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1.

Orientaciones de trabajo (Semana 6)

Estamos en la última semana del curso. En esta ocasión, y para ir cerrando,


estableceremos orientaciones sobre lo que es la actividad profesional
docente, entendiendo que la docencia es un espacio para también seguir
aprendiendo y desarrollándose en la medida que se desarrolla la profesión.
Por último, queremos concebir esta profesión en su importancia y la
implicancia que tiene la docencia en la sociedad para formar ciudadanos para
el siglo XXI.

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En caso de dudas, puedes utilizar nuestro foro de Preguntas y


Respuestas (PyR) para plantear tus inquietudes, donde tanto nuestro
equipo docente como la comunidad de aprendizaje procurará apoyarte a la
brevedad.

2. La actividad profesional docente como agente de


cambio

Para dar inicio a la última semana, queremos plantear los desafíos de la


docencia en la actualidad, considerando al docente como un agente de
cambio para sus estudiantes y la sociedad. Para esto, presentamos un
resumen de la propuesta de Rodrigo Guay, de su texto “El rol docente en el
contexto actual”.
Desde hace algunas décadas, se están realizando estudios que tratan de
explorar el potencial de los profesores y profesoras como agentes de
transformación social, como líderes gestores de cambio, como
profesionales emancipadores del currículum. En esta línea se resalta que
el profesor trabaja en un mundo en cambio, “postmoderno”; pocos podrían
contradecir que el carácter y las exigencias del trabajo del profesor han
cambiado profundamente con el correr de los años. Para mejor o peor, la
enseñanza ya no es lo que era.
Los programas curriculares están en constante cambio, a medida que
se van multiplicando las innovaciones aumentan las presiones por los
resultados, tanto a nivel interno de la escuela como a nivel externo de la
familia y de la sociedad. Los padres quieren que los profesores les presten
más atención a sus hijos y los estudiantes necesitan que el profesor los
escuche y les dedique más tiempo a sus problemáticas personales, lo cual
genera que la labor docente sea cada vez más difusa y exigente.
En el contexto chileno, la reflexión sobre el rol del profesor ha tomado cada
vez más importancia, especialmente desde que se dio inicio a la reforma
educacional. Sin embargo, los docentes sostienen que es una reforma sin
participación directa de ellos, que jamás fueron consultados y que más se les
ha obligado a aceptar lo que otros decidieron. La evaluación de desempeño
docente contempla, por otro lado, un enfoque de competencias explicitado en
el marco de la Buena Enseñanza. Este enfoque hay que ligarlo a un plan de
desarrollo profesional que ha de iniciarse en la formación inicial del docente,
teniendo en cuenta lo que señala Soto (2002):
 Formación continua promovida y financiada por autoridades centrales.
 Diversidad de perfeccionamiento.
 Tomar en cuenta la peculiaridad de cada región.
 Participación activa y efectiva.
 Formación profesional basada en competencias.
En este contexto, el desarrollo profesional docente se incrementa cuando
los profesores tienen la oportunidad de reflexionar con sus pares
sobre las exigencias que le demanda la sociedad a su quehacer, puesto que
se entrecruzan las creencias, preocupaciones, ideas, contextos y los desafíos
propios de la educación.
Es preciso señalar que esta reflexión está situada en un contexto social y
temporal determinado, por tanto el educador para el siglo XXI tiene sus
propios derroteros, desde donde ha de abarcar, al menos, tres grandes áreas
de desarrollo:
 El desarrollo personal, orientado a la autoestima y autoimagen de sí
mismo, para enfrentar los procesos de cambio que se van produciendo
en la sociedad y en la institución escolar.
 El desarrollo social, orientado a aprender a trabajar con otros, a
formar equipos y establecer relaciones empáticas.
 El desarrollo profesional, que implica nuevas formas de trabajo,
diseño de proyectos innovadores con un sentido cada vez mayor de
“visión pedagógica”.
El rol profesional del docente cobra sentido en tanto este es un agente social,
cuyo accionar está en función del desarrollo y crecimiento de las personas y
de la comunidad. En esta dirección la mejora profesional del docente para el
siglo XXI es parte de una racionalidad del conocimiento, que se demanda
como desafío a la escuela de hoy. Según la UNESCO, los cuatro grandes
pilares hacia donde se debe orientar su quehacer son:
 Aprender a aprender.
 Aprender a hacer.
 Aprender a ser.
 Aprender a convivir y colaborar con los demás.
Desde esta perspectiva es que surgen propuestas de formación del
profesorado sobre la base de “competencias”, además de incorporar a
su vida profesional las competencias de emprendimiento y resolución de
conflictos como habilidades transversales de su quehacer laboral.
La formación permanente del profesorado, derivada de las necesidades
señaladas, puede orientarse a su desarrollo personal y/o a su desarrollo
profesional. Esta formación, como señala Soto, H. (2002), puede responder a
necesidades del sistema educativo, necesidades que son reales y
objetivas, pero que no las siente como tales el profesor. Otro de los enfoques
actuales sobre las competencias que ha de poseer el profesor, es el
planteamiento de Philippe Perrenoud (2005), quien sostiene que la figura
del profesor ideal debe definirse a partir de un doble eje: el eje de la
ciudadanía y el eje de la construcción de competencias.
En un trabajo presentado al Instituto Tecnológico de Monterrey (México) por
el profesor Ruay (2003), se señala que el educador del siglo XXI ha de
adquirir no solamente competencias profesionales en su formación sino que
además competencias en ciudadanía y habilidades sociales para
interactuar con otros, en diversos contextos socioculturales en permanente
cambio.
Las competencias del educador para el siglo XXI deben estar ligadas al
concepto de calidad, equidad y participación de la institución
educativa. La formación de los alumnos para la sociedad del siglo XXI exige
a los docentes nuevas competencias no solo en sus prácticas pedagógicas
sino a nivel de la formación académica que se desarrolla en las escuelas de
pedagogía y en general en todas las instituciones que se dedican a esta noble
tarea.

3. El cambio hacia el pensamiento crítico

En los primeros módulos hablamos de la importancia del pensamiento


crítico en los estudiantes, sin embargo, ahora, ya finalizando los últimos
contenidos, queremos explicitar cómo desde la pedagogía se genera ese
cambio hacia el pensamiento crítico. Además, cómo el docente debe
mantener esta competencia para también ser un ente activo y crítico de su
propia práctica docente.
Te dejamos a continuación con la exposición de Pablo Pérez-Paetow, quien
se refiere a la importancia del pensamiento crítico en la docencia para la
enseñanza y para la vida de las personas.

4. Desarrollo Profesional Docente

A continuación, te dejamos con un resumen del texto de Carmen


Montecinos (2003), titulado: Desarrollo Profesional Docente y
Aprendizaje Colectivo. En él se detallan las oportunidades de los procesos
formativos continuos por las que el docente atraviesa durante su profesión,
encontrando herramientas para la mejora de sus prácticas.
En los contextos educativos actuales, marcados por la implementación de
reformas a gran escala, la oferta de programas de desarrollo
profesional de alta calidad para los docentes en servicio es un
imperativo. Ya es un lugar común sostener que el docente es un factor
esencial de la calidad educativa y que existe la necesidad de ofrecerle una
formación profesional inicial y continua que le permita estar a la altura de los
desafíos que le plantea la reforma.
Hoy por hoy, diversas tendencias propician que la profesión docente esté
pasando desde una cultura del ejercicio individual al profesionalismo
colectivo (Lieberman y Miller, 2000; Marcelo, 2002; Tesdesco y Tenti
Fanfani, 2002). Esta nueva visión involucra cambiar la cultura organizacional
tradicional en la cual un profesor trabaja de manera aislada, refugiado en su
clase (Marcelo, 2002). Una mayor heterogeneidad en el alumnado, la
diversificación de las demandas a los establecimientos educacionales, la
necesidad de articular una educación continua a lo largo de la vida y la
complejización del conocimiento y del mercado laboral que exigen la
capacidad de trabajar en equipo, son algunos de los factores que propician
esta transformación. La reforma educacional en marcha recoge esta nueva
visión de la profesión docente, así como de la gestión del conocimiento
profesional que esta implica.
Junto con entregar evidencias de la adquisición de los contenidos codificados
en el marco curricular, los profesores necesitan demostrar que sus
alumnos saben pensar, resolver problemas, buscar y sintetizar
información, al mismo tiempo de ser capaces de enfrentar su
aprendizaje con autonomía y en colaboración con otros. Estas son
expectativas para todos los alumnos, no solo aquellos considerados
académicamente talentosos. Por lo tanto, el profesor debe saber atender y
adecuarse a la diversidad de los educandos más que tratar de
homogeneizar a su grupo de alumnos. Interesa la calidad junto con la
equidad, es decir, que el profesor sepa tratar en forma diferente a aquellos
que son diferentes.
Estas nuevas demandas reconocen que en su desempeño profesional un
profesor encontrará aspectos rutinarios, pero la mayor parte del
mismo será impredecible e incierto. El profesor debe tomar decisiones
bajo condiciones de incertidumbre, cuando no puede obtener toda la
información necesaria y/o hay varias acciones alternativas que pueden
realizarse para solucionar un problema. Cuando atendemos a las necesidades
individuales de cada uno de los alumnos, lo rutinario da paso a la creatividad.
Los profesores, en conjunto con sus alumnos, necesitan aprender a
aprender, a buscar, seleccionar e interpretar la información. Desde esta
perspectiva, el trabajo docente supone una actitud indagatoria, de
experimentación, innovación y compromiso con el aprendizaje profesional,
continuo y colectivo.

Cuando el papel del profesor cambia desde la persona que posee y transmite
el conocimiento hacia una persona que crea ambientes para el aprendizaje de
manera que los estudiantes puedan construir su propia comprensión de la
materia a estudiar, el papel de las personas que planifican e implementan
una actividad para el aprendizaje docente cambia en igual sentido. El rol de
los participantes también cambia, ya que dejan de ser “objetos” de
perfeccionamiento, pasando a ser sujetos que construyen activamente
nuevas comprensiones en colaboración con sus pares. Estos nuevos
roles para los encargados del desarrollo profesional de los docentes y para los
mismos docentes se aprecian en la Tabla 1 que resume las tendencias de
cambio (National Academy of Science, 1998).
El docente del siglo XXI tiene que estar abierto a los cambios y a
enfrentarse a nuevos desafíos que se presentan en el transcurso de
su profesión. Por esta razón, debe estar en constante formación. Entender
la profesión docente como un proceso formativo constante es una
responsabilidad que los profesores deben abordar y aceptar en el transcurrir
de su trabajo.
Asimismo, el docente es una persona que se debe capacitar constantemente,
demostrando ser crítico de sus prácticas docentes para poder mejorarlas, con
el objetivo de impactar de mejor forma con sus estudiantes y el aprendizaje
de estos.

5. Bill Gates sobre educación y capacitación de los


profesores
A continuación, te dejamos con una ponencia de Bill Gates, quien defiende la
importancia de que los docentes estén en constante formación y que
reciban retroalimentación efectiva de sus prácticas.
 

En caso de dudas, puedes utilizar nuestro foro de Preguntas y


Respuestas (PyR) para plantear tus inquietudes, donde tanto nuestro
equipo docente como la comunidad de aprendizaje procurará apoyarte a la
brevedad.

6. Actividad: Foro Social

A partir de las implicancias de la docencia en nuestra sociedad y la


importancia de la formación docente durante su profesión, te proponemos
ingresar al vínculo Foro y acceder a la categoría Módulo 3: Desafíos y
oportunidades para un profesor del siglo XXI,  para que puedas plantearnos
tus reflexiones respecto al tema. Para esto, puedes guiarte por las siguientes
preguntas:
 ¿En qué aspectos los docentes requieren una mayor formación?
 ¿Cuáles son las temáticas más relevantes en las que los docentes deben
formarse para la educación del siglo XXI?
 

¡IMPORTANTE!
Puedes plantear un Nuevo hilo de discusión para generar una nueva arista de
debate o Responder a lo que otro participante ya ha dicho. Lo importante es
que creemos un espacio de interacción de ideas, por lo que prefiere siempre
Responder a otra persona a menos que no exista un espacio creado para
discutir.

7. El valor de la docencia
Para finalizar, y esperando que los contenidos de este curso hayan entregado
orientaciones sobre la profesión docente, queremos invitarte a que veas el
siguiente video y reconozcas en cada uno de los casos las diversas razones
de por qué la docencia es una profesión maravillosa. Si bien tiene desafíos,
también tiene muchas oportunidades para crecer como profesional y como
persona.

9. Síntesis del módulo

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