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5.

Lu delínición de los objel<ts rnenlales

a. El análisis d¿ PorrIrn.

Hemos comprobado en el capítulo 4 que el lenguaje, muchas veces, no


sigue límites dados por o impuestos a la naturaleza. El lenguaje no es com-
probación (Feststellung), sino establecimiento (Fests€tzung) de límites dentro
de la experiencia (CosERru). Esta situación debe conducirnos a conclusiones
metodológicas fundamentales. Una detinición a partir de límites dentro de
la realidad resulta-en general-imposibl e . Deliníción quiere decir etimo-
1

lógicamente, delíntitación, pero esta delimitación no s€ encuentra en la ¡ea-


lidad, sino se hace por la definición. El objeto mental es una abstracción de
muchas realidades emparentadas entre sí. pero la lista de estas realidades
queda, en general, abierta. lo cual impide toda enumeración completa (y por
consecuencia, toda definición extensional). Y sin embargo puedo identificar
(: relacionar con el objeto mental) una mesa como 'mesa' a pesar de verla
por prime¡a vez. ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cuáles son ¡os tactores constitu-
tivos del objeto mental? ¿Cómo encontrar los izs.qos ¿istint¡vos que distin-
guen un objeto mental de los otros?

abrió el camino con su estudio Reclterches sur l'unal¡-


BERNARD PorrIER
se sénwnticpte en linguístique et en ü'qduclion uúcanique'. Como este traba-
jo me parece de importancia fundamental, seguimos los capítulos declsivos
con todos los detalles (a propósito del objeto mental (silla)):

'Véase más adelante a propósito de las dcfiniciones exteNionales.


'Publícatiotts Linguistiques de la Foculté des Lenrcs et Scie¡tces Humaines de
I'Uttíve$ité tle Noncy, 1963, 38 páes. (citas págs. 11-19). Traducción del texto francés;
se h¿n ¡eemplazado, cuando ha sido posible, los ejemplos franceses por otros españoles
[traducción por Lurs LópEz MoLTNA].
76 Teoría semánfica

I. LA BLECCIÓN LEXICA

Extremando la precisión, cabe afi¡ma¡ que no existen dos Gillas> idénticas. Sin
embargo, anto 1.000 objetos diferentes un sujeto puede tener la misma reacció¡ y ele-
gA 1.000 veces el término rilla para designarlos. Si se colocao a 1.000 pe$onas ante
estas 1.000 sillas se puede obte¡er el térmioo siria un millón de veces.
En lingüística, esta coincidencia de subjetividad es lo que se IIama objetividad. El
escepticismo a ultranza sería la negación misma de la experie¡cia cientlfica.
Si, ante una serie de objetos (x', x'...x"), la respuesta es ¡egularmente h/, se dirá
que /.r/ es la unidad léxíca (lería)" que designa estos objetos.
(Los <test$ visuales son eviderltemetrt€ los más simples; se puedeo también imaginar
<tests> contextuales, intensamente coaccio[ados.)
Por 10 mismo que no existen dos objetos absolutamente idénticos no se pueden etr-
cont¡ar dos sujetos que te[gan exactamente la misma experiencia, es deci¡ el mismo
iqvelta¡io léxico con el mismo contenido. Aqul tambjén hace falta geneÉlizar, norma-
lizar (es decif, colvertir eo Ío¡ma) y aplicar las experiencias a un grupo de sujetos iela-
tivame¡te homogéneo. Esto es 1o propio de la andadu¡a cientlfica.

2. LA DETERMINACIÓN DEL SBMEMA

Tomemos c¿da urro de los objetos designados por la unidad léxlca sílla y desc¡iba-
mos cada ura de estas sillas de la matrera más completa. I{agamos la lista de las ca-
¡acteústicas encontradas (q) y úarquemos ante cada objeto en particular si posee o no
esta ca¡acterística (+ o
-).
El cuadro tefldrá la forma siguiente:

si. 1 si. 2 si. 3 silla n


q':
q! :
q':
respaldo ... -..
tetciopelo ...
+
+ 1 I +
(+)-
4 Patas . ... _T-
+ (-)
q': de madera ... 1 _i
- +(+)
qt : para sentarse l- + +
'
;;--

3
<Lexíe (lería - uddad léxic¿ del lenguaje): píerre, bateau-mouche, chemin de
let, elc.>; cf. B. PoTuER, Introductíon d I'étude des sttucturcs g'oñmatícales fonda-
ñentales, Na;ac4, 1962 ("1964); en esp., p. ej., pied¡a, máquina quitanieves, solto de
caña, etc. Cp. anteriormentc, pá,9, 22, t. 4.
l

la delinición de los objetos mentales

Hay cuestiotres complejas que tendrán que ser dese¡trañadas. Asi la cuestióo rela-
tiva al número de patas.
Al da¡se a veces la respuesta no refe¡ida a la p¡egunta de si la silla tiene cuatro
patas, Ias preguntas ¡efe¡idas a las tres patas, a las dos patas y a una pata tieqen al-
gunas posibilidades de se¡ co¡testadas con un ¡í. De hecho, el número de pat¿s es una
variable; lo constaote es la noción de pata.
Se percibirá en seguida que ciertas caracteristicas recibelr siempre una ¡espuesta Jí,
micntras que otms son contestadas con sí o ¿o.
Se dirá, pues, que en una serie de ¡¡ objetos el msgo 4 es pertinente si aparece
n q \tecas.
Volvamos a tomar el cuadro precede¡te completándolo:

si. I si.2 si. 3 sr. n t


q' : respaldo ... ...
q' : terciopelo ...
+
+
+
t (+)
(+/-)
+
+
nq'
(n-m) q'
q' : sobre pie ...
q{: de made¡a ,,.
q6: para sentarse
I
,L
i
+
+
_!

I
(+)
ftt-)
(+)
+
+
trq'
(r-m) q'
nqn
qt:para I persona + ! + (+) + lq'
qr : roja ... . .. ... + (+/-) (n-m) c'

La columna ) hace aparecer uo cierto núñero de ca¡acterlsticas q p¡ese[tes t¡


veces: q', qr, q5, qó. Su conjunto constituye el s¿m¿m¿ de /silla/.
La u¡ dad léxica /silla/ (formalización) tiene, pues, lt senteÍto (substancia semáD-
tica), cuyos elementos o Je¿¡dr so[:

s': con rcspaldo.


s': sobre pie.
5¡: p¿¡¡ una persona.
s¡: pafa sentarse,
o a¡i¡ S"' (silla) : (s', s', s¡, s')

Se trata aquí de tÍ semema absoluto, en el que no interesa si¡o la uoidad léxica


¡i/l¿ en sl misma.
Si hacemos la expe¡iencia con la unidad léxic' butaca el resultado será (semema
absoluto):
S." (butaca) : (s', s', s¡, s', s)

en donde s' es el sema <con brazo$.


Y asf sucesivamente.

I
78 Teoría setttántica

3 DETERMINACIóN DE LOS CONJUNTOS DE OBJETOS

Lo comparociótt tle dos obietos.


Siendo un semena un conjunto de semas la compa'ación de dos sememas remite a
la comparación de dos conjuotos.
Si se comparan sílla y butdca se !e que tie¡en en común cuatro semas
y que

butaca liete como p¡opio el sema su <<con b¡azos>:

S, : (s,, s:, sx, s¡)


S: : (s1, s:, sj, s,, s¡)

Si se ¡eúhe silla y lrutaca en un mismo coniunto de objetos se puede caracte¡izar


<S (silla)) como desprovisto del sema s', es decit. como poseedor de una ¡espuesla
negaiiva s" (que no posee el sema s5).
ElsemeÁa de si/lr¡ se convierte cntonces et \rr semetno relalirr) (a un conjunto
dado), de torma qr¡e

S,' (silla) : (s', s', s', s', s")

He aqui un <<tesb) que permite mostrar que el sen,a s'es el rasgo semántico pe¡ti_
nente que permite dife¡enciar silla de butac¿,
Si áel espanol pasamos a colsiderar un ejemplo f¡ancés y pedimos a urios sujetos
que completen el principio de frase <<je voudrais m'asseoi¡ r¿¿¡ >, obtenemos respues_
ü, ,¡/to y respuestas cor. butr,ca; es el sema si el que entra sobre todo en juego
en este caso. Si el prilcipio de frase es <(je voudrais m'asseoi¡ d4's >, fauteuil es mruy
"on
y
frecuente y choise esfá prácticamente ausente (<(tests> ilevados a cabo en Nancy Poi-
tie¡s). Se tielle. pües, el tesüllado sigüiente:

sut combinado cor'laut¿uil I chaise


dans combinado col' fauleuil

La motivación de Ia oposicióll <<sur I dons> es del tipo <oo-irterioridad / inte-


rioridad>. La iD.te¡ioridad sugerida por d¿ns rehúsa, pues (inconscientemente en el
suieto), la combinación con c¡ois¿' desp¡ovista del sema s'<<con b¡azos>' He aquí una
p¡ueba indirecta útil.
Igualmente se pueden comple¡a¡ frases como <Si yo pLrsiese brazos a esta silla re-
sulta;ia...>) o <<Si yo quitase los brazos a esta but¡ca resultaría > La coincidencia de
las respuestas muest¡a 1o bien fundado de la selección de los semas pe inentes

El gntpo de los obietos pat cofiparur.


y
Si existiese un método capaz de aglupar objetos según criterios bien definidos
objetivos, el problema de los <<campos> (semánticos, asociativos ) se resolveria al
mismo tiempo. Desg¡aciadamente no existe nada de este iipo' Los <tests>' como el
h delinición de los objatot tnentules '19

de <<Ievoudrais m'asseoir s¡¡¡...> dan suge¡encias; pero los resultados incluyen tanto
chaise, lautcüil, tabouret como genoux o herbe.
I\ r"óricamente, hay que buscar, a través de un gran número de sememas, las inte.-
seccio[es ¡eferidas a un n¡imero importante de semas. Se vería etrtonces una distribu-
. ción de este tipo:

so

chaise/silla + + +
fauteuil/butaca . , + + + + +
tabouret/taburete + + +
genoux/rodillas . +
he¡be/hie¡ba... +
La in.tersección referida a lAs ¡espueslas expresadas permile reuni¡: choise, lauteuí|,

A coniiriuación trabajareños con el grupo de objetos siguientes: clúise, lautcuil,


tabouftt, conapé, po¿¿l (esp. posón, vulgar).

4. EL ARCHISEMEMA Y SU FORMALIZACIÓN POSIBLE

Una vez definido un gÍupo, cabe preguntarse cuál es el archisemema que hay por
encima de él y que vendrla detinido por la jntersección de los sememas en cuestión.

He aquf los semas pertinentes de los ci¡co objetos corsiderados:

st s- s¡

chaise/silla + + + _+
far¡teuil¿bqtaca ... ... .. + + .+ + t +
tabou¡et¿tabu¡ete .,.
- ..
+
+ + 1
+ +
:-.
+
t
9q!gÉLsa!qP1 . .
pouf/posón (rmle.) ... .. + +
sl : con respaldo.
s' : sobre pie [: elevado sobre el suelo].
s¡ : pam una persona.
sr: pata sentarse.
s" : con brazos.
s': con material rlgido-
80 Teoría semánlica

Hagamos la inte¡sección de estos co[iuntos relativos:

S'OS1iShS'DS'OS' : (s"' s')

La cuestión po¡ plaÍtear es la siguiente: ¿Existe urta formalizacióÁ (una unidad


léxica) cuyo semema sea precisamente el conjunto (s", s')? En el español actual la
¡espuesta es síi asíento (cf. siége). EI asiento es un objeto sobre el cual uno se sienta
(funciól primaria) y que está elevado sobre el suelo (s') (una alfombra no es un
asiento, etc.).
Sucede frecüentemenle que un archisemema aislado por el análisis no tiene exp¡e-
sión léxica. Asi, por ejemplo, para el <<ob.ieto sobre el que uno se sube> (obtenido de
la agrupación escala, escabel, tari a, eslfibo...) el español carece de archilexema (a
covef-word).
Intuitivamente, se estaría tentado a proseguir la gene¡alizaciól y a decir que los
mismos asientos pueden set integrados bajo un archilexema todavía más amplio, como
mueble. Ahota bien, en español actual ¡ro se puede deci¡ ¡ealme[te que Bí posón sea
un mueble (carece de so). Si un miemb¡o del grupo considerado Do puede integrarse
en un grupo supe¡io¡, este grupo p¡imario permanece fuera del grupo superior.
Se asiste todos los días a la creación de a¡chilexemas (los docentes, los ascendien'
t¿r, los dgrio,r...) que respbnden a esta necesidad.

5. RESUMEN DEL PROCESO GENERAIIZADOR

l) Ilustrcción gráfíca.
Clasifiquemos los cinco elementos del gfltpo osíento segúo la proximidad de las
coincidencias (un sólo sema pertiflente diferencia dos unidades léxicas):

posón - taburetc: sd

taburete silla: (s', s') siendo la base común: A' [: archiscmema]


siila - canapé:
butaca - c¿napó: s:l

anfu
s'i +s' 'l- so i s' *s' l_ s'

Represenlación esquemática posible de estos objetos.


I-a definición de los objetos mentales 81

2) La relacirln scntu - *menu - urchiscmemu.

EI r¿¿¡¿ es Lln elenlcnto del conlunto Jcn¡¿rna El urchis¿¡¡emu cs un subconjunto


de un conjunlo de semcmas.

rema ( semema
Ejemplo:
s'€ S'
s'€ s'
s"€ s' g"'.. (5,, s,, s:,. sr. s,)

s'€ S'
s'€ S'

archisemema C senlema
Ejemplo:
A'CS'
A'CS'
A'CS' A: S'ñ S'n 53 n S'n S'
A'CS'
A'cs'
PoruER introduce con este estudio el término sema -- rosgo distintiyo,
La definición es la suma de los semas y al mismo
tiempo de los rasgos distintivosI (HEGER hablará más tarde

I ' En el mismo sentido A. J. GRETMAS: <<Cl1aq\e loi¿me peut doflc Ctre déc¡it com-
me un certain ar¡a¡gemeDt de siraeo, en CahLer, núm. 4, 1964, pág. z|.-Véase tam-
bién G. MouNIN: (¿'analyse de la définition de l'unité lexicale (donnée pa¡ un dic-
tionnaire) permet de décomposer et de recomposet le signifié d,un signifiant ¿ pa¡tir
d'unités de sign¡ification plus petites que ce signifiant. paillotte cofijent six de ces
unitési /construction/, /pour t'habitation/, /grossiére/, /petite/, /en paille/, /dans les
pays chauds/, Ces uqités ont été jusqu'ici ¡ommées de matri¿res tr¿s différeltes selon
Ies aüteurs: J¿a¿ (BrryssENS, etc.'), sémime (HAToRr, etc.), Jámüme (Gü¡RAUD, etc.),
t¡¿ils lsémantiquemer\t] dístínctífs (BLooMFTELD), l¡g{¡es de contenu (IIJEr.rrsLEv), ,rdirs
pertínents du signifié (PRrETo). Si I'on choisit de les appele¡ t¡aits pertinents, on semble
poser par définitio¡ un isomo¡phisme ent¡e analyse pho¡ologique et a[alyse sémaDti-
que; si l'on opte pour les aut¡es termes, oIr laisse en suspens la questiotr de cet iso-
morphisme.> ... <Cette analyse une fois faite pour tous les sig¡ifiants d'un lexique ¡rer-
met d'ailleu¡s de corriger la délimiriation empirique du départ, eB constr¡¡isalrt les
structurat¡ons otl p6s d panír du signífiant, maís á partír de la présence dun plusíeurs
s¿mes ou traíts doún¿s d.rns sa définítion> (CahLex, r]úÍ1.6, 1965, pág. 20); <on aper-
goit qu'on peut Éduire toutes les unités lexicales d'un lexique ¡ des faisceaux de tlaits
82 Teoría setnúnlicu

de los tlillerenliae specifícae '). El método de PorrlER es semasiológtco:


analiza el contenido de la palabra chaíse en su acepción (significación) nor-
mal o central, aplicando esta palabra ¿ ¡¡¿ 5etie abierta de objetos llamados
chaise.

por verificación estadística


(1)
iexía

lexía r'?)
a¡chilexía A

infinidad
de
objetos Iexía (t)

la lexía es el punto de partida (no la realidad)

sémaritiqueme¡t pertinents ou sénes> (ib., pág.21). G. MouNtN presenta y discute la


evolución de la idea de unidades semánticas mínimas e¡l t¡es capítulos de su excele¡te
llbro Les probktmes th¿oriques de la trcduction, París (Gallimard), 1963r chap. VIL
<La recherche des unités séúantiques minima: Luis J. Prieto> [en relación co¡
HJEI¡-rsLEv y IVARTTNETI, págs- 95-112; chap. VIII, <<La reche¡ch chedes unités sémanti-
ques minima: Jean-Claude Gardin> [incluso VTRENSEN], páes. 713-24 chap. IX, <La
reche¡che des unités sémantiques minima: définjtions, te¡minologies, terminologies
normalisées>, p^gs. 125-43. De PRIETo véase la publicaciól ¡rás ¡eciente Príncípes de
ttoologíe, The Hague/London/Paris (Mouton), 1964, 130 págs, lPrieto llaúa noemas a
las ulidades de que se compoDen los signific¡dos, págs.90 y sgs.l.
" <<Le sém¿me, ou ensemble d€s s¿mes distinctifs cortespond etr pa¡tie aux "diffé_
rences spécifiques" de M. P. IMBS> (PorttEs, TraLiLi, , 1, 33).

L
L,a defínicíón de los objetos mentales 83

Los semas son los rasgos comunes a todos los objetos llamados cftalie;
estos semas constituyen y definen el objeto mental 'chaise' y son al mismo
üempo los rasgos distintivos frente a otros objetos mentales ú.
La relación enlre tn archile.vetns a vna urchílexía (:lexicalización de
un archisemcna) i y un lexettu o una lexía (lexicalización de un semema) 3
puede presentarse como relación de implicación:

si¿ge

En esto, PorrrER sigue, en un trabajo más reciente !, a CosERru'0. El


objeto mental 'chaise' es más específico que'siége'y contiene por este mo-
tivo más semas o rasgos distintivos (la consecuencia, en general, es una
definición inás larga y más complicada).
Hay que distingui¡ en1¡e el nivel conceptual y el nivel de la fo¡maliza-
ción dentro de una lengua, El a¡chisemema de la archilexía francesa ¡¿e-
turer, pot ejemplo, puede especializarse de mane¡a diferente en diferentes
idiomas: fr. mesurer d la toise:Lrége tn,ézer, t¡tesru.er d. la régle: rúler,
nrcsurer (\e bois ¿i 1a c<¡rde : cwéd'ler, Dtesurer au fíL d plomb: ploumer
(véase Jrer HAUsr, ¿e dialecte wallon de Li¿ge,3: Dictionnai.e
lrcngais-
lié,qeo¡s, 1948, s. v. mesu¡e¡).

6 El sema
es ¡asgo. distintivo dentro del mismo sistema conceptual (si¿ge+--)
chaise); e[ archísema es comrln a todos los sememas del sistema conceptual, pero es
lasgo distintivo f¡ente a otros sistemas conceptuales.
I Si¿8¿ (archile)iema) contiene el a¡chisemema [s, G(pa¡a sentarse>) -J- s, (<<sobre
pies>)1.

' Ciaise (lexema) contiene el semema [s, <pa¡a seniarso) * s, (<<sob¡e pie$) + si
(<<con respaldo>) -F s, (<<para una persona>)].
'8. PoTTIER, <<Vers une sémantique úode¡ne>, en TroLiLi Í, núm. l, 1964, pá-
ginas 107-37 (especialmente pág. 123).
'0 E. CoSERIU, <(Pour une sémantique diacbronique strllcturale>, en TraLiLi lI, aú-
mero I. 1964, págs. 139-86 (especialmente pags. 151, 161, 1?6, 1?8).
84 Teoría semántica

En francés la formalización se hace por yuxtaposición de la archile-


xía * leías diferenciado¡ass, en el dialecto de Liége la formalización se
haco por lexicalizaciones especiales (cp. fr. llare d pied, aller d cheval ...
alenán gehen, reiten, etc.) 1r;

nivel conceptual: a¡chisemema + sema(s) dife¡enciado¡(es),

fr. archilexía + lexla diferetrciado¡a


Liége lexla

Partiendo del otro lado, del lado de la formalización en una lengua dada,
el análisis conceptual y, por consiguiente, la delíníción depende de la base
de partida:
francés medio (Chastellain, siglo xv):
- desnrcsurer <<dépasser les limites ordinaires d'une chose>> (esa es la
- definición del glosario).
Pero el contexto (rerulirent pleurs et cris lanÉntables.., destnesurérent
leurs voix) permite de definir:
desmesurer sa voix <<parler et pleutet plus fort que d'habitude>'
-
El lexicógrafo se ve en la obligación de decidir cada vez lo que quiere
definir, la lexía o el sintagma, el semema general o el semema particular.
El uso de un lexema de carácter general en una situación de carácter par-
ticular (1o que es lo normal) es la razón de muchos cambios de sentido
(véase más adelante nuestro apéndice diacrónico, págs. 243 y sgs.).
PorrrER, en su análisis, ha partido de lo particular pata llegar a uni-
dades más generales ". En la segunda parte del mismo trabajo de 1963,

" Añadimos que lo que en una lengua es archilexla puede corresponder a varias
lexías e¡ otra (efi este caso la segunda co¡nu¡idad lingúística tieoe una necesidad mayo¡
de difereÍciación) :
<<What do you mean, "snow" [Dieve]?> asks the Eskimo. <<Falling snow on the
ground, snow in blocks fo¡ building igloos, o¡ what? You can't use one word for all
those diffe¡ent things)) (JAcoB ORNSTEIN y WILLIAM W. G^sF-, The ABC's ol Langua-
ges and LínBuístics, Philadelphia and New York (Chilton Books), 1964, pág. 108).
Véase taúbién nuest¡o ejemplo más adelante, p^9,'13, r\. 14.
'r PornER dice: <(Des millions d'objets existant dans la ¡éalité on est passé aux
r¡illie¡s de lexies, ¡éduites dans une ce¡taine mesu¡e aux archilexiesr (Recherches
lcf. anteriormente pá9. 59, n. 21, pá9. 19).
-t
kt delinición de los objetos mentales 85

PoTTTER completa €ste procedimiento por el análisis contra¡io, partiendo,


esta vez, de lo más general para enconttar unidades clasificatorias más
pequeñas (<<le processus inverse, qui, partant de I'Univers-unité-par exem-
ple, la catégorie du substantif-se dirige vers des classes particularisantes>
ib.). Como esta parte no es menos importante que la primera, vamos a te-
producirla también enteramente:

LOS CLASEMAS
Llamamos clasemas a las clases de distribución (de motivación evideDteme¡te se-
mántic¿) ¡eveladas por criterios combinato¡ios nume¡osos y cuyos resultados son ho-
mogéúeos.
Si planteamos la p¡egunta <¿Ha visto ust¿d el ...?), la lista de sustantivos que sigue
a el es no-significativa. Por el contrario, en el f¡ancés se ádvierte una diferencia muy
clara de distribución ent¡e las respuestas coresporidientes a las dos prcguntas si-
guientes:
<Voulez-vous I' amener votre...r'.
objetos: n ¡espuestas.
animales: q respuestas.
personas: n fespuestas.

<Voulez-vous l'apportet votre...rr I

obietos: n respuestas.
animales: 0 ¡€sluestas.
personas: 0 ¡espuestas.
Se ve que apporter selec.crona un objeto gramatical que rchhsa normalmente la
pertinencia a la se e objetiva de los atrimales o de las personas.
Esto permite establecer que
+
apporter se¡ie A de sustantivos (objetos)
- se¡ie B de sustantivos (persoaas * aoimales)
amene¡ f se¡ie A o B de sustantivos.
Ot¡o <(tesb. Tomemos la frase para completa¡ r <Qu'est-ce qu'elle rumine, ma...?>)
(¿Qué rumia, mi ...?). Todos los sustantivos forman parte de la serie B (32 (persona$.
3 <animales>). Es el caso también de <<Il est e¡rhumé, votre...) (Está ¡esfriado, su ...)
en el que todas las respuestás son de la se¡ie B. Pe¡o en <Il est grippé, votre..)tt se
tietre a la vez la se¡ie A y la serie B (hijo, moto¡ ,.,). Sólo sustantivos de la se¡ie B
<se baignent dans l'eau>; los de la serie A <<baignent dans l'eau> (pero en esp.: se

En realidad, PorrIER partió de la palabra chaise apbcítdola a los objetos llamados


chaise. Después analizó estadísticamente los asgos pertinentes a todos estos objetos
ya seleccio¡tados, y
_constituyó así el semema.
'¡ Está agripado, su,,,
86 Teoria sentóntica

bañan en el agüa, hablando de ¡rersonas o animales; llotan at el ogaa, hablando de


objetos).
Si üo elcmento de la serie A <marcha>, la significación es no-ambigua: <este ¡eloj
marcha>. Si es un elemento de la serie B, hay ambigüedad virtual: <<C¿¡los Í¡¿rcha
bieq aho¡ar:
(1) va a pie
(2) t¡abaja bien (en la escuela).

U¡a prime¡a distioción resulta, pues, en distribuciones como las siguientes, regis-
tradas en lengi¡¿jc <riormal) (no metafórico):

TODOS I,OS SUSTANT¡VOS


TEST
Serie A Se¡ie B
amener x ... ... ... +
X rumins (rumia) : +
X est en¡humé (está resfriado) ... ..r +
X est grippé (está ag.ipado) ... ...
X se baigne (se baña) ..- ... ... .., +
X baigne (flota) ;
X marche bie¡ (marcha bien) ... .., 1 sentido 2 sentidos

La se¡ie A compre¡de 1o que podemos llamar los <¡nariimados>; la serie B, los


<(animado$. Si una pe$ona mue¡e, su cadáve¡ funciona como inanimado: il baigrie
dans l'eau, et on pelrt l'apporter (flota en el agüa...).
2) En el interior de la serie de los <animados> se pueden distinguir dos subserics,
¡cveladas por comportamientos combinatorios.
Si se <pone en la puertar a una persona, se lienc uit sentido I (expulsar); si se
<pone en la puertar una cosa, se tiene un sentido II (por ejemplo, uD letre¡o). E¡ el
caso de un anr'mal hay ambigüedad. ya que el animal puede funcionar como una per-
sona o como una cosa G<expulsaD o <depositar delante de la pue¡tar).
Otro ejemplo más claro. Sea (<X a fait unc niche>. X pe¡tenecc a la se¡ie de los
animados. Pe¡o si se trata de una persona, hay ambigüedad lpierre a fait une niche
au chien : (a) le ha jugado una pasada; (b) le ha fab¡icado una casetal; si se fata
de uri animal, no hay ambigüedad.
De aquí las distinciones siguienres:

ANIMADOS
TEST IN N¡¡II{DOS
pe¡so¡ürs animales
mett¡e ¿ la portc X setrtido I seÁt. I/TI sentido II
X fait ü¡e dche ... 2 sent. 1 sent- ó
Ut delinicíón de los objetos menlales 87

3) En el interio¡ de la se¡ie de los <<i¡anjmados)) se pueden distinguir dos subseries


reveladas por comportamientos combinatorios.
Caso de <<abdr X>. Si X se ¡efiere a un objeto material, tenemos el sentido banal I:
abrir un saco, una caja, un absceso. Si X se ¡efiere a un objeto no material, se tiene
uú sentido II (llamado tradicionalmente <<figu¡ado>), el de <<abri¡ la sesión, la marcha>.
He aquí un caso típico de ambigüedad: sí almacén está visto como objeto material,
tenemos <<abrir un almacén> (con alrrda de una llave); si almacén está visto como
objeto no-material, terlemos (abri¡ un almacén> (iniciar un negocjo).
Caso de <prendre X dans un certairl sens>. Como antes, con un objeto mate¡ial te-
nemos <<sens: di¡eccióo> (prendre un jouet, un trssu dans un certain sens). Y con un
objeto no-material tenemos <<sens: significacióo> (prerdre unc ph¡ase, une inte¡ve¡tion
dans un ce ain sens). Si la unidad léxica puede le¡tenece¡ a las dos subseries, aparece
una ambigüedad <<prendre une rigle dans un certain sens> frDgle como regln-objeto o
como r¿gld-¡rormal.
Caso de <<¡end¡e X). Con los objetos mateliales se tiene el sentido de <restituiD.
Con los objetos no-materiales tenemos gene¡almente unidades léxicas (rendre la jus-
tice. ¡endre ¡aison), Con un término como honneurs se tiene una ambigüedad: <<rendre
les honneu¡s>> : (a) té¡mino milita¡; (b) restitui¡ cie¡tas cartas por jugar (objeto ma-
terial),

De aquí las distinciones siguientes:


INANIMADOS
TEST ANIMADOS
objero. mater'a1es obieros no-mate¡iales

ouvrir X sent. 1 sent. 1 sent. 2


prendre X sent. 1 sent. 1 sent. 2
en 1 sent. sent. 1 sent. 2
¡eod¡e X

4) Si se re{rnen los t¡es cuad¡os ante¡io¡es, se va a la¡ar a las clases siguientes:

appo¡te¡ X aoimado // itranimado


x fait urie niche persona // animal ll
ouvrir X obj'eto // objero
material no-materi¿l
clasé 1 clase 2 clase 3 clase 4

Una primera serie de clases de pa¡ticula¡ización puedc, pues, p¡esentarse asi:


animado
pe¡sona : clasema l
atimal : clasema 2

inanimado ..-
objeto mate¡ial : claseüa 3
objeto no-mate¡jal : clasema 4

Se podfá llamar clasema 5 al animado globalmente (1 + 2) y clásenw 6 el i¡ati-


mado globalmente (3 + 4).
88 Teoríq semántíca

Los idealistas-y algurios matemáticos*estarlan tentados a continuar estas dico-


tomlas para encotrtrar las archilexías propo¡cionadas por la prime¡a parte del aúlisis.
De hecho, oosotlos Do pensamos que estos dos procesos puedan ser co[ciliados: son
complementa¡ios, y toda lexla puede ser caÉcte zada por índices de pe¡tinencia:
semema y clasema :

semeÍül archilexla
(s'... s') archisemema
I
clasema

(s" s" s., s) l---;il-l =


asie[to
(s', s')
ü
<objeto mate¡iab

5) Se puedo citar, sin emba¡go, un casolímite, aquel en el que una archilexia


ocupa el lugar de un clasema. Es el papel de té¡minos como un ttuc, un machin, une
chose, que conesponden al clasema 3 (y a menudo 4), y de Truc, Machín, Chose, que
co¡responden al clasema 1 (y a veces 2).

Además, en <de ne vois ieÍ>, rieí ocupa el lugar de la a¡chilexla de los clase-
mas ll2l3l4l, mie¡tms que personne ío se ¡efiere más que al clasema 1. Se ve asl
cómo la lengua ha log¡ado generalizar al máximo la expresión archiléxica.

6) Varios estudios léxicos modemos, especialnente los ¡elativos a la traducción


mecánica, ofrecen categorías semántic¿s que podrlan interpretarse como subclasemas:
objeto convexo, objeto comible, animal pacifico, etc. Seda, [atu¡almente, ideal pode¡
carzcteÁzar cada unidad léxica por r¡na serie finita de rasgos de esta natu¡aleza. Se
podrá prever que un <(líquido> no puede ser comido ni cortado, aho¡a bien, un moto¡
<<como gasoliro> (a solución puede encoqtlaFe aquí al nivel de la fraseología).

La dificultad de estas definiciones es que uno se encue¡tra entonces efi el domiDio


da lo vírtual. Una silla, por ulr¿ parte, está dotada de un respaldo, está sobre pie, está
p¡evista pa¡a una pe¡sona, se destina a que alguien se siente, y, por otra, es ull objeto
matedal; pero tiere un n¡imero no-finito de ürtualidades: puede rom¡rerse (el agua,
oo), puede comp¡afie (como e1 silencio, pero no como la refracción), etc.

Pe¡cibimos ento¡lces tres zonas fu¡damentales de significación de todo lexema:

i¡finit¿metr- (semas) archisemema clasema i¡finitamen-


te pequeío te grande
ZONA I zoNA II ZONA III
dcfioicióq po¡ ¡as- virtu¿lidades pedinencia
gos p€rthetrtes
h delíüción de los obietos mentales 89

l,as zonas I y III son estables y figuran notmalmente eÍ¡ las caracterizaciones semán-
ticas cxtremadamente probables.
I-a zoDa II es inestable y no ¡epresenta sino una posibilidad que depende en gran
medida del contexto, de la situación, de la iritencióir...
Convietre a nuest¡o propósito delimitar bien estas zonas pata todo estudio semáfl-
tico preocupado o no de tmducción mecánica.

La zona I es, según PorrrER, la zona de los semas, del análisis de las
significaciones, la zona de las definiciones. Analizaremos más detenidamen-
te esta zona, hablando del trapecio de Hec¡n. La zona III es la zona de las
grandes unid¿des, las clases (animadolinanimado, etc.): tiene un papel muy
importante en el análisis gramatical. La zona II de las vi¡tualidades es la
zona de las grandes inte¡rogaciones. Creo que esta zona no se sustrae a un
análisis más exacto. E. Cossnru acaba de publicar un artículo fundamental
que toca su análisis 1a.

En un artículo de 1965, Porurn trata especialmente de la definición rr.


Su resultado es un ¡€sumen de los trabajos anteriores:

LA DEFINICIÓN SEMANTICA EN LOS DICCIONARIOS

En su aftículo titulado l¿¡ seuil de la lexicographie [Ea el umbral de la lexicogra.


ftal P. IMBS ha caracte¡izado con acierto el conte¡ido de la mayoria de las defin!
ciones dadas po¡ los dicciolarios: <Una categoria representa necesariañenle un géne-
ro próximo, de comp¡ensión más abstracta y más general quc la palabra po¡ definir,

" E. CosERru, <<Lexikalische Solida¡itáten> lsolidaridades léxrcas], eD. poetica


(Wilhelm Fiok Verlag, Münche¡), riúm. 1, 1967, págs. 193-303..Este trabajo es muy
importante, ade¡nás, para las relaciones entre clasemas y (archi)lexemas. F,nlre perro y
ladrar, p. ex,, hay una "solidaridad,,; CosER¡u distingue tres tipos de solidaridades:
l) solídaridad. por afi idad: el clasema de miles (<<ser humano>), p. ej., es rasgo
disti¡tivo pa¡a s¿r¿-r (<viejo hablando de seres humanos>).
2) solidafidad por seleccíón (p. ej., al. Schilf-Íal¡r¿¿)..el archilexema del lexema
dete¡min¿nte (el archilexema de Scl¡ill) iurciona como rasgo distintivo en el lexema
determi!"ado (fahren).
3) solídaidod por ímplícación: el lexema determinante determina el contenido del
lexema determinado (el ft. aquilín, p. e.j., se usa sólo en relación, con la nariz).
Las solida¡idades contietrel importantes implicaciones estilísticas; además, so¡ im-
po¡tantes para el estudio de las metáforas.

" B, PoTrrER, <La définition sémantique dars les dictionnai¡es>, er\ TraLiLi IlI, rliu-
me¡o 1, 1965, págs. 33-39 (cita páe. 33; traducción del texto francés por Lurs LópEz
MoL¡N^).
90 Teoría setnátúica

y no llega a ser el equivalente de esta palabra sino mcdiante la indicación de la dífe-


rencia específíca. Una definición comprelde, pues, nccesaliamente, y como mlnimo,
dos té¡minou '0.
Por nuestra pa¡te, hemos analizado el conte¡ido semántico de una "palabra" dis-
t;nguiendo cuatro tipos de dellinido¡es: semema, clasema, archisemema, vi¡tuema ri.
El semema o conjunto de semas distintivos corrcsponde, en parte, a las <difere¡cias
especlficas) de P. IMBS. EI clasema o coojunto de las clases conceptuales ge[erales
apa¡ece (demasiado) poco a nrenudo en las defi¡iciones. El arch¡senema o subco¡ljunto
comri¡ a un conjunto de sememas es el <género próximo> de P. IMBS'6.
Todo l¿xema (significatte mínimo de designación) tendrá asi como significado:
defiriiciótr
semema + clasema
independiente
o semantetna t
I

relativa J
definición
Sea cl lexerna síl/a :
-
para sentalse discontinuo
sob¡e pie(s) iranimado
ril¡4 _ semema
para una peGo¡a itrtr¿nsitivo Clascma
con respaldo mate¡ial
sin bmzos
f
dsi¿l¡to semema I ü discoriti¡uo
__ I para sentarse iDaoimado Clasema
archr- { sobre pie(s)
lexema S" i¡transitivo c.
1
inmaterial

En la definición (seman-
este cuadro, PoTTIER incluye los clasemas en
tema). Este cambio es muy significativo e importante. En realidad, Ios

'r P^uL IMBS, <<Au seuil de la lexicographie>, en CahLer, nÍrm.2, 1960, p6gs.3-17',
cf. plg. 12.
tt TraLíLí, núm. 2/1. 1964, págs. 107-37; ct. pág. 125.
i3 <<Ilemos
lhab]a PorrrERl introducido igualmente ei virtuema o conjrmto de los
semas no disti¡tivos ligados al conocimiento particula¡ de un individuo, de un grupo,
de una serie de ex¡reriencias. Su detcrminación es muy delicada. El virtuema aparece
de cuando cn cuando cn las definiciones. Por ejemplo, baúl <grat caja de madera o
de ntetal de forma rechngular, gene¡almente abornbada, cerrada mediante u¡a cerra-
dtra> (Dic- Gen.). La :l¡lateria, el carácter abombado, etc., peateneceD al virtuema; esto
es cott frecuencia verdad, pero no es distintivo: existe¡ objetos de este tipo con cubie¡-
ta no abombAda y se los puede seguir desjgnando mediarte el significante baúl>.
It detüüción de los objetos ntentales 9l

clasemas son semas también, semas más generales'o. Un sema puede ser
muy especial o muy general, pero no hay dife¡encia en principio (véase
más adelante la teoría de HrcER.). Por.esta ¡azón el clasema puede entrar
en la definición. Pero muchas veces el clasema resulta superfluo porque un
sema más específico ya 1o contiene implícitamente. Chaise, p. ej., definido
como <<siége...>> ya presupone los clasemas 'obieto', 'de materia', 'inanima-
do', etc. Resulta inútil incluirlos en la definición. En cambio, PorrrER tiene
razón al comprobar que Ia definición, en general, parte de unidades más
generales (archisememas) con adición de semas más específicos:

siége pouÍ une personne ¡ dossie¡ et sans bras

sema 3 sema 4 sema 5


sema 1 sema
"pour s' "suÍ
asseoi¡" pied(s

El metodo inverso no resulra satisfactorio;

chaise : tabouret

sema 1 sema 2 sema 3 sema 4 scma 5


"poul s' "sut 'pou¡ "sans
asseoir" pied(s)" 1 pers." bras"

porque en la definición de tabouret está incluida tácitamente la negación


del sema 5:
un tabouret no puede concebirse con respaldo. La definición
'ascendente' tendda, por consecuencia, que trabajar con conttadicciones.
Pe¡o, lo contrario, tampoco resulta aceptable: tabout.et: cluise ¡-ans dos-
si¿l,, porque chaise sans dossier no existe ('con respaldo, es un s€ma de
.r¡7lal !0- No hay otro remedio, pues, que recurrir a la a¡chilexía asiento 21.

" No negamos, sin embargo, la utilidad de distinguir s¿r .1r (sememas, archiseme-
mas) y clasemas, E. CosERru, <<Lexikalische SolidaritáteD>, en Poctíca, nfim. l, 196?,
p'giras 294 y sg,, explica más explicitamente que PoTTTER la necesidad de la distin-
ción (CoSERIU habla de la distincjón entre (arcli)lexema y clasema, pero se trata de
unidades del contenido).
'0 M.-J.REY-DEBorE, CahLet, Í:f¡m. S, t966, páe. 11.
" M.-J. REY-DEBoTE, TroLiL¡ V, núm. 1, 1967, pág. 147, lo p¡esenia así (cavalier
<<homme á chevab) :
ot Teoría semántica

b. ALArN y MARrB-JosÉ RBv.

A cheval>):

Homme es un archilexenla. á cheval la dile(encia especilic¿ () p G sahar¡enne


courte$:
<ves(e de tolle á nranche\
I-a definición de los objetos mentales 93

De¡echo K¡nr ENcrsH ya en 1952,,. La importancia de la defínición para


el análisis semántico es un hecho reconocido sólo desde hace pocos años.
En 1963 todavÍa GEoRcEs MouNrN escribe en su excelente libro sobre los
problemas teóricos de la t¡aducción:

<Nulle part, mCme en sémantique, méme en lexicologie, n,est apparue cette


idée les défititions des sig,liliés peuvent ou doivent constitue¡ le maté¡iaü d'une
analyse lingüistique scientifique. Or la démarche spo¡tanée de HJELMSLEV et de
PRrETo, la démarche technologique empirique de cARDrN, la démarche logique
de SóRENSEN ter¡dent toutes á p¡oposer qtte I'analyse de la défínítion des signiliés
soit officiellement considérée comme une opération proprement linguistiquo,s.

Y MouNrN agrega:
<<La définition constitue la seule fo¡me compl¿te d'anaiyse sémantique. Or
c'est une opé¡ation logique, et non linguistique. C'est donc la définition qui
constitüe la v¡aie voie du passage ent¡e sémantique et logique> (ib. 134).
Este postulado (ya antiguo) es de suma importancia y lleno de promesas.
Efectivamente, la teoría de la definición ha hecho, en los últimos siete
años sólo, desde el artículo de IMBS " mencionado por PorrrER, progresos

Hay ventaja en seryirse del a¡chjlexen,a inmediatamente superior (vesfe) y no de


oójelo de valor semántico mucho más general (ib. 148).
13
KARL ENcrscH, Der rechÍsfreíe Raam, Túbinngen, 1952; El timbíto de Io no jurí-
díco (tad. al español por E. G^RZóN VALDÉS), Córdoba (Argentina, Universidad Na-
cional de Córdoba), 1960, 135 páes. (cita en la pág. 11).
" GEoRcEs MouNIN, ¿es problémes théoríques de Ia traductiolt, Paris (Gallimard),
1963, págs, 126 y sg. Véase también anteriormente pág. 65, n. 4, y J. NoÉL, (<Le róle
de la définition dans une étude sémantique prépaÉtoire ¿ la indexation méca¡risée>, er¡
Linguistic Resealch ín Belgium, ed. by IYAN LEBRUN, Unive¡sa Wetteren (Belgium),
1966, págs.81-n.
s PAUL IMBS, <Au seuil de la lexicog¡aphie>, er CahLer, núm.2, 1960, págs. 3-17
ft)osició¡l muy acertada de los problemas). No habla¡emos aqul de los t¡abajos que
91 Teoría setnántica

conside¡ables, gracias sobre todo a PorrIER mismo, A¡-IIN REY'". Como


redactores en el dicciona¡io de RoBERT. los dos últimos unen la teoría a una
experiencia práctica de muchos años. M¡.xr¡-JosÉ Rrv describe, en un ex-
celente a¡tícdo el mejor tal vez que se ha escrito sobre la materia-el
proceso de la definición cle la manera siguiente:

<(Hay que recordar quc lo definido es ext¡aído a¡bit¡a¡iamente del con-


texto " y p¡esentado como una incógnita. Y seguidamente, que la palabra e¡
sometida a un análisis subjetivo. lo que tiene su impo¡taocia en casos límite.
Asentado esto, se parte de una unidad léxica por definir: lo definido. Este del'i-
nido-significante remite a un concepto. Este concepto es analizado en conceptos
menos complejos. y después estos conceptos son nombrados por medjo de varios
significantes (definido¡es). Para un eleme¡to definido D se tie¡e: Significante
I) ' > Concepto de D -> Concepto que analiza el corcepto de D -'+ Reagrupa-
ción de estos co¡ceptos. nombrados mediante definidores A + B + C. La p¡i"
mera parte del proceso es semasiológica; la segunda, onomasiológica. Este aná-
lisis es presentado como una equivalencia.

Concepto Cd Concepto Cx + Concepto Cy + ...


Significante D: Signif¡cante A+ Significante B + ...
y la definiciónes buetn, es decir, funciona eo la experiencia del mundo, si esta
igualdad se verifica, si es justa. Se trata así, dado url elemento definido D con

ttatan del nivel sint¿lgmático. Véanse sobre todo los trabajos de JEAN DuBoIs, ent¡e
ellos el a¡tículo <<Représenfation de systémes paradigmatiques fo¡malisés dans un dic-
lionnaire structural>. en CahLc¡, nrlm. 5, 1964, págs. 4-15, el cual se ace.ca más a
nuestras ¡eflexiones (sobre las series intüt I matitúe, soit I toír¿e, joür I jounúe,
an I ann¿e; se trata, pues, de estructuras mayo¡es; \,éase también PoTTTER, TruLíLí y,
número l, 1967, pág. 45).
" ALAIN REy, (A propos de la définition lexicographique>, en Ca,/¡l¿-r, núm. 6,
1965, págs.6?-80; y el artículo muy ¡ico del mismo artor (Les dictionnaires: forme et
contenu>r, en CahLex, ¡úm.7, 1965. págs. 65-102.
"0 MARIE-JoSÉ REy-DEBovE. <La délinition lexicographique: ¡echerches su¡ l'équa-
tion sémique>. eí CahLer. núm. 8, 1966. págs. 71-94.
" <<Sin embargo, el delinidor no podrá definir sino mediante el recuerdo de las
circunstancias de la palabra en su experiencia personal. o sea, volviendo al contexto.
Las circunstancias más frecuentes en su memoria serán utilizadas pa¡a elaborar un
signüicado que servirá de base a su trabajo. Pero este s¡gnificado medio no corres-
ponde a ningún significado ¡ealjzado en un enunciado; el principio mismo de la defi-
nición no es, pues, lingüístico> [: nota de M.-J. REy, ib.].
It de!inición de los objctos ttterttales 95

semema Sd'", de hacer corresponder con é1 dos palabras como mínimo, o va'
rias palabras cuyos sememas r€unidos vuelvan a dar Só) lc¿¡12¿¿r, nÍrm. 8, 1966,
páginas'71-72).

M.-J. REy evoca la vieja fórmula <<Todo lo definido y nada más que
lo definido> y analiza a continuación los diferentes aspectos del análisis
definitorio. Distingue tres posibilidades :
1."
Análisis positivo (por gónero próximo y diterencia específica; véase
el análisis de PorIEn po¡ semas, anteriormente),
2." Análisis por negación (definición por antónimos: laísser : ne pas
prerulre; en este caso no hay archilexemas).

3." Definición por sinónimo (en este caso no se trata de análisis) ".
M.-J. REy prolundizó el análisis de l.'' y 2." en un segundo artículo
muy reciente 3", añadiendo el análisis por transformación (definición rela-
cional: tinide <<qui manque d'audace>>; idéel <<de l'ídée>>).
La definición es la ta¡ea más importante del lexicógrafo. M.-J. Ruv dice
con mucha razón: (EI lexicógrafo intenta realmente un análisis semántico;
y cuando los resultados son defraudantes hay que ser severo con el lexi-
cógrafo y no con la lexicografia)) (TraLiLi Y,l, 1967, 142). Lo que hace
o tendría que hacer el lexicógrafo es nada menos que un análisis de los
sememas del léxico entero (o al menos de gran parte del léxico) de una
lengua. Este análisis parte de un signo lingüístico dado (no de la realidad)
y tiene por consecuencia una dirección semasiológica, Estas definiciones
(: análisis de los sememas o significaciones) son intensionales (no exten-
sionales) 3'.

Ahora sólo podemos volver al problema de la aplicación en la realidad


de conceptos intensionalmente definidos (véase, ¿rnteriormente, pág. 69, n. 38).

"Semema: conjlrnto de los elenertos de scntido de una pxlabra o dc uür lexía.


"Ve¡emos más tarde qüe el sinónimo puede ser una equivalencia exacta como
semema simbólico (con preterición de otros sememas : factores sjmbólicos y de todos
los facto¡es sintomáticos).
!o M.-J. REy-DEBovE, <<l-a déIinition lexicographique; bases d'une lypologie formel-
le>>, et TruLíLi V, nhm. 1, 1961, págs. 141-59.
" Hay, eÍ casos especiales, definiciones extensiooales, véase más adelante. Las
definiciones extensionales son enumemtivas y parten, por eso, de la realidad.
96 Teorla semántica

Tomamos el ejemplo de los conceptos 'casa' y 'cabaña', nuestro punto de


partida (pág. 46). Una definición de estos conceptos p¡esentará cada concep-
to como semema = suma de semas o rasgos distintivos:

Sr (casa) : (s'' + s,r + sr')


S, (cabaña) = (s,, + s,x + sg:)

Si confrontamos una ccsa regular o normal o una. cabaíta regular o normal


particular con estos conceptos, podemos coordinar fácilmente semema y
realidad, pero si el objeto mismo se encuentra en la zona límite entre'casa'
y 'cabaña', la coordinación se hace difícil: tend¡emos, por ejemplo, un seme-
ma s,'f srt f s.! lo que no corresponde ni al concepto S"casa' ni al con-
cepto S,, 'cabaña'. Vacilaremos entre las significaciones (: sememas) y, por
consecuencia, entre las designaciones casa y cabaña. Vacilaremos justamente
porque los conceptos (sememas) son demasiado precisos (cp. anteriormente,
página 40), io que impide o complica la identificación, la coordinación de la
realidad al concepto. El hablante, forzosamente, tiene que escoger entre dos
designaciones inexactas que, las dos, contienen semas ajenos. Si los semas
son de l¿ misma relevancia distintíva, preferirá, en el caso sr1 + s2 + $2.
la designación 'casa' (S'); en el caso s.'* s,'* s"", la designación cabaña
(Sr); pero la relevancia contiene apreciaciones subjetivas, de modo que los
hablantes no se decidi¡án todos de la misma manera (por eso tiene sentido,
en el dominio juridico, apelar a tribunales de segunda instancia). La lengua
común, muchas veces, se ayuda lexicalizando conceptos correspondientes a
realidades intermediarias, como, por ejemplo, ocaso (S") entre día (5,) y
¡toche (5"), pero 'ocaso' presenta las mismas dificultades de aplicación a rea-
Iidades-límite, y la conceptualización y lexicalización podría continuar, teó-
ricamente hasta el infinito. Conceptos intensionalmente definidos son de-
terminados (no definidos) al mismo tiempo también extensionalmente (: to-
das las realidades a las cuales corresponde la suma de los semas determina-
dos por Ia definición); las dificultades empiezan cuando la realidad no co-
rresponde a un sema (o más) de los semas ¡eunidos en el semema "'.

" Otra razón de la <lalta de precisión>


Ilsemia del lenguaje cornún es el hecho de la pol!
u homoni¡nia (según 1¡ termi¡ología preferida), es decir, la complejidad de mu-
chos significados.
In definíción de los objetos mentales 97

c. La sígnílícación (semema).

La definición, tan debatida, de lo que es una significación resulta aho¡a


muy fácil. La significación es lo que se describe por la definición, o sea,
el semema ligado a una forma (forma en el plano de la expresión, véase
nrás adelante) 33 o, para decirlo de otra m¿ne¡a, el obieto mental ligado a
un significante. En el triángulo de ULLMANN el extremo superior tiene estas
dos funciones:

a) concepto b) concepto
(objeto n]crllall (obieto mental)

iigado

fo¡ma

Puedo considerar el objeto mental como tal [a] (sin pensar en su for-
malización en ana lengua dada),-o puedo considera¡lo, por el contrario, como
contenido de una forma de una lengua dada, es decir, como signilicación
La significación es, por consiguiente, la relación entre un concepto y una
forma (ULLMANN); preferimos clefinirlo como senema (objeto mental) Iiga-
do a un significante.
Estamos plenanente de acuerdo con EuGENIo Cosrnlu, quien dice en
un trabajo muy reciento ya citado 3' (recordamos sólo que Cosrntu define
sígnífícación y designaclón de ot¡a manera que nosotros' véase anteriormen-
te pá9. 53, n. 18):

33
Hablamos aqui sólo de los factores simbólicos Volveremos n1ás ta¡de sobre el
asunto.
3{ EucENro CoSERIU, <<Das Pha[omen der Sprache und das Daseinsverstándnis des

heutigen MenscherD [El fenómeno del le¡guaje y la comprensión de la existencia del


hombre actüall, sep. de ,i¿ Pádagagísclrc P/otit-Z, nfm. 21, 196'7, págs. l1-28 (tra'
dr.rcción por Lurs LóPEZ MoLTNA).
98 Teoría tientánlicu

signilicación no c¡ea ¡eal y p¡imariamente "cosas" exteriores, siDo sólo


<<La
"i¡teriores" : los objelos de Ja experiencia en cLLa¡lo conteoidos de la concien-
cia (ARISTóTELES dice que las palabras son oúpp").o rór Ér t[ 'fu¿¡ ta01¡rárcur).
El motivo de la expcriencia pr¡ede ser exterior; por ejemplo, la percepció[ sen-
so¡ial de un á¡bol; pero la palabra riráol no significa esta pe¡cepción sensorjal,
sino que significa el árbol como algo captado por el hombre, como conlenido
de la conciencia. El lenguaje como tal no conoce tampoco ninguna diferencia
entre "cosas" exteriores e interiores: los objetos de la fantasía son concebidos
por el lenguaje exactamente 1o misn,o que los objelos de la percepción sensorial'
De ahi que la existencia del nombrc no sea tampoco prtLeba alguna de la exis-
tencia cxterior de la "cosa" nomb¡ada. Por otra pa¡te, la significación., en la
nomenclatu¡¡ primaria absoiuta, es, en cierto sentido, "subjetivo": es la objeti-
vación de un contenido de conciencja subjetivo; la total objetividad de la signi-
Iicación no se alcanza sino mediante la inter-subjetividad, es decir, mediante la
historicidad del lenguaje.
La signifjcación conlo tal no se ¡eliere a las cosas en cuanlo e{istentes, sinu
al set de las cos¿r, es deci¡, a lo universal de la cxperiencia individlral, o, dicho
de otro modo, a la expeiencia como su propia e intinita posibilidad. La palabra
"árbol", por ejemplo, significa el ser árbol, o sea, la infinita posibilidad de los
árboles existertes. Así, la palaLua árbol puede desjgnar-tanto los árboles como
los no existentes ya, los no existentes todavía y los no exjstentes y puramente
imaginarios. Por eso, la designació4 media¡te el lenguaje es tanlbién algo secun_
dario y condicionado, ulla posibilidad que no es nenilestado sino mediante la
significación. Esta puede, pues, ser definida como posibilidad o virtualidad de
la designación. O sea, Ia lalabra puede designar también algo individual, pero
sólo mediante una signilicación universal y en prime¡ lugar mediante una indi-
vidualización, mediante una operación de detefl¡inación. Los pronombres denos-
t¡ativos y pe¡sonales son también ü¡iversales en cuanto a su signjficación, y no
solr acomodados a una designación individual sino mediante la siluación al ha-
bla¡: en sí 'reste' y "yo" no signilican objeto individual alguno, sino sólo la
"estidad" y la "yoidad". Y Los nomb¡es propios son en el lenguaje un lcnómeno
secundario en el seniido de que encierran una o?eración individualizadora his_
tórica, aun cuando no ocasional. Significación y designación sonr pues, funcio¡es
lingüísticas completamente distintas: la significación es conceptual: la designa_
ción, po¡ el contrario, objetiva. La identilicación de la desiSDación con el ob-
jeto designado es un elro¡ del que incluso la lógica positivista, que ha represen-
tado esta opinión, se ha libe¡ado en la época más reciente)t (págs. 4_5 de la sep )

Y en otro lugar Cosrntu cont¡núa:

<<La significación es ),óToq eA el seitido etimológico, es decir, elección y a


t¡avés de ello Épreselltación del ser, pero no es alj¡mación ni¡güna sobre el
ser. Por eso el lenguaie como tal, como ya lo ha adve¡tido ARISTóTELES, no es
h delinición de los objelos mentales 99

ri ve¡dade¡o ni falso, ya que no encierra nilgl¡n f¡acciolamietrto ni ¡€colstruc-


cióa, niaguna Draipeorq Di oúr¡üeorc del ser d9 las cosas: el lenguaje esrá simple-

son delimitaciones intuitivas, pero no defioiciones motivadas po¡ las cosas y


desd€ ellar. I¡cluso en el caso de las ¡mlabras deducidas y combi¡¡adas que,
como ya ¡€conoció Wor,rr, corresponden a una "definición", es decir, a una
f¡asc enunciativa, puede sin más ser ac€ptado el lelguaie como cxposición de
l¡ verdad ds las cosas. Asf, ln Eíchh¿;ntchen (ardilla) oo es das Heine Hotn
einet Eiche (el c'¡¡ernecito de uÍ¿ elcin¿) y los WdÍische (balletras) no sotr
Fisc¡es (peces)'eE el sentido cientffico, (pág,7 de la sep.).

ú Véase también II^RáID lVErNRrcH, Línguistík ¿let Lüge [Lingüfstic¡ de Ia mcstü¿],


Heidelberg (Ve¡lag Laúbert Schneidcr), l%6, 80 págr.
" Véase úás eiemplos anteriorme¡¡t€, pág. 56.

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