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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR – sede Cúcuta GAF N°14

Lenguaje y comunicación
José Joan Garavito Patiño

La ortopedia social y el análisis del poder pastoral: aproximación conceptual


desde el pensamiento Foucaultiano.

La imposibilidad de la libertad en el modelo democrático actual radica fundamentalmente


en la ausencia de autoridad individual que acompaña al hombre moderno, este sujeto
entregado a las banalidades y a la vulgaridad de su sobrevivencia es producto de varios
escenarios que merecen ser atendidos a partir de las reflexiones de pensadores que como
Michel Foucault se interesaron en su configuración individual y colectiva. La
contemporaneidad es un tiempo fundamentado por cronos, es el tiempo de la productividad
y del consumo, un tiempo en el que el animal humano carece de aquello que precisamente
lo identificó por entre los demás seres vivos 1. Condicionado entonces por mecanismos de
regulación, el hombre es sujeto de imposiciones que marcan su trasegar y que además de
eso, lo señalan como ser estático únicamente reconocible en la esfera que el poder sea
capaz de subrayarle. De esta forma, los mecanismos ortopédicos del poder únicamente
desaparecerán cuando comprendamos que lo aprendido depende de aquello que somos
capaces de pensar y no de lo que dictan quienes buscan rebañizar nuestras acciones, y en
tal sentido, la experiencia del lenguaje (aprender a pensar con autonomía e independencia)
es mucho más importante y enriquecedora que la capacidad de comunicar aquello que se
impone, pero será un asunto que no se atiende al modo técnico ni al modo masivo como
pensaba Nietzsche.
Múltiples imposiciones están dadas para continuar con la manipulación del poder, así como
actúa un pastor con su rebaño, Foucault expone algunas dicotomías que permiten asociar el
tema con mayor naturaleza; médico/paciente – profesor/estudiante – psiquiatra/loco –
abogado/delincuente o simplemente bien/mal – normal/anormal. A estos enfrentamientos
los denominó modelos de disciplinamiento o estructuras del sistema de poder, el pensador
francés comprendió rápidamente que la única forma de salir de esta sociedad de control era
des-normalizando al sujeto desde su propia reflexión y autonomía, sin embargo era
consciente de los desafíos que aquello planteaba porque el poder había colonizado aquellos
espacios donde era posible liberarse completamente “el poder en la democracia moderna
se ejerce de forma sutil y silente pero reconocida y legitimada: familia, escuelas, medios
de comunicación, hospitales, cárceles y organizaciones políticas” (Foucault, 1978, p.217)
se sabe que normalizar implica numerar y controlar a los individuos para que puedan
cumplir su rol al interior del cuerpo social y la forma de hacerlo se presenta en cinco pasos
básicos de toda estructura conocida como panóptica:

1
Nos referimos al lenguaje. Hoy el lenguaje de los seres humanos es una técnica de comunicación para
satisfacer necesidades de información y tendencias, un lenguaje que recrea y reproduce otras lógicas ajenas a
nosotros mismos, un lenguaje que no nos pertenece y que parece ser el de los demás; el lenguaje del
periodista, el del alcalde, el del profesor. Valdría la pena discutir sobre aquello que hemos venido perdiendo
como facultad inherente al ser humano en este tiempo ¿Acaso un perro ladra en otro tiempo distinto al
presente? El ser humano es el único con la capacidad de narrar el pasado, vivir el presente e imaginar el
futuro, pero con la disciplina que busca enderezar cualquier tipo de anomalía en el lenguaje, los hombres
podemos ser vistos como otra especie más de la naturaleza, como el perro que no puede ladrar ni en pasado ni
en futuro.
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Lenguaje y comunicación
José Joan Garavito Patiño

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De esta manera el poder no sólo es capaz de crear las verdades que los sujetos deben
reconocer, sino que además las impone, y cuando se presenta la subversión como
enfrentamiento natural del ser humano, el poder sabe lo que debe hacer y esta decisión es
precisamente la que da origen a lo que Michel Foucault llamó el mal sin límites. La cárcel
es el lugar donde todas las violencias son posibles y la representación donde el ser humano
comprende que no se puede salir de la normalización sino quiere acabar totalmente
excluido.
Es imprescindible que el profesional del derecho comprenda esta conceptualización para
que logre separarse de la lógica que impone la formación técnica e instrumental de su
disciplina, porque el sujeto no es constituyente de la realidad (leyes, códigos, sentencias,
etcétera) sino constituido por las relaciones mutuas con el mundo social, no olvidemos que
“donde hay poder, hay resistencia al poder” (Foucault, 1978, p. 186) y eso es precisamente
lo que la academia otorga a los ciudadanos que la conforman. Como se ve, la categoría de
poder es mucho más compleja de lo que aparenta, según Jürgen Habermas en su teoría de la
acción comunicativa:

El poder no es una relación de imposición sobre otros, sino que éste nace de la reunión de
los hombres que se encuentran, dialogan y acuerdan entre sí la manera de proceder. Cuando
los individuos se comunican en igualdad de condiciones y libremente, es posible que el
poder se constituya comunicativamente y no sólo estratégicamente. Este poder
comunicativo surge en espacios públicos no deformados, cuando se dan las condiciones
para la formación libre de la opinión y de la voluntad, lo que supone el libre procesamiento
de información y argumentos pertinentes. (Habermas, 1998, p: 121)

La deformidad a la que se refiere el pensador alemán tiene que ver con la categoría que
Foucault denominó biopoder y es a partir de la disciplina (individualidad) y la biopolítica
(población) como podremos comprender esta discusión. Es cierto que el abogado debe
manejar perfectamente los códigos que enmarcan cada rama del derecho, pero no se debe
olvidar que antes de acceder a esa información básica y de libre acceso, tiene como
corresponsabilidad desarrollar facultades críticas y reflexivas que únicamente otorgan la
lectura y el pensamiento, ellas lo convertirán en un verdadero sujeto libre con autonomía y
rigor conceptual. Finalmente, abandonar los modelos ortopédicos requiere de carácter
intelectual, no basta con la simpleza de estar informado para opinar sobre cualquier cosa de
la que nos sentimos conocedores, el verdadero pensamiento crítico es el que no necesita un
reconocimiento plausible por parte de quienes no pueden o no quieren mejorar cada día,
pero que definitivamente se reconoce y no precisamente por pertenecerle a todos por igual.

Bibliografía
Ávila, F. El concepto de biopolítica en Michel Foucault. Revista de filosofía A parte Rei.
Vol.69 2010. Recuperado en http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/avila69.pdf
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR – sede Cúcuta GAF N°14

Lenguaje y comunicación
José Joan Garavito Patiño

Foucault, M. (1978). Vigilar y castigar, México, Siglo XXI.


Habermas, J. (1998). Fundamentos de la sociología según el lenguaje. Paidós. Buenos Aires

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