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RENZO ANDRADE CALDERÓN

RECUPERACIÓN ASISTENCIA SESIÓN 4 MÓDULO 6

En esta sesión se ha reflexionado la catequesis del Papa Juan Pablo II sobre las implicancias
que tiene el celibato por el reino de los cielos.

Como menciona el título de la catequesis de la Teología del cuerpo número 79, el celibato es
una renuncia hecha por amor, siendo la vocación normalmente aceptada por nuestra
condición humana la del matrimonio, es decir la unión entre un hombre y una mujer para
formar una familia, pues el celibato se trata de la renuncia a esta condición que responde a un
encargo especial hecha por el mismo Cristo, quien pidió a sus seguidores dejarlo todo para
seguirlo. Este dejarlo todo es pues el sacrificio que hacen quienes ven un camino de servicio al
prójimo para imitar en toda forma al maestro, quien dejó todo y se entregó por completo a
este proyecto de salvación de la humanidad.

Si bien es cierto, esta renuncia a tener una familia propia, ser padre o madre de familia, lleva a
la persona que decide llevar esta vida a una realidad que va más allá de lo natural y se
convierte en un padre o madre espiritual, y padres y madres de muchos y no solo de una
familia pequeña en cantidad, pues como buenos padres están llamados a educar y alimentar a
sus hijos, desde el punto de vista espiritual que es también una actividad muy valiosa dentro
de la comunidad de la Iglesia.

Esta vocación de entrega a Dios y al prójimo desde el celibato, no es contrario al matrimonio


sino más bien complementario, la elección del celibato por el reino no disminuye la dignidad
del matrimonio, sino que es también a su vez un servicio a la obra creadora de Dios, pero en
cierto sentido contribuye a una unión más plena de personas.

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