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Introducción
En este documento vamos a tratar de daros una propuesta de solución o de modelo de
entrega a la PEC2.
Recordad que estas respuestas se tenían que fundamentar en los contenidos de los módulos
a los que correspondía, y en particular, al módulo 6, así como con la ayuda de la lectura de
los artículos, cuya lectura se recomendó, y dentro del contexto del caso práctico.
Está PEC pretendía haceros reflexionar de una manera tangible sobre lo que puede suponer
la aparición de una nueva tecnología, una evolución disruptiva de la misma o un nuevo uso
de esta, ya en proceso de maduración en el mercado, sobre la planificación de un Plan de
Sistemas de Información, sea en la fase que sea en la que esté (esto no siempre es
planificable), y en cierto modo, sobre el negocio mismo, aunque en el caso que estamos
considerando, es sobre los servicios que una administración pública presta a los ciudadanos.
En cierto modo, el objetivo de la PEC era el de ponernos en situación de la dirección, del CIO
o de su oficina, en nuestro rol de planificación estratégica, combinado con el rol de gestión
de la innovación, siempre en el contexto del valor y soporte a los objetivos de la organización.
En este sentido, en esta PEC nos hemos focalizado en la Inteligencia Artificial (IA), que —si
bien llevamos décadas hablando de ella— no ha sido hasta hace relativamente poco que ha
hecho un salto, simplificando su acceso y disponibilidad empresarial y acercándolo al
concepto de commodity, casi como un servicio.
En este sentido, nos situamos en el contexto sanitario, y en concreto en el caso del “Plan
director de sistemas de información del sistema sanitario integral de utilización pública de
Cataluña”, en un momento de crisis sanitaria como el actual, aunque el caso es un poco
anterior, y en el que se menciona la IA, como algo a considerar en el futuro.
Por otro lado, os hemos pedido leer un informe reciente, de carácter más divulgativo-
comercial, aunque de un nivel directivo (no deja de ser un documento patrocinado por
Microsoft, lo que no le quita un buen nivel: Inteligencia Artificial en el Sector Público) donde
se destacan experiencias en el uso de tecnologías de IA comerciales en la sanidad pública
y con fines distintos.
Estas lecturas nos ofrecen un abanico amplio sobre el uso de la IA, como parte de un
proyecto de investigación de largo recorrido, como parte de una investigación urgente, y
como parte del uso destinado a la mejora del servicio desde diferentes puntos de vista
sanitario y asistencial. Y todo ello, en el contexto de un caso muy bien descrito.
Es en este punto donde os pedimos la respuesta a una serie de pregunta que os planteamos.
Para responder esta pregunta era necesario tener muy claros los contenidos del módulo 6 y
en concreto los del primer apartado donde se nos ayuda a responder la pregunta de por qué
innovar, así como las que se derivan del rediseño de la cadena de valor, y en particular del
apartado 2.2, donde se nos habla y ayuda a diferenciar entre los paradigmas de innovación
disruptiva e innovación continua.
También era necesario leer los artículos recomendados, para conocer en qué consisten y
qué oportunidades suponen las tecnologías de la IA y su posible impacto en el mundo de la
sanidad en sí misma y de los servicios de asistencia.
No es fácil responder esta pregunta, depende en parte de la respuesta que hayamos dado
en la primera pregunta, y supone una lectura atenta del plan de sistemas de nuestro caso.
Tenemos que, a pesar de la evidencia del uso que se está haciendo, aún está lejos de estar
ampliamente aceptada y no hay una oferta clara.
Para responder esta pregunta necesitábamos repasar los contenidos del módulo 2, para
recuperar de nuevos los conceptos de las fuerzas del mercado, la cadena de valor y la
aportación de valor percibida por el servicio o el producto, así como los conceptos de
planificación que vimos en el módulo 3, y por supuesto, las ideas expresadas en los 3
artículos, en particular los correspondiente a las oportunidades de la IA en el sector.
Por una parte, AI no se desarrolla en ninguno de sus apartados, y por otro lado sí se
menciona que el plan es flexible y se debe adaptar a los cambios del contexto.
Si se da un cambió en este segmento, será en buena parte por el liderazgo que se ejerza
desde la administración pública, siempre buscando la complicidad de los demás agentes,
para estandarizar los elementos de comunicación e interacción que serán necesarios. Y ello
no es fácil, pero los artículos nos explican que se están moviendo en esta dirección, por lo
que, si debería impactar en el plan de sistemas, pero seguramente, para potenciar las líneas
estratégicas sin necesidad de modificarlas.
Para responder esta pregunta era importante leer los artículos recomendados, y usar
experiencias de uso de la IA, y su viabilidad en el segmento de la sanidad. También en el
módulo 2 encontramos criterios para exponerlos en este contexto.
Podemos proponer diferentes habilitadores o inhibidores, pero podríamos destacar como
habilitadores principales los que pueda poner la Administración pública en su liderazgo a la
hora de impulsarlo, utilizarlo, de regularlo y también de legislar en ese sentido (e incluso
financiar iniciativas).
Lo que a la vez genera inhibidores como los que se pueden generar en el entorno privado al
eliminarse barreras de competencia.
Un cierto habilitador es el conocimiento teórico en sí de la tecnología y el hecho de que se
han creado consorcios para potenciarla con la participación de muchas administraciones
públicas y grandes empresas de diferentes sectores, y a la vez un inhibidor viene de la
necesidad de que una vez se regule y legisle su uso, es posible que tengamos dificultades
para encontrar en el mercado profesionales solventes que desarrollen los proyectos
asociados.
Para responder esta pregunta, que tiene una cierta conexión con la anterior, era necesario
leer con atención el apartado 3.3 del módulo 6, que segmenta los tipos de riesgo en los que
se derivan de la propia tecnología, del mercado y de los recursos, repasar los contenidos del
módulo 2, así como lo que nos apartan los artículos.
En cierto modo, podemos pensar, a partir del conocimiento de la propia tecnología, que ésta
nos va a situar en un paradigma de riesgo menor si se hace un uso de soporte del
conocimiento sanitario, aunque difícilmente lo podríamos aplicar de manera autónoma. Su
uso para el soporte administrativo asistencial, no supone mayores riesgos que los derivados
de posibles contingencias.
Otro tema sería el que vendría de la capacidad de rentabilizar las inversiones y asegurar el
retorno, que, al ser un servicio público, se debe valorar en función de la mejora del mismo y
la percepción por parte del ciudadano.
También hay que destacar que el nuevo modelo de gestión resultante de aplicar la tecnología
supondría una gestión distribuida de datos, lo que no deja de suponer un riesgo al dispersar
estas responsabilidades de los mismos, pero, si se prevén en la regulación, se pueden
mitigar de manera razonable.
Quizá el mayor riesgo sea el derivado de la propia regulación y los plazos para su
cumplimiento, y la capacidad del mercado para satisfacer lo que sería una demanda
emergente.
Finalmente, destacar que existe el riesgo, como en toda tecnología emergente, que puede
suponer su obsolescencia ya sea por si misma o por la manera de aplicarla.
Para responder esta pregunta debíamos leer el apartado 3.2 del módulo 6, respecto los
factores típicos de éxito, tratando de justificar, con la ayuda de los artículos si estos se van a
cumplir y en qué grado, dado que es donde vamos a encontrar los beneficios que de su
aplicación se derivan, pero con el enfoque generalista que se da del punto de vista del
ciudadano, tanto en sus necesidades como paciente, como del acceso a la sanidad como
usuario.
De los artículos, sobre todo del informe de análisis general, podemos entender que hay
muchas expectativas, tanto sanitarias de largo recorrido, como para necesidades
sobrevenidas, como de servicio asistencial como de tipo administrativo.