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Silogismo

P. Mayor: La educación superior debe priorizar una formación profesional idónea y


humana.

P. Menor: Las Humanidades fortalece la educación superior.

Conclusión: Las Humanidades son primordiales para una formación profesional idónea y
humana.

La importancia de las Humanidades en la educación superior del siglo XXI

Presentado por:

La educación superior tiene como misión transmitir y formar en Humanidades,


siendo estas un conjunto de estudios y disciplinas referentes a la literatura, el arte o las
ciencias humanas. Por medio de las Humanidades los universitarios conocen las diferentes
formas de manifestación de los seres humanos, a través del tiempo, se adquiere una
formación como personas capaces de comprender el mundo en diferentes periodos de la
historia, con conocimientos en diferentes áreas, críticos, reflexivos y capaces de establecer
relaciones. Sirve como base fundamental para un equilibrio en las relaciones sociales,
fomenta a través de la realidad los valores humanos que dignifican a los individuos en los
contextos históricos, económicos y socio políticos en los que se desenvuelven. En nuestra
actualidad el papel que cumplen las Humanidades en el mundo tecnológico es ayudar a
construir una comunidad por medio del lenguaje y la literatura; en general la comunicación
entre los individuos nutre la capacidad de articularse libremente y tener pensamientos
críticos, garantizando la democracia en la sociedad. Abordaremos con este trabajo como
Las Humanidades son primordiales para una formación profesional idónea y humana.

La educación superior debe de estar encaminada a ofrecer una formación con el fin
de preparar a los estudiantes académicamente competentes como profesionales al servicio
de la sociedad y futuros ciudadanos íntegros. (Carlos Ruiz Schneider, 2013) afirma que
para la filósofa norteamericana, Martha Nussbaum en su libro El cultivo de la humanidad,
una defensa clásica de la reforma en la educación liberal, de 1997. Sostiene que un
“graduado de una universidad o de una escuela superior tiene que ser el tipo de ciudadano
capaz de actuar como un participante inteligente en los debates que involucran las
diferencias (que se producen en un mundo crecientemente multicultural y multinacional) ya
sea como profesional o simplemente como elector, jurado o amigo”.

La formación humanista de una persona en la educación superior es fundamental,


toda vez que se convierte en las bases más sólidas de su esencia humana, (Carlos Ruiz
Schneider, 2013) resalta que la filósofa Nussbaum sostiene que, “los ciudadanos necesitan
además la capacidad de verse a sí mismos no solo como ciudadanos pertenecientes a alguna
región o grupo, sino también y por sobre todo como seres humanos vinculados a los demás
seres humanos por lazos de reconocimiento y mutua preocupación”.

La educación superior ha de proporcionar los elementos necesarios para una


formación más humanista y en este contexto, una tarea primordial de las Humanidades es la
construcción del humanismo, para que en el futuro profesional que se educa en ellas,
conduzca sus esfuerzos al mayor beneficio global en lo político, económico, social y
cultural.

La educación no debe ir encaminada solo en el crecimiento económico, la educación


debe prepararnos con el fin de adquirir una competencia social y ciudadana, también para el
trabajo y sobre todo para darle sentido a nuestra vida, por ello es pertinente preparar al
estudiante en la formación de las Ciencias Humanas.

La enseñanza de las Humanidades se ve amenazada en algunos casos donde el


aprendizaje de otras áreas está relacionado con actividades económicas. El libro de la
filósofa estadounidense Martha Nussbaum, Sin fines de lucro: por qué la democracia
necesita de las humanidades, es a la vez un examen de lo que implica esta concepción
instrumental de la educación y una defensa de las Humanidades como un elemento
indispensable para la supervivencia de la democracia en la actualidad.  Es crucial enfatizar
que la educación superior por medio de las Humanidades aborda la transformación y
desarrollo de una sociedad, mediante el fortalecimiento de una formación integral en donde
los valores éticos, la cultura, la ciencia, la historia y la técnica sean el resultado del
conocimiento.

La formación humana es importante para que los seres humanos tengan mayor
tolerancia, priorizando la intención de formar profesionales con sentido crítico y reflexivo
lo cual genera un mejor desempeño en el campo laboral, las Humanidades se convierten en
un recurso vital ya que nos articula como individuos intelectuales, competitivos
laboralmente, pero sobre todo articula conciencia social en busca de una mejor sociedad.

(Liliana Galindo, 2015) señala que para la filósofa Nussbaum las personas son
sujetos con una naturaleza fija y común (todos somos seres humanos), lo cual garantizaría
la comunicación entre los grupos sociales, entre los estudiantes y los profesores. Como
señala en el quinto capítulo, “Los ciudadanos del mundo”, los jóvenes deben aprender tanto
las diferencias que dificultan el entendimiento entre grupos y países, como las necesidades
y los intereses comunes que hacen que ese entendimiento sea fundamental para solucionar
problemas.

Es de suma importancia que los estudiantes tomen conciencia del estudio de las
Humanidades, un espacio para reflexionar por sí mismo y en su entorno en pro de formarse
como una persona lo más humana posible, en medio de la globalización, el materialismo, el
consumismo preponderante, los problemas sociales a flor de piel; es indispensable que el
hombre se evoque a sí mismo y considere la esencia de lo humano que ha olvidado.

Deducimos que las Humanidades es contenido intelectual, disposición reflexiva e


investigativa que aporta a la educación superior magnitud histórica y sabiduría en pro de lo
común, buscando que la educación superior no solo sea un instrumento de crecimiento
económico sino también un espacio de desarrollo humano y de formación ciudadana. Cabe
resaltar que la enseñanza de las humanidades favorece y orienta el desarrollo de habilidades
éticas, la aptitud al pensamiento crítico y la capacidad de diálogo de manera colectiva. No
puede dudarse de la importancia que tiene para los académicos del campo de las
humanidades, la discusión del lugar que ocupa en la vida social este campo de
conocimiento y la de su papel en la educación superior contemporánea, frente a los retos
que le significan las tendencias que empujan a la formación universitaria hacia una
concepción, pragmática y utilitaria del conocimiento. Las humanidades se constituyen en la
piedra angular de los estudiantes universitarios y en una herramienta para el profesional
integro a fin de que esté pueda ubicarse en el contexto de una sociedad contemporánea más
justa, pero que él actué con espíritu crítico, analítico, argumentativo y propositivo y le
cumpla a la sociedad en su transformación a una más humana.
Bibliografía

Galindo, Liliana. “Lo relativo y lo universal en la defensa de las humanidades para


la democracia”. Literatura: teoría, historia, crítica 17.2 (2015): 113-128.

Puchet, E. “Humanidades (fronteras)”. (2016) Voces de la educación. 1 (2) pp. 87-


92.

Carlos Ruiz Schneider. Discurso inaugural Escuela de Postgrado, Facultad de


Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile, Santiago 2010

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