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El documento discute los problemas éticos de la especulación financiera. Argumenta que aunque la especulación ha recibido mala reputación, juega un papel importante en los mercados al proveer liquidez y mejorar la eficiencia. Sin embargo, también puede causar volatilidad excesiva en los precios y se ha abusado de la información privilegiada. Concluye que la especulación no es inherentemente inmoral, pero requiere regulación para evitar conductas dañinas y asegurar que beneficie al conjunto de la sociedad.
Descripción original:
Opinión argumentada sobre los problemas éticos de la especulación
El documento discute los problemas éticos de la especulación financiera. Argumenta que aunque la especulación ha recibido mala reputación, juega un papel importante en los mercados al proveer liquidez y mejorar la eficiencia. Sin embargo, también puede causar volatilidad excesiva en los precios y se ha abusado de la información privilegiada. Concluye que la especulación no es inherentemente inmoral, pero requiere regulación para evitar conductas dañinas y asegurar que beneficie al conjunto de la sociedad.
El documento discute los problemas éticos de la especulación financiera. Argumenta que aunque la especulación ha recibido mala reputación, juega un papel importante en los mercados al proveer liquidez y mejorar la eficiencia. Sin embargo, también puede causar volatilidad excesiva en los precios y se ha abusado de la información privilegiada. Concluye que la especulación no es inherentemente inmoral, pero requiere regulación para evitar conductas dañinas y asegurar que beneficie al conjunto de la sociedad.
Si aleatoriamente se preguntara a las personas ¿Cuánta ética tienen los
profesionales y personas que laboran en la banca o se dedican a actividades relacionadas con el mercado de capitales?, muy probablemente las respuestas serían entre poca y muy poca, en la historia contemporánea ha sido vilipendiada y estigmatizada como una actividad que se aprovecha de las necesidades de las personas. La especulación financiera, también llamada especulación en los mercados, por mucho tiempo se sostuvo por la teoría “buy and hold” que en español significa “compre y mantenga”; su principio fundamental decía que en el largo plazo todas las inversiones iban a ser rentable. Actualmente la aplicación de esta teoría ya se encuentra obsoleta, pues los mercados y las operaciones son muy cortoplacistas y esto le otorga a los especuladores un papel más protagónico y de importancia dentro de los mercados de valores. Los especuladores han sido vistos con malos ojos, desde la óptica de ser alguien que realiza incursiones rápidas en los mercados, utilizando información privilegiada y traslada sus capitales a otros mercados cuando las condiciones son desfavorables. Un problema muy comentado respecto a la especulación es que se producen enriquecimientos demasiado rápidos; muchos autores son partidarios de que en esos casos el tratamiento fiscal (o de otro tipo) haga revertir a la sociedad una parte importante de las plusvalías. Los especuladores afrontan el dilema de: o bien se aprovecha la información que no todo el mundo posee, en ocasiones en detrimento de otros individuos, o bien se puede volver un damnificado por no haberla aprovechado Gómez (1997) menciona que “no existe un mayor nivel de inmoralidad en las finanzas que en otras actividades humanas” y que, en otras profesiones como por ejemplo las leyes o la medicina, los dilemas éticos diarios que afrontan son mucho más frecuentes, diversos y complejos que los presentes en el mundo financiero. Entonces, ¿Cuál puede ser la causa de que los especuladores financieros tengan tan mala fama? Se pudo distinguir varias causas Una de ellas es la complejidad inherente de las operaciones financieras, son vistas como un conocimiento que se encuentra fuera del alcance de la gente común, además, para muchas personas les es muy difícil diferenciar entre una operación ética y un fraude. Otra posible causa es que muchas personas han sufrido pérdidas en los mercados y la salida más fácil es la de responsabilizar a los especuladores. Si bien es cierto, históricamente se ha excedido el uso del término ‘ingeniería financiera’, para disfrazar de una manera poco elegante a lo que es directamente una estafa o fraude, y que además esto ha contribuido a ensuciar el prestigio de la profesión, en el mundo financiero, como en cualquier otro, hay actitudes éticas y no éticas, por lo que es bueno reflexionar sobre la ética en la actividad financiera, y en concreto, en la especulación. Empiezo por argumentar mi postura de por qué la especulación no es una actividad inmoral y mucho menos dañina. En primer lugar, se pude desmentir el mito que dice ‘la especulación financiera es una actividad innecesaria’, esto es completamente falso, pues su existencia permite que los mercados financieros continúen funcionando, entre sus ventajas se puede destacar: Mejorar la eficiencia, consiguiendo precios más correctos. Asumir riesgos, consiguiendo mercados más completos. Dar liquidez. La principal ventaja que dan los especuladores a los mercados es la de proveer liquidez, al entrar y salir con frecuencia de los mercados puede proporcionar la liquidez necesaria para funcionar, pues si todo funcionara en el largo plazo, no funcionaría, su principal desventaja es que imprime mucha volatilidad dentro de los mercados En segundo lugar, se acusa a la la especulación como la causa principal de subidas y bajadas exageradas y desorbitadas en los niveles de precios, como en años recientes ha sido el caso de las famosas burbujas. Personalmente pienso que esta volatilidad es perjudicial para la economía mundial, un claro ejemplo son los mercados internacionales: en 2020 durante la pandemia provocada por el Covid-19 los mercados llegaron a presentar niveles de precios negativos sobre los subyacentes, una incongruencia del libre mercado. Este es un punto en contra de la especulación, sí, pero de forma parcial, pienso que es necesaria alguna regulación para evitar situaciones como la que mencioné en el párrafo anterior, o para mitigar el excesivo poder de algunos agentes, pues desfavorecen la competitividad de los mercados, además de perjudicar a pequeños inversores. Sin embargo, esta conducta no es generada por la actividad de la especulación, sino por el principio de racionalidad, es decir, buscar siempre la mayor riqueza aun a costa de otros. El beneficio individual no siempre es lo mejor para el colectivo, pues basándonos en el mismo, a todos nos convendría no pagar impuestos ya que maximizaría nuestra riqueza, pero esto es incorrecto e ineficiente para el bien común. El último punto es sobre la información privilegiada, mucho se ha discutido sobre la posibilidad de utilización de la información privilegiada, este punto es el más discutido y personalmente considero que no está mal enriquecerse con información que sea de dominio público y mientras no altere el correcto funcionamiento de los mercados. Los defensores de la utilización de información privilegiada argumentan que quienes compran o venden con conocimiento previo de esta información empujan los precios al alza o a la baja, y este empuje lleva poco a poco al mercado hacia niveles de eficiencia. Además, que no todos podrían generar las mismas riquezas aun teniendo a la mano la misma información, por lo tanto, los beneficios conseguidos por el especulador se deben no solamente a que posea información privilegiada, sino también a que hace un correcto uso de ella; de esta forma, el uso de información privilegiada daría lugar a un juego de suma cero. En este punto, considero poco ético el uso de información privilegiada para enriquecerse, y peor aun cuando su utilización perjudica a todos quienes no contaban con ella, por este motivo, considero conveniente que se regule la utilización de la información privilegiada. En conclusión, la labor del especulador es ética, siempre y cuando su actuación se tenga como consecuencia una mejora para el conjunto de la sociedad, para esto es necesario una regulación, pero no por la actividad en sí, sino por las conductas humanas derivadas de la especulación financiera; si bien durante el camino habrá beneficiados y perjudicados, es importante que el accionar se oriente no solamente al enriquecimiento particular, sino hacia la construcción de una sociedad más justa y próspera.
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