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Teoria y Practica de La Accion Comunitaria Zambrano 1 1
Teoria y Practica de La Accion Comunitaria Zambrano 1 1
Teoria y Practica de La Accion Comunitaria Zambrano 1 1
(Comps.)
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA
ACCIÓN COMUNITARIA
Aportes desde la psicología comunitaria
Teoría y práctica de la acción comunitaria
RIL editores
bibliodiversidad
Alba Zambrano Constanzo
Héctor Berroeta Torres
(Comps.)
Teoría y práctica de la
acción comunitaria
Aportes desde la psicología comunitaria
307.098 Zambrano, Alba et al.
Z Teoría y práctica de la acción comunitaria /
Compilación: Alba Zambrano y Héctor Berroe-
ta. -- Santiago : RIL editores, 2012.
420 p. ; 21 cm.
ISBN: 978-956-284-879-4
1 psicología comunitaria-chile.
*NQSFTPFO$IJMFrPrinted in Chile
ISBN 978-956-284-879-4
Derechos reservados.
Índice
Presentación ........................................................................ 11
Acción comunitaria y psicología comunitaria,
apuntes iniciales .................................................................. 23
Capítulo 1
Desarrollos metodológicos y técnicos
en el campo de la acción comunitaria.......................... 35
Capítulo 2
Sistematización de experiencias en el campo
de la acción comunitaria ............................................ 255
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Acción comunitaria y psicología
comunitaria, apuntes iniciales
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Teoría y práctica de la acción comunitaria
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Capitulo 1
Desarrollos metodológicos y
técnicos en el campo de la
acción comunitaria
La comunidad como elección:
teoría y práctica de la
acción comunitaria
Xavier Úcar2
Introducción
La comunidad y lo comunitario están de moda. Hay comuni-
dades locales, de vecinos, de pescadores, económicas, políticas,
de práctica, religiosas, de aprendizaje, urbanas, científicas y un
largo etcétera. Se pueden encontrar también comunidades físicas,
virtuales, simbólicas e imaginarias y el término comunidad puede
aplicarse, por último, a colectivos de personas muy variados en lo
que se refiere al número de integrantes. Igual se usa, por ejemplo,
para la comunidad de habla hispana, que para la comunidad de
vecinos de un edificio de cuatro plantas o para la comunidad
europea. La versatilidad y la polisemia del término hacen que
la comunidad se halle presente de maneras muy diversas la co-
tidianeidad de nuestras vidas.
2
Profesor en Dpto. Pedagogia Sistemàtica i Social, Universitat Autònoma
de Barcelona; Codirector desde el año 2006 de la colección «Acción
comunitaria y socioeducativa» de la editorial Graó; Vicepresidente de
la «Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social (SIPS); Presidente de
«Coordinadora per a l’Animació Sociocultural de Catalunya» (CASC.
CAT); e-Mail: xavier.Ucar@uab.es.
3
Tomado de Amiguet, Ll. (2009) «Entrevista a Margaret Geller». «La contra»
en La Vanguardia. 7 de Julio.
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La comunidad como elección
La emergencia de lo comunitario
Estos últimos años han visto un renacimiento de lo comunitario.
Se habla de una vuelta a la comunidad y, a menudo, esta es
presentada como el antídoto para buena parte de los «males»
que sufre nuestro mundo moderno. Lo más simple sería pensar
que esta refundación de lo comunitario es una reacción frente
a fuerzas globalizadoras que amenazan con uniformizar u ho-
mogeneizar el planeta. Y, sin duda, esto es así pero es solo la
punta del iceberg.
En sociedades tan complejas y cambiantes como las nues-
tras, nunca existe una única razón como factor explicativo de
los cambios que acontecen. Cualquier suceso suele ser más bien
el resultado de la combinación, casi siempre poco transparente,
de todo un conjunto entretejido de factores. Estos son, desde mi
punto de vista, algunos de los elementos que han jugado y juegan
un papel importante en la emergencia actual de lo comunitario.
Ellos explican, en buena medida, las formas actuales de nuestras
comunidades y las diferentes maneras que tiene de encarnarse
en ellas la globalización.
Es un hecho que los procesos de globalización, sobre todo
aquellos que se focalizan sobre lo económico, parecen querer
alejar a las comunidades locales de cualquier posibilidad de
autodeterminación, ya sea sea respecto del protagonismo so-
cioeconómico de su propio desarrollo, como del de su misma
singularidad y riqueza cultural, amenazada ahora por una su-
puesta homogeneización a nivel planetario. Forrester (2001) ha
visibilizado y denunciado la estrategia de la globalización eco-
nómica al presentarse como una opción única, sin alternativas
de acción posibles. Estrategia que también ponen de manifiesto,
en el ámbito sociocultural, la tesis de la convergencia u homo-
geneización cultural y el denominado pensamiento único. Lo
propio de las dominaciones –apunta Touraine– es presentarse
como naturales y, por lo tanto, no impuestas (2005:106). La
emergencia de comunidades locales que esgrimen con fuerza la
singularidad y diversidad de sus propias culturas podría ser una
respuesta a las presiones de la globalización.
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La comunidad como elección
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las personas que las habitan se define, cada vez con más fuerza,
por nexos físicos y virtuales de multiafiliación.
Todos estos y muchos otros factores perfilan una actualidad
en la que existe una diversidad extraordinaria de comunidades y
de formas de pertenecer, estar, colaborar, participar o ser de una
comunidad. Es evidente que no podemos pensar las comunidades
como se pensaban antes de la llegada de la globalización. Si algo
han demostrado los últimos años es que resulta muy difícil, por
no decir imposible, estar al margen de los cambios inducidos por
aquellos procesos. Y, como han afirmado numerosos autores, no
se puede hacer nada para dar marcha atrás a la globalización
(Bauman, 2001) ya que esta es un proceso objetivo y no una
ideología (Castells, 2001).
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La comunidad como elección
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Aunque hay autores que lo consideran como un modelo o una perspectiva
específica; por ejemplo, Bullen, 1997.
5
Hemos hecho un análisis detallado de buena parte de estos términos y
conceptos en Úcar/Llena, 2006 y en Llena/Parcerisa/Úcar, 2009.
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Podemos hacernos una idea de la dificultad del concepto señalando que en
1964, y después de analizar la literatura académica de los 50 años anteriores,
Hillery recopiló varios cientos de significados que eran atribuidos a este
término (Craig, 2005).
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Opus. cit. en: Smith, M. K. (2001).
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Lo que hay entre paréntesis es mío.
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Como ya se ha apuntado, entiendo que la animación sociocultural es una
estrategia o una metodología concreta de acción comunitaria. Para ampliar,
ver Úcar/Llena, 2006.
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La comunidad como elección
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El empoderamiento de Rapaport,
Zimmerman y otros
El empoderamiento es un concepto, un medio y un proceso
que se refiere directamente al poder. Al igual que en el caso de
la comunidad, este es un concepto normativo que, a decir de
$PSOXBM
FODBSOBJEFBMFTTPCSFDÓNPEFCFSÎBOTFSMBTPDJFEBE
y la política y sobre el papel que la gente debería jugar en el
HPCJFSOP
$IFDLPXBZTJOUFUJ[BMBTEJGFSFOUFTBQPS-
taciones de los autores al señalar que el empoderamiento es
un proceso multinivel a través del cual las personas perciben
que tienen el control de sus propias vidas. Se refiere tanto a
personas como a organizaciones o a comunidades. Los proce-
sos de empoderamiento posibilitan que las primeras sientan
que controlan sus vidas. Las segundas, que involucran a sus
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Tomo este concepto directamente de la teoría de Santiago de Maturana y
Varela porque, desde mi punto de vista, define e ilustra con gran claridad
las relaciones que los seres vivos mantienen con los entornos en los que
desenvuelven su vida. Simplificando, se podría decir que, según esta teoría,
los seres vivos –las personas– somos sistemas autopoiéticos que respon-
demos a los cambios del entorno con cambios potencialmente contenidos
en nuestra propia estructura. Capra lo expresa de manera muy precisa
al apuntar que un sistema acoplado estructuralmente es un sistema que
aprende (1998:231).
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Sartre intrepreta con esta frase las ideas de Heidegger en relación con el ser.
El texto original es del 1939 y está recogido con el título La intencionalidad
FO$SBSZ,XJOUFS
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La comunidad como elección
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Todo marco de referencia primario –dice Goffman– permite a su usuario
situar, percibir, identificar y etiquetar un número aparentemente infinito de
sucesos concretos definidos en sus términos (2006:23). Se podría decir que es
un dispositivo cognitivo y práctica de organización de la experiencia social
que permite a una persona comprender la situación que está viviendo. Los
marcos estructuran la definición y la interpretación que hacemos de cada
situación y, en consecuencia, nuestra manera de comportarnos en ella. Goff-
man distinguió diferentes tipos de marcos y describió numerosos mecanismos
que posibilitan su análisis y comprensión. Ver, al respecto, Goffman, 2006.
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Con el concepto de interactividad nos referimos a interacciones tecnológi-
camente mediadas.
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Aunque el concepto habitualmente manejado por la literatura académica
es el de red social, yo prefiero el de red sociocultural porque, desde mi
punto de vista, recoge de manera más clara la realidad que se desea des-
cribir. Requena (2008) caracteriza la red social a partir de, al menos, tres
argumentos: a) El actor social tiene relaciones sociales con otros actores
que, a su vez, tienen relaciones con otros, estén estos o no relacionados con
aquel. b) Las interacciones a través de las relaciones de un actor determinan
lo que les puede ocurrir a otros actores. c) El actor puede manipular en
cierto modo su red social para conseguir objetivos concretos. Estos tres
argumentos se hallan absolutamente condicionados por la cultura de los
miembros de la red en tanto individuos, y también por la cultura resultante
de la configuración de dicha red. Ambos elementos resultan claves en la
configuración, mantenimiento, evolución y desarrollo de las redes, tanto
en las redes socioculturales del mundo físico como en las del ciberespacio.
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Estos conceptos han sido formulados y reformulados por Touraine (2005)
y Castells (1997; 1998a; 1998b). El primero, para ubicar y caracterizar al
sujeto; el segundo para definir y caracterizar diferentes tipos de identidad. Es
a partir de las ideas de estos autores que elaboro la teoría de la comunidad
como elección. Aunque me parece más apropiado (Confuso, no se entiende
el comienzo de al frase. Reescribir) poner en relación la resistencia y el
proyecto con las acciones concretas desarrolladas por los sujetos, que con
las identidades, como hace Castells. Creo que su planteamiento, a pesar de
ser consistente, supone una pérdida de información respecto de los sujetos,
dado que no todas las acciones y las conductas puestas en juego por un
sujeto en el marco de una identidad determinada tienen, por qué ubicarse
o ser congruentes siempre en o con uno de estos tipos.
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Tal como venimos insistentemente matizando desde el inicio de este trabajo,
el mi puede referirse tanto a la transformación en sujeto de una persona
en concreto, como a la de una comunidad.
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Xavier Úcar
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Psicologia comunitaria
Niveles múltiples en los procesos
de intervención comunitaria
Introducción
El presente trabajo tiene como propósito difundir los aspectos
básicos de los procesos de intervención desde la perspectiva de
la psicología comunitaria, considerando sus orígenes y toman-
do en cuenta principios y desarrollos del autor para facilitar la
comprensión de su complejidad.
En este campo existe un sinnúmero de autores que se refie-
ren a la psicología comunitaria y su relación con los procesos
de transformación de la realidad. Sin embargo, esta tradición se
remonta a las etapas tempranas de la psicología social, que ha
buscado con resultados a veces difusos la aplicación de sus des-
cubrimientos, y que en algunos casos han llevado a una crisis en
la credibilidad de esta disciplina en sus posibilidades de mejorar
la calidad de vida las personas.
Teniendo en cuenta la aplicabilidad de los conocimientos,
algunos autores han definido con claridad la importancia y
pertinencia de la misma. A modo de ejemplo, mencionaremos a
Rodríguez (1983), quien establece que «la única diferencia entre
la psicología científica básica y la psicología científica aplicada,
consiste en que la primera crea situaciones ideales para el ensa-
yo de hipótesis derivadas de las teorías existentes y la segunda
comprueba tales hipótesis en situaciones de la vida real» (p. 40).
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Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Buenos Aires – UBA,
Argentina. E-Mail: lapalma@fibertel.com.ar
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Psicologia comunitaria
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Grafico N° 1
Vinculo población, psicólogo comunitario, proyecto y contexto
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-BOPDJÓOEFDMJFOUFTVFMFHFOFSBSSFDIB[P
FOFTQFDJBMyB MBDPOOPUBDJÓO
generalizada a partir de los procesos de privatización inherentes a la
globalización de los años 90. Debe considerarse que para los autores, la
noción de «sistema cliente» hace referencia a un sistema de interrelaciones
(individuos, grupos, organizaciones comunidades) que funcionan como una
unidad y que requieren o demandan ayuda.
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El contrato psicológico de trabajo hace referencia a los acuerdos básicos
-socialización inicial-, expectativas y a las condiciones de procesos de cam-
bios en el ámbito del Desarrollo Organizacional. El autor de este artículo
lo introduce en el ámbito del trabajo comunitario, en la discusión pública
y abierta sobre los compromisos de trabajo entre población y equipos
técnicos. Su aplicación reúne las condiciones epistemológicas, ontológicas,
metodológicas, éticas y políticas que sustentan la psicología comunitaria.
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Psicologia comunitaria
cambio
Establecimiento de
de una relación de
Desarrollo de una
Transformación
Establecimiento
Estabilización y
la relación final
esfuerzos reales
generalización
intenciones en
Diagnóstico
alternativas
del cambio
y acciones
Caminos
cambio
de las
Cuadro Nro 1
Las fases del cambio social planificado
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La noción de cooperación técnica hace referencia a la relación simétrica
y horizontal entre población y técnicos en los procesos de planificación.
Busca, de esta manera, diferenciarse de los procesos de asistencia técnica
de carácter directivo, tecnocrático y verticalista.
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Gráfico N° 2.
Integración del proceso: Tríada vincular, adecuación del equipo para el tra-
bajo y el cambio social planificado participativo.
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Esquema integral de los niveles múltiples de intervención
TRANSFORMACIÓN
ETAPA DE PROCESO ESTABLECIMIENTO DE LAS ESTABILIZACIÓN Y ESTABLECIMIENTO
ESTABLECIMIENTO DE
ESTUDIOS DE DE LA RELACION DE INTENCIONES EN GENERALIZACION DE LA RELACION
LA RELACION INICIAL
PRELIMINARES CAMBIO TRABAJO ESFUERZOS DEL CAMBIO FINAL
REALES
x Propuestas Planificación
provisionales. Equipos de trabajo
x Investigación Relevamiento de Roles y Funciones
Capacidad diagnóstica
conceptual y expectativas Técnicas de
Formulación de metas Aprendizaje Social
documental Formulación de objetivos confrontación - Evaluación
HABILIDADES de trabajo Evaluación final
x Delimitación de la iniciales negociación
Grupos iniciales de
zona de trabajo Prediagnóstico Comunicación
trabajo
x Relevamiento de Entrevistas Iniciales Liderazgo
actores sociales Participación
x Identificación de Habilidades sociales
Programas Encuestas
Representatividad participativas
Técnicas de difusión y
x Accesibilidad Técnicas de Test de las Bolitas
convocatoria
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geográfica y graficación Ejercicio de Historiograma
Técnicas de Animación
cultural TECNOLOGIAS Técnica nominal autoprofecia Evaluación
sociocultural
x Necesidades SOCIALES Modelo Problemático Desarrollos de equipos participativa.
Contrato Psicológico de
x Contactos Integrado Cuadrado Ahuecado Historias de Vida
Trabajo
informales Test de actores Ejercicio de Mudos
Técnicas Grupales
x Síntesis de los sociales
conocimientos
Antonio Ismael Lapalma
Etapas del Estudios de prefactividad Reglamentos, sistemas contables, consolidación de 2do grado
Proyecto grupo inicial Roles, funciones
Institucionalización creciente
Fuente: Cátedra Estrategias de Intervención comunitaria. Facultad de Psicología – UBA, 1998.
Cuadro N° 2.
Niveles múltiples en la intervención comunitaria
Psicologia comunitaria
Grafico Nro 3
El escenario de la intervención comunitaria
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IUUQXXXQTJVCBBSBDBEFNJDBDBSSFSBTEFHSBEPQTJDPMPHJBFMFDUJWBT
MJTUBEP@QIQ
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Psicologia comunitaria
Conclusiones
A partir de una tríada vincular, conformada por la población,
los equipos de facilitación externos (que entre sus integrantes
cuentan con la presencia de psicólogos/as), y el proyecto , en el
presente trabajo se ha desarrollado una propuesta de intervención
comunitaria denominada Niveles Múltiples en la Intervención
Comunitaria, que, tomando como base el modelo del Cambio
Social Planificado, ha integrado los paradigmas de la psicología
comunitaria (epistemológicos, ontológicos, metodológicos, éticos
y políticos). En este marco, y a partir del reconocimiento de la
diversidad de formas relacionales y organizativas de la pobla-
ción, se han identificado aquellas herramientas y habilidades que
fortalecen las capacidades de la población en el control de su
entorno inmediato y en la ampliación de sus espacios de poder.
Sumado a ello, desde la perspectiva de la psicología comunitaria
contextual se han identificado los componentes que constituyen
el escenario de la intervención comunitaria.
A modo de cierre y apertura a la reflexión, este autor se
plantea la siguiente interrogante: si la psicología comunitaria
tiene como propósito la transformación de la realidad mediante
la participación activa de la población, mediante la ampliación
de sus espacios de poder y control sobre la misma, ¿cuáles son los
modos de gestión política que facilitan o limitan el desarrollo de las
QSPQVFTUBTUFÓSJDBTZNFUPEPMÓHJDBTEFMBQTJDPMPHÎBDPNVOJUBSJB
Instalada la pregunta en el centro de las relaciones de poder
que se expresan en todas las sociedades, encontrar las respuestas
nos permitirá incorporar nuevos desarrollos a la psicología co-
munitaria, y evitar que en el futuro se reproduzca en su interior
la crisis de legitimidad que le aconteció a la psicología social.
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Abruzzeze
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. 4BCPSJEP
$5BSEJUP
1"TUBCVSVBHB 9
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Psicologia comunitaria
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Investigación, acción, opciones
personales y condicionamientos
metodológicos y sociales
Consideraciones al hilo de
una experiencia comunitaria
Introducción
Pretendo hacer pública en este artículo una reflexión personal
sobre la posibilidad de que los psicólogos dedicados a lo social
puedan combinar de manera fructífera y sostenible investigación
y acción social. La reflexión surgió al hilo de una investigación
del sentimiento de comunidad (SC) llevada en un barrio de
Barcelona, y de la constatación de las dificultades de integrar
conceptual y prácticamente la dualidad de tareas implicadas en
los enfoques de investigación-acción (IA). En el artículo resumo,
primero, el estudio realizado, la devolución de sus hallazgos a
la comunidad y la evaluación global de la situación de esta y
los actores sociales incluidos, y apunto algunas soluciones para
los problemas descubiertos. Abro, a partir de ahí, una serie de
interrogantes, planteando las cuestiones y conflictos de fondo
y sugiriendo alternativas que asumen opciones individuales y
colectivas dependientes de exigencias metodológicas, y condicio-
namientos y presiones sociales a menudo encontradas. Deduzco
25
Profesor Titular Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología,
Universidad de Barcelona; miembro de las divisiones 27 (Sociedad para la
Investigación y Acción Comunitaria; SCRA) y 13 (Sociedad para el Estudio
Psicológico de las Cuestiones Sociales; SPSSI) de la American Psychological
"TTPDJBUJPONJFNCSPEFM$PNJUÊ&KFDVUJWPEF&VSPQFBO/FUXPSLPG$PN-
munity Psychology/European Community Association (desde 2006); miembro
de La Sociedad Catalana de Psicología Social. E-Mail: asanchezvi@ub.edu
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Investigación, acción, opciones personales y condicionamientos
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CONOCIMIENTO ACCIÓN
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Investigación, acción, opciones personales y condicionamientos
El condicionamiento académico-institucional
No obstante lo anterior, la IA u otras estrategias de in-
vestigación que combinen conocimiento y acción, solo serán
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Investigación, acción, opciones personales y condicionamientos
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Estrategias participativas
y conjuntos de acción
Más allá de los dilemas y de las microrredes
Introducción
En lo que sigue, vamos a ver diversos conceptos y dispositivos
prácticos que nos sirven para adoptar un determinado estilo
profesional implicado, y autocrítico, que los situacionistas o el
socioanálisis, ya han planteado hace años. Tomamos referencias
de Paulo Freire o Fals Borda, así como de la Filosofía de la Praxis
EF.BSYP(SBNTDJ%F.PSFOPZEFMFOGPRVF/FUXPSL"OÃMJTJT
rescatamos los sociogramas que nos sirven como «radiografías»
de las redes comunitarias. Para los talleres de Devoluciones
Creativas de lo escuchado, aprovechamos los tetralemas de la
lingüística de Galtung e Ibáñez, y con la información recibida
hacemos que sea la misma gente la que reflexione sobre ella.
Tomamos de Pichon-Rivière los «grupos operativos» y de
Maturana y Varela el enfoque general sistémico, y tratamos de
hacer apuestas estratégicas (Chambers, Matus, Max Neef) para
revertir situaciones problemáticas en comunidades territoriales.
Intentamos que se reorganicen redes sociales para así avanzar
hacia formas de democracias participativas desde lo cotidiano
hasta los ámbitos políticos más amplios. En suma, partimos del
26
Profesora de la Universidad de La Laguna y miembro de la Red Cimas
27
Profesor Emérito, desde 2008, en la Facultad de Ciencias Políticas y So-
DJPMPHÎBEFMB6OJWFSTJEBE$PNQMVUFOTFEF.BESJE 3FE$*."4XXX
SFEDJNBTPSH
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Estrategias participativas y conjuntos de acción
GESTIONISTA
GT GT GT
TRABAJADORES
GT
GT GT
GT GT
GT GT
GT
PRECARIEDAD
RESISTENCIAS
AISLADO (+) CULTURALES
CIUDADANISTA
AFINES DIFERENTES AJENOS OPUESTOS
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Estrategias participativas y conjuntos de acción
Complejidades y Tetralemas
Los problemas, a partir de los dolores y los síntomas, tanto
cuando hablamos a nivel personal como cuando lo hacemos a
nivel grupal o comunitario, suelen estereotiparse en un par de
posiciones extremas, que no suelen ayudar a profundizar en las
causas. Se repiten unas u otras posiciones sin demasiados argu-
mentos; más bien se apoyan en las posiciones más conocidas,
los tópicos que repiten los medios de comunicación, aquellos
refranes o dichos populares que justifican mejor la postura de
cada cual. Se cree argumentar con frases como: «Todo el mundo
dice...», «Todo el mundo sabe...», «Todo el problema está en...».
Se simplifica en demasía y esto entorpece el matizar y encontrar
otras causas y alternativas que suelen estar escondidas, pero que
existen. La gente las conoce aunque no las nombre, y hay que
establecer un juego de dispositivos para salir del maniqueísmo
de «esto es lo bueno y esto lo malo» que suele dominar, y así
poder pasar a una reflexión, conciencia colectiva y acción de
mayor profundidad y mejores alternativas. Esto es posible ha-
143
María D. Hernández - Tomás R. Villasante
DJFOEPyEFWPMVDJPOFT DPOVOBCBOJDPEFMBTQSJODJQBMFTQPTUVSBT
existentes, por muy minoritarias que algunas sean, para que se
pueda pensar más profundamente, para que se «levante el foco» y
entren en consideración otras variables, otras causas que ayuden
a esa profundización.
Los Dilemas se mueven entre dos posiciones, en un eje que
admite muchas posiciones intermedias. pero del cual no es posi-
ble salirse. Por eso nos preguntamos a veces cómo salir de estos
dilemas, cómo nos podemos hacer otras preguntas más amplias
que nos permitan ser creativos conjugando las posiciones de un
plano y no solo de un eje. En los tetralemas hay cuatro posi-
ciones, con cierta articulación entre sí, y nos sirven para ir más
allá de las dicotomías habituales. Estos cuadrados articulados
por contradicciones y contrariedades fueron usados para sus
explicaciones por Piaget (1972), por Greimas y Courtés (1982) y
por el propio Levy-Strauss (1976) para explicar (de una manera
bastante estructuralista) los sentidos de las relaciones tanto entre
los mitos más primitivos como en las escrituras más recientes.
Los tetralemas tienen la ventaja sobre lo lineal, de descubrir
algunas complejidades que se esconden en los discursos, los tex-
tos y las formas expresivas. Aunque pueden ser usados como un
reduccionismo estructuralista y poco dinámico, también se les
puede incluir en las metodologías participativas para ir haciendo
más creativo un proceso transformador.
Con este procedimiento se consigue salir de las dicotomías
más simplistas y acceder a un juego de valores más amplio y
complejo. El razonamiento de estas matrices nos abre perspec-
tivas que no serian fáciles de ver si solo nos quedáramos con
lo que oímos o vemos en una primera conversación, o en una
lectura rápida de lo que nos dicen la mayoría de las conversacio-
nes. Jesús Ibáñez (1990) comenta al respecto: «Las estructuras
fundadas por el grupo de Klein hacen operar el principio de no
contradicción. El tetralema, núcleo de las lógicas tao y zen, hace
operar a la contradicción. Su fórmula comprende los mismos
cuatro términos que el grupo de Klein»(...) . Entre las interpre-
taciones clásicas (Piaget, Greimas, Levy-Strauss) y las no clásicas
(Kristeva, Morin) media el paso de la perspectiva estructural a
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quién dijo cada cosa, aunque la gente lo pueda saber, sino cómo
reconstruir razones colectivamente sobre las paradojas de lo que
habían dicho unos y otros. Es interesante vivenciar colectiva-
mente, porque se puede matizar y reflexionar desde experiencias
vividas más personalmente y aportar a lo colectivo construcciones
de sentido muy innovadoras.
Lo interesante de la participación no es que muchas personas
estén juntas, sino que cada cual se sienta a gusto para aportar lo
que crea más enriquecedor al proceso, y que se pueda debatir en
pequeños grupos, y luego en grupos más grandes; que cada cual
desde sus vivencias pueda reflexionar en común, sentirse parte de
lo que se está recreando. Por eso, aunque la convocatoria para
la devolución debe ser muy amplia, en vez de desarrollar una
gran asamblea preferimos que esta gente se divida en pequeños
grupos para que, en un ambiente de más confianza, se pueda
profundizar y argumentar sobre las frases presentadas. Después
se reunen todos y se hace una construcción colectiva, retomando
si se quiere el ambiente de asamblea grande.
Pero hay planteamientos de paradojas que también pueden
resultar paralizantes, sobre todo si no conseguimos salir de los
dilemas tópicos y típicos que se suelen repetir de manera defen-
siva en la vida cotidiana. En nombre del caos y del relativismo
–pues todo puede ser criticable–, podemos estar metidos en un
cinismo que nos lleve a que nada se puede hacer colectivamente.
Cuando las reuniones solo consiguen repetir estos argumentos,
reproducen una especie de charla de bar donde nadie se compro-
mete con nada y se está hablando solo para pasar el rato. Por eso
hay que preparar bien los tetralemas y no proponer las primeras
frases que se nos ocurra recoger, sino aquellas que contengan,
por un lado, el eje dominante con los valores opuestos entre sí y,
de otro lado, el eje emergente con las expresiones que desborden
estas respuestas más convencionales. De este modo, el juego de
las cuatro frases nos permite un debate creativo y superador de
lo que se haya dicho en las primeras reflexiones.
Muchas veces, para encontrar estas posiciones emergentes,
hay que preguntarse por la incoherencia de la propia pregunta,
de quién la está formulando, de las circunstancias en que fue
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REVERSIÓN
AFINES OPUESTOS
N A
E I
D SEDUCCIÓN S
O L
C A
PERSUACIÓN
DIFERENTES AJENOS
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María D. Hernández - Tomás R. Villasante
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160
Estrategias participativas y conjuntos de acción
161
La transversalidad del componente
de aprendizaje en los modelos
de evaluación orientados al
proceso de implementación
Rodrigo Quiroz1
«We have a great deal of sympathy with the position that all
aspects of research design test propositions of a
general and universal nature»
(Campbell and Stanley, 1963, p. 87).
Introducción
1FTF B RVF TFHÙO 4IBEJTI
$PPL -FWJUPO
MBT SBÎDFT
contemporáneas de la evaluación se encuentran en los trabajos
EF5ZMFS
FOFEVDBDJÓO
-FXJO
FOQTJDPMPHÎBTPDJBM
Z-B[BSTGFME -B[BSTGFME3PTTFOCFSH
FOTPDJPMPHÎB
MB
llamada «época de oro» de esta disciplina se desarrolla entre
Z 3PTTJ8SJHIU
Desde un punto de vista político, es el período de posguerra,
durante el cual Estados Unidos emprende iniciativas de gran es-
cala en el contexto de la guerra contra la pobreza, como proyecto
de construcción de la denominada «gran sociedad». Este fue el
marco político que estableció las bases para la implementación
masiva de programas de intervención social en diversas áreas,
particularmente en educación2 y salud3.
1
Psicólogo, académico Departamento de Psicología, FACSO, Universidad
de Chile. e-mail: rquirozsaavedra@gmail.com
2
En esta área surgieron programas emblemáticos como Head Star, que nació
en 1965 y opera hasta hoy con el objetivo de acabar con la pobreza, con
una intervención centrada en la inserción y el éxito escolar de los niños
(Bouchard, 1989).
3
Cabe recordar que esta política dio paso a reformas tan importantes para
el surgimiento de la psicología comunitaria en Estados Unidos, como es
el caso de la creación, en 1963, del sistema de centros de salud mental
163
Rodrigo Quiroga
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La transversalidad del componente de aprendizaje
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La transversalidad del componente de aprendizaje
Evaluación cualitativa
Según Rebolloso, Fernández-Ramírez y Cantón (2008), es
posible considerar la evaluación cualitativa como un movimiento
que contendría en su «interior» múltiples enfoques de evalua-
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Rodrigo Quiroga
9
Son todos aquellos que tienen algún interés o son afectados de forma directa
o indirecta por la implementación de la intervención o programa.
168
La transversalidad del componente de aprendizaje
10
Utilization-focused evaluation. Patton 1981, 1986, 1987, 1997).
170
La transversalidad del componente de aprendizaje
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Rodrigo Quiroga
Evaluación participativa
Las raíces de este modelo llegan hasta las corrientes pragmá-
UJDBTEF+%FXFZZ$41JFSDF #SJTPMBSB
1BSUJDVMBSNFOUF
%FXFZQSPQVHOBCBMBJNQPSUBODJBEFMBàMPTPGÎBZMBFEVDBDJÓO
y, por extensión, de la investigación social, en la resolución de los
problemas de adaptación del individuo con su ambiente. En esta
NJTNBMÎOFB
QPTUFSJPSNFOUF-FXJOJOTJTUJSÃFOMBBSUJDVMBDJÓO
de investigación y acción13 como base de la producción no solo
de conocimientos sino también de aprendizajes contextualizados
-FXJO
FO(BZÃ3FBTPO
3BQPQPSU
En términos generales, la evaluación participativa busca esta-
blecer un vínculo de colaboración con todos los implicados en el
proceso de investigación, ya sean estos profesionales, comunidad,
13
Tal como complementan Ton de Witt y Vera Gianotten (1983), «el el conoci-
miento en sí no sirve directamente a la actividad práctica y transformadora,
y la relación entre el pensamiento y la acción requiere la mediación de los
fines que el hombre se propone».
172
La transversalidad del componente de aprendizaje
173
Rodrigo Quiroga
Evaluación empoderante14
La evaluación empoderante buscaría, básicamente, desarro-
llar la autorregulación y la autodeterminación de los implicados
en el proceso a través de la promoción del empoderamiento y la
participación ciudadana 'FUUFSNBO
$PVTJO8JUINPSF
'FUUFSNBO8BOEFSTNBO
Así, esta perspectiva de evaluación se enfocaría en aumen-
tar las probabilidades de éxito de un programa a través de las
siguientes acciones: entregando a los involucrados diversas
herramientas para evaluar la planificación, la implementación
e idealmente para autoevaluar el programa, e incorporando la
evaluación como parte de la planificación y la dirección del pro-
grama (Wandersman, Snell-Johns et al., 2005, en Wandersman,
2007). Para evaluar este impacto se utiliza un enfoque multinivel,
que registra efectos individuales –empoderamiento psicológico–,
organizacionales –en el conjunto de los miembros o involu-
crados– y ambientales o colectivos –coaliciones, comunidad,
CBSSJP
FUDm 4UFWFOTPO
.JUDIFM'MPSJO
FO'FUUFSNBO
8BOEFSTNBO
;JNNFSNBO
Dentro de la perspectiva presentada por este modelo de eva-
luación, resulta de particular interés la experiencia acumulada
14
Cousins (1996) destaca le existencia de confusión entre los modelos de
evaluación colaborativos, participativos y empoderadores, y la necesidad de
diferenciarlos en orden a realizar la elección más adecuada de cada uno de
ellos en función de las circunstancias específicas, para optimizar así su utilidad.
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Conclusiones
La breve panorámica que se presentó de la historia de la evalua-
ción da cuenta de la profunda transformación que este campo
de investigación ha sufrido durante las últimas décadas. En su
origen, la evaluación se fundó en la tradición positivista, y generó
así una investigación basada en el principio de objetividad, en
la búsqueda de relaciones causales y en el uso de diseños expe-
rimentales. La metáfora del juez es la que mejor representa la
forma en que la imagen del evaluador se cristalizó en la cultura
de la intervención desarrollada durante este periodo y que se
extiende hasta hoy.
Al contrario, los nuevos modelos de evaluación surgidos a
partir de la crítica a esta tradición son portadores de una dimen-
sión de aprendizaje que pone de manifiesto una transformación
paradigmatica. Este hecho está ilustrado por la incorporación
decidida del contexto de la intervención al proceso evaluativo y,
fundamentalmente, por la reivindicación de la perspectiva de los
actores en la evaluación de programas e intervenciones. Con ello,
la evaluación se sitúa, en la intersección entre el plano operativo
de la planificación y el plano experiencial de la significación.
182
La transversalidad del componente de aprendizaje
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La transversalidad del componente de aprendizaje
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Las perspectivas biográficas en
psicología comunitaria chilena
Introducción
La Psicología Comunitaria (PC), reconocida por un discurso
crítico y una praxis política y éticamente fundada, ha procu-
rado desde sus inicios desarrollar e implementar alternativas
metodológicas participativas que la distingan de las tradiciona-
les prácticas disciplinares adoptadas por la psicología hasta la
segunda mitad del siglo XX (Montero, 2004). En este proceso,
ha cuestionado las dimensiones epistemológicas que validan
la supuesta separación sujeto/objeto sostenidas por el discurso
cientificista tradicional y hegemónico, destacando la necesidad
de redistribuir las agencias de investigadores/as y sujetos (comu-
nidad) en las instancias de investigación y/o intervención, para
homologar las cuotas de participación y compromiso.
La propuesta de la PC se asocia con un tipo de práctica social
y de conocimiento de segundo orden (reflexión en la acción), al
convertir el objeto en sujeto de estudio y transformación (Calven-
tus, 2008). Consistentemente, las comunidades son vistas como
conocedoras de sus necesidades y de su historia, gestoras de sus
soluciones y potenciadoras de su propio bienestar y desarrollo.
1
Psicóloga, docente Escuela de Psicología Universidad Santo Tomas, sede
Santiago, Chile. E-Mail: mirespejo@gmail.com
2
Psicóloga, doctoranda en Psicología Social en la Universidad Autónoma
de Barcelona, España. E-Mail: mtramire@gmail.com
3
Psicólogo, programa de doctorado en Psicología Social en la Universidad
Autónoma de Barcelona, España. E-Mail: jcastillo.s@hotmail.com
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Cuadro Nº1: Esquema comparativo entre Enfoque biográfico, PC e Investigación Tradicional
203
y agenciar a quienes participan en estos experto.
participan en el proceso investigati-
procesos.
vo/interventivo.
Epistemología
Foco en mediaciones históricas
Foco en transacciones existentes entre sujeto, Foco en aspectos específicos que, por lo general,
existentes entre sujeto y sociedad,
contexto y sociedad. son unidimensionales.
sujeto y contexto, y sujeto mismo.
Las perspectivas biográficas
Ontología
Subjetividad y estructura social en
complementariedad.
Sujeto como agente activo sobre su vida y
Sujeto como fuente de información.
contexto.
Sujeto como agente activo sobre su
trayectoria y su futuro.
204
Vínculo de compromiso Lazo de compromiso que debe Se evita implicación en proceso
Ética
y confianza. ser respetado. investigativo.
Agencias simétricas. Poder centrado Simetría entre agencias. Se ostenta construir Lo desconsidera (u omite) la explicitación del
en narrador/a. poder en agentes comunitarios. carácter político de la investigación.
Política
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Las perspectivas biográficas
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Las perspectivas biográficas
Conclusiones
Las experiencias reseñadas permiten caracterizar algunas de
las posibilidades que tiene el uso del enfoque biográfico en las
investigaciones e intervenciones comunitarias. Si bien, como ya
hemos mencionado, se trata de una lista muy reducida y sesgada
de investigaciones, creemos que pueden servir de ejemplo para
establecer ahora algunas conclusiones.
Considerando que el trabajo comunitario puede abordarse
desde distintos niveles de involucramiento con la comunidad y,
por tanto, distintos niveles de compromiso y militancia (Quintal
de Freitas, 1994), hablar de investigaciones biográficas desde la
PC implica un modo de abordaje que requiere, inicialmente, una
reflexión acerca del compromiso, que diferencie entre investigar
elementos comunitarios en y para la comunidad, y procesos de
indagación e intervención realizados desde y con la comunidad.
Al hablar de compromiso nos referimos al rol que asume
un/a psicólogo/a con la comunidad con la que trabaja, donde
mayor nivel de compromiso implica que se interviene en sobre
las necesidades de la comunidad, «se implementa una forma
de trabajar en la cual renuncia a su rol de experto, e incluso
intenta transmitir parte de su conocimiento a los miembros de
MB DPNVOJEBE EFTQSPGFTJPOBMJ[BDJÓO
B MB WF[ RVF USBUB
de romper con viejos moldes, tendientes a mantener la distan-
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Las perspectivas biográficas
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Las perspectivas biográficas
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María I. Reyes - María T. Ramírez - Jorge Castillo
216
Las perspectivas biográficas
217
María I. Reyes - María T. Ramírez - Jorge Castillo
218
Coordenadas para una cartografía
de la acción socioprofesional
de la psicologíacomunitaria
en chile1
Introducción
Las tensiones de la práctica en la estructura socioprofesional de
la Psicología Comunitaria, son una inquietud constante en la
disciplina. Su propio origen es una respuesta a la insatisfacción
con el modelo médico y los cuestionamientos a la psiquiatría
tradicional, a la crisis de la psicología social, a la necesidad de
articular teoría y práctica y, por sobre todo, a la necesidad de
muchos psicólogos y psicólogas de vincular la psicología con
MBUSBOTGPSNBDJÓOEFMBSFBMJEBETPDJBM $SV["HVJMBS
En la última década, a nivel internacional se han identifica-
do y analizado diferentes aspectos que resultan complejos en la
estructura socioprofesional: las inconsistencias metodológicas
que se producen entre el campo de la práctica y la investigación
(Wandersman, 2003), la capacidad de la práctica científica de
la disciplina para colaborar al mejoramiento de la calidad de
WJEBEFMBTDPNVOJEBEFT 8BOEFSTNBO
,MPPT
-JOOFZ4IJOO
.BSUJO
-PVOTCVSZ%BWJETPO
MBFGFDUJWJEBEEF
las prácticas de intervención para contribuir al cambio social
1SJMMFUFOTLZ
/FXCSPVHI
4QFFS-PSJPO
el papel que juega la ideología en los fundamentos teóricos y
1
Este texto es parte del trabajo de ascenso del autor para ascender a la
jerarquía de profesor titular de la Universidad de Valparaíso.
2
Académico, Departamento de Psicología Social, Universidad de Valparaíso,
Chile. hector.berroeta@uv.cl hector.berroeta@gmail.com
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4
Las entrevistas realizadas al cuerpo académico fueron publicadas íntegra-
mente en el libro Alfaro, J. y Berroeta, H. (2007). Trayectoria de la Psicología
Comunitaria en Chile: prácticas y conceptos. Ed Universidad de Valparaíso.
230
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232
Coordenadas para una cartografia de la acción
5
Usamos el concepto de cartografía en el sentido propuesto por Guattari y
Deleuze (2002). Para estos autores, cartografiar no es representar un mundo
que ya está dado, sino generar nuevas interpretaciones, nuevos procesos,
crear nuevas relaciones, componer nuevas formas, producir nuevos deseos,
donde la acción de producción es en sí misma una acción transformadora.
Por lo mismo, desde esta posición, el mapa es abierto, conectable en todas
sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de recibir constante-
mente modificaciones, y puede ser reelaborado por cualquiera.
6
Con esta cartografía nos interesa producir insumos para un nuevo deseo,
ofrecer una provocación al campo de la psicología comunitaria nacional,
233
Héctor Berroeta Torres
234
Coordenadas para una cartografia de la acción
El eje individuo-comunidad
Desde su enunciación, la psicología comunitaria se ha
ocupado de las relaciones entre lo individual, la comunidad y
la sociedad, buscando entender y mejorar la calidad de vida en
estos tres niveles (Dalton et al., 2001, p. 5). Conceptos como
Fortalecimiento (Montero, 2004), Empoderamiento (Rappaport,
1981; Zimerman, 2000) o Sentido de Comunidad (McMillan y
Chavis, 1986), se despliegan como componentes y estrategias
para que individuos y comunidades logren el control de sus pro-
pios asuntos; como herramientas conceptuales que consideran lo
individual no del modo en que lo haría una aproximación clínica
(Rappaport, 1977), sino desde una posición donde la acción sobre
lo individual es constitutiva de un proceso colectivo.
En cuanto a la comunidad, esta no es concebida como
un espacio delimitado desde la teoría, sino por ella misma. Se
trata de un sujeto activo de las acciones que en ella se llevan a
cabo; es definido como un actor social, constructor de su propia
realidad (Montero, 2004).
Situados en esta aparente polaridad, son varios los cuestiona-
mientos que se hacen a la distancia producida entre la retórica y la
acción disciplinar. Mientras que la primera aboga decididamente
por definir los principios y valores que sitúan como sujeto a la
comunidad, la segunda nos muestra un marcado predominio de
la acción socioprofesional sobre lo individual (Rappaport, 2005).
235
Héctor Berroeta Torres
El eje mejoramiento-transformación
A la capacidad de la psicología comunitaria para producir
cambios en las condiciones de vida de las comunidades, tradicio-
nalmente se le ha llamado Cambio Social. El término alude tanto
a la noción de mejoramiento como a la de transformación. Sin em-
bargo, en lo reciente, el término transformación social (Montero,
1SJMMFUFOTLZ
8BUUT4FSSBOP(BSDJB
TF
ha usado con más claridad para expresar la finalidad, consecuencia
y orientación valórica que busca la acción comunitaria.
La transformación social llega cuando alcanzamos una com-
prensión política y psicológica integrada del poder, el bienestar y
la justicia (Prilletensky, 2004; 2008). Se trata de cambios defini-
dos desde la situación de la propia comunidad; y la incorporación
de aspectos externos que se hacen desde las aspiraciones, deseos
y necesidades de ella (Montero, 2004).
En cambio, el mejoramiento se refiere a acciones espe-
cíficas, centradas en problemáticas puntuales y que buscan
incrementar el bienestar de quienes son afectados por estas
situaciones, sin modificar las condiciones de injusticia que
las producen. Como señala Montero (2010), las acciones
centradas en mejorar la calidad de vida de las comunidades
hacen referencia a formas paliativas, mientras que transfor-
mar la calidad de vida de las comunidades involucra acciones
más profundas. La transformación es un proceso que implica
alteraciones en varios y distintos niveles, de lo individual a
lo social, y requiere necesariamente de la participación sus-
tantiva de los actores involucrados en la acción, no así del
mejoramiento, que en su expresión más asistencial demanda
solo una participación instrumental.
236
Coordenadas para una cartografia de la acción
Transformación
Individuo Comunidad
Mejoramiento
237
Héctor Berroeta Torres
Transformación/Comunidad
En este cuadrante se ubican las acciones que toman como
sujeto de la acción a la comunidad y que se dirigen al logro de
la trasformación social. Se trata de prácticas de carácter parti-
cipativo, definidas por las propias comunidades en un marco
dialógico entre profesional y comunidad, donde se busca aumen-
tar el compromiso de todos los agentes internos para catalizar
cambios materiales, económicos y de relaciones sociales, así como
de conciencia y desnaturalización.
Transformación/Individuo
En este cuadrante se sitúan las acciones que orientan su labor
sobre el individuo y que se dirigen a la transformación social. Se
trata de experiencias enfocadas desde modelos centrados en el in-
dividuo, o donde las estrategias se implementan prioritariamente
en el nivel individual. Aquí tenemos acciones de fortalecimiento
individual que buscan desarrollar procesos de cambio colectivo,
acciones que apuestan por los espacios de socialización para
tensionar los marcos ideológicos que sustentan las condiciones
de vida de los distintos participantes. Desde este punto de vista
se fomenta el control individual de las condiciones de vida a
través de la concienciación y desnaturalización. Experiencias de
psicoeducación, intervenciones narrativas, formación de líderes,
construcción de historias de vida, son algunas de las tácticas que
podemos identificar en este cuadrante.
238
Coordenadas para una cartografia de la acción
Mejoramiento/Comunidad
En este cuadrante se ubican las acciones que se ejecutan
sobre la comunidad con el objeto de mejorar la calidad de
vida de sus integrantes; acciones centradas habitualmente en
problemas específicos de salud mental o salud en general, que
toman a la comunidad como un colectivo vulnerable o defici-
tario, capaz de desarrollar estrategias que le permitan prevenir
situaciones de riesgo, promover acciones incompatibles con
la manifestación de los problemas, aumentar las capacidades
colectivas de afrontamiento y mejorar su acceso a servicios y
bienes socioculturales.
Mejoramiento/individual
Acciones realizadas desde enfoques individuales, que actúan
sobre el individuo y que buscan mejorar su calidad de vida. Se
trata de acciones que se llevan a cabo desde una lectura psico-
social de los problemas sociales, que actúan sobre mediadores
situados en aspectos del entorno o sobre las capacidades del
individuo, y que intentan corregir los déficits ambientales y
personales que entorpecen el ajuste personal a las demandas
del medio social. Presupone la necesidad de potenciar la ac-
ción racional y el uso de la libertad del individuo en el marco
de necesidades objetivables que deben ser satisfechas desde la
normativa objetiva de un proyecto societal.
239
Héctor Berroeta Torres
Depedencia
Transformación
Individuo Comunidad
Mejoramiento
Autonomía
Eje Individuo/Comunidad
En conjunto, estas investigaciones describen la práctica
comunitaria como una actividad dirigida a los sectores sociales
excluidos y vulnerables de la sociedad; y que, si bien se realiza ma-
yoritariamente en las dependencias de los centros institucionales,
se caracteriza por una marcada presencia de los profesionales en
los espacios cotidianos de la comunidad. Las acciones se centran
en desarrollar procesos individuales de integración social a partir
de estrategias de acción, orientadas fundamentalmente al trabajo
con personas, grupos, y minoritariamente con la comunidad.
Un elemento que caracteriza la acción, y que da cuenta de
la primacía de la orientación individual del quehacer, es el reco-
nocimiento por parte de los usuarios de que el tipo de vínculo
que establece el profesional con el usuario, es lo que distingue a
este/a profesional de otros; un estilo cercano, empático y de un
reconocido compromiso personal.
240
Coordenadas para una cartografia de la acción
Eje Transformación/Mejoramiento
En cuanto al concepto de transformación social, tanto en el
campo aplicado como en el académico, aparece más influido por
las necesidades y definiciones de la institucionalidad guberna-
mental, que por las necesidades de las comunidades y sus actores.
La finalidad más explícita de la práctica es el logro del bienestar
individual en pos de una integración social. El cambio promovido
es presentado más como una modificación en patrones de com-
portamiento, que como la búsqueda de una autodeterminación.
La participación de los actores se encuentra organizada
en un ejercicio individual que se despliega básicamente du-
rante el proceso de implementación de las experiencias, y en
escasos momentos de autonomía. Si bien se reconoce que se
trata de una participación de baja intensidad, se le asigna
un valor importante como espacio para promover procesos
de socialización desnaturalizantes que proyecten el control
individual al contexto social.
No obstante, todas las investigaciones reportan una tensión
latente entre los enfoques conceptuales, la producción de técni-
cas, los marcos valorativos y las prácticas de intervención, lo
que advierte la permanencia de un relato valórico coherente con
los principios ideológicos de la transformación, pero que no se
materializa con claridad en la acción socioprofesional.
Eje Dependencia/autonomía
La dependencia de un financiamiento estatal ajustado a po-
líticas asistenciales, es el principal contexto de institucionalidad
en que se desarrolla el quehacer comunitario; condición deter-
minante en la definición de los contenidos, el tipo de usuarios,
las estrategias priorizadas, los modelos de gestión, los criterios
e indicadores de evaluación y los tiempos de permanencia en
los territorios. Sin embargo, a pesar de esta clara orientación
institucional, la acción profesional tiene un pequeño margen
de autonomía en el nivel de la vinculación directa que estable-
ce con los usuarios, tanto en la elección de las metodologías
implementadas a nivel de actividades específicas, como en el
241
Héctor Berroeta Torres
Discusiones
Los resultados de la cartografía dan cuenta de una serie de efectos
complejos de la vinculación entre los sectores profesionales y la
esfera gubernamental en la Psicología Comunitaria nacional,
y aportan elementos significativos para intuir la respuesta a la
QSFHVOUBEF4FSSBOP(BSDÎB7BSHBT
y&ORVÊNFEJEBMP
que decimos que hacemos o creemos que hacemos, es consistente
DPOOVFTUSBMBCPSDPUJEJBOB
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Notas finales
En una reflexión más abierta y de proyección, quisiera referirme
a dos ideas que expresan bien el dilema presentado a la hora de
pensar las alternativas de salida a la tensión que genera el marco
de dependencia gubernamental.
246
Coordenadas para una cartografia de la acción
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248
Coordenadas para una cartografia de la acción
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Política, 22.
7
Uso el concepto Táctica en el sentido aplicado por Michel de Certeau, quien
define la Táctica como buenas pasadas del «débil» en el orden construido
por el «fuerte»; arte de hacer jugadas en el campo del otro, astucia de
cazadores, capacidades maniobreras y polimorfismo, hallazgos jubilosos,
poéticos y guerreros (Certeau, 2007. P. 46).
249
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254
Capítulo 2
Sistematización de experiencias en el
campo de la acción comunitaria
El refortalecimiento como una
herramienta de trabajo
comunitario: reflexiones
desde la comunidad
Introducción
Durante más de 10 años hemos estado pensando, repensando e
implementando intervenciones e investigaciones desde la pers-
pectiva del refortalecimiento en el Programa de Investigación y
Refortalecimiento Comunitario (CIReC), desde la Universidad
de Puerto Rico. El refortalecimiento es una estrategia de trans-
1
Psicólogo Social Comunitario, fundador y Director del Programa de Inves-
tigación y Refortalecimiento Comunitario (CIReC) en el Instituto FILIUS
de la Universidad de Puerto Rico. E-Mail: prometeos12@hotmail.com
2
Psicóloga Social Comunitaria, trabaja como Coordinadora Comunitaria en
el Programa de Investigación y Refortalecimiento Comunitario (CIReC).
E-Mail: aescabi@gmail.com
3
Estudiante del Programa Doctoral del Departamento de Psicología de la Uni-
versidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. E-Mail: siorar@hotmail.com
4
Psicóloga Social Comunitaria, trabaja como Directora Asociada del Pro-
grama de Investigación y Refortalecimiento Comunitario (CIReC). E-Mail:
XQBDIFDPCPV!HNBJMDPN
257
Carlos V. - Aracelis E. - Sylmarie Q. - Wanda P.
¿Qué es el refortalecimiento?
El refortalecimiento es una estrategia de acción, pero también
una herramienta de interpretación y transformación que implica
la metamorfosis de un paradigma de las debilidades y el déficit
a uno de las relaciones de fuerza y fortalezas, de un paradigma
de la dependencia a un paradigma de autonomía, autogestión y
redes de relaciones.
El refortalecimiento es una noción que trata de emprender
una tarea que nos permita advertir las relaciones de fuerza en las
que estamos inmersos, y entender y rearticular las relaciones de
poder que forman parte de nuestra vida cotidiana. Y, al mismo
tiempo, comprender las acciones que hacemos en relación con
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El refortalecimiento como una herramienta
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Relaciones de poder
El poder no es una posesión, ni una capacidad, ni un lugar en su
sentido estricto, sino una relación (Foucault, 1999; Martín Baró,
-ÓQF[4FSSBOP
-BNBZPSÎBEFOPTPUSPTUPEBWÎB
se relaciona con la noción de poder como si fuera una posesión,
una cosa o un lugar. Cuando hablamos de «ganar poder», «re-
partir el poder», «no tener poder», «recuperar el poder», «buscar
más poder», «dar más poder», «refugiarse en el poder», «el poder
cambió de manos» y «transgredir el poder», entre muchas otras
expresiones, lo que reflejamos es la visión tradicional del poder
RVFTJSWFEFUFMÓOEFGPOEPBMUSBCBKPRVFIBDFNPT3PEXFMM
(1996) ya había señalado la distancia que se había creado entre
el empowerment y el poder. Ella describió con mucha candidez
las raíces y el vínculo de la noción de empowerment con la de
poder, incluyendo sus sinónimos: comisionar, permitir, autorizar,
habilitar, revestir de poder, capacitar, potenciar e incluso armar.
Lo interesante de esta autora es que resume diciendo que «el
empowerment parece ser el proceso por el cual se facilita o se
imparte una transferencia de poder de una persona o grupo a
otro. Esto incluye los elementos de poder, autoridad, elección
y permiso» (p. 306). Si establecemos que existen otros tipos de
relaciones entre las personas –que no podríamos llamar preci-
samente relaciones de poder–, entonces estaríamos en mejores
condiciones para describir las relaciones de poder.
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El refortalecimiento como una herramienta
Referencias
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275
Carlos V. - Aracelis E. - Sylmarie Q. - Wanda P.
276
Algunas reflexiones teórico-
metodológicas sobre la
intervención social
desde el trabajo con
comunidades lafkenche.
Introducción
El presente artículo tiene por objetivo reflexionar brevemente
sobre ciertos aspectos metodológicos de la intervención social
comunitaria, a partir de mis aún escasas experiencias de acom-
pañamiento profesional a organizaciones territoriales Mapuche
Lafkenche6, y a la vez ofrecer algunas reflexiones más generales
sobre la relación entre movimientos socioterritoriales indígenas,
programas de intervención y políticas sociales, que me parece
corresponden al marco más amplio en el cual es posible inscribir
estas intervenciones puntuales.
De este modo, en la primera parte del trabajo se presentarán
algunos elementos generales y contextuales para aproximarse a
la intervención social con comunidades y organizaciones Ma-
puche Lafkenche, ofreciendo un marco general para entender
los procesos recientes de rearticulación de las comunidades y
organizaciones en territorio Lafkenche, al mismo tiempo que
5
Psicólogo, Universidad de La Frontera de Temuco. E-Mail: rans25@gmail.com
6
Dichas experiencias están ligadas principalmente con las familias y comu-
OJEBEFTRVFDPOGPSNBOMB"TPDJBDJÓO/FXFO1V-BGLFODIFEF$BSBIVF
a quienes agradezco en lo personal y profesional, como también al mo-
vimiento Identidad Territorial Lafkenche, que aglutina diversos espacios
territoriales Lafkenche desde Lebu hasta Aysén. De igual manera agradezco
a Ninette Sepúlveda Alecoi, compañera de trabajo en territorio Lafkenche,
por sus comentarios y sugerencias al presente trabajo.
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Algunas reflexiones teórico-metodológicas
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Algunas reflexiones teórico-metodológicas
Neoliberalismo, postdictadura y
políticas indígenas
La introducción del neoliberalismo, experimento llevado a cabo
por primera vez en el Chile bajo la dictadura de Pinochet, y la
reafirmación una y otra vez de su recetario por parte del Consen-
so de Washington y las instituciones financieras internacionales,
implican una nueva concepción de la ciudadanía y una reorien-
tación de la política social, incluidas las políticas en materia
indígena. En general se trata de una subordinación de la política
social a los requerimientos del modelo económico (Solimano,
2004) y una renuncia del Estado a seguir cumpliendo los pactos
de ciudadanía establecidos durante el nacional-desarrollismo,
aun cuando muchos de estos pactos nunca hayan sido realmente
efectivos para la gran mayoría de la población; es el paso del
precontractualismo al postcontractualismo sin pasar nunca por
un contractualismo, como señala Santos (1999), para los Estados
periféricos del sistema-mundo capitalista.
281
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Algunas reflexiones teórico-metodológicas
8
Un elemento central de la gobernabilidad neoliberal en materia indígena,
ha sido el establecimiento de la dicotomía entre buenos v/s malos en el
marco de la era del indio permitido, como ha sido desarrollada por Hale
y Millamán. A grandes rasgos, se trata de una política que busca dividir la
demanda indígena, reconociendo algunos derechos y destinando recursos
para los sectores indígenas que aceptan los mecanismos definidos por el
Estado, mientras se reprime y estigmatiza a los sectores que pudieran re-
presentar un desafío a la autoridad y al neoliberalismo (Hale, 2004).
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Autores como Zibechi, García Linera y Porto-Goncalves, entre otros, mues-
tran cómo los movimientos sociales de las últimas décadas que han sido
capaces de desafiar al neoliberalismo, no han surgido desde la figura del
sindicato obrero o los partidos políticos de izquierda, sino de movimientos
sociales híbridos de base comunitaria, articulados desde la vida cotidiana
y política desde el «sótano», como señala el subcomandante Marcos. Los
Zapatistas en México, el MST en Brasil, la guerra del agua y la guerra
del gas en Bolivia, los movimientos indígenas en Ecuador y Bolivia, los
piqueteros e iniciativas barriales en Argentina y Uruguay, y el movimiento
Mapuche en Chile y Argentina, son algunos ejemplos de esta realidad.
302
Algunas reflexiones teórico-metodológicas
Referencias
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303
Rodrigo Navarrete Saavedra
304
Algunas reflexiones teórico-metodológicas
305
Rodrigo Navarrete Saavedra
306
Participación artística comunitaria:
el arte como herramienta
de desarrollo social
Catalina Cabrera12,
Enrico Cioffi13,
Rodrigo Novoa14,
Claudia Silva15
Introducción
Este artículo propone un recorrido por el trabajo desarrollado
por Teatro de Tierra en el ámbito de la intervención comuni-
taria. Su metodología nace de la inquietud de aportar a la vida
en comunidad, con la convicción de que el arte –y en particular
el teatro–, es una herramienta valiosa que debe traspasar la
frontera del espectáculo y presentarse de manera cercana a
las personas. El teatro desde esta perspectiva debe recuperar
el sentido cotidiano, parte de la expresión natural y ancestral
del desarrollo humano en más de una dimensión, volviendo
a ser parte de la celebración y educación, la sanación para el
autocuidado, el fortalecimiento de la identidad, la autoestima
y la cultura de pertenencia.
Teatro de Tierra es un colectivo de artistas en su mayoría, y
de profesionales del área de las ciencias sociales y la salud, que
proponen y exploran una metodología de Participación Artística
Comunitaria en proyectos de desarrollo sociocultural, en dife-
rentes culturas y espacios geográficos del planeta.
12
Actriz, recopiladora de memoria territorial. Fundadora de Teatro de Tierra.
13
Actor y Diseñador Comunitario. Fundador de Teatro de Tierra.
14
Actor y antropólogo social. Colaborador Teatro de Tierra.
15
Actriz y psicóloga. Socia Teatro de Tierra
307
Catalina C. - Enrico C. - Rodrigo N. - Claudia S.
308
Participación artística comunitaria
Metodología: Laboratorio
Artístico Comunitario
El equipo está constituido por profesionales de distintas dis-
ciplinas y formaciones: muralismo, actuación, artes visuales,
danza, psicología comunitaria, educación, antropología y me-
dicina, entre otras. Para el mejor desarrollo de cada proyecto,
el colectivo integra en los procesos creativos a los mediadores
interculturales locales, a los líderes comunitarios y a cada uno
de los participantes de los talleres creativos.
El trabajo comienza cuando el colectivo se instala a vivir en
el territorio de la comunidad por todo el tiempo que tardará la
intervención, lo que permitirá en lo cotidiano crear espacios de
cercanía con sus miembros, con el fin de generar confianzas que
potencien el trabajo creativo durante los talleres.
Cada intervención se inicia con un proceso de recopilación
de la historia local, a través de entrevistas con informantes
claves de la comunidad, principalmente adultos mayores, guar-
dianes de la historia colectiva por excelencia. A partir de esta
recopilación se generan intencionados espacios de encuentro
entre los abuelos y los niños, niñas y jóvenes, en los que se
cuentan las historias y los cuentos guardados. Se fomenta así
la activación de conversaciones entre los más jóvenes y los más
viejos, lo cual traspasa el momento del taller al motivar a cada
niño a buscar en su familia una historia que contar para cada
encuentro, y sobre la cual vincular la propia historia personal
con su barrio o comunidad.
Tras la identificación de la historia común, se pasa al
proceso intensivo de creación en el Laboratorio Artístico
Comunitario. En este, a través de encuentros diarios, se imple-
mentan talleres de arte, teatro, audiovisuales, danza y cocina
patrimonial, entre otros, cuyo principal insumo de creación es
la historia recuperada. Se pone especial cuidado, cada vez, en
explicitar los vínculos de esta historia con la vida actual de la
comunidad y sus integrantes.
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Participación artística comunitaria
públicos. Dos de los tres eran micro basurales y debieron ser en-
teramente limpiados por la comunidad antes de ser intervenidos.
Participaron en la creación de los murales, principalmente,
los niños y las mujeres de la comunidad, y dirigentes vecinales.
Este proceso de creación colectiva potenció la valorización de
los espacios públicos: la comunidad participó de su concepción
y realización, se identificó y apropió positivamente, y promovió
así la difusión y cuidado de su propia obra.
La tercera instancia creativa se desarrolló durante el taller
audiovisual. En él, la comunidad aprendió elementos básicos
de escritura de guión cinematográfico y participó en cinco cor-
tometrajes, vinculados también con los temas surgidos durante
el taller teatral. Estos fueron escritos, grabados e interpretados
por los participantes del laboratorio, y luego proyectados al aire
libre en espacios públicos de la población. Estas instancias artís-
ticas colectivas permitieron congregar a los vecinos y vecinas en
torno de actividades positivas, presentar a los participantes del
laboratorio como agentes de desarrollo comunitario y posicionar
activamente el programa «Creando Chile en mi Barrio» dentro
del territorio intervenido.
Ocho meses después, en septiembre de 2009, los vecinos y
los animadores barriales del programa gestionaron el regreso del
colectivo para profundizar el trabajo iniciado en diciembre. Esta
vez, siete artistas y profesionales de Teatro de Tierra se instalaron
por otras tres semanas en el barrio.
A diferencia de la vez anterior, el barrio estaba en plena re-
construcción, lo que permitió una nueva mirada a la intervención.
No se tocaron los temas relacionados con el terremoto, pero sí
se trabajó con más profundidad en lo que el colectivo llama la
identidad territorial. Se llevó a cabo un proceso de recopilación
de la historia de Tocopilla a través de distintas fuentes de infor-
mación. El énfasis puesto en validar las historias locales, contadas
por las voces vivas de cada comunidad o barrio, es uno de los
fundamentos de la orientación de Teatro de Tierra.
En esta segunda etapa, el desafío fue ahondar en el conoci-
miento de la historia local para luego traducirlo a un lenguaje
creativo y artístico. Para ello, el equipo se propuso fortalecer las
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Catalina C. - Enrico C. - Rodrigo N. - Claudia S.
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Participación artística comunitaria
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Catalina C. - Enrico C. - Rodrigo N. - Claudia S.
Reflexión final
Frente a la serie de componentes que constituyen la base de la in-
tervención comunitaria –sello metodológico de este colectivo–, se
evidencia un constante compromiso que valida el rol protagónico
de pobladores y comuneros, a la vez que confirma una exigente
renovación de prácticas. Favorecer la expansión del imaginario,
potenciar los talentos y posicionar el arte como portavoz de las
comunidades, son otros puntos que se han desarrollado en el
transcurso de los años en distintas realidades.
Teatro de Tierra ha centrado su labor en la participación de
los agentes locales en la ideación y construcción del autodesarro-
llo, a juicio de sus observadores, fortalece los talentos y poten-
cialidades de las personas que se involucran en estos procesos,
y los transforma así en actores socialmente responsables de su
entorno y de su propia comunidad, con lo que ellos pueden esta-
blecer acciones ciudadanas participativas y creativas. La apuesta
metodológica se ha concentrado en la vivencia compartida de
los procesos artísticos y creativos, en distintas poblaciones, y de
ese modo ha podido resignificar los vínculos de la comunidad
con su entorno y realidad.
La metodología de Participación Artística Comunitaria ha
generado un logro colateral, no necesariamente evidente para los
protagonistas de esta aventura, que se manifiesta en la demos-
tración –puesta en escena– de que es posible saltar las barreras,
paradigmáticas a ratos; de que en el plano de la política social se
muestran poco conciliables la teoría y la práctica, el diseño con
la implementación, la observación e investigación con el trabajo
en terreno, en el microcosmos de una población concreta.
318
Participación artística comunitaria
Referencias
Boal, A. (1978). Jeux pour acteurs et non-acteurs. Pratique du théâtre
de l’Opprimé. París: François Maspero.
Lecoq, J. (1997). Le corps poétique. Paris: Actes Sud. <XXXDPOTF-
KPEFMBDVMUVSBDM
319
Hacia un modelo de
diagnóstico participativo
Antecedentes Generales
El tema de la infancia ha sido relevado en la agenda pública
social a partir de 1990, teniendo como marco de referencia los
compromisos asumidos por Chile en la Cumbre Mundial en
favor de la Infancia en 1990, y a partir de la suscripción de la
Convención sobre los Derechos de los Niños (CDN), ratificada
por nuestro país ese mismo año (MIDEPLAN, 2004).
Este hecho promovió un cambio profundo en la mirada que
el Estado, sus instituciones y la sociedad han de tener con res-
pecto a niños y adolescentes (NNA), lo que estableció un nuevo
marco ético, valórico y operativo de carácter transversal. Dicho
cambio guarda relación con el relevo desde una concepción de
los niños como objetos de protección, a una mirada que los con-
sidera sujetos de derechos, teniendo siempre presente su interés
superior y sentando un nuevo marco relacional entre el Estado
y la Familia, siendo esta última la responsable primordial de la
crianza de los hijos y promoviendo la equidad de responsabili-
dades y obligaciones comunes entre padre y madre.
Frente al desafío que nos plantea la CDN, el Estado
chileno generó una política nacional a favor de la infancia y
la adolescencia, que busca promover, asistir y reparar en el
ámbito de los derechos a niños, siendo una de sus misiones la
17
Psicóloga, Magíster en Psicología Mención Psicología Social; Directora
Escuela de Psicología, Universidad de La Serena, pdinamarca@userena.cl
18
Psicólogo, candidato a Magíster en Psicología Comunitaria, Universidad de
Chile; académico Departamento de Psicología, Universidad de La Serena.
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Paola Dinamarca - Miguel Suárez
Justificación
La política a favor de la Infancia y la adolescencia plantea como
su quinta área estratégica de intervención, «la promoción y el
fomento de la participación infantil»,
»,, entendiéndose la participa-
ción como el proceso de compartir decisiones que afectan la vida
propia y la vida de la comunidad en la cual se vive (MIDEPLAN,
2004). En ese sentido, la participación se articula como medio
para la profundizar la democracia y como criterio de juicio a ésta.
A partir del Seguimiento del Plan De Acción Integrado a
favor de la Infancia y la Adolescencia 2001-2010 –generado por
el MIDEPLAN en 2004–, se evidencia la necesidad de abordar
con mayor fuerza el desafío pendiente de la participación infantil.
A la luz de las acciones que se llevaron a cabo entre los
años 2001 y 2003, es posible establecer que ellas aparecen más
bien parceladas, poco integradas y de una efectividad relativa,
particularmente en lo relativo a la promoción de la participación
infantil. Mostrando por tanto debilidades en su capacidad de
concretar la política local y nacional en esta materia.
Si atendemos al desafío de fomentar la participación infan-
til en el ámbito de la promoción y protección de derechos, es
conveniente resaltar que deben ser consideradas las voces de los
niños y niñas de modo de atender apropiadamente los problemas,
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Hacia un modelo de diagnóstico participativo
Cobertura (acceso)
Salud
Calidad (situación)
Dimensión afectiva
Recursos económicos
Vivienda
Problemas relevantes
Familia Potencialidades y recursos
Protección, uso y maltrato
Explotación sexual infantil (ESCI)
Trabajo infantil
Consumo de sustancias
Menores en conflictos con la ley
Social
Participación,
Política
expresión y orga-
Recreacional
nización
Deportiva y Cultural
Dineros
Inversión Pública Infraestructura Focalizada
Programas - Proyectos
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Conclusiones
El diagnóstico participativo surge como una herramienta que
promueve una ciudadanía social, con diversos niveles de par-
ticipación ciudadana en el contexto de las relaciones comu-
nitarias incluyentes, enfocadas a propiciar «una comunidad
mayormente consciente de sus necesidades y de sus deberes,
justamente cuando se compromete libremente en una acción
de mejoramiento y de cambio de sí misma, también sabe rei-
vindicar mejor sus derechos. Es decir, esta es una contribución
al reforzamiento de la democracia, a su revitalización, a su
capacidad de ser algo vivo en el cuerpo de la sociedad y no
puro elemento formal». (Marchioni, 1989).
Es posible producir capital social con las capacidades
ciudadanas para generar y potenciar espacios de participación
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Hacia un modelo de diagnóstico participativo
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Paola Dinamarca - Miguel Suárez
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Hacia un modelo de diagnóstico participativo
Referencias
Astorga
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Rivera
.
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1
El diagnóstico participativo. Quito,
Ecuador: ALAI-Abya Yala.
337
Creación, captura y distribución de
valor sociocultural y económico en
comunidades indígenas para la cons-
trucción de negocios ecoturísticos
El caso del parque pewenche de quinquén,
comuna de lonquimay, chile.
Introducción
El presente artículo describe algunos aspectos que el trabajo
comunitario debe considerar para la construcción de modelos
de negocios, en contextos multi/interculturales. Específicamente,
se trata del proceso de creación, captura y distribución de valor
en comunidades indígenas socioeconómicamente vulnerables,
en ámbitos de intersección y encuentro de lógicas sociales y
económicas divergentes. La experiencia analizada –asociada
a la innovación social e intercultural en modelos de negocios
ecoturísticos– se sitúa en la Precordillera de Los Andes, con el
1SPZFDUP1BSRVF1FXFODIF de Quinquén (comuna de Lonqui-
may), una iniciativa actualmente en construcción, definida como
un modelo de área territorial de conservación administrada por
una comunidad indígena propietaria de las tierras, con fines de
desarrollo del ecoturismo y de resguardo de su biodiversidad.
La experiencia descrita es capturada de las declaraciones de
la línea base de actores oferentes del Proyecto, conformada por
la Comunidad mapuche-pewenche de Quinquén (nodo central
de orquestación) y la Unidad de Desarrollo Económico Local
20
Magíster Desarrollo Humano Local y Regional. Becado Doctorado Cien-
cias Políticas, Lateinamerika Institut (LAI). Freie Universität Berlin (FU).
Berlin – Deutschland. E-Mail: oscar.gabriel.vivallo@gmail.com
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El concepto de ecoturismo
El interés que hoy existe por el ecoturismo y turismo de
naturaleza, es significativamente mayor que el del turismo con-
vencional. De hecho, su tasa de crecimiento se ha duplicado y
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Creación, captura y distribución
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Oscar G. Vivallo
cultural del destino para los visitantes, siendo más adecuados los
viajeros independientes, al igual que los circuitos organizados para
grupos de tamaño reducido.
Asimismo, Harris (2004; en Acevedo, 2006) presenta una
serie de características básicas que deberían estar presentes en
proyectos de ecoturismo comunitario, con una connotación
claramente metodológica, que incluye la noción de proyectos
construidos en áreas naturales relativamente imperturbadas, y
así contribuyen a la conservación de la biodiversidad, ya que
reducen o reemplazan actividades que amenazan la biodiver-
sidad y desarrollan –tanto en las personas locales, como en los
visitantes– una conciencia de conservación y de la importancia
de la biodiversidad.
Por otro lado, el ecoturismo sustenta el bienestar de las
personas que viven en la localidad, proporcionado una expe-
riencia de aprendizaje o de interpretación ambiental. Es ofrecido,
principalmente, a pequeños grupos a través de microempresas
y se centra en la participación local, el sentido de pertenencia
y las oportunidades comerciales. Finalmente, pone énfasis en el
consumo más bajo posible de los recursos no renovables.
En este contexto, el trabajo comunitario debiese estar
dirigido a establecer cómo los modelos de negocios futuros se
construyen en función de la creación de valor en individuos y
comunidades socioeconómicamente vulnerables. Por otra parte,
deberá lograr las definiciones acerca del proceso de construcción
de los propulsores de negocios turísticos (comunidad indígena),
y la comprensión que realizan respecto del entorno, incluyendo
la planificación de escenarios y activos estratégicos y comple-
mentarios considerados por todos los actores del proceso. Del
mismo modo, deberá atender el proceso de cambio a la base de
incorporación de valor social –emergente de la combinación de
los nodos participantes–, procurando establecer la proyección
del negocio hacia el futuro.
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NJTNPTQPSUBEPSFTEFMBDVMUVSBNBQVDIFQFXFODIFZQSPUFD-
tores celosos de la biodiversidad del territorio.
Un cuarto y último nivel de puesta en valor de la variable
cultural, se sustentaría en el concepto general que otorga iden-
tidad al negocio, consistente en un área de conservación de la
biodiversidad y del patrimonio cultural y natural, administrada
y autogestionada por la misma comunidad indígena propietaria
de las tierras, con toda la carga histórica y sociocultural desa-
rrollada ancestralmente en su territorio.
En definitiva, la puesta en valor de los activos culturales-
territoriales se distribuye a través de a) los productos con moti-
vos alusivos a la cultura indígena; b) las prácticas y costumbres
ancestrales incluidas en la cadena de servicios; c) la presencia
de actores indígenas, hablantes de la lengua originaria, como
agentes portadores de la cultura ancestral y protectores de la
biodiversidad; d) el concepto indígena identitario del negocio,
tanto por su ubicación territorial como por su modalidad dis-
tintiva de administración.
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Referencias
Acevedo, M. (2006). Ecoturismo Comunitario en la Región de Val-
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370
Creación, captura y distribución
371
Hacia una estrategia territorial de
prevención comunitaria de la
drogodependencia: la experiencia
del programa conace-previene
padre las casas
Introducción
La región de la Araucanía es una de las regiones en Chile con
los indicadores más bajos de Desarrollo Humano, razón por
la cual se han ejecutado múltiples programas y proyectos con
financiamiento estatal, orientados a mejorar esta condición. En
estas iniciativas, se suele asignar un rol destacado a los líderes
y organizaciones comunitarias. A pesar de ello, se constata en
la práctica que, aunque los diferentes actores locales valoran la
organización y participación como elementos sustantivos para
el desarrollo de la comunidad, las relaciones que se generan
en el espacio de la comunidad con frecuencia no favorecen
procesos de empoderamiento organizacional ni comunitario
;BNCSBOP
#VTUBNBOUF(BSDÎB
%FMNJTNPNPEP
TF
aprecia que, si bien en las comunidades hay líderes y dirigentes
21
Académica, Departamento de Psicología, Universidad de la Frontera.
albaz@ufro.cl
22
Investigadora en terreno, encargada de sistematización Componente de
Formación de Profesionales Proyecto Integración FONDEF D08i-1205.
XBSJOB!HNBJMDPN.
23
Coordinador SENDA - Previene Comuna de Padre Las Casas. ivan.neira@
gmail.com
24
Lucia Pérez, Delegada en Programa Salidas Alternativas Acuerdos Temuco.
luciaperez04@gmail.com
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Hacia una estrategia territorial de prevención
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como en los medios que ella empleará para lograr sus propósitos.
En definitiva, un liderazgo efectivo implica que los líderes guíen
satisfactoriamente la creación de una visión y usen la visión
resultante de manera estratégica en sus organizaciones.
Una noción clave en prevención, desde la lógica de la Psi-
DPMPHÎB$PNVOJUBSJB
FTMBEFFNQPEFSBNJFOUP FNQPXFSNFOU
en su versión original) (Rappaport, 1981, 1987; Le Bossé y
Lavallée, 1993). El término debe su introducción en psicología
comunitaria, en gran parte, a Rappapot (1987), que lo ha defi-
nido sucintamente como un proceso por el cual las personas, las
organizaciones o las comunidades ganan en maestría sobre sus
asuntos. El autor lo coloca como concepto central en psicología
comunitaria en reacción a un enfoque preventivo tradicional
que juzgaba reductor. El concepto se refiere, entonces, a la po-
sibilidad de las personas de «controlar su vida» (Rappaport,
1987, citado en Le Bosé y Dufort, 2002) o llegar a ser «los
agentes de su propio destino» (Breton, 1989, citado en Le Bosé
y Dufort, 2002), aspectos claves en la tarea de mejorar las
condiciones de vida y reducir la presencia de problemas como
el consumo problemático de drogas.
Marc A. Zimmerman postula que uno de los aspectos del
empoderamiento consiste en una orientación valórica para el
trabajo con la comunidad, la cual sugiere objetivos, metas y es-
trategias para la implementación del cambio a nivel individual,
de las organizaciones o de la comunidad (Zimmerman, 2000).
Este mismo autor, desde una perspectiva ecológica, plantea que
el empoderamiento es un proceso que ocurre en múltiples niveles
interdependientes, tales como el individual, el organizacional y
el comunitario. En la experiencia desarrollada, el foco estuvo
puesto en los dos últimos niveles.
En el nivel de la organización, se requiere de procesos orga-
nizacionales y de estructuras que animen la participación de los
miembros y estimulen la efectividad organizacional (Zimmerman,
2000). Estos procesos de organización colectiva enlazan en un
conjunto de operaciones y relaciones de las subjetividades, nor-
mas, y estructuras que, reuniendo ciertas características, tienen
la potencialidad de favorecer el desarrollo individual y colectivo
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Referencias
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398
Reflexiones en torno al proceso de
sistematización de experiencias:
alcances y encrucijadas de la
producción de conocimiento
desde los equipos de trabajo
Guillermo Fernández25;
Eduardo Guesalaga26;
Domingo Asún27
Introducción
La Sistematización de Experiencias es una metodología de trabajo
surgida o formalizada desde los procesos de Educación Popular,
nacidos en Latinoamérica. Esta metodología ha sido usada como
parte de las herramientas de los diferentes movimientos que
buscaban crear procesos de transformación social.
Como equipo de trabajo, hemos buscado rescatar esta me-
todología y aplicarla en el contexto actual de trabajo en Chile.
En este texto queremos comunicar cómo, a través de la Sistema-
tización de Experiencias y su desarrollo conceptual y práctico,
hemos logrado promover la apertura de espacios de intercambio
de ideas y reflexiones en diferentes equipos de trabajo. Esta
experiencia ha producido, por una parte, una gran cantidad de
conocimiento sobre las propias prácticas a los equipos, y por otra,
25
Psicólogo Universidad de Valparaíso. Magister © Psicología Mención
Comunitaria, Universidad de Chile. E-Mail: headtrader@gmail.com
26
Psicólogo Universidad de Valparaíso. Diplomado Psicología Comunitaria,
Universidad de Chile. Magister © Psicología Mención Comunitaria, Uni-
versidad de Chile. E-Mail: eguesalagac@gmail.com
27
Profesor Universidad de Valparaíso. Psicólogo Universidad de Chile. Es-
pecialista en Salud Mental y Psicología Social Facultad de Medicina Uni-
versidad de Chile. Magister © Psicología Social, Universidad de la Serena.
E-Mail: domingo.asun@uv.cl
399
Guillermo Fernández - Eduardo Guesalaga - Domiingo Asún
28
Proyecto Piloto: Prevención Secundaria en Establecimientos de Enseñanza
Media, en comunas de la V Región de Valparaíso.
29
Entendemos praxis desde la perspectiva de Maritza Montero; es decir, «…
praxis tiene una orientación ética y responde asimismo a una dimensión
política, en el sentido de que trabaja sobre acciones que se producen en el
espacio público, mediante el ejercicio de la ciudadanía» (Montero; 2006);
vale decir, la relación que se produce entre conocimiento y las transforma-
ciones que construye la realidad día a día.
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Reflexiones en torno al proceso de sistematización
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Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
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Sistematización
de Experiencias
Prácticas de los
Equipos de
Trabajo
Evaluación
I.A.P. Iluminativa
Figura Nº1
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Reflexiones en torno al proceso de sistematización
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Reflexiones en torno al proceso de sistematización
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Guillermo Fernández - Eduardo Guesalaga - Domiingo Asún
micas en que, por su costo, no sea rentable para los privados, pero
una vez que esa área de la economía se hace rentable a la inver-
sión, el Estado debe retirarse. Una consecuencia de lo anterior
es lo que se llama externalización de servicios, que en palabras
simples significa que una empresa le entrega ciertas actividades
propias a otra empresa especializada en el tema.
La idea que subyace en la externalización es la reducción
de gastos y la eficacia del trabajo, pues la especialización en una
labor (en la mirada neoliberal) le da valor agregado al producto o
servicio, lo que sumado a una disminución de los costos se vuelve
una alternativa de administración de los recursos de las empresas
bastante recurrida. El problema que surge de esto es que, en la
lógica de la empresa privada, la externalización de servicios quizás
sea un elemento deseable, pero que el Estado la adopte para la
ejecución de políticas sociales es, por lo bajo, cuestionable.
Partimos de la base de que si los objetivos perseguidos por
el Estado y por los sectores en manos de privados son distintos,
los métodos y lógicas de funcionamiento deberían ser diferentes.
De esta manera, los privados buscan estrategias que permitan
maximizar las ganancias del modo más efectivo posible. Por su
parte, el Estado persigue beneficios sociales, los cuales pueden ser
de distintas índoles pero no se basan en la idea de maximizar los
beneficios o la eficacia de las acciones, sino en que sus beneficios
a la comunidad sean más importantes que el gasto hecho.
Sin embargo en la actualidad, el Estado ya no realiza di-
rectamente su labor en diferentes ámbitos, sino que contrata
consultoras, ONGs, instituciones sin fines de lucro, etc., las
cuales se encargan de ejecutar la política pública. Es aquí donde
aparecen los diferentes equipos con los cuales hemos trabajado,
y que pertenecen a alguna de las diferentes instituciones que han
sido contratadas por el Estado (a través de asignaciones directas,
licitaciones abiertas o cerradas u otro mecanismo de selección),
pero que no dependen directamente de él más allá del nivel eco-
nómico y, en algunos casos, técnico. Así, el primer análisis que
se puede hacer es que la tensión que tienen los equipos frente
al entramado legal e institucional, se debe a que se traslapan
diferentes lógicas de trabajo.
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Reflexiones en torno al proceso de sistematización
Referencias
Berdegué, J. A., Ocampo, A. y Escobar, G. (2000). Sistematización
de Experiencias Locales de Desarrollo Agrícola y Rural. Guía
Metodológica. FIDAMERICA y PREVAL. Citado desde <http://
XXXGPOEPNJOLBDIPSMBWJPSHXFCDIPSMBWJTJTUFNBUJ[BDJPO
HVJBTUFSSFOP1%'
Bustos Titus, L. (Octubre 2009). Entrevista Personal Digitalizada. Se
puede encontrar en <http://sistematizaciondeexperienciasuv.
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Guillermo Fernández - Eduardo Guesalaga - Domiingo Asún
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Este libro se terminó de imprimir
en los talleres digitales de
RIL® editores
Teléfono: 225–4269 / ril@rileditores.com
Santiago de Chile, agosto de 2012
Se utilizó tecnología de última generación que reduce el
impacto medioambiental, pues ocupa estrictamente el
papel necesario para su producción, y se aplicaron altos
estándares para la gestión y reciclaje de desechos en toda
la cadena de producción.
Alba Zambrano - Héctor Berroeta (comps.)
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA ACCIÓN COMUNITARIA
Aportes desde la psicología comunitaria