RENZO ANDRADE CALDERÓN

RECUPERACIÓN ASISTENCIA SESIÓN 2 MÓDULO 7

En esta segunda sesión de las reflexiones del Papa Juan Pablo II sobre el matrimonio cristiano,
el Papa nos va a hacer énfasis en algunas figuras o signos de lo que representa y es en realidad
el matrimonio para la Iglesia y para Dios mismo.

Partiendo de un sentido común a todo ser humano podemos conocer que “el amor que
anhelamos está inscrito en nuestro corazón y solo lo encontramos al responder al llamado de
Dios”, pus como ya vimos en la primera sesión, Dios desde la creación del hombre, varón y
mujer, hechos a su imagen y semejanza, deja en claro que la unión de ambos quienes son
complementarios, hará que se cumpla de alguna forma ese anhelo del hombre de amar y ser
amado, siempre partiendo de ese llamado de Dios al amor, pues el matrimonio es una
vocación, y no puede haber una vocación sin un llamado.

Cristo sostiene el amor de la pareja pues Cristo enseña a amar con su ejemplo de vida, de
entregar completamente por amor, hasta el extremo de dar su vida por quien se ama. Así
pues, el matrimonio debe entregarse mutuamente y ser una sola carne como es el plan inicial
de Dios, de entregarse uno al otro sin ningún intermediario para ser los dos uno. Así lo dice el
génesis: “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los vendrán
a ser una sola carne”.

Otro de los puntos importantes reflexionados en esta segunda sesión es lo sagrado que es el
matrimonio, aunque ya se vio en la sesión uno, se hace mucho énfasis en este punto, siendo el
matrimonio signo sagrado del amor de Dios es lo que lo hace tan importante para la Iglesia,
hasta el punto de que la pareja que se casa se vuelven propiamente ministros del propio
matrimonio. Esto es realmente importante resaltar más que todo hoy en día que hay mucha
disminución de parejas que quieren casarse quizá por desconocer la valioso que es tener la
bendición de Dios para su relación y así tener en plenitud su amor de comunión el uno al otro
en este mundo.