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Ca p ít u l o I
NOCIONES BÁSICAS
[1 ] NIÑOS
JUGANDO
DESPACIO
[4] En una zona del desierto de Nuevo México se alzaba un enorm e cohe-
te V-2 de color amarillo y negro de 14 metros de altura. Vacío pesa-
ba cinco toneladas. Llevaba como combustible ocho toneladas de al-
cohol y oxígeno líquido. Todo estaba preparado para el lanzamiento.
Los militares y los científicos se habían parapetado detrás de unos
Los ejemplos [1] y [2] son de dom inio público. El ejem plo [3] se extrajo del n ú m ero publicado
el 22 de enero de 1979 de la revísta Time, El ejemplo [4] aparece en McCall y Crabbs (1961); este ejem -
plo h a sido m uy utilizado después en otros trabajos (véase la nota 10 en el capítulo V, Beaugrande,
1980a y c, 19816, y Sim ón y Chester, 1979).. El ejemplo [5] procede de Hoitse at Pooii Comer de Mil-
ne (1928: 44 y ss.)„ El poem a [6] es un soneto del am or oscuro de Federico García Lorca. Estos ejem -
plos serán tratados a lo largo del libro: [1] en 1.4-6 y 19-21; [2] en I I 1; [3] en VII.21-28; [4] en III 26,
IV.7-10, 24, 29, V..29-39; [5] en VI,.29-31; y [6] en VII 29-42
INTRODUCCIÓN A LA LINGÜÍSTICA
2, La «superficie» textual no es, desde luego, un material cu bruto compuesto por sonidos o m ar-
cas im presas. Su existencia presupone que las expresiones lingüísticas que la com ponen han sido pre-
sentadas por alguien en la interacción y el receptor ha logrado identificarlas, La cuestión que plantea
el enfoque procedim ental es cóm o se produce realm ente esa identificación Sobre este tem a puede con-
sultarse Selfridge y Neisser (1960); Sperling (1960), Neisser (1967), Crowder v M orton (1969), Woods
et a i (1976), R um elhart (1977¿í ) v W alker (ed.) (1978).
3Ó INTRODUCCIÓN A LA LINGÜISTICA
[lfí] JUGANDO
DESPACIO
NIÑOS
[ 1] NIÑOS
JUGANDO
DESPACIO
podría in terp retarse de diversas m aneras. Del hecho de que los 'niños'
estén 'jugando despacio’4 podrían derivarse algunas conclusiones nada
favorables sobre la capacidad física o la inteligencia de esos niños. Sin
em bargo, la interpretación m ás natural aconseja segm entar el texto en
dos partes ('niños ju g an d o ’, por un lado, y 'despacio', p o r otro), d ed u -
ciendo a continuación que los conductores h an de a m in o rar la veloci-
dad de sus vehículos p ara evitar poner en peligro la vida de los niños
que ju eg an en las inm ediaciones. Una ciencia del texto no sólo h a de
3. El térm in o «cohesión» fue divulgado por Halliday y m ás tarde p o r su esposa H asan (véase Ha-
Uidav, 1964, H asan, 1968, y Halliday y H asan, 1976). Cotéjese tam bién con el uso de esta noción en
Crymes (1968), Harvveg (1968), Palek (1968), Hobbs (1976) y W ebber (1978). Adviértase que la utili-
zación que se hace en este m anual del térm ino «cohesión» es extrem adam ente am plia, puesto que in-
cluve todos los m edios de señalización de dependencias textuales superficiales (confróntese con Halli-
day, 1964: 303).
4. Los ejemplos lingüísticos se enm arcarán entre com illas simples, Para otros tipos de ejem plos
se usarán las com illas angulares.
NOCIONES BÁSICAS 37
que aparecen en la superficie textual (véase V.4). Para su p lir esta ca-
rencia de indicaciones explícitas los hablantes suelen av en tu rar hipó-
tesis acerca de la existencia latente de tantas relaciones com o sean n e-
cesarias para d ar sentido al texto desde el inicio. Así, p o r ejem plo, en
ausencia de o tras pistas, en la señal de tráfico [1], 'despacio’ tiene m ás
sentido si se entiende com o «cantidad de m ovim iento» que com o un
«atributo» asociado con 'n iñ o s’.
7. El tipo de relaciones que se incluyen bajo la denom inación de
c a u s a l i d a d 6 ejem plifican de un m odo p articularm ente claro en qué
5. Sobre la coherencia, véase Hanveg (1968), K aittunen (1968), Bellert (1970), Van Dijk (I972n,
1977¿i), Kintsch (1974) y Beaugrande (1980n) La «coherencia» se ha confundido o mezclado a m enu-
do con la «cohesión»; no obstante, parece indispensable establecer una distinción entre la conectivi-
dad superficial y la conectividad del contenido subyacente (véase Widdovvson, 1973, Coulthard, 1977,
y Beaugrande, 1980¿t)
6. Pueden encontrarse descripciones sobre la causalidad diferentes pero com patibles con la nues-
tra en Schank (1975) y Wilks (1977¿), En IV.46 se m encionan algunos «marcadores» que señalan la
causalidad.
jb INTRODUCCIÓN A LA LINGÜÍSTICA
[8] María del Campo cocinó un delicioso pastel de chocolate. Horas des-
pués, María del M ar robó el pastel y se lo comió con sus amigas.
10. O tra m anera de observar los acontecim ientos o las situ acio -
nes es desde el punto de vista de su ordenación en el t i e m p o . La cau-
sa, la posibilidad y la razón se caracterizan por su direccionalidad pro-
gresiva, esto es, el p rim er acontecim iento es la causa, hace posible o
proporciona la razón para que suceda el acontecim iento posterior. En
cam bio, el propósito se caracteriza por su direccionalidad regresiva,
es decir, la acción posterior conlleva el propósito que ha movido la
realización de la acción anterior. Las relaciones tem porales pueden lle-
gar a ser m uy com plejas, dependiendo de la m anera en que se o rd e-
nen las acciones, los acontecim ientos o las situaciones im plicadas en
ellas. En el ejem plo siguiente:
[11] Cuando fue a coger un yogur, vio que la nevera estaba vacía
nuestro conocim iento estereotipado del m undo nos indica que la ac-
ción A ‘ir a coger un yogur' sucedió con posterioridad a la acción B
'acercarse a la nevera' (la acción B m arca el lím ite term inal de la ac-
ción B ), pero tam bién nos indica que la acción A sucedió al m ism o
tiem po que la acción C 'ver la nevera vacía’. La relación de p r o x i m i d a d
t e m p o r a l que puede darse entre dos acontecim ientos distintos se c o n -
cretará de m aneras diferentes, según los lím ites establecidos entre las
acciones que com pongan esos acontecim ientos.7
11, La sección V.25 y ss. se reservan para una exposición sobre
otras relaciones de coherencia. No obstante, hem os de señ alar que nos
estam os m oviendo siem pre entre consideraciones que van m ás allá del
texto, entendido éste en un sentido restringido com o aquello que se ha
dicho o se ha escrito de un m odo explícito. De ello se deduce clara-
m ente que la coherencia no es un sim ple rasgo que aparezca en los
textos, sino que se trata m ás b ie n de un producto de los procesos cog-
nitivos puestos en funcionam iento p o r los usuarios de los textos. La
sim ple yuxtaposición de acontecim ientos y de situaciones en un texto
activa operaciones que generan relaciones de coherencia. Puede ad-
vertirse ese efecto en el ejem plo siguiente:
1. En IV„47 se analizan algunos m arcadores que indican proximidad tem poral. Sobre las fronte-
ras entre acontecim ientos, véase 111.24.
40 INTRODUCCIÓN A LA LINGÜÍSTICA
sino, por el contrario, lo que sucede nonnalm ente. Bien es verdad que
hablantes diferentes pueden inferir sentidos ligeram ente d istin to s en
la interpretación de un m ism o texto. No obstante, no cabe la m enor
duda de que el «sentido del texto» es una propiedad bastante estable:
la m ayor parte de los hablantes pueden ponerse de acuerdo sin p ro -
blem as en cuál es el contenido de un texto, puesto que norm alm ente
realizan unas operaciones de interpretació n sim ilares (véase V. 1).
13. Tanto la cohesión com o la coherencia son nociones c e n t r a -
d a s e n e l t e x t o que designan operaciones enfocadas hacia los m a te -
riales textuales. Además de éstas, se necesitan otro tipo de nociones
c e n t r a d a s e n e l u s u a r io que expliquen con m ayor am plitud el fun-
cionam iento de la actividad com unicativa en la que están im plicados
tanto los productores com o los receptores de textos. Un ejem plo de ese
tipo de nociones es la tercera no rm a de textualidad: la i n t e n c i o n a l i -
d a d . La intencionalidad se refiere a la actitud del p r o d u c to r textual:
8. En V.l se distingue entre «significado», entendido com o la capacidad que tienen las expresio-
nes lingüísticas para ser significantes, y «sentido», entendido com o el conocim iento que realm ente
transm iten las expresiones que aparecen en los textos.
NOCIONES BÁSICAS 41
[14«] Llámenos antes de cavar una zanja. Cabe la posibilidad de que haya
un cable soterrado. Si usted rompe ese cable, se quedará sin servi-
cio telefónico, por no m encionar que puede recibir además una
fuerte descarga eléctrica. En cualquiera de estos casos, usted no po-
drá telefonearnos.
NOCIONES BASICAS 43
[15] El m a r es agua
El hecho que se afirm a aquí es tan conocido por todos que no vale
la pena enunciarlo en un libro científico. Nadie duda de que [15] sea
un texto cohesionado y coherente, y que, com o tal, indudablem ente in-
tente ser un texto aceptable. Sin em bargo, se trata en realidad de un
texto con m uy poco interés p ara sus receptores puesto que es m ín i-
m am ente inform ativo. A hora bien, cuando se accede a su continua-
ción, el texto va adquiriendo un a m ayor entidad:
11 Sobre la inform atividad, puede consultarse S hannon (1951), W eltner (1964), Grimes
(1975), Loftus y Loftus (1976), Groeben (1978) y B eaugrande (19786, 1980¿i)„ Véase tam bién el ca-
pítulo VII
12.. Con este enunciado com ienza el libro de Chanslor (1967: 9). Para un análisis m ás profundo
del fragm ento véase Beaugrande (19786),
44 INTRODUCCION A LA LINGÜISTICA
[ 1] NIÑOS
JUGANDO
DESPACIO
podría a c larar cualq u ier posible duda acerca del sentido, el uso y el
grupo de receptores a quien va dirigido el texto. Ahora bien, en una
situación como la circulación de tráfico en la que los receptores tie-
nen lim itada su capacidad y su tiempo de atención, no parece que sea
lo m ás apropiado señalizar todas y cada una de las circunstancias que
puedan concurrir en una situación determ inada. E sta consideración
fuerza al p ro d u cto r textual a em plear un m áxim o de econom ía en su
actividad com unicativa. La situacionalidad constriñe con tan ta fuerza
el intercam bio com unicativo que la versión m inim izada [1] es m ucho
m ás a p r o p ia d a que [1¿], aunque ésta sea m ás clara y proporcione una
m ayor cantidad de inform ación (véase 1.23).
21. La séptim a norm a de textualidad es la i n t e r t e x t u a l i d a d . La
intertextualidad se refiere a los factores que hacen d epender la utili-
zación adecuada de un texto del conocim iento que se tenga de otros
textos a n terio res.14 Un conductor que ha visto la señal de tráfico [1]
probablem ente se en co n trará m ás adelante con otra señal del tipo:
!5„ Más adelante se apela a este concepto en 11.6, III 9, IV 1 1 ,2S, 37, VII.2S, VIII-11, I X J 1 y X d 6 .
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