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La 

fenología es la ciencia que estudia la relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos.
Por ejemplo, en España, se realiza el seguimiento del primer avistamiento anual de algunas aves migratorias
como la golondrina común (Hirundo rustica).
Otra definición de fenología es como la ciencia que comprende el estudio y la observación de los estadios de
desarrollo reproductor y vegetativo de plantas y animales en relación con los parámetros ambientales.

Fenología en planta
La fitofenología es la parte de la fenología que estudia cómo afectan las variables meteorológicas a las
manifestaciones temporales periódicas o estacionales de las plantas como la floración (desde la formación
de botones, desarrollo, antesis y fecundación), aparición de frutos y su maduración, caída de hojas
y dormancia.

Desarrollo fenológico de la floración del olivo. Según la escala fenológica estandarizada de la BBCH, las
figuras se corresponden con las siguientes fenofases: a-50, yema en reposo; b-51, salida de la dormancia; c-
54, formación del botón floral; d-57, diferenciación de la corola; e-61, inicio de la floración (<15% de flores
abiertas); f-65, plena floración (>15% de flores abiertas); g-67, fin de la floración (<15% de flores abiertas); h-
68, crecimiento ovárico y caída de pétalos.

El estudio de la fenología en cualquier planta tiene especial interés por su relación con el clima en general, y
el microclima en particular, en el que se desarrolla la planta, actuando en este caso como un indicador
biológico del mismo. También desde el punto de vista agronómico sirve de guía en las diversas actuaciones
que se realizan sobre una planta cultivada, como pueden ser los tratamientos fitosanitarios, las podas, etc.
Esta variable es muy útil para conocer la adaptación de una planta a condiciones distintas de las originales.
La fenología secuencial subdivide el desarrollo de un taxón biológico en secciones identificables a lo largo del
tiempo, y estas subdivisiones son conocidas con el nombre de fenofases, cuya sucesión en el tiempo se
utiliza para monitorizar diversos aspectos del desarrollo estacional en la vegetación. A través de las
observaciones fenológicas efectuadas directamente sobre el individuo, se hace posible la cuantificación de la
evolución de la fenología de una especie en forma de tendencia fenológica. Ha de tenerse en cuenta a
efectos comparativos que las diferentes variedades de plantas pueden tener ciclos completos en períodos
de tiempo también diferentes.
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Fenología del cultivo maíz en un periodo desde 3- 4 meses.
Su Producción depende del Clima y manejo agroecológico.
Se siembra en época de lluvia para cosecha en salida de las lluvias.

Venezuela tiene dos periodos climáticos, Lluvia y Secano o seco. Se presenta 2 picos de lluvia, el
alto es en los meses junio- julio y el pico bajo en noviembre - diciembre.
Los cultivos tienen sus zonas agroecológicas de acuerdo a los pisos agrícolas sobre el nivel del
mar, para su producción exitosa, con sus requerimientos climáticos.

Los pisos térmicos, son un sistema de medida que nos permite definir la temperatura de una zona, de
acuerdo a la altura sobre el nivel del mar en que se encuentre. Este sistema, sólo se puede aplicar en el
trópico americano, debido a sus características geográficas y atmosféricas. Dentro de los pisos térmicos se
han definido cinco niveles denominados cálido, templado, frió, páramo y glacial.
La fenología es la ciencia que estudia los fenómenos biológicos que se presentan periódicamente
acoplados a ritmos estacionales y que tienen relación con el clima y con el curso anual del tiempo
atmosférico en un determinado lugar. 

Esta disciplina forma parte de la agrometeorología y se puede considerar una ciencia ecológica al
ocuparse de relaciones o respuestas de organismos vivos frente a cambios en su ambiente físico.
En la vegetación hay que destacar los siguientes cambios morfofisiológicos, que van acompañados
de modificaciones en la distribución de la producción de masa entre los distintos órganos de la
planta: germinación de semillas, brotación de yemas, floración, caída de las hojas, maduración de
los frutos o ahijado y espigado de cereales.
 
Respecto a la fauna de vertebrados, los cambios morfofisiológicos tales como: desarrollo de las
gónadas y periodo de celo, cambios de pelaje o plumaje, acumulación de grasa, caída de cuernas,
etc., suelen ir acompañados de cambios de comportamiento como: la llegada y emigración, sobre
todo de algunas aves, sus cantos y paradas nupciales, los combates rituales de algunos machos de
mamíferos en la época de apareamiento y los letargos de algunas especies de mamíferos, así como
de anfibios y reptiles. 

Respecto a los insectos es interesante el comienzo de su actividad como forma adulta, después de


haber pasado el invierno como huevo resistente y sufrir algún tipo de metamorfosis.
El dato fenológico que se usa para comparar climáticamente distintas zonas es: la fecha de
ocurrencia de una fase observada en una especie y en un territorio.  Se suele referir el dato a una
localidad, a veces a una zona de 10 kilómetros de radio, y mejor aún, a una zona representativa
fisiográfica y fitoclimáticamente.
Estos datos tienen interés para describir el año agrícola, para estudiar microclimas y para realizar
estudios de cambio climático, así como para evaluar los impactos del mismo en los seres vivos y
los ecosistemas. Se considera que una fase está en inicio cuando se observa al 10-20% de su
máximo estimado; es plena cuando se ha producido en un 50% y es final cuando se ha producido en
un 80-90%.
En el mundo rural se reconoce el paso de las estaciones por la aparición de sucesivas fases
fenológicas. Las floraciones, la aparición de insectos y la llegada de las aves migratorias estivales
tienen relación con el carácter del invierno y la evolución del tiempo atmosférico en la primavera.

Las fases fenológicas de la primavera son la respuesta morfofisiológica de los animales y las plantas
a un factor fundamental que es el alargamiento del periodo de luz diurna (fotoperiodo), modulado a
su vez por factores meteorológicos como la temperatura, el viento, la insolación, la humedad
relativa etc. o por factores climático-edáficos como la humedad del suelo. Así, la sucesiva aparición
de las fases fenológicas muestra de forma integrada el paso del tiempo cronológico y la influencia
del tiempo atmosférico.

Requerimientos edafoclimáticos del tomate

El jitomate constituye en nuestro país una de las hortalizas más importantes debido a la cantidad de
empleos directos e indirectos que genera su cultivo y al número de divisas que ingresan al país por concepto
de su comercialización. Debido a la superficie destinada a su cultivo y al valor de la producción, el
jitomate (Solanum lycopersicon L.) es uno de los cultivos más importantes de México pues ocupa el décimo
lugar a nivel mundial en superficie sembrada, esta especie hortícola es la más cultivada tanto a cielo abierto
como en Invernadero.

La productividad del cultivo está determinada por complejas interacciones entre el clima y los procesos
fisiológicos que estos conllevan. El éxito productivo no solo depende de la intensidad de los estímulos
climáticos sino también de la secuencia temporal de estos durante su ciclo de vida. La temperatura, la
radiación solar y el agua en el suelo son los tres principales factores que regulan los procesos fisiológicos y
metabólicos en las plantas. La ocurrencia de bajas y altas temperaturas, la variación entre la humedad
relativa y evaporación, son la principal limitante para el cultivo, ya que influyen en un momento
determinado durante su crecimiento y desarrollo.

El clima ideal para la producción es el que presenta radiación, temperatura y precipitaciones adecuadas
para el desarrollo vegetativo del cultivo y fotoperíodos favorables para la inducción floral. Un rendimiento
significativo se puede lograr cuando la siembra o plantación se realice en época oportuna y se utilicen
adecuadas densidades y espaciamientos. Respecto a la época, su manejo depende, tanto de factores
climáticos como fisiológicos de la planta; se conoce que determinados rangos de temperatura, luz y
precipitaciones intervienen directamente en la germinación, crecimiento y desarrollo de las plantas,
además estos factores no se comportan por igual durante e l ciclo de vida del cultivo.

Es por eso la importancia de los factores edafoclimáticos de cada cultivo, estos te permiten saber cuáles son
las necesidades de cada uno, tomarlas en cuenta para seleccionar lugar y época de siembra, variedad a
utilizar, si se necesita instalar un sistema de riego, entre otras cosas. El manejo racional de los factores
edafoclimáticos de forma conjunta es fundamental para el funcionamiento adecuado del cultivo, ya que
todos se encuentran estrechamente relacionados y la actuación de uno de estos incide sobre el resto.

La producción de jitomate constituye una valiosa alternativa al productor, por lo que a continuación se
presentan los requerimientos agroclimáticos del cultivo.
Temperatura

La temperatura óptima de desarrollo oscila entre 20 y 30ºC durante el día y entre 1 y 17ºC durante la noche;
temperaturas superiores a los 35ºC producen aborto de flores y afecta la fructificación. Temperaturas
inferiores a 12-15ºC también originan problemas en el desarrollo de la planta. La maduración del fruto está
muy influida por la temperatura en lo referente tanto a la precocidad como a la coloración, de forma que
valores cercanos a los 10ºC, así como superiores a los 30ºC originan tonalidades amarillentas.

No obstante, los valores de temperatura descritos son meramente indicativos, debiendo tener en cuenta las
interacciones de la temperatura con el resto de los parámetros climáticos.

Humedad

La humedad relativa óptima oscila entre un 60% y un 80%. Humedades relativas muy elevadas favorecen el
desarrollo de enfermedades aéreas y el agrietamiento del fruto, también se dificulta la fecundación, debido
a que el polen se compacta, abortando parte de las flores. El rajado del fruto igualmente puede tener su
origen en un exceso de humedad edáfica o riego abundante tras un período de estrés hídrico. También una
humedad relativa baja dificulta la fijación del polen al estigma de la flor. La humedad dentro de un
invernadero por lo general es mayor (hasta un 20%), por ello es importante abrir ventanas durante el día.

Luminosidad

Valores reducidos de luminosidad pueden incidir de forma negativa sobre los procesos de la floración y
fecundación, así como el desarrollo vegetativo de la planta. En los momentos críticos durante el período
vegetativo resulta crucial la interrelación existente entre la temperatura, diurna y nocturna, y la
luminosidad. A mayor intensidad lumínica mayor crecimiento.

Suelo

La planta de jitomate no es muy exigente en cuanto a suelos, se recomienda suelos sueltos de textura
franco-arcillosa, ricos en materia orgánica y con buen drenaje. El pH del suelo deberá ser entre 5.8 y 6.8 ya
que esto garantiza la máxima disponibilidad de nutrientes. Exceso de humedad del suelo puede provocar
follaje amarillo, aborto de flores y frutos abatiendo el rendimiento, sin olvidar que hay mayor susceptibilidad
de enfermedades del suelo.

El cultivo de tomate requiere de cuidadosas especificaciones que si se siguen correctamente se podrá


obtener un producto de buena calidad. Una mala administración en el proceso productivo puede afectar el
potencial del cultivo, a través de asesorías técnicas se puede lograr una mejora en el rendimiento de la
producción de jitomate.

Por I.A. Margarito Morales

Fuentes consultadas

1. Agroware (2016). 4 requerimientos Básicos para el Cultivo de Tomate en Invernadero. ERP Agrícola.
México.

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