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Causas del pensamiento mágico

Dos causas principales nos ayudan a explicar este fenómeno. Una se refiere a la
contigüidad entre eventos. La segunda se explica por medio del pensamiento
asociativo:
 Contigüidad entre eventos: se refiere a la generación de determinadas
asociaciones, como creer que un amigo suspendió un examen porque tú
deseaste con todas tus fuerzas que no aprobase.
 Pensamiento asociativo: consiste en el establecimiento de relaciones en
función de ciertas similitudes. Por ejemplo, creer que el espíritu de un
animal pasará a ti si te comes su corazón.
Pero, pese a las causas asociadas al pensamiento mágico, también hay
funciones importantes en el fenómeno. Es decir, nos puede resultar muy útil en
ciertas situaciones muy concretas:
 Reduce la ansiedad: a veces, en ciertas situaciones estresantes con difícil
solución, asociar el evento a elementos arbitrarios aumenta la sensación de
control y reduce la ansiedad. Por ejemplo, usando amuletos para luchar
contra ciertos miedos.
 Efecto placebo: como acabamos de ver, también puede ser muy útil como
efecto placebo. Es decir, pensar que cierto rito puede curar una enfermedad
podría provocar una mejoría de la sintomatología.

Causas y funciones

El pensamiento mágico se ha atribuido principalmente a dos hechos: la


contigüidad entre eventos (p. e. “Mi padre murió porque le deseé la muerte el día
anterior”) y el pensamiento asociativo, que consiste en establecer relaciones en
función de similitudes. Por ejemplo, los mapuche creían que obtendrían la fuerza
de sus enemigos si se comían su corazón.

Autores como Claude Lévi-Strauss o Thomas Markle han afirmado que el


pensamiento mágico tiene funciones adaptativas en determinadas
circunstancias. No obstante, a la hora de atribuir causas este tipo de
razonamiento tiende a fallar de forma mucho más habitual que aquel que se basa
en pruebas empíricas.

Una de las principales funciones del pensamiento mágico es la reducción de la


ansiedad. Cuando las personas se encuentran en una situación estresante que no
pueden resolver es más fácil que asocien la reducción de la ansiedad con
elementos arbitrarios por tal de obtener una cierta sensación de control. Por
ejemplo, en la agorafobia es habitual el uso de “amuletos”.

Incluso en el mundo actual, en el que creemos que predomina la lógica, el


pensamiento mágico sigue teniendo una presencia significativa e incluso
resulta útil en ocasiones. Un buen ejemplo es el efecto placebo, por el cual el
mismo hecho de creer que un falso remedio va a resultar útil para curar una
enfermedad provoca una mejora de los síntomas.

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