Está en la página 1de 4

PSICOLOGÍA

ENSAYO

PRESENTADO POR:
VALENTINA ISABEL MOVILLA GARCÍA

PRESENTADO A:
JOSÉ LUIS LARIOS ROSANIA
DOCENTE Y PSICÓLOGO

GRUPO: T02

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

PROGRAMA: MEDICINA

BARRANQUILLA, COLOMBIA

14/11/2020
Henry Marsh es el protagonista del documental ´´The English Surgeon´´ y también el
autor del libro ´´Ante todo, no hagas daño´´. El Dr. Marsh es un neurocirujano tardío.
Descubrió su vocación después de haberse licenciado en Ciencias Políticas,
Económicas y Filosofía en la Universidad de Oxford. Estas dos obras, lejos de ser
lecciones académicas, cuentan las dificultades que tiene un neurocirujano para
enfrentarse a las cuestiones profesionales.

Henry Marsh, neurocirujano inglés, abandona las comodidades de su hospital del rico
occidente para echar una mano a colegas en un ruinoso hospital ucraniano con
enfermedades erradicadas por los países adinerados desde hace tiempo. El médico
de ciudad se torna súbitamente en médico casi rural. ¿Heroico? No: es humano. El
cirujano inglés no imparte clases, recibe lecciones.

Los pacientes son lo primero. Incluso cuando los materiales escasean, los equipos
fallan por la caducidad y los propios pacientes son los primeros que atentan
inevitablemente contra su propia salud en base a la miseria, a la pobreza, a la dejadez
de una vida en la que el día a día con sus altísimos costes es lo que prima sobre
cualquier otra consideración.

En el video se critica al sistema soviético, relacionándolo con la falta de equipo


adecuado e interés por proporcionar tratamiento a el tipo de enfermedades que tratan
ambos médicos (el cirujano inglés y el cirujano ucraniano); aunque cabe mencionar
que este problema se extiende también a los países considerados más desarrollados,
como Estados Unidos, bajo el capitalismo. El médico inglés comenta que, en Londres,
lugar en donde trabaja, cuentan con tantos recursos que se dan el lujo de utilizar
material desechable que en el pequeño hospital ucraniano reutilizan por años. A parte,
como se menciona en varias ocasiones, muchos pacientes que padecen de
enfermedades neurológicas tratables ya no pueden ser operados, pues debido a la
escasa atención médica que pueden recibir en aquel lugar no son diagnosticados a
tiempo.

Comentaba en párrafos anteriores sobre el enfoque del documental en el lado humano


del médico inglés y sus pacientes. En él se pretende reflejar el conflicto interno por el
que atraviesa el médico cada vez que realiza una cirugía a un paciente que puede ser
permanentemente lesionado si no toma una decisión adecuada. Se menciona que en
ocasiones el vínculo sentimental que une al médico con el paciente puede interferir en
la decisión que toma aquél, cuando en vez de no hacer una cirugía (a pesar de que
sea la mejor opción) se decide realizarla a pesar de los riesgos que corra el paciente.

Marsh reflexiona sobre las relaciones que mantiene con los pacientes. La vinculación
emocional la cree necesaria, de hecho, él no sabría hacerlo de otra manera, es un
hombre temperamental, pero según afirma hay que saber encontrar un equilibrio, que
no ha parado nunca de buscar. Los pacientes deben ser tratados con franqueza,

1
aunque admite la dificultad aparece cuando no hay esperanza y el paciente quiere
aferrarse a un hierro candente. Según Marsh, saber transmitir la profunda tristeza que
supone no poder ayudar lo suficiente, es una de las dificultades más grandes que
afronta cualquier médico.

El documental es imprescindible, como no podría ser de otra manera tratándose de


Henry Marsh, y en él he visto dos cosas importantes. La primera es ver Marsh pasando
visita en el hospital de Kiev, donde me ha llamado la atención su emoción genuina en
los casos en los que no hay nada que hacer, y la segunda es cómo trata el caso de
Tania, una niña con un tumor cerebral que operó él mismo en Londres, en un proceso
clínico que fue mal. Pues bien, en el documental se ve como Henry e Igor van a la
casa de Katia, la madre de Tania, visitan primero la tumba de la niña y después
aceptan la invitación de merendar con la familia. Una muestra de la relación médico-
paciente que el protagonista creía que era necesaria y tenía con cada uno de sus
pacientes.

Sus pacientes lo ven como el gran salvador del oeste: padres desesperados quieren
que salve a sus hijos, y su colega ucraniano lo ve como un gurú y como un benefactor.
Pero por toda la satisfacción directa que encuentra, también halla diagnósticos
completamente erróneos, niños a los que no puede salvar y una falta de equipos y de
personal cualificado. “Es como vender el alma al diablo, pero ¿qué se puede hacer?
Mi hijo tuvo un tumor cerebral cuando era un bebé y yo estaba desesperado por
encontrar a alguien que pudiese salvarlo. Ahora no puedo huir de los que lo necesitan.”
dice Marsh.

“Cuando se llega a un punto crítico, podemos permitirnos perder un brazo o una


pierna, pero yo opero dentro de los pensamientos y de los sentimientos de las
personas… y si algo sale mal, puedo destrozar el carácter de esa persona… para
siempre.” Henry Marsh

El documental es sencillo y de hondo calado humano: hace años que el neurocirujano


inglés del título viaja a Ucrania para ayudar a un colega en el hospital donde trabaja.
Allí los recursos son escasos y pacientes con dolencias tratables mueren por falta de
tratamientos adecuados. La humanidad, la profesionalidad, la compasión y la
generosidad nos recuerdan la faceta más hermosa y auténtica de la medicina, la de
intentar curar o aliviar el sufrimiento. Y hacen soportable un documental que muestra
situaciones muy duras. Inolvidable la mirada de compasión del médico inglés detrás
de sus gafas. Y tantas otras historias personales inolvidables que vale la pena no
revelar.

2
BIBLIOGRAFÍA

Kiev, el cirujano inglés, 2009 tomado de:


https://www.youtube.com/watch?v=G05U0ZUWByo

También podría gustarte