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Semana 3

Filosofía y
epistemología de la
educación

Unidad 3
Filosofía de la
educación.

Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
3. Filosofía de la educación
La definición de educación depende de un conjunto de ideas filosóficas adicionales.
Nuestra concepción del conocimiento, el mundo, el hombre, la sociedad y la ética
serán determinantes para nuestros conceptos de educación, estudiante y maestro.

La educación es solo una de las manifestaciones culturales de los grupos humanos,


empapada de la cosmología y los paradigmas vigentes en cierto momento, y
normalmente es heredera de concepciones previas. Villa Sánchez afirma:

El desarrollo de la tradición filosófica es, desde los griegos, un elemento fundamental


en la construcción de la cultura y, por tal, de este entramado complejo de significaciones
que recibe el nombre de civilización; espacio y escenario en donde se realiza
el proyecto histórico humano; fuente de identidad que a través de la educación
encuentra su territorio más pleno de realización (2016, pp. 164-165).

Los que esto significa es que la filosofía de un pueblo se traduce en un tipo específico
de cultura, y esa cultura está vinculada con determinada civilización. Cada civilización
se plantea un tipo de ser humano que, junto con la cultura, conforma parte de nuestra
identidad.

La educación busca hacer realidad ese ser humano que crea y perpetúa su civilización
y cultura. El proyecto educativo es, en realidad, el proyecto de ser humano que ha
emanado de nuestras posturas y creencias filosóficas.

Al respecto, García Amilburu dice que “nadie puede realizarse plenamente como
<<humano>> si no es en el seno de una tradición y una cultura, a la que solo se accede
al ser educado” (2012, p. 13). Entendiendo que esa realización del ser humano puede
variar en características entre culturas.

Es por ello que no podemos entender profundamente la educación sin la filosofía


de la educación que le precede.

Veamos primero una definición básica de filosofía de la educación. Podemos entenderla


como “la aproximación al mundo de los fenómenos educativos empleando la metodología
propia de la filosofía” (Ibídem, p. 13). Es una mirada externa a la educación para analizarla
y reflexionar sobre ella.

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Dichas metodologías filosóficas son aplicadas cuando nos planteamos cuestiones
como “¿por qué los seres humanos necesitamos que nos eduquen?, ¿qué dimensiones
humanas son educables?, ¿qué papel corresponde a la educación en el diseño de la
identidad personal?” (Ibídem, p. 14).

Pese a su carácter reflexivo, debemos tener en cuenta que no es meramente especulativa


o contemplativa; la filosofía de la educación debe ayudar a mejorar la actividad
educativa, la praxis (Ibídem, p. 20), pues se traduce en corrientes teóricas, metodológicas
y técnicas que son puestas en práctica. Esas corrientes surgen de paradigmas
educativos, como veremos a continuación.

3.1. Paradigmas en la educación


Ya hemos abordado previamente el concepto de Paradigma, que podemos resumir
como un conjunto de ideas que se da p or sentado dentro de cierta corriente, cultura
o momento histórico. En el caso de los paradigmas educativos esas ideas se relacionan
íntimamente con el concepto del hombre y su lugar en el mundo y la sociedad.

Todas las producciones humanas que ves, lees y creas surgen en el marco de al
menos un paradigma, no podemos escapar a ellos porque el ser humano comprende
el mundo desde sus propias experiencias que, mayormente, se viven dentro de una
sociedad con una cultura determinada. Los paradigmas son los modelos con los
cuales podemos comprender el mundo.

Antes de continuar, por favor responde brevemente estas preguntas:

1. ¿Qué tipo de ser humano debiera lograr la educación formal?

2. ¿Qué rol debiera tener el maestro o docente dentro de la educación?

3. ¿Qué rol debiera tener el alumno o estudiante en su propia educación?

4. ¿Qué rol debiera tener la información en la educación de ese ser humano?, ¿qué
relación debiera haber entre ella, el docente y el alumno?

No hay respuestas correctas o incorrectas a estas preguntas, pues dependen de las


convicciones, experiencias y contexto de quien las responde. Como veremos, se han
dado diferentes opciones a lo largo de la historia.

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Podemos ver evidencias de los diversos paradigmas en las palabras que utilizamos,
pues suelen crearse nuevos términos cuando se hacen cambios sustanciales a los
conceptos. Por ejemplo, en la elección de términos como maestro, docente, facilitador,
asesor, etc., para designar a una persona que con un rol clave en la enseñanza,
siendo contraparte del alumno, discente, estudiante, pupilo, entre otros términos.

Recuerda, toda producción humana está enmarcada en ciertos paradigmas, incluida


la educación. Por ejemplo, para Villa Sánchez, educar es enseñar a vivir, “es la forma
en que la sociedad y la cultura reproducen las condiciones de su propia existencia.
Se educa para el presente y para la acción, pero también para garantizar la persistencia
de la memoria. La educación humaniza” (2016, p. 163).

¿Puedes identificar en esa cita alguna idea que se dé por sentado y que apunte a
cierto paradigma?

Por ejemplo, al decir que la educación humaniza, el autor está dando por sentado
que ser un humano no es algo que se da al nacer, o por lo menos no de forma completa.
Entonces, ¿alguien que recibe más educación es más humano? Si la educación humaniza,
¿qué es ser un humano, entonces?, ¿solo puede llegar a serlo alguien por medio de
la educación?, ¿qué sería alguien que no recibe educación alguna?

De forma similar a estas preguntas, te invito a que leas con esa mirada crítica las
ideas que analizaremos en los siguientes temas, cuestionando lo que dicen y tratando
de descubrir las cosas que dan por sentadas, sobre las que basan sus fundamentos
educativos.

3.2. Desarrollo histórico


Las ideas educativas que tenemos hoy en día corresponden a una secuencia de
cambios históricos en la cultura y sociedades occidentales. Existen otras historias
y otras líneas de pensamiento en otras culturas, como las orientales, pero estas no
son parte de nuestra tradición cultural por lo que no las abordaremos aquí, aunque
ciertamente son interesantes y valiosas por sí mismas.

Además, considera que lo que se llama cultura occidental realmente es un conjunto


de subculturas que pueden presentar importantes diferencias entre ellas. De hecho,
el concepto en sí mismo es ambiguo, aunque muy utilizado.

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Originalmente el término se usaba solo para los países de la región occidental (oeste)
de Europa, mayormente aquellas que en su momento estuvieron bajo el imperio
romano. Con la colonización de otros continentes se amplió su significado. Hoy, se
le llama occidental a las regiones que, por colonización o globalización, comparten
los aspectos culturales de aquellos pueblos europeos.

Pese a su vaguedad, el concepto occidental sirve bien para trazar una línea general
de pensamiento desde las culturas clásicas (griegos y romanos) hasta nuestros días,
pues aún hoy nuestro pensamiento está grandemente influenciado por ellos, ya sea
por adopción de sus ideas o por reacción contra ellas.

3.2.1. Griegos

La filosofía griega ha tenido un gran impacto en todo el mundo occidental, en su


momento fue extendida por Alejandro Magno, después por el imperio romano que,
tras conquistarlos, adoptó mucha de su cultura; posteriormente, al ser redescubierta
en Europa hacia el final de la época medieval.

La cultura griega puede rastrearse hasta el 1800 a. C, por lo que tiene una larga
tradición histórica. Además, existían varios pueblos que se denominaban griegos,
sin que hubiera unidad política entre ellos (más bien, lingüística y religiosa). Había
pueblos griegos en Italia, Grecia e incluso lo que hoy es Turquía.

Es difícil abordar los aspectos filosóficos sobre la educación en ese amplio espectro
geográfico e histórico. Por ello, nos centraremos en el periodo clásico, situado en
el siglo V a. C., sobre todo en la ciudad de Atenas, pues fue la época de mayor
florecimiento filosófico y artístico, de Sócrates, Platón y Aristóteles (Alonso, 2012, p.
37). Sobre ellos, dice Arredondo:

La filosofía griega alcanza su máxima expresión con el pensamiento de tres clásicos


filósofos: Sócrates, Platón y Aristóteles, los cuales presentan, en alguna forma,
una continuidad, ya que el discípulo mejor dotado de Sócrates fue Platón y éste
a su vez tuvo como excelente alumno a Aristóteles, quien ingresó a la academia
fundada por su maestro desde edad temprana [y] (…) trató de diversos problemas
de los que no se ocuparon Sócrates ni Platón (p. 36).

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Una de las mayores aportaciones didácticas de Sócrates fue la mayéutica o método
socrático. Este método asumía que el ser humano tiene dentro de sí lo necesario para
construir conocimiento, pero hay que hacerlos surgir. Tal es el papel del maestro, que
“es como un partero del alma que ayuda a la gestación de las ideas (…) su intervención
consistirá en la formulación de preguntas adecuadas, en despertar el interés por
conocer, muchas veces recurriendo a las paradojas” (Ibídem, p. 39).

Este método no era cómodo ni apreciado por sus contemporáneos, sobre todo porque
solía dialogar en las plazas públicas con nombrados especialistas, poniendo en
evidencia lagunas en sus razonamientos y conocimientos. Eventualmente, fue acusado
de corromper a la juventud y sentenciado a muerte, prefiriendo morir que fugarse y
romper la ley del Estado.

Platón, discípulo de Aristóteles, fundó la primera verdadera escuela de filosofía Griega.


La instaló en Atenas, en un jardín dedicado al héroe mitológico Academos, por lo
que se llamó Academia. Ahí acudían jóvenes atenienses y extranjeros (Ibídem, p. 40).

Uno de sus principales aportes fue la teoría de las ideas (realismo de las ideas). En
ella afirma que existen dos mundos: el de los fenómenos, que percibimos con los
sentidos (es ilusorio, efímero, corruptible) y el de las ideas, que percibimos con la razón
o los ojos del alma (inmutable, universal, eterno, la verdadera realidad). Así, solo el
filósofo puede conocer la verdad, pues los sentidos solo nos dan pseudoconocimientos
(Ibídem, pp. 42-43).

Esta distinción entre un mundo tangible y uno intangible al que solo se accede por
la razón o el alma será una idea importante en la concepción de la ciencia como
verdadera fuente de conocimiento. También tendrá impacto en las ideas posteriores
sobre la distinción entre cuerpo y alma. También afirmará que el mundo corporal no
es virtuoso, sino que debemos dirigirnos al de las ideas.

Y dará recomendaciones sobre la educación que deben recibir las distintas clases
sociales, a las que asemeja con sus ideas ya expuestas. Así como hay un mundo
de las ideas de los fenómenos, así el hombre tiene a la razón y al cuerpo que debe
dominar; de forma similar el Estado tiene a las clases gobernantes (y militares), y a
las clases trabajadoras.

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Aristóteles fue alumno de Platón. A la muerte de su maestro deja la Academia y es
encomendado como el tutor o maestro de Alejandro Magno. Eventualmente vuelve
a Atenas y funda su escuela en un bosque consagrado a Apolo Licio, por lo que se
llamó el Liceo.

A diferencia de Platón, su filosofía fue de corte realista, pues para él la verdad del
mundo se encuentra en las cosas mismas. Así, por ejemplo, si Platón justificaba la
existencia de la clase dominante como aquella que estaba más cerca del mundo de
las ideas y su comprensión, para Aristóteles será la naturaleza misma de los esclavos,
sus características naturales, las que justificarán su sometimiento; lo veremos más
adelante.

Independientemente de sus postulados individuales, para comprender mejor a estos


filósofos debemos considerarlos dentro de su contexto político, pues sus ideas educativas
son un reflejo de su civilización, y la civilización de los paradigmas subyacentes.

En primera instancia, debe señalarse que la sociedad griega estaba altamente jerarquizada,
por lo que había distinciones en derechos y educación para los esclavos, los hombres
libres de clase baja, las clases altas gobernantes y, paralelamente, entre hombres y
mujeres. De acuerdo a la clase perteneciente, se aprenderían unas u otras cosas. Sin
embargo, la educación era obligatoria y proporcionada por el Estado (Ibídem, p. 40).

El Estado sería una entidad central para los griegos clásicos, y su existencia encendería
muchos debates filosóficos. Además, la actuación de los hombres dentro de la organización
política y democrática del Estado demandaría un tipo de educación específica, en
especial para la clase gobernante en contraposición a las demás.

Así, uno de los principales puntos del paradigma educativo griego era la importancia
dada a la filosofía, las ciencias y las artes, en contraposición a los oficios y las actividades
de las clases bajas. Se consideraba que había actividades más sublimes o elevadas,
de mayor valor, y otras más utilitarias y mundanas, de menor valor.

Quienes recibían una educación más intelectual e integral eran las clases gobernantes,
a quienes se les enseñaba (según la escuela) música, aritmética, geometría, astronomía,
dibujo, filosofía, oratoria y gimnasia (Alonso, 2012, p. 43). Los contenidos se organizaban
en el trívium (gramática, retórica y dialéctica), y el cuadrivium (aritmética, geometría,
música y astronomía) (Negrín, 2012, p. 38).

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Como técnicas didácticas estaban la memorización y recitación de textos literarios
como la Ilíada y la Odisea, por medido de la recitación grupal o alternada entre los
alumnos, donde uno comenzaba en el punto en el que otro había parado. También la
enseñanza oral de un maestro a un grupo de alumnos, de edades mezcladas. También
era usado el castigo físico para corrección de la indisciplina y la conducta inmoral.

Por otra parte, cabe resaltar que la educación estaba reservada para los ciudadanos
libres, es decir, no incluían a las mujeres, las clases bajas, a los esclavos, ni a los menores
de edad. De esta forma, solo unos cuantos podían acceder a ella, dejando a la mayoría
la formación por medio de oficios, la tradición oral y las enseñanzas en el hogar.

En lo profundo del paradigma griego hay una visión de un ser humano polarizada,
que en cierta medida explica esa división de los conocimientos en más o menos
valiosos y sublimes. Por ejemplo, Aristóteles, en el libro I de la obra Política, dice:

Esto mismo es lo que hemos dicho ya al tratar del alma. La naturaleza ha creado
en ella dos partes distintas: la una destinada a mandar, la otra a obedecer, siendo
sus cualidades bien diversas, pues que la una está dotada de razón y privada de
ella la otra (s.f.a, p. 19).

A lo que se refiere es a que, desde su filosofía, el hombre está compuesto por el


cuerpo y el alma (idea heredada de Platón). El cuerpo debe ser dominado por el
alma, pues esta es virtuosa. Es decir, aquello que se acerque al cuerpo es menos
virtuoso que lo que se acerque a lo sublime del alma. Así, quienes no dominan al
cuerpo son menos virtuosos, y quienes solo pueden aportar fuerza y trabajo corporal
son esclavos.

La excepción respecto al cuerpo será la gimnástica, que es cultivada entre las clases
altas y que tuvo tanta relevancia que se crearon los juegos Olímpicos, a los que
acudían las diversas naciones griegas aunque estuvieran en guerra. Es una tradición
heredera de la importancia antigua dada a la preparación militar. En la época clásica
se cultiva como parte de la salud integral, el valor y la nobleza de los jóvenes.

Esto se traduce en que las disciplinas manuales y artesanales son dignas de los
esclavos y siervos, mientras que las más artísticas e intelectuales son para las clases
altas y gobernantes. La división en la educación está dada por la postura filosófica
subyacente.

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Por otra parte, Aristóteles dice que el hombre es un animal racional, de forma que
solo el raciocinio nos separa de los animales. Todos los hombres aspiran a la felicidad,
pero solo aquello que es único y propio del hombre puede ser la felicidad (no la
alimentación o la reproducción, por ejemplo, que también es animal). Así, la actividad
racional a lo largo de la vida es la verdadera felicidad (Arredondo, 2015, p. 51).

Recuerda esta distinción entre cuerpo (vil, debe ser sometido) y alma (virtuosa y más
noble), pues será un postulado central de la ideología cristiana, una idea del hombre
que permanecerá hasta nuestros días. Puedes ver un paralelismo con la idea de que
la ciencia está para dominar a la naturaleza. Otras culturas han generado otras ideas
y filosofías respecto al cuerpo, pero por siglos no permearon en occidente.

Adicionalmente, Aristóteles afirma que el hombre debe buscar la virtud, que solo
puede encontrarse en un punto medio entre la omisión y el exceso. Así, por ejemplo,
la valentía está entre la temeridad y la cobardía (Ídem). Esto debía ser enseñado a
los hombres también.

Por favor, dirígete a la lectura base De la educación en la ciudad perfecta, del libro
V de Aristóteles. Es un fragmento breve donde se resume la finalidad que da a la
educación (de las clases gobernantes) y al ocio. Analiza ese rol que le asigna y su
relación con las ideas y organización social de la época.

Muchas de las ideas griegas se expandieron con el imperio de Alejandro Magno.


Posteriormente, fueron conquistados por los romanos y estos adoptaron muchos
elementos culturales, artísticos y filosóficos griegos que propagaron por su imperio.

No es de extrañar, entonces, que su influencia fuera tan extensa y profunda, al grado


de que hoy podemos identificar ideas como la distinción entre cuerpo y alma, la
concepción de que tienen más valor las disciplinas intelectuales que las de oficios,
o simplemente el uso mismo de palabras como Academia y Liceo.

Los romanos, además de extender ideas griegas, instauraron escuelas en diversas


ciudades para facilitar la enseñanza del latín, lengua oficial, y algunos aspectos
culturales. A ese proceso de romanización le llamaron humanitas, el cual terminó por
designar a quienes eran civilizados en contraste con los bárbaros.

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En palabras de Negrín (2012): “Finalmente humanitas viene a identificarse con el
término griego paideas, entendida como educación, formación y cultura.” (p. 30). De
esta forma perpetuaron la distinción griega entre un tipo de cultura superior a otras,
en este caso la griega versus las demás, donde antes era la de las clases altas y no
las bajas.

Si te interesa saber más sobre la educación romana, te recomiendo la lectura


complementaria La humanitas filosófica de L. Séneca (Negrín, 2012, pp. 32-38).

3.2.2. Edad media

El periodo conocido como Edad media abarca del siglo V al XV d.C., comenzando
con la caída del imperio romano y culminando con el descubrimiento de América y
el fin del imperio bizantino. Comprende mil años de cambios culturales, ideológicos,
religiosos, políticos y económicos.

El término Edad media fue acuñado durante el Renacimiento para señalar el tiempo
intermedio entre el apogeo de las culturas clásicas en el imperio romano y su
resurgimiento durante los siglos XV y XVI (su renacimiento). Es decir, se le llamó edad
media minimizando su importancia entre la época grecorromana y el renacimiento
de muchos elementos de esa misma cultura.

El término ha sido muy discutido pues ha generado una visión negativa respecto a
esos mil años en Europa, dibujándolos como una época oscura y sin progreso. Sin
embargo, una gran parte de los avances, instituciones y estructuras del Renacimiento
se gestaron y nacieron durante la Edad media.

Puesto que mil años es una extensión muy grande de tiempo, suele dividirse para su
estudio en Alta edad media (s. V al X, también llamada temprana) y Baja edad media
(s. XI al XV). En general, en ambas épocas hubo una gran influencia de la religión
cristiana que el imperio romano ya había adoptado y difundido. También se mantuvo
en buena medida el latín como lengua culta (Alonso, 2012, pp. 63-72).

La alta edad media estuvo marcada por una gran cantidad de invasiones germanas
(que provocaron la caída del imperio romano) y desplazamientos de grupos humanos.
La inseguridad y la desorganización política llevaron al surgimiento del sistema feudal
como medio de seguridad y producción autosuficiente, aunque se mantuvo cierta
unidad por medio de la religión e instituciones cristianas (Ídem).

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La baja edad media vio la caída del sistema feudal y el surgimiento de las ciudades.
Además fue la época de las Cruzadas contra los musulmanes, que llevó a la exploración
de oriente y, eventualmente, al impulso del comercio y el surgimiento de las clases
sociales de comerciantes y burgueses (Ídem).

En el campo educativo, los contenidos se centraron en el trívium griego: gramática,


retórica y dialéctica, siendo las clases gobernantes quienes llegaban a estudiar en
ocasiones el cuadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía) (Negrín, 2012, p. 38).

Los monasterios eran las principales instituciones educativas, donde las clases altas
recibían una instrucción adicional. Adicionalmente, se dividió la educación entre la
infancia y la adolescencia, pues desde la filosofía cristiana la infancia era un periodo
de inocencia y debía tener un tratamiento especial. También se intentó regular la
violencia física como castigo en los niños (Alonso, 2012, p. 71).

También existió la formación de caballero en las escuelas palaciegas, en los castillos.


Era exclusiva de las clases gobernantes pues solo ellos recibían instrucción militar,
además se exigía cierta riqueza para adquirir lo necesario a un caballero, buena
constitución y habilidad física, así como virtudes morales (justicia, solidaridad, lealtad,
humildad, etc.) (Negrín, 2012, pp. 54-55). Era una educación de servicio a los señores
y reyes, acorde al paradigma de humildad, nobleza y sacrificio cristiano.

La mayoría de las ideas que persistieron de la filosofía grecorromana lo hicieron por


medio de la religión. Por ejemplo, la idea de que el cuerpo debía ser dominado y
lo corporal es más vil que el alma (aunque el cristianismo tuvo una visión del alma
más espiritual y menos racional). También la idea misma de que el ser humano está
compuesto por esos dos componentes, el físico (cuerpo) y el sublime (alma).

La expansión y afirmación de la religión cristiana representó un importante cambio


de paradigma que impactó muchas áreas, incluida la educación. En primera instancia,
promovía la hermandad de los seres humanos y daba valor a la humildad, el trabajo y
la pobreza. Estos valores ayudaron a consolidar los feudos y dar mayor predominancia
al trabajo de los oficios y el campo (contrario a los griegos).

El cambio de enfoque trajo consigo uno de los mayores aportes de la época medieval
a la educación: la idea de que todos debían recibir instrucción, y que esta debía ser
proporcionada por la iglesia, llevándola a todos los confines posibles. El mayor
esfuerzo fue la alfabetización de la población, de forma que pudieran acceder al

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texto sagrado, la Biblia.

En cuanto a la filosofía como disciplina, tuvo un gran desarrollo la escolástica, que es


“la rama de la filosofía que buscaba por medio del raciocinio, conciliar el conocimiento
de los clásicos con la Biblia” (Alonso, 2012, p. 66). El mayor exponente de esta
corriente fue santo Tomás de Aquino. Se desarrolló sobre todo en los siglos XI al XV.

Para él, el conocimiento podía ser de dos tipos: filosófico-racional, que es el conocimiento
humano basado en la percepción y la razón, y suprarracional, basado “en los principios
de una ciencia superior que es la teología, ciencia de Dios y su conocimiento que
transmite por revelación, en la Biblia en donde el instrumento de conocimiento es
principalmente la fe” (Arredondo, 2015, p. 84).

La escolástica, como puedes notar, es un ejemplo de postura epistemológica que


admite la posibilidad de adquirir conocimiento por medios no científicos o empíricos,
sino de fe. No obstante, es muy claro al afirmar que debe ser una fe razonada. Así,
por ejemplo, dedica parte de su obra a desarrollar las pruebas o vías de la existencia
de Dios, que son argumentos para comprobar esa existencia.

Otro personaje relevante, sobre todo en España, fue Alfonso X de Castilla, (Alfonso
el Sabio). Dentro de su obra Las siete partidas, hay una sección (Partida II) sobre la
educación, que es la primera ley al respecto para su territorio. Dentro de los temas
que aborda, están la educación del rey mismo, sus hijos, escuderos y nobles; la
educación femenina, de caballeros y clérigos; la iglesia en la educación; maestros y
enseñanza primaria; la educación superior y cómo debería ser (Negrín, 2012, p. 57).

Ese último punto es otro de los aportes de esta época: la creación de las primeras
universidades en el siglo XII, conforme declinaba la importancia de las escuelas
monacales y catedralicias. Su existencia va de la mano con la creación de las primeras
ciudades (Ibídem, p. 50).

Cabe mencionar que la cultura musulmana tuvo influencia en la educación medieval,


por un lado al tomar algunas técnicas didácticas similares a las griegas (uso de cánticos
y lectura del texto sagrado en voz alta para su memorización) y también por que
proporcionó traducciones de los textos clásicos que estuvieron perdidos para Europa
durante algunos siglos.

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Uno de los exponentes musulmanes más relevantes fue el filósofo Averroes. Para él,
toda la sociedad es una estructura educativa que puede colaborar en el perfeccionamiento
de los hombres. Así, el Estado es una escuela y el gobernante un educador, por lo
que debe tener la mayor de las virtudes, la sabiduría (Ibídem, p. 76). Habla de diversos
tipos de hombres y virtudes:

Así estarían los seres materiales o seguidores del placer cuya virtud sería la templanza;
los fuertes o deseosos del honor cuya virtud sería la fortaleza y finalmente los
sabios consagrados a la contemplación y dirigidos por la virtud de la sabiduría.
Solo los últimos (…) están capacitados para para educar a los demás hombres. No
es posible gobernar si no se posee la virtud anteriormente señalada (Ídem).

La idea de que el Estado está para educar y dentro de él el hombre se perfecciona


fue una reacción a los gobernantes tiránicos de la época, retomando algunos
puntos de Platón. Será, a su vez, afín a la organización en ciudades que irá surgiendo
eventualmente.

Hay mucho más que decir sobre la Edad media, considerando que transcurrió durante
mil años de civilización humana, a lo largo de todo un continente. Si te interesa
saber más al respecto, revisa la lectura complementaria Educación en la Edad media
(Alonso, 2012, pp. 56-84).

La Edad media vio su fin con el surgimiento de las ideas humanistas y del Renacimiento.
Además, en la estructura social los feudos habían dado paso a las ciudades y el poder
ser había dividido: el religioso en la iglesia, el político en los reyes y el económico
en la burguesía y los comerciantes (ayudado por el uso generalizado del dinero en
vez del pago en especie).

Con el tiempo burguesía y reyes se aliaron, disminuyendo el poder de la iglesia. Esto,


junto con los gremios accadémicos en las universidades y el fin del feudalismo,
generó el surgimeinto de un nuevo paradigma en el que el centro del pensamiento ya
no estaba en la religión, sino en el hombre y su naturaleza, como veremos a continuación.

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3.2.3. Renacimiento e Ilustración

Hacia el siglo XV el panorama económico, político y cultural de Europa era radicalmente


diferente al de inicios de la edad media. Dos importantes agentes de este cambio
fueron el comercio y el uso del dinero, proporcionando poder económico a la clase
burguesa y dándole un nivel de influencia que no habían tenido.

El dinero y el comercio abrieron la posibilidad de pagar por cosas y servicios, siendo


uno de ellos el servicio de la educación. Puesto que el poder ya no estaba únicamente
en manos del clero y de las familias nobles, fue surgiendo un tipo de gobierno más
democrático en los feudos que se habían convertido en ciudades.

También creció el valor del conocimiento y de las innovaciones técnicas. Recuerda


que el cristianismo había promovido el valor del trabajo y la productividad, de forma
que ese pensamiento fue tierra fértil para el desarrollo y mejora de las técnicas de
producción y los oficios.

Un ejemplo icónico de los avances de la época fue la invención de la imprenta


europea por el alemán Johannes Gutenberg. La imprenta permitía producir textos
de forma más rápida, con muchos menos errores que los escribas y copistas en los
monasterios, y en mayores tirajes. Sería un instrumento clave para la apertura del
conocimiento y la información a un mayor número de personas.

Por otra parte, hay un redescubrimiento y revalorización de las culturas clásicas que
vuelven a tener relevancia en el entorno académico y artístico, en un movimiento que
se llamará Renacimiento. Se retoman ideas filosóficas clásicas, poniendo de nuevo
al hombre al centro de las reflexiones filosóficas, así surge el humanismo.

La importancia del renacimiento fue tal en su época, que a todo lo anterior se le llamó
una época de oscurantismo (la época medieval). Su foco geográfico fue Italia, que
“ya poseía una lengua, un clima propicio, un régimen de libertad política y una cierta
prosperidad comercial, a diferencia de otras naciones” (Arredondo, 2015, p. 104).

Las nuevas ideas se cristalizaron de maneras diferentes en los reinados de Europa.


España e Inglaterra dedicaron muchos recursos a la exploración y la colonización,
en Francia habría un gran impulso al conocimiento y la ciencia (por ejemplo, con
Descartes), mientras que en Alemania se llevó a cabo una profunda reforma religiosa
que dio como resultado la separación entre el catolicismo y el protestantismo (Ídem).

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La reforma luterana (encabezada por Lutero) de Alemania fue muy significativa, pues
denunciaba la corrupción del Vaticano y buscaba liberarse de su influencia. Sus
principios fueron: “derecho del fiel a interpretar la Biblia, sacerdote como guía
espiritual no como mediador entre Dios y el fiel, aceptación de la Biblia no del Papa,
eliminación del clero regular (…) y del celibato” (Alonso, 2012, p. 89).

Los países del Norte de Europa, más alejados y descuidados por el Vaticano, pronto
adoptaron la reforma, trayendo como consecuencia una cultura más libre. En oposición,
los países que apoyaban al Vaticano lanzaron una contrarreforma mediante el Concilio
de Trento y comenzaron a llamarse a sí mismos Católicos.

Dos consecuencias importantes de esta separación para el catolicismo fueron la


creación de la orden jesuita cuya misión era educativa, encargada de la enseñanza
superior para frenar el avance de las ideas del protestantismo, además de la creación
de la Inquisición para la persecución de los reformistas.

Por otra parte, en las regiones protestantes la separación facilitó la laicización de


Occidente gracias a la interpretación libre de los ciudadanos respecto a la Biblia.

La Reforma para la educación y para la cultura europea fue de suma importancia,


pues además de promover la importancia de la lectura, hacía hincapié en que la
educación debía ser para todo. Con el tiempo, se fue formando una ética reformista
distinta a la iglesia papal. Un rasgo distintivo de la Reforma fue la importancia del
trabajo como una forma de acercarse a Dios (Ibídem, p. 92).

Este es un ejemplo más sobre cómo un cambio ideológico impacta directamente a


la educación. No solo se promovió la alfabetización y la educación universal para
la formación de la virtud, sino que se hicieron traducciones de la Biblia a fin de que
pudiera ser leída e interpretada por todas las personas; en su momento esto fue
revolucionario, pues se consideraba que debía ser leída en latín y griego (Ídem).

En esta época vivió un gran personaje, considerado el padre de la didáctica y el


creador del primer libro de texto, Jan Amos Komensky (Comenio). Parte de su obra
derivó del deseo de dar a las personas más autonomía en su aprendizaje de la lectura
y así permitir que el protestantismo no fuera apagado del todo en su país (hoy
República Checa).

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Propuso una transformación educativa basada en la naturaleza educable del hombre
y afirmando que muchas veces las personas no aprenden por error de los maestros.
Promovió métodos activos, la enseñanza apoyada en imágenes, objetos y dramatizaciones.
Además, buscó la reglamentación escolar, sistematización y universalización educativa
(Ibídem, p. 97).

En el ímpetu sistematizador y universalista de Comenio puede verse el espíritu de


la época en la que, además de las transformaciones religiosas, hubo un movimiento
similar en el área del conocimiento. En palabras de Arredondo:

Para la filosofía y la religión, el Renacimiento significa una mayor libertad de pensamiento


y la emancipación misma de la conciencia. Para la ciencia, en fin, representa la época
de la creación de un método auténticamente veraz, objetivo y científico, desarrollado
por hombres como Copérnico, [Tycho Brahe] y Galileo (2015, p. 103).

Galileo Galilei, nacido en Italia, es considerado por muchos el padre de la astronomía,


la física y la ciencia modernas. En su época sus ideas fueron tan radicalmente distintas
a las predominantes que fue juzgado y sentenciado a arresto domiciliario por la
Inquisición. Sus obras ayudaron a establecer el método científico e inspiraron a
personalidades como Descartes (racionalismo) y Bacon (empirismo).

Una de las mayores críticas que le hicieron sus opositores fue el carecer de evidencias
en el mundo real, pues hacía suposiciones; por ejemplo, afirmó que un objeto
empujado por una fuerza se seguiría moviendo infinitamente si no había nada que
se le opusiera, cosa que no sucede en el mundo real pues una bola rodada por el
suelo siempre termina por detenerse.

El desacuerdo entre la ciencia de su época respecto a la evidencia o no de sus ideas


partía de un cambio importante de visión respecto al mundo. Para Galileo, todo lo
perteneciente al mundo físico podía ser descrito matemáticamente, y desde las
matemáticas podían describirse esas leyes básicas que rigen al mundo.

Fue un defensor de la idea de que la Tierra no es el centro del universo y que esta se
mueve en el espacio, en vez de ser el punto fijo en el centro de todo; como evidencia
utilizó sus observaciones sobre las lunas de Júpiter, demostrando que al menos estas
se mueven en torno a otro planeta y no la Tierra.

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Las ideas de la forma esférica del mundo eventualmente llevaron a la temeraria
aventura de exploración de los mares por parte de Colón, e impulsado por el éxito
de Portugal al encontrar una nueva ruta comercial a la India por el sur de África. El
descubrimiento de América y de sus habitantes provocaría nuevas reflexiones
filosóficas sobre la naturaleza humana y del mundo.

Por favor, dirígete a la lectura base Humanismo y renacimiento. En ella encontrarás


dos lecturas breves. La primera explica las características básicas de estos movimientos
desde sus postulados filosóficos, la segunda habla sobre su manifestación en la
región de España, pues será la que tenga mayor impacto en la América hispánica
por la colonización.

Como podrás observar, el Renacimiento y el humanismo fueron un punto trascendental


de quiebre entre las épocas anteriores. No se trató solo de algunos descubrimientos
o inventos, sino de un cambio importante de paradigma, una nueva manera de pensar.
También fue un importante cambio ontológico, pues se establecieron las bases de la
ciencia moderna y la definición de lo que sería conocimiento válido o no.

Con los avances científicos y filosóficos vino, eventualmente, la Ilustración en el siglo


XVII, que “no es más que una consecuencia de todo ese gran despliegue intelectual
y científico que se desarrolla desde el Renacimiento (…). Representa un siglo de madurez”
(Arredondo, 2015, p. 104).

Se le llamó el siglo de las luces por la analogía de la razón como una luz que ilumina
al hombre ante la oscuridad de la ignorancia y la superstición. Las posturas de la ilustración
pueden resumirse como racionalistas, liberales y progresistas (Negrín, 2012, p. 185).
El comercio creciente fue una fuente de afluencia que siguió influenciando el desarrollo
de las sociedades.

Puede verse una línea de pensamiento desde el Renacimiento hasta la ilustración.


Primero surge de nuevo el hombre como centro de atención, poco a poco tiene
más poder la clase burguesa en vez de la religiosa, de forma que pueden avanzar
ideas más liberales. Finalmente, se concibe a la razón como la cualidad distintiva del
hombre; el hombre al centro (humanismo) y al centro de este, la razón (ilustración).

En consecuencia, surgieron una serie de asociaciones científicas que impulsaron la


creación de muchos inventos (…). Además, surgieron los enciclopedistas, quienes
reunieron el saber de toda la época en un libro. Grandes pensadores como Locke,

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Montesquieu, Voltaire y Rousseau teorizaron sobre la política y la forma ideal de
gobierno. Actualmente las constituciones que nos rigen se basan en los principios
postulados por los ilustrados (Alonso, 2012, p. 100).

Sus ideas fueron llevadas también al ámbito educativo. Previamente había cierto
desdén hacia la educación infantil, pues se consideraba más importante la superior.
En cambio, durante la ilustración (teniendo como antecedente a Comenio en el
Renacimiento) se puso énfasis de nuevo en el niño como la base de todo futuro adulto.

En especial fueron de gran influencia las ideas de Rousseau, quien afirmaba que
debía observarse al niño y educarlo conforme a lo que él es y puede hacer, no como
a un adulto. Además, reivindicó la utilidad del juego y propuso impulsar el deseo del
conocimiento, más que llenarlo de un conjunto exagerado de conocimientos específicos
en sí mismos (Ibídem, p. 104).

Las ideas de Rousseau tuvieron eco en otros pensadores, como Bell y Lancaster
que propusieron la enseñanza mutua; o Pestalozzi, quien afirmó la necesidad de
incentivar la curiosidad del niño, desaparecer el terror y los castigos corporales, y
fomentar el crecimiento de la conciencia y la dominación de las propias pasiones e
instintos (Ídem).

Algunas de las ideas de la ilustración puedes encontrarlas en los bloques anteriores


de esta materia, cuando hablamos sobre las diferentes posturas epistemológicas.
Recordarás que, eventualmente, se impuso la primacía de la razón y la ciencia y, al
contrario de la época medieval, los conocimientos religiosos y revelados fueron
considerados inválidos o, en todo caso, más opiniones y creencias que conocimientos
verdaderos.

Entonces, la Ilustración fue una consecuencia directa y la maduración de muchas


ideas del Renacimiento. Resumiéndola podemos decir lo siguiente:

Rechaz[ó] la ciencia teológica y las religiones dogmáticas, la filosofía escolástica y


la enseñanza basada en los “criterios de autoridad” y, en cambio, procuró fomentar
una cultura eminentemente humanista, crítica, racional y laica (…) persiguió como
objetivos primordiales la eliminación de todo fanatismo, el establecimiento de una
sociedad libre, igualitaria y tolerante, así como la realización de un programa dirigido
al bienestar y al progreso de todos los seres humanos (Arredondo, 2015, p. 106).

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Se puede afirmar que el Renacimiento fue un cambio importante de paradigma en
contraposición a los valores e ideas medievales, ese cambio tuvo como centro el
humanismo. Por su parte, la Ilustración fue un cambio menos drástico respecto a la
época predecesora (Renacimiento), fue más una evolución que un quiebre, y puso
al centro de su actividad a la razón.

Aunque se le llamó el siglo de las luces (haciendo referencia al siglo XVIII), en realidad
la ilustración inició en el XVII y se prolongó hasta los primeros años del XIX. A continuación
haremos un repaso a algunas de las ideas más importantes en los siglos XIX y XX,
la época moderna que comenzó a gestarse con la Ilustración.

3.2.4. Siglos XIX y XX

La época moderna es consecuencia de la Ilustración. Ya hemos dicho que en Alemania


se propició una educación más laica y una filosofía más libre a partir del florecimiento
del protestantismo. En esa región surgieron grandes pensadores que, del siglo XVIII
al XIX, generaron una corriente de pensamiento denominada como idealismo alemán,
siendo sus mayores exponentes Kant y Hegel (Arredondo, 2015, p. 115).

Puesto que ya se ha abordado previamente el tema del idealismo, no profundizaremos


aquí en él. No obstante, te recomiendo que repases brevemente tus notas y los apuntes
sobre él para que lo veas con nuevos ojos, considerando el desarrollo histórico que
le dio lugar y su carácter de paradigma ontológico.

En una gran parte de Europa se había instaurado una nueva manera de percibir al
hombre y a la sociedad. Ahora se concedía que las personas tenían la capacidad de
ser educadas, siendo esta la tarea del Estado. Por otra parte, aunque los reyes se
habían establecido con absoluto poder (desplazando al clero), las ideas nacionales
y racionales ahora cuestionaban el lugar del rey como soberano absoluto.

El mundo como lo conocemos hoy se configuró en estos siglos, en cuanto a las ideas
democráticas, de organización social y de reglamentación constitucional. Además,
creció la importancia del Estado como una institución que no recaía en una sola persona
(rey), sino en la representatividad del pueblo.

A nivel educativo se dio un nuevo impulso generalizado a la educación de la población,


específicamente en alfabetización. Se reorganizaron los contenidos y las escuelas
para servir a las necesidades sociales, ya no solo por aprender los contenidos en sí mismos.

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A nivel productivo se dio la industrialización, que tendría un impacto muy profundo
en la organización del trabajo y las condiciones de vida de las personas. Generó
tanto riqueza como pobreza, y hasta cierto punto resultó, en la práctica, contrario a
los ideales y valores humanistas.

Uno de los riesgos de poner al centro de todo a la razón y a las ciencias experimentales
y exactas es el olvido de la parte humana en el sentido psicológico, emocional y
espiritual. Aún hoy permanecen muchas características del sistema capitalista que
se gestó en la Ilustración y cristalizó con la revolución industrial.

La explotación de las clases bajas y los abusos y excesos de las altas generó movimientos
intensos en contra, concretamente las ideas socialistas y comunistas. Karl Marx y
Friedrich Engels fueron los fundadores del socialismo científico.

La filosofía de Marx es revolucionaria, no se conforma con contemplar la realidad


sino sobre todo pugna por transformarla, por cambiar la sociedad que esclaviza
al hombre, al trabajador, por una sociedad más justa, más equitativa y humana
(Arredondo, 2015, p. 102).

Para Marx esa sociedad mejor solo podía existir si se abolía la propiedad privada. Eso
puede ser una idea radical pero fue una reacción directa a los burgueses, dueños de
las fábricas e industrias, que tenían en su poder los medios de producción, mientras que
los trabajadores no tenían nada, no poseían ni siquiera las herramientas de trabajo
ni el producto de su labor. Eran explotados en condiciones inhumanas, desposeídos.

Uno de los efectos más negativos de la industrialización fue la creación de empleos


en los que los trabajadores eran como un engrane más, con tareas repetitivas, de for-
ma que el obrero trabaja para crear un producto y solo tiene valor por su capacidad
de producción, en vez de crear un objeto que le sirva a él en su carácter inherente
de ser vivo y humano. Llama a esto alienación o enajenación:

La enajenación surge cuando el hombre no se reconoce en los productos que él


mismo crea y cuando estos productos o creaciones suyas lo doblegan y deshumanizan.
El hombre se desarrolla por el trabajo no solo como individuo sino también como
especie; pero este trabajo debe ser humano y no enajenado. A Marx le preocupa
liberar al hombre de un trabajo enajenado que destruye su individualidad (Ibídem, p. 121).

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Había una clara diferencia entre las necesidades de las clases bajas y los deseos de
las clases apoderadas y ricas. Para Marx, la historia podía explicarse por medio de
la lucha de esas clases, en una adaptación de la dialéctica de Hegel, concretándola
en lo material en un materialismo dialéctico.

[En su obra El manifiesto comunista] se da, aceptando la lucha de clases como ley
del desarrollo social, una visión del cambio histórico de la sociedad esclavista por la
feudal y de la feudal por la capitalista, y la necesidad de advenir a una nueva sociedad:
la comunista (Ídem).

Desafortunadamente el comunismo como Marx lo imaginó no fue puesto en práctica,


y lo que se llevó a cabo en países como Rusia, Alemania, Cuba y China fue una
tergiversación, guiada por intereses políticos, militares y económicos, más que por
el bienestar de la población y la reducción de la desigualdad entre las clases.

Otros pensadores importantes que reaccionaron a los malestares de su época fueron


Nietzsche y Heidegger, aunque su enfoque no estuvo tan marcadamente dirigido a
crear un cambio social que aliviara las injusticias.

La pedagogía no estuvo exenta de cambios ante los nuevos paradigmas. Puesto que
se había impuesto la ciencia positiva como medio de progreso, se le dio a las ciencias
humanas un enfoque más acorde a los métodos científicos de la época, convirtiendo por
ende a la pedagogía en una ciencia experimental, como a las demás. Así, adquiere
estas características (Tiana, 2012, pp. 144-145):

• La pedagogía se considera una ciencia que busca explicaciones generales sobre


los procesos educativos.

• Se busca una reforma de los planes de estudio en las escuelas, introduciendo


contenidos científicos y prácticos.

• Se desarrolla la idea de una moral laica o positiva, de base científica, para sustituir
a la moral religiosa enseñada antes.

Para profundizar en los aspectos educativos de esta época, por favor, dirígete a la
lectura base La educación en los siglos XIX y XX (Alonso, 2012, pp. 109-126). Mientras
la lees por favor mantén en mente que las propuestas educativas corresponden a
ciertos paradigmas o supuestos, así que trata de identificar cuáles son esas ideas

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subyacentes sobre el hombre y la educación.

Durante el siglo XX hubo un gran crecimiento de los medios de comunicación, de


forma que las ideas (científicas, filosóficas, educativas, etc.) pudieron llegar a lugares
de difícil alcance previamente. Aún hoy este proceso continúa gracias a internet.

Es difícil medir el tamaño del cambio que la globalización traerá al mundo, pues es
un proceso que apenas está surgiendo (aunque nos parezca ya consolidado) y que
seguramente significa un cambio de paradigma importante.

Ya hay cambios políticos importantes, por ejemplo en los acuerdos internacionales


que tienen la misma validez legal que las constituciones legales, o en el poder de
organismos como la ONU, la UNESCO y el Banco Mundial.

Uno de los mayores cambios que podemos observar, sobre todo en contraste con
la época de la industrialización, es el reconocimiento de los derechos humanos, que
son universales. Recordarás que en la época grecorromana solo un pequeño grupo
de personas privilegiadas eran consideradas ciudadanos, y tenían el privilegio de
esclavizar a otros. Aristóteles incluso afirmó que era su naturaleza serlo.

Después, durante la época medieval, más que afirmar la naturaleza servil de unos se
afirmó la naturaleza divina de otros, primero del papa y después de los reyes (elegidos
por Dios). Definitivamente en ambas eras no se mantenía la idea de que todos fueran
el mismo tipo de seres humanos.

Sin embargo, con el Renacimiento y la Ilustración se gestan las ideas que permitirán
la posterior legislación basada en las garantías individuales y, después, en los derechos
humanos. Es un cambio importante de perspectiva, pues implica que todos tenemos
los mismos derechos (reyes, presidentes, obreros, mujeres, hombres, etc.) y, por lo
tanto, no se justifica la esclavitud o explotación de unos a manos de otros.

Espero que este bloque te ayude a comprender lo vinculados que están los cambios
sociales y políticos con las posturas filosóficas. Además, la educación en sí misma
responde a las exigencias de su época tanto como a las ideologías correspondientes.

Por ello la filosofía de la educación no es una disciplina aislada, debe “cultivarse en


diálogo interdisciplinar con los demás saberes que se ocupan del estudio del ser
humano y de la educación” (García, 2012, p. 24). Es decir, la historia, la sociología, la

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política, etc., son disciplinas que nos dan luz sobre la naturaleza de la educación en
su época y lugar, así como de las filosofías subyacentes.

Finalmente, es importante que reflexionemos sobre la educación actual. ¿Por qué


las instancias oficiales o internacionales proponen un tipo de educación basada en
competencias?, ¿a qué filosofía subyacente responde, a qué exigencias sociales?, ¿a
quién beneficia ese tipo de educación, a quién no, y por qué?

En la medida en que analicemos con ojo crítico estas cuestiones podremos actuar
de acuerdo a nuestros valores y convicciones, haciendo propuestas y adaptaciones
conforme a nuestra visión de los hombres y mujeres que queremos formar y el ideal
de sociedad al que aspiramos.

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Referencias Bibliográficas
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Recuperado de http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/economico_administrativo
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México: Grupo editorial patria. Recuperado de https://ebookcentral.proquest.com/lib/
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García Amilburu, M. y García Gutiérrez, J. (2012). Filosofía de la educación. Cuestiones


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Tiana Ferrer, A.; Ossenbach Sauter, G. y Sanz Fernández, F. (2012). Historia de la


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