemático que Sócrates, pero sus escritos, en especial los primeros
diálogos, pueden ser considerados como una continuación y elaboración de las ideas socráticas. Al
igual que Sócrates, Platón consideró la ética como la rama más elevada del saber, y subrayó la
base intelectual de la virtud al identificar virtud con sabiduría. Esta idea llevó a la llamada
“paradoja socrática” por la que “ningún hombre hace el mal por propia voluntad”, como dice
Sócrates en Protágoras. Más tarde, Aristóteles advertiría que una conclusión así no da lugar a la
responsabilidad moral.

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