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RESUMEN
La organización de las investigación por escuelas y las relaciones establecidas
entre las escuelas contemporáneas consienten la distinción de cierto número de
periodos determinados por su planteamiento del problema fundamental de la
investigación autónoma que caracteriza cada periodo.
1. Periodo cosmológico: comprende las escuelas presocráticas, a excepción de
los sofistas y está dominado por el problema de descubrir la unidad que
garantiza el orden del mundo y la posibilidad del conocimiento humano.
2. Periodo antropológico: Comprende a los sofistas y a Sócrates. Está dominado
por el problema de hallar la unidad del hombre en sí mismo y respecto a los
demás hombres, como fundamento y posibilidad de la formación del
individuo y de la armonía de la vida en sociedad.
3. Periodo ontológico: Comprende a Platón y Aristóteles, se ve dominado por el
problema de rastrear en la relación entre el hombre y el ser; es decir; la
condición y la posibilidad del valor del hombre como tal y de la validez del ser
como tal. Éste es el periodo de la plena madurez del pensamiento griego.
4. Periodo ético: Abarca el estoicismo, el epicureísmo, el escepticismo y el
eclecticismo. Se centra en el problema de la conducta humana y está
caracterizado por la disminución de la conciencia del valor teorético de la
investigación.
5. Periodo religioso: Comprende las escuelas neoplatónicas y sus afines. Está
dominado por el problema de encontrar el camino de la reunión del hombre
con Dios, considerando a éste como el único camino de la salvación.
Todos estos textos han de ser utilizados como artefactos, es decir, instrumentos
para recrear el pensamiento del autor. No pueden leerse de una manera
directa ya que hay que tener siempre en cuenta el contexto político, social,
religioso o cultural de la época en la que aparece el texto. En consecuencia
es preciso dirigirse a las fuentes, ya que el contexto en el que se encuentra
enmarcado el texto proporciona diferentes interpretaciones del mismo,
algunas de ellas incluso imposibles.
En el caso del pensamiento filosófico, su estudio tiene otra complicación más: los
textos están escritos en una lengua para la cual nadie dispone de competencia, ya
que la interpretación se realiza a través de otros textos, gramáticas o
diccionarios, que proceden a su vez de otros textos.
El historiador Heródoto, habló en sus obras del uso del pergamino como soporte
para los escritos, pero su uso comenzó a extenderse en el siglo II. Este nuevo
soporte, que recibe su nombre de la ciudad de Pérgamo, consiste en el
tratamiento de la piel de cabra hasta que esta es apta para escribir. Primero se
raspa con piedra pómez para eliminar la grasa que contiene, y posteriormente se
le aplica tiza blanca para darle color. El pergamino es más duradero que el
papiro, y además permite la posibilidad de escribir de nuevo si la piel se vuelve a
raspar.
Aunque esta técnica era buena, poco después volvió a usarse el papiro, pero esta
vez en forma de codex (libros). Se abandonó el incómodo royo y se plegaron los
papiros en trozos más pequeños formando un cuaderno. Estos códices solían
estar cubiertos por trozos de madera, formando libros. En el siglo IV se
generaliza su uso, y todos los manuscritos se recopilan en códices. El copista no
tiene por qué ser de la misma escuela que el autor del texto original. En
Alejandría creció el número de copistas, que se permitían corregir las obras,
aportando, interpretando de distinto modo o incluso cambiando partes del
original acordes con la época en la que se situaban. Durante la época Bizantina y
la Edad Media se siguen copiando manuscritos, aunque la actividad quedó
aislada exclusivamente en los monasterios. Los textos se pasaron a minúsculas,
se separaron las palabras y se acentuaron y puntuaron. Este fue el origen de
algunos errores y ambigüedades. Algunas mayúsculas y diptongos se
transliteraron incorrectamente, aunque a veces estas transliteraciones son más
correctas que el original. Un claro ejemplo de estos errores es la diferencia que
existe entre los dos manuscritos más antiguos del Libro VI de la República de
Platón, en el que el autor expone su “símil de la línea”, en la que separa el mundo
sensible con el inteligible. Uno de estos manuscritos, el Parisinus, dice que el
símil está formado por líneas distintas (λαβων ανισατμηματα), y el otro, el
Vindobonensis, que está formado por líneas iguales (λαβων αν ισα τμηματα). Esto
se debe a que cuando se separaron las palabras unos interpretaron que Platón
quería decir ανισα (distinto) y otros ισα (igual). Estos errores son importantes. En
este ejemplo, toda la interpretación de la epistemología Platónica depende de
esta distinción.
Estos artefactos que se conservan no son todos iguales, excepto los textos de
Platón, Aristóteles, Epíteto, Marco Aurelio y Plotino. Del resto se conservan
fragmentos, transmitidos por autores posteriores que pueden llegar a
deformarlos, como el Poema de Parménides, del cual gran parte es obra de un
autor del siglo VI d. C. El especialista debe elaborar una genealogía de
manuscritos, llevada a cabo mediante la comparación de unos y otros. Platón por
ejemplo ha sido editado a partir de manuscritos del siglo IX, con casi trece siglos
de diferencia entre él y su autor. En algunas ocasiones se da el caso de que el
texto griego no se conserva, y otras en las que la traducción griega es posterior a
la árabe. Averroes manejó cuatro traducciones de la metafísica de Aristóteles
antes de que se elaborara el primer manuscrito griego de esta obra. Estas
traducciones son muy utilizadas en la actualidad para intentar aclarar el
verdadero pensamiento de Aristóteles.
Aunque se buscan seguidores de las doctrinas que puedan traducir y copiar los
textos, siempre hay procesos de reducción. Un ejemplo de ello es la similitud que
se dice que existe entre la Teoría de las Ideas Platónica y la de los Números
pitagórica. No obstante, al comienzo de la época cristiana la teoría pitagórica de
Platón se pone de moda gracias a una corriente esotérica. Tanto Aristóteles como
los Neo pitagóricos hablaron de Platón, pero a partir de una interpretación no
fiable de la teoría pitagórica de Platón. Las traducciones castellanas han pasado
anteriormente por el latín. Por esto, gran parte de las enseñanzas griegas
proceden de autores latinos. Cicerón es el que estipula la terminología filosófica
actual, aunque no siempre con el mismo significado que el término original en
griego (ϕυσις ’> natura => naturaleza). Aristóteles califica a los presocráticos
como ϕυσικος, es decir, como filósofos "de la naturaleza". Esto proviene del verbo
griego ϕυω, que en latín es “nascar” y hace relación a todo lo que rodea al hombre
griego ante el cosmos.
Tampoco se sabe con certeza en que época de la cronología del autor se escribe
una determinada obra. Por esto, dependiendo de donde se coloque la crítica a la
teoría de las ideas de Platón se puede entender o en el Timeo utiliza el Demiurgo
como artesano del mundo y en el Parménides planteara la participación de las
Ideas. Si se coloca primero el Timeo y después el Parménides, se observa que
Platón abandona las Ideas: si se hace al revés, se observa que a pesar de la crítica,
no abandona su teoría pero utiliza la figura del Demiurgo. Con los presocráticos
ocurre algo mucho peor, ya que no se sabe qué autor apareció primero.
Dependiendo de qué entendamos por "filosofía" podemos señalar o bien a Tales
de Mileto como el primer filósofo o bien a Hesíodo; ya que ambos fueron
contemporáneos (700-600 a.C).
Existe una tradición remontada a los filósofos judaicos de Alejandría (siglo I a.C)
que afirma que la filosofía griega procede de Oriente, ya que los principales
filósofos griegos habían tomado sus descubrimientos científicos y sus
concepciones filosóficas de las doctrinas hebraicas, egipcias, babilónicas e indias.
No obstante dicha opinión no tiene fundamento en testimonios más antiguos,
puesto que bien es cierto que se habla de viajes de varios filósofos a Oriente; en
especial a Egipto (Pitágoras, Demócrito, Platón). No obstante las indicaciones
cronológicas acerca de las doctrinas filosóficas y religiosas de Oriente son tan
vagas que ha de considerarse imposible establecer la prioridad cronológica de
dichas doctrinas respecto a las griegas. Parece más verosímil creer la procedencia
oriental de la ciencia griega, puesto que el propio Herodoto, afirma la aparición
de la geometría en Egipto. Según otras tradiciones, la astronomía había surgido
entre los babilonios y la aritmética también en Egipto. Sin embargo los
babilonios cultivaban la astronomía como consecuencia de sus creencias
astrológicas, y la geometría y lka aritmética conservaron su carácter práctico;
distinto del especulativo y científico característica de la doctrina griega. Aunque
quedara demostrada la precedencia oriental de algunas doctrinas de la Grecia
antigua, ello no implica el origen de la filosofía griega; ya que la sabiduría
oriental es esencialmente religiosa (patrimonio de una casta sacerdotal) y su
único fundamento es la tradición; mientras que la filosofía griega es
investigación. Nació precisamente de un acto fundamental de libertad frente a la
tradición y su fundamento consiste en que el hombre debe buscar la sabiduría,
de ahí la que sea "sofía" (amor a la sabiduría) el origen de la palabra "filosofía".
Además según los griegos cualquier hombre puede filosofar por ser un "animal
racional" lo cual significa la posibilidad de buscar la verdad de forma autóctona.
Su término polémico es la tradición, el mito, de los cuales trata de avanzar más
allá. Así pues, influyeron en su origen factores socio-económicos, políticos,
religiosos y culturales que determinaron el nacimiento del pensamiento
occidental en las colonias griegas.
«La filosofía no nació en lugar tranquilo, sino en Mileto, el mercado del mundo
antiguo, en el que los pueblos del Mediterráneo procedían al intercambio de sus
mercancías; y los más antiguos pensadores no fueron ascetas alejados del mundo,
sino hombres bien situados, curiosos y abiertos al mundo, políticos en gran
parte» (W. Nestle).
Las tierras fértiles de Asia Menor y del sur de Italia eran el destino más deseado
por estos colonos (el equivalente de «las Américas» para los españoles del XVI).
La actividad colonizadora se centró primero en Jonia (s. -VII y -VI), donde surgen
nuevas ciudades prósperas: Mileto, Samos, Éfeso, etc. Mileto fue la más
importante, ya que tenía un verdadero imperio marítimo orientado hacia el Mar
Negro. Estas ciudades tenían en común: una gran prosperidad económica,
desarrollo artesanal y un intenso comercio marítimo; formas políticas más
tolerantes que en Atenas; ruptura con muchas tradiciones griegas y apertura a
otras culturas (las orientales), en las que hallaron un enorme caudal de
conocimientos e ideas desde las que relativizaron sus propias creencias y saberes.
En Mileto coincidieron gentes de todos los países, interesadas en iniciar nuevas
empresas cada vez más ambiciosas.
El otro destino elegido fue La Magna Grecia, por la cercanía, el clima suave y la
fertilidad. Su prosperidad económica la hizo atractiva para diversas iniciativas
políticas, sociales, filosóficas y artísticas. Pero la democracia tardó mucho más en
llegar. El sur de Italia floreció en el momento en el que la invasión persa hizo
difícil la vida en Jonia, y los filósofos de entonces tuvieron que desplazarse a lo
que hoy se conoce como el sur de Italia y Sicilia.
Los adivinos están más próximos a la Religión, mientras que los poetas se
acercan más al mito. La Religión hace referencia a un desvelamiento de lo oculto,
por medio de unos ritos o revelación. Los adivinos pueden penetrar con su vista
lo invisible, lo cual les autoriza a prever determinados acontecimientos. Por otra
parte, el poeta forma parte de una comunidad de aedos o cantores, que también
pueden hechizar con la palabra, puesto que están inspirados por las Musas.
Llevan al discurso acontecimientos que se han producido tanto en lo visible
como en lo invisible de un modo genealógico. Son los portadores de un saber
muy extendido y su relación con el mito les ha hecho ser considerados como los
educadores de la Grecia antigua. Es por esto por lo que conviven juntos dioses,
mortales, deimones, almas, etc.
Se puede por tanto distinguir dos tipos de lógicas en relación a ambas realidades:
-Lógica bivalente: es un sistema lógico que admite solo dos valores de verdad
para sus enunciados (premisas y conclusión). En la lógica bivalente, una
proposición solo puede ser verdadera o falsa, no existen valores intermedios de
verdad. El clásico sistema de lógica bivalente es la lógica aristotélica que se
sustenta en tres principios básicos:
-Principio de identidad: es verdad que A es idéntico a A (a sí mismo). A = A
-Principio de no contradicción: A no puede ser A y no-A al mismo tiempo.
-Principio de tercero excluido: A es verdadero o es falso, no hay una tercera
posibilidad.
No admite tampoco matices modales en sus enunciados, tales como "es necesario
que", "es imposible que", etc. Se limita al lenguaje enunciativo o declarativo. Se
fundamenta en tablas de verdad. Un gran ejemplo de esta lógica (vinculada al
logos) es también el lenguaje informático de 0 (falso) y 1 (verdadero).
-Lógica ambivalente: No existe oposición entre verdad y falsedad, ambos
términos se complementan. En las civilizaciones antiguas, la lógica bivalente
viene caracterizada por la ambivalente, ya que supone que cada término encierra
en si algo de su opuesto. El símbolo que caracteriza esta lógica ambivalente,
procedente de una cultura oriental, es el TAO ( ð ), dividido en dos partes y
dentro de cada una se manifiesta una parte de la otra: la luz que encierra la
oscuridad y la oscuridad que encierra la luz. El TAO simboliza la vía en la que se
manifiesta la matriz del universo. El pensamiento arcaico utiliza el TAO para dar
cuenta de que al explicar lo invisible hay que relacionarlo con lo visible, a partir
de lo cual comienzan todas las interpretaciones, lo que hace más compleja esta
lógica. Las contradicciones se presentan como normales al querer hablar de una
Realidad compleja, ya que se pretende dar cuenta de lo invisible cuando solo se
tienen referencias de lo visible. De este modo, la originalidad del pensamiento
europeo radica en una crisis en la utilización de la lógica de la ambivalencia y su
sustitución por una lógica bivalente basada en el principio de No Contradicción
(nada puede ser y no ser al mismo tiempo) y el de Identidad (un termino es
idéntico a sí mismo y opuesto a otro).
Los presocráticos.
Se conservan pocos escritos de ellos. Lo que sabemos es por alusiones de
pensadores como Aristóteles y otros.
Los agruparemos en escuelas. Con ellos (S. VI A.C.) empieza la Filosofía como
preocupación por un saber racional, lógico, apartado de las creencias míticas y,
consecuentemente, científico.
Se denominan presocráticos, más que por ser pensadores anteriores a Sócrates,
por tener unas preocupaciones epistemológicas comunes:
• La “physis”( ϕυσις traducido al latín por natura, hace referencia al nacimiento,
de ahí nuestro término naturaleza. Significa también llegar a ser; es lo que brota;
nace y se genera en la realidad) es su máxima preocupación, por lo que son
considerados como los filósofos de la naturaleza, de ahí que se les atribuya el
nombre de físicos, dado por Aristóteles. En ellos no se transgrede de lo
puramente físico, ya que hasta Platón, la metafísica no será estudiada por la
filosofía.
• Se centran en el descubrimiento del ser auténtico: la esencia de las cosas.
• La investigación del ser les lleva a distinguir ser y no-ser, y todo ello les orienta
al estudio del devenir. Se dice que es a partir de la propuesta de Platón
(transfísica) donde se genera un "olvido del ser".
• El devenir como paso de ser a no-ser y viceversa les conduce a la investigación
del movimiento como causa de la generación y corrupción de las cosas.
• Como la investigación de todas las cosas particulares es imposible y necesitan
saber el principio del todo no les queda más remedio que buscar el
“arjé”(principio, gobierno). Este término surge de la pluralidad de los seres, de
donde procede una unidad originaria (arjé) que es único, infinito; material;
subsistente, causa de la generación y corrupción de las cosas. Para los milesios o
jónicos este arjé reside en uno de los cuatro elementos naturales (Tierra, Fuego,
Agua y Aire). El término es introducido por Anaximandro.
En el Protágoras Platón le un cuadro vivo, con escaso rigor histórico, sobre los
distintos tipos de sofistas que habitaban en la mansión de Calias (rico ateniense,
especie de mecenas, rodeado de intereses comerciales, políticos, artísticos y
militares). En el Teeteto Platón le atribuye la famosa frase: "el hombre es la
medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en
tanto que no son." para criticarle precisamente este concepto de la medida, ya
que para él, el hombre no es el que mide las cosas sino que son las ideas las que
-Nada existe.
-Si algo existente pudiera ser conocido, sería imposible expresarlo con el
lenguaje a otro hombre.
-Todo fue obra de Eros, quien la posee y le lleva a cometer dichas acciones.
Gorgias instaura un corte radical entre las palabras y las cosas, entre el discurso y
la realidad. Para él el logos ejerce una influencia semejante al de un fármaco
puede envenenar o curar, por lo que ayuda a distinguir dos tipos de persuasión:
buena y mala. Por otro lado, la verdad se basa en la correspondencia con el
conocimiento del mundo, que equivale a la ciencia. No obstante el estado
cognitivo del ser humano no es el de la ciencia sino el de la doxa, donde no hay
correspondencia entre palabras y cosas, sólo matices; por lo que la doxa no se
corresponde con la verdad. Pero la ciencia necesita expresarse en discursos, por
lo que el logos sirve para hacer progresar a la ciencia. La retórica es por tanto la
ciencia que estudia la técnica del grado del discurso (mejor o peor). La principal
crítica que Platón dirige a Gorgias es precisamente que al tratar de persuadir a
través de la retórica, se deja a un lado el conocimiento de lo verosímil, sin el cual
no se puede conocer lo verdadero. Es por ello por lo que para Platón conocer lo
verdadero es cuestión del método dialéctico no de la retórica.
miden al hombre.
Antifonte, otro sofista, propone una nueva ððσðð (naturaleza, esencia), algo que
determine lo que debo hacer. Para él, el bien y el mal se identifican con lo
ventajoso y lo no ventajoso. Posteriormente Calicles añadirá que en la naturaleza
solo existe la ley del más fuerte, y esta ley que funciona en la naturaleza, funciona
también en el ððððð. Traduciendo esta premisa a la organización social expone
tres tesis:
3. Fue vendido como esclavo y pasó su vida como instructor de los hijos de su
amo.
Para Diógenes, la naturaleza aporta una noción ética que se puede observar en la
organización social; por lo que los seres humanos solo pueden ajustarse a su
naturaleza y alcanzar la felicidad por medio del ejercicio del modo de vida
natural. La finalidad de la disciplina física consiste en diseñar los atributos de
una vida feliz que no son otros que la libertad y la autosuficiencia. El hombre
debe buscar por medio de sus actos la libertad de expresión. Como vemos,
Diógenes valora la naturaleza como fuente de la moral.
Los cínicos desarrollan todas las ramas de la filosofía con una mayor
originalidad; concibiendo la filosofía como un modo de vida. Desaparecen de la
enseñanza hasta el año 1975 y desde entonces se han multiplicado sus estudios,
tanto en el ámbito filosófico como en el filológico.
El movimiento cínico más que una escuela, es una especie de mimesis, es decir,
una imitación de un modo de vida, basada en la imitación de las figuras más
importantes. Otro de sus representantes fue Diógenes, cuya obra (centrada en
Atenas y Corinto) difiere del movimiento cínico posterior en Roma,
Constantinopla o Babilonia (siglo II y III d.C.)
Etimológicamente el término cínico proviene del griego ððð (perro), por lo que
literalmente significa “perruno”. Hay dos teorías acerca de este nombre:
2. Más creíble, alude al modo de vida “perruno” que llevaba Diógenes. Por su
manera de vivir en público, quien mostraba una desvergüenza en relación a las
normas sociales más arraigadas.
Rechazan la moral tradicional griega, por lo que se presentan como ateos, en el
sentido que iba en contra de los dioses, puesto que para ellos son invenciones
sociales. Todo ello lo expresaban mostrando costumbres que escandalizaban a la
sociedad, utilizando cualquier lugar para llevar a cabo cualquier propósito,
desapareciendo de esta forma la distinción entre el ámbito público y el ámbito
privado. Se distinguen dos fases en la evolución de esta corriente:
Euclides de Megara (aprox. -450 a -380), fue uno de los discípulos que
acompañaron a Sócrates en sus últimos momentos. Después de la muerte de
Sócrates, Euclides, junto con otros socráticos (entre ellos Platón) se refugió en
Megara, donde fundó su propia escuela.
Inicialmente fue seguidor de las tesis de los eleatas, pero en Atenas se hizo
discípulo de Sócrates. Combinó las tesis de Parménides con la ética socrática,
identificando el uno parmenídeo con el bien socrático, y la unidad con la virtud.
La escuela cirenaica fue fundada por Arístipo de Cirene (aprox. -435 a -356). El
nombre de la escuela proviene precisamente de esa ciudad, en el norte de África.
Aunque las principales propuestas fueron sistematizadas por su nieto Aristipo el
Joven, también llamado Metrodidacta.
En muy difícil seguir la evolución de esta escuela dado el escaso material con que
contamos, pero parece ser, que si bien en un principio tenía cierta
homogeneidad, los discípulos posteriores llegaron a replantear una parte
importante de las doctrinas, provocando una serie de crisis y escisiones que
aceleraron su temprano final.
Este hedonismo era para Arístipo, una parte de la forma de vivir. Nació en una
familia pudiente, vivió una vida sin problemas económicos, dedicado a la
búsqueda del placer. Para los cirenaicos el placer personal era el bien superior y
además defendían que son preferibles los placeres corporales, que los mentales.
La virtud consistía en disfrutar del placer, sin dejarse dominar por él. Como nos
recuerda Diógenes Laercio, cuando a Arístipo le reprochaban su relación con una
prostituta llamada Laida o Lais, respondía "yo poseo a Laida, pero no ella a mí".
El principal argumento para la defensa del placer, es que todos los animales
buscan espontáneamente el placer y huyen del dolor. También los seres humanos
instintivamente buscamos el placer y tratamos de evitar el dolor.
Según Hegesias, la vida y la muerte son preferibles por igual, la elección por una
u otra resulta indiferente. Predicaba el suicidio convencido de que era lo mejor
para el sabio, decía que la vida es un bien para el insensato, para el sabio es
indiferente, por esta razón era conocido como el "consejero de la muerte". Tanto
es así, que según algunos comentarios, el rey Tolomeo le prohibió que predicara
sobre semejantes asuntos, porque parece ser que era capaz de persuadir a mucha
gente para que se suicidara.
-D) Sócrates.
En este contexto se sitúa la figura de Sócrates (470 a.C.-399 a.C). Acusado de
corromper a los jóvenes y no creer en los dioses de la ciudad, fue considerado por
la mayoría de sus coetáneos como un sofista más. Sin embargo, sus doctrinas,
vida y muerte nos demuestran no sólo su íntima coherencia sino su clara
oposición frente a las tesis sofistas. Mártir de los derechos y deberes de la propia
conciencia, su filosofía representó una revolución de los valores. A través de su
método mayéutico intentó encontrar, a través del diálogo, definiciones
universales, ideas verdaderas orientadas a una acción justa. Hizo suya la
exhortación "conócete a ti mismo", y fue probablemente el primer filósofo que
vio en el alma la personalidad intelectual, promoviendo la doctrina del cuidado
del alma como la suprema actividad del hombre. Su "intelectualismo ético" le
llevó a identificar el saber y la virtud; una virtud que no consiste en las propias de
los nobles y guerreros (ensalzadas por los antiguos poetas), ni en el éxito social y
político (buscado por los sofistas) sino en una riqueza interior que consiste en el
conocimiento del bien. Debemos tener en cuenta que Sócrates (al igual que su
discípulo Platón) no entiende por conocimiento la simple aprehensión abstracta
de una proposición sino que, en su sentido más propio y elevado, el
conocimiento supone un "abrirse" o "volverse" del "ojo del alma" que lleva a una
comprensión, visión directa o intuición plena e inmediata del bien.
Biografía.
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase
media. Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a
alguna comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de
Sócrates. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden con el período de
esplendor de la sofística en Atenas.
El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al ser humano y
la sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio de la
naturaleza. Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía estudiando
los sistemas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras, entre otros.
Pero pronto orientó sus investigaciones hacia temas más propios de la sofística.
Pensamiento
Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores,
nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron
iniciativa de sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos han llegado
diversos testimonios, contradictorios como los de Jenofonte, Aristófanes o
Platón, que suscitan el llamado problema socrático, es decir la fijación de la
auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas. Si creemos
a Jenofonte, a Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación de hombres
de bien, por lo que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista
práctico: el interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería algo
completamente ajeno a Sócrates. Poco riguroso se considera el retrato que hace
Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde aparece como un sofista jocoso y
burlesco, que no merece mayor consideración.
Más problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico: ¿Responden las
teorías puestas en boca de Sócrates en los diálogos platónicos al personaje
histórico, o al pensamiento de Platón? La posición tradicional es que Platón puso
en boca de Sócrates sus propias teorías en buena parte de los diálogos llamados
de transición y en los de madurez, aceptándose que los diálogos de juventud
reproducen el pensamiento socrático. Esta posición se vería apoyada por los
comentarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates y Platón, quien afirma
claramente que Sócrates no "separó" las Formas, lo que nos ofrece bastante
credibilidad, dado que Aristóteles permaneció veinte años en la Academia.
El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la
definición universal, que pretendía alcanzar mediante un método inductivo;
probablemente la búsqueda de dicha definición universal no tenía una intención
puramente teórica, sino más bien práctica. Tenemos aquí los elementos
fundamentales del pensamiento socrático..
Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates
criticará ese relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un
elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos
de un acto que es "bueno" será porque tenemos alguna noción de "lo que es"
bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno
para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo ocurre en el caso de la virtud,
de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos
conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de
una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra.
Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en
todas las ciudades, y que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda
de la definición universal se presenta, pues, como la solución del problema moral
y la superación del relativismo.
¿Cómo proceder a esa búsqueda? Sócrates desarrolla un método práctico basado
en el diálogo, en la conversación, la "dialéctica", en el que a través del
razonamiento inductivo se podría esperar alcanzar la definición universal de los
términos objeto de investigación. Dicho método constaba de dos fases: la ironía y
la mayéutica. En la primera fase el objetivo fundamental es, a través del análisis
práctico de definiciones concretas, reconocer nuestra ignorancia, nuestro
desconocimiento de la definición que estamos buscando. Sólo reconocida
nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad. La segunda fase
consistiría propiamente en la búsqueda de esa verdad, de esa definición
universal, ese modelo de referencia para todos nuestros juicios morales. La
dialéctica socrática irá progresando desde definiciones más incompletas o menos
adecuadas a definiciones más completas o más adecuadas, hasta alcanzar la
definición universal. Lo cierto es que en los diálogos socráticos de Platón no se
llega nunca a alcanzar esa definición universal, por lo que es posible que la
dialéctica socrática hubiera podido ser vista por algunos como algo irritante,
desconcertante o incluso humillante para aquellos cuya ignorancia quedaba de
manifiesto, sin llegar realmente a alcanzar esa presunta definición universal que
se buscaba.
Esa verdad que se buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación o era de
carácter práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era
práctica: descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir, es decir,
determinar los verdaderos valores a realizar. En este sentido es llamada la ética
socrática "intelectualista": el conocimiento se busca estrictamente como un
medio para la acción. De modo que si conociéramos lo "Bueno", no podríamos
dejar de actuar conforme a él; la falta de virtud en nuestras acciones será
identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el saber.
En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los
Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la
democracia bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que honra la
ciudad" y "corromper a la juventud". Al parecer dicha acusación, formulada por
Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los dirigentes de la democracia
restaurada. Condenado a muerte por una mayoría de 60 o 65 votos, se negó a
marcharse voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban
sus amigos, afirmando que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad, y a
sus principios. El día fijado bebió la cicuta.
Influencia
Sócrates ejercerá una influencia directa en el pensamiento de Platón, pero
también en otros filósofos que, en mayor o menor medida, habían sido discípulos
suyos, y que continuarán su pensamiento en direcciones distintas, y aún
contrapuestas. Algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas conocidas como las
"escuelas socráticas menores", como Euclides de Megara (fundador de la escuela
de Megara), Fedón de Elis (escuela de Elis), el ateniense Antístenes (escuela
cínica, a la que perteneció el conocido Diógenes de Sinope) y Aristipo de Cirene
(escuela cirenaica).