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Facultad de Educación - Maestría en Pedagogía

Enseñanza para la comprensión


Verónica Castrillón Monroy
Código 201523972
"Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte
a ti mismo". (Buda, s.f)

En este pequeño escrito quiero resaltar la importancia de cambiar nuestro quehacer


docente basándonos en la enseñanza para la comprensión; y el cómo esto, propende el
desarrollo del pensamiento del niño y el nuestro como docentes.

Es por ello que se hace necesario resaltar, que el marco de la enseñanza para la
comprensión es una visión educativa que busca anteponer la comprensión como un
elemento que permite generar un lenguaje común en el aula, concibiendo trabajo
colaborativo. Nos hace reflexionar y preguntarnos sobre nuestro actuar como agentes del
conocimiento, pues este busca involucrar activamente a todos los participes de la
educación (padres, directivos, estudiantes, profesores, etc), ampliando el panorama
educativo y dándole sentido a lo que enseñamos y a lo que aprenden los estudiantes.

Pero esto no lo es todo, este permite estructurar nuestra visión sobre lo que realmente se
debe hacer en el aula, para que los procesos de enseñanza- aprendizaje sean significativos
para el estudiante, y sobre todo, que el estudiar no sea visto como algo que se valora
cuantitativamente, sino cualitativamente, evitando así, el generar falsas percepciones del
individuo.

En este se busca involucrar al niño, con sus necesidades e intereses, para trazas en
conjunto los caminos que mejor se adapten en el proceso, transformando la vida del
individuo y su entorno.

Adicional a esto, es necesario que la relación entre el docente y el estudiante, así como
entre pares, sea de confianza, donde se permita la participación activa de las partes y que
entre todos se construya el conocimiento, sin despreciar el aporte que cada uno pueda
dar, pues es allí donde se hace visible el pensamiento y comprensión que se ha alcanzado,
y ante todo el poder hacer un proceso de retroalimentación que reoriente el trabajo que
enriquezca las dimensiones del niño y lo potencien.

Por último y a modo de reflexión, es importante que los docentes nos hagamos
conscientes que somos nosotros, los primeros que debemos cambiar nuestros procesos
de aprendizaje, pues de nada sirve leer, estudiar, reflexionar y querer cambiar, si esto se
queda solo en palabras; hay que actuar y enfocar nuestra labor a metas que nos formen
cuestionamientos sobre lo que hacemos y el cómo esto afecta a aquellos niños que nos
ven como un referente para proyectar su futuro.

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