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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

Trabajo Final
Alumna: Citlali Elida Mora Ibarra
Grupo 9502

Mayo 2017

A c ti v i d a d 1
Realizar una investigació n conlleva un proceso metodoló gico complejo, por lo cual
es indispensable conocer y utilizar un lenguaje científico apropiado, lo anterior, conlleva a
emplear los conceptos necesarios e involucra procesos reflexivos y de aná lisis que
permitan comprender y sobre todo exponer a los lectores lo que se investiga.

En este sentido, me permití seleccionar como concepto principal el lenguaje, ya


que considero que al ser una estudiante de segundo semestre de la licenciatura en
sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, debo explicarme de
manera precisa y fundamentada. Puesto que, el manejo adecuado de conceptos y de un
lenguaje nutrido marca la diferencia entre el trabajo empírico y el de una investigació n
con sustento teó rico. Y como lo señ ala J. Mardones y N. Ursua “en la ciencia siempre
debemos saber con exactitud de qué hablamos” (1999, p. 43). Por lo que los autores
citados explican detalladamente la diferencia que hay entre utilizar el lenguaje científico
de lo que ellos denominan el lenguaje cotidiano o similar.

En este sentido, y de acuerdo con Antonio Colino (1972) quien define al lenguaje
como: “cualquier lenguaje natural es y trata de ser universal. Con él se desea exponer todo
lo que es expresable: nuestros sentimientos, emociones, conocimientos, etc.” (Colino,
1972, p. 22), sin embargo, es importante enfatizar que existe diferencia entre el lenguaje
cotidiano del científico o como los nombra Colino, lenguaje natural y lenguaje objeto.

Es por ello, que para efectos de este trabajo se pretende abordar el lenguaje
científico u objeto. Si bien es cierto, que los dos tipos son importantes, incluso me
atrevería asegurar que el lenguaje objeto no podría existir sin haber conocido primero el
lenguaje natural, y de acuerdo con Colino (1972) el primero se caracteriza por ser preciso
no solamente en el léxico (es el vocabulario, o conjunto de palabras de un idioma), sino
también en la sintaxis (es la parte de la gramá tica que estudia el modo en que se
combinan las palabras y los grupos que estas forman para expresar significados).
Lo cual marca la diferencia entre solamente utilizar el lenguaje con la finalidad de
expresar una necesidad o deseo, al de implementarlo para dar a conocer o explicar
investigaciones académicas, reportajes, discursos, interpretació n estadística, etc.

El lenguaje se complejiza segú n el manejo que se tenga de nuevos conceptos, los


cuales se construyen a partir de investigaciones, lecturas y mediante la apropiació n de
conocimientos. Lo que me lleva a poder explicar qué conceptos adquirí una vez que inicié
este trabajo. Al analizar el concepto principal recordé alguna vez haber leído a Judith
Butler, específicamente el libro Actos performativos y constitución del género: un ensayo
sobre fenomenología y teoría feminista, el cual aborda entre otros temas como se
construye la realidad social mediante el lenguaje, al recordar eso fue como un hilo, que me
llevó a leer el libro Cómo hacer cosas con palabras de J. L. Austin (1962), autor que me
impresionó por la manera en que divide los actos que se relacionan con el lenguaje,
afirmando que se tiene que distinguir cuando alguien dice algo, lo siguiente: el acto de
decirlo, lo que se lleva a cabo al decirlo y el por qué se dice.

A éstos los nombró como: locucionario, ilocucionario y perlocucionario. De manera


breve, expongo que es cada uno de ellos:

 Locucionario: “el acto de decirlo, esto es, el acto que consiste en emitir ciertos
ruidos con cierta entonació n o acentuació n, ruidos que pertenecen a un
vocabulario, que se emite siguiendo cierta construcció n y que, ademá s, tiene
asignado cierto sentido y referencia”;

 Ilocucionario: “el acto que llevamos a cabo al decir algo: prometer, advertir,
afirmar, felicitar, bautizar, saludar, insultar, definir, amenazar, etc.”;

 Perlocucionario: “el acto que llevamos acabo porque decimos algo: intimidar,
asombrar, convencer, ofender, intrigar, apenar, etc.” (Austin, 1962, p. 32).
Un ejemplo de lo anterior, sería que un dictador le dijera a su subordinado ¡Cierra
la puerta!, si se explica como un acto locucionario es sencillo por que es descriptivo, es
una orden que indica realizar una acció n, cerrar una puerta. Por otra parte también se
denota la intenció n en la indicació n, se dice que el subordinado obedezca la orden dada, y
esto lleva al tercer acto que es la creació n de varios efectos performativos, que podrían
ser, por ejemplo, el miedo de uno hacia el otro o la presencia de una relació n de poder
entre ellos.

De forma sencilla, se puede decir que lo ilocucionario es la intensió n que se tiene


cuando se dice algo, mientras que lo perlocucionario o performativo son los efectos que la
enunciació n trae consigo. Entonces el lenguaje se complejiza y es lo interesante del
concepto, que para poder manejarlo de mejor manera se debe explicar desde diversas
miradas (claro, todas con sustento argumentativo só lido) y es así como se inicia con el
dominio de un concepto pero también es el punto de partida para conocer uno nuevo.

Todo ello se retomó con la intenció n de mencionar la importancia que tiene el


lenguaje como medio de expresió n, pero no só lo de manera elemental, sino con una
estructura crítica sobre lo que implica decir las cosas. Y esto, lo vinculo con las clases de
metodología de la investigació n, ya que la metodología es el encuadre que facilita el
estudio, pero no se puede concretar sino se cuenta con las herramientas necesarias para
poder emplear una investigació n que se encuentra formada por conceptos.

A manera de conclusió n, considero que realizar ejercicios de esta naturaleza


permite conectar conocimientos previos con nuevos, y eso nutre sustancialmente la
apropiació n y manejo adecuado de conceptos, mejorando así la calidad como estudiante,
al analizar el entorno desde una perspectiva diferente, de manera que hay dos nuevos
conocimientos el que se adquiere, y la visió n que se tiene ahora de lo que ya era conocido.
Bibliografía

Austin, John. (1962). Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona, Españ a: Ediciones Paidos.

Colino Ló pez, Antonio. (1972). Ciencia y Lenguaje. Madrid, Españ a: Real Academia
Españ ola.

Mardones, J. M., y Ursua, N. (1999). Filosofía de las ciencias humanas y sociales. México:
Ediciones Coyoacá n.

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