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UNIVERSIDAD ABIERTA INTERAMERICANA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA Y RELACIONES HUMANAS

TESIS DE GRADO

Licenciatura en Psicología

“Consumo de sustancias psicoactivas y su relación con el funcionamiento familiar

en estudiantes universitarios.”

Tesista: Gabriela Di Puglia

Director: Dra. Vanina Schmidt

- Marzo, 2017 -
Agradecimientos

A mi madre;

A la memoria de mi padre;

A mis amigas del alma Jechi, Merce y Marce, siempre presentes en cada
momento de la vida;

A mis amigas y amigos Adri, Ani, Rusa, Javi y Marilyn, en todos mis proyectos;

A mi directora Vanina, el privilegio de su guía, su apoyo constante en el proceso


de mi formación, su generosidad espiritual y profesional;

A mis compañeras de carrera Caro, Marce, Maru y Sofi, el recorrido junto a


ustedes fue extraordinario;

A todos y cada uno de los docentes, compañeros, colaboradores y autoridades de


la Facultad.

2
Resumen

El consumo de sustancias psicoactivas representa uno de los problemas más

graves de salud pública a nivel mundial. En nuestro país, los estudios conducidos

con población universitaria son escasos, por lo que se tiene poca información

sobre la prevalencia de consumo y factores de riesgo o protectores asociados. El

objetivo principal del presente estudio fue explorar la relación entre el consumo de

distintas sustancias y el funcionamiento familiar en población universitaria. En

población adolescente, se ha podido establecer que ciertos aspectos del

funcionamiento familiar están claramente asociados a consumo excesivo de

alcohol y a presencia de consumo de sustancias ilegales. Pero las investigaciones

realizadas hasta la fecha no han podido establecer relaciones tan claras entre las

mencionadas variables cuando se trata de población universitaria. En nuestro

país, no existen estudios que hayan incorporado este aspecto de la vida familiar

en la temática del consumo de sustancias en población universitaria. Método.

Participantes. 155 estudiantes de universidades privadas de ambos sexos (59.4%

mujeres) con una edad media de 27.7 (DE=8.3). Instrumentos. Cuestionario de

variables sociodemográficas; Escala Prácticas Sociales asociadas al consumo

episódico excesivo de alcohol; Cuestionario de Identificación de los Trastornos

Debidos al Consumo de Alcohol AUDIT; Cuestionario de consumo de SPAs,

Escala de Búsqueda de Sensaciones SSS-V; Escala de Cohesión y Adaptabilidad

Familiar Faces III. Conclusión. El funcionamiento familiar se relaciona con la

frecuencia y cantidad de alcohol que los sujetos consumen, con el patrón

denominado consumo episódico excesivo de alcohol y con prácticas sociales

ligadas a este último, así como con el consumo de sustancias ilegales. Y este

3
funcionamiento se asocia a distintos niveles y formas de buscar sensaciones. Se

hallaron diferencias interesantes entre mujeres y varones, tanto respecto del

consumo de alcohol y sustancias ilegales como respecto del peso que el

funcionamiento familiar tiene en el consumo de sustancias psicoactivas. Se

presentan las limitaciones del estudio y la potencial contribución del mismo a

acciones de prevención.

PALABRAS CLAVE

Sustancias psicoactivas, jóvenes universitarios, funcionamiento familiar.

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Abstract

The psychoactive substances use represents one of the most serious public health

problems worldwide. In our country, the studies about university population are

scarce, so there is little information on the prevalence of consumption and

associated risk factors or protectors. The main objective of the present study was

to explore the relationship between substance use and family functioning in the

university population. In adolescents, it has been possible to establish that certain

aspects of family functioning are clearly associated with excessive consumption of

alcohol and the presence of illegal substances. In the actual research to date has

not been able to establish such clear relationships between these variables when it

comes to the university population. In our country, there are no studies that have

incorporated this aspect of family life in the subject of substance use in university

students. Method. Participants. 155 students from private universities of both sexes

(59.4% female) with a mean age of 27.7 (SD = 8.3). Instruments. Questionnaire on

Social-Emotional Disorders, Scale Social Practices associated with excessive

episodic consumption of alcohol, Alcohol Dependence Disorders Identification

Questionnaire, SPA Questionnaire, SSS-V Sensation Search Scale, Cohesion

Scale and Family Adaptability Faces III. Conclusion. Family functioning is related to

the frequency and amount of alcohol that the subjects consume, with the pattern

called excessive episodic consumption of alcohol and with social practices related

to the latter, as well as with the consumption of illegal substances. And this

performance is associated with different levels and ways of looking for sensations.

Interesting differences were found between women and men, both regarding the

consumption of alcohol and illegal substances and the weight that family

5
functioning has in the psychoactive substances use. The limitations of the study

are presented, as well as the potential contribution of the study to prevention

actions.

Key Words:
Psychoactive substances, university students, family.

6
Índice
Resumen…………………………………………………………………………………...2
Abstract……………………………………………………………………………………..4
1. Introducción…………………………………………………..……………..……..8
2. Justificación del estudio y planteo del problema …………..…………………9
3. Marco teórico y Antecedentes ………………………………..………………..11
3.1. Epidemiología del consumo de sustancias psicoactivas en población joven y
prácticas asociadas ……………………………………………………………………..11
3.2. Factores asociados al consumo de sustancias psicoactivas (SPAs) en
población universitaria……..…………………………………………………………...17
3.2.1. Búsqueda de Sensaciones: factores predisponentes al consumo de
SPAs………………………………….…………………………………………………..17
3.2.2. Entorno familiar y su relación con el consumo de SPAs. El Modelo
Circumplejo de Sistemas Familiares ……….…………………..…………….………19
3.2.3. El funcionamiento familiar desde el Modelo Circumplejo de Sistemas
Familiares. ………………………………………………………..……………………...21
4. Objetivos ...…………......………………..………………………………...…….18
4.1 Objetivo general…………………………..……………………………………...18
4.2 Objetivos específicos…………………….………………………………………18
5. Metodología…………..…………………….…………………………………….19
5.1. Tipo de estudio ……….…………………….…………………………………..19
5.2. Diseño muestral…………………………………………………………………19
5.3. Participantes…………………………...….…………………………………….19
5.4. Procedimiento…………………………...….………….………………….…….23
5.5. Instrumentos para la recolección de datos....………………………….……. 23
5.6.1. Cuestionario de variables sociodemográficas………………………..………23
5.6.2. Escala de Prácticas Sociales asociadas al consumo riesgos de
alcohol.…………………………………………………………………………..………..23
5.6.3. Cuestionario de Identificación de los Trastornos Debidos al Consumo de
Alcohol (AUDIT)…………………………………………………….………….………...24
5.6.4. Cuestionario de consumo actual de sustancias psicoactivas y consumo del
último año……………………………………………………………………..………….24
5.6.5. Escala de Cohesión y Adaptabilidad Familiar (Faces III)
7
…..………………………………………………………………………………………....25
5.7 Análisis de los datos…………………………………………………………….26
6. Resultados……………………………………………………………..…………26
6.1. Funcionamiento familiar y consumo de sustancias. Diferencias entre
grupos…………………………………………………………………………................32
6.2. Correlaciones entre las variables del estudio.
….………………………….………………………………………………………………38
7. Discusión…………….………………………………………………….………..42
7.1 Resumen de los resultados…………………………………………………….42
8. Conclusiones y reflexiones finales……………………………………………45
9. Bibliografía…………………………………………………………….……........48
10. Anexo de Instrumentos……………………………………………………..…..56

8
1. INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo corresponde a la Tesis de la Licenciatura en Psicología

de la Universidad Abierta Interamericana. El tema elegido es el estudio del

funcionamiento familiar y su relación con el consumo de sustancias psicoactivas

(SPAs) en estudiantes universitarios. Se busca explorar esta relación con el fin de

contribuir al desarrollo de estrategias psicosociales de promoción de la salud en la

población con más probabilidad de involucrarse en consumos de riesgo y

problemáticos.

Mi interés por los temas de familia surge al acercarme al equipo de investigación

sobre Consumo de sustancias psicoactivas en escenarios nocturnos de presencia

masiva: Su relación con prácticas de riesgo y de cuidado en población

universitaria (Proyecto de Investigación subsidiado UAI 2016-2017, directora: Dra.

Schmidt, Vanina) del cual formo parte en la actualidad, a partir del cual he podido

contemplar múltiples aristas concomitantes con la problemática que el equipo ha

estado estudiando sostenidamente desde la última década. El interés orientado a

la comunicación intrafamiliar y los instrumentos de evaluación adaptados en la

escena local comprenden un área de prioridad. Al respecto, se valora la

importancia de contar con instrumentos que favorezcan las estrategias

psicosociales de promoción de la salud en el amplio abanico de los ámbitos

sociales como también, contar con instrumentos válidos y confiables orientados al

logro de información contrastable y disponible para el actual campo de

investigación.

Entre los estudios científicos que abordan la variable del funcionamiento familiar,

Musitu (2008) informa que la familia ha sido uno de los contextos en el que los

9
investigadores a lo largo de la historia de la ciencia psicológica han localizado un

mayor número de factores de riesgo y protección en relación con el consumo de

sustancias de los adolescentes. Por ejemplo, el autor destaca la evidencia que las

pautas de interacción familiar, como la comunicación deficiente, los frecuentes

conflictos, la baja cohesión, el excesivo castigo o el consumo de los propios

padres, repercuten directamente en el consumo de los hijos/as, como así también

las variables indirectas que se relacionan, a su vez, con el consumo de SPAs.

2. JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO Y PLANTEO DEL PROBLEMA

La presente investigación pretende conocer si el funcionamiento familiar

percibido por estudiantes universitarios se relaciona de alguna manera con el

consumo de SPAs. Explorar esta relación permitiría aportar información valiosa

para elaborar modelos conceptuales que contemplen nuevos aspectos de la

familia en la problemática del consumo de SPAs en estudiantes universitarios,

como así también optimizar la efectividad de los programas de prevención

dirigidos a las familias.

El tema de la relación entre variables familiares y el consumo de SPAs fue objeto

de estudio de interés tanto en el mundo académico como en la práctica

profesional. Si bien las investigaciones no son concluyentes, en su conjunto

lograron identificarse algunos aspectos de la vida familiar que de manera

consistente se asocian al consumo de sustancias. Entre los aspectos abordados,

el consumo de los padres, la disponibilidad de bebidas en el hogar y la historia

positiva de abuso familiar se encuentran entre las variables familiares que más

claramente se relacionan con determinados patrones y niveles de consumo en

población joven (Mares, Lichtwarck-Aschoff, Burk, van der Vorst y Engels, 2012;
10
Pilatti, Caneto, Garimaldi, del Valle Vera y Pautassi, 2014). Entre tanto, otro grupo

de trabajos ha logrado mostrar cómo variables referidas al acompañamiento que

los padres pueden brindar, pautas de socialización o comunicación específica

sobre el consumo, el tipo de relación entre padres e hijos y el apoyo percibido

correlacionan con el consumo de sustancias de los jóvenes (Bahr y Hoffmann,

2010; Martínez-Loredo et al., 2016; Musitu, Jiménez y Murgui, 2007; Ryan, Jorm y

Lubman, 2010)

Dentro de esta tradición investigativa y a los fines de la presente Tesis de grado,

resulta de interés explorar el funcionamiento familiar como variable que ha

demostrado su relevancia en torno a diversos parámetros de salud psicofísica. Los

estudios actuales muestran el estrecho vínculo que se establece entre las

experiencias vividas en la familia y la salud en el desarrollo del individuo (Arnett,

2008; Estévez-López, Murgui-Pérez, Moreno-Ruiz y Musitu-Ochoa, 2007; Lalueza

y Crespo, 2003; Leibovich de Figueroa y Schmidt, 2010).

Trabajos recientes concluyeron que el funcionamiento familiar se asocia de

manera directa o indirecta con consumo de sustancias en la adolescencia (e.g.,

Musitu et al., 2007; Pérez Fuentes et al., 2016). Pero aquellos que han

concentrado su foco en la población universitaria, han arribado a resultados

discretamente consistentes (e.g., Cárceres, Salazar, Varela y Tovar, 2006). En la

Argentina, no se han conducido estudios que relacionen el funcionamiento familiar

con el consumo de sustancias de la población universitaria.

Por otra parte, los estudios sobre incidencia y prevalencia de consumo de SPAs

en estudiantes universitarios, son prácticamente inexistentes en la Ciudad de

Buenos Aires. Esta tesis, conjuntamente con otros estudios que se están

11
desarrollando en distintas universidades, podría contribuir a un mayor

conocimiento de esta problemática en población universitaria de nuestra ciudad.

Según la Secretaría para la Prevención de la Drogodependencia y el Narcotráfico

(SEDRONAR, 2005) abordajes de esta índole contribuirán a la comprensión y

difusión de la problemática con la posibilidad de contemplarse entre las

herramientas disponibles para al diseño e implementación de leyes y políticas

orientadas a la detección y prevención del consumo de sustancias.

3. MARCO TEÓRICO Y ANTECEDENTES

3.1. Epidemiología del consumo de sustancias psicoactivas en población

joven y prácticas asociadas

El consumo abusivo de SPAs representa uno de los problemas más graves

de salud pública a nivel mundial (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2010).

Un abordaje científico de la problemática con estudios que brinden herramientas

para el diseño de políticas públicas y la capacitación de actores sociales de la

salud y de la educación es una necesidad insoslayable.

A lo largo de las últimas décadas han proliferado estudios sobre consumo de

SPAs en población universitaria. El reciente informe publicado por la Comisión

Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la OEA, CICAD, deja

constancia que no existe en el hemisferio un patrón específico que identifique a

esta región. Cada país tiene su propia situación particular. Este informe establece

entre algunas cuestiones comunes la concentración del uso de SPAs en la

población joven, 18 a 25 años, y la preocupación del alto consumo en

adolescentes de 13 a 17 años. Por otra parte, el alto uso de alcohol en todos los

12
países constituye una cuestión transversal sobre la cual es preciso un abordaje

integral (CICAD, 2015). En la Argentina, tanto el relevamiento de datos como la

falta de sistematización en la aplicación de los instrumentos de recolección de

datos y la cobertura parcial de sectores poblacionales se encuentran en un

desarrollo lento. Esta problemática es abordada desde 2016 en el proyecto de

investigación en curso subsidiado por UAI, previamente citado en la Introducción

del presente estudio (Schmidt, 2016).

El estado del arte referido al abordaje de la investigación sobre el consumo de

SPAs en población universitaria residente en la Ciudad de Buenos Aires presenta

los siguientes hitos. En el 2005, el Observatorio Argentino de Drogas, publicó los

resultados del estudio un completo trabajo que se destaca entre los presentes

hasta la fecha, con estudiantes universitarios (18 a 25 años) del área

Metropolitana Bonaerense. Se concluyó que el 62.3 % consumía alcohol (el 42 %

al menos una vez por semana), 46.5 % tabaco, 19.2 % marihuana, 7.7 %

tranquilizantes sin receta, entre otras sustancias de menor prevalencia. Se

observó también que la prevalencia de vida para cualquier sustancia era mayor en

varones y en la franja de 22 a 25 años, y que la marihuana era la sustancia de

menor peligrosidad percibida.

El estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina (2013), realizado con

jóvenes (15 a 25) de población general en Gran La Plata y un tercer estudio de

2014, realizado en la Ciudad de Buenos Aires (C.A.B.A.) por el OAD, arrojaron

datos consistentes para hacer foco en la población de jóvenes. El último de ellos,

continúa una línea de interés vigente para ahondar en las prácticas sociales de las

fiestas electrónicas que convocan la atención de este segmento de la población en

13
lo referente a sus prácticas de riesgo y cuidado en el consumo de SPAs. La

información vertida en este estudio deja constancia que a partir de los 18 años se

eleva drásticamente el consumo de todas las sustancias. En esta encuesta, el

comportamiento riesgoso asociado al consumo fue uno de los objetivos de la

indagación. Se encontró que: de aquellos que consumen alcohol, el 41 %

realizaba un consumo de riesgo (6 o más unidades de bebida), el 60 % realizó

policonsumo alguna vez en la vida y el 34 % refirió haber subido a un auto

manejado por alguien que estuvo tomando.

Más de la mitad de los encuestados (64.5%) que concurrió a esta fiesta contaba

con estudios universitarios. Se observó que el 71% declaró haber consumido o

tener la intención de hacerlo en la fiesta. La mayoría consumía alcohol (61%),

marihuana (37%) y pastillas/éxtasis (26%). Y más de la mitad consumía más de

una sustancia a la vez. Por último, se indagaron estrategias de cuidado: el 29% de

los encuestados manifestó “conocer su límite”, el 23% expresó “mantenerse

hidratado”, el 16% refirió que “espaciaba el consumo” y el 8% declaró “ingerir

algún alimento”.

El “Estudio nacional de opiniones y actitudes de la población sobre el consumo de

sustancias psicoactivas” realizado por la SEDRONAR durante el 2014, muestra

claramente dos situaciones alarmantes: el consumo de sustancias psicoactivas

aumentó desde la percepción de la población encuestada y esta tendencia seguirá

en los próximos años. Los valores más altos se observan en los jóvenes varones

de 18 a 29 años.

Dentro del ámbito académico nacional, se realizaron estudios en la Universidad

Nacional de Córdoba: “Estudiantes universitarios: consumidores de bebidas

14
alcohólicas y otras sustancias, ¿se ven afectados en su estilo de vida?”, que se

orienta a considerar algunos aspectos sociales y culturales de los estudiantes

universitarios residentes en Córdoba y el modo en que esos consumos inciden en

su situación académica (Peralta el al., 2007).

La Universidad de San Luis, a través de un equipo de investigación de la Facultad

de Ciencias Sociales llevó adelante un estudio sobre consumo de sustancias

psicoactivas en estudiantes de esa institución académica a lo largo del año 2009

(Sánchez, 2011) indagó la relación del consumo de SPAs y las dificultades de los

estudiantes para la consecución de sus estudios universitarios. Respecto a los

datos en función de las variables sexo y edad de los sujetos, se observó que son

los varones quienes más consumen sustancias psicoactivas legales, mientras que

las mujeres consumen más sustancias ilegales en comparación con los primeros.

El mencionado estudio descriptivo permite apreciar un importante porcentaje de

estudiantes que consumen alcohol durante los fines de semana.

Estos estudios permiten trazar un panorama aproximado respecto de la

prevalencia de niveles y patrones de consumo, como así también sobre las

prácticas riesgosas y de cuidado realizadas por los jóvenes. Sin embargo, no

todos han tenido como foco a los estudiantes universitarios, ni han indagado la

situación específica de la C.A.B.A. ni contemplaron la amplia variedad de prácticas

de riesgo y de cuidado implicadas en el consumo.

Uno de los patrones preocupantes a nivel regional es el consumo episódico

excesivo de alcohol (CEEA) definido como la ingesta de gran cantidad de alcohol

(más de 5 UBs=60 Gr/cc alcohol puro) en una sola ocasión o en un período corto

de tiempo (3 o 4 horas). Este es el patrón de mayor impacto en el sistema

15
sociosanitario (OMS, 2011, 2014). Este patrón ha aumentado en pocos años en un

300 % en mujeres y 50 % en varones de las Américas (Organización

Panamericana de la Salud [OPS], 2015).

En el ámbito local, cabe mencionar la relevancia que reviste en la política nacional

de salud pública el dictado del DNU 1249/2016 (07/12/2016), que enuncia la

situación de emergencia nacional en materia de adicciones, en virtud de los

diversos informes realizados en los últimos años por la Secretaría de

programación para la prevención de la drogadicción y la lucha contra el

narcotráfico (Sedronar), los cuales refieren al aumento del consumo de sustancias

psicoactivas, para lo cual resuelve disponer lo necesario a efectos de atender al

abordaje integral de las adicciones, teniendo como ejes su prevención y

tratamiento, así como la inclusión social. Cabe destacar la presencia de la

campaña enarbolada en los medios de difusión audiovisuales que apelan a su

target preponderante a partir de un lenguaje coloquial y directo, aludiendo a los

intereses considerados insoslayables en el momento actual: “Cuidás que tu amigo

suba una buena foto de perfil (redes sociales), cuidá que no tome de más

(imágenes de un local nocturno de baile y recreación, con el protagonista excedido

en consumo etílico)”. El final del mensaje provee la información correspondiente a

la línea telefónica gratuita directa 141, de asistencia al ciudadano. La conclusión

que se desprende de la pieza de difusión masiva coincide con la información

contrastable por los organismos públicos de investigación que dan cuenta que el

alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida por los jóvenes en todo el país

(OAD, 2016). La Encuesta Nacional a estudiantes de enseñanza media muestra

que la mitad de los adolescentes (sean varones o mujeres) consumen actualmente

16
alcohol, proporción que aumenta con la edad, en especial a partir de los 18 años

(80% aproximadamente consumen alcohol) (OAD, 2016). Entre los 18 y 29 años,

el 44% de los que consumen alcohol declararon positivamente un consumo

abusivo (SEDRONAR, 2014).

Los autores Miguez, Fernández y Mansilla (2010) estudiaron el consumo de SPAs

en el marco de un escenario cultural determinado, como parte de un ritual

asociado a la cultura juvenil. Desde esta perspectiva se abordaron las prácticas de

consumo de los adolescentes en la ciudad de Córdoba y CABA. Las evidencias se

registraron con mayor frecuencia durante los fines de semana, en escenarios

nocturnos, por fuera del marco de la alimentación y del ámbito familiar, en un

contexto de interacción social, cuya motivación principal fue la búsqueda de

diversión y cierto nivel de embriaguez (Miguez, 2010; Schmidt, Molina, González,

Raimundi, y Maglio, 2011). No se han encontrado estudios similares en población

de estudiantes universitarios.

El consumo excesivo de alcohol entre los estudiantes universitarios es señalado

como un importante problema de salud pública en la literatura internacional

(Johnston et al., 2007 y Ståhlbrandt et al., 2010). Sin embargo, no se dispone de

datos sobre el consumo de alcohol en población universitaria de C.A.B.A.

En el presente proyecto se indagará la presencia de consumo de distintas

sustancias, nivel y patrón de consumo de alcohol, y las prácticas sociales

vinculadas a los consumos, como parte del proyecto (Consumo de sustancias

psicoactivas en escenarios nocturnos de presencia masiva. Su relación con

prácticas de riesgo y de cuidado en población universitaria, Proyecto de

Investigación subsidiado UAI 2016-2017, directora: Schmidt, Vanina, 2016-2017).

17
En este marco, se considera por prácticas sociales los hechos y actuaciones

socialmente reconocidos y ejecutados por las sociedades, ya sea colectiva o

individualmente, pero siempre con significado público (OPS, 2002). Son las

manifestaciones más evidentes de las representaciones sociales.

3.2. Factores asociados al consumo de SPAs en población universitaria

En el recorrido de numerosos estudios, se ha podido identificar una serie de

factores que influyen en el consumo de alcohol en población universitaria

(McAdams y Donellan, 2009) los cuales podrían agruparse en variables del

entorno social y de la personalidad.

El presente trabajo hará foco en el entorno, línea de investigación cuyos

resultados son muy interesantes, aunque aún no son del todo consistentes

especialmente cuando se considera a la población universitaria (Musitu, Jiménez y

Murgui, 2007).

Cabe destacar que las variables básicas de personalidad constituyen una línea de

investigación en constante avance. Entre los factores que mejor predicen el

consumo de riesgo se encuentran dimensiones de personalidad con una fuerte

raíz biológica tales como la Extroversión, la Escrupulosidad y la Búsqueda de

Sensaciones (Zuckerman, 2007). En esta base del conocimiento se apoya el

interés por identificar los factores de riesgo y protectores asociados al consumo

para trazar estrategias de prevención en el ámbito universitario.

3.2.1 Búsqueda de Sensaciones: factores predisponentes al consumo de

SPAs

La Búsqueda de Sensaciones (BS) es un rasgo que se define por la

necesidad de experiencias variadas, novedosas, complejas e intensas, y una


18
probabilidad aumentada de tomar riesgos físicos, sociales, legales y financieros

con tal de tener tales experiencias (Zuckerman, 1992).

El autor advierte que los buscadores de sensaciones van al riesgo en sí mismo

(Zuckerman, 2007). Este rasgo de fuerte raíz biológica es un importante

determinante de actitudes, intereses, conductas y hábitos. Propone cuatro

aspectos de la Búsqueda de Sensaciones (Zuckerman, 1992; 2007): Búsqueda de

emociones y aventuras (BEA); Búsqueda de Experiencias (BE); Desinhibición

(DES) y Susceptibilidad al Aburrimiento (SAB). Zuckerman refiere que la primera

representa una BS no impulsiva y socializada, mientras que las otras tres son

formas impulsivas y no socializadas de BS (Zuckerman, 1992).

En la Argentina se identificaron cuatro formas de BS. Algunas de ellas coinciden

con las propuestas por Zuckerman mientras que otras difieren (Schmidt, Molina, y

Raimundi, 2016).

Resulta relevante mencionar que la investigación internacional ha concluido

específicamente que los sujetos que poseen una alta BS, tienen una muy fuerte

predisposición para el uso y el abuso de alcohol (Roberti, 2004; González-Iglesias,

Gómez-Fraguela, Gras y Planes, 2014; Latorre, Román, Cámara Pérez y García

Pinillos, 2014). En la Argentina se encontró que las formas impulsivas de la BS se

asocian al CEEA (Schmidt, Messoulam, Molina y Abal, 2006; Schmidt, 2007;

Schmidt et al., 2016; Pilatti, Cupani y Pautassi, 2015; Lozano, Pautassi y Pilatti,

2016).

19
Entre los objetivos del presente estudio, dados los importantes antecedentes

hallados, se indaga si la BS afecta las relaciones entre el funcionamiento familiar y

el consumo de SPAs.

3.2.2 Entorno familiar y su relación con el consumo de SPAs.

Los modelos explicativos del consumo de SPAs han evolucionado desde los

primeros planteamientos unicausales, centrados generalmente en factores

individuales, hasta los actuales modelos que consideran conjuntamente factores

protectores y de riesgo entre los individuales, los sociales y los familiares (Morrell

Gómiz et al., 2011). Entre las múltiples investigaciones de las últimas décadas se

ha procurado echar luz respecto de los factores más relevantes en la explicación

de los consumos (Buelga, Ravenna, Musitu y Lila, 2006; Cava, Murgui y Musitu,

2008; Kokkevi et al., 2007). Es por ello que resulta oportuno destacar aquellas que

han considerado el consumo de los padres, la disponibilidad de bebidas en el

hogar, la historia positiva de abuso familiar y las pautas de socialización o

comunicación específica sobre la sustancia y su relación con el consumo de

alcohol en adolescentes (Ryan, Jorm y Lubman, 2010; Pilatti, Caneto, Garimaldi,

del Valle Vera y Pautassi, 2014). Los resultados dejan constancia que las

relaciones no son lineales.

Otra corriente de líneas de trabajo en la investigación de factores de consumo de

SPAs se enfoca en los aspectos de la comunicación, la dinámica familiar, los

estilos de crianza y las pautas de socialización, además del consumo parental

(Beato-Fernández, Rodríguez-Cano, Belmonte-Llario, y Pelayo-Delgado, 2005;

Denton y Kampfe, 1994; Donovan et al., 2004; Pinazo-Hernandis, Pons-Diez, y

Carreras-Rouma, 2002; van der Vorst, Engels, Meeus y Dekoviæ, 2006 y Williams,
20
1999; de acuerdo con el relevamiento citado por Schmidt et al, 2010) y contribuyen

a mostrar la complejidad de la temática aludida (Schmidt, Molina, González,

Maglio y Messoulam, 2010).

Dentro de las vertientes de investigación que abordan el aspecto del entorno

familiar en las prácticas sociales asociadas al consumo de SPAs, un considerable

corpus de estudios recientes ha contemplado que una buena comunicación entre

padres e hijos constituye un factor protector frente al consumo de alcohol en

adolescentes, tomando en cuenta la comunicación y el apoyo tanto el emocional

como el instrumental de cada uno de los integrantes de la pareja parental (Rodrigo

et al., 2004); la satisfacción en la comunicación y la reducción de las discusiones y

los problemas, indagados en un estudio longitudinal (Guilamo-Ramos, Turrisi,

Jaccard, Wood y Gonzalez, 2004); el autoconcepto y el contexto familiar (Pinazo-

Hernandis, Pons-Diez y Carreras-Rouma, 2002) y, finalmente, la autoestima y la

aceptación de la autoridad en la adolescencia temprana (Cava, Murgui y Musitu,

2008). Las investigaciones que incluyen este tipo de variables permiten concluir

que el compromiso parental está asociado negativamente al consumo de alcohol y

tabaco en la adolescencia temprana (Simon-Morton, Haynie, Crump, Eitel, y

Saylor, 2001), la aplicación de reglas estrictas y la calidad de las conversaciones

acerca de la ingesta de alcohol parecen prevenir la instalación de patrones de

consumo abusivo en los adolescentes (Spijkerman, van den Eijenden, y Huiberts,

2008), así como las normas parentales retrasan el inicio del consumo de alcohol

(Callas, Flynn, y Worden, 2004).

21
3.2.3. El funcionamiento familiar desde el Modelo Circumplejo de Sistemas

Familiares.

Dentro de esta tradición investigativa, resulta de interés el funcionamiento

familiar como variable que ha demostrado su relevancia en torno a diversos

parámetros de salud psicofísica (Armendaríz-García et al., 2014; Leibovich de

Figueroa y Schmidt, 2010; Ryan, Jorm y Lubman, 2010).

La familia es tenida en cuenta en instituciones educativas, en la consulta

psicológica y médica, en instituciones privadas y por parte de organismos

públicos, como fuente de apoyo en los tratamientos, para intervenciones a gran

escala, como por ejemplo, en campañas de prevención, en estudios

epidemiológicos y demográficos (Leibovich de Figueroa y Schmidt, 2010).

A la luz de la Teoría general de los Sistemas, los síntomas son vistos como parte

de las interacciones que se dan en el sistema familiar. Rodríguez Vega (1996)

afirma que no tener en cuenta la correspondencia entre el síntoma y el contexto

puede beneficiar la cronificación de la patología en donde el cuerpo sería la

representación del descontento familiar (Losada, 2011). Desde la perspectiva

sistémica, la familia puede ser comprendida a través de su historia, de sus

mandatos, patrones de adaptación generacionales que construyen a los mitos,

creencias y expectativas, las que a su vez influyen en la forma de percepción de

una crisis y en la búsqueda de soluciones de la misma (Losada, 2009). Uno de los

primeros terapeutas sistémicos que incluyó a la familia en el tratamiento fue

Minuchin (1992), quien planteó que los trastornos en la conducta alimenticia

incluyen una interacción de elementos biológicos, psicológicos y sociales y que

para entender las patologías es necesario ubicarlas en el contexto familiar de los


22
patrones comportamentales que involucran interrelaciones entre los miembros de

la estructura. En este sentido, Minuchin describe el síntoma como un resultado

razonable de una falla en la estructura familiar, explicada a través de términos

como son la confusión de roles y jerarquías, alianzas o coaliciones entre los

subsistemas y un deterioro de las funciones ejecutivas (Losada y Wittingslow,

2013).

Minuchin (1992) desarrolló su Modelo estructural y Selvini Palazzoli (1974), el

Modelo de Milán, en los que ambos incluyeron a los miembros familiares en el

abordaje de los pacientes con trastornos en la conducta alimentaria (Cruzat,

Ramírez, Melipillán y Marzolo, 2008). De acuerdo con sendos enfoques, estos

autores conceptualizaron el término de familias “psicosomáticas” en una línea de

análisis (Minuchin, 1992; Cook Darzens, Doyen, Falissard y Mouren, 2005) y, por

otra parte, las familias “anorexígenas” (Selvini Palazzoli, 1974; Cook-Darzens,

Doyen, Falissard y Mouren, 2005) proponiendo que estas familias tienen ciertos

patrones disfuncionales específicos que contribuyen al desarrollo y mantenimiento

del trastorno. Algunas de las pautas descriptas consisten en la fusión y rigidez en

la familia, la dedicación al autosacrificio y la lealtad grupal (Cook-Darzens, Doyen,

Falissard y Mouren, 2005). Minuchin desarrolló un modelo estructural familiar en el

que pueden destacarse cinco características predominantes de interacción en las

familias que identifica como psicosomáticas: a) aglutinamiento o hiperimplicación

entre los miembros que transgreden los límites generacionales; b)

sobreprotección, que se refleja en el alto nivel de preocupación del bienestar de

los miembros entre sí retrasando el desarrollo de autonomía de los hijos; c)

rigidez, que se evidencia en el hecho de mantener el estado sin permitir los


23
cambios necesarios para la evolución y el desarrollo; d) evitación del conflicto y e)

la implicación del hijo sintomático en los conflictos maritales. El autor describe tres

diferentes modos posibles. El primero es llamado triangulación, que consiste en la

mala interpretación por parte de los padres de las conductas del hijo, en la que

cualquier conducta del hijo es interpretada en favor de alguno de los dos padres.

En la segunda opción, el hijo entra en una coalición estable con alguno de los dos

padres, en contra del otro padre. El tercer patrón deja constancia que los

cónyuges se unen con el objetivo de cuidar o culpar al hijo considerándolo como el

problema que existe en la familia (Losada, 2011). De esta manera, Minuchin

considera al síntoma como una expresión de una organización disfuncional de la

familia y propone una terapia en la que en un primer paso se apunta a la

eliminación del síntoma anoréxico, para luego poder realizar una reestructuración

familiar. El propósito sería tratar de lograr cambios en las pautas y patrones que

regulan la organización de la familia –los cuales favorecen el mantenimiento del

trastorno- para animar sostenidamente el proceso de individuación y de autonomía

(Losada, 2011).

En este sentido, con el objetivo de reducir la distancia existente entre la

investigación, la teoría y la práctica en temas referidos a la dinámica familiar,

Olson, Russell, y Sprenkle (1989) elaboraron el Modelo Cicumplejo de Sistemas

Familiares y Maritales. De acuerdo con este modelo, la cohesión, la adaptabilidad

(flexibilidad) y la comunicación constituyen las tres dimensiones que definen

principalmente el constructo funcionamiento familiar (Leibovich de Figueroa y

Schmidt, 2010). Olson (2000) describe el funcionamiento familiar como la

interacción de vínculos afectivos entre miembros de la familia (cohesión), que


24
pueda ser capaz de cambiar su estructura con el fin de superar las dificultades

evolutivas familiares (flexibilidad). En su marco teórico se contienen las

situaciones que la familia puede experimentar durante la vida y los cambios que se

pueden realizar en su estructura para lograr una adaptación y una cohesión, que

favorezcan a una mejor estabilidad para el crecimiento saludable de sus

integrantes. El autor define un funcionamiento familiar balanceado como aquel que

posibilita a la familia cumplir exitosamente con los objetivos y funciones que le son

asignados. Muchas veces este funcionamiento puede ser adecuado, pero otras

veces puede verse afectado por algunas situaciones o factores estresantes que se

presenten a lo largo del ciclo evolutivo de la familia.

Muchos trabajos han indagado las principales variables del Modelo Circumplejo

con relación al consumo de sustancias y han encontrado que el funcionamiento

familiar se asocia al consumo de manera directa o de manera indirecta, a través

de la autoestima adolescente (Cogollo-Milanés, Arrieta-Vergara, Blanco-Bayuelo,

Ramos-Martínez, Zapata y Rodríguez-Berrio, 2011; Musitu, Jiménez y Murgui,

2007; Villarreal González, Sánchez Sosa y Musitu Ochoa, 2013).

En la población universitaria los resultados son menos consistentes. En algunos

trabajos se encuentra relación entre el funcionamiento de la familia y el consumo

de sustancias. Se ha observado que un mal funcionamiento familiar se asocia a

consumo abusivo de alcohol, a consumo de tabaco y a consumo de cocaína en

estudiantes universitarios (Cogollo-Milanés, Arrieta-Vergara, Blanco-Bayuelo,

Ramos-Martínez, Zapata y Rodríguez-Berrio, 2011).

En otro trabajo (Cárceres, Salazar, Varela y Tovar, 2006) se identificaron un

importante número de factores psicosociales protectores y de riesgo asociados al

25
consumo de sustancias en población universitaria, aunque aún no se ha podido

hallar una relación consistente con el funcionamiento familiar. En razón de esta

circunstancia, en la actualidad persiste el interrogante respecto del rol del

funcionamiento familiar en el consumo de sustancias en jóvenes universitarios

(Armendáriz-García et al., 2014; Morrell Gomiz et al, 2011; Peralta, 2015). Cabe

destacar que hasta el momento no se han desarrollado estudios de esta índole en

nuestro país.

En el marco de las investigaciones locales, Maglio, Minichiello y Schmidt (2006)

abordan el estudio de los modelos teóricos de funcionamiento familiar, en diálogo

con el propuesto por Minuchin (1992), uno de los principales referentes de la

Teoría Estructural Sistémica, el de McMaster (Epstein, Bishop y Levin, 1983), el

Modelo de Procesos de funcionamiento familiar de Steinhauer (Steinhauer, Santa-

Barbara y Skinner, 1983) y el Modelo de estrés familiar (McCubbin y Patterson,

1982).

En particular, se privilegia el Modelo Circumplejo de Sistemas Familiares (Olson,

Russell, y Sprenkle (1985), en virtud de la consideración de los modelos previos,

que ofrecen diversas categorías de análisis de los tipos de funcionamiento familiar

cuya sistematización adquiere un valor particular por su utilidad en el campo de la

Psicología Clínica (Leibovich de Figueroa y Schmidt, 2010).

Dentro del importante número de investigaciones que viene desarrollándose y que

toma como modelo este marco de referencia, se ha encontrado en nuestro

contexto que la apertura en la comunicación con ambos padres actúa como factor

protector frente al abuso de alcohol y tabaco (Messoulam y Abal, 2005; Schmidt,

Messoulam, Abal, y Molina, 2004; Schmidt, Messoulam, Molina, y Abal, 2006).


26
El funcionamiento familiar, considerando las variables cohesión y flexibilidad, y su

relación con el consumo de SPAs no han sido indagadas en nuestro país en

ninguna franja etárea.

4 OBJETIVOS

4.1 OBJETIVO GENERAL

 Explorar las relaciones entre el funcionamiento familiar y el consumo

de sustancias psicoactivas en estudiantes universitarios.

4.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

a. Explorar la relación entre el nivel y patrón de consumo de

alcohol, y la cohesión y flexibilidad familiar considerando el sexo de

los participantes

b. Explorar la relación entre la presencia de consumo de otras

SPAs y la cohesión y flexibilidad familiar considerando el sexo de los

participantes

c. Explorar la relación entre las prácticas sociales asociadas al

consumo de alcohol y la cohesión y flexibilidad familiar considerando

el sexo de los participantes

d. Explorar el rol de la Búsqueda de Sensaciones (considerando

el nivel y las formas que adopta este rasgo) y el funcionamiento

familiar, tomando en cuenta la división por sexo

e. Identificar el nivel y patrón de consumo de alcohol, y la

prevalencia de consumo de SPAs en el grupo estudiado

considerando el sexo de los participantes


27
f. Conocer las prácticas sociales ligadas al consumo excesivo de

alcohol más frecuentes en este grupo considerando el sexo de los

participantes

5 MÉTODO

5.1 TIPO DE ESTUDIO

Se realizó un estudio ex post facto correlacional. (Cancela Gordillo, Cea

Mayo, Gabildo Lara & Valilla Gigante, 2010).

5.2 DISEÑO MUESTRAL

La población estuvo constituida por estudiantes universitarios del ámbito

privado residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se trató de una

muestra no probabilística de tipo intencional simple.

5.3 PARTICIPANTES

La muestra estuvo compuesta por 155 estudiantes de universidades privadas

de ambos sexos de 1° a 5° años de cursada, residentes en la Ciudad Autónoma

de Buenos Aires. Del total de la muestra, 59.35% (92) son mujeres y 40.65% (63)

son varones. La población comprendida entre los 18 y los 61 años (M=27.78,

DE=8.36) de los cuales el 34.2% (53) se encuentra en la franja etaria de 18 a 23

años, el 36.1% (56) tienen entre 24 y 28 años y el 29.7 % (46) cuenta con más de

29 años. En referencia a la composición familiar de la muestra, el 7.1% (12)

convive con una familia monoparental, el 29.7% (46) con una biparental, el 6.5%

(10) con una extendida, el 11% (17) y el 45.2 (70), con amigos, solo o en pareja.

En relación a la situación laboral de la madre, el 65.8% (102) posee un empleo

28
estable, el 12.3% (19) trabaja algunas veces, el 5.8 % (9) se encuentra

desempleada y el 16.1% (25) pertenece a otra situación laboral. En referencia al

padre, el 75.5% (117) posee un empleo estable, el 1.3% (2) uno ocasional, el 0.6

(1) se encuentra desempleado y el 22.6% (35) se encuentra en otra situación

laboral. En la Tabla 1 se presentan las características sociodemográficas del

alumnado de referencia y de sus familias.

Tabla 1. Características sociodemográficas de los alumnos y las familias de los


grupos de comparación.

Alumnado

Sexo Mujeres % (n) 59.35 (92)

Varones % (n) 40.65 (63)

Edad: 18 a 23 años 34.2 (53)

24 a 28 años 36.1 (56)

29 años o más 29.7 (46)

N (DE) 27.78 (8.36)

Rango 43

29
Año de cursada 1° 17.4 (27)

2° 12.9 (20)

3° 29.7 (46)

4° 13.5 (21)

5° 26.5 (46)

Familia

Composición familiar Nuclear monoparental 7.7 (12)

% (n) Nuclear biparental 29.7 (46)

Familia compuesta 11.0 (17)

Familia extendida 6.5 (10)

Otra 45.2 (70)

Número de personas en Un integrante 7.7 (12)

el hogar Dos integrantes 32.9 (51)

Tres integrantes 21.9 (34)

Cuatro integrantes o más 37.4 (58)

N (DE)

Rango

30
Otra Amigos 7.1 (11)

Ningún 69.7 (108)

Pareja 15.5 (24)

Solo 7.7 (12)

Madre

Estado civil En pareja 63.2 (98)

Sin pareja 32.9 (51)

Otro 3.9 (6)

Nivel de instrucción Inferior a secundario 30.3 (47)

completo 19.4 (30)

Secundario completo 50.3 (78)

Terciario/universitario/en

curso/ completo

Situación laboral Tiene trabajo estable 65.8 (102)

Trabaja de vez en cuando 12.3 (19)

Desempleada 5.8 (9)

Otra 16.1 (25)

31
Padre

Estado civil En pareja 66.5 (103)

Sin pareja 23.2 (36)

Otro 10.3 (16)

Nivel de instrucción Inferior a secundario 32.3 (50)

completo 24.5 (38)

Secundario completo 43.2 (67)

Terciario/universitario/en

curso/ completo

Situación laboral Tiene trabajo estable 75.5 (117)

Trabaja de vez en cuando 1.3 (2)

Desempleada 0.6 (1)

Otra 22.6 (35)

5.4 PROCEDIMIENTO

Se contactó a los participantes, se les explicó los objetivos de la

investigación y se obtuvo su permiso para la realización del estudio. Se hizo

entrega del protocolo con los instrumentos correspondientes a 110 estudiantes

32
pertenecientes a diferentes universidades privadas del radio de la Ciudad

Autónoma de Buenos Aires, de primero a quinto año. Los instrumentos fueron

autoadministrados en presencia de la tesista. Cuarenta y cinco sujetos

respondieron a través de la plataforma de formularios on line, mediante el software

gratuito provisto por Google Forms TM. Los estudiantes participaron en forma

voluntaria y anónima. En todos los casos, se siguieron pautas éticas

internacionales para la investigación con seres humanos.

5.5 INSTRUMENTOS PARA LA RECOLECCIÓN DE DATOS

(Protocolo completo en Anexo)

5.6.1. Cuestionario de variables sociodemográficas: construido ad-hoc. Se

recabaron datos en relación a las características de cada una de las actividades

elegidas, además de los datos para caracterizar la muestra (año de cursada,

edad, sexo, cantidad de personas con las que cohabita y composición familiar).

5.6.2. Escala Prácticas Sociales en Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (PS-

CEEA) de Schmidt y cols. (2016, inédito). A través de 8 ítems con escala Likert de

cinco opciones de respuesta (de Totalmente en Desacuerdo a Totalmente de

Acuerdo) se indagan las prácticas sociales vinculadas al consumo episódico

excesivo de alcohol que fueron identificadas a partir de los dichos de los jóvenes

en estudios cualitativos (Miguez, 2004; Schmidt y Molina, 2010). En población

joven este patrón de consumo se caracteriza por la ingesta de grandes cantidades

de alcohol en escenarios nocturnos de fines de semana, en contexto social y

asociado a la diversión (e.g. ítem 1: suelo tomar alcohol para divertirme, ítem 4:

33
cuando estoy con mis amigos el alcohol no puede faltar). La escala presenta

adecuadas propiedades psicométricas.

5.6.3. Cuestionario de Identificación de los Trastornos Debidos al Consumo de

Alcohol (AUDIT de Saunders, Aasland, Babor, de la Fuente & Grant, 1993; versión

adaptada al contexto local: Cremonte, Ledesma, Cherpitel & Borges, 2010). Se

trata de un test de tamizaje para la identificación de consumo moderado, de

riesgo, perjudicial y posible dependencia. El AUDIT contiene 10 preguntas con

opciones respuestas con escala Likert de 5 puntos. Los tres primeros ítems miden

la cantidad y frecuencia del consumo habitual y consumo episódico excesivo de

alcohol. Estas tres preguntas forman parte del protocolo. Se refiere a bebida

estándar una unidad de 330cm3 de cerveza, un vaso de vino y una medida de

bebida blanca. Se calcula la UB teniendo en cuenta los gramos de alcohol puro

ingerido por un sujeto en la misma ocasión. Se ajustará en punto de corte en

función del sexo (mujeres: 4 UB y varones: 5 UB). Se consideró más de 4 / 5 UB,

de acuerdo con el punto de corte respectivamente, como indicador de abuso de

alcohol. El panorama referido al consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA)

definido como la ingesta de gran cantidad de alcohol (más de 5 UBs=60 Gr/cc

alcohol puro) en una sola ocasión o en un período corto de tiempo (3 o 4 horas).

Este es el patrón de mayor impacto en el sistema sociosanitario (OMS, 2011,

2014).

La escala presenta adecuados indicadores de validez y confiabilidad para su uso

en población argentina (Cremonte et al., 2010).

34
5.6.4. Cuestionario de consumo de SPAs. Construido ad hoc se pregunta por la

presencia de ingesta de tabaco; de marihuana; de cocaína; de éxtasis; de LSD; y

se solicita la aclaración sobre otra sustancia, en el último mes y en el último año.

5.6.5. Búsqueda de Sensaciones (BS, de Zuckerman, 1978; adaptación: Schmidt,

Molina, y Raimundi, 2016). A través de 22 ítems con opción de respuesta

dicotómica, evalúa la necesidad de sensaciones y experiencias intensas, variadas

y novedosas, y la predisposición a involucrarse en riesgos para lograr tales

experiencias. Evalúa cuatro aspectos de BS: Desinhibición social (DES): tendencia

a buscar sensaciones intensas a través de fiestas, sexo, alcohol, entre otras;

Búsqueda de emociones y aventuras (BEA): deseo de comprometerse en

deportes de riesgo; Búsqueda de experiencia (BE): tendencia a buscar

estimulación o novedad a través de sustancias psicoactivas ilegales; Búsqueda de

riesgo y novedad (BRN): preferencia por un estilo de vida riesgoso lleno de

novedad y variedad. La prueba ha mostrado tener altos índices de confiabilidad

tanto para la escala total como para sus subescalas. La versión argentina ha

mostrado asimismo clara evidencia de validez de constructo, predictiva y

confiabilidad (Schmidt, Molina y Raimundi, 2016).

5.6.5. Escala de Cohesión y Adaptabilidad Familiar Faces III (Family Adaptability &

Cohesion Evaluation Scales: Olson, Portner y Lavee, 1985. Adaptación argentina:

Leibovitch de Figueroa y Schmidt, 2010):

La Escala de Evaluación de Cohesión y Adaptabilidad Familiar (FACES III) es la 3º

versión de la serie de escalas FACES desarrolladas para evaluar dos de las

35
principales dimensiones del Modelo Circumplejo: la cohesión y la adaptabilidad

familiar.

La calidad de la escala FACES III, versión argentina (Leibovich de Figueroa y

Schmidt, 2010) se estableció a través de:

– la validez de contenido (analizando el proceso de adaptación lingüístico-

conceptual),

– la indagación de su estructura interna (análisis de componentes principales y

análisis factorial confirmatorio),

– la validez relacionada con múltiples criterios y

– la confiabilidad (consistencia interna).

FACES III consta de 40 ítems; cada uno se evalúa con una escala Likert de cinco

opciones: casi siempre, muchas veces, a veces sí y a veces no, pocas veces, casi

nunca. La escala está dividida en dos partes. La primera está compuesta por 20

ítems. Evalúa el nivel de cohesión y adaptabilidad de la familia tal como el sujeto

la percibe en ese momento (“Familia Real”). Los ítems son del tipo: “los miembros

de mi familia se dan apoyo entre sí” (cohesión) y “mi familia cambia el modo de

hacer las cosas” (adaptabilidad), entre otros.

Indaga las siguientes dimensiones:

Cohesión Real: mide el grado de unión emocional percibido por el sujeto respecto

de su familia actual.

Adaptabilidad real: permite conocer el monto de cambio que el sujeto considera

que tiene su familia actual.

36
La segunda parte consta de 20 ítems que reflejan el nivel de cohesión y

adaptabilidad que al sujeto le gustaría que haya en su familia (“Familia ideal”). Son

los mismos ítems que para la Parte I, pero se modifica la consigna general.

Indaga las siguientes dimensiones:

Cohesión Ideal: evalúa el grado de unión emocional que al sujeto le gustaría hallar

en su familia.

Adaptabilidad ideal: mide el grado de flexibilidad que el sujeto quisiera que su

familia tenga (Leibovich de Figueroa y Schmidt, 2010).

La calidad de la escala FACES III, versión argentina (Leibovich de Figueroa y

Schmidt, 2010) se estableció a través de: la validez de contenido (analizando el

proceso de adaptación lingüístico-conceptual), la indagación de su estructura

interna (análisis factorial exploratorio y confirmatorio), la validez relacionada con

múltiples criterios y la confiabilidad (consistencia interna).

5.7 ANÁLISIS DE LOS DATOS

Los datos fueron cargados y procesados por el paquete estadístico SPSS 20 (en

español). Se analizaron con estadísticos descriptivos y análisis de frecuencia. Se

utilizaron pruebas no paramétricas (correlación de Spearman y U de Mann

Whitney) debido a que la prueba de normalidad evidenció que las variables no se

ajustaban a una distribución normal. Se tuvo en cuenta el error de tipo I a la hora

de interpretar los resultados y el tamaño del efecto de acuerdo a los criterios de

Cohen (1992).

37
6. Resultados

En la Tabla 2 se presentan los estadísticos descriptivos de funcionamiento

familiar, Búsqueda de Sensaciones, consumo y frecuencia de alcohol (puntaje

total del Test AUDIT) y prácticas sociales asociadas a su consumo episódico

excesivo percibido en la muestra total y segmentado por sexo.

Tabla 2. Estadísticos descriptivos de puntaje total del Test AUDIT, de Búsqueda de


Sensaciones, de cohesión y flexibilidad familiar (real e ideal), y de prácticas sociales
ligadas al consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA) en la muestra total, y dividido
por sexo.

Muestra total Mujeres Varones


M Mna DE Min Máx As Ku M DE M DE
AUDIT 5.35 5 2.75 0 12 0.01 -0.61 4.90 2.49 6.01 2.99
Total
BEA 3.35 3 2.01 0 6 -0.02 -1,29 3.38 2.01 3.32 2.03

BE 2.20 2 1.42 0 5 0.24 -0.75 2.08 1.38 2.38 1.47

DES 2.25 2 1.60 0 6 0.36 -0.60 1.97 1.60 2.67 1.52

BRN 2.76 3 1.57 0 5 -0.16 -1.10 2.59 1.63 3.02 1.46

BSIMP 4.45 4 2.65 0 11 0.22 -0.74 4.04 2.66 5.05 2.54

BSTOT 10.57 11 4.94 0 21 -0.03 -0.65 10.01 4.99 11.38 4.79

Cr 33.15 33 7.81 14 50 -0.12 -0.54 33.65 7.92 32.43 7.66

Fr 27.15 28 6.63 12 48 -0.02 0.17 27.64 6.52 26.44 6.77

Ci 39.05 40 6.35 13 50 -1.30 3.19 38.59 7.05 39.73 5.12

Fi 34.20 35 6.78 10 48 -0.77 0.99 33.75 6.85 34.86 6.68

PSCEEA 20.32 21 7.15 8 34 -0.06 -0.68 19.16 6.48 22.02 7.77

Nota: BEA = búsqueda de emociones y aventuras, BE = búsqueda de experiencia, DES =


desinhibición, BRN = búsqueda de riesgo y novedad, BSIMP = Búsqueda de Sensaciones
Impulsiva, BSTOTAL = Búsqueda de Sensaciones Total. Cr = Cohesión Real; Fr =
Flexibilidad Real; Ci = Cohesión Ideal; Fi = Flexibilidad Ideal. PSCEEA = Prácticas

38
Sociales asociadas al consumo episódico excesivo de alcohol .AUDIT = Cuestionario de
Identificación de los Trastornos Debidos al Consumo de Alcohol.

De acuerdo con los resultados exhibidos en la muestra total, Cohesión Real,

Flexibilidad Real, Cohesión Ideal y Flexibilidad Ideal se encuentran entre los

percentiles 40 y 50. Nivel de consumo de bebidas alcohólicas y prácticas

asociadas a su consumo episódico excesivo se ubican entre los percentiles 45 y

50. Búsqueda de Sensaciones Impulsiva y Búsqueda de Sensaciones Total se

encuentran entre los percentiles 40 y 60. En consiguiente, es posible establecer

que los mencionados dominios se encuentran dentro de los parámetros normales

considerando la población de referencia (Leibovich de Figueroa y Schmidt, 2010).

En las Tablas 3 y 4 se presentan los resultados del cuestionario AUDIT con

análisis de frecuencia de consumo de alcohol para la muestra total y segmentada

por sexo.

Tabla 3. Frecuencia de consumo de alcohol para la muestra total, y para varones y


mujeres

Fr consumo Muestra Varones Mujeres


alcohol total
% (n) Nunca 6.5 (10) 9.5 (6) 4.3 (4)

1 vez al mes o 17.4 (27) 7.9 (5) 23.9 (22)


menos
2 a 4 veces x mes 31.6 (49) 23.8 (15) 37 (34)

2 a 3 veces x 35.5 (55) 50.8 (32) 25 (23)


semana
4 o más veces x 9 (14) 7.9 (5) 9.8 (9)
semana

Al analizar la muestra total, se puede observar que el 35.5% refiere consumir

alcohol de 2 a 3 veces por semana, el 31.6% lo hace de 2 a 4 veces por mes y el

39
17.4%, una vez al mes o menos. Sólo el 9 % refiere consumir casi todos los días y

sólo el 6.5 % refiere no consumir nunca. Al analizar los datos considerando el

sexo, se observa que los varones orientan su consumo de alcohol a 2 a 3 veces

por semana (50.8%) o 2 a 4 veces por mes (23.8%). El resto lo hace con una

frecuencia muy alta (casi todos los días = 7.9%), muy baja (una vez al mes o

menos = 7.9%) o bien no consume alcohol (9.5%). Casi un cuarto de la muestra

de las mujeres consume bebidas alcohólicas una vez al mes o menos, el 37% lo

hace de 2 a 4 veces por mes y otro cuarto de la muestra de 2 a 3 veces por

semana, la mitad de los sujetos masculinos. El resto, o bien no consume (4.3%) o

lo hace casi a diario (9.8%).

Tabla 4. Cantidad de alcohol consumido en una misma ocasión considerando las


Unidades de Bebidas (UBs) ajustadas por sexo para la muestra total, y para
varones y mujeres

Cantidad de Muestra Varones Mujeres


UBs total
% (n) Ninguna 9.7 (15) 11.1 (7) 8.7 (8)

1a3 51 (79) 36.5 (23) 60.9 (56)

4 (mujer)/5 (varón) 19.4 (30) 17.5 (11) 20.7 (19)

5 o 6 (mujer)/6 o 7 16.8 (26) 28.6 (18) 8.7 (8)


(varón)
7 o + (mujer)/8 o + 3.2 (5) 6.3 (4) 1 (1)
(varón)
Nota: Cada UB (o bebida estándar) supone 10 grs. de alcohol puro aprox. Una
bebida estándar refleja la ingesta de, por ejemplo, 330 cm³de cerveza, un vaso de
vino o una medida de “bebida blanca”.

Con respecto al total de la muestra, más de la mitad de los sujetos (51%)

consume de 1 a 3 UBs, casi el 10 % no consume y el resto (39.3%) realiza un

consumo excesivo de alcohol. Los varones consumen de 1 a 3 UBs (36.5%), 5


40
UBs (17.5%), 6 o 7 UBs (28.6%) y 8 UBs o más (6.3%). El mayor porcentaje de

mujeres consume de 1 a 3 UBs por ocasión (60.9%), distribuyéndose el resto de

los valores en 4 UBs (20.7%) y ausencia de consumo y 5 o 6 UBs (8.7% en ambos

casos).

La Tabla 5 presenta los resultados de la frecuencia de consumo episódico

excesivo de alcohol (CEEA) para la muestra total y dividida por sexo.

Tabla 5. Frecuencia de consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA) para la


muestra total, y para varones y mujeres

Fr consumo Muestra Varones Mujeres


alcohol total
% (n) Nunca 27.7 (43) 25.4 (16) 29.3 (27)

Menos de 1 vez x 19.4 (30) 11.1 (7) 25 (23)


mes
1 vez x mes 22.6 (35) 27 (17) 19.6 (18)

1 vez x semana 26.5 (41) 31.7 (20) 22.8 (21)

A diario o casi a 3.9 (6) 4.8 (3) 3.3 (3)


diario
Nota: CEEA implica la ingesta de 4 y 5UBs o más para varones y mujeres
respectivamente en la misma ocasión (lapso de 3-4 hs).

Se puede observar, al tomar en consideración la muestra total de estudiantes

universitarios, que el mayor porcentaje ha declarado no experimentar nunca un

patrón de tipo CEEA (27.7%), seguido por un consumo episódico excesivo

semanal (26.5%) y un consumo mensual (22.6%). Es interesante notar que el 19.4

% realiza un consumo excesivo de manera infrecuente (menos de una vez por

mes). En el caso de los varones, el mayor porcentaje (31.7%) refiere un patrón de

tipo CEEA con una frecuencia semanal, el 27% una vez por mes, 11.1% menos de

una vez por mes y el 4.8%, a diario o casi a diario. Cabe destacar que el 25.4% de
41
los varones refiere no consumir alcohol de manera excesiva. En la muestra de las

mujeres, el mayor porcentaje se agrupa justamente en esta categoría: el 29.3 %

refiere que nunca experimentó un CEEA, un cuarto de la muestra declaró haberlo

hecho menos de una vez por mes (mientras que los varones lo presentan en un

porcentaje menor de la mitad de este valor), el 19.6% una vez por mes, el 22.8%

una vez por semana y sólo tres sujetos declararon haber tomado de manera

excesiva a diario.

Tabla 6. Prevalencia de consumo actual de sustancias psicoactivas (SPAs) para la


muestra total, y para varones y mujeres

SPAs Muestra Varones Mujeres


% (n) total
Alcohol 93.5 90.5 (57) 95.7 (88)
(145)*
CEEA 39.4 (61)* 32.4 (33) 30.4 (28)

Tabaco 40.6 (63)* 39.7 (25) 41.3 (38)

Marihuana 36.8 (57)* 39.7 (25) 34.8 (32)

Cocaína 3.2 (5)* 4.8 (3) 2.2 (2)

Extasis 9.7 (15)* 15.9 (10) 5.4 (5)

LSD 2.6 (4)* 4.8 (3) 1.1 (1)

Otras 1.3 (2)* 1.1 (1) 1.1 (1)

Nota: CEEA = consumo episódico excesivo de alcohol

*Se considera el consumo expresado durante los 30 días declarados en el


instrumento sociodemográfico creado ad hoc para el presente estudio.

El análisis de prevalencia de consumo de SPAs da cuenta que la sustancia

más ampliamente consumida es el alcohol (93.5%), en segundo lugar, el tabaco

(39.4), muy cerca del tabaco están los CEEA (39.4%) y la marihuana (36.8%). El

42
menor consumo registrado corresponde a las siguientes sustancias: éxtasis

(9.7%), seguida de cocaína (3.2%), LSD (2.6%) y finalmente otras sustancias

(1.3%).

Puede observarse que el porcentaje de mujeres que consumen alcohol es

levemente mayor que el masculino (95.7% para las mujeres y 90.5% para los

varones). Sin embargo, el CEEA es algo más frecuente en varones (32.4%) que

en mujeres (30.4%). Con respecto a las otras sustancias, se observa que las

mujeres consumen tabaco en mayor proporción que los varones, aunque la

diferencia es mínima (42.3%. en el caso de las mujeres y 39.7% para los varones).

En cualquier caso, los varones consumen con mayor frecuencia que las mujeres el

resto de las sustancias: marihuana (39.7% vs. 34.8%); CEEA (32.4% vs. 30.4%);

éxtasis (15.9% vs. 5.4%); LSD (4.8% vs. 1.1); cocaína (4.8% vs. 2.2%) y otras

sustancias (1.1% vs. 1.1%).

Tras considerar las diferencias halladas entre varones y mujeres respecto de

niveles y patrones de consumo de alcohol, y las diferencias en la prevalencia de

consumo de otras sustancias distintas del alcohol, se procedió a comparar el

funcionamiento familiar para la muestra en su totalidad, y para varones y mujeres

de manera independiente.

43
6.1 Funcionamiento familiar y consumo de sustancias. Diferencias entre

grupos.

Tabla 7. Prueba U de Mann Whitney para comparar el funcionamiento familiar en grupos


con versus sin consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA)

Muestra total Varones Mujeres

Mdn Mdn Mdn

4/5 Menos 5 Menos 4 Menos


UBs de 4/5 U p UBs de 5 U p UBs de 4 U p
o UBs o UBs o UBs
más más más
Cr 35 32 2281.5 .032* 35.5 31 339.5 .032* 33.5 33 805.00 .439

Fr 28 27 2703.5 .549 27.5 27 434.0 .400 28 27.5 867.5 .809

Ci 41 39 2414.0 .096† 42 39 368.5 .081† 40.5 38.5 787.0 .354

Fi 34.5 35 2635.5 .396 36 35 485.0 .890 34 36 781.0 .328

Nota: UBs = Unidades de bebida (1 UB = 10 gr de alcohol puro aprox.); CEEA implica la


ingesta de 4 y 5 UBs o más para varones y mujeres respectivamente en la misma ocasión
(lapso de 3-4 hs). Cr = Cohesión Real; Fr = Flexibilidad Real; Ci = Cohesión Ideal; Fi =
Flexibilidad Ideal.
*p < .05. **p < .01. *** p < .001 y †p < .10
Los resultados muestran una diferencia significativa en Cohesión Real en
grupos con versus sin consumo episódico excesivo de alcohol tanto en la muestra
general como en la muestra masculina (p=.032*, en ambos casos) y una
significación marginal en ambos grupos para Cohesión Ideal (p=.096† y p=.081†).
Es decir, aquellos estudiantes universitarios (específicamente, los varones de la
muestra) que no presentan un patrón de tipo CEEA perciben mayores niveles de
cohesión familiar tanto real como ideal comparados con quienes presentan un
consumo episódico excesivo de alcohol.

44
Tabla 8. Prueba U de Mann Whitney para comparar el funcionamiento familiar en grupos
con altos versus bajos puntajes en el Test AUDIT
Muestra total Varones Mujeres

Mdn Mdn Mdn

Alto Bajo U p Alto Bajo U p Alto Bajo U p

Cr 31 36 1293.5 .005** 31 37 252.5 .004** 31.5 36 318.5 .469

Fr 26 28 1507.5 .063† 25 29.5 278.0 .012* 27 28 328.5 .554

Ci 39 41 1315.0 .007** 39 42 260.5 .006** 38.5 40.5 261.0 .138

Fi 36 34 1681.5 .281 36 33.5 428.0 .74 36 34 300.0 .333

Nota: alto vs. bajo considerando un puntaje percentilar igual o mayor de 75 y menor o
igual a 25 respectivamente. Cr = Cohesión Real; Fr = Flexibilidad Real; Ci = Cohesión
Ideal; Fi = Flexibilidad Ideal.

Los resultados muestran una diferencia significativa en Cohesión Real en grupos

con altos versus bajos puntajes en el Test AUDIT tanto en la muestra general

como en la muestra masculina (p=.005** y p=.004**, respectivamente) y en

Cohesión Ideal (p=.007** y p=.006** en ambos grupos). En Flexibilidad Real, la

significación es marginal en el caso de la muestra general (p=063†) y significativa

en la muestra masculina (p=.012*). Estos datos indican que los estudiantes que

refieren mayor nivel y frecuencia de consumo de alcohol (mayor puntaje en el Test

AUDIT), perciben menor Cohesión y Flexibilidad familiar. Esto es así en varones.

En mujeres no se hallaron diferencias significativas en el funcionamiento familiar

percibido entre quienes tienen altos versus bajos puntajes en este test.

45
Tabla 9. Prueba U de Mann Whitney para comparar el funcionamiento familiar en grupos
con versus sin consumo de sustancias psicoactivas (SPAs) distintas del alcohol (consumo
actual y de los últimos 12 meses)

Muestra total Varones Mujeres

Mdn Mdn Mdn


Tabaco
(30días)
Prese Ause U P Pre Aus U p Pres Aus U P
ncia ncia sen enci enci enci
cia a a a
Cr 32 35 2456 .107 31 35 378.0 .172 31 38.5 909.5 .355
.5
Fr 27 28 2616 .304 23 28.5 318.0 .027* 28 27.5 970.5 .659

Ci 39 40 2623 .315 40 39.5 455.0 .778 38.5 41.5 827.0 .114

Fi 36 34 2864 .901 36 34.5 403.0 .311 35 33.5 944.0 .515

Mdn Mdn Mdn


Tabaco (12
meses)
Prese Ause U P Pre Aus U p Pres Aus U P
ncia ncia sen enci enci enci
cia a a a
Cr 32 35 2577 .18 31 35 404.5 .236 32 36 946.5 .401

Fr 27 28 2758 .492 25.5 28 395.5 .190 28 27 1007.5 .837

Ci 39 40 2664 .304 40 40 488.0 .978 38 41 852.5 .151

Fi 35 34 2927 .939 36 34 407.0 .250 34 34 888.5 .251

Mdn Mdn Mdn


Marihuana (30
días)
Prese Ause U P Pre Aus U p Pres Aus U P
ncia ncia sen enci enci enci
cia a a a
Cr 29 35 1751 .000** 21 35 257.5 .002*** 30 36 667.5 .016
.5 *
Fr 25 28 2138 .015* 25 28 355.0 .091 25 28.5 744.0 .076
.5 †
Ci 40 41 2700 .730 40 40 441.0 .632 39 39.5 954.0 .961
.0
Fi 36 34 2179 .023* 36 34 351.5 .250 36 34 795.5 .176
.5

46
Mdn Mdn Mdn
Marihuana (12
meses)
Prese Ause U P Pre Aus U p Pres Aus U P
ncia ncia sen enci enci enci
cia a a a
Cr 30 36 1903 .000*** 30 35 36.0 .008** 30 38 689.0 .005
.5 **
Fr 25 28 2167 .003** 25 28 33.5 .065† 25 29 751.5 .021
.5 *
Ci 39 41 2800 .481 39 41 68.0 .548 39 41 980.0 .606
.5
Fi 36 34 2223 .005** 36 33.5 88.5 .073† 36 34 795.0 .049
.5 *

Mdn Mdn Mdn


Éxtasis (30
días)
Prese Ause U P Pre Aus U p Pres Aus U P
ncia ncia sen enci enci enci
cia a a a
Cr 25 33.5 540. .002** 23.5 34 114.5 .086† 28 33 149.0 .237
0
Fr 22 28 385. .000** 19 28 75.5 .068† 24 28 111.0 .066
0 †
Ci 38 40 777. .098 37 40 157.5 .507 38 39 196.5 .717
0
Fi 37 35 917. .422 38 35 224.0 .964 34 34 211.5 .918
5
Mdn Mdn Mdn
Éxtasis (12
meses)
Prese Ause U P Pre Aus U p Pres Aus U P
ncia ncia sen enci enci enci
cia a a a
Cr 34.5 25 882. .000*** 25 35 181.0 .007** 28 34 253.5 .021
0 *
Fr 28.5 19 779. .000*** 19 29 115.5 .000*** 25 28 291.0 .063
5 †
Ci 40 37 1132 .16 37 41 201.0 .019* 38 40 344.5 .223
.5
Fi 34 37 1210 .043* 37 35 282.0 .312 37 34 310.0 .102
.0
*p < .05. **p < .01. *** p < .001 y †p < .10.

Nota: no se presentan datos para cocaína, LSD y “otras” sustancias dada la baja
prevalencia de consumo de las mismas. Cr = Cohesión Real; Fr = Flexibilidad Real; Ci =
Cohesión Ideal; Fi = Flexibilidad Ideal.
*p < .05. **p < .01. *** p < .001 y †p < .10.

47
Se puede observar una diferencia significativa en Flexibilidad Real en grupos

con versus sin consumo de tabaco sólo en la muestra masculina (p=.027).

Se encuentra una diferencia significativa en consumo de marihuana (dentro de los

30 días) en Cohesión Real en la muestra total, en la masculina y la femenina

(p=.0001**, p=.002** y p=.016*, respectivamente), en Flexibilidad Real en la

muestra masculina y marginal, en la femenina (p=.015* y p=.076†,

respectivamente) y en Flexibilidad Ideal (p=.023*) en la muestra total. Dentro de

los valores de consumo de la sustancia durante los 12 meses, las diferencias

resultaron significativas en Cohesión Ideal en los tres grupos (p=.000***, p=.008**

y p=.005**). También pueden apreciarse diferencias significativas en Flexibilidad

Real en la muestra general y en la correspondiente a las mujeres (p=.003** y

p=.021*) y una correlación marginal en el grupo masculino (p=.065†). El mismo

caso se presentó en lo atinente a la Flexibilidad Ideal (p=.005**, p=.049* y

p=.073†, respectivamente).

El consumo de éxtasis durante los últimos 30 días muestra diferencias

significativas en Cohesión Real y Flexibilidad Real en la muestra total (p=002** y

p=.003**) y diferencias marginales en los grupos de varones y de mujeres

(p=.086†, en Cohesión Real para varones, y p=.068† y p=.066†, para varones y

mujeres respectivamente, en la segunda dimensión). Para el período de 12

meses, las diferencias significativas se mostraron en Cohesión Real en los tres

grupos (p=.0001***, p=.007** y p=.021*) y Flexibilidad Real se presentaron

diferencias significativas en los primeros (p=0001***, para los varones y p=.063†

para la muestra de mujeres). También se encontraron diferencias significativas en

48
Cohesión Ideal para el grupo masculino (p=.019*) y en flexibilidad para la muestra

general (p=.043*).

Tabla 10. Prueba U de Mann Whitney para comparar el funcionamiento familiar en grupos
con baja versus alta presencia de prácticas sociales ligadas a un CEEA
Muestra total Varones Mujeres

Mdn Mdn Mdn

Baja Alta U P Baja Alta U P Baja Alta U p

Cr 39 29 553.5 .000** 37 29 100.0 .002*** 39 29 160.0 .035*

Fr 28 25 788.0 .035* 28 24 136.0 .023* 27.5 27 252.0 .947

Ci 41.5 39 869.0 .139 42 39 160.0 .087† 41 39 242.0 .773

Fi 33 35.5 819.5 .062† 34 35 206.5 .544 32 37 174 .072†

Nota: alto vs. bajo considerando un puntaje percentilar igual o mayor de 75 y menor o
igual a 25 respectivamente. Cr = Cohesión Real; Fr = Flexibilidad Real; Ci = Cohesión
Ideal; Fi = Flexibilidad Ideal.
*p < .05. **p < .01. *** p < .001 y †p < .10.

Los resultados de la Tabla 10 comparan el funcionamiento familiar en grupos

con baja versus alta presencia de prácticas sociales ligadas a un CEEA mostrando

una diferencia significativa en Cohesión Real y en Flexibilidad Real en la muestra

total (p=000** y p=.035*), mientras que en el grupo de mujeres la diferencia

significativa se registró en el primer caso (p=.035*). En el grupo de varones se

registró una diferencia de esta índole en las mismas variables (p=.002*** y

p=.023*, respectivamente) y, una diferencia marginal en Flexibilidad Real en el

grupo masculino (p=.87†). También se presentan diferencias marginales en

Flexibilidad Ideal en la muestra general y en mujeres (p=.062† y p=.072†, para

cada grupo).

49
Tabla 11. Prueba U de Mann Whitney para comparar el funcionamiento familiar en grupos
con bajo versus alto nivel de Búsqueda de Sensaciones (BS)

Muestra total Varones Mujeres

Mdn Mdn Mdn

Bajo Alto U P Bajo Alto U p Bajo Alto U P

Cr 37 29 474.0 .000** 40 27 47.5 .000** 34 31 211.0 .093†

Fr 28 27 861.5 .472 28 25 120.5 .121 27.5 29 253.0 .407

Ci 41 37.5 577.5 .002*** 43 39 71.5 .002*** 40.5 37 206.5 .076†

Fi 34 36 752.5 .100 34 36 147.0 .460 34 36 233.0 .216

Nota: alto vs. bajo considerando un puntaje percentilar igual o mayor de 75 y menor o
igual a 25 respectivamente. Cr = Cohesión Real; Fr = Flexibilidad Real; Ci = Cohesión
Ideal; Fi = Flexibilidad Ideal.
*p < .05. **p < .01. *** p < .001 y †p < .10.

La Tabla 11 exhibe los resultados que comparan el funcionamiento familiar

en grupos con baja versus alta nivel de Búsqueda de Sensaciones. Las diferencias

significativas pueden encontrarse en Cohesión Real y en Cohesión Ideal en los

grupos que componen la muestra total y la masculina (p=.000*** y p=.0002**,

respectivamente) y diferencias marginales para el grupo de mujeres (p=.093† y

p=.076†, en ése orden).

50
Tabla 12. Prueba U de Mann Whitney para comparar el funcionamiento familiar en grupos

con bajo versus alto nivel de Búsqueda de Sensaciones (BS) de tipo Impulsiva

Muestra total Varones Mujeres

Mdn Mdn Mdn

Bajo Alto U P Bajo Alto U p Bajo Alto U p

Cr 38 29 488.0 .000** 41 28.5 44.0 .172 37.5 30 204.0 .004***

Fr 28 25 890.0 .161 28 25 99.5 .027* 28 27 348.0 .648

Ci 41 38 750.5 .013* 42 38.5 72.5 .778 41 38 284.5 .125

Fi 34 36 896.5 .176 39 36 109.0 .311 33.5 36 292.0 .159

Nota: alto vs. bajo considerando un puntaje percentilar igual o mayor de 75 y menor o
igual a 25 respectivamente. Cr = Cohesión Real; Fr = Flexibilidad Real; Ci = Cohesión
Ideal; Fi = Flexibilidad Ideal.
*p < .05. **p < .01. *** p < .001 y †p < .10.

La tabla 12 exhibe los resultados que comparan el funcionamiento familiar en

grupos con bajo versus alto nivel de Búsqueda de Sensaciones de tipo impulsiva.

Las diferencias significativas aparecen en Cohesión Real en los grupos

correspondientes a la muestra general y la muestra femenina (p=.000*** y

p=.0004**, respectivamente), en Flexibilidad Real para el grupo de los varones

(p=.027*) y en Cohesión Ideal en los grupos que componen la muestra total

(p=.013*).

6.2 Correlaciones entre las variables de estudio

El objetivo central de este trabajo se orientó a estudiar la relación existente

entre el funcionamiento familiar y el consumo de sustancias psicoactivas en

estudiantes universitarios, entre otras variables de interés asociadas al consumo.

51
En la Tabla 13 se presentan los resultados de las correlaciones Rho de Spearman

realizadas.

Tabla 13. Correlaciones entre Búsqueda de Sensaciones, cohesión y flexibilidad familiar


(real e ideal) para la muestra total.

Cr Fr Ci Fi BEA BE DES BRN BSIMP BS


TOT
Cr - .512** .473** -.097 -.192 -.471** -.486** -.404** -.584** -.521**

Fr - .194 .004 -.115 -.066 -.367** -.162 -.266* -.239†

Ci - .355** -.075 -.237 -.421** -.159 -.396** -.314*

Fi - .157 .090 -.032 .189 .072 .146

BEA - .321* .129 .555** .264* .726**

BE - .427** .495** .849** .743**

DES - .435** .844** .639**

BRN - .550** .816**

BSIMP - .814**

BSTOT -

Se encontraron correlaciones significativas moderadas inversas (mayores o

iguales a .30, según el criterio de Cohen [1992]) entre la Cohesión Real y la BE (-

.471**), DES (-.486**), BRN (-.404**), con BSIMP (-.584**) y BSTOTAL (-.521). En

referencia a la Flexibilidad Real, la correlación significativa fue moderada inversa

con DES (-.367**), débil con BSIMP (-.266*) y marginal con BSTOTAL. Por su

parte, la Cohesión Ideal se relaciona significativamente de manera inversa con

DES (-.421**), con BSIMP (-.396**) y con BSTOT (-.314*).

52
Tabla 14. Correlaciones entre Búsqueda de Sensaciones, puntaje total del Test AUDIT y
prácticas sociales ligadas al consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA).

BEA BE DES BRN BS BS Audit 1 Audit 2 Audit 3 Audit PS


IMPUL TOT (frecuencia) (consumo) (frecuencia/ total CEEA
consumo)
BEA - .321* .129 .555** .264* .726** .288* .173 .207 .262* .313*

BE - .457** .495** .849** .743** .443** .454* .377** .481** .637**

DES - .435** .844** .639** .443** .520** .261* .468** .619**

BRN - .550** .816** -.256* .312* .268* .334** .366**

BS - .814** .521** .560** .535** .542** .737**


IMPUL
BS - .462** .466** .354** .495** .633**
TOTAL
Audit 1 - .654** .507** .788** .602**
(frecuencia)
Audit 2 - .589** .876** .669**
(consumo)
Audit 3 - .852** .556**
(frecuencia/
cantidad)
Audit - .700**
Total
PSCEEA -

Los presentes resultados muestran la correlación significativa moderada

entre la BE, con Audit 1 (.443**), con Audit 3 (.377**), con Audit total (.481**) y con

PSCEEA (.637**) y con Audit 2 (.454*). En referencia a la BEA y Audit 1 (.288*),

Audit total (.262*) y con PSCEEA (.313**) se aprecian correlaciones significativas

débiles. Por su parte, DES se relaciona significativamente de manera con Audit 1

(.443**), con Audit 2 (.520**), con Audit total (.468**) y con PSCEEA (.619*) y con

Audit 2 (.261*) esta relación es débil. Así también es la correlación entre BRN con

Audit 2 (.312*) y con Audit 3 (.268*) y es inversa con Audit 1 (-.256*). Por su parte,

esta relación es moderada con Audit total (.334**) y PSCEEA (.366**).


53
Tabla 15. Correlaciones entre Búsqueda de Sensaciones y cohesión y flexibilidad familiar
(real e ideal) para la muestra dividida por sexos.

Mujeres

Varones Cr Fr Ci Fi BEA BE DES BRN BS BS


IMP TOT
Cr - .497** .606** -.041 -.230* - -.227* .069 -272** -.206*
.272**
Fr .512** - .235* .208* -.035 -.121 .053 .106 -.027 .009

Ci .473** .194 - .235 -.210 -.133 -.119 -.083 -.145 -.199

Fi -,097 .004 .353** - .084 .054 .154 -.029 .119 .073

BEA -.192 -.115 -.075 .157 - .368** .279** .533** .364** .787**

BE -,471** -.066 -.237 .090 .321* - .520** .383** .862** .715**

DES -.486** -.367* -.421** -.032 .129 .457** - .310** .902** .674**

BRN -.404** -.162 -.159 .189 .555** .495** .435** - .386** .763**

BSIMP -.584** -.266 -.396** .072 .264** .849** .844** .550** - .783**

BSTOT -.521** -.239 -.314* .146 .726** .743** .639** .816** .814 -

En la muestra de mujeres, se encontraron correlaciones significativas

moderadas inversas (mayores o iguales a .30, según el criterio de Cohen [1992])

entre la Cohesión Real y la BE (-.471**) y débil con BSIMP (-.272**). Por su parte,

esta correlación fue débil en BEA (-.230*) y débil y directa en DES (.227*). En

tanto, dentro de la población masculina la correlación con Cohesión Real fue

inversa y moderada con BE (-.471**), DES (-.486**), BRN (-.404**), con BSIMP (-

.584**) y BSTOTAL (-.521**). La Flexibilidad Real correlacionó de manera inversa

y moderada con DES (-.367**) y débil con BSIMP (-.266*). En cuanto a la

Cohesión Ideal, la correlación significativa fue moderada e inversa con DES (-

.421**) y con BSIMP (-.396**) y con BSTOT (-.314*).

54
7. Discusión

7.1 Resumen de los resultados

El objetivo central de este trabajo se orientó a estudiar la relación existente

entre el funcionamiento familiar y el consumo de sustancias psicoactivas en

estudiantes universitarios, con el fin de explorar el estado de situación en una

muestra concreta, ofrecer una contribución de información contrastable a la línea

iniciada desde hace una década por el equipo de investigación del que formo parte

y apoyar la promoción de tareas preventivas sociales que mejoren la calidad de

vida de los potenciales sujetos en riesgo.

Los resultados obtenidos durante el proceso mostraron que existe una relación

significativa entre el funcionamiento familiar y el consumo de sustancias

psicoactivas (de curso legal e ilegal) entre los estudiantes universitarios.

Tanto la cohesión como la flexibilidad familiar se relacionan con la frecuencia y

cantidad de alcohol que los sujetos consumen como también con el patrón

denominado consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA). Pero esta relación

fue significativa sólo en la muestra de varones. Específicamente, se observó un

funcionamiento familiar más disfuncional entre los varones que consumen alcohol

y que lo hacen de manera excesiva comparados con varones que no presentan

estas características.

Asimismo, los niveles de cohesión y flexibilidad familiar resultaron

significativamente más elevados entre sujetos que no consumen marihuana ni

éxtasis comparados con quienes sí consumen estas sustancias. Esto se observó

tanto en la muestra de varones como en la de mujeres. En el caso del consumo de

55
tabaco, se encontró mayor flexibilidad familiar entre quienes no consumen tabaco

comparado con quienes sí lo hacen, pero sólo en la muestra de varones. En este

caso, la cohesión no estuvo relacionada con el consumo de tabaco. Para cocaína,

LSD y otras sustancias, no fue posible realizar los análisis previstos debido al bajo

número de sujetos que reportaron ingerir estas drogas.

Considerando las medidas de tendencia central presentadas en esta tesis, puede

observarse que el nivel y el patrón de consumo de alcohol está asociado al nivel

de cohesión familiar siendo este nivel y patrón de mayor magnitud en las familias

de configuración desligada o separada. Una relación de este tipo contribuye a una

separación emocional en la que hay poca participación entre los miembros de la

familia y una gran separación e independencia personal. De acuerdo con esta

aproximación teórica, los integrantes se enfocan en sus actividades de manera

individual, separadas tanto en el tiempo como en el espacio que son comunes al

grupo familiar (Olsen, Porter y Lavee, 1985). Los miembros de estas familias

suelen estar insatisfechos con el apoyo tanto emocional como instrumental que

reciben de sus familias y suelen ser sistemas familiares con dificultades para

adaptarse y afrontar el estrés cotidiano y las crisis vitales. Por este motivo, se

considera que son familias desbalanceadas (Leibovich de Figueroa y Schmidt,

2010).

Otro de los objetivos de esta tesis era conocer la cantidad y frecuencia de

consumo de alcohol, así como la prevalencia de consumos episódicos excesivos

de alcohol (CEEA) y estudiar las diferencias en función del sexo de los

participantes. Al respecto, sólo un escaso número de estudiantes (6.5%) refirió no

consumir alcohol. Los varones orientan la mayor parte de su consumo de alcohol


56
de 2 a 3 veces por semana o 2 a 4 veces por mes y las mujeres manifiestan

consumir bebidas alcohólicas en una vez al mes o menos.

Entre los varones se observa que más de la mitad (52.4 %) refirió consumir 5 UBs

o más. Mientras que, si bien casi todas las mujeres refieren consumir alcohol, la

mayoría de ellas (60.9 %) deja constancia de no consumir más de 4 UBs. Esta

parte de la población estudiada concentra su consumo en 1 a 3UBs, en más de la

mitad de la muestra. En síntesis, según estos datos, la mayoría de los varones

realizan un consumo excesivo mientras que la mayoría de las mujeres realiza un

consumo moderado de alcohol (o no consume). Estos resultados pueden estar

enmarcados en los hallazgos mayoritariamente registrados que coinciden en su

desarrollo más frecuente durante los fines de semana, en escenarios nocturnos,

por fuera del marco de la alimentación y del ámbito familiar, en un contexto de

interacción social, cuya motivación principal es la búsqueda de diversión y cierto

nivel de embriaguez (Miguez, 2010; Schmidt, Molina, González, Raimundi, y

Maglio, 2011).

En cuanto a la frecuencia de consumo episódico excesivo de alcohol, la mayor

parte de la población femenina registra un consumo excesivo de menos de una

vez al mes o nunca, mientras que un porcentaje similar de varones lo hace una

vez al mes o más. En este sentido, la implicancia del funcionamiento familiar

correlaciona significativamente con los bajos niveles de cohesión familiar

registrados y de estilo rígido de constitución en la muestra de quienes realizan

consumo episódico excesivo de alcohol, lo cual constituye en casos extremos una

situación de riesgo a tomar en cuenta.

57
Por otra parte, considerando las relaciones halladas entre el funcionamiento

familiar y el consumo de SPAs ilegales, se puede concluir que cuanto mayor es la

percepción de cohesión familiar menor es el consumo de SPAs, tanto para

varones como mujeres. La relación entre consumo de SPAs con flexibilidad

también ha resultado estadísticamente significativa tanto en la población

masculina como en la femenina, encontrándose en este caso mayores niveles de

flexibilidad familiar entre quienes no consumen SPAs ilegales. Musitu y

colaboradores (2001), coinciden en una funcionalidad familiar óptima, percibida

como tal por los jóvenes, la cual produce un bienestar subjetivo que mejora las

respuestas adaptativas y propicia actitudes basales en la toma de decisiones

responsables. Los autores consideran que este modelo de estilo de relaciones

familiares conforma valiosos factores protectores del consumo de drogas. En su

línea de investigación encontraron relaciones lineales positivas en variables

concomitantes del funcionamiento familiar, tales como la cohesión, la

adaptabilidad y la comunicación positiva con los padres (Jiménez, Musitu y

Murgui, 2006).

En el marco de los estudios realizados en población universitaria los resultados

hallados compartirían la línea explorada por Cogollo-Milanés y colaboradores

(2011), realizada en un establecimiento universitario colombiano en el que se

concluye que la prevalencia del consumo de sustancias legales -alcohol y tabaco-

en los estudiantes universitarios fue alta y la sustancia ilegal más consumida fue la

marihuana. Los factores asociados al consumo de sustancias tanto legales como

ilegales fueron el consumo problemático de alcohol y la disfuncionalidad familiar.

58
Los resultados arrojados en la exploración de las prácticas asociadas al consumo

episódico excesivo de alcohol (PSCEEA) permiten concluir que aquellos

estudiantes varones y mujeres que perciben una mayor cohesión y flexibilidad

familiar exhiben menores prácticas sociales asociadas al consumo excesivo de

alcohol.

Los resultados del presente análisis muestran que la Búsqueda de Sensaciones y

el funcionamiento familiar están asociados al encontrarse que los niveles de

cohesión presentan diferencias significativas, tanto en la muestra general como en

la masculina, con diferencias marginales en la femenina. En contraste, quienes

perciben mayor cohesión y flexibilidad familiar manifiestan menor nivel de

búsqueda de sensaciones de tipo impulsiva en la muestra general, y tanto en la

población femenina como en la masculina, se hallaron en este último caso

correlaciones fuertes (mayores a 0.50).

El consumo de alcohol y SPAs tanto en varones como en mujeres está asociado

significativamente a la Búsqueda de Experiencias (BE), a la Búsqueda de

Emociones y Aventuras (BEA) y también a la Desinhibición Social (DES). Se

encontraron correlaciones significativas con la frecuencia, con el nivel de consumo

de alcohol y con las prácticas asociadas al CEEA. En tanto, en Desinhibición

Social (DES), esta relación es significativamente moderada y fuerte con PSCEEA.

En el caso de Búsqueda de Riesgo y Novedad (BNR) esta relación es débil con

las PSCEEA y es débil e inversa con el consumo de alcohol. Estos resultados son

similares a los encontrados en Schmidt et al. (2004), en cuyo análisis destaca que

tanto el aburrimiento como la búsqueda de desinhibición pueden constituir factores

de riesgo en el consumo excesivo de alcohol.


59
8. CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES

A la luz de los resultados obtenidos, es posible observar una relación entre el

funcionamiento familiar y el consumo de sustancias psicoactivas (de curso legal e

ilegal) en estudiantes universitarios, la cual se relaciona tanto con la frecuencia

como con la cantidad de SPAs que consumen los sujetos. Asimismo, existen

diferencias en las prácticas sociales y en Búsqueda de Sensaciones (tipos y nivel

de BS) en función de los niveles, frecuencia y patrón de consumo de alcohol, así

como en función de la presencia de consumo de otras sustancias distintas del

alcohol.

Entre los puntos a tomar en cuenta del presente estudio, podría mencionarse la

originalidad de la exploración de las variables del funcionamiento familiar con el

consumo de SPAs en la población universitaria (ya que no había sido estudiado en

nuestro medio la relación entre estas variables), el abordaje de un tema de

relevancia social que merece una atención urgente por parte de las políticas

públicas sumado al uso de instrumentos que poseen excelentes propiedades

psicométricas (tanto en su versión original como adaptada). El espíritu del

presente trabajo se orienta a contribuir con esta tesis a un mayor conocimiento de

los consumos de estudiantes universitarios de la Ciudad Autónoma de Buenos

Aires que constituye una información que no se encuentra disponible hasta la

fecha.

Entre las limitaciones presentes en el trabajo, la muestra con la cual se trabajó fue

no probabilística, por lo que los resultados no pueden generalizarse a toda la

población. Por otra parte se suma una restricción geográfica y socioeconómica ya

60
que los participantes eran alumnos de universidades privadas de la Ciudad

Autónoma de Buenos Aires.

Es deseable que se amplíen las investigaciones que aborden la variable del

funcionamiento familiar para propiciar el estudio científico de los factores de riesgo

y de protección en relación al consumo de sustancias por parte de los jóvenes,

poniendo énfasis en la comunicación deficiente, los conflictos o la baja cohesión

del grupo familiar en tanto factores de riesgo, pero considerando también que un

adecuado funcionamiento familiar puede actuar como factor protector del

consumo. Por otra parte, se hace hincapié en la importancia de contar con

instrumentos válidos y confiables para lograr información contrastable en estudios

epidémicos integrales que tomen en cuenta el espacio vacante que representa en

la investigación científica el consumo de sustancias psicoactivas en la población

universitaria.

Para finalizar, la elaboración de esta tesis me ha permitido conocer la diversidad

de sustancias y de sus usos y consumos que los estudiantes universitarios

inscriben en sus prácticas cotidianas y de los contextos que los alojan como objeto

de estudio, con la posibilidad de encuadrarse en diferentes puntos de análisis. En

este espíritu, retomo las impresiones vertidas por Bauman (2007), quien durante

las últimas décadas ha invitado a reflexionar sobre el rol de los consumidores

cuyos deseos de estabilidad, seguridad, acumulación de bienes materiales, estima

y confort en tiempos del “consumismo líquido” asocian la felicidad a la gratificación

fuertemente vinculada a las lógicas de la inmediatez y de lo desechable. De

acuerdo con esta lógica, el deseo acarrea felicidad y el producto se renueva en la

nueva necesidad del nuevo producto (Bauman, 2007). La búsqueda de la felicidad


61
aparece ligada al consumo de unos productos que dejan a nuestros deseos

siempre insatisfechos, tales como objetos descartables. Difícilmente nos

garantizan calmar las angustias, los malestares y las ansiedades del presente

aunque nos interpelan a contemplar con atención las búsquedas de sensaciones

que persiguen, en el caso de este trabajo, los estudiantes en el transcurso de su

formación profesional cuyo consumo de SPAs puede ubicarlos en situación de

riesgo, en especial en aquellos casos en los que su estructura familiar se

constituye desligada.

62
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10. ANEXO DE INSTRUMENTOS

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