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Cómo citar este artículo/Citation: Margenat Peralta, J. M. (2016). Copyright: © 2016 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto
El sistema educativo de los primeros jesuitas. Arbor, 192 (782): distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons
a356. doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2016.782n6001 Attribution (CC BY) España 3.0.
RESUMEN: Entre los primeros documentos de las universida- ABSTRACT: Among the first documents from the Jesuit
des jesuitas de mediados del siglo XVI (entre 1551 y 1586) -y la universities from the middle of the 16th century (between 1551
versión más consolidada y difundida de la Ratio de Acquaviva and 1586) - and the most consolidated and disseminated version
de 1599- se observan importantes diferencias, señaladas ya en in the Ratio of Acquaviva from 1599 - there are important
su día por Gabriel Codina y por Miquel Batllori. Es así que este differences, already identified in their day by Gabriel Codina
artículo, a partir del estado de la cuestión y de investigaciones and by Miquel Batllori. This article, based on previous research
anteriores del autor, pretende poner de relieve el núcleo ori- by the author and also the state of play, aims to highlight the
ginal de la “invención” renacentista de los primeros colegios original nucleus of the Renaissance “invention” of the first Jesuit
y universidades jesuitas. La metodología propuesta por Luce schools and universities. The methodology proposed by Luce
Giard que considera la complejidad reticular de un colegio y Giard considers the lattice-like complexity of a Jesuit school
universidad jesuita como lugares de producción y de difusión el and University as places of production and dissemination of
saber, y no solo ni principalmente como centros de transmisión knowledge and not only, or mainly, as centers of (educational)
(educativa), permite una aproximación ante los logros cultura- transmission. It offers an approximation to the cultural
les de una modernidad iniciada en el siglo XVI, inspirada en un achievements of a modernity began in the 16th century, inspired
permanente diálogo entre los saberes y las creencias. El artículo by a permanent and previous dialogue (here the adjectives are
tiende a presentar este modelo como uno de los logros desta- essential) between knowledge and beliefs. The article presents
cables de la primera modernidad europea configurada por los this model as one of the most important achievements of the
centros educativos jesuitas. first European modernity established by the Jesuit schools.
PALABRAS CLAVE: Acomodación discernida; colegios; fronteras; KEYWORDS: Discerned accommodation; schools; borders;
Jeroni Nadal; matriz ignaciana; ratio studiorum; universidades. Jeroni Nadal; Ignatian matrix; ratio studiorum; universities.
INTRODUCCIÓN: ORIGINALIDAD DE LOS COLEGIOS va perfilando a mediados del siglo XVI. En un momen-
JESUITAS EN UN TIEMPO DE CRISIS CULTURALES to de expansión colonial y de explotación mercanti-
La gran creación de los primeros jesuitas fueron los lista de los recursos, de una primera mundialización
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colegios y universidades, ya que no siempre es posible o configuración del sistema-mundo (Immanuel Wa-
diferenciar entre unos y otras. Sabemos ya que la ori- llerstein), la Compañía representa el polo de “adapta-
El sistema educativo de los primeros jesuitas
ginalidad de estas instituciones no descansó ni en que ción discernida” frente a una ordenación del territorio
los jesuitas fuesen los primeros en el tiempo, ni en sus como fuente de recursos apropiables y como espacio
prácticas pedagógicas, sino en la trabazón interna de que hay que ordenar socialmente desde la disciplina.
experiencias anteriores que dieron lugar a una pode- Esta forma de ordenación del espacio, estatal en la
rosa síntesis, todavía hoy admirada y vigorosa. configuración geopolítica del mundo económico y de
la acción política, tuvo su correlato en la ordenación
El historiador catalán Batllori, continuando en la eclesiástica (O’Malley, 1996).
senda abierta por el profesor vasco de la Universidad
Gregoriana, Pedro de Leturia, se preguntaba en los En primer lugar, observamos en la primera Compa-
años 80 si Ignacio era un hombre medieval o rena- ñía una aproximación integral a la realidad, no escindi-
centista (Batllori, 1997). Los colegios son una buena da ni reducida. La matriz ignaciana espiritual, los Ejer-
muestra del alcance de esta cuestión, pues, aun tra- cicios, hacen posible, suponen y aún exigen, un modo
tándose de una institución medieval en su origen, de proceder generador de relaciones de integración
durante el Renacimiento sufrieron una gran transfor- social (Senent de Frutos, 2014), pues se trata de una
mación. De la misma forma que san Ignacio estaba espiritualidad radical, que va a la raíz (la relación de
informado por ambas condiciones, la medieval y la re- Dios con su criatura) y que por tanto puede ser ma-
nacentista, también los colegios jesuitas reflejan esta triz de un disenso en la fidelidad, o de una fidelidad
convivencia, no exenta de tensiones, bien representa- creativa que sólo crece por medio de una ortodoxia
das por las diferencias entre los colegios parisinos en heterodoxa (Mongini, 2012).
que vivió y estudió Ignacio y alguno de los primeros En segundo lugar, la propuesta de dos tipos ideales,
compañeros: Saint-Jacques, Montaigu y Sainte-Barbe. a la manera weberiana, de dos modelos que nos sir-
Los jesuitas no inventaron de la nada un modelo, sino ven para comprender la reforma católica: el modelo
que sintetizaron lo mejor de tradiciones precedentes: ignaciano y el modelo tridentino. El segundo se confi-
lo nuevo fue la síntesis y la espiritualidad, ésta sí “mo- guró a partir de la parroquia como lugar que organiza
derna” y que animaba la obra. un territorio; incluso las tierras que no están divididas
La primera mitad del siglo XVI fue un tiempo de cam- en diócesis y en parroquias son tierras que van a de-
bios profundos, de crisis culturales duraderas. Al “oto- pender de una congregación que tenía sus vicariatos
ño de la edad media” siguió la primavera de los studia apostólicos para “ordenar” los territorios “extraterri-
humanitatis. En la época en que Ignacio comenzó sus toriales”, si podemos hablar así. Si la tradición triden-
estudios universitarios en Barcelona y los continuó tina obró de afuera hacia dentro, la ignaciana lo hizo
en París y Venecia, se produce un “cambio epocal” en de dentro afuera. La primera, la tridentina, regulaba
las coordenadas geográficas, pues a la nueva configu- legalmente el ministerio eclesial y la vida de los fie-
ración del mundo mediterráneo, que pasó de ser un les con el objetivo de la disciplina externa; la segunda
espacio abierto a espacio compartimentado, se su- tradición se basaba en la experiencia religiosa misma
perpuso la primera gran mundialización de relaciones y consideraba su profundización y su autenticidad
viajeras, mercantiles y técnico-científicas que se había como “la piedra de toque” de todo lo demás. Pedro y
iniciado a finales del siglo XV con la expansión maríti- Pablo, como es tantas veces señalado. Los colegios y
ma primero de Portugal y, más tarde, de Castilla. Cie- universidades jesuitas siguieron este segundo modelo
rre del espacio mediterráneo y primacía del espacio de acomodación discernida en un sistema permanen-
euro-atlántico son el marco en que emerge una nueva te de fronteras móviles (hacia fuera y, lo que es mucho
relación entre el saber, la cultura y la ciencia. más importante, hacia dentro y hacia abajo). Disenso
y movilidad discernida son, pues, las claves de esta
Dos grandes tensiones se configuraron en este cam-
acomodación ignaciana.
bio epocal: entre las diferentes creaciones de matri-
ces culturales, la espiritualidad de la naciente Com- En la transición entre el mundo romano y la ruptura
pañía de Jesús y la misión que de ella brota es una de la “ekuméme” mediterránea para dar nacimiento
muestra (Senent de Frutos, 2014), por una parte, de la a la Europa carolingia se configuraron en el centro
ordenación en relación con el territorio de las que se de Europa tres formas “romanes” (románicas) con
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las que los europeos aprendimos a convivir y a com- nuevo, (“novum”), como algo distinto, no algo a so-
portarnos unos con otros: parroquia, casa y cofradía. meter, sino a reconocer en su diferencia, entendiendo
Estas formas fueron naciendo a partir del siglo V y se su lógica y sus pretensiones (Ejercicios espirituales, nº
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formaron hasta la ruptura de la unidad carolingia en el 22): es la forma frontera (“limes”) en la que funcio-
siglo IX, con el desplazamiento hacia el centro y orien- na una verdadera fraternidad con los otros en cuanto
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LA NOVEDAD DEL SISTEMA EDUCATIVO JESUITA de París y Coímbra, todavía excluyendo que la propia
Compañía dirigiese establecimientos escolares como
¿Qué hizo san Ignacio con todo este proceso de
tales, y la creación, a petición del Senado de la ciudad
a356 cambios? Él, que no fue un brillante intelectual ni
de Mesina, del “primum ac prototypum collegium”
pretendió ser un humanista, aunque sus diez años de
en 1548, se produjo un cambio esencial en la propia
serios estudios en Barcelona y París le dieron una sóli-
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Ignacio de Loyola fue un hombre del que ha podido había incorporado más tarde al grupo. Los primeros
decirse que era, al mismo tiempo, medieval y rena- jesuitas no podían prever el impacto que la aventura
centista (Batllori, 1997). En su vida pasó de las me- universitaria había de tener sobre la naciente Compa-
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diaciones cortas (peregrinar a Jerusalén y vivir a la ñía, sobre las personas y sobre la estructura de la mis-
apostólica) a las mediaciones largas (estudiar para ma. Ésta había de vivir la misma evolución que la per-
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mente planeada, conllevó la transformación de una vida cristiana unos 200 000 alumnos. Unos dos siglos
orden religiosa, creada para la frontera, en una red y medio más tarde el número de centros de educación
de instituciones muy estables, concebidas como “me- se había doblado y el de alumnos se había multipli-
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diaciones largas” y estructuras de universalidad que cado por ocho, para llegar a los actuales 1 660 000.
integraban las “fronteras” como lugar/no lugar en que La Compañía seguía siendo una orden esencialmente
El sistema educativo de los primeros jesuitas
desarrollar un nuevo modo de proceder de acomoda- docente. A este contingente de alumnos de primaria
ción discernida desde una matriz cultural nueva, en y secundaria, habría de sumarse al medio millón largo
movimiento. Aunque la historia, vista desde la actua- de estudiantes de educación superior, ya anotado.
lidad o de espaldas, nos lleva a veces a la afirmación Aunque el inicial grupo de París estaba constituido
de que la Compañía ha sido uno de los más poten- por hombres mayores, bien formados, pronto se unie-
tes agentes culturales creadores de la educación se- ron muchos jóvenes, que habían de prepararse en hu-
cundaria y superior en la Europa moderna, la misma manidades, filosofía, teología. Para ellos se abrieron
historia vista de cara, se nos presenta de otra forma. colegios cercanos a universidades, como ya tenían
Una decisión accidental de la primera generación fue otras órdenes, y se hizo una excepción en la severa
la que creó la verdadera estructura de la Compañía regla de pobreza, permitiendo que las fundaciones de
de Jesús tal como la conocemos. Es bien sabido que los colegios tuviesen rentas estables (Sauvé, Codina y
la primera concepción de Ignacio fue la de reunir y Escalera, 2001). En pocos años se suceden los estable-
formar un grupo de hombres dedicados enteramente cimientos: París (1540), al que siguieron el fundado
a discurrir por el mundo (que para ellos se configu- por Juan III de Portugal en Coímbra (1542), los de Pa-
ra como espacio sagrado sin fronteras, como un ager dua, Lovaina (1542), Colonia, Valencia (1544) y, unos
dominicus que ha de ser roturado: un ager que ha de años más tarde, Córdoba (1553) y Sevilla (1554).
convertirse en rus), para predicar a la apostólica y en
pobreza, viviendo de las limosnas y no de rentas esta- En pocos años los colegios cambiaron mucho. En 1542
bles. No entraba en los planes de Ignacio la residencia Javier escribe que en Goa los jesuitas han sido encarga-
estable en un lugar, a no ser por razones estratégicas dos de un colegio-seminario, en el que hay seglares y,
o coyunturales. Sin embargo Laínez escribió en 1560: desde 1545, hay jesuitas enseñando; también ese año,
en los estados patrimoniales del duque de Gandía, se
la Compañía considera dos formas de ayudar a abre un colegio sólo para jóvenes que, muy probable-
nuestro prójimo: uno en los colegios, por medio de la mente, no habían de ser jesuitas, entre otras razones,
educación de la juventud en las letras, la enseñanza y porque, como la mayoría de la población de Gandía en
la vida cristiana; otro, doquiera, asistiendo a todo tipo ese momento, los jóvenes eran moriscos musulmanes;
de personas (Monumenta historica Societatis Iesu, un año más tarde comienzan los alumnos externos, por
MHSI en adelante). lo que dice Nadal que el colegio de Gandía fue “el pri-
La primera Fórmula de la naciente Compañía de Je- mero en el que los nuestros dieron clases abiertas al
sús (1540) consideraba toda la tierra como lugar pro- público”; en Coímbra, en 1547, y en Padua, dos años
pio de su misión, discurriendo de una parte a otra del más tarde, los jesuitas comienzan a dar clases a jóve-
mundo que, según solía decir Jeroni Nadal, es “nues- nes estudiantes jesuitas. Las dotaciones económicas
tra casa”. A esto añadía el jesuita mallorquín que las para los colegios se muestran pronto insuficientes. La
mejores casas de los jesuitas eran la “peregrinacio- “revolución de los precios” (Hamilton) afectó también
nes” y las “misiones” (O’Malley, 1995, pp. 92-93, y las a las rentas patrimoniales estables de las fundaciones
referencias a MHSI). Un tiempo después, el documen- que, en poco tiempo, se revelaban patentemente esca-
to estatutario fundamental, las Constituciones, abrió sas, debido a la inflación de los precios, causada por la
tímidamente la posibilidad de que algunos residieran abundancia del oro y la plata americanos, mientras las
establemente en algunos sitios y, en pocos años, nos rentas fijas se devaluaban rápidamente.
encontramos con una Compañía que dedicaba in- El senado de Mesina pidió a la Compañía que fun-
gentes energías humanas y materiales a los colegios dase un colegio abierto, para lo que, en 1548, Ignacio
abiertos en Asia, Europa y América. La evolución si- envió un grupo de diez jesuitas, con los que nació el
guió lenta, pero inexorablemente: pocos años antes primer colegio jesuita para externos. En él, conocido
de la supresión pontificia de 1773, algo más de dos como primum ac prototypum de los colegios jesuitas,
tercios de los 23 000 jesuitas de todo el mundo eran tiene sus orígenes la Ratio studiorum institutionisque
educadores. En los 800 colegios de esta poderosa red (el modo y orden de enseñanza y formación). El Cole-
mundial recibían educación en letras, enseñanza y gio Romano, abierto en 1551, no es el primero crono-
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lógicamente, pero pronto se convirtió en el prototy- La Compañía de Jesús concibió las Universida-
pum para toda la orden, tanto por su curriculum (su des desde su imagen moderna de la realidad. Ante
ratio studiorum) y los métodos allí establecidos, como un mundo en cambio, era y es necesario mantener
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por la filosofía educativa que lo inspiró. una actitud de itinerancia, cambio adaptado, dis-
cernimiento continuo y vida a la apostólica. John W.
En 1556, a la muerte de Ignacio, se ha impuesto la
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L. Luckács, el editor de Monumenta paedagogica, En los tres documentos Nadal subrayó la formación
en adelante Mon. Paed., en 1965, subrayaba por esta humanística a partir de un más que notable conoci-
razón que Ignacio las consideraba modélicas, mien- miento de la lengua latina que se ordena en ciclos y
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tras se aprobaban unas comunes a todos los colegios niveles: “omnes loquantur latine utcunque, et sit qui
(“el P. Nadal […] ha ordenado algunas constituciones notet non loquentes latine (todos hablen en latín
El sistema educativo de los primeros jesuitas
buenas”, escribía Polanco por encargo de Ignacio a sea como sea, y haya alguien que anote quiénes no
Araoz, 9-VII-1549, cfr. MHSI, Epistulae Mixtae, en hablan en latín)” (MHSI 92, p. 22). La formación reli-
adelante Epp. Mixt., II, p. 472). El padre Araoz escri- giosa es propuesta como primera base del resto de la
bía al fundador que “cada noche nos congregamos formación que ha de recibirse: “ut in studiis primum
[los padres Oviedo,…, Miró, rector del colegio de Va- locum pietas obtineat, (…) si primo ratio pietatis chris-
lencia, y Rojas, superior de la comunidad de Zarago- tianae et morum honestorum constituatur (para que
za, y el propio Araoz prepósito provincial de España] la piedad sea lo primero en los estudios, [de forma
para tratar de las cosas que tocan la universidad y acomodada a los estudiantes, principalmente enton-
al regimiento del colegio” (carta de Araoz a Oviedo, ces los estudios de los preceptores, y después los de
7-III-1549, cfr. MHSI Epp. Mixt., II, p. 113). Añade Lu- los estudiantes han de ser ordenados], en primer lu-
cáks: “No hay duda de que las constituciones escritas gar se establece el orden de la piedad cristiana y de
por Nadal [para el colegio] de Mesina, en Roma eran las costumbres honestas)” (MHSI 92, p. 136). Desde
consideradas mejores que las de Gandía y más úti- el principio, pues, Nadal subrayaba la integralidad de
les para el uso común de la Compañía”, y cuando las una formación humanística y al mismo tiempo (simul)
envía a Palermo para la fundación de un colegio allí, religiosa, de la piedad y las letras.
dice “en este orden que nos escribe Maestro Nadal”
(cfr. MHSI, Lainii Monumenta, I, p. 141). Era alto el EL MODELO DE COLEGIO Y UNIVERSIDAD JESUITA
concepto que san Ignacio tenía de Jeroni Nadal, so-
bre el que escribía a Jeroni Doménech el 18 de marzo En la Ratio studiorum que Diego de Ledesma escri-
de 1548: “Primeramente el M[aestro] Nadal, que va bió para el colegio de Roma se lee:
por lector de teología scholastica, es docto en ella, y “Scholae literariae hominum generi, in republica
en la Scrittura, y en la positiva [theología]: tiene cog- vero Christiana et Christi Ecclesia, maxime sunt neces-
nitión de decretos y concilios, etc. El mesmo es doc- sariae, tum [1]ad multas vitae huius commoditates,
to en mathemáticas, que las ha leydo en Paris (…) y tum [2]ad rectam rerum publicarum gubernationem
seydo diligente en ellas. Es asímesmo docto en artes, et leges, tum [3]ad naturae ipsius rationalis ornatum
y en letras de humanidad, latinas, griegas y hebreas, et splendorem ac perfectionem, tum [4] demum, quod
como allá verá por esperientia” (MHSI, Monumenta maius est, ad Dei fidem et religionem docendam, de-
Ignatiana Epistolae, desde ahora MI, Epp., II, pp. 25- fendendam et propagandam; et ut homines ad suum
26, citado en MHSI 92, Mon. Paed., I, p. 17). tandem finem ultimum commodius et facilius perdu-
Nadal en cinco años escribió tres documentos cantur; de quibus primo dicendum, quae et quaes sint,
esenciales para conocer el primer desarrollo de la en in quo differant” (MHSI 107, pp. 528ss), titulada
educación jesuita: Constitutiones Collegii Messa- Ratio studiorum Collegii Romani (Liber primus: De lin-
nensis, también conocida como Ratio studiorum guarum studio, ratione et ordine)1.
Collegii Messanae (1548), De studiis generalis A partir de este texto se ha formulado el conocido
dispositione et ordine (1552), habiendo dejado
como Paradigma Ledesma-Kolvenbach, que yo me
ser rector de la universidad de Mesina ese año y
inclinaría por llamar Paradigma Ledesma-Kolvenbach-
estando ya en Roma para apoyar el comienzo del
Agúndez pues ha sido Melecio Agúndez, jesuita, en-
colegio de esa ciudad fundado el año anterior, y
tonces coordinador de formación universitaria en
Regulae de scholis collegiorum (1553), cuando ha-
Unijes (universidades y centros superiores de los je-
bía de viajar a España y Portugal para presentar
suitas en España) y editor de los discursos universita-
y declarar las Constituciones de la Compañía. En
rios del superior general de los jesuitas (Kolvenbach,
ese viaje visitó todos los colegios portugueses y
2008), quien en 2008 logró esta síntesis.
españoles, a los que adaptó las Reglas que lleva-
ba ya traducidas al castellano (“regulas romanas En la pedagogía ignaciana convergen tradiciones di-
illis colegiis accomodavit”, se lee en un texto del ferentes a las que antes me he referido, como quedó
propio Nadal y en el capítulo 3 del año 1553 del bien establecido por la tesis doctoral del historiador
Chronicon de Juan de Polanco). jesuita catalán Gabriel Codina i Mir: escolástica en
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plena ebullición renacentista, humanismo literario, c) Integralidad. Es conveniente poner en relación
prácticas e intuiciones de clérigos reformadores así muy directa el nuevo enfoque de la espiritualidad
como de colegios luteranos o calvinistas, humanismo engendrado por la devotio, al que ya nos hemos
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italiano y humanismo flamenco a través de los her- referido, y el humanismo integral que da solidez a
manos de la vida común y de la devotio moderna que, la concepción del colegio jesuita. En este punto el
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e) Unidad. La articulación de los saberes y los con- integral en la base de esta concepción educativa, que
tenidos de la enseñanza de las letras humanas es la que se recoge en la ratio, como hemos indicado
recibió con el colegio jesuita un nuevo estatuto en páginas anteriores. El centro educativo ignaciano
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más preciso: los autores clásicos debían estar en –colegio o universidad– es, como hemos sugerido un
la base del aprendizaje de la lengua, la escritu- lugar de educación: enseñanza / aprendizaje, un lugar
El sistema educativo de los primeros jesuitas
ra y la reflexión, según las ideas pedagógicas de de producción del saber y del creer, un lugar de circu-
Erasmo de Rotterdam y del judío valenciano Luis lación del saber y del creer y, finalmente, un lugar de
Vives. Como es bien sabido, y hemos considerado animación del saber y del creer.
en el capítulo precedente al tratar de los diferen-
El éxito sorprendente de los colegios jesuitas en el
tes documentos fundacionales incluida la Ratio
siglo XVI consistió en parte en la capacidad de crear
de 1599, el estudio de los clásicos fue constante
una gran red de colegios en gran parte de Europa
desde el comienzo en los colegios de la Compa-
que en su conjunto entró en el debate contempo-
ñía, aunque con modulaciones diferentes, como
ráneo sobre el saber. Los colegios fueron el lugar de
podemos comparar al analizar las dos Ratio, la de
engendramiento de un saber nuevo, y no sólo un lu-
1586, la aún renacentista, y la más barroca y defi-
gar de transmisión de éste. Una historia intelectual
nitiva de 1599, la de Acquaviva.
de los jesuitas durante el Renacimiento debe dar
f) Gratuidad. Ante las nuevas necesidades de nobles cuenta de cómo y porqué contribuyeron a engendrar
y burgueses de los medios urbanos, las deman- la modernidad, afirma la historiadora francesa Giard.
das de fundar un sistema educativo que atienda Estos colegios, como afirmaba George G. Ganss ya en
la necesidad de formación de las nuevas élites, los 1956, tomaron una distancia crítica en relación a la
primeros jesuitas propusieron un sistema exigen- vieja universidad medieval, y por ello fueron mucho
te, caracterizado por la excelencia. Sin embargo la más capaces de innovar, también en su distribución
enseñanza durante los dos largos siglos de la pri- geográfica, que atendía los nuevos centros urbanos
mera Compañía fue una enseñanza gratuita, con- y ponía en vigor nuevas configuraciones del saber.
cebida como instrumento de promoción social, No les faltaron apoyos: las peticiones de las ciudades
pero no elitista. Un colegio jesuita respondía a las para abrir un colegio, las dotaciones de fundacio-
aspiraciones de las nuevas capas sociales dinámi- nes, las demandas de los obispos para la formación
cas, a las que ofrecía un saber al servicio de una de clérigos y fieles, los príncipes que escogían a al-
sociedad en transformación continua. Un colegio gún jesuita entre sus consejeros o como confesor o
jesuita era un lugar de exigencia, de excelencia. preceptor de sus hijos, reyes que les encargaban la
misión de evangelizar o de encuadrar a los nuevos
Estas notas características de la educación jesuita
súbditos de ultramar, etc. Las críticas a los jesuitas,
llevaron a un modelo de colegio y de universidad que
bien conocidas, existieron junto a los reconocimien-
podríamos reconocer o presentar en torno a estos
tos, incluso del lado reformado, pues está bien esta-
tres verbos: enseñar, saber, creer. Éste es el trilema
blecido el conjunto de reconocimientos y alabanzas
que emplaza a las universidades jesuitas como res-
que los cursos de Coimbra o del Colegio Romano
puesta realizada desde una nueva matriz epistemoló-
recibieron en el siglo XVI de parte de los luteranos.
gica (Senent de Frutos, 2014) que elabora desde una
En menos de un siglo la Compañía llegó a implantar
acomodación discernida un modelo de acción apostó-
una fecunda red de establecimientos de enseñanza,
lica y social de reforma hacia fuera, de reforma móvil
colegios y universidades. Junto a ellos, dentro de los
no tanto en el centro a conservar y estructurar (a “or-
mismos o en su entorno, la Compañía creó obser-
denar y disciplinar”), como en la periferia a descubrir
vatorios astronómicos, gabinetes científicos, biblio-
y configurar. El colegio y la universidad jesuita no son
tecas, imprentas y editoriales, centros de difusión
meros lugares de enseñanza/aprendizaje, sino lugares
de los informes de las exploraciones, así como de la
de producción y de difusión de un modelo integral
literatura ejemplar de los misioneros; por otra parte
(integrado e integrador) de enseñar, saber, creer, por
los colegios serán también lugar de producción de
medio de un sistema metódico, la ratio.
los textos de devoción y de los manuales colegiales.
Hemos llamado a éste modelo, un modelo peda- Alguno, como W. Ashworth, se atreve a afirmar que
gógico integral y universal, porque como ha quedado la Compañía, fue “la primera verdadera sociedad
apuntado, integra todos las dimensiones socio-antro- científica” de Europa, por delante de la Academia del
pológicas, en un único modelo que es único y plural, Cimento o de la Royal Society (Giard, 1995, p. xxv).
articulado y flexible. Esto supone una antropología Como escribe sintética y sugerentemente L. Giard:
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Personas entusiastas para discutir con la Europa sa- en el de Diego Ledesma en Roma) se plasmó el sis-
bia, miembros activos de la República de las letras, de tema educativo jesuita que luego conocimos como
las artes y de las ciencias, espíritus abiertos para captar Ratio studiorum. El núcleo original de la “invención”
a356
las consecuencias filosóficas y teológicas de las nuevas renacentista de los primeros colegios y universida-
teorías, apóstoles de un saber consagrados a saber más des jesuitas Ignacio no sólo dio importancia a docu-
NOTAS
1 Con estas palabras prácticamente co-
mienza la Ratio de Ledesma, cfr MHSI
107 (1974) 519-521. Los números de
párrafos entre corchetes son del autor.
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