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Existen muchos libros y artículos que llevan como título “Economía de la información”
instituyendo falsos conceptos de lo que en realidad es, creando una confusión organizada
por el enfoque que le da el autor (existen textos elaborados por abogados, ingenieros,
sociólogos, etc.) que emplean mal lo que verdaderamente es la economía de la información.
Por lo tanto, el objetivo principal del presente artículo es dejar bien claro que es en realidad
la economía de la información, cuáles son sus preceptos teóricos y sus aplicaciones.
Los textos sobre finanzas sintetizan el tema en unas cuantas líneas, mientras que los de
macroeconomía lo dejan completamente de lado. Sólo los textos de microeconomía
reservan un espacio razonable para el tema de la información asimétrica, pero enfatizando
los casos aplicados a los mercados del trabajo y de la educación, ignorando su faceta
relacionada a la finanzas.
SUB-TEMAS:
De todos los de la búsqueda, sin embargo, los mejores son los grandes, los que se buscan la
paca, los que se retiran de la vida laboral a temprana edad, porque dieron un tumbe o un
braguetazo, para el caso da igual. Esos están en la cúpula de los partidos, apandillados, y
también en negocios privados, sin culpa moral pues su búsqueda se justifica en el trabajo
político o en la gerencia estratégica, aunque nunca se haya dado un golpe, ni de barriga.
Además, este método de fijación de precios se utiliza a menudo dentro de mercados bien
establecidos y altamente competitivos. Esto se debe a la suposición de que el nivel de
equilibrio del precio ya se ha alcanzado en este tipo de mercado, lo que significa que los
competidores están estableciendo sus precios al precio de equilibro. Este método es simple
en términos de teoría económica y acarrea un riesgo bajo de establecer un precio ineficaz,
lo que le permite a la empresa avanzar hacia un equilibrio económico.
Este método es simple porque los precios de los competidores casi siempre se muestran
públicamente y, por lo tanto, resulta fácil copiarlos. Cuando los productos son idénticos o
muy similares (como sucede muy a menudo en las industrias minoristas) generalmente es
más simple copiar los precios de los competidores que implementar otra estrategia de
fijación de precios. Con este método, la empresa hace que sean sus competidores quienes
incurran en los costos de establecer un precio óptimo.
Este método acarrea un riesgo bajo. Si los precios utilizados por los competidores no los
llevan a la quiebra, probablemente sucederá lo mismo con otras empresas del mercado. Y,
si bien podría haber algunas ineficiencias puntuales (en algunos productos específicos)
como resultado de este método que luego podrían expandirse a todo el mercado, ese tipo de
situaciones es raro.
Cuando entramos en el mercado financiero nos damos cuenta de que las herramientas son
fundamentales para poder rentabilizar nuestra inversión. Una de las herramientas más
universales son las señales de mercado, usadas por igual por novatos y expertos,
fundamentales para Forex y CFD.
Las señales de mercado son una herramienta que te ayuda a decidir cuándo conviene
comprar y cuándo vender, determinar qué opciones son rentables y cuándo no correr el
riesgo.
Su principal ventaja es que son una forma óptima de aprovechar oportunidades rentables,
siempre que estemos pendientes de cuándo aparecen.
Las señales aparecen en momentos cruciales y con información completa para asegurar que
tenemos todo lo que precisamos para hacer una inversión.
Sin embargo, debes tener en cuenta que las señales de mercado solo son un indicador de los
pasos a seguir, pero necesitan de una estrategia adecuada.
Señales de compra
Relacionadas con la compra o venta de una divisa en particular. Suelen mostrarse como
“compra” o “compra sólida”, que indica el momento adeucado para adquirir una divisa o
acción en particular.
Señales de venta
Son totalmente opuestas a las anteriores, se dan cuando un activo es pobre y va a descender,
es un indicador sólido que aconseja salir de esos activos rápidamente.
Señales de volumen
Sucede cuando un activo se ha impulsado en gran manera en una dirección u otra. Esta
situación arrastra al mercado y le fuerza a vigilar por qué sucede esto. No es una llamada
directa a actuar, sino que te muestra una tendencia actual del mercado sobre la que
podemos tomar una decisión.
Señales de impulso
Estas señales deben escucharse con atención, ya que pueden actuar como indicador de la
trayectoria del mercado a futuro. Se basan en la fortaleza de compra de un activo en
particular, por lo que implica que vale la pena vigilar el mercado por si genera una
tendencia alcista.
Se dice que estamos ante un problema de Riesgo Moral cuando en un mercado con
información asimétrica, un agente realiza acciones que el otro no puede controlar e influyen
en la probabilidad de que tenga lugar un acontecimiento.
Por ejemplo, las compañías aseguradoras observan que cuando una persona está asegurada
contra robo en su domicilio, frecuentemente es menos cuidadosa con su seguridad,
precisamente por estar asegurada.
Es decir, que el hecho de haber suscrito una póliza de seguro en ocasiones modifica la
conducta de la persona asegurada aumentando la probabilidad de que necesite utilizar su
póliza. Este tipo de problema se conoce como riesgo moral.
Sin embargo, este problema no es exclusivo de las compañías de seguros, sino que se da
también en otros mercados. Por ejemplo, en aquellas compañías en las que los trabajadores
se sienten protegidos por un contrato de trabajo indefinido y un sueldo estable, y si su
trabajo no está sometido a una supervisión regular, es probable que existan problemas de
riesgo moral. Para evitarlo, las compañías tratan de crear mecanismos incentivadores para
que los trabajadores mantengan su productividad e incluso la aumenten creando sistemas de
remuneración sobre los beneficios obtenidos por las empresas, premios al rendimiento
laboral, reconocimientos de todas clases, etc.
En los alojamientos compartidos por varias familias en los que los gastos comunes como la
luz o el agua se reparten entre todos, se ha observado que frecuentemente el consumo es
mayor que en aquellas viviendas en las que hay un contador individual para cada familia,
porque como el coste marginal de un pequeño consumo más de unidades de agua, por
ejemplo, es pequeño (ya que se reparte entre todos los pagadores) frente al beneficio
marginal de utilizar algo más de la misma, las familias que comparten gastos tienden a
consumir por encima de lo que sería su óptimo.
Sin embargo, si cada familia asume su propio coste marginal y no el de otras, la asignación
de los factores sí sería la óptima y las decisiones económicas tendrían en cuenta todos los
costes, reduciéndose en general el consumo.
Las personas que tienen contratado un seguro médico, por ejemplo, tienden a acudir un
mayor número de veces al médico y solicitan un mayor número de pruebas médicas que
aquellas otras que, con estados análogos de salud, no se encuentran aseguradas.
Supongamos que el coste de ir al médico, en términos de transporte, coste en términos de
salario perdido en las consultas etc. es el mismo para todos.
Supongamos que el individuo que vaya más al médico asume además el coste de la visita
para la compañía de seguros. En este caso, la curva de Costes Marginales sería Cmg2 y la
cantidad de visitas sería X2. Sin embargo, esta práctica atenta directamente contra la
filosofía de la compañía de seguros, que debe cubrir el coste de las visitas al médico de sus
asegurados, con lo que el coste Marginal para el cliente será Cmg1, derivado del coste de ir
al médico en términos de transporte, salario perdido en las consultas, el pago del propio
seguro, etc., con lo que el número de visitas al médico de equilibrio es mayor (X1).
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Una forma de conseguir que los asegurados asuman que hay un coste adicional es cobrar
una pequeña cuantía por cada visita, por ejemplo a través del cobro de los talonarios que
deben entregarse al médico para las recetas o fórmulas parecidas. Como estos pagos no
pueden ser muy elevados, no pueden resolver el problema y sigue habiendo una cierta
diferencia entre Cmg1 y Cmg2.
El problema se agrava porque los pacientes se sienten mejor tratados por los médicos
cuando estos atienden a sus dolencias con una buena batería de pruebas, algunas de ellas
tan costosas como innecesarias, lo que hace elevarse el gasto médico de forma importante y
no justificada por un deterioro medio de la salud de la población asegurada.
En el caso del mercado de trabajo, para resolver el problema de riesgo moral de sus altos
directivos, muchas empresas pactan cuantiosos incentivos directamente relacionados con la
marcha de las empresas y funcionan mejor cuando estos incentivos se ligan a los resultados
a medio y largo plazo de la empresa, más que a beneficios rápidos en el corto plazo. Está
además el problema de que como cada empresa quiere que sus trabajadores estén
motivados, se incurre en una espiral de incentivos para igualar las ofertas que las
competidoras hacen a sus ejecutivos. Para los trabajadores de menos rango, se idean
sistemas de control a través de cámaras y supervisores, pero en general, funcionan mejor
los sistemas de incentivos que conceden remuneraciones extras a trabajadores que
sobresalen por su productividad o diligencia. En suma, el salario pagado debería ser un
salario de eficiencia, es decir, aquel que induce a cada trabajador a esforzarse.
Hay un fenómeno recurrente en política en que cada cinco años nos quejamos de los
gobernantes actuales y acudimos a votar con la esperanza de elegir mejor, para luego
quejarnos nuevamente de que los que hemos elegido no representan nuestros intereses. Es
tentador pensar que el problema es de personas y que si tan solo elegimos bien la próxima
vez, todo irá bien.
Pero el asunto no es de personas. El problema está en que quien sea que acceda al poder
responde allí a unos incentivos que lo llevan a la creación de políticas públicas perversas.
Aquí es donde entra en aplicación el fenómeno llamado ‘el problema del agente-principal'.
Este consiste en que el actor económico en cuyo nombre se ejercen acciones, no siempre
tiene información perfecta sobre el carácter moral del agente que debe ejercer dichas
acciones, que impactan en aquel. El problema del agente-principal no es exclusivo del
sector público, por supuesto. Un caso clásico de estudio en ciencia económica lo es el de la
situación de los accionistas en una sociedad por acciones, frente a los administradores de la
sociedad. Los accionistas son los verdaderos dueños de la sociedad, pero los
administradores están muchas veces en posición de aprovechar la ventaja que tienen como
tales, para procurarse beneficios a costa de los accionistas.
Si el accionista de una sociedad percibe que los intereses de los administradores no están
debidamente alineados con los suyos, puede en cualquier momento conspirar con otros
accionistas para remover a los administradores y nombrar otros mejores, o en caso extremo
puede simplemente vender sus acciones y salirse del problema. En cambio, en la
representación política no es tan sencillo para los ciudadanos resolver el problema del
agente-principal. Podemos cada cinco años votar por otros representantes, pero eso no
cambia en lo absoluto la asimetría de información y poder que hay entre ambas partes.
Se agrava el problema en la situación política, también, por el hecho de que a diferencia del
caso de la sociedad por acciones, los intereses de los representados tampoco están todos
alineados entre sí. Por ejemplo, en una sociedad los intereses de los consumidores de
alimentos están en que haya mayores opciones de productos en el mercado, con menores
precios, mientras que el interés de los productores agropecuarios está en que los precios
sean altos. Los gobernantes saben esto y practican el juego de legislar y dictar políticas
públicas diseñadas para hacer creer a cada uno de los sectores o grupos de interés en la
sociedad, que el Gobierno los representa a ellos mejor que nadie.
Es en este proceso que surge y se afianza el clientelismo. El político que quiere reelegirse,
aún con buenas intenciones, no puede darse el lujo de ignorar las presiones de los grupos de
interés. El político clientelista, entonces, es en gran medida resultado del entorno, pues
responde a incentivos, y desde el momento en que hay un candidato que prometa beneficios
privados para grupos de interés, a costa del erario o del resto de los ciudadanos, los demás
candidatos entienden que, si no prometen una locura igual o mayor, se quedarán atrás.
Los salarios de eficiencia corresponden a una teoría económica que señala que algunas
empresas voluntariamente ofrecen salarios por encima del nivel de equilibrio con el fin de
aumentar la productividad de sus trabajadores.
Los salarios de eficiencia suponen un incentivo para que el trabajador se esfuerce más, ya
que sabe que no encontrará un empleo similar con el mismo nivel de sueldo. Las empresas,
por su parte, también se benefician de salarios más altos ya que, aunque tienen que pagar un
poco más, el aumento de productividad les compensa el mayor gasto.
La necesidad de pagar salarios más altos que el equilibrio de mercado con el fin de inducir
un mayor esfuerzo es un reflejo de la asimetría de información en el mercado laboral. Esto,
debido a que los empleadores no pueden conocer ni medir con exactitud el esfuerzo que
hace cada trabajador. Así, la norma es que se pague un salario estimado que no
necesariamente compensa a los trabajadores que se esfuerzan más que el promedio.
Existen varios razones que pueden justificar el pago de salarios por sobre el nivel de
equilibrio de mercado. A continuación, explicamos algunas de las más importantes:
https://policonomics.com/es/economia-informacion/
https://www.eldinero.com.do/51933/la-economia-de-la-busqueda/
https://www.lokad.com/es/definicion-de-fijacion-de-precios-basados-en-la-competencia
https://www.ezequielmoreira.com/senales-mercado/
https://www.expansion.com/diccionario-economico/riesgo-moral.html
https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/180310/agente-problema-politico-
principal
https://economipedia.com/definiciones/salarios-de-eficiencia.html