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PROFESIONALIZACIÓN EN
COMPRAS PÚBLICAS
UNIDAD III: ECONOMIA Y EFICIENCIA EN LAS
COMPRAS PÚBLICAS
Lección 3:
Especulación............................................................................................................5
Antes de avanzar, es necesario advertir que el precio del bien, servicio u obra
adquirido no es el único elemento que determina el éxito de una contratación, pues
también debe considerarse la adquisición de cantidades justas a precio justo, en la
oportunidad y calidad justa y en el lugar justo para satisfacer adecuadamente las
necesidades, entre otros aspectos, pero no cabe duda de que el precio es un elemento
muy relevante.
Todo esto hace que los competidores no cuenten con la totalidad de la información
que requieren al momento de realizar sus estimaciones. La vida económica está llena
de incertidumbres que deben ser tomadas en cuenta e incorporadas en los análisis de
mercado.
Especulación
Riesgo e incertidumbre
Un ejemplo práctico: una persona le apuesta a otra sobre el sexo que tendrá la cría
de un caballo. Si es hembra, la persona ganará 1000 dólares. Si es macho, deberá
pagar 1000 dólares. La apuesta en sí es neutra en el sentido de que hay tantas
chances de un resultado como del otro. Hay tantas oportunidades de ganar como de
perder. Pero, si la persona es adversa al riesgo, la probabilidad de perder 1000 dólares
es demasiado alta en comparación al beneficio esperado de ganar 1000 dólares, y
termina rechazando la apuesta.
Los seres humanos tenemos una aversión natural al riesgo. Esta característica implica
que cuanto más riesgo hay en una actividad económica, hay menos participación. Si
el mercado no tiene condiciones para realizar negocios, entonces existiría una
tendencia a guardar el capital. Por ello, la disminución de riesgos en el mercado
mejora el bienestar económico al propiciarse la mayor participación de las personas
en la actividad de mercado.
Esta situación es sumamente relevante para las compras públicas, dado que existen
importantes asimetrías de información entre el Estado y sus proveedores actuales o
potenciales, e incluso al interior del Estado, que podrían generar tomas de decisiones
deficientes.
Por ejemplo, cuando el comprador hace una propuesta de cuánto está dispuesto a
pagar, o cuando propone un contrato, el vendedor debe revelar parte de su
información privada, como en el ejemplo de los precios de referencia, la cotización o
presupuesto de sus bienes, servicios u obras a realizar.
1“Asimetríasde Información en los Mercados de Licitaciones Públicas de Obras: Estudio de Caso de los Municipios
de la RM” de Roberto Campos Guzmán, Álvaro Undurraga Julio y Nelson Zárate Hervera.
También los ejemplos clásicos de este tipo de fenómeno se refieren al caso de los
seguros. Si un individuo tiene asegurada su casa contra robo, tendrá menos incentivos
a tomar medidas adicionales para evitar los robos como, por ejemplo, colocar una
alarma, lo cual incrementará el riesgo de que el robo se produzca. La consecuencia
de esa conducta será asumida por la compañía de seguros, que no conoce cuál es la
conducta que tendrá el asegurado después de que contrate la póliza.
El principal, contrata al agente para que realice una acción o tome una decisión por el
principal. En el ámbito del mercado, las transacciones pueden ser analizadas también
como una relación entre un principal (el comprador) y un agente (el vendedor). En este
caso, podemos decir que el principal contrata al agente para que le provea un bien,
un servicio o una obra.
Supongamos que no hay negociación del contrato, sino que se trata de un contrato
del tipo “tómalo o déjalo” que el comprador ofrece al vendedor. Recordemos que
habíamos dicho que una licitación, entendida en el sentido general del término como
procedimiento de adquisición, es una invitación que formula el Estado para que los
particulares presenten ofertas según condiciones predispuestas y no negociables.
El agente tiene una utilidad “de reserva”, que es el nivel de utilidad mínima por debajo
de la cual no estará dispuesto a aceptar el contrato, en otros términos, es el mínimo
de ganancia que puede aceptar por el riesgo y el esfuerzo que asumiría para cumplir
la obligación nacida del contrato. Si la utilidad que obtiene del contrato es mayor que
su utilidad de reserva, el agente lo aceptará; de lo contrario, lo rechazará.
La solución óptima en este caso será aquella en la que el agente acepte el contrato
(lo que indica que la utilidad que obtiene del mismo es mayor que su utilidad de
reserva) y el principal maximiza su utilidad para un nivel dado de esfuerzo: por
ejemplo, pagando el menor precio posible al agente. En esta situación no será posible
mejorar la situación de uno de los dos sin afectar la del otro, por lo que podemos definir
a este punto como eficiente en el sentido de Pareto.
Sin embargo, esto no es lo que sucede en la realidad, sino que en toda relación
principal-agente existen asimetrías de información que hacen que la situación de
equilibrio sea distinta de la que se produce cuando hay información completa de todos
los actores. Si hay asimetrías, el agente, que es la parte que tiene más información,
queda en una posición ventajosa que le permite mejorar su bienestar en detrimento
del principal.
La teoría de los juegos analiza la forma en la que dos o más actores del mercado
eligen estrategias que afectan conjuntamente a todos. Esta teoría fue desarrollada por
John von Neumann, y ha sido utilizada por economistas para estudiar las
interacciones entre oligopolistas, conflictos entre sindicatos y empresarios, acuerdos
internacionales sobre medio ambiente, y muchas otras situaciones.
A veces existe una estrategia dominante, es decir, una estrategia que es la mejor
independientemente de lo que elija el adversario. Sin embargo, las situaciones más
interesantes no se suelen dar con una estrategia dominante, por lo que debemos
abordar el equilibrio de Nash. Este equilibrio es aquel en el que ninguno de los
jugadores puede mejorar su posición dada la estrategia del otro. Es decir, la estrategia
de cada jugador es la mejor respuesta a las estrategias del otro. Este equilibrio
también se conoce como equilibrio no cooperativo, debido a que cada una de las
El equilibrio de Nash es interesante debido a que puede significar que una falta de
cooperación pueda ser ineficiente para ambas partes. Por ejemplo, el de un oligopolio
que en conjunto gane menos de lo que ganarían con cualquier otra estrategia.
Sin embargo, a veces la conducta no cooperativa puede llevar a daños sociales, como
es el caso de empresas competidoras que, en el ejercicio de esa competencia,
contaminan al medio ambiente o generan productos nocivos para los consumidores.
Vemos como ambos equilibrios pueden ser eficientes pero dañinos, y es importante
tenerlos en mente para la próxima unidad en la que estudiaremos el funcionamiento
de la competencia.
En general los mercados reales distan bastante de cumplir con los supuestos de los
mercados de competencia perfecta. Esto significa que los precios en los mercados se
determinan por otros mecanismos.
En el otro extremo se encuentran los mercados en los que hay un solo oferente, el
monopolista. A diferencia de las empresas que operan en mercados de competencia
perfecta, el monopolista tiene el poder de fijar el precio, aunque está sujeto a dos
restricciones: por un lado, la tecnología, que determina la combinación de factores de
producción posibles, los costos que enfrentará y, por lo tanto, la cantidad de bienes
que puede ofertar en el mercado.
Por otro lado, está condicionado por las características de la demanda, donde lo que
interesa es lo que se denomina elasticidad-precio, que determina cómo reaccionarán
los consumidores ante cambios en el precio del bien.
Sin embargo, este poder es acotado y rige sólo en el corto plazo, dado que en el
mediano plazo otros proveedores pueden desafiar su posición buscando captar los
beneficios de ese nicho de mercado a través de la diferenciación del producto.
No existe un único modelo de mercado oligopólico, ya que existe una gran cantidad
de situaciones posibles. En general, la fijación de precios bajo un oligopolio se
asemeja a un juego en el cual cada empresa anticipa las reacciones de los rivales y
desarrolla una serie de complejos movimientos estratégicos y reacciones.
Por ejemplo, en un mercado menos competitivo puede ser mejor optar por contratos
de largo plazo, lo que reduce la probabilidad de precios más altos en el corto plazo.
En cambio, con mercados más competitivos puede ser conveniente hacer contratos a
plazos más cortos, lo que permitiría al Estado aprovechar eventuales bajas de precios
que podrían darse en el mediano plazo a raíz de la competencia en el mercado.
Es importante por lo tanto que los funcionarios de las oficinas de compras públicas
estén familiarizados con las características del mercado en el que deben operar. El
precio de un bien o servicio se determina en el mercado, pero la forma en la que eso
ocurre depende de la morfología del mismo.
Dado que los funcionarios de compras del Estado no deben interactuar con los
mercados en abstracto sino con empresas concretas, es importante que conozcan las
distintas estrategias que usan las empresas en distintas situaciones de mercado para
fijar sus precios.
En la siguiente lección profundizaremos los conceptos dados sobre los distintos tipos
de mercados, además de hablar sobre temas relacionados a la colusión y
competencias.
El análisis de costos es el ejercicio por el cual se evalúan los costos totales, sus
componentes y su relación con el precio, y generalmente tiene como objetivo
Este análisis se realiza para determinar si los costos y los márgenes propuestos en
un contrato se corresponden con el trabajo que se debe realizar y si son coherentes
con la tecnología y con los insumos descriptos en la propuesta técnica del proveedor.
Además, este análisis ayuda a las entidades del sector público a determinar la
razonabilidad o admisibilidad de los costos y a evaluar el plan del proveedor para
cumplir con el trabajo.
Los funcionarios que hacen este análisis pueden identificar proveedores que carguen
los márgenes más bajos y esto ayuda a una asignación más eficiente del presupuesto.
Para poder hacer un análisis de costos que sea relevante para el procedimiento de
contratación, los datos deben ser lo más exactos y completos que sea posible, y se
debe evaluar información histórica sobre costos para determinar su evolución a través
del tiempo.
Si todos los costos relevantes están incluidos en el análisis, la diferencia entre los
costos del contrato (que es la suma de todos los costos directos e indirectos
admisibles que se asignan a un contrato) o el costo del producto para el contratista y
el precio del contrato o el precio al cual se ofrece el producto corresponderá a la
ganancia del contratista.
El costo del contrato está afectado por factores técnicos relacionados por ejemplo con
la naturaleza específica del producto, requerimientos técnicos especiales,
requerimientos en cuanto al envase, el transporte, etc. Estos factores técnicos pueden
llevar a los proveedores a presentar precios más altos que los usuales y esto también
puede ser la fuente de incremento de las ganancias.
Es importante evaluar si los mayores costos que puede traer aparejados la fijación de
altos estándares técnicos se compensa con el valor adicional que recibe la sociedad
por la aplicación de esos estándares.
Un ejemplo de este tipo de evaluaciones es la disyuntiva que surge cuando existe una
decisión política de aplicar normas vinculadas con la sustentabilidad a las compras
públicas. Es altamente probable que, si se trata de productos con estándares para los
cuales no existe oferta en el mercado (o no en cantidad o con la calidad suficiente), al
principio los precios sean significativamente mayores que los de los productos
“estándar”. Esto lleva a la necesidad de evaluar esos mayores costos de corto plazo
con los beneficios sociales de mediano y largo plazo, incorporando otros criterios de
evaluación que el simple “valor por el dinero”.
La posibilidad de contener este incremento del gasto requiere que los funcionarios
públicos puedan identificar las causas de dicho crecimiento, a partir de lo cual podrán
asignar valores monetarios a los distintos riesgos involucrados en esos proyectos
complejos.