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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

Introducción:
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de
Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú:
Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel
que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa
para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare,
seréis verdaderamente libres.” (Jn 8:31-36)
Libres,... la libertad...
El vocablo “libertad” siempre ha sido alusivo a la hora de definirlo puesto que
cada quien desea definir “libertad” según su propio criterio. Muchos definen
“libertad” como el poder hacer todo lo que uno desee sin ser responsable por
sus acciones. No obstante, esta definición encaja mejor con libertinaje que con
libertad. “Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto
para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.” (1 Ped 2:16)
El Diccionario de la RAE define en su primera acepción “libertad” de este
modo:
1.f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y
de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Alguno objetará: “Pero si soy responsable de mis actos, esto no es libertad.”
Otra vez volvemos a lo mismo: no entendemos qué es la libertad.
Hace años cuando España estaba viviendo la transición de la dictadura a la
democracia, había una confusión respecto a las nuevas libertades
garantizadas por la Constitución. La gente no estaba acostumbrada a ejercer
ciertas libertades, tales como la libertad de asamblea, la libertad de entrar y
salir del país, la libertad de expresión, y la libertad de creencia religiosa.
Fue entonces cuando oí una definición de la libertad que nunca había oído
antes. El Sr. José Cardona, el secretario ejecutivo de una antigua organización
que amparaba a las iglesias evangélicas en su lucha por sus derechos durante
la dictadura, dijo: “La libertad no es poder hacer lo que uno quiere sino poder
hacer lo que se debe hacer.”
Del mismo modo que muchos españoles escogieron el mal uso de sus nuevas
libertades, muchos creyentes tampoco entienden su libertad en Cristo, y
siguen viviendo en la esclavitud al pecado. Aunque asisten a los cultos y
quizás leen sus Biblias y oran, se sienten derrotados en lugar de gozar de su
vida en Cristo.
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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

Gracias a la confusión que reinaba en las iglesias de Galacia sobre el tema de


la libertad, hoy tenemos una enseñanza maravillosa al respecto. Si el creyente
no está viviendo de acuerdo a sus privilegios en Cristo, desde luego Dios no
tiene la culpa. El Espíritu Santo guió al apóstol Pablo a escribir esta epístola no
tan sólo para corregir e instruir a los gálatas, sino para el beneficio de todo
aquel que cree en el Señor Jesucristo.
Este cursillo no va a ser un estudio del libro de Gálatas en sí. No vamos a
hablar del trasfondo histórico de aquellas iglesias, ni comentar cada versículo.
Esta información está disponible en comentarios, diccionarios bíblicos, y otras
obras de referencia.
Mi propósito es examinar los textos donde el apóstol habla acerca de las
libertades que tenemos en Cristo y las ramificaciones que deberían tener en
nuestras vidas. He escogido la epístola a los Gálatas para este estudio acerca
de nuestra libertad en Cristo porque toda la epístola es una mina de riquezas
al respecto. Aparecen los vocablos “libre, libertad y librar” 15 veces. Ha sido
llamado la “Carta Magna” de la libertad cristiana. Fue la epístola favorita de
Martín Lutero. Aunque no todos los “versículos claves” de nuestro estudio
contienen el vocablo “libre” o “libertad”, todos encierran la idea de nuestra
libertad en Cristo.
El versículo clave de nuestro estudios es:
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados;
solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne,
sino servíos por amor los unos a los otros.” (Gál 5:13).
Es mi deseo que este estudio acerca de cómo vivir libre en Cristo nos ayude a
entender mejor nuestra libertad en Cristo a fin de poder vivir vidas agradables
delante de Dios.

Libertad en Cristo no es poder hacer lo que nos da la gana,


sino poder hacer la voluntad de Dios.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

PRIMERA SESIÓN
1. Cristo me libró del presente siglo malo (Gál 1:1-5)
Versículo clave: “El cual [Cristo] se dio a sí mismo por nuestros pecados para
librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y
Padre,” (Gál 1:4)
Explicación: ¿Qué es el “presente siglo malo”? = la edad en que vivimos es
malo porque rechaza a Dios. Busca su propia voluntad y placer. El egoísmo,
los conflictos, los celos, la envidia, el pecado, falsas religiones, etc., ahora
abundan.
No debe sorprendernos. Este mundo tiene su dios (2 Cor 4:4)
El diablo nos quiere confundir y engañar respecto a lo que constituye la vida
cristiana (2 Cor 11:2-4; Col 2:8)
¿Cómo somos librados? = Cristo murió por nuestros pecados
Esta doctrina, la de la salvación, es la doctrina principal de la fe cristiana. Es la
primera doctrina atacada por los enemigos de Dios (vv -6-9).
Muchos creyentes no gozan de la vida en Cristo porque no se han dado
cuenta que la muerte de Cristo en la cruz no tan sólo nos libró de la pena del
pecado sino que nos libró del poder del pecado. Esto es el secreto de la
vida victoriosa.
Cristo murió “para librarnos” = “sacar, rescatar, liberar” del presente siglo malo
“conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,” – esto es la voluntad de
Dios para tu vida, que tú seas liberado, rescatado del presente siglo malo.
Esto nos lleva al problema que tienen muchos que profesan a Cristo – no
quieren ser librados, ¡ les gusta el presente siglo ! (1 Jn 2:15-17)
“¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera,
pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Stg 4:4)
En Cristo somos más que vencedores, la victoria ya es nuestra. (1 Jn 5:4-5)
Principio: La voluntad de Dios es nuestra liberación del presente siglo malo.
Aplicación: Debo creer que la voluntad de Dios para mi vida es que yo viva
libre de las influencias y las tentaciones del mundo.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

2. Cristo me libró de buscar el favor de los hombres (Gál 1:6-10)


Versículo clave: “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios?
¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres,
no sería siervo de Cristo.” (Gál 1:10)
Explicación: Los enemigos del evangelio presionaron a Pablo a cambiar su
mensaje de sola fe a uno de fe y obras (ritos religiosos).
La gente nos presiona a cambiar nuestro mensaje. Hoy en día muchas iglesias
han suavizado su mensaje para hacerlo más palpable al pecador. Nos
presionan a cambiar el culto y el estilo de música para apelar a cierto sector de
la sociedad. Pero debemos preguntarnos, ¿Para quién es el culto? ¿Para el
hombre o para Dios? Nos presionan a cambiar nuestra Biblia para una “más
fácil” de leer y entender.
“Busco el favor de los hombres” se trata de una de las peores lacras de la
sociedad, la de querer agradar a los hombres a cambio de algo que nos
beneficia. Este beneficio puede ser tangible como dinero o bienes, favores en
el trabajo, o simplemente alimentar nuestra auto-estima (vanagloria).
Alguien ha dicho: “Gastamos dinero que no tenemos para comprar cosas que
no necesitamos para impresionar a la gente que no nos cae bien.”
En algún grado todos nos sometemos a la opinión de otros. A veces es más
evidente que otras veces; por ejemplo, jóvenes que se peinan o se visten de
manera radical para impresionar a sus colegas – no a sus padres. Muchos
jóvenes prefieren desobedecer a sus padres antes que quedar mal con los
amigos.
En el mundo si uno quiere avanzar, hay que hacer la pelota, adular a los jefes,
a fin de ganar más sueldo, o ser ascendido.
Pero, ¿un creyente ha de usar este recurso? – Col 3:22-24
Cristo me libró del presente siglo malo para que no tuviera que ceder a las
presiones externas e internas de agradar a los hombres.
Principio: El que busca el favor de los hombres para agradarles, no puede ser
siervo de Cristo.
Aplicación: Debo preguntarme antes de tomar cualquier decisión, ¿a quién
quiero agradar? ¿a los hombres? o ¿a Dios?

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

3. Cristo me libró de los falsos hermanos (Gál 2:1-5)


Versículo clave: “Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego,
fue obligado a circuncidarse; y esto a pesar de los falsos hermanos
introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que
tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,” (Gál 2:3-4)
Explicación: Por primera vez hallamos el término “nuestra libertad en
Cristo” (la otra vez en Flm 8) y se usa en contraste a ser reducido a esclavitud.
¿Qué esclavitud? Los falsos hermanos son aquellos que quieren obligar a
todos a conformarse a su molde; a su manera de hacer las cosas sin importar
lo que diga la Biblia. Les esclavizan a su religión.
Todas las sectas esclavizan a sus adeptos. Tienen que cumplir ciertos
requisitos o si no, perecerán sin esperanza alguna.
Todas las sectas tienen sus propios escritos y una autoridad que interpreta las
Sagradas Escrituras.
Iglesia Católica Romana = tres autoridades: su Biblia, la tradición, el Magisterio
Testigos de Jehová = su propia traducción que tergiversa muchos textos
respecto a la Deidad de Cristo, sus publicaciones, su jerarquía
Mormones = 4 libros autoritarios, su Biblia RV 2009 con sus propias notas,
Libro de Mormón, Doctrinas y Convenios y La Perla de Gran Precio. También
tienen su “apóstol viviente”. Es curioso que su libro principal es llamado “el otro
testamento de Jesucristo” y le fue entregado a José Smith por un ángel (cp.
Gál 1:6-9)
Jesús condenó a los fariseos por poner la tradición por encima de las
Escrituras. “Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para
guardar vuestra tradición.” (Mar 7:9)
Cristo murió para librarme del presente siglo malo que se caracteriza por
esclavitudes a la tradición y a las muchas sectas que se están proliferando.
Principio: Nadie puede quitar mi libertad en Cristo porque Él murió para
librarme del presente siglo malo.
Aplicación: Debo escudriñar las Escrituras cada vez que oigo algo que
pretende esclavizarme a un sistema o a un hombre.

FIN de esta sesión

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

SEGUNDA SESIÓN
4. Cristo me libró de aquellos de “reputación” (Gál 2:6-10)
Versículo clave: “Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan
sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a
mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.” (Gál 2:6)
Explicación: (lee vv 6-10) Pablo no está tratando a los apóstoles con
menosprecio, está hablando sin pelos en la lengua a los Gálatas que habían
recibido la falsa enseñanza que los doce eran más importantes que Pablo. Los
falsos hermanos apelaron a ellos como su autoridad en su esfuerzo por
quitarle autoridad a Pablo y desbaratar su mensaje.
Lo curioso es que “los de reputación” (los apóstoles y los ancianos de la iglesia
de Jerusalén desmintieron que les habían autorizado). “Por cuanto hemos oído
que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os
han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando
circuncidaros y guardar la ley,” (Hch 15:24).
Ahora, hablemos de aquellos que pretenden ser de “reputación”. Son aquellos
que se creen más inteligentes, más listos que nadie. Creen que su consejo es
como el de Ahitofel que “era como si se consultase el oráculo de Dios.” (2 Sam
16:23).
Todavía los hay. Muchos son políticos, pero también los hay en las iglesias.
Hay que tener mucho cuidado con su consejo (muchas veces dado sin que lo
pidas), porque normalmente viene de su propia experiencia o razonamiento y
no de la Palabra de Dios.
Nuestra libertad en Cristo incluye la libertad de aquellos de “reputación”.
Cuando necesitamos consejos, dirección, o sabiduría, debemos pedirlo
primeramente a Dios. Luego si es necesario buscar al pastor, a la esposa del
pastor o algún hermano/a que sabes es un creyente maduro, hazlo con
prudencia sabiendo que la decisión final es la tuya.
¡Ojo! Debemos tener cuidado de no convertirnos a nosotros mismos en
personas de “reputación” a causa de una actitud de saberlo todo y de exigir
que nos escuchen porque merecemos ser escuchados.
Principio: “Dios no hace acepción de personas”.
Aplicación: Debo someterme a la obediencia de la Palabra de Dios antes de
someterme a los consejos de aquellos de reputación.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

5. Cristo me libró de la hipocresía (Gál 2:11-14)


Versículo clave: “Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, [Pedro]
comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba,
porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban
también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también
arrastrado por la hipocresía de ellos.” (Gál 2:12-13)
Explicación: Cristo libró a Pedro de la hipocresía cuando le envió a la casa de
Cornelio. Después de la conversión de Cornelio, Pedro y sus compañeros se
quedaron algunos días en la casa de ese gentil, comiendo con ellos. Luego
tuvo que defender sus acciones “reprensibles” a los judíos (Hch 11:2-3,17-18).
No obstante, algún tiempo después, Pedro se olvidó de aquella lección y tomó
la decisión de no comer con los gentiles en la iglesia de Antioquía. Para hacer
aun peor el problema, Pedro estaba comiendo con ellos sin ningún problema
hasta que algunos de parte de Jacobo, pastor de la iglesia de Jerusalén,
llegaron. Entonces Pedro se echó para atrás y se separó de los gentiles.
Pedro había arriesgado su vida cuando los judíos le mandaron a no hablar más
en el nombre de Jesucristo (Hch 4:18-21). Sin embargo, seguía predicando en el
nombre de Cristo y fue azotado por obedecer a Dios antes que a los hombres. Y
cuando salieron Pedro y Juan “gozosos de haber sido tenidos por dignos de
padecer afrenta por causa del Nombre.” (Hch 5:41).
¿Qué pasó, pues, en Antioquía? No le importaba a Pedro el enemigo por
fuera, pero le importaba demasiado lo que “podrían” pensar los hermanos “de
la circuncisión”. Esto es lo que le llevó a pecar y crear una situación feísima en
Antioquía.
Debemos notar que aun Bernabé —el campeón de los gentiles— fue
arrastrado también por la hipocresía de Pedro.
Aunque Pablo le reprendió enseguida, ¿cuánto tiempo tardó en arreglarlo en la
iglesia y ayudar a los hermanos ofendidos y perplejos?
¿Cuándo tendemos nosotros a ser hipócritas? En las mismas circunstancias
en que se encontraba Pedro. La hipocresía ocurre inevitablemente cuando
tememos más a los hombres (el “¿qué dirán?”) que a Dios.
Principio: Cristo murió para librarnos del presente siglo malo que incluye la
hipocresía.
Aplicación: Debo temer a Dios más que a los hombres y el “¿qué dirán?”.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

6. Cristo me libró del poder del pecado (Gál 2:15-21)


Versículo clave: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo
de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gál 2:20)
El mejor comentario para entender esta verdad fundamental a la vida cristiana
se halla en Romanos 6:6-18:
(7) “Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.”
(8) “Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;”
(11) “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para
Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
(12) “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias;”
(18) “y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.”
Somos libres del pecado por la muerte con Cristo y libres para ser siervos de la
justicia (hacer lo que debemos hacer) en nuestra nueva vida en Cristo.
¿Qué pecado hay en tu vida que parece imposible dominar y erradicar? Has
intentando vencerlo varias veces, pero sin resultado. Pues, aquí está la
respuesta, la única respuesta.
Esta victoria se gana por la fe. ¿En quién? En el Hijo que “me amó y se entregó
a sí mismo por mí”. La fe es estar “plenamente convencido de que [Dios] es
también poderoso para hacer todo lo que había prometido” (Rom 4:21).
Principio: Si Cristo vive en mí, no habrá lugar para el pecado.
Aplicación: Debo aceptar por fe el hecho de que en Cristo estoy muerto, y por
lo tanto dejo que Cristo viva su vida en mí.

FIN de esta sesión

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

TERCERA SESIÓN:
7. Cristo me libró de la maldición de la ley (Gál 3:6-14)
Versículo clave: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero),” (Gál 3:13)
Explicación: La “maldición de la ley” es que nadie puede guardarla resultando
en la sentencia de muerte a cada ser humano por cuanto todos pecamos en
Adán. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.” (Rom 5:12)
Los tres verbos están en el tiempo pretérito, y se refieren al momento cuando
Adán pecó, Estuvimos en Adán y caímos en pecado con él y sufrimos las
mismas consecuencias de su pecado: “el día que de él [árbol de la ciencia del
bien y del mal ] comieres, ciertamente morirás” (Gén 2:17).
Más tarde en a economía mosaica, Dios entró en pacto con Israel y les dio su
ley. No obstante, en lugar de ver que la ley les mostraba su incapacidad de
guardarla, muchos llegaron a pensar equivocadamente que guardar la ley era
la manera de mostrarse justo delante de los hombres y delante de Dios.
Pablo advierte a los gálatas con palabras muy fuertes acerca de su salvación.
Aquellos que procuran su justificación mediante la ley, se ponen bajo la
maldición de la ley. Pero no hay esperanza para aquellos que confían en las
obras de la ley para justificarse. Citando Deuteronomio 27:26, Pablo escribe:
“Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro
de la ley, para hacerlas.” (Gál 3:10)
La buena nueva del evangelio es que Cristo nos libró de la maldición de la ley.
Otra vez Pablo cita el A.T. (Deut 21:22-23) como prueba de su argumento:
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),” (Gál 3:13)
Cristo tuvo que morir en un madero para liberarnos de la maldición de la ley.
Principio: Cristo me libró de la maldición de la ley cuando murió en la cruz.
Aplicación: Debo vivir mi vida en agradecimiento a Cristo por haber sufrido la
maldición de la ley en mi lugar.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

8. Cristo me libró para ser adoptado por el Padre (Gál 4:1-7)


Versículo clave: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a
su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que
estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” (Gál 4:4-5)
Explicación: Pablo se refiere metafóricamente a la ley romana en cuanto a los
hijos adoptados para explicar nuestra nueva relación con Dios. El Hijo de Dios
nació como un ser humano bajo la ley para redimir a los esclavos de la ley y
darles todos los derechos de hijos.
El ser adoptados nos saca de la esclavitud y nos pone en a una posición de
hijos. Pero la adopción es más que una cuestión de posición o estado; cuando
Dios nos adopta, pone su Espíritu en nosotros y nos hace hijos y herederos.
Pablo contrasta los gentiles en las iglesias de Galacia que deseaban ponerse
bajo la ley como “esclavos” con los judíos que habían sido redimidos de su
esclavitud a la ley cuando creyeron en Cristo. Y no sólo esto, sino que Cristo
les redimió para que recibiesen la adopción de hijos.
Es decir, si Cristo nos ha redimido, ya no somos esclavos. Somos hijos de
Dios, y Dios pone el “Espíritu de su Hijo” en nosotros para que clamemos
“Abba, Padre” al igual que Jesús hizo en el Huerto de Getsemaní (cp. Mar
14:36).
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios.Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con
Cristo” (Rom 8:15-17).
Pablo les dice que estaban cambiando su adopción como hijo, su herencia y
su comunión íntima con el Padre por una esclavitud que no les podía salvar.
¡Increíble!
El esclavo nunca puede llamar a Dios, “Abba, Padre”. Pero el que ha nacido
de nuevo y ha sido adoptado en la familia de Dios, disfruta de una comunión
íntima con Dios.
Principio: Cristo nos redimió de la esclavitud a fin de que fuésemos adoptados
por el Padre.
Aplicación: Debo aprovechar mi nueva relación con el Padre mediante la
oración íntima.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

9. Cristo me libró para formar Su imagen en mí (Gál 4:8-20)


Versículo clave: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto,
hasta que Cristo sea formado en vosotros,” (Gál 4:19)
Explicación: El problema de los gálatas es que estropearon la imagen de
Cristo en ellos mismos cuando decidieron seguir la enseñanza de los falsos
hermanos. Cristo vino para librarles, pero ellos voluntariamente volvieron a la
esclavitud. Toda la similitud de Cristo en ellos se echó a perder.
Por eso Pablo les muestra su preocupación por ellos. El fruto de la salvación
es la reproducción de la imagen de Cristo en nosotros. Cristo mismo nos dijo:
“Por sus frutos los conoceréis.” (Mat 7:16,20). (tanto buen árbol como malo)
¿Cómo es la imagen de Cristo? ¿Cómo la santa sábana de Turín?
La verdad es que la imagen de Cristo no es una imagen física ya que Él “es la
imagen de Dios.” (2 Cor 4:4) y “Él es la imagen del Dios invisible” (Col 1:15)
Pablo nos exhorta: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús,” (Fil 2:5). Sentir = entendimiento, forma de pensar
Pablo pinta una imagen de Cristo en este pasaje (Fil 2:1-8)
• no hace nada por contienda o por vanagloria
• sabe ser humilde y estimar a los demás
• se interesa por otros antes que por sí mismo
• no es egoísta
• se humilla y obedece hasta la muerte, y muerte de cruz.
Cuando los gálatas siguieron a los falsos hermanos y buscaron su propia justicia
por la ley, su imagen era más como la de los fariseos que como la de Jesús.
Las Sagradas Escrituras nos dan cuatro imágenes preciosas de Cristo (los
cuatro evangelios). Hallamos a un Cristo amante, compasivo, misericordioso,
obediente al Padre. Se negaba a sí mismo y se entregó voluntariamente por
nosotros.
Principio: Cuando seguimos a los hombres, Cristo no puede ser formado en
nosotros.
Aplicación: Debo seguir a Cristo en todo para que Su vida sea reflejada en la
mía.
FIN de esta sesión
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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

CUARTA SESIÓN
10. Cristo me libró para ser un hijo heredero (Gál 4:21-31)
Versículo clave: “Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su
hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.” (Gál 4:30)
Explicación: Esta alegoría se basa en la historia de Abraham. Comienza en
Génesis 16 cuando Abraham en un momento de debilidad espiritual hizo caso
a Sarai y tuvo un hijo por medio de Agar, la criada egipcia de Sarai. Esto es
cuando empezaron los problemas, los conflictos entre esas dos mujeres
(Gén 16:1-6).
Durante los siguientes 13 a 14 años la relación entre ellas era pasable. Pero al
final Sara se quedó embarazada y dio a luz a Isaac. Este hecho produjo celos
de parte de Agar y su hijo Ismael porque con el nacimiento de Isaac, Ismael
dejó de ser el hijo favorito y el futuro heredero.
En la celebración del destete de Isaac, Ismael se burlaba de Isaac y Sara dijo
a Abraham: “Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha
de heredar con Isaac mi hijo.” (Gén 21:10). Abraham no quiso hacerlo, Ismael
era su hijo, pero Dios le dijo que hiciera caso a Sara, “porque en Isaac te será
llamada descendencia” (v.12).
Pablo recuerda a los gálatas, “De manera, hermanos, que no somos hijos de la
esclava, sino de la libre.” (Gál 4:31). Por lo tanto, se debe echar a la esclava y a
su hijo, es decir, echar fuera cualquier sistema religioso o cosa que esclaviza.
Como herederos de Dios y coherederos con Cristo debemos desechar...
• el viejo hombre (Efe 4:22)
• la mentira (Efe 4:25)
• ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas (Col 3:8)
• todo peso y el pecado que nos asedia (Heb 12:1)
• toda inmundicia y abundancia de malicia (Stg 1:21)
• todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, (1 Ped 2:1)
Principio: Cristo murió a fin de hacerme un hijo heredero de Dios.
Aplicación: Debo desechar cualquier cosa que me esclavice e impida mi
relación con Cristo.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

11. Cristo me libró del yugo de esclavitud (Gál 5:1-14)


Versículo clave: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo
libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” (Gál 5:1)
Explicación: Pablo usa una ilustración poderosa en su esfuerzo por explicar a
los gálatas el peligro de su decisión de cumplir la ley para asegurarse de la
salvación. En vez de ser algo que les librara, el guardar la ley les esclaviza, del
mismo modo que el yugo sirve para sujetar a los animales.
El yugo simboliza la esclavitud de la gente que ha entregado el control de su
vida a otra persona o a un sistema religioso. (Hch 20:29-30; 2 Ped 2:1-3)
Cuando los gálatas recibieron el evangelio y creyeron en el Señor Jesucristo,
fueron librados del yugo de pecado y puestos bajo el yugo de Cristo que es
fácil de llevar (Mat 11:28-30).
No obstante, después de escuchar a los falso hermanos, decidieron volver al
yugo de esclavitud. No pensaban en las consecuencias de sus decisiones:
• Volver al yugo de esclavitud (Gál 5: 1)
• La circuncisión no les servirá de nada delante de Dios (Gál 5: 2)
• Si guardan parte de la ley, se obligan a guardar toda la ley (Gál 5: 3)
• De la gracia cayeron (Gál 5: 4)
Nota: “Caer de la gracia” no significa perder la salvación. Pablo les trata de
hermanos a través de toda la epístola (5:13). Significa que ellos se deslizaron
de la libertad en Cristo para estar otra vez en esclavitud en su modo de pensar.
Se equivocaron en cuanto a qué ley se debía obedecer. La ley que se debe
obedecer es “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (v.14; Jn 13:34).
Principio: Estoy libre en Cristo porque me libró del yugo de esclavitud.
Aplicación: Debo rechazar cualquier sistema religioso o persona que quiere
controlar mi vida.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

12. Cristo me libró para andar en el Espíritu (Gál 5:15-26)


Versículo clave: “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el
Espíritu.” (Gál 5:25)
Explicación: Después de mostrar a los gálatas su grave error de querer volver
al yugo de esclavitud, parece que Pablo cambia de tema (v.15). Evidentemente
había gente en la iglesia que causaba contenciones y malestar entre los
hermanos (v. 26). Por eso, Pablo les escribe:
“Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” (Gál 5:16).
Nota: Este texto no dice: Andad en el Espíritu y no satisfarás los deseos de la
carne. No es una promesa condicional. Es un mandamiento con dos partes:
• Positivamente: Andad en el Espíritu (ser guiado por el Espíritu – v.18)
• Negativamente: No satisfagáis los deseos de la carne (ver v.19)
En medio de la lista de pecados muy graves, Pablo enumera los problemas
que habían surgido entre los hermanos: “...enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias,...” (vv. 20-21) El efecto fue el de
igualar sus envidias y contiendas a los pecados de adulterio, homicidio, y la
borrachera. ¡Eso tiene que haberles caído muy gordo al leer esta epístola en
sus iglesias!
Pablo afirma que el verdadero creyente ha crucificado la carne con sus
pasiones y deseos (v. 24).
El argumento de Pablo es “si vivimos por el Espíritu” (nacido de nuevo del
Espíritu) entonces deberíamos andar también por el Espíritu (v. 25).
¿Estás andando en el Espíritu? Es fácil saber, porque si andamos en el
Espíritu y somos guiados por el Espíritu, el Espíritu producirá su fruto en
nosotros:
amor gozo paz
paciencia benignidad bondad
fe mansedumbre templanza (dominio propio)
Principio: El que anda en el Espíritu tendrá el fruto del Espíritu en su vida.
Aplicación: Debo examinarme para ver si hay fruto del Espíritu Santo en mi
vida. Si no lo hay, es porque todavía satisfago los deseos de la carne.
FIN de esta sesión

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

QUINTA SESIÓN
13. Cristo me libró para sobrellevar las cargas de otros (Gál 6:1-5)
Versículo clave: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la
ley de Cristo.” (Gál 6:2)
Explicación: En lugar de ser contenciosos, vanagloriosos, irritándonos unos a
otros, más bien debemos procurar la restauración de aquellos que han sido
sorprendidos en una falta. No se trata de pecar voluntariamente, se trata de
caer en algo indebido sin querer, y quizás sin darse cuenta.
El contexto sugiere que el lapsus se debe a una carga pesada que llevaba.
Aquí no se necesitan psicólogos ni psiquiatras, ya que el problema es espiritual
y por lo tanto requiere personas espirituales para ayudarles a resolverlo.
¿Quiénes son los espirituales? Son aquellos que anden en el Espíritu y son
guiados por el Espíritu. ¿Cómo puedes saber quiénes son? Busca gente que
da evidencia del fruto del Espíritu Santo en sus vidas (5:22-23).
Esta restauración implica el sobrellevar las cargas de otros en lugar de
criticarles. Pablo describe esa labor como el cumplimiento de la ley de Cristo
de “amar al prójimo como a ti mismo”.
¿Quién es la persona NO cualificada para restaurar? “El que se cree ser algo.”
Pablo añade para el beneficio de esos creídos que cada uno someta a prueba
su propia obra – porque cada uno llevará su propia carga (vv. 3-5).
Aunque en castellano puede parecer una contradicción (vv. 2,5) no la es por el
contexto y porque en griego “cargas” y “carga” son dos palabras diferentes.
Cargas (v. 2) es baros y significa pesadez, gravedad, peso; carga, cosa que
abruma o agobia.
Carga (v. 5) es fortion y significa carga, fardo, equipaje, peso, esp. cargamento
de un barco. Esta “carga” puede ser pesada o ligera.
La carga en el versículo 5 es la responsabilidad de cada uno, mientras la carga
en el versículo 2 se refiere a una carga pesada que abruma o agobia.
Principio: El sobrellevar los unos las cargas de los otros es amar al prójimo
como a ti mismo.
Aplicación: Debo mostrar amor hacia el prójimo cuando le veo doblado bajo
una carga abrumadora o sorprendido en una falta a causa de la carga que lleva.

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Gálatas: Viviendo libre en Cristo

14. Cristo me libró de la presión de producir fruto (Gál 6:6-10)


Versículo clave: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos.” (Gál 6:9)
Explicación: Del mismo modo que es el Espíritu Santo quien produce su fruto
en nosotros, es Dios quien tiene que producir los resultados en cuanto al
ministerio de cada uno.
A veces sufrimos de problemas que nosotros mismos hemos creado porque, sin
querer, hemos caído en la tentación de permitir que el mundo sea nuestro patrón
a seguir. Por ejemplo, cada negocio tiene que producir resultados positivos
para ser rentable. De ahí surge la idea que los creyentes, pastores, iglesias y
misioneros deben producir X número de creyentes cada semana, mes o año.
Hay iglesias que funcionan como empresas con sus cuotas de productividad.
En cierta iglesia enorme cada maestro de escuela dominical, cada diácono,
etc., tiene el deber de producir por lo menos una “conversión” a la semana.
El primer domingo de este año un hombre colombiano que asiste a nuestros
cultos confesó su pecado de no haber llevado ni una sola alma a Cristo el año
pasado. Si hay pecado, no será éste, sino el de no testificar, que es otra cosa.
Temprano en mi ministerio en Móstoles llegué al punto de estar completamente
frustrado y sentía que todo mi ministerio era un fracaso. ¿Por qué no volvieron
los visitantes a la iglesia? ¿Por qué no hubo conversiones? Estaba pasando el
punto más bajo de mi vida. Un día cuando estaba meditando en mi fracaso, el
Señor me trajo a la memoria Gál. 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer bien;
porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Aquel texto revolucionó mi filosofía del ministerio porque me libró de la carga
de producir fruto. No depende de mí, depende del Señor y sobre todo depende
de “su tiempo”. Mi responsabilidad es ser fiel a Dios, a su Iglesia y a mi
responsabilidad de sembrar la semilla.
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que
planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.” (1 Cor 3:6-7)
Hay muchas expectativas en la vida, reales e imaginadas. El problema surge
cuando intentamos forzar los resultados. Puedo tener metas de repartir cierto
número de folletos, de dar testimonio, etc., pero Dios da el crecimiento.
Principio: Si somos fieles en sembrar, Dios dará la cosecha a su tiempo.
Aplicación: Debo sembrar constantemente la semilla de la Palabra de Dios y
dejar los resultados a Él.

16
Gálatas: Viviendo libre en Cristo

15. Cristo me libró de gloriarme en mí mismo (Gál 6:11-18)


Versículo clave: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al
mundo.” (Gál 6:14)
Explicación: Los falsos hermanos se gloriaron en los gálatas porque les
creyeron y siguieron su falsa enseñanza (v. 13). Pablo les dice que no tuvo
ningún interés en gloriarse en ellos, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
Muchas veces nos gloriamos por motivos equivocados. Hay algo innato en el
hombre que le impulsa hacia el ser reconocido. Hay toda clase de premios hoy
en día de música, cine, deportes, literatura, etc.
Aun en nuestras iglesias damos premios en reconocimiento a la gente por
haber memorizado versículos de la Biblia, por haber traído visitas al culto, etc.
O se dan certificados por haber cumplido los requisitos para estos institutos
intensivos.
No estoy en contra de reconocimientos. En mi despacho tengo enmarcados
dos diplomas de estudios bíblicos y mi certificado de ordenación al ministerio.
El problema es cuando nos gloriamos en nosotros mismos, nos gloriamos en
nuestros logros, en lo que nosotros hemos hecho “para el Señor” sin saber si
era la voluntad de Dios o no.
Antes de ser salvo Pablo se gloriaba en sí mismo, porque se graduó número
uno en su clase, era más celoso de la ley que nadie, y aun perseguía a los
herejes. Pero una vez que el Señor le salvó, Pablo contaba todo aquello como
basura, algo inútil, algo para desechar. Desde entonces sólo se gloriaba en
Cristo. (Fil 2:3-11)
¿En qué te glorías tú? (tu hermosura, físico, inteligencia, talentos, creatividad)
Principio: El Señor murió para librarme de mí mismo.
Aplicación: Debo asegurarme que no estoy gloriándome en lo que soy o en lo
que hago aunque sea “para Dios”. Debo gloriarme en la cruz de Jesucristo.

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